El padre era un miembro respetado de la guardia de la ciudad. Su madre lo
crio hasta que falleció por una enfermedad, con lo que, a pesar de su corta edad (7 años) él mismo se encargó de criar a su hermano en lo que el padre libraba guerras por ahí. Al haberse quedado manco, su padre volvió a casa y se dedicó a instruir a su hijo para que, en cuanto pudiera, se metiera en el mismo lugar que él para ganarse la vida. Un día, con 12 años y haciendo unos recados en el pueblo, cunde el pánico porque se ve fuego en un punto determinado. Stefan va corriendo a casa ya que el fuego proviene de ahí. Al llegar, entre las llamas, se ve una silueta monstruosa que desaparece al salir. Acto seguido, la casa se derrumba. Stefan fue incapaz de sacar vivos a su padre y a su hermano, los cuales murieron medio devorados y calcinados por el fuego. Tras quedarse sin hogar y sin familia, vive unos meses con unos vecinos que lo acogen por pena, pero eran bastante mayores y no pasan del invierno siguiente. Debido a ello, todo el pueblo comienza a ver a Stefan como un niño que trae la desgracia allá donde va y nadie lo quiere cerca, con lo que comienza a vivir de la basura que encuentra y lo poco que puede ratear. Un día, después de un año viviendo de esta penosa manera, comprende que tiene que buscar algo mejor o terminará muriendo. Con lo que comienza a investigar por su cuenta (y de la mejor manera que puede) el suceso que llevó a la muerte a su padre y a su hermano. Decide coger la espada a dos manos de su padre que enterró en el maltrecho jardín que quedó de su casa y se dirige a la hermandad del Crepúsculo, de la que ha oído hablar a penas en alguna posada en la que se ha colado. ¿Su objetivo? Encontrar al monstruo que mató a su familia y vengarse… o simplemente encontrar un lugar en el que encajar y sentirse más útil. Con el transcurso de los años, pasó de mero recadero a un miembro más de la hermandad. Pasó por varios miembros e incluso fue pupilo de Ludwig. 20 años han pasado desde que entró y aún hoy, cree no haber encontrado al ser que asesinó a su padre y a su hermano (desventaja: enemigo poderoso). Descripción psicológica Stefan es un hombre roto. Mientras su madre vivía, pasó una infancia buena. Sin embargo, tras su muerte y llegada de su padre, se complicó un poco. Su padre era una persona muy exigente, acostumbrado a que se hiciera todo lo que ordenara (ventaja: reflejos rápidos +2). Pronto, Stefan se acostumbró a llevar él la casa, la crianza del hermano, el cuidado del padre y los entrenamientos. Pese a todo esto, nunca perdió la sonrisa. Pero el pesar llegó tras la muerte de la familia. Aunque fue una liberación que jamás reconocerá perder a su padre, la muerte de su hermano le pesa en el alma. La adversidad le agrió el carácter. Se volvió más callado, más observador, más calculador y más frío (ventaja: inquietante). Convirtió el sarcasmo en su modo de vida y dejó de hablar de él mismo. Solo se tenía a él. Y, a pesar de todo esto, es incapaz de no preocuparse por las personas que le importan. Durante años, pensó que, efectivamente, una maldición había caído sobre él, pero ahora lo ignora (desventaja: mala suerte). Siempre está dispuesto a echar una mano... aunque nadie se lo pida. La mayor parte del tiempo está tranquilo y distante, incluso con las personas que le importan. Es capaz de mostrar pequeños actos de bondad y le gusta meterse con la gente con sarcasmo. Ten por seguro que eres una persona que le importa porque se mete contigo. Siempre que puede se está entrenando en nuevas tácticas de combate, tal y como le enseñó su padre (ventaja: resistencia física excepcional +2). Dispuesto a mejorar cualquier parte de su ser siempre que le ayude a llevar a cabo su venganza. En el fondo es una persona sensible, que siente una gran soledad y necesita proteger aquello que quiere.