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Capitulo 1 La produccién lexicografica monolingiie argentina del Centenario* Daniela Lauria Los académicos imprimen en su mamotreto [el Diccionario de la Real Academia Espaviola] la voz cristianada para el mutuo afecto y consorcio entre las partes, pero no se comprometen, y le anotan procedencia: “arjentinismo” (sic), “chilenismo”, la més clara inconsciente insinuacién académica de que cada uno se haga su diccionario. Vicente Rossi, “Del trascendentismo. Idioma nacional rioplatense”. Cuarta Evidencia, Folletos Lenguaraces, 1929. 1. Introduccién La produccién lexicogrdfica monolingtie —diccionarios, léxicos, vocabula- tios y glosarios— se vincula indisociablemente con la idea de nacién (cfr. * Este trabajo forma parte del proyecto de investigacién de doctorado “Entre el Centena- tio y el Bicentenario de la Revolucién de Mayo: continuidades y discontinuidades de la produccién lexicogréfica monolingiie en la Argentina”, cuyo objetivo general es profun- dizar el estudio discursivo e hist6rico de las ideas sobre el Lenguaje a través del examen de instrumentos lingiifsticos espectficos, como lo son los diccionarios. 19 Daniela Lauria. Lara, 1997). Los diccionarios son instrumentos lingitisticos (of;, Autoux 1992) en los que se reflexiona sobre el lenguaje, la lengua, la variedad lost el habla, la comunicacién, pero también en los que se configura e] imaging. rio nacional. Esto es, determinadas decisiones acerca de cuestiones lingits. ticas suponen ciertas representaciones sobre la nacién. El presente artfculo se inscribe en el campo disciplinario de la Gloto. politica. Esta linea de investigaci6n se centra en el estudio de los hechos del lenguaje en los que la acci6n de la sociedad reviste la forma de lo po- litico (Guespin y Marcellesi, 1986). Conforme lo indica Elvira Arnoux (2000), la glotopolitica histérica se dedica al estudio de las reflexiones -sistematicas o no- sobre el lenguaje en espacios institucionales oficia- les y no oficiales a partir de la consideraci6n de distintas temporalidades y de materiales sensibles del archivo histérico. Asimismo, recurrimos a los planteos de Del Valle y Gabriel-Stheeman (2004) y Del Valle (2005 y 2007) quienes piensan un campo de saber destinado al estudio de las ideologfas lingiifsticas' que contribuye tedrica y metodolégicamente al enfoque glotopolitico.? La elaboracién de un diccionario monolingiie es un acto glotopoli- tico en dos sentidos. Por un lado, porque implica tomar decisiones en torno a una serie de cuestiones relacionadas con el lenguaje tales como la unidad o la fragmentacién de la lengua, la variacién, la norma, el L. Segiin Del Valle (2007: 20) “(...) las ideologias lingtiisticas son sistemas de ideas que articulan nociones del Ienguaje, las lenguas, el habla y/o la comunicacién con forma- ciones culturales, politicas y/o sociales especificas (...). El andlisis de las ideologtas li Bilisticas, por lo tanto, debe plantearse como objetivo la identificacién del contexto en Que cobran pleno significado, contexto que (...) dependiendo de si se define en términos predominantemente culturales, sociales o Politicos, las construye como un objeto de estudi i ales © po ropebtivamene (. sc 1a antropologta lingistica, la sociolingistica o la glotopoltia “c~-)- En suma, a partir de esta definicién, jqué hace que, en el contexto Sptemos por conceptualizar un sistema de ideas sobre el mente tres condiciones: primera, su n cultural, politico y/o social; segunda, izador de un orden extralingiifstico que } Su institucionalidad, es decir, su produc- concretas de poder ida 2. Chr. Amoux, 2008. 20 La produccién lexicografica monolingde argentina del Centenario uso, la prescripci6n, la descripcién, el cambio lingiiistico, el purismo, el casticismo, la corrupcién idiomatica, el contacto de lenguas, los indige- nismos, los neologismos, los extranjerismos, los préstamos, los calcos, los barbarismos, los arcaismos, los ruralismos, la lengua culta o literaria y la lengua popular. Y, por otro, porque no solo revela continuidades con fenémenos que pertenecen a los Ambitos polftico, social, cultural y econémico de la coyuntura histérica en la que se inserta, sino que también activa determinadas memorias. Los diccionarios son, por ende, discursos en los que se asoman y se esconden sistemas lingiifstico-polf- tico-ideoldgicos. El objetivo de este trabajo es identificar, sistematizar y analizar las ideo- logfas lingiifsticas que circulan en dos de los diccionarios monolingiies que registran la variedad nacional, publicados en el perfodo histérico del Cen- tenario de la Revolucién de Mayo en el marco de una coyuntura determina- da. Desde nuestro punto de vista, las ideologias lingiiisticas que transitan en dichos instrumentos lexicograficos comienzan a manifestar la emergencia de un nacionalismo de corte hispanista como un nuevo modo de vincula- cién con la antigua metrdpoli. 2. La lexicografia monolingiie. Las condiciones de produccién En Europa, la produccién de obras lexicogrdficas monolingiies —textos descriptivo-prescriptivos que regulan la actividad lingiifstica sobre la base de conceptos tales como normatividad, autoridad, legitimidad y cultura lin- giifstica monoglésica— surge en el siglo xvi fuertemente relacionada, como ya sefialamos, con la idea de formacién y de consolidacién de los Estados nacionales. En América, el interés por definir lo que es particular de una nacién en el plano de la lengua se inicia en el siglo xIx como consecuencia del Proceso de emancipacién politica y de la necesidad de construir identidades nacionales. En la Argentina, se elaboran y publican diccionarios monolingiies desde la mi- tad del siglo XIX. Efectivamente, el primero es el Vocabulario rioplatense de Francisco 21 Daniela Lauria J. Muiiz del afio 1845. Sin embargo, a partir de 1880 y hasta 1910, con el Progres. vo aumento de la diversidad lingiiistica, social y cultural producto del movimiento migratorio masivo,* comienza a aparecer un conjunto de discursos ~Pertenecientes adiferentes géneros y de procedencias ideolégicas diversas— en los cuales se reflexig. na sobre la nacién, la nacionalidad y la identidad asociada a ella. En la medida en, que la identidad lingiiistica es, de acuerdo con lo expresado por numerosos inves- tigadores del nacionalismo, uno de los componentes esenciales en la definicién y consolidacién de la identidad nacional, aquella pasa a ser, entonces, en este perfodo, un tema privilegiado. Por tal motivo, se intensifican las instancias planificadoras —tanto sobre el estatus como sobre el corpus de la lengua—a partir de la produccién de instrumentos lingiiisticos tales como gramiticas, diccionarios o de la aparicién de discursos glotopoliticos -ensayos, articulos periodisticos, polémicas parlamentarias, leyes— que sefialan fuertemente el vinculo lengua-nacién.