Está en la página 1de 9

El Amor de María

Cía. La Ridícula Emperrada

Ella: Punto G. Es la extensión del Clítoris por la parte interna de la Vagina, y se


encuentra de 3 a 5 cm. De la entrada vaginal y se puede estimular con el dedo en
movimiento de “Ven”.

El punto U es otro punto erógeno de nuestro cuerpo. El más olvidado, pero


sumamente fácil de encontrar. Se ubica entre la uretra y el clítoris. Es una de las
zonas más sensibles porque está llena de terminales nerviosas. Para estimularlo,
solo debes presionar suavemente con la yema de tus dedos.

Francisca, 27 años. “A mí me da lo mismo que yo nunca haya sentido un orgasmo,


porque lo que importa realmente es que él se quede satisfecho, así me aseguro de
que no se vaya con otra ni me deje de amar, además no debe ser nada del otro
mundo…”.

Dos movimientos sencillos de caderas para ser una reina en la cama.

1. Sobre tu pareja gira ligeramente las caderas formando círculos. Así estarás
dando placer a ti y a tu pareja.
2. Prueba moviéndote como un gusanito, meneando tus caderas hacia
adelante y hacia atrás. Ideal para estimular nuestros puntos erógenos.
¡Ay qué vergüenza! Discúlpenme, no esperaba que viniera gente… Y mucho
menos tanta gente. ¿Cómo están? ¿Qué les trae por aquí? Perdón por el
desastre, son cosas que pasan cuando una está sola en casa, pero me pongo a
ordenar rapidito. ¿No les molesta que ordene? Ay que bueno. Ya podemos
empezar a entrar en confianza, pónganse cómodos no más. Eso sí, pónganme el
teléfono en silencio, que me pone nerviosa cuando suenan. ¿Les molesta si pongo
un poquito de música? Gracias, es que me gusta poner música sabe, así me
siento como acompañada, ¿ustedes qué música escuchan? ¿Qué música les
gusta? A mi me gusta mucho escuchar música. O pongo la radio fuerte, o me
entran ganas de morirme. AY, es una bromita no más. ¡Cómo se les ocurre que me
voy a estar quejando! No ve que soy como una reina, no me falta nada, mi marido
me lo compró todo, sí, tengo de Todo... Tengo…bueno, es que tengo tantas cosas
que no sé cuál nombrar primero… Tengo un refri, ¡si! yo se que todas tienen refri,
pero es que el mío, ay! el mío hace hielo en cubitos. También tengo… Ah! una
lavadora, con secadora, ¡y viera como seca! la ropa me queda como escupo de
momia, tengo que volver a mojarla para plancharla. Tengo licuadora, picadora,
batidora, freidora de aire, lavavajillas y un juego de ollas antiadherentes.Tengo de
todo, y estoy divinamente así, y ¿Que más voy a querer? si después de todo solo
soy una mujer.
(Suena el teléfono) ¡Ay! debe ser mi marido! ¿Qué hora es? Ah, sí, siempre llama
a esta hora. (contesta) Hola, ¿Como? ¿Mi que? ¡Estoy harta de ti, déjame
tranquila! (cuelga)
Ay, perdone mi exabrupto, es que este tipo me saca de mis casillas. No, cómo se
les ocurre, claro que no era mi marido. ¡Imagínese! No, no sé quién es. Es un
acosador telefónico, llama dos, tres, cuatro, mil quinientas veces al día. Y no sé
qué hacer ¡me dice unas cochinadas! No podría repetirlas. Y yo las he buscado en
el diccionario, sé muy bien qué significan.
(Suena el teléfono) Ahora si que no me quedaré callada. (Descuelga el teléfono)
¡Te voy a decir una pura cosa! ay, perdón (al público) ahora sí que es mi marido (al
teléfono) no, lo que pasa es que… ¿Como? no, obvio que estoy en casa, donde
más quieres que este? Por supuesto que tengo todo ordenado. Sí, la cena está
lista. Sí, el baño está limpio, tengo toda la ropa planchada… sí, ya te dije que
estoy en casa, ¿qué número marcaste? y como quieres que salga si dejaste con
llave y te la llevaste. Sí, está bien, si mi amor, bueno mi amor, lo que usted diga
mi amor, como usted quiera mi amor. Chaito. (cuelga el teléfono) Que hombre más
desagradable.
¿Les gusta mi revista? Tiene datos muy interesantes, una se puede educar con
estas revistas. No, si yo he aprendido de todo, cocinar, tejer, manualidades, hasta
conocer mi cuerpo. Descubrí que nosotras las mujeres tenemos puntos erógenos,
que son las zonas de mayor sensibilidad al tacto del hombre. Y en esta revista,
hay un dibujo con una mujer desnuda, por zonas… Ya sabe como en los carteles
de las carnicerías con la vaca en pedazos, como un mapa, y cada punto erógeno
estaba pintado con colores muy chillones según su sensibilidad. Pues yo, con mi
marido, ni un punto erógeno. No sentía nada. Bueno, es que no siento…. No
consigo alcanzar el… ¿Cómo se llamaba? ¡Eso! ¡Uy, si es una palabrota! Yo
nunca la digo. Pero según la Real Academia Española, se define como
“Punto culminante o de mayor satisfacción de la excitación sexual en las zonas
erógenas o sexuales.”
¡Orgasmo!

