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UNIVERSIDAD CATÓLICA LUMEN GENTIUM

SEMINARIO DE TLALNEPANTLA

ÉTICA GENERAL

LA VERACIDAD Y EL SECRETO

SEMINARISTA: LUIS ÁNGEL VALENTE RAMÍREZ

DRA. MA. TERESITA PAVÍA LÓPEZ

EDO. MÉXICO. 1 DE DICIEMBRE 2023

1
ÍNDICE

Introducción…………………………………………………………………………….3
Importancia…………………………………………………………………………..… 4

CAPÍTULO I. DEFINICIÓN DE VERACIDAD Y SECRETO………………………. 5


1.1 Veracidad
1.2 Secreto
1.3 Relación entre veracidad y secreto

CAPÍTULO II. LÍCITA OCULTACIÓN DE LA VERDAD………………………...… 9

2.1 En el ámbito profesional

CAPÍTULO III. EL SECRETO………………………………………………………… 11

3.1 Veracidad y secreto en la Iglesia Católica

3.1.1 La confesión religiosa (Sigilo sacramental)

CAPÍTULO IV. LA FIDELIDAD………………………………………………..……... 14

4.1 La infidelidad

CAPÍTULO V. MALICIA ÉTICA EN LA MENTIRA………………………………… 17

PROPUESTA………………………………………………………………….... ………19

CONCLUSIÓN…………………………………………………………………….…… 21

Fuentes de consulta………………………………………………………………….. 22

2
Introducción
La relación entre la veracidad y el secreto constituye una compleja armazón
de valores éticos que influyen de manera significativa en nuestra vida cotidiana. La
honestidad y la confidencialidad son pilares fundamentales en las relaciones
humanas, y la manera en que manejamos la información, desde la esfera personal
hasta la profesional, moldea la integridad de nuestra comunicación y el tejido
mismo de nuestras interacciones sociales.

La veracidad, con su imperativo de transparencia y sinceridad, se erige


como un faro moral que guía nuestras acciones y decisiones. Por otro lado, el
secreto, con su manto de confidencialidad, resguarda aspectos sensibles de
nuestras vidas, ya sea en la esfera privada o en el ámbito institucional.

En este trabajo, exploraremos la delicada línea entre la necesidad de ser


veraces y el deber de resguardar secretos, considerando su relevancia en
diversas áreas como la ética personal, la confesión religiosa, el ámbito profesional
y las relaciones interpersonales. Abordaremos cómo estos conceptos, en
apariencia opuestos, coexisten y se entrelazan en la complejidad de la condición
humana. A través de esta exploración, buscaremos comprender la importancia de
encontrar un equilibrio ético entre la veracidad y la confidencialidad en nuestro
camino hacia una convivencia más íntegra y respetuosa.

Desde nuestra realidad como ciudadanos que formamos una comunidad


hasta en nuestra formación como seminaristas, pero sobre todo como cristianos el
secreto y la veracidad no pretende encubrir tramas, complots o misterios, sino
proteger la intimidad de la persona, es decir, custodiar la presencia de Dios en lo
íntimo del ser humano.

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Importancia
Hablar sobre la veracidad y el secreto es importante por varias razones
fundamentales que afectan tanto a nivel individual como a nivel social. La
confianza es un pilar fundamental en las relaciones interpersonales. Hablar sobre
la veracidad y el secreto fomenta un ambiente en el cual las personas pueden
confiar entre sí.

La transparencia en la comunicación es esencial para construir y mantener


relaciones saludables. La integridad personal implica la coherencia entre lo que
decimos y lo que hacemos, discutir sobre la veracidad y el secreto nos invita a
reflexionar sobre la importancia de actuar con honestidad y coherencia en todas
las áreas de nuestras vidas.

La ética y la moral son componentes esenciales de la vida humana. Al hablar


sobre la veracidad, exploramos preguntas fundamentales sobre lo que está bien y
lo que está mal en términos de comunicación y comportamiento. Esto ayuda a
desarrollar una comprensión más profunda de los principios éticos que guían
nuestras acciones. La veracidad es crucial para mantener la cohesión social. La
confianza en las instituciones, en los medios de comunicación y entre los
ciudadanos contribuye a la estabilidad y al bienestar general.

Por otra parte, muchos conflictos y malentendidos pueden surgir debido a la


falta de veracidad o a la presencia de secretos. Hablar abiertamente sobre estos
temas puede facilitar la resolución de conflictos al abordar las preocupaciones
subyacentes y construir una base de entendimiento mutuo. La falta de veracidad y
la preservación de secretos pueden llevar a conductas perjudiciales tanto a nivel
individual como social. Hablar sobre estos temas, se pueden identificar y abordar
las conductas que podrían ser perjudiciales para uno mismo o para otros.