> En lo que concieme a la produccién lexicogréfica, en el contexto de la celebracién del Centenario, aparece una serie importante de diccionarios que registra la variedad nacional. Ahora bien, en el marco de construccién simbélica de la naci6n, di- versos especialistas afirman que son dos las corrientes nacionalistas que se 3. Para un panorama de la historia de la lexicografia monolingite argentina, ¢fr. Barcia, 2003 y 2004. -4. La Republica Argentina recibe un importante movimiento inmigratorio europeo entre la segunda mitad del siglo x1x, esencialmente a partir de 1880 y principios del siglo xx, hasta 1930. En 1910, el 60% de los habitantes de Buenos Aires era extranjero. Esta situacién se explica basicamente por dos motivos: por el lado argentino, responde a una precisa politica inmigratoria auspiciada y sostenida por diversos dirigentes a lo largo de varios afios; y, por el lado europeo, es producto de “(...) las crisis agrarias y la desocupacién producida en el Viejo Mundo como consecuencia de la 2* Revolucién Industrial” (Fontanella de Weinberg 1996: 440). En pocos afios, entonces, se desarrolla en nuestro pais un acelerado proceso de cambios sociales, econdémicos y demogréficos que incluye la modernizacién de la sociedad, la urbanizacién acelerada, la modificacién de la estructura productiva y la emergencia de clases y categorias sociales nuevas. Para la cuestién inmigratoria, cfr. Devoto (2003). 5. Acerca de estos temas, cfr. Di Tullio, 2003, Amoux, 2004 y Vazquez Villanueva, 1999 y 2006. 6. El Vocabulario criollo-espariol sudamericano (1910) de Ciro Bayo; el Diccionario argen- tino (1910) de Tobfas Garz6n; el proyecto del Diccionario de argentinismos (1910) de la Academia Argentina de la Lengua, institucién correspondiente de la Real Academia Espafiola y predecesora de la Academia Argentina de Letras; el Vocabulario argentino: refranes, frases familiares usados en la Argentina (1911) de Diego Diaz Salazar; el Diccionario de argentinismos, neologismos y barbarismos (1911) de Lisandro Segovia y el Vocabulario argentino-esparol y espariol-argentino (1912) de Enrique Molina Nadal. 22 La produccién lexicografica monolinge argentina del Centenario manifiestan. Por un lado, el nacionalismo liberal, inclusivo y cosmopolita, dominante en los primeros aftos del perfodo de Organizacién Nacional que propone integrar y asimilar a los extranjeros. Para esta tendencia, la iden- tidad nacional es una sintesis, “un crisol”, resultado de la diversidad. Por oposicion a éste, el nacionalismo de matriz genealdgica (cfr. Palti, 2003) esencialista, hispanista, conservador y excluyente centrado en la singulari- dad cultural y en la raza espafiola, dominante a partir de 1910. Esta corrien- te exhibe una actitud negativa hacia la inmigracién, a la que le atribuye ser un elemento diluyente de la identidad. Por lo tanto, busca en los elemen- tos hispénicos y criollos (preinmigratorios) la esencia nacional.’ Con todo, ambas tendencias, aunque opuestas en sus concepciones sobre la nacién, comparten la idea de una bisqueda de la identidad lingijstica nacional. 3. El corpus 3.1. Diccionario argentino: Ilustrado con numerosos textos, de Tobias Garzon® Tobias Garz6n fue un educador y escritor argentino. Nacié en la pro- vincia de Cérdoba en 1849 y murié en 1914. Luego de cursar sus estudios en el Colegio de Monserrat, se dedicé a la ensefianza. Durante muchos © 7. Varios son los temas que contraponen a estas dos matrices de pensamiento. Entre otros, esté en discusi6n si la nacién precede al Estado o a la inversa. Para el nacionalis- mo liberal, es el Estado el que construye y debe sostener la nacién. Sus representantes tienen, por lo tanto, una visién civica de la nacién inspirada en los casos de Francia y de los Estados Unidos. Para el nacionalismo genealégico, por el contrario, la nacién preexiste a la formacién del Estado. Su mirada es la de una nacidn étnica, trascendente, inmutable, esencialista, tal como lo plantearon los romanticos alemanes. Al respecto, la historiadora Lilia Ana Bertoni (2001: 311) sostiene para el caso argentino: “A lo largo de la década final del siglo XIX y en los afios siguientes, estas distintas concepciones de nacién la eminentemente politica o contractualista y la cultural esencialista tieron conflictivamente. Los rasgos de una y otra afloraron en varias discusiones sobre temas especificos (...)". 8. Tobias Gara6n: Diccionario argentino: Ilustrado con numerosos textos, Barcelona, Impren- ta Beveriana de Borris y Mestrés, 1910. coexis- 23 Daniela Lauria afios fue profesor de castellano en esa misma institucién. Fund6 el peris. dico La Opinién, desde el cual sostuvo la candidatura de Nicolés Avelj,. neda a la presidencia de la Nacién en el afio 1874. Fue secretario de la Universidad Nacional de Cordoba y escribié diversas obras de cardcter didéctico, entre las que figuran el Tercer Curso de Gramética castellang con ntimero de ejercicios de ortografia, de invencién ¥ de redaccién (Cordoba, La Moderna, 1898). 3.1.1. Breve descripcion de la obra El diccionario fue publicado en 1910 en la ciudad de Barcelona, Espaiia bajo los auspicios de la Comisién Nacional del Centenario. Esta obra cons- tituye el mayor aporte de caudal léxico nacional inventariado hasta ese momento. El texto tiene mds de quinientas paginas a doble columna. In- corpora en los articulos lexicograficos ejemplos documentados de diversos géneros: literario, periodfstico, académico, coplas del cancionero popular y discursos oficiales. Asimismo, sus artfculos dialogan con trabajos lexico- grdficos anteriores (el Vocabulario rioplatense razonado de Daniel Granada (1890), El idioma del delito de Antonio Dellepiane (1899), las discusiones sobre el idioma de los argentinos entre Luciano Abeille y Ernesto Quesada y los trabajos normativos de Ricardo Monner Sans). La contrastividad se tealiza con la 13 edicion del Diccionario de la lengua castellana de la Real Academia Espafiola (DRAE) publicado en Madrid en 1899. 3.2. Diccionario de argentinismos, neologismos y barbarismos: con un apéndice sobre voces extranjeras interesantes de Lisandro Segovia? Lisandro Segovia fue un jurisconsulto argentino. Nacié en la provincia de Corrientes en 1842 y murié en 1923. Estudié Derecho en la Universidad Nacional de Cérdoba y fue profesor en la Universidad de Buenos Aires. 9. Lisandro Segovia: Diccionario de argentinismos, neologismos y barbarismos: con un apéndi- ce sobre voces extranjeras interesantes, Buenos Aires, Coni, 1911. 