¡Ay!. Me suena como el nombre de un bicho asqueroso…, como un cruce entre


Mandril y Orangután. Como si lo leyera en el diario, en toda la portada.

¡Extra, extra! Orgasmo adulto escapa del circo americano.

O “Últimas noticias, Monja es atacada en el Zoológico por orgasmo enloquecido”


O Cuando dicen…

“He alcanzado un orgasmo”,

Me recuerda cuando después de una carrera tremenda consigues alcanzar el


autobús en último momento.

¡¡¡OR-GAS-MO!!!

Ay la palabra, habiendo tanto nombre, no podían haberlo llamado, qué sé yo, no


sé, por ejemplo…

¡Silla!
Así una puede decir “He alcanzado la silla”. Primero, no se comprende que ha
estado haciendo cosas cochinonas, y segundo, si está cansada, pues se sienta y
descansa.

¿En qué estábamos? Ah, sí, Pues eso, que yo con mi marido no siento nada.

¡Pero nada, nada!

Mire cómo hago el amor con mi marido. Pero no se lo cuente a nadie.

Y cuando termino digo “Descansen”

¡NO! Pero no en voz alta, que me pega. Pero él dice que lo hace porque me
quiere.

Que me adora.

Que soy como una niña, y él tiene que protegerme. Y para protegerme mejor, el
primero en mortificarme es él.

Por eso, por dentro, yo siempre hablo por dentro. Bueno, no sé por qué no siento
nada. Quizás por qué me siento… Bloqueada… Me parece estar siendo…

¡Utilizada! Como la aspiradora, la licuadora, la cafetera, siempre lista, a punto


como el Nescafé: lavada, perfumada, depilada, pintada, cálida, voluptuosa,
sensual…

¡Pero callada!

El día de la boda estaba tan emocionada, que cantaba como una loca. ¡no!, sin
voz, por dentro… yo todo lo hago por dentro… En la iglesia cantaba por dentro: Ya
llegó el amor, ya llegó el amor, ya llegó el amor. Y el que llegó fue mi marido. Que
mal lo pase la primera vez. “Pero como” me preguntaba yo, “¿Y esto es todo?” Ay
si fue una pésima primera vez… y todas las otras después de la primera… Pero ya
estaba resignada, porque creía que era igual para todas las mujeres…
Hasta que conocí al chico.

La cosa empezó así: mi hija mayor ya era mayor, y yo tenía menos trabajo, así
que le dije a mi marido: «Oye, yo ya me cansé de ser solo un ama de casa, quiero
hacer algo más intelectual, como aprender inglés, por ejemplo, si vamos a
Inglaterra, allá se habla mucho.» Y él me dijo: «Muy bien», y trajo a un joven
universitario de veintiséis años que hablaba inglés a la perfección. Al cabo de unos
veinte días me di cuenta de que el muchacho que sabía inglés estaba loco por
mí...

Que ¿Cómo me di cuenta? Pues... si, por ejemplo, al decir un verbo yo le rozaba
la mano, él se ponía colorado, temblaba y tartamudeaba, en inglés, claro. No se le
entendía nada. Yo no estaba acostumbrada a ese tipo de sentimientos tan
espirituales, Yo solo conozco los agarrones que me da mi cuñado, o las
cochinadas que me dice el acosador telefónico, o la comodidad de mi marido.

