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1 AR Viernes Mañana
1 AR Viernes Mañana
MAÑANA
• ... las normas morales de Dios (Isaías 48:17)
• ... el amor de Dios (Juan 6:44)
Poderosos gracias a la fe. ¡Qué título tan positivo y tan animador para esta
asamblea! ¿Qué vamos a aprender? En esta asamblea, responderemos tres
preguntas importantes:
1. ¿Qué es la fe?
2. ¿Qué podemos hacer gracias a la fe?
3. ¿Cómo podemos tener una fe fuerte?
¿QUÉ ES LA FE? Hermanos, todos nosotros sabemos que la fe es algo que tenemos
gracias al espíritu santo de Dios. De hecho, el capítulo 5 de Gálatas dice que la fe
forma parte del fruto del espíritu santo. Si tenemos el espíritu de Dios, tendremos
fe. Pero ¿qué es exactamente la fe? Vayamos a la Biblia. Veamos la definición que
da la Biblia en Hebreos 11:1.
Hebreos 11:1 — La fe es la certeza de que sucederá lo que se espera, la prueba
convincente de que existen realidades que no se ven.
¿Se fijaron en que la definición de la fe tiene dos partes? ¿Cuál es la primera parte?
Bueno, primero dice: “La fe es la certeza de que sucederá lo que se espera”. ¿Y qué
quiere decir eso? Bueno, la fe es la seguridad de que vamos a tener la cosas que
esperamos. Vamos a poner un ejemplo. Todos estamos convencidos cuando nos
vamos a dormir de que el sol saldrá al día siguiente. Es la misma convicción que
tiene un agricultor cuando siembra unas semillas, sabe que germinarán y que
crecerán. La fe hace que veamos las cosas que Jehová ha prometido darnos tan
reales que es como si ya las tuviéramos. En otras palabras, la persona que tiene fe
está totalmente segura de que todo lo que Jehová dice es verdad y que todas las
promesas que Jehová ha hecho se van a cumplir sin falta. Veamos la segunda parte
de la definición. La fe es “la prueba convincente de que existen realidades que
no se ven”. ¿Qué quiere decir eso? Para explicar esto, pensemos en algo sencillo,
como este teléfono (celular). Si usted tiene un teléfono como este y tiene servicio
de telefonía, yo podría llamarle ahora mismo sin importar donde viva. Pero este
teléfono no está conectado a ningún cable. ¿Cómo es posible que funcione?
Bueno, sabemos que esta tecnología usa ondas de radio. Claro, no podemos ver las
ondas de radio, pero, cada vez que hacemos una llamada con nuestro teléfono,
vemos la prueba, “la prueba convincente”, de que las ondas de radio existen,
aunque nosotros no podamos verlas.
¿Cuál es el punto? ¡Que tener fe de verdad significa creer en algo que está
demostrado con pruebas sólidas, aunque se trate de algo invisible! Eso significa
que la fe de la que habla la Biblia no es una fe ciega, no es irracional, no es
credulidad o ingenuidad. No es creerse algo porque sí, sin tener pruebas que lo
demuestren. La verdadera fe se consigue al estudiar profundamente la valiosa
Palabra de Dios, la Biblia. El conocimiento exacto que obtenemos de la Biblia nos
ayuda a desarrollar fe. Es ahí, en la Biblia, donde aprendemos de Dios, donde
aprendemos sobre su nombre, donde aprendemos sobre sus promesas, las que ya
se han cumplido y las maravillosas y emocionantes promesas que se cumplirán en
el futuro.
Pero hay algo más que nos puede ayudar a desarrollar fe. ¿Qué es? Pues la
creación. Cuando contemplamos un cielo estrellado y vemos lo bien organizado
que está el universo, ¿cómo nos sentimos? O cuando vemos la complejidad del
cerebro humano o la complejidad de nuestros ojos... nos hace llegar a la
conclusión de que debe haber un Diseñador. Hay pruebas convincentes de que
hay un Creador inteligente.
