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Derechos Económicos, Sociales y Culturales 229

Su Operatividad en el Sistema Americano y el Caso de la República Argentina

Derechos Económicos, Sociales y Culturales


Su Operatividad en el Sistema Americano y el Caso de la República Argentina1

ORLANDO PULVIRENTI2

Resumo
En el presente artículo se analiza el Sistema Americano de Derechos Humanos con
especial énfasis en el alcance y judicialidad de los Derechos Económicos Sociales y
Culturales. Se enfoca particularmente en el cambio de jurisprudencia ocurrido en la
República Argentina, en el que su Constitución y Justicia ha reconocido la supremacía
de los Tratados Internacionales de Derechos Humanos y la posibilidad de demandar
judicialmente el pleno cumplimiento de los DESC a los que se considera directamente
operativos.

Abstract
This article discusses the Inter-American Human Rights System with special
emphasis on the extent and the possible judicial aspect of the Economic, Social
and Cultural Rights. It particularly focuses on the jurisprudence change occurred in
Argentina; its “Constitution and Justice” has recognized the supremacy of international
human rights treaties and the possibility of demanding through the judicial organs
the full implementation of Economic, Social and Cultural rights that are considered
directly operational.

1 - Una Introducción Conceptual a lo que Entendemos por Derechos


Humanos

Los conceptos tranquilizan. Al menos en nuestro sistema educativo, es difícil


encontrar materias que no tengan como punto inicial el referido a “concepto y
naturaleza jurídica”. Ahora bien, conceptualizar implica un proceso intelectivo, en el

1 Mi agradecimiento al Profesor, Dr. Leonardo Nemer, por su amistad, la cálida recepción que me acordara
su grupo de colaboradores y en particular su familia, y por su invitación a ese gran evento que resultó
el V Curso de Inverno organizado por el CEDIN, lo que me permitió tomar contacto con prestigiosas
Universidades de Minas Gerais, ubicadas en Belo Horizonte y disfrutar del aporte de ideas de colegas
y estudiantes brasileños. A los colegas Marinana Andrade e Barros, Daniela Rodrigues Vieira, Délber
Andrade Lage, Gabriela Frazão Gribel, que me brindaron una amplia colaboración durante mi estadía en
esa hermosa ciudad y el espacio para comentarios e intercambio de ideas. Al profesor Valério Mazzuoli
por mantener enriquecidores debates. Al entusiasmo de muchos estudiantes, particularmente de Bárbara
Brittes y Camila Portes, quienes me acercaran valiosos comentarios. A todos los amigos y compañeros
brasileños por su cordialidad y ameno trato.
2 Profesor de la Universidad Nacional de Buenos Aires
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que llegar a esa definición supone abstraerse de notas casuísticas y particularidades,


para intentar alcanzar la esencia o aspectos generales. Lo que resulta difícil de evitar
al asumir ese derrotero, es que no se incurra en algunas imprecisiones, o que los
términos que se utilicen – los que no pueden escapar a la ambigüedad y vaguedad del
lenguaje – permitan varias posibles interpretaciones.
El concepto de derechos humanos, en nuestro parecer, no ha escapado a ese
problema y es por eso que intentamos hacer . Por eso intentaremos acompañar algunas
definiciones y críticas, no sin antes decir, que creemos que cualquiera de ellas será
meramente de aproximación al objeto y que el derecho se muestra, en la realidad y
frente a circunstancias concretas. En otras palabras, el concepto sirve a manera de
introducción del tema facilitando la comprensión, pero no brinda per se soluciones,
ni puede comprender la totalidad del fenómeno que describe. Esta visión es menos
tranquilizadora para profesor y estudiante, pero entendemos, más próxima a la realidad
y al derecho mismo.
Repasando las definiciones que se brindan sobre la materia, encontramos
apreciaciones genéricas tales como: “Los derechos humanos se fundamentan en la
dignidad de la persona. Por eso todo ser humano, sin importar su edad, religión,
sexo o condición social, goza de ellos. Los derechos humanos son las facultades,
prerrogativas y libertades fundamentales que tiene una persona por el simple hecho
de serlo, sin los cuales no se puede vivir como tal.”3
Nótese que en esta definición – como en muchas otras similares - se intentan
consignar en apretada síntesis, caracteres generales y elementos de la materia. Se dice
así que: a) hacen a la dignidad de la persona, b) son universales y c) son inherentes a
su condición de persona.
Sin embargo, hemos cotejado en clase el ejemplo de preguntarle a un alumno, si el
hecho de que alguien le dijese “mentiroso” afectaría su dignidad, a lo que respondió
que sí; mientras que al indagarle si para el caso de que se tomase en contra de su
voluntad su libro lo consideraría de la misma manera; respondiendo que “no”. La clase
se dividió entre aquellos que consideraban que en los dos casos se afectaba la dignidad
de la persona, los que dijeron que en ningún caso o los que compartieron la opinión
del alumno. Sencillo, en una pregunta concreta, difícilmente se coincide siquiera sobre
qué se entiende por “dignidad” y por ende, cuándo ella resulta afectada.
Podemos avanzar en la precisión diciendo que el diccionario de la Real Academia
de la Lengua Española define como dignidad: “dignidad. f. Cualidad de digno. [...]
digno, na. 1. adj. Merecedor de algo. 2. adj. Correspondiente, proporcionado al
mérito y condición de alguien o algo. 3. adj. Que tiene dignidad o se comporta con
ella. 4. adj. Dicho de una cosa: Que puede aceptarse o usarse sin desdoro. Salario
digno. Vivienda digna. 5. adj. De calidad aceptable. Una novela muy digna”.4
Creemos que una mejor definición sobre el punto la trae Emmanuel Kant, al decir:
“En el ámbito de las finalidades todo tiene o un precio o una dignidad. En el lugar

3 http://www.cedhj.org.mx/cdefi.html
4 http:// www.rae.es.
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de aquello que tiene preció se puede poner otra cosa como equivalente; en cambio,
aquello que se encuentra por encima de todo precio y, por tanto, no admite nada
equivalente, tiene dignidad. Aquello que se refiere a las inclinaciones universales
y necesidades humanas tiene un precio de mercado; aquello que, también sin
presuponer necesidades, es conforme a cierto gusto, o sea, a una complacencia
en el puro juego, sin ninguna finalidad, de nuestras facultades anímicas, tiene un
precio afectivo; pero aquello que constituye la condición única bajo la cual algo
puede ser fin en sí mismo no tiene meramente un valor relativo, o sea, un precio,
sino un valor interior, esto es, dignidad”.5
Cabe añadir un dato más: la dignidad no sólo atañe a la persona en su carácter
individual, sino colectivamente a la humanidad. Tal como se ha dicho, proteger
la dignidad de la persona es algo que concierne a todos y que debe ser defendida
inclusive contra la voluntad del individuo.6
En segundo término, la última nota, es decir la de inherencia a la condición humana
plantea un problema no menor.
Todo derecho es inherente al hombre en tanto creación cultural. No se observa de
qué manera un derecho puede pertenecer a alguien que no sea humano. Indudablemente
y aclaramos esto frente a la siempre presente inquietud del alumno respecto de
los “animales”; que ellos carecen de “derechos” por cuanto no son sino objeto de
restricciones auto impuestas por el humano a otros humanos, de no dañarlos.
Siendo así, que todo derecho es creación cultural y por ende “humano”, ¿Qué
nota diferencia a estos derechos de los otros? Obsérvese que en ambos supuestos, ni
la “dignidad” ni el carácter “humano” sirven per se para caracterizar a un grupo de
derechos en particular como diferente del resto de ellos.
Tampoco parece aportar demasiado la nota de universalidad, por cuanto se
detiene en una mera enunciación que carece de contenido concreto ¿Cuáles serían
tales derechos? ¿Lo sería el de libertad personal, pero no el de propiedad? ¿A
quiénes alcanzan? En consecuencia, si aquí nos detuviéramos, sería posible pensar
que estos caracteres de aproximación no cumplen con su tarea de definir qué hace
que este grupo de derechos tengan un estatus particular o distintivo respecto de
otros.

5 Kant Immanuel, Fundamentación de la metafísica de las costumbres, Barcelona, Ed. Ariel, 1996.
6 En Francia se decidió el caso de un hombre deforme y enano, que trabajaba como objeto de diversión
en programas públicos a modo de “pelota” que los intervinientes se pasaban unos a otros como si de una
pelota de rugby. La resolución judicial prohibió la misma, afirmando que la voluntad del afectado no podía
comprometer el valor colectivo de la dignidad humana. Miquel Roca i Junyent. La Vanguardia, 13-IV-2004.
Un caso más complicado se ha registrado en los últimos tiempos en la Argentina, respecto de la investigación
de hijos de desaparecidos durante la dictadura militar, llegando a la Justicia la cuestión de si los supuestos
menores apropiados – que han vivido y han sido educados como “hijos” por sus apropiadores, durante 30 o
más años – pueden negarse a un análisis de ADN que determine su propia identidad. Es decir cotejando la
negativa de la propia persona a tener certeza de su identidad vis a vis el interés de la sociedad de determinar
la verdad de lo ocurrido, inclinándose la decisión judicial por permitir el progreso de la investigación. CSJN,
“Gualtieri Rugnone de Prieto, Emma Elidia y otros s/ sustracción de menores de 10 años (art. 146)”, G.291.
XLII, 11-VIII-2009.
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2 - El Derecho Internacional Público como Criterio Distintivo

