Está en la página 1de 2

Claves para aprovechar nuestro talento

Mejora tus habilidades


La práctica hace al maestro. Esta es una frase muy usual, pero que
pocos aplican a sus vidas. Cada cosa que busquemos mejorar en
cualqueir ambito, necesita de esfuerzo, constancia y por supuesto,
una práctica basada en la rutina, que se debe hacer de forma
intensa. Debemos esforzarnos cada día, pasando el tiempo
suficiente en ese estado de dificultad denominado punto de
quiebre o punto óptimo, donde mantendremos una actitud de
trabajo de constantes repeticiones hasta que las acciones se
conviertan en algo rápido y automático.

Trabaja en tu punto óptimo


Todos tenemos un punto límite en el que aprendemos mejor y más
deprisa al que denominamos punto óptimo. Para comprenderlo
mejor, dividamos nuestra forma de trabajar en tres modalidades.
Zona cómoda: Donde nos movemos con facilidad, sin
esfuerzo. Y en el que realizamos nuestro trabajo y prácticas sin
mayores complicaciones.
Punto óptimo: En ocasiones nos sentimos frustrados,
trabajamos con dificultad y estamos en continua alerta por los
posibles errores. Te dedicas con todas tus fuerzas a la práctica para
alcanzar una meta a la que nunca pareces llegar aunque sientas
tenerla muy cerca.
Zona de supervivencia: Te sientes confuso y deseperado. Te
ves sobrepasado, así que dudas constantemente y te anticipas sin
criterio. Consigues existos en ocasiones, pero casi siempre por
pura suerte.
Para localizar el punto óptimo hace falta cierta creatividad,
llevando nuestros limites a situaciones en muchas ocasiones
extrañas y extravagantes, para así esforzarnos en mejorar y llegar
más lejos en la práctica diaria. Si te esfuerzas al máximo, tendrás
siempre la sensación de haber llegado a duras penas. Es ese límite
de tu habilidad en el que nos debemos mover, apuntando en todo
momento un poco más alla. Ese sería, por tanto, nuestro punto
óptimo.

También podría gustarte