24 La producci6n lexicografica monolingie argentina del Centenario Ocup6 durante veintisiete afios el cargo de fiscal de la Camara de Ape- laciones. Fue autor de una exposicién y critica del Cédigo Civil argentino. Redacté un proyecto del Cédigo Penal a pedido del gobierno nacional y escribié diversas obras juridicas. 3.2.1. Breve descripcion de la obra El diccionario fue publicado en 1911 bajo los auspicios también de la Comisién Nacional del Centenario. Sin embargo, la obra estuvo ter- minada siete afios antes, oportunidad en la que obtuvo el primer pre- mio de la Real Academia Espajiola (RAE) en el certamen de los Juegos Florales. El texto tiene el doble de paginas que el de Garz6n, también a dos columnas. En este caso no hay ejemplos que ilustren las entradas léxicas y tampoco hay intertextualidad con otras obras lexicogrficas. Solamente se explicita la contrastividad con la 13* edicién del DRAE. La macroestructura tiene trece secciones diferentes: 1) “Castellanismos y neologismos”, en la cual se incluyen las voces comunes a la Argentina y a Espaiia, pero con acepciones diferentes; 2) “Americanismos”, que contiene las voces de uso americano, pero no peninsular; 3) “Argen- tinismos”, que retine los vocablos que se emplean principalmente en la Argentina, con la excepcién de algunos términos que se registran también en el Uruguay y en Chile, pero que no se usan en el resto de los paises hispanoamericanos; 4) “Nombres gentilicios”; 5) “Locuciones sustantivas y otras”; 6) “Voces extranjeras”, en la cual se incluyen los vocablos provenientes basicamente del italiano, del francés y del inglés, y también, aunque en menor medida, de otras lenguas; 7) “Estancia y campafia”, que contiene las voces rurales; 8) “Tribus indigenas y sus lenguas”, en la que no se presentan indigenismos, sino solamente los nombres de las parcialidades autéctonas y de sus lenguas; 9) “Fauna”; 10) “Flora”; 11) “Barbarismos”, en la cual se observa el cardcter pres- criptivo de la obra; 12) “Palabras interesantes portuguesas, italianas y francesas”, que presenta equivalencias y 13) “Refranes, frases, modismos y clausulas”. Daniela Lauria 4. Analisis Para dar cuenta de las ideologias lingiifsticas que circulan en los dic. cionarios considerados, rastreamos las representaciones"” acerca de |a va- tiedad lingiifstica nacional que se manifiestan en los prélogos de dichas obras. Estos dominios son espacios discursivos de cardcter argumentativo que funcionan menos como zonas dirigidas al publico en general para ex. plicar los trabajos que presentan que como espacios de legitimacién de la posicién asumida frente a la lengua en el interior de una comunidad discursiva dada." La construccién de representaciones tiene un aspecto dindmico y con- flictivo. En decir, el ciclo de instauracién de representaciones se clausura cuando se logra el consenso no sélo alrededor de su contenido imaginario sino, sobre todo, cuando éstas son incorporadas masivamente en tanto prac- ticas. Asimismo, puesto que las representaciones se vinculan con posicio- namientos lingiifstico-politico-ideolégicos mas amplios que permiten inter- pretar su sentido histérico,!? forman parte de ciertas ideologfas lingiifsticas que intervienen no sélo en los discursos metalingiifsticos, sino que también orientan las practicas lingiiisticas y definen las identidades nacionales (ofr. Joseph, 2004 y Del Valle, 2005 y 2007). 10. Al respecto, Arnoux y Bein (1999: 15) afirman: “(...) la produccién lexicogréfica argentina es un terreno fértil para estudiar las representaciones en pugna en torno de la constitucién de una variedad propia si se consideran la inclusidn, o no, de los indigenis- mos y de otros vocablos tfpicos, el estatuto que se les otorga, la distancia que se establece con el Diccionario de la Real Academia y la diferencia entre las concepciones naciona- listas y las americanistas”. 11. En su trabajo sobre los diccionarios en Brasil, Nunes (2006: 33) afirma: “Los prefacios (.) constituyen material fundamental para el anilisis de las condiciones de produccién del discurso y de la posicién del lexicdgrafo. Ahi, los autores plantean, construyendo las imagenes de los lectores y las del diccionario, el plan de la obra; la concepcién de lengua, el recorte de la nomenclatura, los procedimientos lexicogréficos, el contexto en que el diccionarios se inserta (diceionarios de lengua nacional, diccionario de resionalismos etc.)”. La traduccién es nuestra. 12. El proceso histérico abordado Tepercute en el cat necesidades, nuevas posiciones, nuevos saberes texto transformado (cfr. Varela 1999). impo de las representaciones: nuevas deben legitimarse en funcién de un con 26 La produccién lexicografica monolinge argentina del Centenario Para el andlisis, tomamos como ejes tres aspectos diferentes, pero in- timamente entrelazados entre sf. En primer lugar, si se persigue, 0 no, la constitucién de una variedad lingiifstica propia que defina la identidad nacional 0, en otros términos, si se busca preservar la (ideal) unidad o dar cuenta de la (real) fragmentacién de la lengua castellana. En segundo lugar, si se establece, o no, distancia con respecto a la norma monocéntrica propuesta por el DRAE. Para este punto, es “itil tomar como pardmetro el contraste entre diccionarios generales y diccionarios regionales.'® Y, por Ultimo, si todos los niveles de la descripcién lingiistica -léxico-semantico, sint4ctico, morfolégico, fonoldgico, fonético e incluso ortografico— juegan el mismo papel en la definicién de la identidad lingiiistica nacional. 4.1. En torno a la definicién de una variedad linguistica propia Los diccionarios monolingiies nacionales del Centenario constituyen zonas del archivo histérico privilegiadas para entrever una tensién entre, por un lado, la preocupacién por preservar la unidad de la lengua castellana y, por otro, la propuesta de conformacién de la variedad lingiiistica nacional a partir de la definicion de la especificidad local en tanto marca diferencia- dora dentro del 4mbito hisp4nico (cfr. Kornfeld y Kuguel, 1999). En los prdlogos de los diccionarios analizados, se observa una tendencia a favor del mantenimiento de la unidad idiomatica y de la pertenencia a la comunidad castellanohablante: “No: no es una vana y ridicula pretensién lo que me ha sugerido la idea de poner al frente de este modesto libro el aparentemente rumboso titulo 13. Para una clasificacion de los diccionarios, seguimos a Lara (1996: 346): “La historia de nuestra lexicografia [latinoamericana] consiste sobre todo en dos clases de dicciona- ios: por un lado, los generales, que hasta ahora se han escrito exclusivamente en Espafia (aunque lleguen a imprimirse o a refundirse en otros paises, como Argentina 0 México), y toman por objetivo la “totalidad” de la lengua; por el otro, los de regionalismos, que se escriben en cualquier territorio hispanohablante que no sea la metr6poli castellana (...) y que se conciben como complements de los generales; es decir, que se dedican a documentar el vocabulario particular de cada regién y solo en la medida en que no forme parte de lo que se considere lengua general”. El destacado es del original. 