Bajo estas consideraciones, la gran nota que los particulariza y los separa de los
derechosconstitucionales,eslaintervencióndelderechointernacionalpúblico,queimpone
a cada Estado la obligación frente a la comunidad mundial de no violar determinados
derechos de cualquier habitante, habiendo aquél de responder internacionalmente en
caso de trasgresión. Es que sólo en este marco es posible establecer alguna distinción
entre los derechos constitucionales y los humanos; los primeros regulados por el orden
jurídico interno del Estado y los segundos por el derecho internacional.
Nótese que en el párrafo se enuncia además una cuestión central desde el punto de
vista de la filosofía jurídica. Los derechos que se consideran esenciales o innegables
en cualquier sociedad, ¿lo son porque se los enumera y se les da entidad legal o porque
naturalmente hacen a la condición humana? La primera aproximación nos lleva al
positivismo, la segunda al iusnaturalismo.
Ahora bien, la realidad es que cuando se intenta considerar qué derechos
sonesenciales, es inevitable observar la relatividad respecto de los mismos, que surge
conforme al tiempo de la humanidad que se considere o del lugar y cultura apreciada.
Esta situación nos confronta curso tras curso, a preguntas que parecen de difícil
respuesta, para el caso de no analizarse bajo estos parámetros.
A manera de ejemplo, en cada ocasión que se trata el derecho de las mujeres, la cultura
islámica, suele ser citada como un ejemplo de esa relatividad cultural. Sin que implique
un demérito para esa otra cultura, ciertas pautas de conducta exigidas a la mujer, resultan
inaceptablesparasucongénereoccidental.Tambiéndeberáobservarse,quea contra marcha,
muchas prácticas occidentales, vistas desde la perspectiva islámica, serán apreciadas como
violatorias de derechos esenciales. Es así un dato para nuestra conceptualización, la nota
de mutabilidad conforme a circunstancias de tiempo y espacio en el catálogo de derechos
que se consideran inalienables para la comunidad internacional.
Llegados a este punto, entendemos que como definición inicial de trabajo, resultan
“derechos humanos aquellos que tutela el ordenamiento jurídico internacional, de
acuerdo a la cultura predominante en un lugar y tiempo, que corresponden por su
naturaleza de tal a toda persona y por ende de los que no se puede ser privado, sin
generar responsabilidad internacional del Estado violador”.

3. Clasificación de los Derechos Humanos7

Efectuado ese primer acercamiento, intentaremos ir a un tipo de derechos en particular,


son los denominados Derechos Económicos, Sociales y Culturales (DESC). Suele

7 En este sentido la indicación de la clasificación que se ha seguido se efectúa a los fines didácticos, dado que
compartimos en gran medida la crítica que realiza CANÇADO TRINDADE, Antônio A., en el prólogo a la
citada obra de PINTO, Mónica, “Temas de derechos humanos”, “Temas de derechos humanos”, Editores del
Puerto, Buenos Aires, 1997, respecto de que esa categorización en gran medida conspira a una concepción
integradora de todos los derechos humanos.
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distinguirse, por cuanto así lo han hecho algunos instrumentos internacionales y por otra
parte se condice con la evolución histórica de la humanidad, al menos tres categorías de
derechos humanos: a) Derechos individuales, b) derechos sociales y c) derechos colectivos;
en ellos varía esencialmente la conducta que se espera asuma el Estado.
En el caso de los derechos individuales, también llamados civiles y políticos, se
aguarda que un Estado democrático se abstenga de intervenir y/o de limitar y/o cercenar
las libertades esenciales de la persona, asegurándose además su participación en los
procesos de formación de la voluntad estatal (derecho a elegir y ser elegido, etc.).
En otras palabras, el derecho supone que el Estado se abstenga de intervenir sobre
el particular, garantizando así su derecho. Claro está que esto no es lineal, por cuanto
en muchos casos, para garantizar esos derechos resulta necesario que el Estado actúe.
Por ejemplo, en el derecho a la seguridad individual, si bien el destinatario esencial es
el Estado a quién se le da mandato de que no vulnere la integridad de la persona, no
es menos cierto que tiene un deber de protegerlo frente a terceros y/o de investigar y
esclarecer los atentados que aunque cometidos por terceros impliquen una trasgresión
a esos derechos.
En el supuesto de los derechos sociales, se exige al Estado un rol de proveedor
principal de esos bienes. Corresponde al mismo en principio garantizar las acciones
positivas que permitan que sus habitantes gocen de ellos.

4. Derechos Económicos, Sociales y Culturales en el Sistema Americano

Pero señalado que es exigible al Estado un rol activo, desde el punto de vista
presupuestario, implica erogaciones, inversiones, respecto de las cuales muchas
veces el el poder estatal menciona carecer de los recursos suficientes. Aparece así
como cuestión central, el determinar qué grado de exigibilidad tienen y de qué forma
planteados los mismos ante la Justicia, puede el Poder Judicial obligar a los otros
poderes a proveerlos. La denominada “judicialidad” o carácter programático de estos
derechos se torna así en un tema central.
Advertimos por ende que son pocas las materias jurídicas que pueden generar
roces tan intensos entre los poderes públicos, como el tratamiento, reconocimiento y
eficacia de los reclamos individuales y colectivos por derechos económicos, sociales
y culturales. Acusaciones cruzadas de ejercicio abusivo de sus facultades por parte del
Poder Judicial o la imputación de tratarse de un Gobierno de los jueces, son reproches
que provienen del Poder Ejecutivo; omisiones en el cumplimiento de disposiciones
constitucionales, la observación que en muchas de las sentencias se desprende hacia
los otros poderes estaduales. En dicha encrucijada, se entrecruzan teorías respecto de
derecho operativos y programáticos,8 la economía y el derecho, las mandas legales y

8 Respecto de su carácter plenamente operativo se han expedido organismos internacionales, al afirmarse: “B.
Medidas jurisdiccionales contra la impunidad. 127. Las violaciones de los derechos económicos, sociales y
culturalesdanderechoaremediosporeldañoquehancausado.Desdeelpuntodevistadelalegislaciónnacional,
tales violaciones son delitos y están sujetas a dos tipos de sanciones, represivas y compensatorias. Bajo su
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las posibilidades reales de cumplimiento. Una contienda no resuelta entre poderes,


que no puede tener jamás como resultado un incumplimiento de las obligaciones
estaduales en la materia.9
Yendo al sistema americano, éste presenta en la materia dos situaciones claramente
diferenciadas: la de aquellos Estados que quedan tan sólo alcanzados por la Declaración
Americana de Derechos y Deberes del Hombre y la de otros que también son regulados
por la Convención Interamericana de Derechos Humanos. Respecto de los primeros,
la jurisdicción corresponde a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y
con relación a los segundos, en la medida en que acepten la competencia, también lo
hace la Corte Interamericana.
El conjunto de disposiciones en materia de DESC básicamente comprende la
Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre (DADDH, arts. VI
y VII, además del continuo normativo que se extiende entre los arts. XI a XVI), de
1948; la CADH (arts. 26 y 42), de 1969; de la Carta de la Organización de Estados
Americanos (OEA), de 1948 (bajo el rótulo de “Desarrollo integral”, en los arts. 30 a
52); y el Protocolo de San Salvador.
El Protocolo de San Salvador no sólo da contenido a los derechos, sino que asimismo
crea los mecanismos formales que permiten el inicio de peticiones individuales ante la
Comisión Interamericana; si bien es cierto lo limita a algunos derechos en particular;
tales como violaciones a la libertad sindical (art. 8.1.a), derecho a la salud y a la
educación (art. 13), todo ello conforme al art. 19.6.
Desde esa vertiente, y luego de detallar que el Protocolo contiene obligaciones
generales para la adopción de medidas (arts. 1 y 2), asimilables a los deberes
del mismo signo que instaura la CADH, el nombrado autor señala que tales
obligaciones pueden ser proyectadas hacia o contempladas desde los diversos
derechos consagrados en el Protocolo, exactamente como sucede en la operación
de la Convención y, así, bajo la lente que suministran los arts. 8 y 13, entiende que
difícilmente la Corte podría ignorar aquellas obligaciones generales. Finalmente,
subraya que el Tribunal podría entrar al conocimiento de casos de discriminación
— prohibida por el art. 3 — , si ella se aplicara en puntos concernientes a la
libertad sindical o a los derechos vinculados con la educación; lo que también
ocurriría con la regla de interpretación que rechaza las restricciones de derechos
reconocidos en la legislación interna o en convenciones internacionales bajo el

obligación garantizada, el Estado tiene que suministrar el marco legal necesario para salvaguardar el disfrute
de los derechos económicos, sociales y culturales. Los Estados, en general, tanto como el resto de los sujetos
de derecho, deben cesar de otorgar únicamente un valor programático a los derechos económicos, sociales
y culturales. La mejor manera de lograr esto es incorporar las normas legales internacionales a la legislación
nacional,paraqueestaspuedanserinvocadasantelasautoridadesjudicialesytribunalesdejusticianacionales.”
Comisióndederechoshumanos,SubcomisióndePrevencióndeDiscriminacionesyProtecciónalasMinorías,
49º período de sesiones - Tema 4 de la agenda provisional. E/CN.4/Sub.2/1997/8, 27-VI-1997.
En http://www.derechos.org/nizkor/impu/guisse.html#saqueo%20del%20patrimonio%20cultural. Por otra
parte, el artículo 10 de la CCABA no deja lugar a dudas respecto de que todos los derechos son operativos.
9 Hemos referido a esta cuestión en Pulvirenti, Orlando D., Operatividad de los Derechos económicos, sociales
y culturales en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y división de poderes, LLCABA2009 (abril),141.
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Su Operatividad en el Sistema Americano y el Caso de la República Argentina

pretexto de que el Protocolo no los reconoce o lo hace en menor grado (art. 4); por
último, acota que la Corte podría pronunciarse sobre restricciones o limitaciones
indebidas adoptadas por medio de actos calificados como leyes, tema que aborda
el art. 5 del Protocolo.
Pero además, y ya fuera de las opciones reclamatorias específicas emergentes de
este último instrumento, se ha sostenido que el derecho a la protección judicial previsto
en el art. 25 de la CADH (que comprende el acceso a un recurso sencillo y rápido o a
cualquier otro recurso efectivo ante los jueces o tribunales competentes, que la ampare
contra actos que violen sus derechos fundamentales reconocidos por la Constitución, la
ley o la mencionada Convención) concreta — además de la mentada remisión al derecho
interno estatal—un reenvío a los instrumentos internacionales que consagran derechos
económicos, sociales y culturales (por ejemplo, el PIDESC), de tal modo que dicho art.
25 de la Convención establece un mecanismo de tutela de los precitados derechos.10
El sistema americano presenta en materia de tratamiento y procedimientos de
reclamo frente a eventuales violaciones de DESC, tres tipos de situaciones:

