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Libro de Fianzas.
Libro de Fianzas.
_________________________________
Alberto Baumeister T.
CI.
ii
ÍNDICE GENERAL
CAPÍTULOS
I. CONTRATO DE FIANZA. 12
A. Definición. 12
1.- El Contrato de Fianza es consensual 14
2.- El contrato de fianza es, en principio,
14
unilateral.
3.- El contrato de fianza es gratuito. 15
3.- El Fiador. 19
C. Forma de Extinción de la Fianza. 20
1.- Extinción por vía de consecuencia. 21
iii
2.- Relación entre el fiador y el acreedor. 23
A. El Contrato de Seguros. 32
1. Definición del Contrato de Seguros. 32
2. Condiciones de validez legal del Contrato
de Seguros otorgadas por Compañías de 35
Seguros.
a.- Elemento documental (formal). 35
b.- Elementos personales. 36
c.- Elementos reales: las cosas. 39
d.- Elementos técnicos. 40
1) La Prima. 40
2) El Riesgo. 41
3) El siniestro. 41
e.- Elementos económicos. 42
3. Las partes que intervienen en el Contrato
43
de Seguro y sus obligaciones.
iv
1. Naturaleza y alcance de las Fianzas
51
otorgadas por empresas de seguros.
2. Condiciones de validez legal de las Fianzas
52
otorgadas por Compañía de Seguros.
3. Tipologías de Fianzas que otorgan las
56
empresas de seguros.
a.- Fianzas de Licitación. 58
b.- Fianzas de obligaciones laborales. 59
c.- Fianzas de Aduanas. 61
d.- Fianzas de Anticipos. 64
e.- Fianza Fidelidad. 65
f.- Fianzas Judiciales. 68
4. Marco legal y reglamentario de las Fianzas
otorgadas por las compañías de seguros en 69
Venezuela.
5. Diferencias entre el Contrato de Seguros y
98
el Contrato de Fianzas.
a.- Diferencias Jurídicas. 100
b.- Diferencias Técnicas. 105
6. La importancia de la Fianza en el sector de
seguros en Venezuela. 109
v
3. El Siniestro de Fianzas otorgadas por
1116
empresas de seguros.
D. Factibilidad de asimilación de los contratos de
fianza otorgados por empresas de seguros al 117
contrato de seguros en general.
vi
fianzas en el mercado de seguros en
Venezuela.
CONCLUSIONES. 152
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICA. 157
vii
UNIVERSIDAD CATOLICA “ANDRES BELLO”
DIRECCIÓN GENERAL DE LOS ESTUDIOS DE POSTGRADO
AREA DE DERECHO
ESPECIALIDAD EN DERECHO MERCANTIL
viii
INTRODUCCIÓN.
9
La Ley de la Actividad Aseguradora, publicada en la Gaceta Oficial
Extraordinaria N° 5.990 de fecha 29 de julio de 2010, establece que las
empresas de seguros autorizadas para operar en ramos de seguros
generales podrán realizar operaciones de fianzas siempre que éstas no
sean garantías financieras, avales o las fianzas a primer requerimiento.
10
En este sentido, la presente investigación es una revisión bibliográfica de
fuentes doctrinarias, jurisprudenciales y legales sobre el Contrato de
Fianza mercantil en el mercado asegurador venezolano, co n la cual se
pretende realizar una aproximación a sus elementos definitorios, su
tipología, régimen legal vigente y condiciones de solicitud y otorgamiento,
así como el análisis teórico-legal para determinar la factibilidad de asimilar
el Contrato de Fianza con el Contrato de seguros, para identificar cómo
las empresas de seguros en Venezuela llegan a otorgar Contratos de
Fianzas, resultando ser una actividad diferente a la de su objeto o razón
social: la actividad de asegurar.
11
CAPÍTULO I
EL CONTRATO DE FIANZA
A. DEFINICIÓN.
12
está obligado subsidiariamente a cumplir la misma obligación, aunque
no necesariamente en toda su extensión. (p.25).
En igual sentido, Ávila Merino (2005, p.9) sostiene que nuestra legislación
civil y mercantil no define lo que es fianza; no obstante, el Código Civil
dispone en su artículo 1.804 los elementos esenciales que configuran el
Contrato de Fianza, y el artículo 544 del Código de Comercio expresa que
“la fianza es mercantil, aunque el fiador no sea comerciante, si tiene por
objeto asegurar el cumplimiento de una obligación mercantil”.
13
La doctrina, en razón de la definición del contrato de fianza supra
expuesta, ha resaltado las siguientes características que permiten su
ubicación dentro de las clasificaciones de los contratos:
14
promete una remuneración), porque el deudor no es parte del contrato de
fianza. Sin embargo, aclara el autor citado, la fianza es bilateral, si el
acreedor se obliga a pagar una remuneración al fiador (lo que rara vez
ocurre).
15
En este sentido, sostiene el autor citado, que lo oneroso (gravoso) en
materia de fianza, pueden entenderse en los siguientes aspectos:
16
• El lapso de cumplimiento de la obligación del fiador, debe ser el
mismo (o mayor, más ventajoso) al concedido al deudor. De
imponer al fiador un lapso menor de cumplimiento (menos tiempo),
se le está condicionando a una situación más onerosa de la
otorgada al deudor.
• Los contratos pueden estar supeditados a condición o condiciones.
La condición impuestas al fiador debe ser igual a más ventajosas
para el fiador de las concedidas al deudor.
17
por causas propias que no afectan a la obligación principal (artículo 1.830
Código Civil).
B. ELEMENTOS DE VALIDEZ
1.- El Consentimiento.
18
2.- Capacidad y Poder.
3.- El Fiador.
19
Estos bienes deben corresponder, según Aníbal Dominici citado por
Hernández (p.60), a aquellos que no tengan impedimentos jurídicos
para proceder contra ellos (embargos, prohibición de enajenar y
gravar, no estar condicionado a litigio o proceso) y estén en el
territorio de la República para que sean fácilmente ejecutables.
20
La obligación del fiador se extingue por los modos de extinción
comunes a todas las obligaciones (artículo 1.830 Código Civil).
21
• El pago hecho por uno de los fiadores al acreedor para obtener que lo
libere de la fianza descarga tanto al deudor como a los demás
fiadores (artículo 1.330 Código Civil), lo cual implica sólo la extinción
parcial de la fianza, ya que no tiene sentido que el fiador pague al
acreedor la totalidad de la obligación para “liberarse” de la fianza.
(p.48).
22
2.- Relación entre el fiador y el acreedor.
23
fiador la mora del deudor, inmediatamente que ésta ocurra (artículo 1.815
Código Civil), so pena de no poder exigir al fiador los interese moratorios
que hayan corrido con anterioridad al aviso.
24
• La nulidad absoluta siempre, y la relativa sólo cuando el deudor la han
hecho valer y no proviene ésta de la contratación de un deudor
incapaz.
• La caducidad o la prescripción del derecho del acreedor o de su propia
obligación.
• Si media un contrato como obligación principal, podrá oponer todas las
causas de disolución y resolución contractual, salvo la de
incumplimiento del deudor.
• El pago de la obligación principal realizada por deudor, lo cual lo
libera.
• La novación de la obligación principal, hecho éste que lobera al fiador.
• La compensación de los que acreedor de deba al deudor, pero no de
lo que el deudor le deba a él mismo (artículo 1.136, Código Civil).
• La pérdida de la cosa debida por el deudor, siempre que dicha pérdida
sea a consecuencia de una causa extraña no imputable, lo cual
exonera de responsabilidad.
• Si el acreedor otorga al deudor la remisión de la deuda, esta situación
puede ser opuesta por el fiador al ser compelido al pago (artículo
1.328 Código Civil).
• Si el acreedor y el deudor realizaren una transacción, ésta podrá der
opuesta por el fiador al acreedor.
• La dación en pago.
