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Capitulo 5 Ladrones de Tiempo
Capitulo 5 Ladrones de Tiempo
“Acepto”. ¿Qué hacemos en esa situación? Muchas veces seguimos adelante, pero
quejándonos de nuestra mala suerte o pateando las piedras, etc.
La situación es esta. Nadie nos ha enseñado que tanto un “Si” o “Acepto”, así
como un “No” o un “Basta”, son declaraciones básicas que podemos utilizar, solo con
nuestra voluntad.
Destacamos que no necesitamos de nada más, para ejercer nuestra libertad
como personas. Cuando decimos “Si” o “No” debemos aceptar tanto las
consecuencias positivas como las consecuencias negativas de nuestras decisiones.
Esto nos hacer ser personas autónomas, maduras y mejor aún estamos
cuidando de nuestra dignidad como personas, eliminando de paso cualquier inicio
de resentimiento.
Afirmamos que es un derecho decir “No” o “Basta”, expresando libremente
“No quiero seguir con esto que me pasa”. No sabemos usar estas declaraciones
como un derecho irrenunciable.
No se trata de pelear con los demás, sino de hacerles entender que deben
respetar nuestros valores, nuestros estándares, nuestros tiempos y que siempre
podremos acordar nuevas condiciones beneficiosas para ambas partes.
Caso especial son los casos que enfrentamos en la vida, cuya característica
común son las “Urgencias”. En estos casos o situaciones es del todo impostergable
que colaboremos aun cuando corramos algunos riesgos. Pero no siempre ocurren
todos los días.
Definitivamente debemos revisar nuestra habilidad para expresarnos
asertivamente y así optimizar nuestros tiempos y consecuentemente nuestros
resultados.
5.- Nuestra falta de Interés en lo que hacemos
La motivación y el entusiasmo son fundamentales para lograr nuestros
resultados. Si las actividades que realizamos por alguna razón ya no nos interesan
o nos aburren, sepamos que despiertan todos nuestros mecanismos de defensa.
Rápidamente tendemos a postergar y a cambiar de tarea. Recordemos que
si antes estuvimos motivados, apoyémonos en nuestros objetivos, en lo que
hacemos para aprovechar nuestro tiempo. Tengamos en cuenta que lo que hemos
decidido fundadamente hacer, nos ayudará a conseguir nuestros objetivos.
6.- Falta de Puntualidad
La falta de puntualidad resta eficacia a nuestro trabajo. Si hemos
priorizado las actuaciones que tenemos que hacer y hemos definido el tiempo que
asignaremos a cada una de ellas, cualquier cambio o retraso en éstas, afectará
negativamente a nuestro desempeño.
PROGRAMA “ADMINISTRACIÓN DEL TIEMPO”
Iniciar nuestro trabajo en horario así como terminarlo es clave para evitar
este “mal nacional”, dado que nos afecta de manera muy importante, provocándonos
muchos problemas.
En las organizaciones anglosajonas, esto no ocurre, porque reconocen que
aceptan tanto para sí como para los demás un valor humano de “El Respeto”, tanto
respecto de nuestro tiempo como el propio, y definitivamente ellos entienden que
“nadie” tiene la potestad ni el derecho de decidir por los demás. Este punto lo
trataremos de forma especial en el capítulo 7.
Volvamos sobre estas cifras. Los números hablan por sí solos y muestran
nítidamente la desoladora realidad en la que vivimos. Estamos hablando de horas y
horas despilfarradas, todos los días del año de todos los años de nuestra vida.
¿Esta es la vida que queremos llevar? ¿Por qué nos quejamos si somos
nosotros los que decidimos hacerlo así?
Hemos considerado a la televisión como base del descanso, Para miles y miles
de personas el descanso es sinónimo de sofá y televisión. Si bien es una actividad
que descansa nuestro cuerpo, estamos sentados o tumbados, es algo que nos
desgasta mentalmente más de lo que creemos.
Lejos de aportar y enriquecer, resta. Monopolizar todo nuestro descanso
únicamente haciendo eso ni es sano, ni enriquecedor y menos razonable. Entonces,
¿Por qué lo hacemos si casi todos reconocemos que no es bueno?
Veamos algunas razones:
• Es un mal hábito que la mayoría adquirimos en nuestra niñez. El final del día
para casi todos nosotros siempre ha sido “Comer con un poco de tele y a la
cama”.
• Es muy fácil disfrutar de él. Basta con apretar un botón en el mando a distancia.