(i) Estados parte de la CADH, que aceptan la competencia de


la Corte y que han ratificado el Protocolo de San Salvador.
Ellos se encuentran obligados por la DADDH (arts. VI
y VII, además del clausulado que discurre entre los arts.
XI a XVII), la CADH (arts. 26 y 42), el Protocolo de San
Salvador, y la Carta de la OEA (arts. 29 a 50).
Existe respecto de ellos el deber de informar periódicamente,
pudiendo ser denunciados ante la Comisión conforme al art. 19.6
del Protocolo, y de acuerdo al resultado final de ese proceso, el
Estados puede ser demandado por la Comisión ante la Corte.
(ii) Estados parte de la CADH que aceptaron la competencia de la
Corte pero que no han ratificado el Protocolo. Quedan así sujetos
a los principios de la Corte y derechos generales contenidos en la
DADDH, la CADH y la Carta de la OEA.
(iii)Estados que son partes de la OEA pero no de la CADH. Pueden ser
denunciados ante la Comisión con base en la DADDH.

Las decisiones de la Comisión y la Corte Interamericanas de Derechos Humanos


vinculados con la materia:

(i) La observación de la tarea de ambos órganos protectorios muestra


cómo se abre paulatinamente una práctica que, de consolidarse,
permitirá ampliar el horizonte de alegabilidad de los DESC en el

10 ABRAMOVICH, Víctor, “Los derechos económicos, sociales y culturales en la denuncia ante la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos”, en Presente y Futuro de los Derechos Humanos [Ensayos en honor
a Fernando Volio Jiménez], Instituto Interamericano de Derechos Humanos, San José de Costa Rica, 1998,
p. 167.
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marco interamericano, en tanto se visualizan algunos signos que,


v.gr., connotan: la interpretación de los derechos civiles y políticos
en “clave social”; el empleo de derechos “puente” o “conectores”
entre los civiles y políticos y los económicos, sociales y culturales;
el descubrimiento de facetas “sociales” de algunos derechos civiles
y políticos; y la “reconducción social” del derecho individual a
obtener ciertas reparaciones de índole patrimonial.
(ii) Ahora bien, como suele ocurrir lamentablemente en muchos de
nuestros países, y más grave aún en materia de derechos sociales,
es posible encontrar un abismo entre el texto de las disposiciones
normativas y su aplicación en la realidad. Por ello es importante
realizar un breve repaso de los antecedentes jurisprudenciales que
genera el sistema interamericano.

a) En la Comisión Interamericana
En el caso “Milton García Fajardo y otros c/ Nicaragua” (fondo), de 11 de octubre
de 2001, la Comisión halló por primera vez unaviolación del art. 26 de la CADH; para
luego en el caso “Jorge Odir Miranda Cortez y otros c/ El Salvador” (37), expedirse
sobre un tema particularmente sensible en materia de salud, que radica en la ausencia
de provisión de medicamentos a pacientes portadores del Virus de Inmunodeficiencia
Humana/Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (“VIH/SIDA”).

b) En la Corte Interamericana
b.1) El máximo órgano interamericano ha realizado interesantes construcciones sobre
derechos civiles y políticos a los que interpreta en consonancia con preocupaciones sociales-
Es así que en los casos “Villagrán Morales y otros (Caso de los ´Niños de la calle´) vs.
Guatemala” (40) — fondo— , de 19 de noviembre de 1999, ubica como complementario
alderecho a la vida, el correspondiente a la calidad de la vida (41).
En la causa “Baena, Ricardo y otros (270 trabajadores) vs. Panamá” (43) —
fondo— , de 2 de febrero de 2001, la libertad de asociación sindical fue admitida
mediante remisión a las disposiciones de la OIT, correlacionando los arts. 16, incs. 2°
y 3°, de la CADH y 8.3. del Protocolo de San Salvador.
b.2) En autos “Comunidad Mayagna (Sumo) Awas Tingni vs. Nicaragua” (44) 31
de agosto de 2001, la Corte refiere a los derechos indígenas respecto de la propiedad
y en autos “Comunidad Indígena Yakye Axa vs. Paraguay” (47), sentencia de 17 de
junio de 2005, y “Comunidad Indígena Sawhoyamaxa vs. Paraguay” (48), sentencia de
29 de marzo de 2006 estableció que cada Estado al interpretar y aplicar su normativa
interna están obligados a respetar la identidad de los pueblos indígenas. Yendo más allá
la Corte reconoció que es necesario superar el estado de vulnerabilidad alimenticia,
médica y sanitaria, que acucia en forma continua su supervivencia e integridad.
b.3) Pero si existe un fallo paradagmático sobre el tema es “Cinco Pensionistas
vs. Perú” (49) (fondo), de 28 de febrero de 2003. Allí se discutió la decisión del
Gobierno de Perú de disminuir el importe de las pensiones de jubilados sobre
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Su Operatividad en el Sistema Americano y el Caso de la República Argentina

la base de la existencia de una crisis económica. Si bien el caso fue planteado


como una violación al derecho de propiedad, la Corte apuntó a las proyecciones
económicas y sociales del derecho a la vida, al entender disminuida la “calidad de
vida” de los pensionistas.
Si bien es cierto que no se hacen extensas consideraciones respecto del art. 26 de la
CADH, al realizar tan solo un reenvío a lo dicho por el Comité específico de la ONU
en su OG N° 3 [“La índole de las obligaciones de los Estados Partes (párrafo 1 del
artículo 2 del Pacto)”], de 14 de diciembre de 1990,con relación a qué es el “desarrollo
progresivo” de los DESC; establece que ello es obligatorio para los Estados (50).
La Corte establece si, una fórmula muy interesante que radica en la imposibilidad
de regresar en la materia. Es decir que obtenido un cierto nivel de desarrollo, luego el
mismo no puede ser dejado sin efecto en desmedro de los habitantes.
b.4) En el caso “Ximenes Lopes c. Brasil”, de 4 de julio de 2006, se avanzó en
el supuesto de personas con discapacidad mental, las que deben ser especialmente
protegidas por el Estado. Y allí se indica que los Estados americanos están obligados
a adoptar medidas especiales de protección para con las personas que tienen menos
recursos, tales como aquellas que viven en condiciones de extrema pobreza; niños y
adolescentes en situación de riesgo, y poblaciones indígenas.

5. El Derecho Argentino y los DESC

Sucesivos fallos judiciales dictados a partir del regreso de la democracia a la


Argentina en el año 1983 y la ulterior reforma constitucional de 1994,11 establecieron
la supremacía de los tratados de derechos humanos sobre la Constitución Nacional.
Este cambio fue sustancial, por cuanto hasta ese momento había imperado una
postura dualista, que no reconocía a los Tratados Internacionales sino un lugar
infra constitucional, siendo el valor de los mismos equiparable al de cualquier
norma interna.
Los artículos 27, 31, 75 incisos 22, 24 de la Constitución, conforme a la
interpretación que les diera a esas normas jurídicas la Corte Suprema de Justicia de
la Nación, aseguran ese criterio. Adicionalmente esos derechos deben ser aplicados
internamente en las condiciones de vigencia internacional de los Tratados que los
reconocen, lo que implica entre otras cosas, aceptar la lectura que de ellos haga el

11 Es especialmente relevante la decisión dictada por la CSJN, en autos “Ekjmekdjian c. Sofovich”, donde al
discutirse la aplicación del derecho de réplica contenido en el artículo 14 de la CIDH yno establecido por
la Constitución Nacional, ni reglamentado por norma interna alguna, la Corte se expidió señalando que los
derechos de los Tratados Internacionales en materia de derechos humanos, son directamente operativos y que
las omisiones de un Poder – en el caso del Legislativo al no reglamentarlo – no habilitaban el incumplimiento
de una norma internacional, sin causar responsabilidad del Estado. Por tal motivo y sobre la base provista por
la Convención de Viena sobre el derecho de los Tratados, dispuso que no puede invocarse una norma o acto
interno, para desobedecer lo expresado en un Convenio Internacional.
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sistema internacional.1213 En el caso concreto de los DESC, supone que los fallos
que hemos analizado precedentemente dictados por los organismos internacionales,
resultan directrices que deben ser seguidas por los Tribunales argentinos.