27 Daniela Lauria de DICCIONARIO ARGENTINO} Pero encontrando que él expresaba lo que 2 queria, aunque imperfectamente, pues no es un diccionario completo, nj hay una lengua argentina sino castellana (...)”. (Garz6n, p. vi).”"* “Es de predecirse también que el lenguaje castellano que usan los argentinos siguiendo el ritmo de su cultura y bienestar (., se ird enriqueciendo, (Segovia, p. 12). La posicién contraria, la que postula la conformacién de una variedad lingiifstica propia basada en la presentacién de usos distintivos o de la dife- renciacién de la lengua en variedades nacionales se asoma de manera muy débil en algunas pocas frases aisladas de los prélogos. Si bien la lengua que se emplea en la Argentina es la castellana, ésta es, de acuerdo con Garzén, bastante diferente de la que se utiliza en la Peninsula, segtin lo expuesto en el DRAE: “VYolviendo, ahora, 4 la pregunta que hice al empezar este prélogo, puede ya facilmente descubrir, con lo dicho, el lector, que en esta obra me he propuesto demostrar el estado actual de la lengua en la Republica Argentina y que en ella no se habla ya el idioma que hablan en Espa, si el Diccionario de la Real Academia traduce con fidelidad el uso corriente en la peninsula.” (Garzén, p. vii). Sin embargo, esta segunda visidn sobre la lengua queda, como veremos més adelante, desdibujada en el marco de la orientacién argumentativa glo- bal de los diccionarios. El tema de la unidad o de la fragmentacién del castellano o espafiol es un t6pico recurrente en la historia cultural latinoamericana desde la constitucién de las nuevas naciones a comienzos del siglo x1x. En las discusiones que se suscitan sobre la cuestion, plasmadas en una amplia gama de discursos gloto- politicos, intervienen periodistas, gobernantes, intelectuales y lingiiistas de ambas orillas del Océano Atlantico. Los argumentos que éstos esgrimen se sustentan tanto en conceptos provenientes de la recién formada ciencia 14. En adelante, las citas reproducen la ortografia, la puntuacién y el destacado de los textos originales. 28 La produccién lexicogréfica monolingde argentina del Centenario lingiifstica, baésicamente en torno a las nociones de cambio y contacto lin- giifsticos, como en cuestiones de indole subjetiva, vinculadas a las ideas de purismo, lealtad, orgullo, prestigio y corrupcién idiomética.'* Es decir, se observa una tensién entre, por una parte, la racionalizacién de la descrip- cion y la explicacién lingiiisticas y, por otra, el vinculo que se proponen establecer entre lengua y nacién (cfr. Rama, 1982 y Del Valle y Gabriel- Stheeman, 2004). A propésito, Lara (2007) sefiala: “En el estrecho marco del nacionalismo, la lengua de la antigua metrépoli entraba en conflicto con la buscada “identidad nacional” de los nuevos paises independientes” y Di Tullio (2003: 15) se pregunta al respecto “;Cémo hacer de la lengua heredada de la metropoli una lengua propia?”. La autora presenta, como respuesta a su interrogante, tres caminos alternativos “que quedaron crista- lizados como diferentes maneras de interpretar (...) la lengua nacional”: 1. Elcamino rupturista que propone la independencia lingiifstica. 2. El camino del casticismo que plantea la imposicién de una norma monocéntrica idéntica a la del espafiol peninsular. 3. El camino intermedio que expresa un equilibrio entre un conte- nido propio (marcas idiosincrdsicas de la variedad dialectal) para sefialar la diferencia y al mismo tiempo la pertenencia al mundo hispanohablante. Esta via induce a la consideracién de una norma policéntrica. En la dimensién programitica de los diccionarios del Centenario, perci- bimos una oscilacién entre el segundo y el tercer camino. Si bien es cierto, como ya indicamos, que hay ciertas frases en las que se aprecia un leve deslizamiento hacia la idea de constitucién de la variedad propia, en tér- minos generales, no se expresa un acercamiento a la actitud de separatis- mo lingiiistico, tal como la proponen algunos otros intelectuales a lo largo de nuestra historia como pais independiente.'* Por el contrario, la idea de eae del tema de las actitudes subjetivas frente a la variedad argentina, cfr. Blanco, 1. 16. Es interesante recordar los casos de algunos miembros de la Generacién del 37 como el de Sarmiento en su polémica con Andrés Bello en Chile en torno a la ortografia 29 Daniela Lauria aceptacién de la dependencia lingiifstica, esto es, de la subordinacién, auna norma central se refuerza si consideramos el modelo de obra lexicogréfica que asumen los diccionarios analizados, tal como veremos en el apartado siguiente. 4.2. El posicionamiento con respecto al DRAE El modelo en el que se inscriben los diccionarios del Centenario que describen la variedad nacional no es atfpico, sino que representa la cons- tante en los pafses de América Latina, en los cuales no se elaboran instru- mentos lexicogréficos monolingiies de cardcter general, sino tinicamente de {ndole regional, complementarios del “oficial”."? En nuestro pats, es relevante sefialar que desde los inicios de la produccién lexicogréfica na- cional y hasta la actualidad, todos los diccionarios que se publican sobre la variedad nacional son de orden complementario/contrastivo.'® La fina- lidad de este tipo de obras es lograr la inclusién de determinadas voces peculiares de la nacién en el Diccionario de la Academia al que, si bien americana (1843) y el de Juan Marfa Gutiérrez cuando rechaza la invitaci6n a ser miem- bro correspondiente de la RAE (1876). Otros representantes de la via del autonomismo lingtifstico son el francés Luciano Abeille a comienzos del siglo XX con su libro Idioma Nacional de los Argentinos y a partir de la década del 20 el fillogo uruguayo Vicente Rossi a través de sus textos Folletos Lenguaraces e Idioma nacional rioplatense. 