• La oferta real y el depósito aprovechan al fiador si el acreedor no la ha
rechazado y el deudor no la retira. Sin embargo, si se produce una
sentencia con autoridad de casa juzgada que declare válidos la oferta
real y el depósito, el deudor no podrá retirarla en perjuicio de sus
fiadores ni aún con el consentimiento del acreedor (artículo 1.310 y
1.311 Código Civil).
25
Además de las defensas que se han expuesto supra, en la fianza civil,
explica Ávila (2005, p.14), el fiador puede oponer al deudor dos beneficios
adicionales, a saber:
1. Fianza y Aval.
Los autores patrios son coincidentes, explica Ávila (2005, p.32), cuando
expresan que el aval es la garantía de una deuda cambiaria, sin embargo,
parecen circunscribirse exclusivamente a la letra de cambio (artículo 438
Código de Comercio).
26
No obstante, el citado autor resalta que es importante dejar establecido
que si bien en el común de los casos el aval es utilizado para garantizar
letras de cambio, también podrá ser perfectamente utilizado para avalar
cheques o pagarés a la orden (p.32).
27
2) La fianza sigue la suerte de la obligación principal, por su carácter de
accesoriedad; si la obligación principal es nula o anulable, también lo
será la fianza, no puede, pues constituirse en general, sino para
garantizar una obligación válida (artículo 1.805 Código Civil).
El Aval en cambio, es válido aunque las obligaciones que garantice
sean nulas, menos en el caso de que la nulidad provenga de vicios de
forma del instrumento (artículo 440 Código de Comercio).
2. Prenda e hipoteca.
28
mueble en seguridad del crédito, la cual deberá restituirse al quedar
extinguida la obligación” (artículos 1.837 y 1.843 Código Civil). Esta
definición, según el autor citado, abarca sólo el contrato de prenda regular
de derecho común.
29
• No puede subsistir, en Venezuela, sino sobre bienes especialmente
designados, por una cantidad de dinero determinada y para garantizar
una determinada obligación principal.
• Es un derecho indivisible por su naturaleza (artículo 1.877 Código
Civil). (p.78).
30
Por otra parte, las garantías reales confieren al acreedor derechos reales
en cosa ajena. En efecto, aclara Gorrondona (p.51), se trata de derechos
que se ejercen sobre los bienes correspondientes y no a través de
intermediarios; son derechos inherentes a la cosa, tienen derecho de
prelación y derecho de persecución.
31
CAPÍTULO II
EL CONTRATO DE FIANZA EN EL MERCADO DE
SEGUROS.
A. EL CONTRATO DE SEGUROS
32
Así, esta definición propuesta permite identificar la característica angular
del Contrato de Seguros, según Rangel (2001, p.126), esto es, el
consentimiento libre y espontáneo de la persona que desea celebrarlo.
33
hecho casual. En efecto, explica Rangel (2001, p.139), el pago de la
prima y, a cambio de ella, el otorgamiento de la cobertura, son actos
absolutamente voluntarios y su contenido es recíprocamente conocido
por ambas partes al momento de contratar, quienes, igualmente,
conocen el momento en que deben ejecutarse las prestaciones que
las favorecen.
34
2. Condiciones de validez legal del Contrato de
Seguros.
35
consentimiento contractual libre y espontáneo de las partes, ya que la Ley
mercantil requiere como necesidad de forma del contrato, que conste por
escrito; así que a falta de escritura, el contrato no se tiene como
celebrado.
36
ser titular del interés asegurable del cual, por los momentos, no se trata
de un interés en “evitar los riesgos” como afirma el Código de Comercio,
ya que los riesgos no se pueden evitar: o los tiene la persona o no los
tiene. De lo que se trata es de un interés en evitar el siniestro, actuar en
consecuencia como lo dispone el ordinal 3° del artículo 568 del
mencionado texto legal.
El segundo, especifica el autor citado, debe, por su parte, cumplir con los
requisitos a los que se contrae la Ley de la Actividad Aseguradora
(artículo 18), publicada en Gaceta Oficial N° 5.990 Extraordinario del 29
de julio de 2010, pero “no so pena de validez del contrato”.
37
de por lo menos diez años en funciones similares de administración,
dirección, control o asesoramiento en la actividad aseguradora. Al menos
un tercio de sus integrantes deben ser directores independientes,
calificados como tales según las normas de gobierno corporativo que
dicte la Superintendencia de la Actividad Aseguradora.
b. Por lo menos la mitad de los integrantes de la junta directiva deben ser
venezolanos o venezolanas. La totalidad de los miembros de la Junta
deben estar domiciliados y residenciados en el país, de acuerdo a lo
establecido en la ley.
c. Los integrantes de la junta directiva no podrán ser cónyuges, o
mantener uniones estables de hecho, o estar vinculados entre sí por
parentesco dentro del segundo grado de afinidad o cuarto de
consanguinidad.
d. Los directores o directoras que sean accionistas deben depositar en la
caja social del sujeto regulado un número de acciones determinado en los
estatutos, de conformidad con lo previsto en el Código de Comercio.
5. Indicar en sus estatutos sociales que las personas que lleven la
dirección efectiva o gestión diaria de la empresa, deben tener calificación
profesional derivada de haber obtenido un título universitario, con
experiencia mínima de cinco años en la actividad aseguradora o poseer
destacada y comprobada experiencia de por lo menos diez años en
funciones similares de administración, dirección, control o asesoramiento
en la actividad aseguradora.
6. Tener como mínimo cinco accionistas. Las personas que posean una
proporción accionaria igual o superior al cinco por ciento (5%) deben tener
experiencia y conocimiento comprobado en la actividad aseguradora, este
requisito aplicará para los accionistas y los representantes de éstos
cuando se trate de personas jurídicas.
La Superintendencia de la Actividad Aseguradora determinará mediante
normas prudenciales los requisitos adicionales y la forma de
comprobación del cumplimiento de los mismos por parte de los
accionistas.
7. Las acciones deben ser nominativas y de una misma clase.
8. Haber enterado en caja, en dinero en efectivo, la totalidad del capital
social suscrito.
9. Especificar el origen de los bienes y recursos económicos utilizados
para la constitución de la sociedad mercantil y proporcionar la información
necesaria para su verificación; si los mismos provienen de personas
jurídicas, deben anexar toda la documentación legal y financiera de la
misma, salvo aquéllas cuyos fondos provengan de instituciones regidas
por la ley especial que regula la materia bancaria.
10. Constituir la garantía a la Nación exigida en la presente Ley.
11. Presentar copia de la Reserva de la denominación comercial en el
Registro Mercantil, y copia de la búsqueda computarizada o reserva de la
marca por ante el Servicio Autónomo de la Propiedad Intelectual.
38
12. Identificación, profesión y cargo del personal autorizado por la
empresa para dirigir comunicaciones y representarla ante la
Superintendencia de la Actividad Aseguradora.
13. Los accionistas y los integrantes de la junta directiva no podrán estar
incursos en las prohibiciones previstas en esta Ley.
El incumplimiento previo o sobrevenido de los requisitos exigidos en este
artículo por parte de las empresas debidamente autorizadas, será
sancionado conforme a lo previsto en la presente Ley”. (Subrayado
añadido).
39
Los puros valores morales, éticos, políticos, religiosos y otros semejantes,
como los relativos al honor, a la dignidad, a la libre expresión del
pensamiento y a los inherentes al estatuto familiar, no siendo susceptibles
de valoración económica, no proporcionan este elemento constitutivo
especial del contrato de seguro. (p.322).
Por otra parte, explica Rangel, las cosas asegurables deben estar
expuestas a los riesgos que toma sobre sí el asegurador. Ello es
consecuencia del artículo 1.141 del Código Civil, el cual, entre los
elementos estructurales de todos los contratos, coloca el objeto del
contrato cuya imposibilidad, ilicitud e indeterminación o indeterminabilidad
no dan vida a una relación negocial cualquiera que ella sea, incluso el
seguro. En consecuencia, explica el autor en referencia, si no existe
riesgo ni cosa, no hay contrato de seguro. (p.327).