5.1. Jurisprudencia Referida a Peticiones Particulares


Dado el marco jurídico referenciado, que entusiastamente además fuera apoyado por
amplios sectores de la doctrina14, no puede sorprender que se sucedieran casos en los cuales
la Justicia Federal o Nacional y la de las Provincias y en particular de la Ciudad Autónoma
de Buenos Aires, dieran íntegra vigencia a las invocaciones y peticiones de estos derechos
realizados por individuos y entidades representativas de intereses colectivos.
En forma concluyente se resolvió: “Cualitativamente hablando, la conjunción del
régimen legal nacional, local e internacional de los derechos humanos proporciona
los medios necesarios para impugnar los impedimentos estructurales que se le
presentan a quienes viven en situaciones de extrema pobreza. Tal como sostiene la
Corte Suprema de Justicia de la Nación, en la dignidad humana reside el centro sobre
el que gira la organización de los derechos humanos de nuestro orden constitucional
(Fallos 314:424, entre otros). No es menos cierto que la “extrema pobreza y la
exclusión social constituyen una violación de la dignidad humana” tal como expresó
la Conferencia Mundial de los Derechos Humanos de la ONU (Declaración de Viena
y Programa de Acción 25/6/1993. I. 25). Tampoco cabe tener dudas de que una
provisión mínima de bienes y servicios puede ser reivindicada ante un tribunal. Este
argumento vale para cada derecho económico, social y cultural.” 15
Llegados a este punto del análisis y siendo cierto que todos los casos en los que se
resuelven estos derechos se encuentran comprendidos bajo el mismo parámetro de DESC,
entendimos necesario para plantear el eje de la discusión, referenciar por separado aquellas
pretensiones que fueran presentadas individualmente y que tuvieran acogida favorable,

12 CSJN, “Espósito, Miguel Angel s/ incidente de prescripción de la acción penal promovido por su defensa
-Bulacio, Walter David”, E. 224. XXXIX.; 23-XII-2004; T. 327 P. 5668; CSJN, “Simón, Julio Héctor y otros
s/ privación ilegítima de la libertad, etc. (Poblete)”, causa N° 17.768-. S. 1767. XXXVIII, 14-VI-2005; T.
328 P. 2056,entre muchos otros.
13 Hacemos particular referencia al fallo Cinco Pensionistas de la CIDH que estableció el criterio de
progresividad y no regresividad en el avancede los derechos económicos, culturales y sociales; afirmando
además la judiciabilidad de los reclamos individuales referidos a estos derechos. Corte Interamericana de
Derechos Humanos, “Cinco Pensionistas” Vs. Perú, Sent. 28-II-2003, (Fondo, Reparaciones y Costas).
14 Bidart Campos, Germán, “Una Sentencia que supo dar curso efectivo a los derechos sociales…”, La Ley,
2002 – E, 267, Bidart Campos, Germán, Las políticas sociales y su control constitucional por los tribunales
de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, La Ley 2002-C, 175;.Bidart Campos, Germán, Principios
Constitucionales del derecho del trabajo y de la seguridad social en el artículo 14 bis, Buenos Aires, Tomo
VIII, p. 555; Salvioli Fabián: “Curso sobre Protección Internacional de los Derechos Económicos, Sociales
y Culturales”; edit. IIDH, San José de Costa Rica, 2004; publicación on line www.iidh.ed.cr., D´Argenio,
Inés A. “La zona de reserva de la administración en materia de derechos sociales”, LA LEY, 2006-D pág.
231; “La zona de reserva de la administración en materia de derechos sociales II. Suplemento de Derecho
Administrativo”, 2006- Julio, pág. 10; entre otros.
15 C.A. Cont. Adm. y Trib. C.A.B.A., Sala II, Expte. Nº 17601/1, “Ramírez, Tito Magdalena y Otros c/
GCBA s/Otros Procesos Incidentales”, 8-XI-2005. Sentencia Nº 234; ver también C.A. Cont. Adm. y Trib.
C.A.B.A., Sala II, exp. 17378/2,“Montenegro, Patricia Alejandra y otros c/GCBA s/Amparo”, del 7-X-05.
Derechos Económicos, Sociales y Culturales 239
Su Operatividad en el Sistema Americano y el Caso de la República Argentina

de aquellas en las que por su objeto o alcance la extensión de la sentencia refiriera más
concretamente a políticas de Estado. Lo hacemos, sencillamente, por cuanto en este último
supuesto la línea existente entre ejecutar DESC e introducirse en políticas del gobierno
resulta más delgada.
Haciendo un racconto de algunas sentencias pronunciadas por la Justicia Nacional
y local referidas a pretensiones individuales, encontramos entre las más significativas
las presentes:

5.1.1. Derecho a la Salud


La Justicia Federal ha dictado numerosas sentencias obligando a entidades estatales
a realizar prácticas negadas a particulares; siendo constante la referencia a los Tratados
Internacionales como base normativa de las mismas.16
La Justicia Contenciosa Administrativa de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires ha
condenado a laAdministración de la Ciudad, a garantizar el derecho a la vida y dentro de él se
incluyen las17 medidas necesarias para asegurar tratamientos médicos,18 para paliar el dolor
aún cuando no existieran expectativas de curación19, medicamentos20, el acompañamiento
de celadores especializados21 e inclusive prestaciones alimentarias.

16 Así se ha dicho que: “El derecho a la salud, desde el punto de vista normativo, está reconocido en los
tratados internacionales con rango constitucional (art. 75, inc. 22) entre ellos, el art. 12, inc. c) del
Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, inc. 1, arts. 4 y 5 de la Convención
Americana sobre Derechos Humanos e inc. 1 del art. 6 del Pacto Internacional de Derechos Civiles
y Políticos, extensivo no sólo a la salud individual sino también a la salud colectiva. -Del precedente
“Reynoso”, al que remitió la Corte Suprema-.”S. 670. XLII; RHE Sánchez, Elvira Norma c/Instituto
Nacional de Servicios Sociales para Jubilados y Pensionados y otro, 15-V-2007.
17 C.A. Cont. Adm. y Trib. C.A.B.A., Sala II, Causa Nro.: 31665-1, “Frías Esteban c/ Hospital General
de Agudos Dr. J. A. Fernández y Otros s/ Procesos Incidentales”, Sala II. 06-II-2009. En caso similar,
tratándose de un paciente afectado por esclerosis múltiple, se dispone que no siendo adecuados los
alimentos suministrados por la CABA, se cumpla proveyéndole de alimentos diferentes a la que
le suministra la demandada de manera generalizada dentro del Programa de Apoyo Alimentario
Directo a Familias. Se dice así que la alimentación debe ser “adecuada” definiéndose como tal a lo
quees “Apropiado a las condiciones, circunstancias u objeto de algo”. Así pues, la calificación que
el artículo 11.1 del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales impone al
derecho a la alimentación, esto es, adecuada, impone una obligación más profunda que la simple
entrega de alimentos. C.A. Cont. Adm. y Trib. C.A.B.A., Sala I, Causa Nro.: 22386/0, “Vera Vega
Eduardo c/ Ministerio de derechos humanos y sociales s. Amparo”, 30-V-2008, Sentencia Nro. 76.
18 CSJN, M.2648.XLI RECURSO DE HECHO, María Flavia Judith c/ Instituto de Obra Social de la Provincia
de Entre Ríos y Estado provincial, 30-X-2007; T. 330 P. 4647.
19 C.A. Cont. Adm. y Trib. C.A.B.A., Sala II, Expte. Nº EXP 14371/01, “G., b. N.c/OSCBA (Obra Social de la
Ciudad de Buenos Aires) s/Otros Procesos Incidentales”, 13-VI-2005. Sentencia Nº 111.
20 C.A. Cont. Adm. y Trib. C.A.B.A., Sala II, Causa Nro.: 31665-1, “Frias Esteban c/ Hospital General de
Agudos Dr. J. A. Fernández s/ Otros procesos incidentales”. 06-II-2009.
21 En autos “NG y Otros c. GCABAs.Amparo (art. 14 GCABA) Expte. 16877/0, 10-II-2006, se resolvió ordenar
que dos menores de edad con capacidades diferentes fueran acompañados por celadores especializados en
virtud de la especial dieta a cumplir por los mismos.
240 V ANUÁRIO BRASILEIRO DE DIREITO INTERNACIONAL | V. 1

Ahora bien, es necesario destacar que la pretensión de que se cumpla con esos derechos,
no sólo es exigible al Estado, sino como bien ha resuelto la Justicia porteña, también alcanza
a las entidades privadas que se encuentren vinculadas al sistema prestacional.22
En una serie de fallos, tanto por aplicación de la Ley de Defensa al Consumidor,
como bien por vía de las obligaciones sociales, el fuero contencioso administrativo
condenó a empresas de medicina pre paga, a hacerse cargo de asistencias médicas.
En esa última dirección condenó tanto a entregar leche maternizada23, como a
suministrar drogas para el tratamiento del HIV y otras enfermedades crónicas24,
practicar tratamientos para adelgazar e inclusive para asistir en fertilizaciones asistidas
a parejas que desean concebir por ese medio.