• Nos convencemos de que realmente estamos descansando, aunque el programa
que estemos viendo sea deplorable y pasemos la mitad del tiempo haciendo
zapping.
• Nadie nos ha enseñado a descansar de otro modo ni nos hemos molestado en
buscar alternativas más saludables para nuestro físico y psiquis.
• Es una actividad en la que nos lo dan todo hecho. No requiere esfuerzo físico y
eso nos encanta.
• Pensamos equivocadamente que estamos “tan cansados” que no podemos hacer
otra cosa.
Algo que tenemos que cambiar, dejando a un lado la mediocre y a veces
bochornosa calidad de los contenidos televisivos que consumimos a diario, lo que
sin duda sería digno de otro informe, la televisión es un auténtico ladrón de nuestro
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B.5.2.- Internet
Todos los malos hábitos relacionados con Internet son de los más difíciles
de quitar o cambiar. Resulta muy curioso. Porque de los malos hábitos que hemos
adquirido, son los últimos que han llegado y sin embargo son de los más arraigados
y complicados de eliminar. Porque la inmensa mayoría de nosotros pasamos muchas
horas frente al teclado y además nos gusta.
Para empezar a utilizar Internet de manera inteligente y provechosa, es
necesario reformular cómo nos relacionamos con la Red Internacional de Trabajo.
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B.5.4.- El Teléfono
“Es que yo necesito el teléfono para trabajar”, es una frase que todos hemos
escuchado más de una vez y que tal vez hemos pronunciado. Sin llegar a poner en
duda hasta qué punto realmente se necesita el teléfono, es fundamental saber
utilizarlo. Da igual si al día hace diez llamadas o treinta. Si es una herramienta que
utilizamos con relativa frecuencia es esencial utilizarlo siempre en nuestro
provecho.
Internet, el E-Mail, el computador, etc., son algunas de las herramientas de
muchas más que utilizamos a diario y que sólo deben estar ahí para ayudarnos. De
tal modo que debe aportar, contribuir, aliviar, complementar y permitir. Están ahí
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para que usted pueda hacer su trabajo. El teléfono está ahí para ayudarnos a
conseguir “Resultados”.
Sin embargo, el mal uso que muchos hacemos del teléfono, víctimas de malos
hábitos y gestos improductivos, hace que sea otro de los agujeros negros para la
productividad.
¿Cómo afecta el teléfono a nuestro rendimiento diario? ¿Cuáles son esos
malos hábitos que convierten al teléfono en un distorsionador de nuestra
productividad?
Algunas respuestas:
a) Conversaciones largas, tal vez intrascendentes, vagas y sin un propósito
definido.
b) Contestamos instintivamente a cualquier llamada. Incluso en plena conversación
con otra persona.
c) No sabemos ignorar y apagar el teléfono móvil cuando realmente es necesario.
¿Nos vemos reflejados en alguno de estos malos hábitos? ¿En varios a la
vez? Ya de por sí cualquiera de estos tres síntomas resulta muy perjudicial pero lo
cierto es que los tres suelen ir de la mano. Juntos. Y si detecta uno de ellos en
alguna persona, entonces poco después encontrará los otros dos detrás.
El teléfono (fijo o móvil) y el E-Mail suelen compartir muchos males
improductivos. Pero en general ambos están sobrevalorados y quien los utiliza mal
siempre asegurará, con toda la rotundidad y seguridad posible, que sin ellos “no
podría vivir”.
Estas personas están al servicio de la herramienta cuando debería ser al
revés. En general las personas debemos tener claro que el resultado proviene de
un buen uso de cada herramienta y que ésta, si no la dominamos, nos limita mucho
y en un extremo, nos convierte en esclavos del desconocimiento.
El mal uso del teléfono sería anecdótico si no fuera porque desencadena una
serie de impactos negativos en nuestro trabajo y en nuestras vidas.
Son muchos, sin duda, pero veamos estos tres:
(1) Rompe la concentración, desvía la atención y hace perder intensidad. Cada vez
que atendemos una llamada rompemos el ritmo de trabajo y tras los minutos de
conversación cuesta recobrar la concentración. En ciertas personas esto un
problema gravísimo.
(2) Transmite una falsa sensación de actividad, de estar haciendo mucho. Ocurre
lo mismo que las reuniones, mientras hablas, no haces.
(3) Destruye el descanso. Un momento sagrado e imperturbable que continuamente
está siendo bombardeado con llamadas de todo tipo y que rara vez son importantes.
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