1) La Prima.
40
estadísticas (locación, dispersión, probabilidad, composición, estructura,
ocupación, uso o destino, alinderamiento y duración) en el seguro
contemporáneo, y uno de sus efectos capitales es la invariabilidad (actual,
actuarial) por el simple transcurso del tiempo del riesgo, excepto que
durante él varíen los aspectos de los que ella, la prima, es función:
cantidad y la calidad del riesgo asumido.
2) El Riesgo.
3) El siniestro:
41
objetivamente determinable según un valor de mercado, al día del
siniestro.
42
sufrimiento experimentado por el fallecimiento del familiar, o debido al
trastorno, emocional y psíquico en situaciones configuradas por la injuria,
la difamación o las lesiones sufridas. (p.341).
43
Nº 5.553 Extraordinario, dispone en el artículo 7, las partes del contrato
de seguro, a saber:
44
“1. Llenar la solicitud del seguro y declarar con sinceridad todas
las circunstancias necesarias para identificar el bien o personas
aseguradas y apreciar la extensión de los riesgos, en los
términos indicados en este Decreto Ley.
45
B. EL CONTRATO DE FIANZA EN EL MERCADO DE
SEGUROS.
46
2. Que el contrato que dé lugar a la fianza tenga una finalidad
crediticia.
A los fines de esta Ley se entiende por aval, la garantía que se
otorgue al acreedor de un instrumento financiero por medio del
cual el garante se obligue a pagar cuando el o los deudores del
referido instrumento no cumplan.
Se entiende por fianza a primer requerimiento, aquélla
mediante la cual a los efectos de cumplir con la obligación
afianzada, sólo sea necesaria la presentación de una exigencia
de pago escrita o de cualquier otro documento indicado en el
texto de la fianza”.
47
1. Adoptar la forma de sociedad anónima, con no menos de
cinco accionistas personas naturales o jurídicas.
3. Tener como objeto exclusivo la realización de operaciones
permitidas por este Decreto Ley para dichas empresas. A
tales fines la Superintendencia de Seguros dictará las
normas para determinar los parámetros por los cuales se
verificará el cumplimiento de este requisito.
48
cuales realizarán única y exclusivamente operaciones propias de la
actividad aseguradora a que se refiere la autorización que se otorga de
acuerdo con las disposiciones establecidas en la Ley referida y su
reglamento. Igualmente, podrán realizar operaciones de reaseguros,
retrocesiones en los ramos para los cuales han sido autorizadas para
realizar operaciones de seguros, fianzas y reafianzamientos,
verificándose así que la Ley de la Actividad Aseguradora de igual forma
permite que las empresas de seguros efectúen actividades diferentes a la
de seguros como actividad secundaria.
49
En esta disposición se evidencia claramente que la actividad de
afianzamiento de las empresas de seguros, desde el punto de vista de su
objeto, es secundaria, no pudiendo otorgarlas si no está autorizada por la
Superintendencia de la Actividad Aseguradora (antes Superintendencia
de Seguros) para operar en seguros generales.
50
1. Naturaleza y alcance de las Fianzas otorgadas
por empresas de seguros.
51
seguros de ramos generales, no obstante, aclara el autor citado, sería
necesario de inmediato sancionar normas de rango reglamentario para
una mayor claridad legal de la operación.
52
El Comité de Fianza de la Cámara de Aseguradores de Venezuela,
órgano encargado de estudiar, discutir y regular las tarifas y textos de las
fianzas, para solicitar su posterior aprobación, por medio del Consejo
Nacional de Seguros, ante la Superintendencia de Seguros, y las
empresas de seguros tratan de unificar los textos de las fianzas. A través
de este mecanismo las compañías de seguros han conseguido que por lo
menos el setenta por ciento (70%) de los textos de fianzas utilizados sean
comunes para todas las empresas. (p.124)
53
• Copia de su cédula de identidad y la de su cónyuge si es casado
(en caso de tener poder del cónyuge, copia del poder, y en caso de
que exista separación de bienes, copia del mismo).
• Balance actualizado, debidamente firmado por un contador público
colegiado; en caso de poseer bienes inmuebles, documentos que
respalden dicha titularidad, documentos de propiedad de los
inmuebles reflejados en el balance.
54
“En relación con el valor legal de las condiciones del contrato
de fianza, en el sentido de generar obligaciones para las
partes, por estar impresas al reverso del formato, es opinión de
esta Superintendencia de Seguros, que la ubicación de las
mencionadas condiciones no modifica el valor o validez de las
mismas, siendo indiferente si las cláusulas del contrato se
encuentran en el reverso, anverso, en hojas separadas, etc.
55
Finalmente, la nueva Ley de la Actividad Aseguradora establece la
sanción de multa pecuniaria aplicable a las empresas de seguros que
emitan contratos de fianzas en inobservancia de las condiciones
enumeradas en el artículo 160, a saber:
“Artículo 160
Incumplimiento en la emisión de fianzas
Serán sancionadas con multa de cinco mil unidades tributarias
(5.000 U.T.) a ocho mil unidades tributarias (8.000 U.T.) las
empresas de seguros que emitan contratos de fianzas:
1. Sin la aprobación previa de la Superintendencia de la
Actividad Aseguradora.
2. Suscritos por quienes no tengan la cualidad para
comprometer patrimonialmente a la empresa de seguros.
3. Que no establezcan la subrogación de los derechos,
acciones y garantías que tenga el acreedor garantizado contra
el deudor.
4. Que no estipulen la caducidad de las acciones contra la
empresa de seguros al vencimiento de un lapso que no podrá
ser mayor de un año, contado desde la fecha en que el
acreedor garantizado tenga conocimiento del hecho que da
origen a la reclamación.
5. Que no contemplen la obligación del acreedor garantizado
de notificar cualquier circunstancia que pueda dar lugar al
reclamo tan pronto como tenga conocimiento de ello.
6. Que no indiquen el monto exacto garantizado y su duración.
Las empresas de seguros que emitan garantías financieras,
avales o fianzas a primer requerimiento serán sancionadas con
multa de diez mil unidades tributarias (10.000 U.T.) a catorce
mil unidades tributarias (14.000 U.T.)”. (Resaltado añadido).
56
Superintendencia de la Actividad Aseguradora), así mismo, añade Ávila
(2005, p.126), la Ley no da libertad a las compañías para que presenten a
la Superintendencia sus modelos de fianzas de acuerdo a su
conveniencia o a los pedimentos de un acreedor en un momento
determinado, sino que por el contrario obliga a que los textos de fianzas
contengan ciertas condiciones, como las establecidas en el artículo 133
de la Ley de Empresas de Seguros y Reaseguros, tales como la
subrogación de los derechos, acciones y garantías del acreedor principal
contra el deudor; la caducidad de las acciones contra la empresa
asegurada al vencimiento de un plazo que no podrá ser mayor de un año
desde que el acreedor principal tuvo conocimiento del hecho que dio
origen a la reclamación, y la obligación del acreedor principal de notificar
a la empresa aseguradora, tan pronto como tenga conocimiento de ello,
de todo hecho o circunstancia que pueda dar origen el reclamo.
57
efectuarse las notificaciones y las modificaciones al contrario, así como el
domicilio especial que eligen las partes para todos los efectos de ese
contrato de fianza. Según el tipo de fianza de que se trate, existirán
algunas otras condiciones generales.
58
varias personas naturales o jurídicas, para que en caso de estar
interesadas en la realización de la obra, presenten sus ofertas en un plazo
determinado y en sobre cerrado; posteriormente se estudian todas las
ofertas y se elige la más conveniente, utilizando para ello criterios de
economía y conveniencia técnica.
59
La compañía de seguros en virtud de la mencionada fianza renuncia
expresamente a los beneficios acordados en los artículos 1.833, 1.834 y
1.836 del Código Civil.
