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SITUACIÓN ACTUAL DEL ABASTECIMIENTO DE

GAS NATURAL EN LA UNIÓN EUROPEA

Alberto Agoi Montejano


Héctor Acebes Santos

Índice

Introducción………………………………………………………………………………………………………….. 2

Plan de abastecimiento…………………………………………………………………………………………. 4

Evolución del almacenamiento y diversificación del suministro…………………………… 5

Conclusiones…………………………………………………………………………………………………………. 7

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Introducción

El desarrollo económico y humano en los países de la Unión Europea durante las


últimas décadas se ha visto impulsado en gran parte por el uso de gas natural. Este
combustible fósil tiene impacto en diversos ámbitos y sectores. Sus usos principales
son:

Figura 1: Gráfico de los principales usos de gas natural en Europa

Observamos que el gas natural tiene un gran peso en la vida diaria de miles de
personas que habitan en los estados miembros de la Unión Europea. Más
concretamente, en los países situados más al norte y al este del continente, la
necesidad de gas natural para hacer posible gran cantidad de actividades cotidianas e
industriales se hace aún más acuciante. Durante las últimas décadas, Rusia ha sido uno
de los principales suministradores de gas natural en la Unión Europea. Debido a su
proximidad y al reducido coste de su recurso, los países miembros han ido generando
una mayor dependencia, retrasando inversiones en otras fuentes renovables, y
descuidando los niveles de almacenamiento de gas natural y otros recursos fósiles.

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Figura 2: Porcentaje de gas natural proveniente de Rusia en relación al total importado por la Unión
Europea entre 2019 y 2022.

La dependencia de la Unión Europea con respecto al gas ruso se hace evidente en la


gráfica anterior. El porcentaje de suministro de gas ruso con respecto al total llegó a
situarse por encima del 50% durante algunos años. La invasión de Ucrania por parte de
la Federación Rusa, acontecida a finales de febrero de 2022, supuso un cambio de
paradigma. Desde este momento, la Unión Europea se propuso eliminar por completo
la dependencia del gas ruso a lo largo de los próximos años, y se han visto grandes
avances en este proyecto, habiéndose reducido en más de un 30% la fracción de gas
procedente de Rusia en menos de un año. No obstante, los cortes de suministro de gas
por parte de Rusia a lo largo de 2022, sumados a las sanciones impuestas por la Unión
Europea en reacción a la Guerra de Ucrania, supuso una seria amenaza a
abastecimiento de gas natural para la UE de cara a afrontar el invierno.

En respuesta a esto, la Unión Europea formuló un plan de emergencia para garantizar


el abastecimiento de gas natural en Europa antes de la llegada del invierno de 2022, y
sentar las bases para afianzar una nueva corriente de suministro de gas natural
independiente de Rusia.

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Plan europeo de abastecimiento

A raíz del inicio de la Guerra de Ucrania, la Unión Europea comenzó a adoptar medidas
para tratar de prevenir el posible uso del suministro de gas natural como arma política
disuasoria por parte de la Federación Rusa. Existía gran preocupación acerca de
posibles cortes de suministro y desabastecimiento de recursos para afrontar el
invierno. Dada la gran dependencia de Europa con el gas ruso ( en torno al 50% ) hasta
2021, se diseñó un plan de almacenamiento y diversificación en el abastecimiento para
asegurar la disponibilidad de suficientes reservas de gas natural antes de la llegada del
invierno.

En los meses que siguieron a la invasión de Ucrania, los estados miembros de la Unión
Europea acordaron reducir la demanda de gas en un 15%, y aumentar las reservas de
gas natural hasta al menos el 80% de capacidad particular de cada uno antes del
invierno de 2022-2023, y el 90% para los inviernos siguientes.

Se comenzó a realizar una campaña de compra masiva de gas por parte del organismo
europeo y sus estados miembros. No obstante, debido a aquel repentino incremento
de demanda, amplificado por la especulación de muchos inversores que buscaban
adelantarse al mercado alcista del gas natural, el precio del recurso alcanzó sus
máximos de la última década. La Comisión Europea, para evitar que la compra de gas
para el invierno drenase demasiado las arcas del bloque, decretó la aprobación de un
tope de precio al gas natural importado, que entraría en vigor si: el precio del gas
excedía durante más de dos semanas los 275€ en los mercados de futuros de TTF( Title
Transfer Facility ), o bien si el precio excedía en 58€ el precio de referencia de GNL
estipulado durante más de diez días de mercado abierto. Esto permitió a la Unión
Europea salvaguardarse frente a la volatilidad del precio del gas natural durante el
2022, y poder abastecerse en la medida necesaria, sin por ello incurrir en un costo
demasiado elevado.

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Figura 3: Precio del gas natural en dólares estadounidenses por millones de BTU entre los años 2019 y
2023. Fuente: TradingView
Evolución del almacenamiento y diversificación del suministro

Como hemos visto en los puntos anteriores, la situación derivada de la guerra de


Ucrania provocó miedo al desabastecimiento en Europa ante el invierno. Las
principales acciones al respecto de la Unión consistieron en la diversificación del
suministro y el almacenamiento de gas. La primera de estas estrategias tiene como fin
no ser tan dependientes de un solo productor, para evitar situaciones en las que el gas
se convierta en un arma geopolítica. La segunda tiene como objetivo preparar a Europa
frente a un invierno incierto, en el que el suministro de gas puede verse
comprometido; además de asegurar un precio asequible y constante, minimizando la
volatilidad de dicho mercado.