17. Es importante mencionar que recién a partir del aiio 1980, se publican en el Colegio de México, una serie de diccionarios generales en los que se registra el léxico global que se usa en ese pafs, sin tener en cuenta si se emplea o no en Espafia: el Diccionario funda- mental del espariol de México (1982), el Diccionario bdsico del espariol de México (1986) y el Diccionario del espariol usual en México bajo la direccién de Luis Fernando Lara. 18. Nos referimos, ademés de las ya nombradas, a las siguientes obras: El proyecto del Dic- cionario del habla popular argentina (1925) de Manuel Montolfu; el Diccionario de modismos argentinos (1943) de Roberto Arrazola; el Diccionario de argentinismos de ayer y de hoy (1976) de Diego Abad de Santillén; el Diccionario de voces y expresiones argentinas (1979) de Félix Coluccio; el Diccionario del argentino exquisito (1990) de Adolfo Bioy Casares: el Diccionario de argentinismos (1993) de Giinther Haensch y Reinhold Werner; Las nuevas Palabras de los argentinos (1996) de Carlos Ulanovsky; el Diccionario del espariol de Argentt- na (2000) también de Haensch y Wemer y el Diccionario del habla de los argentinos (2003 y 2008) de la Academia Argentina de Letras. Es importante sefialar que en la Argentina se publicé en abril de 2009 el primer diccionario integral del espaiiol: Diccionario inte del espartol de la Argentina, de la editorial Voz Activa. 30 La produccién lexicogratica monolingiie argentina del Centenario critican puesto que no da cuenta ni de la realidad lingiifstica americana ni de la argentina, simultaneamente reconocen como la tinica autoridad de la lengua que otorga legitimidad al léxico patrimonial empleado, al in- corporarlo en su lemario. En ese sentido, estos diccionarios, segtin Lara (2004), tienen una funcién social y simbodlica diferente de la de los diccio- narios generales ya que no proponen una normatividad. Contrariamente, se caracterizan por recoger los vocablos diferenciales de cada regién en la medida en que no estan incluidos en el Diccionario general y por apreciar la lengua popular:'? “Me parecia el colmo de la insensatez bautizar con tal nombre [barbarismos] los vocablos neumonia, cactus, tifus, torreja, paralelégramo, omédplato, azucarera, presupuestar, influenciar y tantisimos otros, por no estar aceptados en esta forma por la Real Academia Espafiola, pues equivalfa 4 admitir, como me decfa en una carta notable el eminente lingiiista peruano D. Ricardo Palma, que diez y ocho millones de espafioles nos impongan la ley A cincuenta y tantos millones de americanos”. (Garz6n, p. v). “El Diccionario de la Academia Espajiola, lejos de constituir una vergiienza nacional como dijo un rector de Salamanca, representa un esfuerzo y constituye una obra literaria de muchisimo valor. Sus definiciones son generalmente correctas y estan redactadas con mas esmero que las de los léxicos de otros idiomas neolatinos; pero tiene, 4 mi juicio, dos graves defectos: uno absoluto, que es el ser una obra poco homogénea y un tanto anacrénica y otro relativo, que consiste en la falta de muchos millares de voces, acepciones, proverbios, frases y modismos que usamos los argentinos. Ademés, la Academia se muestra poco informada respecto 4 cosas americanas.” (Segovia, p. 5). 19. Lara (2004: 103) sefiala: “Los diccionarios de regionalismos, aun cuando desde me- diados del siglo x1x hasta el tiltimo cuarto del xx se redactaban para censurar barbarismos, vulgarismos y solecismos, respondian también al deseo inconfeso de encontrar en un diccionario palabras queridas de cada regién espafola o hispanoamericana, sin alterar el predominio documental y normativo del diccionario académico”. 31 Daniela Lauria De ahf que el objetivo primordial de los diccionarios regionales se limi . aa: . ue a querer completar y, por lo tanto, mejorar el “diccionario oficial” . + @8 decir, el DRAE, calificado como parcial o incompleto. Por completar se entiende no sélo el hecho de incluir argentinismos, sino también incorporar las acep. ciones de determinadas voces que no figuran en él: 32 “Se dird, tal vez, que siendo la lengua espariola, no deben introducirse en ella vocablos que no se usan en Espafia. Este argumento prueba demasiado y por consiguiente no prueba nada. Siendo también y llamandose castellano, no debieran haberse incluido en ella, como se ha hecho, numerosos vocablos que no se usan en Castilla: el diccionario de la Academia, aunque castellano, registra muchas voces provinciales que s6lo se emplean en determinadas regiones de Espafia. ;Por qué, entonces, no han de agregarse también las nuestras, aunque no se usen en la pentnsula? No somos nosotros espafioles de origen?” (Garz6n, p. viii). “Nuestro Diccionario cuenta con algunos millares de palabras, frases y modismos, y aun refranes, usados en la Republica Argentina y que, 6 no figuran en el Diccionario de la Real Academia de 1899, 6 difieren de sus hom6nimos parcial 6 totalmente en su significado. Contiene también un considerable ntimero de voces castellanas que han sufrido transformacién, y otras que, anticuadas en Espafia, son en la Argentina de uso corriente; lo que demuestra que, en lo tocante 4 la lengua, vivimos como de prestado 6 de favor”. (Garz6n, p. x). “Entretanto, mientras llega el momento de que se redacte ese diccionario que se denominaria Diccionario del idioma castellano hablado en la Argentina, nuestro esfuerzo debe dirigirse naturalmente 4 completar el de la Academia, por manera que el estudioso halle catalogados en ambos léxicos todos los vocablos, acepciones y frases usadas en la Argentina”. (Segovia, p. 5)- “Y la necesidad del presente vocabulario es atin més sentida para los extranjeros y sus hijos, que forman la mitad de la Argentina. Supéngase que uno de ellos busca en el Diccionario de la Academia una palabra 6 frase usual y no la encuentra. La omisién habré de causarle no pequefia sorpresa y perplejidad, que iran aumentando con la repeticién de hechos andlogos. Efectivamente, la expresin ha podido ser omitida por un mero olvido, como ha sucedido mil veces, 6 por un celo de purismo exagerado; ella se La producci6n lexicogréfica monolingtie argentina del Centenario usa, acaso, en una provincia espafiola 6 en las mismas Castillas 6 siquiera en las repiblicas hispano-americanas; 6 es, tal vez, una palabra adulterada 6 una variante del vocablo castizo. En una palabra, el estudioso no sabré qué pensar y después de todo no habré conseguido averiguar la verdadera ortografia del vocablo, ni su origen y significacién”. (Segovia, p. 11). En estos fragmentos, advertimos dos temas recurrentes del contexto histérico relacionados con los problemas de la identidad nacional y el in- cipiente hispanismo: por una parte, se hace referencia a la idea de “raza espafiola” y, por extensién, a la tradicién étnica hispanica. Y, por otra parte, se alude a la presencia de la inmigracién masiva y a la necesidad de brindar a los nuevos habitantes del pafs los instrumentos lingiifsticos precisos para que comprendan la variedad lingiifstica empleada en nuestro territorio. En cuanto al posicionamiento con respecto a una norma monocéntrica, es interesante mencionar como contraste los casos de Estados Unidos con la lengua inglesa (cfr. Lara, 1997) y de Brasil con el portugués (cfr. Orlandi, 2002 y Nunes, 2006) en tanto paises que también se desprenden del peso colonial. Estos casos son paradigmiaticos en lo que atafie a la elaboracién de dicciona- rios monolingiies nacionales generales y, en consecuencia, a la identificaci6n que se establece entre lengua y nacién dado que describen la variedad propia para afirmar su identidad lingiiistica. La propia historicidad de ambas lenguas, trasplantadas a un nuevo territorio, presenta un temprano proceso de dicciona- rizacién que registra un perfil lingiifstico singular frente a la metrdpoli.”” 