60
ocurrencia de los siniestros, los montos reclamados sean altísimos y los
montos afianzados sean por mucha menor cuantía.
61
otorgada por empresas de comprobada solvencia económica,
distinta a las antes mencionadas”.
Estas fianzas tienen poco uso, debido a que la gran mayoría de las
importaciones se efectúan a través de agentes aduanales que cuentan
con fianzas permanentes.
62
Evidentemente el fiador deberá pagar cuando retirada la mercancía y
vencido el plazo para cancelar las obligaciones afianzadas, éstas no
hayan sido pagadas. (p.158).
63
d.- Fianzas de Anticipos
64
e.- Fianza De Fidelidad.
65
En principio, es un contrato suscrito entre una persona y la compañía de
seguros, que a cambio de una prima se compromete a cubrir cualquier
pérdida de dinero o bienes pertenecientes al contratante, o en su carácter
de depositario fiduciario o agente, a consecuencia de desfalco,
falsificación, apropiación indebida, estafa, daños maliciosos u otros
fraudulentos, deshonestos o faltos de probidad cometidos por cualquiera
de los empleados del asegurado.
66
inherentes al manejo, custodia o dirección de fondos y/o bienes públicos
según lo define la citada Ley de Hacienda, quien es personal del
acreedor. En virtud de esta fianza la compañía renuncia a los beneficios
acordados en los artículos 1.833, 1.83 y 1.836 del Código Civil.
67
f.- Fianzas Judiciales.
La fianza judicial garantiza, explica Ávila (p.170), las resultas del juicio y
aunque es impuesta por la Ley, presupone que el juez aprecie
previamente su constitución. En este sentido, las fianzas judiciales más
comunes son las solicitadas para el Decreto de Levantamiento de
Medidas, bien sea de embargo o de bienes, secuestro de bienes
determinados, prohibición de enajenar y gravar bienes inmuebles y la
fianza judicial para suspensión de medidas.
68
acreedor, cualquier tipo de convenimiento, desistimiento o transacción
que comprometa el monto total o parcial de la suma afianzada, sin el
consentimiento expreso y por escrito dado por la compañía.
Con base en lo expuesto, afirma Ávila (p.171), que este tipo de fianzas
reúne muchas complejidades, en relación a su vigencia, por razones
obvias, está vinculada a la duración del juicio, que se sabe cuando
comienza peno no cuando concluye. Igualmente la fianza queda sometida
a las complejidades de los procesos judiciales.
Finalmente, explica el autor citado que tanto la fianza judicial para decreto
de medida como la de suspensión de medidas establecen que:
69
La primera Ley sobre la materia, explica Ávila (2005, p.85), se conoció
como la Ley de Inspección y Vigilancia de las Empresas de Seguros,
decretada por el Congreso de los Estados Unidos de Venezuela, el 15 de
julio de 1935. Esta Ley vino a cubrir una necesidad de regulación y
control, pues para entonces ya existían diversas empresas de seguros,
entre otras, Seguros la Previsora y los Seguros Marítimos del Zulia.
Esta Ley, opina el autor citado (p.87), vino a llenar un vacío inmenso
existente en materia de seguros.
70
En cuanto a fianza y a garantías financieras nada establecieron – en
opinión de Ávila (p.87) -, esos primeros cuerpos legales de seguros, ni
sus Reglamentos. Este silencio de la Ley, permitió que si el objeto social
no lo prohibía, las compañías de seguros comenzarían a dar fianzas de
todo tipo para posteriormente pasar a otorgar avales.
71
obligaciones de hacer, b) Fianza de Licitación, c) Fianza de Obligaciones
Laborales, d) Fianza de Anticipos, f) Fianza de Cláusula Penal, g) Fianza
de Fidelidad h) Fianzas Judiciales. Y además se podían otorgar todas
aquellas fianzas que por no tener las características de garantías
financieras, determinase el Reglamento.
72
fecha 8 de agosto de 1995, el Decreto con Fuerza de Ley de Empresas
de Seguros y Reaseguros N° 1.545 de fecha 09 de Noviembre de 2001,
publicado en la Gaceta Oficial de la República Bolivariana de Venezuela
N° 5.553 Extraordinario de fecha 12 de noviembre de 2001, reimpreso por
error material y publicado en la Gaceta Oficial de la República Bolivariana
de Venezuela Nº 5.561 Extraordinario de fecha 28 de noviembre de 2001
y toda norma que contravenga la presente Ley.
Este régimen legal expuesto, al mismo tiempo que establecen los tipos de
fianzas que podían ser utilizados por la compañía de seguro en forma de
garantía, regulan igualmente los requisitos que debían cumplir dichas
fianzas para el momento de su otorgamiento, tales como:
73
• En el documento por el cual se expide una fianza, deberá dejarse
constancia expresa de la resolución por la cual la Junta Directiva
de la empresa de que se traté, aprobó su otorgamiento.
• El documento debe contener condiciones tales que establezca la
subrogación de los derechos, acciones y garantías del acreedor
principal contra el deudor, la caducidad de las acciones contra la
empresa aseguradora al vencimiento de un plazo, que no podrá ser
mayor de un año desde que el acreedor principal tuvo
conocimiento del hecho que dé origen a la reclamación, y la
obligación de este último de notificar a la empresa aseguradora tan
pronto como tenga conocimiento de ello, y de todo hecho o
circunstancia que pueda dar origen al reclamo. (p.96).
En este sentido, la Ley del 1975 establecía que toda fianza otorgada por
compañías de seguros, debería ser determinada en cuanto al monto
máximo y a su duración. (p.96).
74
aduanas, e) Fianza de anticipos, f) Fianza de cláusula penal, g) Fianza de
fidelidad, h) Fianzas judiciales.
En cuanto a los requisitos que deben cumplir las fianzas, esta Ley de
1994 no introdujo ninguna modificación al respecto, permaneciendo
inalterados en su contenido los requisitos establecidos en la Ley de 1975.
75
La segunda disposición de la Ley de Empresas de Seguros y Reaseguros
de 1999 sobre las fianzas en general y de las garantías financieras, es el
artículo 114 el cual establece:
Según Acedo (2002, p.10), este decreto-ley, por una parte, contradice
preceptos constitucionales y legales de mayor jerarquía, y, por otra parte,
sobrepasa la habilitación prevista en la Ley Habilitante.
76
En términos generales, explica el citado autor, dicho decreto-ley, de casi
trescientos artículos, presenta un carácter marcadamente intervencionista
y contiene normas de difícil entendimiento y reglas que no toman en
cuenta elementos regulados en otras leyes, cuyas instituciones llegan a
ser desnaturalizadas; todo lo cual pudiera generar serios problemas de
interpretación, inseguridad jurídica y consecuencias negativas sobre la
actividad aseguradora, con el resultado previsible de paralizar iniciativas,
disuadir inversionistas potenciales y debilitar a las empresas que operan
en el sector, en perjuicio no sólo de éstas, sino también de los
asegurados y de la sociedad en su conjunto.
77
Así, para Acedo (2000, p.1), entre los cambios incluidos en el Decreto-Ley
de Empresas de Seguros y Reaseguros, se pueden mencionar:
78
El numeral 2 del artículo 10 del Decreto con Fuerza de Ley de
Empresas de Seguros y Reaseguros preceptúa:
79
La letra f del numeral 4 del artículo 10 del Decreto con Fuerza de Ley
de Empresas de Seguros y Reaseguros trata sobre lo siguiente:
80
seguros o las tarifas que usen las empresas de seguros en sus
operaciones con el público, así como establecer aquellas que
tienen carácter general y uniforme” (Resaltado del Autor).
81
que actúe como árbitro. De modo que la determinación a que se
refiere la norma citada corresponde a la autoridad judicial o arbitral; la
cual, al establecer si hubo fraude o violación de ley, deberá velar por
la estabilidad y seguridad de las relaciones jurídicas privadas,
respetando a las personas de buena fe, cuyos derechos merecen
protección.