El tema de este trabajo de investigación nos invita a reflexionar sobre nuestros


propios valores y comportamientos, promoviendo un ambiente de confianza y
honestidad.

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CAPÍTULO I. DEFINICIÓN DE VERACIDAD Y SECRETO
1.1 Veracidad
Veracidad es sinónimo de veraz, por lo que en el diccionario de la Real
Academia Española proviene del latín verax, -ācis, que significa el que dice, usa o
profesa siempre la verdad.1

La veracidad se refiere a la cualidad de ser verdadero o exacto. En términos


simples, algo es veraz si coincide con los hechos reales o la realidad. La veracidad
implica honestidad y exactitud en la presentación de información, declaraciones o
hechos. Cuando se dice que algo es veraz, significa que es fiel a la verdad y no
contiene engaños, falsedades ni distorsiones.

La veracidad es un principio ético importante en la comunicación y en


diversas áreas de la vida. La honestidad y la transparencia son fundamentales
para construir y mantener la confianza en las relaciones personales, profesionales
y sociales. La falta de veracidad puede dar lugar a malentendidos, conflictos y la
pérdida de confianza.

En el ámbito de la información y la comunicación, se busca la veracidad


para garantizar que la información transmitida sea precisa y confiable. Este
principio también es fundamental en la investigación científica, donde la
presentación honesta y precisa de los resultados es esencial para el avance del
conocimiento.

Gómez (1980) señala que “la veracidad consiste en el hábito de la


adecuación entre lo que se piensa y lo que se dice o hace. La falta de esa
adecuación entre lo que se piensa o hace se llama mentira; en los gestos
exteriores, simulación; en todo el comportamiento, hipocresía.” (p. 177).

Hablar de veracidad es fundamental en diversas situaciones y contextos


porque se refiere a la calidad de ser verdadero o exacto. La veracidad es un
1
Real Academia Española. En Diccionario de la lengua española (23 ed.), octubre 2014. Recuperado
de:http://dle.rae.es/?id=baz6o1q93

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principio importante en la comunicación, la toma de decisiones, la educación y
muchos otros aspectos de la vida. La necesidad de la veracidad para la vida social
no necesita ser destacada. La convivencia no es posible sin la confianza, sin la
seguridad de que no todos nos engañan. Algunas razones por las que hablar de
veracidad es esencial son las siguientes:

 Confianza y Credibilidad: La veracidad es crucial para construir y


mantener la confianza entre las personas. Cuando la información que se
comparte es precisa y veraz, se fortalece la credibilidad de la persona que
la proporciona.

 Toma de Decisiones Informada: En la toma de decisiones, ya sea a nivel


personal, profesional o social, es esencial contar con información veraz.
Decisiones basadas en datos falsos o engañosos pueden tener
consecuencias negativas.

 Comunicación Efectiva: En la comunicación interpersonal, la veracidad es


esencial para garantizar que el mensaje transmitido sea claro, preciso y
comprensible. La falta de veracidad puede dar lugar a malentendidos y
conflictos.

 Integridad Personal y Profesional: La veracidad está vinculada a la


integridad. Actuar con veracidad implica honestidad y transparencia en
todas las interacciones, lo que contribuye a una conducta ética y
responsable.

 Educación y Aprendizaje: En el ámbito educativo, la veracidad es esencial


para la transmisión precisa del conocimiento. Los educadores deben
proporcionar información precisa y veraz para fomentar un aprendizaje
efectivo.

 Ética en la Investigación y la Ciencia: En el campo de la investigación y


la ciencia, la veracidad es un principio fundamental. La información precisa
y veraz es esencial para el avance del conocimiento y la toma de
decisiones basada en la evidencia.

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 Preservación de la Democracia: En las sociedades democráticas, la
veracidad es crucial para un debate informado y la participación ciudadana.
La información precisa es esencial para que los ciudadanos tomen
decisiones informadas en cuestiones políticas y sociales.

Hablar de veracidad es esencial para promover la honestidad, la confianza, la


toma de decisiones informada y la integridad en diversas áreas de la vida. La
veracidad contribuye a la construcción de relaciones saludables y al
funcionamiento ético de la sociedad.