Ahora bien, ¿POR QUÉ ES TAN IMPORTANTE QUE USTED Y YO DESARROLLEMOS FE Y
LA FORTALEZCAMOS? La Biblia también contesta esa pregunta. ¿Me acompañan a
Hebreos 11:6?
Hebreos 11:6 — Además, sin fe es imposible agradarle a Dios, porque el que se
acerca a Dios tiene que creer que él existe y que recompensa a los que lo
buscan con empeño.
¡Qué bueno que se haya elegido Romanos 4:20 como texto temático para la
asamblea regional de este año! En unos minutos hablaremos del poder de la fe.
Pero, antes, tenemos algo especial. Por favor, presten atención a este mensaje de
nuestro querido hermano Geoffrey Jackson, del Cuerpo Gobernante. Él nos
explicará lo importante que es la fe para los cristianos de hoy.
Hermano Geoffrey Jackson
Miembro del Cuerpo Gobernante
Gracias a la fe, podemos hacer cosas que jamás hubiéramos imaginado que
podíamos hacer. Para los cristianos, la fe es esencial. De hecho, Dios dice que
debemos tener fe. En 1 Juan 3:23 leemos:
1 Juan 3:23 — “Este es su mandamiento: que tengamos fe en el nombre
de su Hijo, Jesucristo, y que nos amemos unos a otros, así como él nos
mandó”.
Está claro, para recibir la bendición de Jehová y obtener la vida eterna, tenemos
que adquirir fe y, además, mantenerla. En Romanos 1:17, citando del profeta
Habacuc, Pablo escribió:
Muchas gracias, hermano Jackson. Ahora volvamos al tema del que estábamos
hablando, ¿CUÁL ES EL PODER DE LA FE? Vamos a empezar buscando en la Biblia
Mateo 17:19, 20.
Jesús dijo que la fe es poderosa. Les dijo a sus discípulos que nada les sería
imposible. Tal como Pedro pudo salir de la barca y caminar sobre el agua gracias a
la fe, la fe hace posible que hagamos cosas que desde un punto de vista humano
podrían parecer completamente imposibles. Analicemos seis de esas cosas.
2. La fe nos motiva a obedecer los mandatos de Dios sin dudarlo. Abrahán fue
un buen ejemplo de esto. La Biblia lo llama “el padre de todos los que
tienen fe”. Pero ¿qué ejemplo nos puso Abrahán? Bueno, él no dudó en
obedecer a Jehová incluso cuando Jehová le pedía cosas muy difíciles, como
dejar Ur y ofrecer a su único hijo en sacrificio. Abrahán estuvo dispuesto a
obedecer porque tenía fe.
Piénsenlo hermanos. Piensen en lo que esto hace posible hoy día. Personas
que eran adictas a las drogas, al tabaco, al alcohol, al juego, a la
pornografía; personas que llevaban estilos de vida inmorales de todo tipo;
gente que decía que nunca dejaría esos hábitos, que nunca serían capaces
de cambiar su vida... Pero ¿qué pasó? Desarrollaron fe, y gracias a esa fe y a
su deseo de agradar a Jehová lograron liberarse de todas esas cosas. Hemos
visto a personas como esas. Usted las ha visto. Yo las he visto. Lo sabemos,
personas como esas han podido vencer todas esas cosas gracias a la fe.
Puede que usted sea una de ellas. Queridos hermanos, ese es el auténtico
poder de la fe. No es simple teoría, no es algo imaginario, es algo real.
La gente experimenta ese poder en su propia vida.
4. La fe nos motiva a hacer cosas por las que Jehová puede bendecirnos.
Piense en lo siguiente: algunas personas que vieron y escucharon lo que
Jesús enseñó e hizo pusieron su fe en él. Creyeron que Jesús era capaz de
curarlos y, como resultado, recibieron bendiciones. ¿En qué sentido?
En algunos casos, ¿qué les dijo Jesús a las personas a las que curó? Les dijo:
“Tu fe te ha curado”. En otras palabras, si esas personas no hubieran tenido
fe en Jesús, no habrían acudido a él, y él tampoco habría podido hacer por
ellas lo que hizo.