82
por el causante del daño, está partiendo de la premisa de que la
Superintendencia puede declarar que, por ejemplo, un contrato de
compraventa es ilegal o fraudulento, suspendiéndolo o revirtiéndolo,
aunque ello produzca un daño al comprador y sus causahabientes;
siendo el caso que dicho Despacho está constitucionalmente
impedido de hacer semejante declaratoria. (p.44).
83
Para Acedo (2002, p.46), esto es excesivo. Por un lado, la palabra
“relacionada” peca de imprecisión y ambigüedad. Se debió hacer
alusión, y no se hizo, a otro concepto legal, a saber: la noción de
grupo económico, referida al sector asegurador, que es una figura
jurídica nueva, similar a la de grupo financiero en la legislación
bancaria, que fue consagrada y definida en el mismo decreto-ley, pero
olvidada en el artículo que comentamos. Tal imprecisión y
ambigüedad atentan contra el derecho de la defensa y al debido
proceso. Por otro lado, intervenir u ordenar liquidar la casa matriz no
tiene mayor sentido. Piénsese, por ejemplo, en una compañía matriz
sana entre cuyas muchas filiales se encuentra una aseguradora en
dificultades. ¿A cuenta de qué va dicha Superintendencia a intervenir
u ordenar la liquidación de dicha compañía matriz? Este Despacho no
puede afectar el derecho de propiedad correspondiente a los
accionistas de dicha matriz, como inversionistas, ni afectar la
operación de una compañía sana, como lo es la matriz, si fuere el
caso. A esto se añade la peculiar situación en que se encontraría el
mismo Despacho, si las acciones de la compañía de seguros en
dificultades son propiedad de una casa matriz constituida y
domiciliada en el exterior.
84
apenas diez (10) días para presentar alegatos y pruebas. Esto es
excesivamente breve. Además, contrasta con el plazo de treinta (30)
días de que dispone dicho Despacho para decidir. (p.47).
8. Inhabilitaciones.
85
3. Un (1) representante de las empresas de corretaje de
seguros.
4. Un (1) representante de las empresas de corretaje de
reaseguros.
5. Tres (3) representantes de los agentes y corredores de
seguros.
6. Tres (3) representantes de los asegurados a través de sus
asociaciones o agrupaciones, si las hubiere.
7. Un (1) representante de los auxiliares de seguros.
El Superintendente o Superintendenta de Seguros deberá ser
convocado a todas las reuniones, y podrá asistir a éstas con
derecho a voz cuando así lo estime conveniente, y velará porque
se ejecuten sus decisiones (...)”. (Resaltado del Autor).
86
“La Superintendencia de Seguros, en atención a las condiciones
económicas existentes, podrá aumentar los capitales mínimos
establecidos en los artículos precedentes” (Resaltado del autor).
Dicho capital mínimo deberá ser ajustado cada dos (2) años,
antes del 30 de septiembre del año que corresponda, con base
en la unidad tributaria existente al cierre del año inmediatamente
anterior a aquél en que debe realizarse el ajuste.” (Destacado
del autor).
87
El artículo 52 del Decreto con Fuerza de Ley de Empresas de
Seguros y Reaseguros dispone:
88
exige este Decreto Ley. Igualmente, podrán realizar operaciones
de reaseguros, fianzas, reafianzamientos, fondos administrados
y fideicomiso, mandatos, comisiones y otros encargos de
confianza. Se requerirá autorización previa para todas aquellas
que sean análogas o conexas con esas actividades.”
89
se verificará el cumplimiento de este requisito.” (Cursivas
agregadas).
O sea que los dos artículos transcritos prevén que el objeto estatutario
de las empresas de seguros y reaseguros sea un objeto único o
exclusivo, consistente en las operaciones permitidas por dicho
decreto-ley respecto de tales empresas. De modo que no se previó un
objeto estatutario principal o fundamental, sino único o exclusivo; y
tales empresas sólo pueden realizar las actividades expresamente
autorizadas por el legislador. Dichas disposiciones no permiten que
las empresas de seguros y reaseguros realicen ninguna operación
adicional, que sea ajena a su objeto primigenio o incompatible con
éste. (p.63).
90
14. Facultad de la Superintendencia de Seguros de crear apartados
genéricos o especiales.
91
Pero esta norma debió ser precisa. ¿Qué inactividad? ¿La inactividad
en qué? La falta de precisión es muy grave, pues la consecuencia
jurídica de tal inactividad es la disolución de la empresa.
En la primera parte del artículo 168 del Decreto con Fuerza de Ley de
Empresas de Seguros y Reaseguros se expresa:
92
empresa de seguros o de reaseguros o de corretaje de seguros
o de reaseguros, equivalentes a un porcentaje mayor de
veinticinco por ciento (25%) pero menor de cincuenta por ciento
(50%), la Superintendencia de Seguros solicitará la reposición
de las cuentas de capital en la forma y plazo previstos en este
Decreto Ley o su limitación al capital existente. A tal efecto, los
administradores deberán convocar una asamblea la cual deberá
reunirse dentro de los quince (15) días continuos siguientes a la
fecha en que la Superintendencia de Seguros dicte la
decisión…” (cursi vas añadidas).
93
siendo el caso que las atribuciones establecidas en el citado artículo
no obedecen a tal utilidad o interés, sino que tienen que ver, más
bien, con no entender perfectamente la realidad económica y con
errores de técnica legislativa, pues se debió legislar de manera clara y
razonable. (p.87).
17. Arbitraje.
Los artículos 256 y 257 del Decreto con Fuerza de Ley de Empresas
de Seguros y Reaseguros disponen, entre otros asuntos, lo siguiente:
94
El laudo arbitral será de obligatorio cumplimiento.” (Resaltado
del Autor).
Los llamados seguros solidarios son una innovación del Decreto con
Fuerza de Ley de Empresas de Seguros y Reaseguros; están
previstos en sus artículos 259, 260 y 261, agregados a última hora; y
están en contra de los principios generales que rigen la actividad
aseguradora.
95
obligatorio tengan acceso al mismo y para que las empresas de
seguros suscriban dichos riesgos. Estos mecanismos deberán
tener en cuenta las condiciones de asegurabilidad y la
suficiencia de las coberturas y de las primas” (cursivas
agregadas).
Los artículos 288 a 295 del Decreto con Fuerza de Ley de Empresas
de Seguros y Reaseguros establecen responsabilidades penales en
cabeza de las personas allí mencionadas. Con anterioridad al 12 de
noviembre de 2001, tales responsabilidades estaban establecidas en
la vieja Ley de Empresas de Seguros y Reaseguros. Esta última, a
raíz de la reforma efectuada por el Congreso Nacional, que fue
96
publicada el 23 de diciembre de 1994 y reimpresa el 8 de marzo de
1995, era una ley propiamente dicha. Esta ley fue derogada por aquel
decreto-ley, que pretende tipificar delitos y establecer las
correspondientes penas.
97
5. Diferencias entre el Contrato de Seguros y el
Contrato de Fianzas.
Otros motivos de confusión, señala Ávila (p.44), son, por una parte, lo
relativo al hecho de que algunas normas sobre afianzamiento oneroso se
encuentran dentro de las leyes de seguros; por otra parte, otro motivo de
confusión es el trato similar que le dan algunos aseguradores a la fianza y
a los seguros, utilizando en muchos casos el concepto de seguro de
fianza cobrando por su otorgamiento una remuneración que llaman prima,
colocando sus riesgos en contratos de reaseguro, pagando comisiones a
los intermediarios de seguros por la obtención de negocios de fianzas,
todo lo cual es producto de la vinculación que tienen ambas actividades al
98
ser manejadas por empresas dedicadas fundamentalmente a la actividad
aseguradora. Circunstancia ésta que es comprensible cuando se observa
el trato que le da la banca comercial a las fianzas que otorgan,
vinculándolas a la actividad bancaria.
99
renta vitalicia, aún cuando ésta se haya igualmente tipificada
en el Código Civil (…)”.
