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Análisis de La Actividad A y B - Grupo 61
Análisis de La Actividad A y B - Grupo 61
El espacio de Jacques Tati se define (una máquina de habitar) de lo cual podemos deducir que recibe
tal denominación por ser un producto sistematizado y esto a la vez se vuelve evidente cuando dicho
espacio es categorizado en el concepto de casa positivista, donde el concepto de por si nos lleva a
pensar en un espacio racionalizado el cual servirá de modelo a otras casas de diferentes
usurarios.
El espacio de Picasso se define en estado de ocio (vacaciones) de lo cual podemos deducir que
recibe dicha denominación como un título que encuadra una pintura del artista como dirigiéndose o
presentando la obra hacia un público, lo cual esto nos lleva a pensar que en un espacio penado por
un artista pero a conciencia para el público que luego lo llevará a categorizarla como la casa
fenomenológica, donde primaria el pensamiento del artista por sobre lo
natural.
Wahol en la fábrica, nos indica de un espacio donde la denominación (fábrica) nos indica estar en
un espacio industrializado siendo ya no una vivienda única o categorizada sino más bien la
configuración de un espacio colectivo social, represión doméstica, a un espacio compartido; donde
los conceptos (freudomarxistas - neoyorquino) donde estos espacios involucran el universo del orden
comunista y capitalista, siendo estos los que estructuran las forma de vivir en colectivo ya sea en
una comuna o un loft, mas no una casa.
Los conceptos indican que los espacios que se habitan serán de forma temporaria de forma
mecánica y que esto posiblemente sea producto del habitar en colectivo, una nueva configuración,
ensamblaje de las partes de una casa.
Nos indica que se ampliarán aún más los espacios colectivos donde la acción de vivir se verá sumida
a una acción pragmática, donde los espacios colectivos adquieren la categorización (la casa
pragmática) donde se primaría la acción sobre la experiencia.
Del análisis del índice se puede deducir que el libro presentará un formato ensayístico de corte
académico, donde se presenta un modo expositivo de forma libre; presentando un criterio de orden a
través 7 capítulos (7 casas), siendo estos estructurados donde los títulos de los mismos invitan a
descubrir cada una de ellas, partiendo desde las casas más singulares hasta casas colectivas;
siendo el capítulo 3 (La máquina de habitar de Jacques Tati: la casa positivista) el desarrollo de los
capítulos posteriores que nos presenta las casas colectivas de carácter racional en forma creciente.
NOTA PRELIMINAR
El autor inicia con la presentación del título “La buena vida” invitando de forma intuitiva a su
argumentación donde desarrollará en líneas generales los puntos clave en los que se sostiene su
libro: visita de 7 casas creadas a lo largo del siglo XX (jornadas o capítulos)
De forma atractiva invita a pensar en las diversas formas que se podría pensar y vivir la casa,
alejándose de toda otra obra arquitectónica de prestigio, con esto muestra una clara intención de
atraer a todos los lectores curiosos e interesados, con lo cual deja claro la finalidad no pragmática
de forma inmediata y siendo su único fin el alentar y contribuir a la conciencia de nuevos vínculos en
la arquitectura con otras disciplinas.Generando una reflexión de la técnicas proyectuales
contemporáneas: formas de vivir, de la apropiación del espacio privado y público: sobre la buena
vida doméstica contemporánea. Aunque también pueda aplicarse a la escala urbana.
El uso de la técnica expositiva: las visitas guiadas hacia viviendas (reales o imaginarias) el formato
adquiere una forma descriptiva, donde en las visitas a casas privadas los arquitectos perderán sus
prejuicios, llevándolos a pensar a través del ojo del habitante, adquiriendo una actitud más próxima
a la de un visitante (experiencia real de la casa). Donde la visita de una forma literaria, muestra una
actitud predispuesta a inducir y provocar.
Para esto se reducirá a arquetipos contemporáneos, en un campo más abstracto: tratados como
fragmentos de un collage de viviendas, de orden no cronológicos, orden real (subejtivo al autor).