1.2 Secreto
Un secreto por otra parte es información que se mantiene oculta o
confidencial y que no se comparte con otras personas. Puede referirse a hechos,
datos, pensamientos o planes que una persona decide no revelar a otros. La
naturaleza de los secretos puede variar considerablemente, desde asuntos
personales y emocionales hasta información más práctica o estratégica.

Gómez (1980) señala que “la bondad ética del secreto se demuestra por la
obligación que tienen de guardarlo aquellos a los que les ha sido confiado.” (p.
177).

La decisión de mantener un secreto a menudo se basa en la confianza y la


necesidad de privacidad. Las personas pueden guardar secretos por varias
razones, como proteger la privacidad, evitar consecuencias negativas, preservar la
confianza en relaciones personales o profesionales, o simplemente porque la
información es sensible o delicada.

La gestión de secretos también juega un papel importante en la sociedad y


en contextos más amplios, como en la política, los negocios y la seguridad
nacional. En algunos casos, la revelación de ciertos secretos puede tener
consecuencias significativas, ya sea a nivel personal o en un contexto más amplio.

Es importante destacar que la ética de guardar secretos puede ser compleja


y depende del contexto. Mientras que en algunos casos mantener un secreto

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puede ser considerado respetuoso y ético, en otros casos, revelar información
puede ser necesario por razones de seguridad, justicia o integridad.

1.3 Relación entre veracidad y secreto


La relación entre la veracidad y el secreto están fuertemente vinculadas con la
honestidad y la confidencialidad. Existen algunas perspectivas sobre cómo se
relacionan estos dos conceptos, pueden ser las siguientes.

 Veracidad en la Confidencialidad:

Cuando se mantiene un secreto, la veracidad implica no revelar información


engañosa o falsa sobre el secreto. Si bien puede haber situaciones en las que
se considere necesario mantener cierta información en secreto, la veracidad
aún requiere que, si se habla sobre el asunto, se haga de manera honesta.

 Secreto de Confesión en la Iglesia:

En la Iglesia Católica, por ejemplo, el "secreto de confesión" implica que un


sacerdote no puede revelar información que se le haya confiado durante el
sacramento de la confesión. Aunque esto implica la confidencialidad, también
se espera que el sacerdote sea veraz en sus interacciones con los penitentes
fuera del confesionario.

 Ética Profesional y Confidencialidad:

En muchos campos profesionales, como el ámbito legal, médico o de


consejería, la confidencialidad es esencial. La veracidad en este contexto
implica que, si se comparte información relacionada con la confidencialidad
(por ejemplo, con un abogado, médico o consejero), esta información debe ser
precisa y honesta.

 Respeto a la Privacidad:

La veracidad y la confidencialidad están vinculadas al respeto a la privacidad.


Cuando se guarda un secreto, la veracidad implica no solo no revelar el

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secreto sin permiso, sino también ser honesto en caso de que se hable del
tema, siempre dentro de los límites éticos.

CAPÍTULO II. LÍCITA OCULTACIÓN DE LA VERDAD

Gómez (1980) señala que "hay que considerar que en la vida se dan
situaciones en las que no es prudente ni justo decir lo que se piensa, es lícito en
algunos casos ocultar la verdad, siempre que no se mienta" (p. 178).

A pesar de eso, estamos en la época de las noticias falsas. Nunca en la


historia de la comunicación las noticias habían sido tan alteradas. A veces
voluntariamente, otras por inercia y contagio. Por poner un ejemplo, en la gestión y
control del Covid-19 de aquel 2020 no sabíamos a quién creer, las personas se
protegieron como pudieron e hicieron caso a la poca información que iba dando el
personal de salud. Se tiende a jugar con las cifras y el impacto, los medios las
suben y bajan a su antojo. Y lo que es peor, la mayor parte de los medios de
comunicación están dominados por una clase política (toda ella, de todos los
colores) manipuladora e interesada.

La mentira, o el no decir toda la verdad de forma interesada, ha pasado a


formar parte de nuestra cultura. Estamos más que acostumbrados a escuchar
información que posteriormente se desmiente, sin que por ello produzca ninguna
dimisión ni corrección por parte de quien emitió dicha mentira. Esto tiene unas
enormes consecuencias, porque estamos acostumbrándonos a aceptar la
información tal y como nos llega, sin preocuparnos por buscar eternamente la
verdad.

Esto también ocurre a nivel personal. Nos han educado a ser políticamente
correctos y ante la oportunidad de ser sinceros y enfrentarnos a un problema
concreto, huimos y les damos la vuelta, vamos alimentando la mentira una y otra
vez a manera de que sea crea una red cada vez más grande. No solo a nivel
personal, sino principalmente en los entornos laborales.