¿Cuál es el punto? Hoy día, no podemos esperar que, por tener fe, Jesús nos
cure físicamente. Pero muchos de nosotros tomamos decisiones importantes
e hicimos grandes cambios en nuestra vida para poder ser discípulos de
Cristo. Puede que dejáramos una carrera prometedora o renunciáramos a la
fama o a tener estudios universitarios o a cualquier otra cosa. Pero ¿qué es lo
que Jesús prometió darnos a los que tomamos esas decisiones por nuestra fe?
Veamos lo que dijo Jesús en Marcos 10:29.
Marcos 10:29, 30 — […] “No hay nadie que haya dejado hogar,
hermanos, hermanas, madre, padre, hijos o campos por mí y por las
buenas noticias 30 que no reciba ahora, en este tiempo, 100 veces más
—casas, hermanos, hermanas, madres, hijos y campos, aunque con
persecuciones— y, en el sistema que viene, vida eterna.”.
¿Cuál es el punto? Pues que con esas decisiones puede que hayamos
renunciado a muchas cosas en este mundo, pero, por tener fe en Jesucristo,
hemos recibido muchísimas bendiciones. Como dijo Jesús, “100 veces más”
de lo que dejamos atrás. Ese es el poder de la fe.
Muy bien, ¿cuál es el punto? ¿Se dieron cuenta de que aquí en Efesios 6 la fe
se compara a un gran escudo? Tal como un escudo grande cubre la mayor
parte del cuerpo, la fe en Jehová y en sus promesas para el futuro puede
protegernos... ¿de qué, según lo que dice el texto? De “todas las flechas
encendidas del Maligno”. Estaremos completamente protegidos. ¿Qué
significa eso? Que la fe nos da poder. Nos da las fuerzas para levantarnos y
apagar la televisión, nos da las fuerzas para salirnos de la sala de cine, nos
da las fuerzas para desconectar la computadora si es necesario..., para
rechazar las tentaciones y los malos pensamientos que podrían llevarnos a
hacer cosas que desagradan a Jehová. No nos sorprende que en
1 Tesalonicenses 5:8 se compare la fe a una coraza que puede proteger
nuestro corazón figurado de las tentaciones y del poder del pecado. Ese es el
poder de la fe.
Marcos 11:24 — “Por eso les digo: todas las cosas que pidan en sus
oraciones, pídanlas con fe y denlas por recibidas, y las tendrán.”
¡Y así es! Hermanos, qué bueno es saber que, cuando le pedimos algo a
Jehová, él nos oye, nos escucha, especialmente en estos tiempos, en medio
de esta pandemia, ahora que tenemos tantas preocupaciones. ¡Qué alivio es
saber que Jehová nos está escuchando, que responderá nuestras oraciones y
nos dará exactamente lo que necesitemos!
Así que, después de haber analizado estas seis cosas, ¿verdad que están de acuerdo
conmigo en que la fe es poderosa? La fe tiene el poder de hacer que cosas que
parecen imposibles para los hombres lleguen a ser realidad para los que tienen fe
en Jehová. Cuánto agradecemos que Jehová nos esté ayudando a desarrollar esta
maravillosa cualidad, que se basa en pruebas sólidas, en conocimiento exacto, y
que tenemos gracias al espíritu santo.
Siendo más específicos: ¿cómo nos ayudará esta asamblea a fortalecer nuestra fe?
El programa de esta asamblea incluye discursos, series de discursos, entrevistas y
las dos partes de la representación dramática. ¡Van a disfrutar muchísimo! En los
próximos minutos, ¿qué tal si abre su PROGRAMA, quizás en un dispositivo como el
que tengo yo aquí, y echamos un vistazo a los aspectos más destacados de esta
asamblea?
Si se fijan en el primer día, verán que el texto temático es Lucas 17:5: “Danos más
fe”. ¿Le gustaría fortalecer su amistad con Jehová? Preste atención a la lectura
bíblica dramatizada. En esta lectura veremos cómo la fe motivó a Noé a obedecer
a Jehová, aunque las cosas que Jehová le pidió eran muy muy difíciles. Escuchen
con atención esta lectura. La sesión de la tarde. ¿Es usted amante de la naturaleza?
