Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Autoestima
Autoestima
ZACATECAS
Desarrollo humano
Autoestima y autoconcepto
06/octubre/2023
¿Qué es la autoestima?
Es el concepto que tenemos de nuestra valía personal, que involucra a
todos nuestros sentimientos, emociones, pensamientos, actitudes y experiencias
sobre nosotros mismos que hemos ido recogiendo por el trayecto de nuestra vida.
Así como el conjunto de evaluaciones, experiencias e impresiones, se
correlacionan para formar un sentimiento positivo de nosotros mismos o, por el
contrario, un incómodo sentimiento de no ser lo que esperábamos ser
(autocrítica). La autoestima, es como nuestra propia imagen, a la luz de nuestros
valores y metas, es decir, la apreciación que tenemos de nosotros mismos, en la
que intervienen las situaciones pasadas, presentes y en las que actúan factores
contextuales y procesos internos.
¿Cómo se forma?
La autoestima se aprende, cambia y la podemos mejorar, pues todos, niños/as,
adolescentes y adultos experimentan fluctuaciones de la autoestima. La persona
no nace con un concepto de lo que es la autoestima, sino que se va formando a
temprana edad, cuando comenzamos a formar un concepto de cómo nos ven las
personas que nos rodean (padres/madres, maestros/as, compañeros/as,
amigos/as, etc.) y las experiencias que vamos adquiriendo. En la formación de la
autoestima, influyen dos aspectos:
¿Qué es el autoconcepto?
El autoconcepto o la autoimagen es la comparación subjetiva que hacemos de
nosotros mismos frente a los demás. Es el conjunto de percepciones, ideas u
opiniones que una persona tiene sobre distintas áreas de su persona: su físico, su
personalidad, sus capacidades, sus habilidades sociales… Es la representación
mental en el presente, aquella que construimos sobre nosotros mismos en base a
nuestra forma de interpretar el mundo que nos rodea y nuestros filtros.
¿Qué es la Autoaceptación?
Una autoestima sana parte de la autoaceptación, esta, consiste en
aceptarnos de manera incondicional, libres de juicios, tratarnos con cariño,
reconocer que somos valiosos y dignos de ser queridos y respetados a pesar de
no ser perfectos. Cuando hablamos de autoaceptación nos referimos a la
autoevaluación cognitiva que hacemos de nuestras conductas, creencias, de
nuestra manera de ser, los sentimientos, nuestras experiencias vividas y las
motivaciones que nos marcan y determinan nuestra esencia como personas.
Además, es importante identificar cómo nos relacionamos con los demás y cómo
nos pueden influir las relaciones afectivas que establecemos, ya que a veces
elegimos parejas o amistades dañinas para uno mismo (solo por el hecho de
sentirnos queridos y aceptados), generando patrones de vinculación
desadaptativos. Ser consciente de ese patrón desadaptativo es el primer paso
para aprender a cambiar la forma de interacción y vinculación con el entorno y
para fomentar una sana autoestima y construir un autoconcepto y una auto valía
positiva.
Para que podáis reconoceros en las características de una baja o una sana
autoestima, veremos algunas características de ambos tipos:
Por otra parte, es importante señalar que no todas las personas se definen o
conceptualizan de una manera positiva o negativa en global, es decir, podemos
encontrar personas que pueden percibirse con una alta autoestima en un aspecto
y no en otros, por ejemplo, positiva a nivel profesional, pero no a nivel social.
Tomar conciencia de cómo nos vemos y cómo nos sentimos. ¿Nos gusta
nuestra imagen?, ¿Cuáles son nuestras cualidades?, ¿Nos valoramos
positivamente y nos validamos?
Entender por qué nos sentimos así, de dónde venimos, en qué entorno
familiar nos hemos criado y cómo nos hemos sentido en el ámbito social,
académico, profesional, etc.
Independientemente de la imagen que tengamos de nosotros mismos, es
importante querernos y aceptarnos, tratarnos con respeto y cuidado.
Estar alineados con nuestras necesidades y coherentes con valores y
prioridades.
Generar una congruencia en acciones y relaciones, viviendo acorde a
nuestros valores, necesidades, siendo fiel a uno mismo.
No juzgarnos a nosotros mismos ni limitar nuestras capacidades.
Tener la capacidad de establecer unos límites claros y saber comunicarnos
de manera asertiva.
Construir amor propio y madurez emocional para así sentirnos libres para
SER, y sentirnos dignos y merecedores para recibir amor.