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En efecto, huimos del conflicto y vamos dejando pasar oportunidades de
contar y decir la verdad. De expresar juicios de valor que pueden destruir al otro,
pero también pueden ayudar a construir una relación duradera. ¿cuántas veces
nos hemos enfrentado con gente de nuestro equipo cuyo rendimiento era
manifiestamente mejorable y no les hemos dicho nada? Sabemos incluso que
dentro del departamento alguno de nuestros paralelos difaman información sobre
nosotros nada contrastada. ¿Por qué no nos enfrentamos a la verdad? Es verdad
que no siempre es necesario decir todo lo que se piensa por varias razones, y la
elección de expresar o no nuestros pensamientos depende del contexto, la
situación y los objetivos. Podemos pensar en el respeto hacia los demás pues
algunas ideas o pensamientos pueden ser ofensivos o hirientes para otras
personas. Mostrar respeto hacia los demás implica considerar cómo nuestras
palabras pueden afectar a quienes nos rodean y evitar causarles daño
innecesario. Expresar ciertos pensamientos puede tener consecuencias negativas
en términos de relaciones personales, oportunidades laborales o interacciones
sociales. Evaluar las posibles repercusiones antes de hablar puede ser una
medida sensata.

2.1 En el ámbito profesional

“El prójimo tiene derecho a que hablemos con la verdad, pero no tiene derecho
a que revelemos lo que puede ser materia de legítima reserva” (Gómez, 1980, p.
178). La ocultación de la verdad en el ámbito profesional puede deberse a varias
razones, y la ética de esta práctica puede variar según la situación y las
motivaciones detrás de ella.

Algunas razones comunes por las cuales las personas pueden optar por no
revelar toda la verdad en el entorno profesional pueden ir desde la
confidencialidad porque en algunos casos, la información puede ser confidencial
debido a acuerdos legales, contratos o políticas internas de la empresa. Revelar
información confidencial puede tener consecuencias legales o afectar la posición
competitiva de una empresa. Las personas y las organizaciones a menudo buscan
proteger sus propios intereses, ya sea en términos de reputación, posición en el

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mercado, o relaciones con clientes y socios. La ocultación de ciertos hechos
puede ser vista como una estrategia para salvaguardar esos intereses. En el
entorno empresarial, la gestión de la información es una habilidad clave, no
siempre es necesario o beneficioso revelar todos los detalles en todas las
situaciones. La selección cuidadosa de la información puede ser parte de una
estrategia más amplia.

Incluso revelar la verdad puede conducir a conflictos innecesarios o


malentendidos. La comunicación estratégica a veces implica equilibrar la
transparencia con la necesidad de mantener relaciones profesionales armoniosas.

Es importante destacar que la línea entre la ocultación ética y la falta de


transparencia perjudicial puede ser delgada, y las decisiones deben evaluarse en
función de la situación específica y los principios éticos fundamentales. La
honestidad y la transparencia suelen ser valores clave en la mayoría de los
entornos profesionales.

CAPÍTULO III. EL SECRETO

3.1 Veracidad y secreto en la Iglesia Católica


Hay momentos en los que es mejor mantener ciertos pensamientos para
uno mismo, especialmente si se trata de asuntos personales o íntimos. La
privacidad y la discreción son valiosas en muchas circunstancias. La
confidencialidad en el sacramento de la reconciliación es una práctica fundamental
en la Iglesia Católica y se considera sagrada. Según la doctrina católica, el
sacerdote está obligado a mantener la confidencialidad absoluta sobre cualquier
cosa que se le revele durante la confesión. Este principio se basa en varios
fundamentos teológicos y éticos:

 Secreto sacramental: La reconciliación o penitencia es considerada un


sacramento en la Iglesia Católica. En este sacramento, los fieles confiesan
sus pecados al sacerdote con la intención de obtener el perdón de Dios. La
obligación de mantener el secreto está directamente relacionada con la
naturaleza sacramental del acto.

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 Relación con Dios: La confesión es vista como un acto de reconciliación
entre el penitente y Dios. El sacerdote actúa como mediador en este
proceso. Revelar los pecados confesados violaría la confianza entre el
penitente y Dios, y podría disuadir a las personas de confesar abiertamente
sus faltas.

 Protección de la penitencia: La confesión es un acto íntimo y personal. La


promesa de confidencialidad busca crear un ambiente seguro y de
confianza para que los fieles compartan sus pecados sin temor a
consecuencias externas. Esto fomenta la sinceridad y la apertura en el
proceso de arrepentimiento.