Pues la segunda serie de discursos del programa, “Observar la creación fortalece la
fe”, nos mostrará cómo el amor de Dios, su sabiduría y su poder se reflejan en
todas las cosas preciosas que creó. Y también nos mostrará que Jehová no solo
tiene el poder, sino también el deseo de cumplir sus promesas para el futuro. Y una
pregunta: ¿cree que tiene una fe fuerte? Pues no se pierda el último discurso de la
tarde del viernes. Ese discurso se titula “Sigan examinándose para saber si están
firmes en la fe”. Nos ayudará a examinar nuestra propia fe y ver lo fuerte que es.
Vamos al segundo día. Ahí vemos que el texto temático es Judas 3: “Luchen con
todas sus fuerzas por la fe”. ¿Ya está usando el nuevo manual de estudio Disfrute de
la vida? Prestemos mucha atención al discurso “Edifique la fe de otros con el libro
Disfrute de la vida”. Vamos a aprender a utilizar esta nueva publicación para llegar
al corazón del estudiante y también para ayudarlo a desarrollar fe. En la
organización de Jehová hay muchos hermanos y hermanas casados con
no creyentes, hay otros que solo cuentan con uno de sus padres y también hay
muchos que están solteros. La serie de discursos titulada “Luchan con éxito por la
fe” nos enseñará lo que podemos aprender de esos cristianos fieles. Les gustará.
Vayamos a la sesión de la tarde. Aunque ahora la mayoría no podemos viajar,
tendremos la oportunidad de hacer un recorrido por todo el mundo. El video Cómo
demuestran fe nuestros hermanos nos llevará por todo el mundo y nos enseñará la
fe tan grande que tienen los hermanos de distintas partes del planeta. Y, después,
estoy seguro de que les encantará ver la primera parte de la historia bíblica Daniel,
un hombre de fe. Creo que no me equivoco si les digo que esta es con mucho la
mejor producción audiovisual que hemos hecho. Les fascinará. El último discurso
del día trata de un asunto serio, hace un contraste entre las cosas que destruyen la
fe y las que la edifican. Y veremos cómo podemos fortalecer nuestra confianza en
la Palabra de Dios y también en su organización.
Y llegamos al tercer día. El texto temático es Mateo 21:21: “Si tienen fe [...]
pasará”. Analizaremos lo que podemos aprender de mujeres que han sido fieles a
Dios. Se trata de una serie de ocho discursos. Veremos cómo cada una de estas
mujeres demostró fe y qué podemos hacer nosotros para imitarlas. Luego, por la
tarde, veremos el impresionante final de la historia bíblica “Daniel, un hombre de
fe”. Y, aunque no nos gustaría que acabara, la asamblea terminará, y lo hará con el
emocionante discurso “Podemos ser poderosos gracias a la fe”.
Hermanos, ¿les gustaría ver un pequeño aperitivo del gran banquete que nos
espera? Aquí lo tienen.
¿No se les abrió el apetito al ver este avance de la asamblea? Solo un detalle:
algunos videos de esta asamblea presentan hechos reales, pero otros son solo
escenificaciones, ¿qué significa eso? Bueno, estas escenificaciones no son de
personas ni sucesos reales, sino que representan situaciones que nos ayudan a
entender la verdad. Jehová ama y valora a los hombres y a las mujeres de fe,
hombres y mujeres como ustedes. Él está deseando premiar a los que son así con
una maravillosa recompensa. ¿Quieren ver cuál es? Está en Juan 6:40.
Todos los que demuestren fe pueden estar seguros de que recibirán esa
recompensa. En Juan 3:36 Jesús dijo: “El que demuestra fe en el Hijo tiene [tiene]
vida eterna”. Así que, queridos hermanos, vamos a tener una asamblea
espectacular. Por favor, tomen buenas notas a lo largo del programa. Y no se
olviden de meditar en la información que se presente, para que puedan desarrollar,
conservar y fortalecer su fe. Si lo hacen, ustedes también serán poderosos gracias a
la fe y recibirán la maravillosa recompensa de la vida eterna.