5.1.2. Derecho al Trabajo


La Justicia argentina también ha tenido múltiples oportunidades para referirse
al derecho al trabajo, máxime cuando las actividades desarrolladas por el afectado
pueden encontrarse en algún punto en contienda con el ejercicio del poder regulatorio
local. En tal sentido, los casos de licencias de conducir para taxistas25 o el de los
cuentapropistas se encuentran entre los más usualmente decididos26. En la mayoría

22 La CSJN, ha dicho que: “Si bien la actividad que asumen las empresas de medicina prepaga
puede representar determinados rasgos mercantiles, en tanto ellas tienden a proteger las garantías
constitucionales a la vida, salud, seguridad e integridad de las personas, también adquieren un
compromiso social con sus usuarios, que obsta a que puedan desconocer un contrato, o invocar
sus cláusulas para apartarse de obligaciones impuestas por la ley, so consecuencia de contrariar
su propio objeto que debe efectivamente asegurar a los beneficiarios las coberturas tanto pactadas
como legalmente establecidas”, CSJN, C. 595. XLI; RHE, Cambiaso Péres de Nealón, Celia
María Ana y otros c/Centro de Educación Médica e Investigaciones Médicas, 28/08/2007, T. 330,
P. 3725; C. A. Cont. Adm. y Trib. C.A.B.A., Sala II, Expte. Nº RDC 215 / 0, “Sociedad Italiana
de Beneficencia en Buenos Aires c/G.C.B.A. s/ otras causas con trámite directo ante la Cámara de
Apelaciones”, 07-X- 2004, Sentencia 6650;ver también C. A. Cont. Adm. y Trib. C.A.B.A., Sala
II , “Asociación Civil Hospital Alemán contra G.C.B.A. sobre Otras causas con trámite directo
ante la Cámara de apelaciones”, RDC-470, 04-V-2004.
23 C. A. Cont. Adm. y Trib. C.A.B.A., Sala I, Causa Nro. 1682-0, “Euromédica de salud SA c. GCBA s. Otras
causas con trámite directo ante la Cámara de Apelaciones”, 04-VII-2008. Sentencia Nro. 84. C. A. Cont.
Adm. y Trib. C.A.B.A., Sala II, causa Nº8919, “Asesoría Tutelar Justicia Cont. Adm. y Trib. c/ GCBA s/
Amparo (Art. 14 CCABA)”, 17-II-2009.
24 C. A. Cont. Adm. y Trib. C.A.B.A., Sala II, Causa Nro.: 1980/0, “CEMIC c/ GCBA s/ OTRAS CAUSAS
CON TRAMITE DIRECTO ANTE LA CAMARA DE APEL.” 13-V-2008. Sentencia Nro. 302; C. A. Cont.
Adm. y Trib. C.A.B.A., Sala II, Causa Nro.: 1943/0, “ASOCIACION CIVIL HOSPITAL ALEMAN c/
GCBA s/ OTRAS CAUSAS CON TRAMITE DIRECTO ANTE LA CAMARA DE APEL.”, 14-III-2008.
Sentencia Nro. 285. Se dijo así que “Vale decir, el sentido de contratar un plan de medicina prepaga es
especialmente, el de contar con una cobertura para las situaciones críticas en la salud de una persona, es allí
donde la figura de la empresa de medicina prepaga se hace más fuerte, dado que el consumidor deposita su
confianza y expectativas.” C. A. Cont. Adm. y Trib. C.A.B.A., Sala I, Causa Nro.: 1466/0, “HOSPITAL
BRITÁNICO DE BUENOS AIRES c/ GCBA s/ OTRAS CAUSAS CON TRÁMITE DIRECTO ANTE
LA CÁMARA DE APEL.”, 20-XII-2007, Sentencia Nro. 141.
25 C. A. Cont. Adm. y Trib. C.A.B.A., Sala I, Causa Nro.: 22895/0, “SILVA GLADIS CRISTINA c/ GCBA s/
AMPARO (ART. 14 CCABA)”, 19-XII-2008.
26 “En el caso, corresponde revocar la sentencia dictada por el Sr. Juez aquo, y en consecuencia,
hacer lugar a la acción de amparo, ordenando al Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires que
Derechos Económicos, Sociales y Culturales 241
Su Operatividad en el Sistema Americano y el Caso de la República Argentina

de los casos en que estas cuestiones son planteadas, el fuero suele hacer una medida
interpretación de los estatutos y disposiciones legales, de manera tal de intentar
conciliar la seguridad, moralidad y obligaciones del Estado con el derecho de una
persona a ganar dignamente su sustento por medio de su trabajo.

5.1.3. Derecho a la Vivienda


Numerosas decisiones judiciales de la CABA han ordenado frente a peticiones
particulares el otorgamiento por parte del Estado de viviendas, ya sea en hoteles
adecuados27 o por medio de la construcción de lugares aptos y dignos para la habitación
de personas carenciadas28.

se abstenga de llevar adelante cualquier medida que pudiese afectar la actividad laboral del
accionante, en tanto ésta consista en la venta de los productos no alimenticios con sustento en
la inexistencia de habilitación, ello hasta tanto dicha actividad sea expresamente regulada por la
Legislatura de la Ciudad y se establezca, por vía legal, el procedimiento que éste deberá seguir
para obtener el correspondiente permiso. El Estado local no ha establecido aún un régimen para
los permisos para vender en forma ambulante artículos de escaso valor pecuniario como actividad
de mera subsistencia. A su vez, por principio general los derechos reconocidos por la Constitución
se ejercen de conformidad con las leyes que reglamenten su ejercicio (art. 14, C.N. y 80 inc. 1
CCABA), siendo esta facultad –la de reglamentar los derechos tutelados en la Constitución– una
potestad exclusiva del Poder Legislativo. Por su parte, si bien el Estado puede reglamentar los
derechos constitucionalmente reconocidos a los individuos, tal facultad encuentra su límite en
la prohibición de alterar la sustancia de tales derechos (artículo 28, Constitución Nacional); es
decir, la reglamentación debe ser razonable, en el sentido de que el medio escogido para alcanzar
el fin perseguido por la norma debe guardar proporción y aptitud suficientes con ese fin (Bidart
Campos, Germán, Manual de la Constitución reformada, 1998, t. I, p. 517). Pues bien, toda vez
que no existe hasta el momento una regulación de origen legal para la venta de baratijas en la
vía pública cuando, a su vez, esa actividad puede ser calificada como “de mera subsistencia”, es
evidente que el derecho cuya tutela el amparista persigue –en el caso, el derecho a trabajar– no
puede ser restringido por un acto de alcance particular.” C. A. Cont. Adm. y Trib. C.A.B.A., Sala
I, Causa Nro.: 24309/0. Autos: E. P. L. DE LA C. c. GCBA s. Amparo (Art.14 CCABA), 03-IV-
2008. Sentencia Nro. 36.
27 En estas condiciones, es claro que el objeto del amparo se agotó: la asistencia habitacional se mantiene por
vía de subsidio, o de alojamiento en hoteles, para los beneficiarios originales del Decreto N° 607/97 (ver
solución coincidente, STJ, in re “M. V.,J. F. y Otros c/ GCBA s/ amparo (art. 14 CCABA) s/ recurso de
inconstitucionalidad concedido”, 4-XII-2003. En idéntico sentido: C.A. Cont. Adm. y Trib. C.A.B.A, Sala
II, Expte. Nº EXP 3212/0 “D., M. P. c/GCBA s/Amparo (art. 14 CCABA)”, 22-II-2005. Sentencia Nº 27.
También, C. A. Cont. Adm. y Trib. C.A.B.A., Sala II, Expte. Nº EXP 2815/0, “Naccheri, Ana María y Otros
c. GCBA s. Amparo (art. 14 CCABA)”22-II-2005. Sentencia Nº 28.
28 “La cláusula del Decreto Nº 895/2002, que otorga el beneficio de un subsidio habitacional “por única vez”,
no requiere de por sí una declaración de inconstitucionalidad pues es el Poder Ejecutivo quien deberá arbitrar
los medios que entiendan pertinentes para la protección del derecho habitacional de los beneficiarios. Lo
que podrá consistir, desde ya, en la prolongación del beneficio otorgado de algún otro plan que garantice
el efectivo goce del derecho aparado y permita el desarrollo progresivo (y no regresivo) del acceso a una
vivienda digna y que, en cumplimiento de la normativa en materia de derechos humanos vigente, preserve
la integridad del grupo familiar que se encuentra actualmente en situación de calle”. C.A. Cont. Adm. y Trib.
C.A.B.A., Sala II, Expte. Nº 8714/0, “A., C. R.y Otros c/GCBA s/Amparo (art. 14 CCABA)”, 26-VIII-2005.
Sentencia Nº 166.
242 V ANUÁRIO BRASILEIRO DE DIREITO INTERNACIONAL | V. 1

La Justicia asimismo ha velado inclusive sobre las condiciones que deben ser
satisfechas por el inmueble que es asignado en cumplimiento de la manda, para
considerar que realiza adecuadamente el derecho constitucional.
Es así que por ejemplo se confirmó una ampliación de una medida cautelar
otorgada por un Juez de primera instancia que ordenara al Instituto de la Vivienda de
la Ciudad Autónoma de Buenos Aires a que en el plazo de 5 días de notificado ésta
arbitrara las medidas necesarias a fin de proveer a la actora y a su grupo familiar una
vivienda que garantizara sus necesidades básicas y de salud, teniendo en cuenta la
especial situación del menor. A tales fines se dispuso las condiciones que tenía que
tener esa vivienda, en cuanto a habitaciones y comodidades29.