 Respeto a la privacidad espiritual: La Iglesia considera que la


reconciliación es un encuentro sagrado entre el penitente y Dios, facilitado
por el sacerdote. Revelar los pecados confesados iría en contra del respeto
a la privacidad espiritual y la relación individual de cada persona con Dios.

En el contexto de la Iglesia Católica, el término "secreto" puede referirse a


varias cosas, y el significado específico dependerá del contexto en el que se
utilice. Va muy ligado al secreto natural mencionado por Gómez pues señala que
“no se puede revelar, sin causa grave algo de lo que tenemos conocimiento, que
se refiere a la vida de otra persona, y cuya revelación le causaría un daño.”
(Gómez, 1980, p. 179).

Por lo cual aquí hay algunas formas en las que se puede entender el término
"secreto" en relación con nuestra Iglesia Católica:

 Secreto de Confesión: En el sacramento de la reconciliación o penitencia,


los fieles pueden confesar sus pecados al sacerdote. La información
compartida durante la confesión está sujeta al "secreto de confesión", lo
que significa que el sacerdote no puede revelar lo que se le ha confiado
durante este sacramento en ninguna circunstancia. Este principio es
fundamental para la confidencialidad y la confianza en el sacramento de la
reconciliación.

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 Secreto Pontificio: Algunas informaciones y documentos dentro de la
Iglesia Católica están sujetos al "secreto pontificio". Esto significa que
ciertas cuestiones y documentos, especialmente aquellos relacionados con
asuntos delicados o de gobierno interno de la Iglesia, están destinados a
ser tratados con confidencialidad y solo se pueden revelar con la
autorización del Papa u otra autoridad competente.

 Misterios de la Fe: En el contexto más amplio de la teología católica, la


palabra "misterio" se refiere a verdades fundamentales de la fe que
trascienden la plena comprensión humana. Estos misterios, como la
Santísima Trinidad, la Encarnación y la Eucaristía, son considerados
verdades reveladas por Dios y a menudo se abordan con un sentido de
reverencia y respeto en la enseñanza católica.

En general, la Iglesia Católica valora la confidencialidad en ciertos asuntos,


especialmente en aquellos relacionados con la vida espiritual y la relación
personal con Dios. El concepto de secreto en la Iglesia Católica a menudo está
vinculado a principios de confidencialidad, respeto y preservación de la privacidad
en contextos específicos de la vida sacramental y eclesiástica.

3.1.1 La confesión religiosa (Sigilo sacramental)

La inviolabilidad del secreto de confesión es tan fundamental en la doctrina


católica que incluso en circunstancias extremas, como amenazas de violencia o de
daño a terceros, el sacerdote no puede revelar lo que se le ha confiado durante la
confesión. La protección del secreto se considera un deber inviolable que
resguarda la integridad del sacramento y la relación confidencial entre el penitente
y Dios.

El Catecismo de la Iglesia Católica aborda el sigilo sacramental, o la


obligación de confidencialidad en el sacramento de la reconciliación, en el número
1467:

CEC 1467

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“Los que reciben el sacramento de la Penitencia están obligados a
confesar todos los pecados graves de los que tienen conciencia después de haber
examinado diligentemente su conciencia. Además, los confesores están obligados
de derecho divino a guardar absoluto secreto acerca de los pecados que sus
penitentes les han confiado.”

Este pasaje destaca la obligación de los fieles de confesar todos los


pecados graves que son conocidos, y también enfatiza el deber del confesor de
guardar absoluto secreto sobre los pecados confesados. La referencia a un
"derecho divino" resalta la seriedad y la sacralidad del secreto sacramental.

Es importante señalar que este principio se basa en la tradición de la Iglesia


y en la enseñanza teológica, y es considerado como una protección fundamental
para asegurar la sinceridad y la confianza en el sacramento de la confesión. El
sigilo sacramental es tan crucial que, según la ley canónica de la Iglesia Católica,
un sacerdote que viola el secreto de confesión incurre en una pena automática de
excomunión, la cual solo puede ser levantada por el Papa.

Gómez (1980) puede ayudarnos con esta idea cuando nos menciona que
"todo hombre tiene derecho a mantener aquellos aspectos -sobre todo de su vida
privada e íntima- cuyo conocimiento no serviría para nada al bien común y, en
cambio podría dañar legítimos intereses personales, familiares o de terceros. " (p.
178). Sobre todo, para tratar de entender el papel fundamental que juegan los
sacerdotes y cómo algunas personas intentan criticarlos demeritando la tarea tan
importante que tienen al impartir el sacramento de la reconciliación.