Entonces pensé: - ¡Basta! ¡Se acabó! ¡Estás cayendo en el pecado, basta con el
inglés!” Pero el muchacho se lo tomó fatal, y me esperaba en la calle, y yo le
decía: “¡Vete, búscate a alguien de tu edad,no sé, pero vete!” Y un día, hizo algo
que me dejó completamente trastornada. Usted sabe que allá, hay una pared muy
alta… Bueno, bajo yo una mañana para ir a comprar, y casi me caigo de poto.

En la pared había puesto con letras grandísimas. «Te amo María.-» Bueno, en
realidad, lo había escrito en inglés, para que no se entendiera: «I love you María.»
María soy yo, ¿sabe? Lo había escrito él, de noche.

Para mí…

Seguramente que se tuvo que haber subido a una escalera, porque las letras eran
enormes. Quedé congelada en plena calle, en shock, si casi me atropellan. Y qué
hacía yo ahora... estaba tan confundida...
Descubrir que un hombre me amaba tanto, a mí, a mí, yo, que tengo dos hijos, un
marido, y más encima un cuñado. ¡No! Me encerré en casa y dejé de salir. Y para
tranquilizarme comencé a beber... el Vodka, el ron, el whisky, todo, sin hielo y me
lo tomaba como una medicina.

Y aquí me quedaba, la radio cantando, el teléfono sonando. Pues sí, borracha,


pero no como para caerme al suelo, no, solo contentilla. ¡Salud! Y luego un día…
¡Madre mía, qué vergüenza!

Señora, no me lo tome a mal, pero estoy desesperada, mi hijo se muere de amor


por usted... Haga algo, por lo menos vaya a saludarlo, no sé pero ¡Save him!

¿Y qué podía hacer yo ahora? Él no comía, no dormía, no bebía... Al fin y al cabo,


yo también soy madre… Así que agarré mis cositas y fui a verlo. Él estaba en
cama, ¿Sabe? Flaco, pálido, triste... En cuanto me vio se echó a llorar, yo también
me eché a llorar, y la madre lo mismo. Luego la madre se fue y nos quedamos
solos. Él me abrazó,y yo lo abracé. Después no sé qué pasó, cómo fue, pero al
cabo de unas horas, me dije: «¡Santo cielo, me está besando!» Y le dije:
«Imposible, no podemos hacer el amor… Claro que tengo ganas, yo también te
amo, pero tengo dos hijos, un marido y más encima un cuñado.» Entonces él saltó
de la cama, se desnudó y...

Ay, si lo hubiesen visto, fue tan dulce, tan tierno... unos besos, unas caricias... Y
así fue como descubrí que el amor no era lo que hacía con mi marido, él encima y
yo debajo… como debajo de una aplanadora. Si no como... como un gran salto, a
cámara lenta. Descubrí a mi edad algo que yo creía que solo pasaba en las
películas...

Y volví al día siguiente, y al otro, y al otro, y todos los días después de los otros.
¡Ay! Que estarán pensando ustedes, es que estaba enfermo el pobrecito... Luego,
mi marido, al verme tan distraída, pensó que me emborrachaba, y cerró con llave
el armario de las botellas, el muy estúpido...
Luego empezó a sospechar y contrató a alguien para espiarme. Un día estaba en
el dormitorio del muchacho, de pie, desnuda..., él también estaba de pie,
desnudo..., es que nos estábamos despidiendo, sabe?..., y de repente entra mi
marido con abrigo. ¡Y cómo se transformó! Se puso rojo de ira y empezó a gritar
como poseído. Y mi marido - que usted no lo conoce - quería matarnos a los dos.
Pero sólo tiene dos manos. y nos apretaba el cuello, pero no nos moríamos,
entonces nos apretaba más fuerte. En eso entró la hermana del muchacho, que
también estaba desnuda porque se estaba tomando una ducha, y luego entró la
madre del muchacho, que por suerte estaba vestida... En fin, aprovechando el
escándalo, yo salí corriendo, y me encerré en el baño, y me corté las venas. Por
suerte mi marido, que quería matarme él personalmente, tiró la puerta abajo, y al
ver tanta sangre en el piso, se le pasaron las ganas de matarme...

