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16 RENE Descarres Beckman. Por un lado, el problema de In vibracion de Jos cuerpos sonores, sobre fodo lat cuerdas, asociado & In euestion de la bondad de las consonance, y, por oto, Ia teoria dela naturaesa corpuscular del sonido, Fate precursor de las teoras ondulatorias del soni ese pro Motor de una actstica dela emision, andloga ala Optica, En esta tensdn —pero no contradicldn "ae offet, oh cl'seno de la tora musical el tnico ejemplo conoco or Beeckman de una cuuntifcaion defo jos ncreos, Y de una medida geometric de lo invsbiex Pero esta fica del sonido, si bien no va ser radical 1ente contestada por el Compendium, se vera enfen- isda a una concepsion esti y 2am estio ontlogico ue, con todas ls lagunasde na joven obra, apuntan ya tine dren irvetrenble que fate en lo ue denon ice el texto del Compendium dete a propia a el text dl Compendium desde ss propia coi del ‘cus, Pero el problema ya no sera para Descartes el go pe ochoqe,Svactvdd epeimsata en eon meses de de 1618 se centr en ela y la lauta yen la medida ‘onereta de certas propiedades igadas 2 resonancia alos redobies de inferalos en la ctava, "Yaqui se abre la gran aportacion de Descartes: te meme enw te ie gee a omar flies ESvacpree cheers El tiempo presente en la armonia es ahora Ia llama el ritmo. Quizé abi late una comprension de la realidad y tal vez por ello se ha sefialado que «el Compendium se ha escrito tanto para, como contra Beeckman Beinn Psion, en Deca Art de gop i ‘cOMPENDIO DE MOSICA. 17 3. UNA MUSICA MODERNA. El acento en la armoniay su valor subraya el princi- pio dea autonomia de a masicay el renacer de un nue- ‘No interés por el Tenguaje musical. La consderacion de Ja misica Como una ciencia,e incluso como la ciencia rat ote ols eos tics de a mona ‘boaqueda de las leyes que regulan el mundo de los fcatidos y la atencion al bajo continuo, capaz de susten- {ar la melodia, destacan que aquel acento ge sitia sobre ‘leatdterfisico-matemético dela armonta *-S fon ello una cierasupuestaindiferencia dl contenido xpresig'o motivo de Ia mia por aul feats aque privlegian el aspectofisco-acdstico 0 matemdtco de {bs sonidos y de los intervalos. Sin embargo, si bien cabe reconocer en este interés speculativo ¥ matemstico por a armonia los ecos de ‘Zaring y las_preocupaciones. de. Mersenne, Descartes ‘boca sw propio camino. Tal vez, en algunas ocasiones, fe ha loved demasiado lejos a tn Zino fen elseno del Compendium ®, y, en todo caso, antes de ‘edararzatiniano, sin mds a Descartes, convione recor- ‘ar la decisiva importancia de sus encyentros con Beeck- man. Con todo, es difill —y, ademés, resulta infecun- ddo~ sustraerse al esfuerz0 qué el célebre italiano realiza ou sino Hamonche (S35, Dies Harmoniche (1571) y Soppliment! musical (1588) por plantear por primera Yer Ins bases racionales de una nue- ‘ra pramalica‘de la musica, en un intento nuevo, caro y ntemético de formulacién musical, lejos de 10s vigjos ‘modelos boecianos. aa ‘Gioseffo Zaring rtoma le doctrina musical dela an- tigdedad, escribe paginas de misica practca y de mate- “De omar om mor de mi dey priner ators eta 2 ieeghan de ce ala ae 110 (AE eh "SEP xsl espa gt, ian

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