CAPÍTULO IV. LA FIDELIDAD

La fidelidad como la veracidad, es una actitud y una virtud indispensable en


la vida social. Sobre ella descansa, por ejemplo, el matrimonio, el cumplimiento de
los contratos, las actuaciones de los gobernantes y de los representantes elegidos
por el pueblo.

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La relación entre la fidelidad y la ética que es lo que más nos interesa,
puede variar según el contexto y las circunstancias específicas, ya que la ética es
un campo amplio que involucra principios morales y valores, mientras que la
fidelidad se refiere a la lealtad y la devoción hacia algo o alguien. Algunas
maneras en las que la fidelidad puede relacionarse con la ética pueden ser
justamente en la lealtad ética, la fidelidad puede ser considerada ética cuando
implica lealtad a principios morales y valores éticos. Por ejemplo, ser fiel a la
verdad, la justicia y la equidad puede considerarse ético.

En las relaciones personales y profesionales, la fidelidad puede tener


implicaciones éticas. Por ejemplo, la fidelidad a una promesa o compromiso puede
ser vista como ética, ya que implica la honestidad y la integridad.

Así mismo, existe la fidelidad a uno mismo, es decir, ser fiel a tus propios
principios y valores, también tiene dimensiones éticas. La coherencia entre lo que
uno valora y sus acciones puede considerarse ética. En el ámbito laboral, la
fidelidad a una organización puede plantear cuestiones éticas, especialmente si la
organización está involucrada en prácticas que van en contra de principios éticos.
En estos casos, la lealtad puede entrar en conflicto con la responsabilidad ética.

Es importante tener en cuenta que la relación entre la fidelidad y la ética no


siempre es clara y puede depender del contexto específico. En algunos casos, la
fidelidad puede ser ética, mientras que en otros casos puede entrar en conflicto
con principios éticos más amplios. La reflexión ética y la consideración de las
consecuencias de la fidelidad son fundamentales para abordar estas cuestiones
de manera informada y ética.

El Catecismo de la Iglesia Católica no aborda directamente el concepto de


"fidelidad" en un solo número específico. En lugar de ello, la enseñanza de la
Iglesia sobre la fidelidad se encuentra dispersa a lo largo de varios números que
tratan temas relacionados, como la virtud de la fidelidad, el matrimonio, la vida en
comunidad y la relación con Dios.

Por ejemplo, están los siguientes números:

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 2331-2400: Tratan sobre el sacramento del matrimonio.

 2337-2350: Hablan sobre la castidad y la fidelidad en el matrimonio.

 1434-1439: Se refieren al arrepentimiento y la fidelidad a la reconciliación.

En contraste con lo anterior, nuestra Iglesia Católica valora y promueve la


fidelidad en varios aspectos de la vida, especialmente en el contexto del
matrimonio y las relaciones interpersonales. Algunas perspectivas importantes de
la Iglesia Católica sobre la fidelidad pueden ser las siguientes:

 Fidelidad en el matrimonio: La Iglesia Católica enseña que el matrimonio


es un sacramento y un compromiso sagrado entre un hombre y una mujer.
La fidelidad en el matrimonio es vista como esencial, y la ruptura de este
compromiso a través del divorcio se considera contraria al ideal católico. La
fidelidad mutua y el apoyo en el matrimonio son aspectos fundamentales de
la enseñanza católica sobre el amor conyugal.

 Fidelidad a los votos religiosos: Aquellos que han hecho votos religiosos,
como los sacerdotes, religiosas o religiosos consagrados, han prometido
vivir en fidelidad a Dios y a la comunidad religiosa a la que pertenecen. La
fidelidad en este contexto implica compromiso y entrega total a la vida
consagrada.

 Fidelidad a la enseñanza moral y ética: La Iglesia promueve la fidelidad a


la enseñanza moral y ética, basada en los principios de la fe católica. Esto
incluye la fidelidad a los mandamientos de Dios y a las enseñanzas de la
Iglesia en cuestiones éticas y morales, como la dignidad humana, la justicia
social y la solidaridad.

 Fidelidad a la comunidad: La Iglesia destaca la importancia de la fidelidad


a la comunidad cristiana. Esto implica apoyo mutuo, participación en la vida
de la comunidad, y la promoción de la unidad y el amor fraterno entre los
miembros de la Iglesia.