Y le entraron ganas de salvarme. Bueno, me llevó al hospital, y luego me perdonó,


pero me encerró en casa.

Y ya llevo un mes así.

Pero estoy divinamente así...

Punto G. Gire ligeramente que él quede satisfecho, y se encuentra de 3 a 5 cm.


sumamente fácil moviéndote como un gusanito, “Ven” es una de las zonas 27
años, a mi una reina en la cama.

El punto U, sencillos de cadera para ser un orgasmo, porque lo que importa


realmente es la entrada vaginal y se puede estimular entre la uretra y el clítoris.
además, no debe ser nada del otro mundo dando placer a ti y hacia atrás.

Francisca, él mas olvidado pero sumamente formando círculos, zonas entrada


vaginal, ideal para estimular ni me deje de amar, presionar suavemente con la
yema de tus dedos.
En tiempos como en los que nos encontramos hoy, cualquier palabra se quedaría
corta, cualquier discurso se me haría difuso y no sabría cómo explicar lo que
siento, cualquier pensamiento se nublaría de ira al ver lo que está sucediendo en
las calles, lo que lleva sucediendo en las calles desde el 18 de Octubre del 2019, o
lo que ha sucedido desde siempre con nosotras, las mujeres.

Esta obra se comenzó a formar el año 2018, siendo la forma en que nosotras
podíamos aportar a la lucha de todas las mujeres.

Y así, quisiera tomar toda la rabia que tengo y ponerla dentro de mi puño. Poner el
nombre de todas las fallecidas y gritarles que seguimos luchando, que son un
motor para esta revolución que día a día va ganando terreno, y que nos queremos
vivas, libres y unidas.

En ese tiempo, comenzamos armando un pequeño lienzo con un par de nombres


de mujeres asesinadas el año 2018, apenas un pliego de papel volantin de color
negro.

Quiero que nos dejen de matar, quiero que nos dejen decidir por nuestros cuerpos,
quiero dejar de ser vista como un producto, porque soy un ser humano al igual que
todos ustedes. Quiero apretar mi puño en alto solo para poder gritar por la libertad
de todas aquellas mujeres que han sido silenciadas, que son silenciadas y que no
queremos que lo sigan siendo.

Con el pasar de los meses, se empezaron a sumar cada vez más mujeres
asesinadas, y nuestro papel tuvo que convertirse en 3 pliegos de corrido. Ya no lo
podía sostener de pie, así que me subí a esa silla para sostenerlo.

En tiempos como en los que nos encontramos hoy, hablamos de inclusión,


hablamos de igualdad y equidad, de paz social, de compartir nuestros privilegios
¿De volver a la normalidad? Pero nosotras les decimos a ustedes, vivir con miedo,
no es normal. Vivir reprimidas, no es normal. Vivir encerradas, no es normal.
Vivir obligadas a parir, Vivir violentadas, Vivir silenciadas, no es normal.

Con el tiempo se nos hizo más difícil ir agregando a las fallecidas, cada cierto
número de funciones teníamos que armar nuevos papeles, la lista se hacía cada
vez más larga, y ya estábamos ocupando 6 pliegos de papel para el año 2020

Para nosotras, lo más importante es la dignidad del ser humano. Y queremos


preguntar. ¿Qué es lo más importante para el estado Chileno?

la pensión de los adultos mayores, las y los niños de mejor niñez, La comunidad
lgbtiq+, el pueblo nación mapuche…Las Mujeres

Y en nuestro compromiso, no hemos abandonado este lienzo, hemos seguido


registrando a cada una de las fallecidas desde el año en que comenzamos con
esta obra, pero ya no es un papel, ni 6 ni 8. (Cae Lienzo)

6 metros de largo por 1.5 metros de ancho, es por esto que queremos
preguntarles…

¿Esto es lo suficientemente largo para que nos dejen de matar?

¡XX mujeres asesinadas en lo que va de este año! Y lo que las mató, no fue el
amor, no fueron los celos, ni mucho menos su posición de ser abusadas, fue el
machismo. Es por eso que cada uno de estos nombres se ha convertido en la
fuerza que nos moviliza para seguir luchando por nuestros derechos, ¡ellas no son
solamente un número!

Si yo muero a causa del machismo.

Espero ser la última.

FIN

También podría gustarte