20. Sobre el caso estadounidense, Lara (1997: 72) seftala: “La rivalidad entre el inglés briténico y el estadounidense permes el desarrollo de la lexicografia, pero muy pronto ~a diferencia de lo que ocurrié con la lexicografia espafiola cuando se comenz6 a manifestar el mismo fenémeno entre Espafia y América-, gracias al trabajo de Noah Webster, que no se conformé a la idea de suplementar solamente con angloamericanismos los dicc10- narios ingleses, se tradujo en un saludable registro de las dos grandes variantes nacionales de la lengua inglesa. De ahi el tftulo del diccionario de Webster: An American Dictionary of the English Language [1828]. Webster asumfa para los Estados Unidos un derecho a la lengua inglesa en todo equivalente al de Inglaterra, y lo justificaba diciendo que “no s6lo es importante, sino en cierto grado necesario, que el pueblo de este pais tenga un diccionario americano de la lengua inglesa; pues aunque el cuerpo de la lengua es el mismo que en Inglaterra, y es deseable perpetuar esa igualdad, existiran algunas diferencias... Un gran ntimero de palabras en nuestra lengua requiere redefinirse en una fraseologia acorde 33 Daniela Lauria 4.3. El lexico como marca de la identidad lingUistica naciona| El acatamiento a la norma del espafiol peninsular tiene lugar espe. cialmente en la gramatica, en la morfologfa, en la ortograffa y en la fong. tica. Estos niveles de la descripcién lingiifstica son considerados como ¢| nticleo duro del sistema de la lengua que mantiene la unidad.”' La marca distintiva del espafiol que se habla en la Argentina, pero que no quiebra la unidad o, en otras palabras, que exhibe el equilibrio entre un fenémeno lingiifstico que sefiala la diferencia y que, al mismo tiempo, marca la per- tenencia al mundo hispanohablante se da solamente en el nivel léxico ya que constituye el aspecto mas flexible de la lengua, sujeto a la posibilidad de variacién: “Sera posible, me decfa, que este idioma nuestro, nacional, ~castellano por su indole analdgica y sintactica y casi en su totalidad por sus elementos prosédicos y ortogréficos, pero cada dia mas distinto del que se habla en la peninsula por su vocabulario 6 expresién de la ideas madres,- carezca de un diccionario propio, que registre las palabras, frases y modismos usados en la Repiiblica Argentina y que no estan incluidos en el Diccionario de la Academia, 6 que, si lo estan, no tienen el significado que nosotros les damos?” (Garz6n, p. vi). “Pero nuevo mundo exige nueva lengua, no hay mas remedio, y asf parece creerlo la Academia; y cuando decimos nueva, no queremos significar con las condiciones y las instituciones del pueblo de estos Estados, y el pueblo de Inglate- rma debe consultar el diccionario americano para entender correctamente esos términos” El destacado es del original. El primer diccionario general del portugués que se habla en Brasil, el Pequeno diciondrio brasileiro da lingua portuguesa, por su parte, se publicé en el aiio 1938 y fue editado por Civilizagio Brasileira (Rio de Janeiro/San Pablo). Tuvo, a lo large de su historia trece ediciones. La tiltima es del afio 1980 (cfr. Krieger et al., 2006)- 21. Al respecto, Hagége (2002: 85) apunta: “Podemos considerar que las partes més € pa de las lenguas son su nticleo duro, es decir su comportamiento mas resistent€ ES eee del tiempo, y frente a la influencia de una lengua extranjera. Hablamos ologia y de la gramética. El léxico, por el contrario, (inventario de palabras disponibles en un momel nto dado de la historia de la | oe estruc: turado y mucho més abierto al préstamo”, ae 34 La produccién lexicografica monolingde argentina del Centenario con esto una transformacién radical 6 fundamental de su sintaxis, una nueva formacién del plural de los nombres y del género de los adjetivos, ni tampoco una revolucién en la conjugacién de los verbos (...) no, en fin, una degeneracién del sistema particular en que esta basada la lengua espafiola y que la distingue de las demas, sino simplemente mudanza, renovacién (...) enriquecimiento de su vocabulario.” (Garz6n, p. viii). La peculiaridad del léxico de la Argentina, en tanto nico rasgo lingiiis- tico distintivo nacional admitido, se debe a que en la conformacién del vo- cabulario, se incluyen voces provenientes de fuentes diversas a las de origen castellano: en él confluyen aportes de lo antiguo y lo nuevo, lo nacional y lo extranjero, lo indigena y lo hispanico. Asi, Lara (2004: 64) explica: “La diversidad hispanica se manifiesta ante todo en el léxico; tanto en la enorme cantidad de voces distintas en cada regién, como en las soluciones que encuentra cada sociedad hispénica para adaptarse al mundo contempordneo. La historia de los diccionarios de regionalismos en Espafia y en América es muestra de esa diversidad y de las dificultades que ha creado a las concepciones estrechamente normativas. El léxico ha sido particularmente el blanco de las ideologfas casticistas y puristas, dispuestas a rechazar la diversidad como barbara, viciosa y solecista (...). En efecto, cada una de las comunidades nacionales hispanicas ha desarrollado un léxico diferente del de las otras en muchos campos relacionados con la civilizacién moderna, como manifestacién de sus propias historias, en las cuales estén las influencias de otras lenguas, como el inglés o el francés, determinadas por las relaciones internacionales después de las independencias hispanoamericana Y en los diccionarios, encontramos: “Por otra parte, en un pais cosmopolita como el nuestro, 4 donde afluye copiosamente la inmigracién extranjera, no como los barbaros en el mediodia de Europa, sino como los portavoces pacificos del progreso— con sus multiples elementos de origen extrafio que se entremezclan y se confunden con los nuestros por los vinculos de la amistad, de las relaciones 35 Daniela Lauria comerciales y hasta de la familia, no es posible evitar la aclimatacién, de voces de otros idiomas, q centros donde no se conocen sus de oirlas nombrar. (Garz6n, p. ix).” “Jablando en general, puede decirse que los argentinos hemos conservado 0 del lenguaje castellano de la época de la conquista, y afirmarse