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Como vemos, la fidelidad es un valor fundamental en la enseñanza y la forma de
vivir de nosotros los católicos, y se espera que los fieles practiquen la fidelidad en
sus matrimonios, en sus compromisos religiosos y en su vida comunitaria,
buscando siempre vivir de acuerdo con los principios de la fe católica.

4.1 La infidelidad

Gómez (1980) nos menciona que "la infidelidad en materia grave y, sobre
todo, cuando media un contrato, es una forma de mentira, además de una
injusticia" (p. 180).

Por lo que la Iglesia Católica considera la infidelidad, especialmente en el


contexto del matrimonio, como una violación del compromiso sagrado entre un
hombre y una mujer. Sostiene la indisolubilidad del matrimonio sacramental,
basándose en las palabras de Jesús en el Evangelio. Por lo tanto, la infidelidad y
el divorcio, en términos generales, no son vistos con buenos ojos. La Iglesia anima
a los cónyuges a trabajar en la reconciliación y superar las dificultades.

En términos morales la infidelidad, en cualquier forma, se considera


contraria a la enseñanza moral de la Iglesia Católica. La castidad y la fidelidad
conyugal son virtudes que se fomentan. La enseñanza moral católica destaca la
importancia de vivir de acuerdo con los principios éticos y morales, evitando
comportamientos que vayan en contra de la ley moral natural. A pesar de la
gravedad de la infidelidad, también enseña sobre la misericordia y la posibilidad de
la reconciliación. A través del sacramento de la reconciliación, aquellos que han
sido infieles pueden buscar el perdón, el arrepentimiento y la renovación de su
compromiso conyugal.

Desde una perspectiva ética, el término "infidelidad" podría referirse a la


traición de un compromiso, ya sea moral, ético o contractual. En este sentido, la
infidelidad podría considerarse una violación de la confianza o de los deberes
morales y éticos hacia otra persona.

CAPÍTULO V. MALICIA ÉTICA EN LA MENTIRA

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La malicia de la mentira no consiste tanto en la falsedad de las palabras
como en el desacuerdo entre las palabras (signo) y el pensamiento (lo significado).
Por eso, si digo lo que pienso, aunque esto sea objetivamente falso, digo una
falsedad, pero no una mentira. En cambio, si digo lo que creo que es falso
(aunque sea una cosa verdadera), no digo una falsedad sino una mentira.

Gómez (1980) es claro al decir que "para que haya mentira no hace falta la
expresa intención de engañar al prójimo, como tampoco que los demás resulten
efectivamente engañados por lo que decimos o hacemos, hay mentira cuando lo
demás se dan cuenta de que esa persona está diciendo lo contrario de lo que
piensa" (p. 180).

Un ejemplo de lo que nos dice el autor puede ser puesto en el seminario,


supongamos que, en una reunión de pastoral, un seminarista presenta una
propuesta para un proyecto que claramente tiene deficiencias y problemas. Sin
embargo, durante su presentación, utiliza un lenguaje positivo y elogia
excesivamente la solidez y la viabilidad de la propuesta. Los demás seminaristas,
que son conocedores del tema, notan las deficiencias, pero observan que esta
persona está evitando o minimizando los problemas evidentes.

En este caso, la mentira está presente porque la persona está comunicando


algo que no refleja su verdadera opinión. Aunque sus palabras sugieren
entusiasmo y confianza en la propuesta, sus gestos, lenguaje corporal u otros
indicios pueden revelar una falta de convicción genuina. Los demás seminaristas,
al percatarse de esta discrepancia entre las palabras y las señales no verbales,
pueden concluir que la persona está siendo deshonesta o que está tratando de
ocultar la realidad. Esto podría afectar la confianza y la credibilidad de esa
persona en el entorno de la pastoral y los futuros proyectos que se le
encomienden.

Este ejemplo ilustra cómo la mentira no solo se trata de las palabras que se
eligen, sino también de la coherencia entre el discurso y las señales no verbales, y
cómo la percepción de los demás puede revelar la falta de sinceridad. Incluso el
autor nos dice que la mentira propiamente dicha es intrínsecamente mala y no se

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justifica bajo ningún pretexto. Por esa razón, no es lícito mentir ni siquiera para
obtener bienes para terceros.

Propuesta

Hablar con la verdad es fundamental para la ética pues nos ayuda con
nuestra integridad personal. Al estudiarla ampliamente en una asignatura como lo
es la ética la propuesta de esta nos indica que la verdad es un componente
esencial de la integridad personal. Actuar de manera ética implica coherencia
entre lo que se dice y lo que se hace. La falta de verdad puede erosionar la
confianza y la integridad de una persona, sin embargo, debemos ser prudentes al
tratar de expresar la verdad, tratar de discernir si en determinado momento es
necesario revelarla o no.