100
2) El contrato de seguros es, por lo general, un contrato principal que
no depende de ningún otro. Existe una excepción que la
encontramos principalmente en la póliza de desgravamen
hipotecario, la cual es exigida por las instituciones que otorgan
préstamos hipotecarios a largo plazo; cuando cesa el contrato
principal, cesa la póliza.
101
5) En el contrato de seguros, la aseguradora asume una obligación
propia, paga cuando ocurre el supuesto de hecho garantizado por
la póliza. Este hecho no depende de la voluntad del asegurado,
pues incluso si éste ha actuado con la voluntad (dolo) la compañía
queda liberada. Por el contrario, el fiador asume una obligación
ajena, paga cuando hay un incumplimiento del deudor y este
incumplimiento depende del afianzado que puede haber actuado
dolosamente.
102
intencionalmente la ocurrencia del siniestro. En la fianza, el fiador
que realiza el pago puede repetir contra su afianzado.
103
derecho de pedir a su deudor que sustituya la póliza por otra de
una empresa solvente. En el caso de la quiebra del fiador, el
acreedor tiene en determinados casos derecho a exigir otro fiador.
104
b.- Diferencias Técnicas.
105
empresa aseguradora, tan pronto tenga conocimiento de ello, de todo
hecho o circunstancia que pueda dar origen a reclamo.
106
5. Que no contemplen la obligación del acreedor garantizado de notificar
cualquier circunstancia que pueda dar lugar al reclamo tan pronto como
tenga conocimiento de ello.
6. Que no indiquen el monto exacto garantizado y su duración.
Las empresas de seguros que emitan garantías financieras, avales o
fianzas a primer requerimiento serán sancionadas con multa de diez mil
unidades tributarias (10.000 U.T.) a catorce mil unidades tributarias
(14.000 U.T.).
107
entre ambas figuras se desprenden de las propias regulaciones
contenidas en la Ley de Empresas de Seguros y Reaseguros. Así, dicho
instrumento legal regula en capítulo aparte lo relativo a las fianzas que
pueden emitir las empresas de seguros, prohibiendo por un lado la
emisión de garantías financieras y por otro, limitando la posibilidad de
emitir fianzas sólo a aquellas empresas autorizadas para operar en
seguros generales.
108
6. La importancia de la Fianza en el sector de seguros
en Venezuela.
109
• Fianzas para los almacenes in bond: Son almacenes dedicados
al depósito de bienes determinados, a ser distribuidos en otros
países de Latinoamérica o el Caribe, no entrando los bienes en
Venezuela; la fianza garantiza que efectivamente los bienes no
van a entrar al mercado venezolano, de hacerlo, al
almacenador le será impuesta una multa.
• La futura privatización y la apertura de la inversión extranjera,
la cual estimulará diversas actividades de la economía
venezolana que requerirán fianzas.
110
previsto para ello, de tal manera que precluye la oportunidad para hacerlo,
ya que constituye un lapso fatal que no se interrumpe.
111
“El acreedor deberá notificar a la Compañía, por escrito, la ocurrencia de
cualquier hecho o circunstancia que pueda dar origen a reclamo
amparado por esta fianza, dentro de los quince (15) días hábiles
siguientes al conocimiento de dicha ocurrencia”
Esta previsión en todas las pólizas de fianzas, forma parte integrante del
contrato mercantil de fianza y el Acreedor una vez que la acepta sin
hacerle ningún tipo de observación, se mantiene que convino en tal
previsión y que la debe cumplir, so pena de caducidad de sus acciones.
En ese mismo orden de ideas, explica Simón Rodríguez (2003, p.337), las
fianzas suscritas por la aseguradora fijan la obligación al Acreedor de
notificar no solo la mora, entendida ésta como un retardo en el
cumplimiento de la obligación, sino cualquier circunstancia que pudiera
dar origen a reclamo por parte del Beneficiario de la Garantía, en un plazo
de quince días desde que dicho beneficiario tenga conocimiento de ese
hecho; el acreedor acepta este documento en todas sus partes, tanto es
así que basándose en él pretende obtener una compensación, de tal
manera que lo regulado entre las partes priva sobre lo consagrado de
forma sustantiva por la Ley, de una manera extraordinaria; de allí que esa
obligatoriedad del acreedor de notificar el siniestro dentro del plazo antes
señalado, fue consagrado en una Ley especial, la cual tiene aplicación
preferencial sobre la legislación civil en Venezuela, ya que en primer
término debe aplicarse la ley que regula a las empresas de seguros, en
segundo lugar el Código de Comercio y en tercer término, de forma
supletoria, el Código Civil.
Esta previsión, a juicio del autor citado, tiene su razón de ser ya que el
retardo del Acreedor en poner a la compañía de seguros en conocimiento
112
de cualquier anomalía en la ejecución del contrato afianzado le acarrea
serios perjuicios, a saber:
113
2. Aspectos generales de los siniestros en los
Contratos de Seguros generales.
En los seguros un siniestro para Mármol, H., citado por Simón Rodríguez
(2003, p.281), implica “un acontecimiento futuro, incierto al menos en
cuento al tiempo, no exclusivamente dependiente de la voluntad del
beneficiario, cuya realización implica la exigibilidad de la prestación
prometida por el asegurado”.
114
En este sentido, es un hecho que no depende exclusivamente de la
voluntad del beneficiario, caso contrario sería fuente de constantes
fraudes, el hecho doloso no puede dar lugar a la exigibilidad de la
garantía prometida por el asegurador. La voluntad del beneficiario, o su
hecho, puede producir el siniestro, siempre que no sea causa exclusiva o
suficiente, de allí que la negligencia, imprudencia y hasta la impericia
pueden estar incluidas en el ámbito de cobertura de la póliza, lo que si es
inaceptable hasta el presente es el dolo del beneficiario. (p.281)
115
3. El Siniestro de Fianzas otorgadas por empresas de
seguros.
116
derechos de la persona o empresa beneficiaria del pago (acreedor), es
decir, ejecutará los bienes de la afianzada. (p.316).
117
la fianza es o no un seguro y ello porque de existir el llamado seguro de
fianza, a la hora de un siniestro se aplicaría el articulado de la Ley de
Contrato de Seguros, ya sea de forma principal (de no existir una Ley
especial que regule el llamado seguro de fianza) o de forma supletoria, si
existiere una Ley especial que regule bien a la fianza en los seguros o al
seguro de fianza.
En este mismo orden de ideas se expresa Ballén, C., citado por Simón
Rodríguez (2003, p.282), en los siguientes términos:
118
En ese mismo sentido, en la escasa doctrina sobre este tipo de contrato,
explica el citado autor, se pueden constatar opiniones encontradas,
algunos sostienen que las fianzas otorgadas por las aseguradoras no
constituyen un contrato de seguros y otros, tal vez con la experiencia del
pasado o con la apertura del presente, estiman que estas fianzas si
tipifican un contrato de seguro.
Así las cosas, plantear la existencia del seguro de fianza, implica, según
Simón Rodríguez (2003, p.280), considerar la interrogante: ¿Toda fianza
reúne las condiciones que la asemejan al Seguro?
119
Según Bofanti, M., citado por Simón Rodríguez (2003, p.284), denomina a
las fianzas otorgadas por un banco como “Crédito de Firma”. También
suelen denominarse “créditos contingentes”. Este tipo de fianza no tiene
semejanza alguna con el seguro.
120
• Riesgo: Constituido por la posibilidad de que el patrimonio del
acreedor decrezca o se dañe por el incumplimiento de la
contraparte. Es un elemento de incertidumbre, ya que no se sabe si
ocurrirá o no, pero, de ocurrir, afectará negativamente el patrimonio
del acreedor, asegurado.
Sobre este elemento, Possiede, J., citado por Simón Rodríguez
(2003, p.285), expresa lo siguiente:
121
indemnizará las pérdidas patrimoniales que sufra como
consecuencia del incumplimiento culposo de la obligación
afianzada, por parte del deudor”.