10:10 AM
SERIE DE DISCURSOS:
Hoy día, muchas personas no creen que Dios exista. Su falta de fe puede
afectarnos. De hecho, nuestra fe está bajo ataque. Esta serie de discursos nos
recordará por qué tenemos fe y nos ayudará a fortalecerla. Veremos por qué
tenemos fe en la existencia de Dios, en su Palabra, en sus normas morales y en su
amor. Primero, ¿POR QUÉ ES IMPORTANTE TENER FE EN QUE DIOS EXISTE?
Vamos a buscar Efesios 2. Y fíjense en cómo describe el apóstol Pablo a los
cristianos de Éfeso antes de que conocieran al Dios verdadero.
Efesios 2:1, 12 — “Además, Dios les dio vida a ustedes, aunque estaban
muertos debido a las ofensas y pecados” 12 En aquel tiempo estaban sin
Cristo, separados del estado de Israel, ajenos a los pactos de la promesa. No
tenían esperanza y estaban sin Dios en el mundo”.
Para pensar con claridad y tomar buenas decisiones en la vida, primero tenemos
que sentir por el Creador admiración y profundo respeto. Y, como indica el
siguiente versículo, eso nos hace personas más felices. Por eso tenemos que
proteger nuestra fe, porque es la base de nuestra amistad con Dios, la base de
nuestra esperanza, la base de nuestro futuro. Así que vamos a recordar por qué
podemos tener fe en la existencia de Dios. Volvamos al capítulo de la Biblia que
define la fe, Hebreos 11. Hebreos 11:1 nos dice que la fe es “la prueba
convincente de que existen realidades que no se ven”. Ahora bien, ¿cuál sería un
ejemplo de eso? Leamos juntos Hebreos 11:3.
Hebreos 11:3 — “Por la fe, percibimos que los sistemas fueron puestos en
orden por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve ha llegado a existir a
partir de cosas invisibles”.
¡Sistemas! ¿Cuáles podrían ser algunos de estos sistemas? ¿Podría ser el sistema
solar? ¿O el sistema galáctico del que es parte? ¿O los ciclos que tienen lugar
dentro del sistema solar? Pensemos en la atmósfera de la Tierra, que nos protege de
los rayos dañinos del Sol pero al mismo tiempo permite que nos lleguen la luz y el
calor que necesitamos. ¿Se imaginan lo que nos pasaría si no fuera por la
protección que nos da la atmósfera? Nos quemaríamos en segundos. Además de
protegernos de la radiación, la atmósfera, junto con el campo magnético de la
Tierra, también absorbe muchos de los objetos que se mueven por el espacio. La fe
nos ayuda a percibir que estos “sistemas” fueron diseñados por un Creador. O
pensemos en los increíbles ciclos de la Tierra. Imaginen lo que pasaría si el aire de
una ciudad no se renovara, si el suministro de agua se cortara y además se
bloqueara el sistema de alcantarillado, ¿cómo sería la calidad de vida en esa
ciudad? Pues nuestro planeta es un sistema cerrado. El aire y el agua limpios no
nos llegan desde el espacio exterior, y los desperdicios no se lanzan al espacio. Así
que ¿cómo se mantiene la Tierra limpia y habitable? El ciclo del agua, los del
oxígeno y del carbono, el ciclo del nitrógeno... todos están diseñados con
precisión para sostener la vida. Claro, eso no quiere decir que no debamos cuidar
de nuestro planeta. ¡Qué sistemas tan impresionantes! También podríamos hablar
de la posición perfecta de la Tierra en el sistema solar o de la inclinación del
planeta, de su órbita, de su velocidad de rotación, de su peculiar luna o de nuestro
sistema solar perfectamente colocado en la Vía Láctea. ¿Son todas estas
ubicaciones tan precisas y estas elegantes medidas fruto del azar, o de un diseño
intencionado?
Isaías 44:27, 28 — “Soy el que les dice a las aguas profundas ‘Evapórense.