5.1.4. Derecho a la Educación


En términos de derecho individual a la educación, se han dictado numerosos
pronunciamientos en los cuales la justicia removió obstáculos creados tanto para
educadores como para educandos.
El caso de personas con capacidades diferentes, se ha convertido en uno de los
tópicos en los cuales la judicatura local más énfasis ha puesto. Tanto la Corte Suprema
de Justicia de la Nación,30 como la Justicia de la Ciudad han ordenado a los Gobiernos
a arbitrar los medios necesarios para posibilitar la concurrencia a la escuela de un niño
con discapacidad con la asistencia permanente del personal de apoyo especializado,
que cumpliera con las exigencias que las condiciones del menor requirieran31. En
forma general, la Corte Suprema ha cuestionado normas provinciales que dificulten la
educación, invocando al respecto disposiciones internacionales.32

5.1.5. Derecho Cultural


El derecho cultural, incluido el de educación, cuentan con numerosos fallos
judiciales por medio de los cuales se atiende a su satisfacción, ello por vía del

29 C. A. Cont. Adm. y Trib. C.A.B.A., Sala I, Causa Nro.: 25831-3, “E. T. P. E. Y OTROS c/ INSTITUTO DE
VIVIENDA DE LA CABAY OTROS s/ OTROS PROCESOS INCIDENTALES”, 12-XI-2008. Sentencia
Nro. 121.
30 CSJN, R. 1629. XLII; RHE Rivero, Gladys Elizabeth s/amparo – apelación, 09-VI-2009, T. 332, P. 1394-
31 C.A. Cont. Adm. y Trib. C.A.B.A., Sala II, Expte. Nº EXP 15516/1, A., K. E. y Otros c/GCBA s/Otros
Procesos Incidentales, 29-IV-2005. Sentencia Nº 77.
32 “La subsistencia de normas provinciales que afectan gravemente el régimen jurídico estructurado por el
Estado Nacional para conformar un sistema educativo permanente, conduciría a generar eventualmente la
responsabilidad del Estado por incumplimiento de obligaciones impuestas en tratados internacionales, habida
cuenta que, según las normas incluidas en aquéllos, son los Estados los que tienen el poder de garantizar
el derecho a la educación (arts. 13, inc. 2°, del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales
y Culturales; 26, párrafo 1°, de la Declaración Universal de Derechos Humanos y 26 de la Convención
Americana sobre Derechos Humanos).CSJN, F. 466. XXXVII., Ferrer de Leonard, Josefina y otros c/
Superior Gobierno de la Provincia de Tucumán s/ amparo, 12-VIII-2003, T. 326, P. 2637.
Derechos Económicos, Sociales y Culturales 243
Su Operatividad en el Sistema Americano y el Caso de la República Argentina

dictado de medidas cautelares innovativas y no innovativas, e inclusive por medio de


reparaciones ulteriores, cuando el daño fue efectivamente causado.33

5.2. Jurisprudencia Referida a Afectados Colectivos


Un repaso de la jurisprudencia vinculada a este tema muestra el extraordinario
desarrollo que estas decisiones han asumido en el derecho público de la Argentina
y particularmente en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, pudiéndose afirmar sin
temor a equivocaciones, que ninguna otra jurisdicción en la Argentina presenta tamaña
cantidad y variedad de fallos vinculados a la cuestión.

5.2.1. Salud
En salud se han visto casos en los que se imparte la orden contra un hospital en
particular o con respecto del Ministerio de Salud respecto de todos ellos. Así por
ejemplo se ha resuelto por medio de una medida cautelar se garantice la seguridad
de las pacientes y del personal que se desempeña en un hospital psiquiátrico,
ordenándose se contrate el personal suficiente para proveer el servicio de seguridad de
forma adecuada y eficaz,34 o a una provincia para que brinde condiciones adecuadas
en sus clínicas y sanatorios.35 Más recientemente se ha obligado al Estado a desarrollar
programas contra la adicción a la droga denominada “paco”, controlando y exigiendo
determinadas condiciones de cumplimiento al mismo.36 Asimismo se ha legitimado
33 En un caso se condenó a una empresa constructoraa abonar la suma de $ 500.000 y al GCABA el monto de
$ 550.000 por el daño colectivo extrapatrimonial causado a los habitantes de la CABA, por la demolición de
un edificio integrante del patrimonio cultural-histórico (-casa “Millán”-, cuyo propietario fue el cofundador
del barrio de Flores), en tanto ello implicó la privación del uso, goce y disfrute de los bienes que forman parte
del patrimonio histórico y cultural cuya protección ha sido expresamente consagrada constitucionalmente
(arts. 41 y 43, CN). C. A. Cont. Adm. y Trib. C.A.B.A., Sala II, Causa Nro.: 1772/0. Autos: DEFENSORIA
DEL PUEBLO DE LA CIUDAD DE BUENOS AIRES c/ GCBA Y OTROS s/ OTRAS DEMANDAS
CONTRA LAAUT. ADMINISTRATIVA, 14-VIII-2008.
34 C. A. Cont. Adm. y Trib. C.A.B.A., Sala I, Causa Nro.: 15558-0. Autos: ACUÑA MARIA SOLEDAD c/
GCBA s/ AMPARO ( ART.14 CCABA), 18-VII-2008. Sentencia Nro. 113.
35 CSJN, Quienes tienen a su cargo la administración de los asuntos del Estado deben cumplir con la
Constitución garantizando un contenido mínimo a los derechos fundamentales y muy especialmente en
el caso de las prestaciones de salud, en los que están en juego tanto la vida como la integridad física de las
personas; una sociedad organizada no puede admitir que haya quienes no tengan acceso a un hospital público
con un equipamiento adecuado a las circunstancias actuales de la evolución de los servicios médicos, y no
se cumple con ello cuando los servicios son atrasados, descuidados, deteriorados, insuficientes, o presentan
un estado lamentable porque la Constitución no consiente interpretaciones que transformen a los derechos
en meras declaraciones con un resultado trágico para los ciudadanos (Voto del Dr. Ricardo Luis Lorenzetti).
M. 291. XL; RHE, Ministerio de Salud c/Gobernación s/acción de amparo, 31-X-2006, T. 329, P. 4741.
36 “En el caso, el dictado del Decreto nº 1681/07 con posterioridad a la promoción de la acción, por el
cual se creó el Programa Programa Interministerial de Proyectos Especiales “Atención Integral sobre el
Consumo y Dependencia de la Pasta Base de Cocaína, no hizo devenir abstracta la cuestión, dado que
existe una gran distancia entre la existencia de una norma y la adopción de las medidas concretas y
pertinentes que se deben adoptar para hacerla efectiva. Esto es, entre la validez y la eficacia de las
normas. En rigor, esa norma no comprueba per se cuál es la asistencia concreta que se está dispensando
a los menores afectados por el consumo del “paco”. Es decir, no se cumple con el objeto de la pretensión
mediante el simple dictado de un decreto por el que se implementa un programa, si no se acredita
-paralelamente- su vigencia práctica y, además, que las medidas adoptadas sean suficientes frente a la
244 V ANUÁRIO BRASILEIRO DE DIREITO INTERNACIONAL | V. 1

a asociaciones civiles para reclamar por planes generales en materia de políticas de


control de natalidad.37

5.2.2. Derecho al Habitat


Respecto de este tema, existen diversas decisiones judiciales en las que
reconociéndose la representación colectiva a asociaciones que nuclean a diversas
familias alcanzadas por un mismo problema habitacional, se decide respecto del
universo de las mismas.38
En tal sentido se resolvió que aún tratándose de un derecho social, el estado de
derecho obliga que frente a toda exigencia constitucional o legal, la Administración
no está facultada, sin coaccionada a actuar en consecuencia. 39
Ahora bien, también puede ocurrir que el avance que suponen estas decisiones,
a la hora de la ejecución enfrenten el mismo problema económico que tiene
cualquier ejecución presupuestaria, con más la posibilidad cierta de que además
la Justicia no acompañe ese proceso, tal como se ha advertido.40 41
Entre esas obligaciones vinculadas al hábitat, también se ha dispuesto la obligación
de suministrar agua potable a zonas carenciadas; sosteniéndose en tal sentido que ese
derecho es un derecho humano fundamental cuyo respeto por parte de los poderes

dimensión del problema. C. A. Cont. Adm. y Trib. C.A.B.A., Sala II, Causa Nro.: EXP 23262- 0. Autos:
ASESORIA TUTELAR JUSTICIA CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO Y TRIBUTARIO c/
GCBA s/ AMPARO (ART. 14 CCABA)”, 17-II-2009.Por su parte la CSJN en autos D. 1270. XLI; RHE
Defensoría del Niño c/provincia del Neuquén s/acción de amparo, 07-X-2008, ordenó a la Justicia de la
Provincia de Neuquén que siguiera estudiando un planteo respecto de la política general de dicho Estado
respecto de los menores que consumen drogas.
37 CSJN, M. 970. XXXIX; REX “Mujeres por la Vida - Asociación Civil sin Fines de Lucro —filial Córdoba—
c/E.N. —P.E.N.— M° de Salud y Acción Social de la Nación s/amparo”, 31-X-2006, T. 329, P. 4593.
38 C. A. Cont. Adm. y Trib. C.A.B.A., Sala II, Asociación Civil Casa Amarilla 2005 c. GCBA y Otros s.
Amparo (Art. 14 CCABA). 02-XII-2008. Sentencia Nro. 1237. Nota: en igual sentido se resolvió en la causa
Nº8700;C. A. Cont. Adm. y Trib. C.A.B.A., Sala I, Causa Nro.: 26034-0. Autos: M. B. R. Y Otros c. GCBA
y otros s. Amparo (Art. 14 CCABA), 23-XII-2008.
39 Con el objeto de posibilitar la reubicación de las personas y así garantizar debidamente sus derechos, la
Ciudad deberá otorgar albergue en hoteles u otros ámbitos que reúnan condiciones de habitabilidad, dignidad
y seguridad adecuadas, o un subsidio suficiente para satisfacer las necesidades básicas de vivienda. La
reubicación o percepción del subsidio se hallarán condicionadas a la efectiva desocupación de los inmuebles
que, con carácter transitorio, ocupan los beneficiarios, y no implicará la renuncia a la vivienda definitiva en
los términos de la Ley Nº 1987. C. A. Cont. Adm. y Trib. C.A.B.A., Sala I, Causa Nro.: 26034-0. Autos: M.
B. R. y otros c. GCBA s/ Amparo (Art. 14 CCABA), 23-XII-2008.
40 Ver causa Vizeconte Mariela c. Estado Nacional, el Juzgado Nacional en lo Contencioso Administrativo
Federal Nº 11, María José Sarmiento, consideró que como existía una previsión presupuestaria para el
desarrollo de esa vacuna, no podía exigir nada más al gobierno. Además señaló que excedía el marco del
amparo judicial garantizar el acceso a la medicación de todos los habitantes de las zonas afectadas. La
decisión fue apelada. En junio de 1998, la Sala IV de la Cámara Nacional en lo Contencioso Administrativo
Federal, revocó la decisión.
41 Ver, Gabriela Kletzel y Laura Royo con la colaboración de Carolina Fairstein, Pilar Arcidiácono y Diego
Morales, “Una experiencia de exigibilidad jurídica y política del derecho a la vivienda: El caso de los Vecinos
de Villa la Dulce”, Buenos Aires, CELS, junio de 2008. http://www.cels.org.ar/common/documentos/
sistematizacion_ladulce.pdf
Derechos Económicos, Sociales y Culturales 245
Su Operatividad en el Sistema Americano y el Caso de la República Argentina