El texto busca responder el debate de la vivienda: idealismo social y los métodos de la modernidad
(intentos ingenuos que nos atrapan en ideologías que se pretende superar). La buena vida busca
deshacer esos límites siendo conscientes de nuestro tiempo (conflictos e idealizaciones). Abriendo
la mirada a otras disciplinas dejando a la imaginación y experiencia hacer su trabajo para alcanzar
una sabiduría relativa (propia).
“La buena vida” es un ensayo que nos invita a volvernos a asombrar, a viajar con la fantasía no solo
para celebrar la diversidad de casas del siglo XX sino también para estimular el placer de proyectar
y habitar intensamente: para así impulsar la aparición de esa casa que aún no tenemos.
EPILOGO
Pone en discusión el hecho de que las obras estudiadas, más allá del análisis puramente
arquitectónico que su complejidad conlleva, tienen un carácter más lúdico y comunicativo en las
personas que la visitan, aunque esta sea una visita ficticia como la realizada en este libro. Nos
busca presentar estas casas de una manera diferente, proponiendonos una visión del lado del
habitante, y de un lado de mayor reflexión, llevándolo a un plano más imaginativo y conceptual.
Su objetivo pasa a ser que busquemos el sentido dentro de las fantasías que cada arquitecto
recreó al crear estas casas. No entregarnos a lo dicho y dejar de tomar cuestiones de la
modernidad como certezas, ya que la respuesta muchas veces a las preguntas realizadas en torno
a aspectos arquitectónicos pasa a ser “porque si”. Cuando ponemos en crisis partes del lenguaje
arquitectónico, es cuando se generan los mayores cambios y la arquitectura continúa en
movimiento.
HIPÓTESIS
El arquitecto Jacques Jáques Tati plantea una crítica de la arquitectura donde contrasta dos formas
de pensar, proyectar, habitar las casas definidas por la ortodoxia moderna ( pugna de dos filones
pensamiento del siglo xx), contraponiendo dos formas de vivir en la ciudad moderna,
encontrándose en un contexto sociocultural atravesado por la ideología positivista:
- El tío monsieur Hulot: casa estrafalaria en el centro de París
- La familia Arpel (un hijo): fábrica de plásticos: una casa unifamiliar con un jardín pequeño en un
barrio elitista en las afueras del centro
Exponiendo sus contrastes a través de la mirada de un niño(el hijo de la familia Arpel) que pasea
junto a su tío entre estas dos ciudades/casas, a pesar del el intento desesperado de sus padres por
integrarlos a la vida moderna, donde las acciones de los personajes serán determinantes en un
marco físico (arquitectura y urbanismo: natural y lo artifical): contraponiendo la vida privada del
paradigma positivista (objetivismo) y la vida pública/social (subjetivismo), siendo el arquitecto se
plantee una posición contra los dogmas modernos y las instituciones. Por esto el arquitecto Jacques
Tati de forma estratégica plantea de forma estratégica la visita hacia su casa positivista/su ciudad
moderna donde el caricaturiza la modernidad y sus tópicos, dejándonos en una posición libre de
prejuicios sino de curiosidad como la ingenuidad del niño para así reconocernos como herederos
desde una mirada más libre y reflexiva de la modernidad, siendo que el positivismo la base de nuestra
formación académica no solo como profesional sino también como personas; por eso es necesario
reconocer del mundo del que venimos (nos ha hecho como somos y nos a dando las normas)
planteándonos una nueva mirada hacia la reflexión y volver a emocionarnos.
DESARROLLO - DEMOSTRATIVO
Carta de Atenas: Secuencias de la ciudad moderna (Ciudad positivista en el congreso CIAM 1933:
La habitación, el esparcimiento, el trabajo y la circulación) categorías que organizan el
conocimiento de la gran ciudad – separando en tiempo y espacio para optimizar la productividad y
la sociedad industrializada: unidades minimas - creando un encadenado orgánico final de
organización antropomórfica (Villa Rodieuse ). La fe cuantifica la restitución del cuerpo del
individuo a un gran cuerpo social (unidad y orden): cuerpo higiénico, saludable, expuesto al eje
heliotérmico. Por lo tanto la máquina de disección científica crea una sociedad orgánica, en
perfecto orden, mostrando así la necesidad de una doctrina científica: el urbanismo. Siendo la
técnica de planificación del cuerpo orgánico (plenitud en sociedad).