Secaré todos sus ríos’; soy el que dice de Ciro ‘Él es mi pastor y cumplirá por
completo mi voluntad’, el que dice de Jerusalén ‘Será reconstruida’, y del
templo ‘Tus cimientos serán colocados’”.
Otra razón por la que tenemos fe en la Biblia es por LO QUE DICE SOBRE LA TIERRA.
Veamos un ejemplo en Job 26:7.
Job 26:7 — “Él extiende el cielo del norte sobre el vacío, suspende la tierra
sobre la nada”.
Esto se afirmó hace unos 3.500 años. Lo que Job dijo le habría parecido absurdo al
filósofo griego Aristóteles. Él enseñaba que, si los objetos no están apoyados sobre
algo, se caen. No fue hasta 1687 que Isaac Newton explicó que la Tierra se
mantiene en órbita gracias a una fuerza invisible, como si estuviera suspendida
sobre la nada. ¿Cómo pudo estar esta verdad en la Biblia hace más de 3.000 años?
La respuesta: porque es la Palabra de Dios, y Dios no puede mentir.
Este mundo puede debilitar nuestro deseo de hacer lo que está bien. Hasta un
cristiano maduro puede sentirse tentado a hacer lo que está mal. Por favor,
busquen Romanos 7:21-23. Está claro que Pablo era un cristiano maduro. Pero
fíjense en lo que dijo sobre sí mismo.
Romanos 7:21-23 — “Me doy cuenta de que existe esta ley en mi caso:
cuando deseo hacer lo que es correcto, lo que es malo está conmigo. Al
hombre que soy por dentro de veras le agrada la ley de Dios, pero en mi
cuerpo veo otra ley que lucha contra la ley de mi mente y que me hace
prisionero de la ley del pecado que está en mi cuerpo”.
Igual que Pablo, puede que nos demos cuenta de que tenemos una lucha en
nuestro interior, una lucha contra la ley del pecado. Pero, igual que Pablo, sabemos
que para agradar a Jehová tenemos que vivir de acuerdo con sus normas. Veamos
lo que dice 1 Corintios 6:9, 10. ¿Cuáles son algunas de las normas morales de
Jehová? Fíjense en esta lista de cosas inmorales en las que no queremos caer.
Tenemos que estar convencidos de que las normas morales de Jehová son correctas
y beneficiosas. ¿Por qué podemos tener fe en sus normas? Para saberlo, busquen
Isaías 48:17. Ahí verán que podemos tener fe en las normas de Dios porque
siempre siempre nos benefician.
Cuando los miembros de la familia siguen las normas de Jehová, la familia se siente
segura y feliz.
En el siguiente VIDEO, vean cómo una pareja se benefició de seguir las normas
morales de Dios.
El mundo del entretenimiento a menudo pasa por alto este hecho. Pero nuestra fe
en las normas de Dios aumentará si experimentamos los beneficios de seguirlas en
nuestra vida. Obedecer sus normas morales nos protege físicamente,
emocionalmente y espiritualmente. Las normas de Jehová nos hacen sabios y nos
evitan tener que aprender de experiencias dolorosas. Un ejemplo: Ve una señal en
la carretera que dice: “Zona escolar, velocidad: 25 km/h”. ¿Qué pasaría si no
obedece esa señal de tráfico? Supongamos que va a 80 km/h, y atropella a un niño.
¿La consecuencia de no obedecer esa norma? Una experiencia muy muy dolorosa.
Las normas morales de Jehová nos evitan sufrimiento. Vamos a concluir leyendo
algunos versículos del Salmo 19. Por favor, búsquenlo. Este salmo habla de las
normas de Jehová, sus leyes y sus recordatorios. Leamos primero el versículo 7.
Salmo 19:11 — Con ellas se le ha dado advertencia a tu siervo; para quien las
obedece hay una gran recompensa.
➡ Dice que nos espera “una gran recompensa”.