De igual forma la verdad aumenta nuestra confianza interpersonal, la


verdad es la base de la confianza en las relaciones interpersonales, cuando las
personas son honestas entre sí, se construye un fundamento sólido para
relaciones saludables y duraderas. La confianza mutua es esencial para el
funcionamiento efectivo de la sociedad. En cuanto a la responsabilidad, la verdad
es esencial para asumir la responsabilidad por nuestras acciones, al reconocer y
admitir la verdad, las personas pueden aprender de sus errores y trabajar para
corregirlos. La evasión o la distorsión de la verdad pueden conducir a una falta de
responsabilidad y a la perpetuación de comportamientos incorrectos.

En muchos contextos, la verdad es un componente crucial para la


administración de justicia, los sistemas legales y éticos a menudo dependen de la
honestidad y la veracidad para garantizar que se tomen decisiones justas y

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equitativas. La verdad es esencial para la preservación de una sociedad justa y
ética. Hablar con la verdad puede contribuir al crecimiento personal. Reconocer la
verdad, incluso cuando es difícil, puede ser parte de un proceso de autorreflexión
y mejora continua.

Por otra parte, guardar secretos puede estar relacionado con la promesa de
confidencialidad como ya se ha abordado y es muy claro en el sigilo sacramental.
En situaciones donde se comparten confidencias en un entorno de confianza, la
ética puede sugerirnos que mantener esos secretos es esencial para preservar la
confianza y fortalecer las relaciones. También se vincula con el respeto al derecho
a la privacidad de los demás, reconocer y respetar la privacidad de las personas
puede considerarse una práctica ética, siempre y cuando no haya consecuencias
perjudiciales o ilegales asociadas con la información oculta.

Es importante destacar que la ética de guardar secretos no es una regla


única y rígida, puede haber situaciones en las que el deber ético de revelar
información supere el deber de mantenerla en secreto, especialmente si la
revelación es necesaria para prevenir daños graves o injusticias. En este trabajo
de investigación descubrimos que la ética de guardar secretos implica un equilibrio
cuidadoso entre varios principios éticos, considerando el contexto y las posibles
consecuencias de la revelación o la retención de la información.

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Conclusión

La veracidad y el manejo de secretos son aspectos fundamentales de


nuestras vidas que influyen en nuestras relaciones y en la sociedad en su
conjunto. A lo largo de este trabajo, hemos explorado la conexión entre la
veracidad y la construcción de confianza, la importancia de la integridad personal y
las consideraciones éticas y morales asociadas con estos temas.

Al reflexionar sobre estos aspectos, nos damos cuenta de que nuestras


elecciones en relación con la veracidad tienen un impacto duradero en nuestras
vidas y en la calidad de nuestras interacciones. Invito a cada uno de nosotros a
considerar cómo podemos cultivar la veracidad en nuestras vidas, contribuyendo
así a un entorno de respeto, comprensión y crecimiento mutuo y a la vez guardar
secretos cuando esto sea necesario, en lo personal debo aprender a trabajar esto
último pues si llego a ser presbítero entonces las personas indudablemente
abrirán su corazón y buscarán reconciliarse con Dios, me tocará hacer un buen
discernimiento para todo aquello que escuche y pueda aconsejar, siempre guiado
sí de los principios éticos pero también de aquella sabiduría que viene del Señor.

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Fuentes de consulta

 Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM). El sacramento de la


Penitencia y de la Reconciliación y IV El respeto de la verdad. (2023)
“Catecismo de la Iglesia Católica”, México, Buena Prensa.

 Gómez, R. (1980). Problemas morales de la existencia humana. (tercera


edición). Madrid: Editorial: Magisterio Español, S. A.

 Tamés, G. S. R. ¿El silencio como delito? El sigilo sacramental desde una


aproximación funcionalista.

 Catalán, M. (2012). Ética teleológica de la veracidad. Télos, 19(1-2), 47-58.

 Arquidiócesis primada de México. Román, S. “¿Cómo puedo estar seguro


de que el sacerdote no va a revelar mis pecados?” recuperado el 24 de
agosto de 2023 de la base de datos de desdelafe.mx ¿Cómo puedo estar
seguro que el sacerdote no va a revelar mis pecados? (desdelafe.mx)

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