del Estado no puede ser obviado, ya sea por acción o por omisión, toda vez que se
constituye como parte esencial de los derechos más elementales de las personas como
ser el derecho a la vida, a la autonomía y a la dignidad humana, derechos que irradian
sus efectos respecto de otros derechos de suma trascendencia para el ser humano,
como ser, el derecho a la salud, al bienestar, al trabajo.42

5.2.3. Asistencia Social


También abundan los procesos en los cuales se ha ordenado asistencia social;
aunque en materia colectiva, tal vez el fallo que más polémica despertó en cuanto a
sus alcances fue la medida cautelar dispuesta por el Juzg. Cont. Adm. yTrib. Nro. 2,
al GCABA, por medio de la cual se acordó a partir del 1ro de Septiembre de 2005
a todos los “Recuperadores de Residuos Reciclables “– Ley 992,(cartoneros), que
se encuentren inscriptos en el Registro Único Obligatorio Permanente (art. 4to ley
992) un subsidio mensual provisional por cada hijo menor de diecisiete (17) años de
edad de pesos doscientos cinco ($ 205.-) (monto según Decreto 212/05) 43. La suma a
abonar por ese concepto, tenía una incidencia presupuestaria marcada.

6. El Quid de la Economía

Hasta aquí hemos intentado hacer una descripción respecto del marco jurídico en
general y de la forma en que la Justicia argentina ha resuelto distintos casos que se le
han presentado vinculados a los DESC.
Ahora bien resulta necesario hacer otro análisis, al cual suelen escaparle tanto
abogados como muchas veces los propios Jueces, es el económico.44 Una vía de escape
a confrontar con la necesidad de recursos es el mero desentendimiento de la situación.
Planteada la cuestión a un reputado Juez del fuero, el mismo nos dijo, “yo estoy para
impartir Justicia mediante la aplicación de las normas existentes, si el Constituyente y el
Legislador, apreciaron las circunstancias y reconocieron determinados derechos, planteado
el caso, no puedo preguntarme cómo se hará efectivo, sino determinar el mismo”.45 Esa

42 Cámara de Apelaciones Contencioso, Administrativo y Tributario, Sala I, Causa Nro.: 20898/0,


ASOCIACION CIVIL POR LA IGUALDAD Y LA JUSTICIA c/ GCBA s/ AMPARO., 18-VII-2007.
43 “Montenegro Patricia Alejandra y Otros c. GCBA s. Amparo (ART. 14 CCABA)” , Exp. 17378 / 0,
10-VIII,Ciudad de Buenos Aires,10-VIII-2005.
44 Una afirmación que prescinde de ese factor por ejemplo se encuentra en los decires de una muy reputada
entidad dedicada a la protección de los derechos humanos: “La violación de los derechos económicos,
sociales y culturales no es una cuestión de ausencia de recursos adecuados, si no de falta de voluntad,
negligencia y discriminación”, Amnesty Internacional,http://www.amnesty.org.ar/nuestro-trabajo/temas/
derechos-economicos-sociales-yculturales.
45 Casi bajo iguales términos dice, “De acuerdo con la doctrina de separación de poderes, lo judicial no debería
imponerse por sobre las legítimas funciones de hacer la ley y la política de las ramas coordinadas al ordenar
la adopción de una política que el legislativo o el ejecutivo haya rechazado previamente o que no haya
considerado en primera instancia. Sin embargo, una vez que la legislatura o el ejecutivo ha creado una ley,
ratificado un tratado, o se ha comprometido en una política consistente, la corte podrá hacer responsable
a la otra rama en cuanto a las obligaciones legales que se han asumido según las mismas (es decir, según
246 V ANUÁRIO BRASILEIRO DE DIREITO INTERNACIONAL | V. 1

declaración tiene además sentencias que lo respaldan afirmando que en tal estado de
cosas, la actuación del Poder Judicial, comprobado el incumplimiento de un mandato del
legislador y, consecuentemente, la violación a un derecho, se ciñe a disponer las medidas
necesarias a los fines de revertir el proceder contumaz de la administración.4647
Sobre el particular, el voto del Dr. Carlos Balbín es elocuente:

“Los jueces como integrantes de uno de los poderes del estado


se encuentran en la misma obligación que los legisladores o los
organismos administrativos en lo que se refiere al respeto y realización
de los derechos reconocidos expresa o implícitamente en los pactos
internacionales que, en el caso particular de nuestro país, además, gozan
de jerarquía constitucional tras la incorporación –como consecuencia
de la reforma constitucional de 1994- del artículo 75 inciso 22 a la Ley
Suprema, conformando juntamente con las cláusulas constitucionales
y el resto de las normas internacionales a las que adhirió nuestro país
el llamado “bloque de constitucionalidad” que debe orientar toda la
actividad ejecutiva, legislativa y judicial de nuestro país. Ello, cuando
deban intervenir en la resolución de controversias entre partes traídas
ante sus estrados.”48

la doctrina relacionada de revisión judicial). Esto no constituye una violación de doctrina de separación
de los poderes; más bien es precisamente la razón por la cual fue creada la doctrina—es decir, para evitar
el ejercicio arbitrario del poder público al asegurar la rendición de cuentas políticas de los sectores más
poderosos”. Melish, Tara, “La Protección de los Derechos Económicos, Sociales y Culturales en el Sistema
Interamericano de Derechos Humanos: Manual para la Presentación de Casos”, Orville H. Schell, Jr. Center
Centro de Derechos for International Human Rights Económicos y Sociales Yale Law School CDES, Quito,
2003, Pp 62-63.
46 Cámara de Apelaciones Contencioso, Administrativo y Tributario, Sala II, Causa Nro.: 22076/0,Barila,
Santiago c/ GCBA s/ Amparo (art. 14 CCABA), 17-II-2009.
47 Se ha afirmado frente a este dilema la supremacía de las metas constitucionales con prescindencia del marco
presupuestario, así se ha dicho que: “Existe una correlación lógica entre los derechos constitucionales,
la organización pública y la legislación presupuestaria. Pero mientras las estructuras administrativas
y la legislación presupuestaria son medios, la protección de los derechos constitucionales es un fin en sí
mismo. El principio de razonabilidad de las leyes cobra aquí todo su vigor; son los medios los que deben
ser adecuados a los fines. No los fines a los medios (Horacio Corti, “Crítica y defensa de la supremacía
de la Constitución”, LL 1997-F, 1033).” “Es ilegítimo cualquier intento de invertir el orden jerárquico de
las disposiciones, subordinando los derechos constitucionales a las decisiones presupuestarias. Una errónea
valoración de la actividad financiera pública y del Derecho Financiero pone en cuestión el sentido último
del Estado constitucional de derecho: el valor de la persona y la protección irrestricta de sus derechos.” C.A.
Cont. Adm. y Trib. C.A.B.A., Sala II, Expte. Nº EXP 8014/0 –“Cámara, José Eduardo c/GCBA s/Amparo
(art. 14 CCABA)”, 28-IV-2005. Sentencia Nº 73.
48 Cámara de Apelaciones Contencioso, Administrativo y Tributario, Sala I, Causa Nro.: 20898/0, “Asociación
civil por la igualdad y la justicia c. GCBA s. Amparo”, 18-VII-2007.
Derechos Económicos, Sociales y Culturales 247
Su Operatividad en el Sistema Americano y el Caso de la República Argentina