Muchas personas creen en Dios. ¿En qué sentido? Creen que tiene que existir un
Dios, un Creador. La lógica les hace llegar a esta conclusión. ¿Por qué? Porque
entienden que las cosas tuvieron que ser creadas. Si el Creador no existiera,
no existiría la creación. ¿Por qué? Porque nada viene de la nada. Esa es la razón
por la que también sabemos que Dios siempre ha existido. Si hubiera habido un
tiempo en el que él no hubiera existido, ahora no existiría nada. El hecho de que
exista la creación demuestra que tiene que haber un Creador. También demuestra
que Dios siempre ha existido, aunque con nuestra mente humana imperfecta se
nos haga muy difícil entender esto. Nosotros somos parte de su creación. Pero ¿es
suficiente con creer en un Creador solo porque, sin él, no existiría la creación?
¡No! ¿Es suficiente para un niño creer que tiene un padre simplemente porque sin
un padre no existiría? ¡No! Un niño debería amar a su padre. Y un padre
normalmente ama y cuida a sus hijos. El Creador, nuestro Padre, no solo se
preocupa por la creación, sino que también nos ama y nos cuida individualmente.
Él lo ama a usted. Jehová se preocupa por usted. Y usted, ¿lo ama? ¿Ama a Dios de
verdad? No es algo automático. El apóstol Pablo dijo en 2 Timoteo 3:4 que, en los
últimos días, la mayoría de las personas amarían los placeres en vez de amar a
Dios. A veces podemos sentir que no valemos nada, y esos sentimientos pueden
apagar nuestro entusiasmo al servir a Jehová, el amor que tenemos por él, e incluso
hacer que dejemos de servirle. Por eso, tenemos que desarrollar y profundizar
nuestra fe y nuestro amor por Jehová.
Juan 6:44 — “Nadie puede venir a mí a menos que el Padre, que me envió, lo
traiga”.
La Biblia enseña que Jehová nos ha dado libertad de elección. Cada uno tiene que
decidir si le servirá o no. Con cariño, Jehová trae a la verdad a todos los que
tienen la actitud correcta. Para ello, utiliza el mensaje de la Biblia y su espíritu
santo. ¿DE QUÉ MANERA NOS TRAE JEHOVÁ A LA VERDAD? El verbo griego que se
traduce “traer” también puede referirse a la acción de arrastrar una red con peces.
¿Significa eso que Jehová nos arrastra y que nos obliga a servirle? No, Jehová nos
dio libertad de elección, así que no nos obliga a amarlo. Un comentarista explicó
que es como si la puerta de nuestro corazón no pudiera abrirse desde afuera,
solamente por dentro. Jehová se fija en los miles de millones de corazones que hay
en el mundo y busca a aquellos que quieren acercarse a él. Cuando encuentra a
esas personas, las trae a la verdad con cariño. ¿Es usted una de ellas? Seguro que sí.
Jehová les ofrece la oportunidad de ser sus amigos a quienes tienen un corazón
dispuesto. Lo hace de dos maneras: mediante el mensaje de buenas noticias de la
Biblia y mediante su espíritu santo. Cuando Jehová ve que el corazón de una
persona es receptivo a la verdad de la Biblia, usa su espíritu para ayudarla a
entender y a poner en práctica esa verdad en su vida. Sin su ayuda, nunca
habríamos podido convertirnos en auténticos seguidores de Jesús y en siervos
leales de Jehová. Jehová atrae a las personas porque ve algo bueno en su corazón y
se preocupa por cada una de ellas. ¿Verdad que saber que Jehová se interesa por
sus siervos individualmente nos motiva a abrirle la puerta de nuestro corazón de
par en par?
Vamos a ver en el siguiente VIDEO lo que hizo que un hermano llamado Carlos se
diera cuenta de que Jehová es el amoroso Padre que siempre quiso tener.
Jehová ha ayudado con cariño a muchos de nuestros hermanos por el amor que les
tiene. Usted también puede contar con el apoyo de Jehová, pues él también le
tiene mucho cariño a usted. ¿Se fijó en cómo Jehová le demostró su amor a Carlos?
Utilizó a sus siervos para cuidarlo con cariño. Por favor, busquen conmigo el Salmo
119. Jehová nunca se olvidó de Carlos, aunque este joven se alejó de él por un
tiempo. Esto nos recuerda las palabras del Salmo 119:176…
Salmo 119:176 — “Me he descarriado como una oveja perdida. Ven en busca
de tu siervo, porque no me he olvidado de tus mandamientos”.