La diversificación del suministro se ha realizado principalmente mediante GLN, gas


natural licuado, importado de Estados Unidos y países del Golfo Pérsico como Catar;
como podemos observar en el gráfico. Debido a la fuerte dependencia del gas ruso en
años anteriores, no se ha conseguido eliminar completamente la importación de gas
ruso, aunque esta ha descendido de forma radical.

Figura 4: Desglose de la dependencia energética de la Unión Europea en función de los distintos


países suministradores de gas natural y GNL. Fuente: Eurostat

Anteriormente se ha comentado que el objetivo de la Unión Europea era conseguir


llenar sus almacenes de gas hasta un mínimo del 90% para el 1 de noviembre. Este
objetivo se cumplió meses antes de lo pensado debido a la compra masiva de GLN.
Esto supuso un reto importante ya que algunos países, debido a que durante décadas
habían comprado gas ruso a un precio muy barato, no habían construidos plantas de
desgasificación necesarias para tratar GNL o las que tenían eran insuficientes. Este es el
caso de Alemania que tuvo que recurrir a terminales flotantes, como la instalada en la
localidad de Wilhelmshaven.

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Figura 5: Gráfico de la distribución de capacidad de almacenamiento de gas natural de países de la
Unión Europea, a 19 de marzo de 2023.

No todos los países disponen de sistemas de almacenamiento. Para estos casos se ha


acordado que éstos puedan almacenar el 15% de su consumo nacional en los
almacenes de otros estados miembros.

En el siguiente gráfico se puede observar cómo se ha producido el llenado de los


depósitos durante el último año:

Figura 6: Porcentaje de reservas totales de gas natural en la Unión Europea en relación a la capacidad
total de almacenamiento. Fuente: Eurostat

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Se puede apreciar como el almacenamiento ha sido muy superior al del año anterior,
debido entre otros motivos a que el vaciado durante el invierno no llegó al 50%. El
consumo de gas natural en el año 2021 alcanzó los 412.000 millones de metros
cúbicos, por lo que la capacidad de almacenamiento, unos 100.000 millones; aunque
no es suficiente para cubrir toda la demanda de gas europea, sí que va a aliviar
enormemente la presión sobre el sector.

La diversificación de la importación del gas no ha estado libre de polémicas. La mayor


parte del gas se importa en forma GNL, que es mucho más caro que el gas
transportado por gasoducto, debido a las operaciones intermedias y al transporte
necesarios. Esto implica que países como Estados Unidos hayan obtenido un gran
beneficio gracias a la necesidad europea.

Otros debates que se plantean son ya habituales cuando se habla de las importaciones
de combustibles fósiles. ¿Cómo de ético es comprar gas a países que constituyen
dictaduras y que no respetan los derechos humanos? No deja de ser reseñable que una
parte importante del gas importado por la Unión Europea proceda de una dictadura
como Catar o de un país como Azerbaiyán, que recientemente se ha visto involucrado
en una disputa territorial con Armenia.

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Conclusiones

La Guerra de Ucrania ha hecho más que evidente la dependencia energética que la


Unión Europea había adquirido con respecto a los combustibles fósiles provenientes de
Rusia, y más concretamente del gas natural. Debido a los conflictos geopolíticos que
desencadenó la Guerra de Ucrania, y el uso del recurso fósil como arma política por
parte de la Federación Rusa, generó una respuesta por parte del bloque europeo que
los llevó a incrementar el nivel de las reservas de gas natural almacenadas en cada país,
así como la diversificación a la hora de encontrar países que suministren el recurso. La
acción de la Unión Europea resultó muy efectiva, y actualmente las reservas de gas de
Europa se hallan en torno al 80-90%, niveles suficientes para afrontar el invierno.
Además, hemos visto en la figura 4 que el porcentaje de gas ruso importado a Europa
se ha reducido drásticamente en los últimos meses cumpliendo con los criterios
establecidos en su plan de respuesta, y la dependencia con Rusia se halla actualmente
en torno al 14% para gas natural, y al 12% para el GNL. Los grandes beneficiados de
todo este cambio de paradigma han resultado ser, mayormente, tanto los Estados
Unidos, como Catar y Azerbaiyán, pues ambos países han firmado nuevos acuerdos con
la Unión Europea para aumentar el suministro de GNL, lo que repercutirá muy
positivamente en sus arcas.

Aunque esta nueva situación también genera cierta controversia, debido a la mayor
dependencia económica y energética que la UE va a tener con Estados Unidos, y al
hecho de que se esté comprando gas a países cuya dinámica política no ha resultado
ser el mejor ejemplo a seguir en los últimos años. No obstante, al final, Europa es
pobre en recursos, y es una de las regiones más consumidoras del mundo. Por tanto, si
no se es capaz de reducir la demanda, al final el gas debe de terminar comprándose en
algún sitio, y por suerte o por desgracia, actualmente la elección en lo relacionado con
el suministro de combustibles fósiles suele ser enriquecer a un régimen cuestionable, o
no poder calentarse en invierno, y al final todos queremos sobrevivir al invierno.

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