Por último, para Simón Rodríguez (p.286), este contrato tiene como base
una fuente generadora de obligaciones precedentes, es decir, se asegura
los efectos de un contrato, lo que es jurídicamente posible.
122
Así, la Superintendencia de Seguros determina supra las diferencias
existentes entre el Contrato de Fianza y el Contrato de Seguros, y explica,
desde la perspectiva legislativa, las siguientes razones para significar la
inexistente factibilidad de asimilar ambos contratos en los siguientes
términos:
123
tratamiento contable similar al de los contratos de seguros, no puede
considerarse como un argumento válido para desconocer la existencia de
diferencias sustanciales entre ambas figuras jurídicas, ya que se justifica
dicho tratamiento porque son operaciones realizadas por empresas
aseguradoras sometidas al control y supervisión del Estado, pudiendo
afectar la situación patrimonial de las mismas, y en consecuencia los
derechos de los beneficiarios de los seguros mercantiles y la estabilidad
del mercado.
124
CAPÍTULO III
DIFERENCIAS ENTRE EL CONTRATO DE FIANZA Y EL
CONTRATO DE SEGURO DE GARANTÍA.
Por su parte, explica Mavila (2002, p.61), las garantías son todos los
medios que respaldan o aseguran el pago o reembolso de los créditos
otorgados. El requerimiento de garantías para respaldar los créditos que
se otorgan, no está basado en previsión de tener que recurrir a un
procedimiento judicial para obtener el reembolso. La garantía es un
colateral, no es la base sobre la cual se fundamenta el crédito.
125
Por último, señala Rossi citado por Labariega Villanueva (2004, p.621),
Las garantías son todos los medios que respaldan o aseguran el pago o
reembolso de los créditos otorgados. El requerimiento de garantías para
respaldar los créditos que se otorgan, no está basado en previsión de
tener que recurrir a un procedimiento judicial para obtener el reembolso.
La garantía es un colateral, no es la base sobre la cual se fundamenta el
crédito.
126
“Las empresas de seguros que operen en todo o en algún ramo
de seguros generales podrán emitir fianzas, con las solas
limitaciones establecidas en la Ley, y siempre que éstas no
sean garantías financieras.
Por otra parte, explica Ávila (2005, p.78), que el concepto de garantía
financiera nació en la Ley de 1.965, por la necesidad de regular los avales
que concedían las empresas de seguros, siendo de gran interés jurídico el
hecho de que una realidad y una necesidad en un momento dado,
127
produjeran una modificación legislativa de gran envergadura;
demostrándose nuevamente de esta forma que las leyes son el producto
de las circunstancias de la sociedad en un momento determinado.
128
constitución, documentación, ejecución, entre otras, que los hacen
disímiles y distantes.
129
C. PROHIBICIÓN DEL SEGURO DE GARANTÍA CON
FINALIDAD FINANCIERA.
Explica Agustín De Vedia, citado por Ávila (2005, p.80), que resulta
desaconsejable la incorporación en el afianzamiento de obligaciones
financieras puras, pero la materia deberá ser analizada en el futuro sin
descartarse la posibilidad de coberturas fundamentalmente
instrumentadas bajo las formas de seguro de crédito.
130
La Ley de Empresas de Seguros y Reaseguros establecía la sanción a la
que tiene lugar una empresa de seguros en caso de que realice
operaciones de garantías financieras en contravención a lo dispuesto en
el artículo 132 de la misma Ley. La sanción co nsistirá en una multa que
oscila entre las quinientas (500) y mil (1000) unidades tributaria, de
conformidad a lo previsto en el numeral 6, artículo 263 del Decreto Con
Fuerza De Ley De Empresas De Seguros y Reaseguros, que dispone
textualmente el siguiente tenor literal:
131
3. Que no establezcan la subrogación de los derechos,
acciones y garantías que tenga el acreedor garantizado contra
el deudor.
4. Que no estipulen la caducidad de las acciones contra la
empresa de seguros al vencimiento de un lapso que no podrá
ser mayor de un año, contado desde la fecha en que el
acreedor garantizado tenga conocimiento del hecho que da
origen a la reclamación.
5. Que no contemplen la obligación del acreedor garantizado
de notificar cualquier circunstancia que pueda dar lugar al
reclamo tan pronto como tenga conocimiento de ello.
6. Que no indiquen el monto exacto garantizado y su duración.
Las empresas de seguros que emitan garantías financieras,
avales o fianzas a primer requerimiento serán sancionadas con
multa de diez mil unidades tributarias (10.000 U.T.) a catorce
mil unidades tributarias (14.000 U.T.)”.
132
CAPÍTULO IV
TRATAMIENTO DE LA SUPERINTENDENCIA DE SEGUROS,
DOCTRINA Y DE LA JURISPRUDENCIA AL CONTRATO DE
FIANZA EN MATERIA DE SEGUROS EN VENEZUELA.
133
• Entre las diferencias jurídicas que existen entre estas figuras, resalta
por su importancia el hecho de que los contratos de seguros sólo
pueden ser suscritos por empresas de seguros legalmente autorizadas
por la Superintendencia de Seguros de acuerdo a las previsiones
contenidas en la Ley de Empresas de Seguros y Reaseguros,
mientras que la fianza, por el contrario, puede ser otorgada por
cualquier persona natural o jurídica.
134
sino que debía entenderse comprendida dentro de las disposiciones
referidas a los ramos generales.
135
A. Ley de Empresas de Seguros y Reaseguros del 26 de julio de 1965:
“El legislador del año 65, a pesar de establecer una amplia
regulación respecto al otorgamiento de garantías financieras por
parte de las empresas de seguros, no estatuyó el requisito de
autorización previa de los modelos de contratos de fianzas
(existiendo éste para las pólizas, incluyendo sus documentos
complementarios y tarifas)”.
136
dichos modelos sin el consentimiento del
mencionado organismo”.
137
afirmaciones: "Cuando la Superintendencia de Seguros
pregunta: "si una vez aprobado con carácter general un
determinado modelo de fianza, las empresas de seguros no
tienen la posibilidad de solicitar la aprobación de
modificaciones a dicho modelo, mediante solicitudes
individuales".
138
En el contenido de éste dictamen la Superintendencia de Seguros estudia
la conceptualización y régimen legal de las garantías financieras en el
mercado de seguros, en los siguientes términos:
139
“Hoy en día los elementos característicos de cada contrato han
traído por sí solo su diferenciación.
1- Diferencias Jurídicas:
2- Diferencias Técnicas:
140
actividad aseguradora por parte del asegurador una actuación
en base a una compensación estadística de posibilidad, para lo
cual precisa de una organización empresarial, y por otra parte,
en el caso de los seguros, las primas que las empresas se
seguros cobran para asumir los riesgos requiere de cálculos
actuariales previamente aprobados por esta Superintendencia
de Seguros, y que pueden variar respecto de cada uno de los
ramos que se trate, en cambio en la fianza la remuneración que
se cobra por su emisión es arbitraria, generalmente un
porcentaje de la suma afianzada que evidentemente varia
según el monto de la fianza, sin que existe como en el contrato
de seguros una tarifa fija, para cada tipo de contrato.
141
6) Dictamen N° 6: “El contrato de fianzas no puede asimilarse al contrato
de seguros” (Cfr. Página web: http://www.sudeseg.gov.ve/, consultada en
fecha 01 de febrero de 2010).
142
B. TENDENCIAS ACTUALES DEL CONTRATO DE
FIANZA EN EL MERCADO DE SEGUROS.
En este sentido, afirma el autor citado que la fianza que otorgan las
compañías de seguros y los bancos son las que han sido mayormente
reguladas, gracias a las normas contenidas en la Ley de Empresas de
Seguros y Reaseguros y su Reglamento, y en la Ley General de Bancos y
Otras Instituciones Financieras y su Reglamento.