-La ciudad Arpel, la gran maquina planificada: utopía social positivista (Brasilia: ciudad perfecta,
donde la planta el simboliza el origen de la ciudad, el sueño del humano junto a la ciencia hacerlo
posible: volar) - construyendo monstruos sueño de la razón.
Microzoning: Reproducir el mecanismo proyectual de la casa a gran escala: documento la planta
optima optimizando los momentos equilibrados (zoning) y luego ser restituidos de forma orgánica e
higiénica, así también el proyecto de casa positivistas trasladarlo a la ciudad (el zoning – un
microzoning): descompone la pieza restituyendolas en el engranaje mecánico y orgánico de mayor
enficiencia ( Maquina para vivir ) – microzoning son elemento que pervive, propuesta de los que
están en contra de la ortodoxia moderna, es un esquema funcional (público y privado): núcleo duro
de la modernidad, puesto en evidencia por Tati: verdadero camino de la retroalimentación del
sistema maquínico : el maquinismo de la casa positivista es de carácter simbólico.
El arquitecto:
1960 – se definen los límites de los arquitectos y los urbanistas modernos frente al hecho técnico
de la industrialización: produciendo un arquitectura mecánica: el arquitecto es un turista fascinado
por el maquinismo de la que desconoce su mecánica ( no tiene sensibilidad/memoria/historia de la
ciudad) elabora su propia ciudad - destrucción del pasado en favor de la lógica maquínica social –
siendo estos valores positivistas extremos los que pondrán fin a la ciudad moderna, surgiendo
críticas sistemáticas: nacen otras formas de pensar y habitar (mitad del siglo xx). Vida positivista
carece de programa específico, ya que siempre confía en el desarrollo a futuro: el mecanismo
reflejará la poca reflexión de la mecánica de confort. La cultura material (visión estética de confort
en bases a la idealización de técnicas y materiales industriales).
En la casa de los Arpel se expresa anhelo, limitaciones y automatismos (la incompetencia y sus
consecuencias): actividades que imponen mecanización – objeto visibles que obligan a la rutina
esclavizadora, sometidos a los designios del arquitecto- el habitante es incapaz en reconstruir la
experiencia del espacio/vínculos personalizados ya que todo a sido previsto por el arquitecto
(industrialización del espacio sustituido por la presencia autoritaria), el arquitecto moderno dirige
las pautas de la conducta privada –la mecanización imperfecta, lastre hacia la aprobación del
espacio: confort visible y la medicalización del ambiente, mostrando un profundo olvido de
estímulos que componen un ambiente.
Sonoridad mecánica irritante de los Arpel se da por la fábrica, expandiéndose por toda la casa y
dificultando el placer y descanso (la intimidad): siendo el momento de relajación polarizado por un
mobiliario moderno, dándole la espalda al exterior.
Normativas modernas: las normas modernas son herencia que se dejó, limitando y enjaulando al
arquitecto moderno que es hasta el día de hoy se arrastra. Siendo determinante no solo en nuestro
marco de entrenamiento como profesionales sino que también como personas en en el marco
social (aquello contra lo que nos hemos formado), por eso posiblemente nos identifiquemos con lo
que representa el hijo de los Arpel, quien presenta una mirada nueva.
- El hijo recorre 2 ciudades ajenas de forma física y mental, es el protagonista, mostrando la
posición ambigua de Tati (frente al mundo que nos ha sido dado), siendo así que la mente entiende
e identifica la belleza de las mejores proposiciones positivistas con una mirada de asombro.
Se explica el concepto de positivismo como una búsqueda hacia una sociedad utópica, poniendo al
humano como objeto de estudio que puede ser estudiado con la metodología de las ciencias exactas,
dejando a la filosofía en segundo plano. Toda pregunta en la sociedad positivista busca una
respuesta. Pasamos a ser un objeto de estudio del cual se buscaría desarrollar sus comportamientos
predecibles.