canarios y especialmente los andaluces ue, aun sin ser necesarias, se aprenden en cierto equivalentes castellanas con la frecuencia much que los asturianos, valencianos, y gallegos, han hecho sentir su influencia en nuestro lenguaje familiar y vulgar. Nos apro} peruanismos, por la gi la ciudad de Lima. El guaranf, quichua, pampa, caribe, mejicano, haitiano piamos también algunos provincialismos de Cuba y muchos ran influencia politico-social que tuvo en otro tiempo y los idiomas extranjeros han suministrado un considerable contingente y hasta el Lunfardo y la jerga de los zingaros han concurrido con un puftado de palabras. (Segovia, p. 9).” El repertorio léxico, entonces, constituye la marca de la identidad lin- giifstica nacional. Este nivel es, como ya comentamos, el mas dindmico, abierto y permeable a los cambios. En él predomina el criterio del uso sobre la imposicién de la norma: “(...) me propongo demostrar en los respectivos articulos la sancién del uso” (Garzén, p. vii), “ya estan incorporadas [ciertas palabras] por el uso al idioma de los argentinos” (Garz6n, p. viii), “He re- dactado este vocabulario con criterio amplio, por una doble consideracién; porque los idiomas y sus transformaciones son siempre hijas del uso (...) ¥ porque 4 nada bueno conduce el divorcio entre el diccionario y el idioma comin” (Segovia, p. 10). Pero también es necesario que el nivel léxico se adapte al sistema del castellano: “(...) cambiando, si necesario fuere, la pro- sodia, por la introduccién de palabras de pronunciacién y origen ex6ticos (...) y otras cuya ortograffa debiera también reformarse de acuerdo con la nuestra (...)” (Garzén, p. ix); “A las voces extranjeras habia que darles st verdadero significado, ortograffa y pronunciacién” (Segovia, p. 8)- En sintesis, en ambos diccionarios se privilegia la preservaci6n de la unidad de la lengua espafiola o castellana sobre la idea de constituci6n de una variedad distintiva nacional, se muestra un criterio contrastivo con Fe" ane ie plepeicnand elementos léxicos caracteristicos de la var Fe . jetivo de lograr la aceptacién e incorporaci6n oficia 36 La produccién lexicografica monolingie argentina del Centenario como argentinismos en el caudal lexicografico de la RAE. Sobre este tiltimo aspecto, sin embargo, se presentan importantes divergencias: cada obra su- pone distintas formas de recortar el objeto y de delimitar su alcance en el modo de construir lo argentino en el nivel léxico. Los articulos correspon- dientes a la entrada argentinismo reflejan cabalmente dicha diferencia. Segiin Garz6n: argentinismo. s. m. Arg. Palabra, frase o modismo propio del lenguaje de los argentinos (p. 32). Segtin Segovia: argentinismo. m. Palabra, frase 6 acepcién usada en la Argentina y que no pertenece al idioma castellano (p. 155). Incluido en la seccién “Argentinismos”. 5. Las ideologias lingijisticas Las representaciones materializadas en los discursos seleccionados en torno a la variedad lingiifstica nacional desarrollan un concepto de len- gua que, articulado como uno de los elementos esenciales que constituye el imaginario nacional, enuncian una finalidad identitaria de unidad nacio- nal: “Con este libro entiendo prestar un sefialado servicio 4 la ensefianza, 4 las letras americanas y especialmente 4 las argentinas y contribuir a la unidad nacional, porque el idioma es un fortisimo vinculo de nacionalidad” (Segovia, p. 10), pero no de diferencia con respecto a la lengua espafiola hablada en la Peninsula. Esta lengua asume la funcién de ser uno de los factores esenciales que posibilita la conformacién simbélica de la identidad colectiva, matizada solamente por la presencia de algunas palabras propias de los argentinos, pero simulténeamente con la preocupacién de adaptarlas a las rigidas normas del castellano. Asimismo, estos discursos presentan ideas coligadas a la variedad na- cional que en la medida en que estén inscriptas en sistemas lingiifstico-po- litico-ideolégicos mas amplios que representan intereses de determinados grupos sociales nacionalistas, relacionados con el poder; que se vinculan con un contexto histérico cultural, politico y social dado como es el del Centenario de la Revolucién de Mayo; que naturalizan y legitiman re- Presentaciones y prdcticas del lenguaje por razones sociopoliticas mas que Por motivos intrinsecamente lingiifsticos y que poseen un alto grado de 37 Daniela Lauria institucionalizacién ya que los diccionarios producen y reproduce representaciones y prdcticas debido al valor simbélico de autoridad de L lengua que ostentan, arropan determinadas ideologias lingiiisticas,2? a Desde nuestro punto de vista, dos son las ideologfas lingitisticas inti. mamente imbricadas que circulan en estas obras y que constituyen parte de la matriz ideoldgico-discursiva de la produccién lexicogréfica monolingiie que registra la variedad nacional en un amplio arco histérico que va desde sus comienzos hasta nuestros dfas y que, en consecuencia, repercuten enla construccién de la identidad lingiiistica nacional: la ideologia lingiiistica monoglésica y la ideologia lingiifstica prohispanista. En lo que concierne a la primera, Del Valle y Gabriel-Stheeman (2004: 31) sefialan que: “Si bien los nacionalismos tienden a fundarse en la cultura monoglésica, cada movimiento produce sus propias ideologias lingiifsticas”. La cultura lingiifstica monoglésica, dominante en las socie- dades occidentales, est4 construida sobre una determinada conceptualiza- cién de la relacién lengua-identidad. Dichos autores (2004: 30 retomando, a su vez las ideas de Del Valle [2000]) explican que esta cultura se basa en dos principios: 1 dichas 22. Todo proyecto lingiifstico supone un proyecto de nacién. Bertoni (2001: 313-315) afirma: una {la corriente liberal] “concebfa la nacién como el producto de la mezcla, del crisol de razas, cuya resultante futura incluirfa rasgos provenientes de los diferentes pueblos y de las distintas culturas que la iban formando (...). Por otro lado, circulaba la idea de una nacionalidad ya existente, establecida en el pasado, de rasgos definides y permanentes: la de la raza espafiola. Seguin esta concepcién, lo local no era una ver dadera raza sino una simple variante de la raza espafiola. Este niicleo de nacionalidad podia absorber la variedad de aportes culturales de los grupos inmigratorios sin perder su esencia, pero esto requeria una accién definida, una politica: habfa que mantener puro su nticleo originario, neutralizando los contaminantes extranjeros”. Unas lineas mis aba jo, asegura: “Sin embargo, a lo largo de la primera década del siglo xx puede advertirse la progresiva consolidacién de la concepcién cultural de la nacién y de la idea de uns nacionalidad fundada en rasgos culturales propios, histéricos e inequivocos. El afio 1910 fue un momento consagratorio, por la euforia y el entusiasmo patridtico que envolviero” los festejos del Centenario de la Patria, a pesar de que, més que nunca, Ia fuerza de est formulacién ideolégica contrastaba con la heterogeneidad poblacional y cultural de la sociedad argentina”. Al respecto, Zabaltza (2006) sostiene que en un proyecto nacio” nalista pueden coexistir elementos de la tendencia cultural y de la tendencia politic. segdn convenga. 