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DISCURSO DOMINGO 24

Revisando las escrituras, para ser especifica el libro de mormón, me pude dar cuenta que
dentro había un notita con una escritura en la cual decía:

“Como dijo el profeta Lehi, por medio de Cristo y de Su expiación, somos ‘libres para
siempre, discerniendo el bien del mal, para actuar por sí mismo, y no para que se
actúe sobre [nosotros]…libres para escoger la libertad y la vida eterna…o escoger la
cautividad y la muerte’ (2 Nefi 2:26–27).

Hoy en día los medios presentan amplias opciones que denotan un gran contraste, esto es
debido a su alcance e influencia. Existe una discrepancia por ser dañino y permisivo, pero
los medios de comunicación, ofrecen también opciones positivas y productivas. La
televisión ofrece canales de historia, de descubrimiento y educación. Aún se pueden
encontrar películas, comedias y dramas que entretienen y edifican y que representan
correctamente las consecuencias del bien y del mal. El internet puede ser un gran
instrumento de información y comunicación, y existe una oferta ilimitada de buena música
en el mundo. Por lo tanto, nuestro mayor reto es escoger sabiamente lo que escuchamos y
lo que miramos.

El Elder David A. Berdnar, en una conferencia donde hablo sobre la tecnología ofreció dos
preguntas para que lo mediten de forma personal y sobre todo bajo espíritu de oración.
ahora me gustaría también compartírselos.

1. ¿El uso de las varias tecnologías o medios de comunicación invita o impide la


compañía del espíritu santo?
2. ¿El tiempo que pasan usando la tecnología y los medios aumenta o restringe su
capacidad de vivir, de amar y de servir?

Todo lo que vemos, leemos o escuchamos en los medios de comunicación tiene un efecto
en nosotros. A los miembros de la Iglesia se les aconseja que escojan solamente
entretenimiento y medios de difusión que sean edificantes. El entretenimiento sano
promueve pensamientos y elecciones correctas y permite a los participantes divertirse sin
perder el Espíritu del Señor

En cierta ocasión Jesús reprendió a Pedro diciéndole eres tropiezo porque no aprecias lo
que es de Dios sino lo que es de los hombres. Apreciar lo que es de los hombres implica
anteponer los afanes de este mundo ante las cosas de Dios en nuestras acciones,
prioridades y manera de pensar. Nos rendimos ante los placeres de esta vida cuando nos
volvemos adictos, esta en nosotros saber discernir lo que es de Dios y lo que es del
hombre. Y así no afecta el preciado y divino Don del albedrío.

Recordemos que las elecciones que hagamos relacionadas con los medios de
comunicación, el internet, los celulares, música, libros, revistas y películas, podrían
simbolizar las elecciones que hagamos en la vida.

Por lo tanto, las distracciones triviales son los que nos puede alejar y afectar a nuestro
crecimiento personal que nos hace merecedore de nuestro destino eterno.

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