Una hipótesis que se desarrolla es la de la clara influencia que esta doctrina tiene sobre el arquitecto
moderno. Tati caricaturiza la mirada de que la sociedad puede estudiarse como “piezas de un
engranaje” y nos genera un esquema de “casa positivista” enmarcada en una familia ejemplar: los
Arpel. En esta familia se rigen por las reglas impuestas por la industrialización y eliminan la función
crítica. Aquí es donde otra de las ideas principales del autor del texto aparece: este sujeto enmarcado
en la familia positivista es el hombre-tipo lecorbusierano. El cual se rige por las diversas reglas
arquitectónicas de Le Corbusier, tales como el Existenzminimun.
Por otro lado, nos presenta al personaje de Monsieur Hulot como una antítesis a lo mencionado
anteriormente, alguien que vive en el presente y no tiene una búsqueda hacia el progreso.
Asimismo, el control del espacio es llevado al máximo con la aparición de la idea de los espacios
mínimos. Los espacios son comprimidos al máximo en esta búsqueda de la funcionalidad perfecta
de estos. Este concepto va de la mano con lo dicho anteriormente, los espacios positivistas llevan
consigo alto grado de control y limitaciones, son proyectados para una cierta función, con los m2
necesarios para realizar la misma, por lo que no hay lugar para nuevas funciones o modificaciones.
El arquitecto empieza a tener una perspectiva más científica y pierde las cuestiones creativas del rol
del arquitecto. El espacio se piensa cuantitativamente y no cualitativamente.
También resalta el concepto de la arquitectura positivista como algo exento en totalidad de todo
recuerdo de los antepasados, como también de la naturaleza, como cuando dice “en la casa
positivista, obviamente, no caben materiales naturales”, y esto como explica el autor se genera ya
que toda construcción no industrializada comienza a ser rechazada. El material pasa a ser algo
inerte, blanco, reflejo de la higienización y el vidrio es un material privilegiado.
En este contexto, la naturaleza entra en juego siempre y cuando aporte higiene y funcionalidad a la
familia tipo, entra en juego el eje heliotérmico, donde las orientaciones de los edificios para lograr el
mejor asoleamiento pasan a tener un rol fundamental en la proyección de espacios.
Todas las ideas explicadas anteriormente, se resumen en la búsqueda del positivismo del control.
Control del espacio, de la naturaleza, de los materiales y de la sociedad. En el capítulo, el autor
afirma que hay una sociedad vigilada desde un control de leyes de sistemas mecánicos donde rigen
en abundancia normas y reglas. El rol fundamental de la casa positivista es, por lo tanto, vigilar a
esta familia perfecta. Acá surge el concepto de panóptico, donde la sociedad es vigilada a través de
esta casa positivista, donde sus límites están materializados principalmente con vidrio.
Por lo tanto podemos inferir que la arquitectura viene atravesando problemas donde se pone de
manifiesto que debemos superar la casa positivista, donde la razón del problema no pasa en
aprender a olvidar sus limitaciones ni tampoco que el positivismo sea el sistema gigante de nuestro
sistema de formación como arquitectos, sino quizá la profunda incapacidad de adentrarnos en el
mecánica productiva a través de las normativas que tenemos de herencia. Se debe buscar cambiar
las formas de pensar y proyectar viviendas y escapar del marco: epistemológico y normativo de la
modernidad: escapar de la valoración simplista y negativa fantasioso y unidireccional de la
concepción de la arquitectura: mirar la la arquitecura moderna sin rencor, sino desde una posición
sin prejuicios como cuando visitas la casa de alguien, mirada inocente y nos conmueve
nuevamente, como lo fue la casa de Jáques Tati, siendo esta no una historia abstracta sino más
bien nuestra propia tradición, ya que no solo a sido nuestro marco de entrenamiento como
profesionales sino que también nos hemos desarrollado como personas en el marco de nuestras
vidas, aquello contra lo que nos hemos formado, nadando en contra de su corriente (difícil tradición
viva), solo así podremos entendernos y volvernos a emocionar.
- Apreciar la belleza delas obras más radicales ,desear habitar esas fantásticas maquinas –
la casa de los Arpel es una gran pieza de la arquitectura de nuestro siglo - despliegue de
ilusión y belleza , de fe en el progreso y orden.
- El niño en la casa Arpel se muestra condenados a la fascinanción del mundo del que
venimos, tal mundo que nos ha hecho como somos, dándonos las normas con y contra lo
que vivir, a lo que siempre denominamos tradición.