38 La produccién lexicografica monolingtie argentina del Centenario “El principio de la focalizacién refleja la idea de que hablar es siempre usar una gramatica, entendida como sistema bien definido y minimamente variable. Las prdcticas no focalizadas o altamente variables son estigmatizadas en las comunidades lingiifsticas en las que la cultura lingiifstica monoglésica es dominante. A su vez, el principio de la convergencia, equivalente diacrénico de la focalizacién, presupone que el comportamiento verbal de los miembros de una comunidad tiende a hacerse mas y mds homogéneo con el paso del tiempo. Se da por hecho que el plurilingiiismo tiende a desaparecer a medida que la gente va adquiriendo la lengua dominante, y que la variacién dialectal disminuye a medida que el sistema educativo transmite la variedad dominante. Se acepta, por supuesto, el bilingiiismo (si bien suele haber un mas 0 menos latente escepticismo ante su continuidad en el tiempo). Pero, en las culturas monoglésicas, la coexistencia de lenguas no debe conllevar mezcla, siempre interpretada como competencia lingiistica insuficiente o como deslealtad perturbadora del orden idiomatico y cultural”. En el contexto de una politica de homogeneidad cultural y de asimila- cidn de lo diferente para construir simbdlicamente la nacién como la que tiene lugar en la Argentina desde fines del siglo xIx y que se encuentra en el momento de la celebracién del Centenario en su maxima expresién, es logica la aparicion de estos discursos sobre la lengua elaborados o bien por un docente o bien por un funcionario del Poder Judicial de la Nacién en los que transite la ideologia lingiifstica monoglésica. Ambos diccionarios coinciden en un ideal nacionalista comin que identifica lengua y nacién. Vazquez Villanueva (2006: 100) sostiene al respecto: “Esta ideologia, en el contexto de la inmigracién masiva que tiene lugar en nuestro pais a partir de la década del ‘80, expande el deseo de borramiento de la diversidad lin- giifstica, pretende concretar la imposicién de una lengua sobre otras y cir- cunscribe el marco hegeménico de una sociedad fuertemente homogénea y regida por la uniformidad a partir de dos instrumentos privilegiados para la acci6n estatal: el aparato educativo y la difusién y la normativa impuestas a la lengua castellana”. Y mds adelante, agrega “(...) la identificacidn “lengua/ identidad nacional” empieza a operar, para la sociedad que se pretende ins- tituir, como un ideologema disciplinador y corrector de modo tal que llega 39 Daniela Lauria a constituirse en el sentido social sobresaliente del nacionalismo argentin, i) del Centenario”. En lo que respecta a la segunda ideologia lingiifstica -e| Prohispanis mo-, Altamirano y Sarlo (1980 [1983: 74]) sefialan: “Otro componente del clima ideoldgico del diez (...) fue el hispanismo. El espiritu de conei- liacién hacia Espafia y la reconsideracién de la “herencia espafiola”, que tomé auge en toda América Latina particularmente después de la guerra hispano-norteamericana, comportaban un viraje respecto de la tradicién liberal decimonénica y abririan paso a una nueva visién del pasado ali- mentando uno de los mitos de la hora: el mito de la raza”. La idea de adscripcién a la unidad del espafiol es fuerte en estos diccionarios desde la dimensién programitica, tal como analizamos. La identidad lingiistica que, en términos generales, se constituye siempre a partir de la oposicién a otras identidades, en este caso se define por pertenencia a un determinado sistema, con el agregado de la peculiaridad del color local sélo en el nivel del léxico donde el cambio lingiifstico es inevitable, pero al mismo tiempo con la cautela de la adaptacién a “nuestra lengua” para conservar la uni- dad. La planificacién de obras lexicogrdficas regionales que puedan aportar material léxico —argentinismos— al DRAE opera plenamente en favor de la norma peninsular monocentrista. No en vano ambas obras son premiadas por instituciones espafiolas y en el caso del diccionario de Garzén, éste es publicado en la Peninsula. 6. A modo de conclusién EI lenguaje en el nacionalismo es un tema central por varias causas- Pri- mero, porque ocupa un lugar esencial en la teorfa del nacionalismo (cfr. Hobs- bawn, 1992). Segundo, porque interviene en la construccién discursiva de Ciertas categorias como, entre otras, lengua o variedad nacional o nacién @ partir de movimientos de pertenencia, inclusién y de exclusin. Tercero, por que es objeto de planificacién y de estudio. En este tiltimo sentido, la produc cién de instrumentos lingiifsticos, como son los diccionarios, constituye un de las herramientas simbélicas principales en la construccién de la identidat nacional. Por ese motivo, consideramos que se trata de un acto glotopolitico- 40 La producci6n lexicografica monolingte argentina del Centenario En este articulo, hemos analizado las representaciones acerca de la va- riedad lingiifstica de la Argentina y, por extensién, de la nacién, en dos de los primeros diccionarios que la registran elaborados en el Centenario de la Revolucién de Mayo en el marco del nacionalismo como proyecto politico e ideolégico que responde a un proceso de construccién nacional a cargo de intelectuales. Concluimos que dichas representaciones encubren dos ideologias lingiifsticas -la monoglésica y la prohispanista-, las cuales, y es nuestra finalidad indagar en sucesivos trabajos, conforman la matriz ideolégico-discursiva de la produccién lexicograffa monolingiie argentina, focalizada en un nacionalismo con caracterfsticas propias basado tanto en elementos de cardcter cultural como politico. Por otra parte, esta practica discursiva —la elaboracién de diccionarios nacionales monolingiies complementarios- delimita una determinada co- munidad discursiva en cuyo seno se generan, circulan y se leen los textos de este archivo. Creemos que la serie completa de diccionarios (re)produce dichas ideologfas hasta la actualidad, lo cual exhibe el problema de proyec- tar en estos discursos los desarrollos contextuales a pesar de que los procesos hist6ricos repercuten en la conformacién idiomatica. 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