Las decisiones en la materia de DESC, más allá de la invocación de la reserva del


actuar de la administración, no exoneran de lajudiciabilidad de las mismas, tal como
ha sido decidido conforme ilustran las citas traídas.49
Pero esta salida conlleva el germen de que dificultades en su aplicación ulterior
o simplemente que se convierta en letra muerta, al no ejecutarse, ni seguirse su
cumplimiento50. Es que con prescindencia de que el sentenciante se preocupe o no sobre
desarrollo ulterior que habrá de tener su sentencia o del efecto que la misma habrá
de producir sobre la economía del Estado, no resulta menos cierto que el presupuesto
es uno sólo.51 Ello implica que hay determinados recursos y no más, para cubrir el
conjunto de demandas que tiene la sociedad en servicios, bienes y prestaciones a
cargo del Estado.
No es necesario ahondar demasiado para saber a dónde se dirige este comentario.
Si las demandas son escalonadas o simplemente aparecen en el tiempo sin acumularse,
será posible que algunas o tal vez todas ellas puedan ser cumplidas. Si son medidas
generales, amplias y concomitantes sobre distintos temas, ¿Cómo hacer para ejecutar
todas ellas? ¿Quién tendrá prioridad? ¿La primera medida judicial obtenida o aquella
que contenga los valores más importantes en juego? ¿No es beneficiar a aquellos que
tienen mejor acceso a la Justicia de aquellos que no pueden hacerlo? Para hacer aún
más gráfico el tema; si un Juez ordena se cree un programa para sacar a los menores del
flagelo del Paco, otro ordena se arreglen todas las escuelas de la Ciudad, otro dispone
que se suministren insumos a hospitales; todas ellas medidas loables e indiscutibles,
que ninguno puesto a juzgar evitaría adoptar, ¿a quién deberá hacer caso primero la
Administración que sabe habrá de afrontar esos costos con la misma billetera?
Es en este punto donde aparece la búsqueda de un equilibrio entre la plena vigencia
de los derechos económicos, culturales y sociales, cuando se intenta que los mismos
sean satisfechos mediante órdenes judiciales y los poderes electos por los votantes, es
decir Poder Legislativo y Ejecutivo.
La teoría política nos enseña que estos dos últimos poderes, en tanto canalizadores
de la representación popular, son quienes deben ordenar las prioridades políticas
y consecuentemente de ejecución de gastos plasmada en el presupuesto votado
anualmente, ello conforme al diseño que solicitan sus propios representados. Mal
cumpliría el gobernante, si en un momento político el votante demanda y lo acompaña

49 En el caso, la señora juez de grado ordenó al Gobierno de la Ciudad que arbitre los medios necesarios para
posibilitar la concurrencia a la escuela de un niño con discapacidad con la asistencia permanente del personal
de apoyo especializado que cumpla con los requisitos que el menor requiera. Asimismo hizo saber a la
Secretaría de Educación que debería comunicar la medida a la Directora a fin de garantizar el inicio del ciclo
lectivo.
50 Numerosos informes del CELS dan cuenta de la falta de seguimiento ulterior en el cumplimiento de las
sentencias por las que se disponen derechos sociales, máxime cuando estas abarcan a un colectivo de
afectados.
51 “El escrutinio judicial del gasto público es viable y no invade la competencia de otros poderes, cuando en
un proceso en el que se impugna la lesión de derechos, resulta dirimente la consideración de ese gasto”, TSJ
CABA, “F., E.R. c. Ciudad de Buenos Aires”, 14-IX-2007.
248 V ANUÁRIO BRASILEIRO DE DIREITO INTERNACIONAL | V. 1

con su decisión electiva, sobre la promesa de mejorar la salud pública y éste dedicara
todos sus recursos a la seguridad. Bien podría ser el caso contrario o infinidad de
posibles combinaciones; pero lo cierto es que esos poderes se asumen como intérpretes
de la voluntad soberana y como tales destinados a ordenar las prioridades de la
sociedad en términos de gobierno.
Bajo esta premisa, se observa entonces que medidas de amplitud en la materia, tales
como disponer que se les brinde viviendas a dos mil habitantes, sabiendo que detrás
existen muchos más carenciados, pero no sólo en viviendas, sino en salud, educación,
alimentación, seguridad, etc., implican asumir un rol de asignación de prioridades
sociales, que no parece propio del Poder Judicial; sino de aquellos poderes electos
y que serán removidos por el mismo voto popular para el caso de no asignársele la
atención debida.52
Esto no implica ir en desmedro del valioso avance jurisdiccional en hacer que
estos derechos humanos sean cumplidos, sino en la necesidad de intentar armonizar
los esfuerzos conjuntos de todos los poderes del Estado, en procura de cumplir con las
exigencias constitucionales, tal como a nuestro entender auspiciosamente propone la
Cámara en lo CAYTCABA en autos “M.B.R. y Otros c. Gcba”.53

7. Conclusiones

Los derechos económicos, sociales y culturales integran la categoría de los


derechos humanos y comparten con todos ellos, las características de ser universales,
indivisibles, irrenunciables, absolutos e interdependientes.
Los derechos económicos, sociales y culturales, en tanto tales, son plenamente
operativos habiéndose desplazado la teoría que sostenía su mero carácter programático54
y tienen su piso de ejecución, en el nivel de desarrollo económico alcanzado por

52 Comité de DESC de la ONU lo ha explicado: “A veces se ha sugerido que las cuestiones que suponen una
asignación de recursos deben remitirse a las autoridades políticas y no a los tribunales. Aunque haya que
respetar las competencias respectivas de los diversos poderes, es conveniente reconocer que los tribunales
ya intervienen generalmente en una gama considerable de cuestiones que tienen consecuencias importantes
para los recursos disponibles. La adopción de una clasificación rígida de los derechos económicos, sociales
y culturales que los sitúe, por definición, fuera del ámbito de los tribunales sería, por lo tanto, arbitraria
e incompatible con el principio de que los dos grupos de derechos son indivisibles e interdependientes.
También se reduciría drásticamente la capacidad de los tribunales para proteger los derechos de los grupos
más vulnerables y desfavorecidos de la sociedad.” Comité DESC ONU,Observación General 9, párr. 10.
53 Por tanto, el Tribunal advierte la necesidad de evitar —por todos los medios disponibles— la continuidad
de este estado de cosas, que hace imprescindible la reubicación urgente de los habitantes del asentamiento.
Para concretar esta finalidad, el Señor juez de primera instancia deberá convocar a las partes, con la urgencia
del caso, a una audiencia en la que propondrá las fórmulas conciliatorias que estime pertinentes (doctr. art.
29, inc. 2, ap. ‘a’, CCAyT) para que los litigantes acuerden la reubicación de la totalidad de los habitantes
del asentamiento, a fin de posibilitar el cierre del centro de evacuados. Cámara de Apelaciones Contencioso,
Administrativo y Tributario, Sala I, Causa Nro.: 26034-0, “M. B. R. y Otros c. GCBA y Otros s. Amparo
(Art. 14 CCABA)”, 23-XII-2008.
54 La lucha por los derechos sociales y de tercera generación debe comenzar por considerar a estos derechos
como bienes, incorporados a los activos de cada ciudadano y no como una abstración conceptual que sólo
Derechos Económicos, Sociales y Culturales 249
Su Operatividad en el Sistema Americano y el Caso de la República Argentina

una sociedad. Ello implica que en cada País, y aún dentro del mismo si se tratara de
una Federación, debe exigirse al mismo y a las Provincias garanticen estos derechos,
conforme a su grado de desarrollo.
La jurisprudencia emanada de los órganos americanos, determina la judiciabilidad
del cumplimiento de esos derechos, en materia de análisis del cumplimiento de
una efectiva progresividad y particularmente en la prohibición de retroceso en los
desarrollos que se logren en la materia.
La Justicia argentina ha realizado importantes avances en la materia; sin embargo,
en algunos supuestos no se puede escapar a la propia lógica del funcionamiento
jurisdiccional: se focaliza y centra en la solución del caso que se encuentra por ante él.
Ahora bien, es indudable la existencia de posibles colisiones, siendo que resolver
un planteo individual por indiscutibles y elogiables que sean las intenciones del
sentenciante, sin considerar el sistema económico y el universo de demandas políticas,
sociales, culturales, entre otras de una comunidad, máxime en aquellos expedientes
en los que se deciden medidas judiciales con un alcance colectivo amplio, tales como
ordenar la construcción de múltiples viviendas, asignar programas de salud para todo
un grupo poblacional determinado o respecto de la totalidad de los colegios, puede
constituirse en un grave problema para quienes tienen a su cargo la administración de
recursos escasos.
La tensión entre jueces, administración y legislatura, se torna entonces en un
problema constante, que requiere de una mutua comprensión. Por cierto algunos jueces
han elegido el camino de las audiencias y búsqueda de compromiso por parte del
Gobierno, actuando en muchos casos como facilitadores o mediadores en la búsqueda
de una solución. Otros jueces han impartido sentencias medidas y razonables dentro
del marco existente, ordenando el cumplimiento de las previsiones constitucionales y
dejando en cabeza de la Administración decidir los medios para llevarlas adelante; y
muy pocos, se encuentran en una línea de avance desmedido sobre atribuciones que
corresponden a los poderes electos democráticamente, sustituyendo en la práctica a
los mismos e imponiendo valoraciones personales que se apartan del derecho55.
Dicho esto, queda claro que la responsabilidad por el cumplimiento de los
derechos económicos, sociales y culturales compete a todos los poderes del Estado y
que su incumplimiento genera las consecuentes responsabilidades estaduales, pero su
desarrollo no puede realizarse sin un mutuo entendimiento de todos los actores en el
proceso con vistas al único destinatario de toda la acción pública: el hombre.

puede encontrarse en un texto constitucional o un libro de la materia.21 Jauretche, Arturo: “Manual de


Zonceras Argentinas”, Corregidor, Buenos Aires, 2005, pág. 153.
55 Nos permitimos recomendar la lectura, por su claridad, de Gordillo Agustín y otros, “Derechos Humanos”,
Fundación de Derecho Administrativo, 5ta. Ed, Buenos Aires, 1999, Cap. X.

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