Para alcanzar un buen nivel de autoestima, debemos descubrir nuestra Identidad. ¿Quién
soy yo? ¿qué soy?, y más importante y decisivo aún, ¿qué quiero ser?
Todo ello incide en la forma en que miramos las cosas, en cómo aprovechamos las
oportunidades que la vida nos ofrece y en la manera en que nos relacionamos con los
demás.
Con una autoestima saludable, nos hacemos cargo de nuestra propia vida y asumimos una
actitud responsable y activa en la búsqueda de nuestras propias metas.
¿QUÉ ES LA IDENTIDAD?
Desde la adolescencia, todo hombre y toda mujer descubren su propia existencia. Y surge la
necesidad de satisfacer las viejas preguntas que se ha hecho la Humanidad desde los albores de
los tiempos. ¿Quién soy Yo? ¿Qué soy? ¿De dónde vengo? ¿Adónde voy? ¿Cuál es mi papel en la
Vida? ¿Qué sentido tiene mi existencia?
Ya Sócrates nos recordaba el viejo precepto del frontispicio del templo de Delfos en Grecia:
Conócete a ti mismo y conocerás el Universo.
LA IMPORTANCIA DE LA “IMAGEN”:
El 1968, los psicólogos Robert Rosenthal y Leonore Jacobson demostraron que las expectativas
que los profesores tienen de sus estudiantes -aunque éstos desconozcan dichas expectativas-,
son determinantes en la mayoría de los casos para el logro de las metas y aspiraciones de éstos,
en lo que se llamó el "Efecto Pigmalión". Redescubrieron lo que ya enseñaba la filosofía
tradicional: en el proceso de llegar a ser, son más importantes nuestras expectativas respecto al
futuro que el recuerdo de nuestro pasado.
Como señala Branden, la Identidad, Autosistema o Autoestima crea un conjunto de expectativas
acerca de lo que es posible o apropiado para nosotros. Estas expectativas tienden a generar
acciones que se convierten en realidades. Y las realidades confirman y refuerzan las creencias
originales. La autoestima -alta o baja- tiende a generar las profecías que se cumplen por sí
mismas.
Tales expectativas pueden existir en la mente como visiones del subconsciente sobre nuestro
futuro. El psicólogo educacional Paul Torrance, al analizar la evidencia científica acumulada,
afirma que nuestras asunciones implícitas acerca del futuro afectan decisivamente a la
motivación". "De hecho, la imagen del futuro de una persona puede pronosticar mejor lo que
consiga del futuro que sus actuaciones del pasado.
Se busca entonces afanosamente agradar a los demás, a fin de mejorar la imagen o estima que
de nosotros tienen. En casos extremos, es causa del llamado "vampirismo emocional".
Desvaloración aprendida. Cuando un trabajo no nos sale bien, podemos atribuirlo a la falta de
esfuerzo, a la falta de capacidad, o ambas (también podemos echarle la culpa a algo o alguien
externo). Cuando se atribuye el fracaso a la falta de esfuerzo, suele tener poca influencia en los
sentimientos que uno tiene sobre su propia eficacia. Sin embargo, cuando lo atribuimos a falta de
capacidad, probablemente el resultado sea una desmotivación. Además, este tipo de valoración
persistente puede llevarnos a enfrentar situaciones semejantes cada vez con menos motivación y
más pesimismo, fracasando incluso en situaciones relativamente fáciles (profecías
autorrealizables).
Represión. Es una regulación interna que genera estados de angustia, usualmente por no venir
de una decisión consciente sino del acatamiento de una imposición externa o internalizada. Por
ejemplo, cuando dejamos de decir lo que sentimos por temor al rechazo o enojo ajeno.
¿Cómo desarrollar una Autoestima elevada y eficaz? Nathaniel Branden expone seis componentes
básicos para lograrlo: 1. vivir conscientemente; 2. conocerse y aceptarse a sí mismo, como punto
de partida, para poder cambiar; 3. asumir la propia responsabilidad frente a la vida y al destino;
4. la autoafirmación; 5. vivir con un propósito en la vida; y 6. vivir una vida íntegra.
De ahí la importancia de aportar herramientas de autoconocimiento, desarrollo de la conciencia y
cultivo personal, a fin de descubrir la verdadera identidad y trabajar en la afirmación interior.
A través del rescate de las enseñanzas milenarias de Oriente y Occidente y de los clásicos, todos
podemos desarrollar un enfoque natural y desconflictuado para promover nuestro potencial
interno, conociéndose a sí mismos gracias al descubrimiento de los componentes de la
personalidad.
Es de vital importancia el tener una “motivaciones reales” en la vida, es decir, metas claras, bien
definidas, posibles de alcanzar y auspiciosas en nuestro desarrollo personal a largo plazo.
Asimismo, el menester el perdonarse por errores pasados y proponerse no volver a cometerlos, o
como dice un refrán antiguo: “Quien comete un error y no lo corrige comete otro error peor”.
SI No