Así las cosas, Ávila (p.201) señala que el Reglamento General de la Ley
de Empresas de Seguros y Reaseguros, que entró en vigencia en agosto
de 1999, debió regular las fianzas que otorgan las compañías de seguros
de manera más exhaustiva.
143
Es por ello, enfatiza Ávila (p.202), que debe ser elaborada en Venezuela
una legislación de fianzas, como lo hizo México con la Ley Federal de
Instituciones de Fianzas, que regule de una manera general toda la
actividad afianzadora, la cual debe ser aplicada de manera supletoria
cuando no exista legislación al respecto, por ejemplo, la Ley de Empresas
de Seguros y Reaseguros.
En este sentido, agrega el autor, esa diversidad de leyes que regulan las
fianzas en forma muy general y como complemento de una actividad
principal, caso concreto de los Seguros y de la banca, así como por la Ley
de Libertad Provisional bajo Fianza donde sin entenderse el por qué, el
otorgamiento de esta fianza es totalmente a través de personas naturales
y no de empresas, y surge la pregunta: ¿es garantía suficiente, o no será
mejor que una empresa especializada se encargue del otorgamiento de
estas fianzas, con capital y respaldo suficiente y con medios para ejercer
las recuperaciones que se requieran efectuar, como sucede en los
Estados Unidos de Norteamérica?.
144
C. CRITERIOS DESARROLLADOS POR LA
JURISPRUDENCIA EN MATERIA DEL CONTRATO
DE FIANZAS EN EL MERCADO DE SEGUROS EN
VENEZUELA.
145
cumplirla, si el deudor no la cumple". Es decir, que de acuerdo
con las señaladas normas legales, el asegurador se
compromete a indemnizar los daños y perjuicios que pueda
sufrir a consecuencia de un hecho fortuito o de fuerza mayor.
No se obliga a pagar la deuda del asegurado. Al contrario, el
fiador está obligado a pagar al acreedor la obligación de su
deudor al vencimiento de la deuda. Otra diferencia se señala
entre el seguro de crédito y la fianza, consistente en que es de
la naturaleza misma del primero no cubrir sino la insolvencia
del deudor, lo que quiere decir que la garantía del asegurador
no se hace valer sino cuando la acreencia asegurada es
definitivamente perdida. El no pago al vencimiento no
constituye por sí una pérdida de la acreencia, sino una simple
amenaza de pérdida y, por lo tanto, el asegurador no está
obligado. En la fianza, al contrario, el vencimiento de la
obligación obliga al fiador a pagar la obligación del deudor
principal (…)". (Subrayado añadido).
146
“(…) a los fines de que se pronuncie en relación a la suficiencia
y eficacia de la fianza otorgada por la empresa “Seguros
Canarias de Venezuela C.A.”, presentada por la sociedad
mercantil Transeguro, C.A. De Seguros, con el objeto de que
se suspenda la medida de embargo preventivo decretada a
favor de la Corporación de Desarrollo de la Región Zuliana
(CORPOZULIA). Conforme a ello, deberán anexarse a la
respectiva notificación las copias certificadas de los siguientes
recaudos:
147
2. En armonía con lo anterior y vista la objeción a la fianza
consignada para la suspensión de la medida cautelar,
formulada por la representación judicial de la parte actora, debe
hacerse referencia a lo establecido en el artículo 589 del
Código de Procedimiento Civil, el cual prevé:
148
demanda incoada por su representada y procedente la
“solicitud de ejecución de fianzas de anticipo y de fiel
cumplimiento”, condenando a la sociedad mercantil Seguros
Bancentro, C.A., al pago de la cantidad de Veintitrés Millones
Cincuenta y Un Mil Cuarenta y Seis Bolívares con Cincuenta
Céntimos (Bs. 23.051.046,50), expresados ahora en la suma
de Veintitrés Mil Cincuenta y Un Bolívares con Cinco Céntimos
(Bs. 23.051,05) “por concepto de ejecución del contrato de la
fianza de fiel cumplimiento N° 3018 de fecha 7 de diciembre de
1999”, así como al pago de la cantidad de Sesenta y Un
Millones Ochenta Mil Ciento Ochenta y Siete Bolívares con
Cincuenta y Nueve Céntimos (Bs. 61.080.187,59), expresados
ahora en Sesenta y Un Mil Ochenta Bolívares con Diecinueve
Céntimos (Bs. 61.080,19) “por concepto de reintegro de
anticipo (…) según contrato de fianza de anticipo N° 3019 de
fecha 7 de diciembre de 1999”.
149
1° Que se embarguen bienes pertenecientes al deudor
en cantidad que no exceda del doble de la cantidad y costas
por las cuales se siga la ejecución.
2° Que se depositen los bienes embargados siguiendo lo
dispuesto en los artículos 539 y siguientes de este Código.
3° Que a falta de otros bienes del deudor, se embargue
cualquier sueldo, salario o remuneración de que disfrute,
siguiendo la escala indicada en el artículo 598”.
150
ejecutiva sobre bienes de alguna empresa de seguros, oficiará
previamente a la Superintendencia de Seguros para que ésta
determine los bienes sobre los cuales será practicada dicha
medida”; por lo que se ordenará en el dispositivo de este fallo
oficiar a la Superintendencia de Seguros a los fines de cumplir
con el decreto de autos. Así se decide’. (Resaltado Añadido).
151
CONCLUSIONES.
Así, dicho instrumento legal regula lo relativo a las fianzas que pueden
emitir las empresas de seguros, prohibiendo, por un lado, la emisión de
152
garantías financieras y por otro, limitando la posibilidad de emitir fianzas
sólo a aquellas empresas autorizadas para operar en seguros generales.
Así, las fianzas y los contratos de seguros son operaciones distintas con
regulaciones separadas, y que las primeras no pueden incluirse dentro de
las operaciones de seguros en virtud del contenido del artículo 42, literal
b) de la Ley de Empresas de Seguros y Reaseguros (ahora Ley de la
Actividad Aseguradora).
153
Así las cosas, el contrato de fianza y el contrato de seguros son, pues,
dos (2) instituciones jurídicas distintas, aún cuando para el caso de las
empresas de seguros, la nueva Ley de la Actividad Aseguradora (antes
Ley de Empresas de Seguros y Reaseguros) posibilita a éstas a emitir
contratos de fianzas en aquellos casos de empresas autorizadas para
operar en seguros generales, es decir, supedita la emisión de este tipo de
contratos a que la empresa esté autorizada por esta Superintendencia de
Seguros a actuar en los ramos generales, bien sea a todos ellos o a uno
(1) o a dos (2) ramos afines.
Así las cosas, ante este cuadro situacional del sistema legal de la fianza,
resulta forzoso proponer las siguientes recomendaciones para garantizar
que tal sistema permita su plenitud:
154
• Desde la perspectiva legislativa, se dicte una legislación o
normativa que unifique y regule el afianzamiento como actividad
autónoma en Venezuela.
• Que la Superintendencia de Seguros junto con el Consejo Nacional
de Seguros y la Cámara de Aseguradores de Venezuela estudien
mejorar las condiciones, elementos característicos, requisitos para
la realización de la fianza en el mercado de seguros en Venezuela.
155
elementos definitorios, tipología, régimen legal vigente, condiciones de
otorgamiento por parte de las empresas de seguros, así como su
diferencia con el contrato de seguros y póliza de seguros; concluyendo
así que su régimen legal e interpretación por el fuero administrativo y
privado que supervisa y controla el mercado de seguros
(superintendencia de Seguros, Consejo Nacional de Seguros, Cámara de
Aseguradores de Venezuela y empresas de seguros y reaseguros) debe
ser reforzada y actualizada para garantizar la plenitud de su desarrollo
tanto en el mercado de seguros en Venezuela.
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REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICA.
157
Perdomo, R. (1988). Metodología pragmática de la investigación. Con
aplicaciones en las ciencias jurídicas. Mérida: Consejo de
publicaciones de la Universidad de los Andes.
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