Parece ser que el Salmo 119 fue escrito por el joven príncipe Ezequías. Ezequías le
derramó su corazón a Jehová, y Jehová le respondió. Hermanos, por favor,
derrámenle su corazón a Jehová y fíjense en cómo él responde sus oraciones.
Vamos a buscar Efesios 3. Jehová puede y quiere formar parte de su vida, para
ayudarlo. Fíjese en lo que dice Efesios 3:20.
Efesios 3:20 — “A aquel que mediante su poder —que está actuando en
nosotros— puede hacer infinitamente más que todo lo que pedimos o
imaginamos”.
Esta expresión, “su poder —que está actuando en nosotros—”, ¿verdad que nos
anima mucho y fortalece nuestra fe? Su poder, que está actuando en nosotros,
no solo puede hacer todo lo que le pedimos, sino que puede hacer infinitamente
más que todo lo que podemos imaginar. “Él se acercará a ustedes”, dice Santiago
4:8. Sea que haya escrito el Salmo 119 o no, Ezequías fortaleció su fe en Jehová y
confió en él. Lo hizo aunque estaba rodeado de falsos adoradores de Jehová y de
que quizás se burlaban de él miembros de la corte real. Jehová bendijo a Ezequías.
Y, si usted confía en Jehová, él también lo bendecirá. Con el apoyo de Dios usted
también podrá aguantar durante las pruebas y mantenerse íntegro. Ponga en
práctica los principios bíblicos, y verá cómo seguir los consejos de Jehová siempre
da buenos resultados.
Una fe fuerte en el amor de Dios nos ayuda a ver más allá de nuestras
imperfecciones o de malas experiencias que hayamos tenido en el pasado. Nos
ayudará a vernos como nos ve Jehová, como miembros valiosos de su pueblo.
Todos formamos parte de la familia de Jehová. Leamos juntos las palabras tan
animadoras que encontramos en el Salmo 119:32. La fe en el amor de Dios nos da
la confianza que necesitamos para no rendirnos.
Podremos aguantar cualquier prueba. ¿Hay algo que pueda separarnos del amor
que Jehová nos tiene? ¿Recuerdan lo que nos dice Romanos 8? Nada puede
separarnos del amor de Dios. Vamos a leerlo.
Noé:
La Fe lo Motivó a Obedecer
— Génesis 6:1-8:22; 9:8-16 —
Tres días antes de que Jesús fuera asesinado, sus discípulos le hicieron una
pregunta que es muy importante para todos nosotros. La pregunta fue: “¿Qué señal
habrá de tu presencia y de la conclusión del sistema?”. Cuando les contestó, Jesús
predijo que, durante algún tiempo antes del fin y de la llegada del nuevo mundo,
habría guerras, terremotos, hambre y epidemias. Jesús también dijo:
Mateo 24:38, 39 — Porque en aquellos días antes del Diluvio la gente comía y
bebía, los hombres se casaban y a las mujeres las entregaban en matrimonio...
hasta el día en que Noé entró en el arca; 39 y no hicieron caso hasta que vino
el Diluvio y los barrió a todos. Así será en la presencia del Hijo del Hombre.
GÉNESIS 6:1-7
GÉNESIS 6:8-12
GÉNESIS 6:13-22
13Entonces Dios le dijo a Noé: “He decidido acabar con todo ser vivo,
porque la tierra está llena de violencia por culpa de los hombres. Por eso voy
a destruirlos y a arrasar la tierra. 14 Construye un arca de madera resinosa
para ti. Hazle compartimientos y cúbrela de alquitrán por dentro y por fuera.
15 Hazla así: debe medir 300 codos de largo, 50 codos de ancho y 30 codos
de alto; 16 debe tener tres niveles: primero, segundo y tercero; a un codo del
techo debe haber una ventana para que entre luz, y la entrada del arca debe
estar en uno de los lados.
”Y yo, por mi parte, voy a traer un diluvio que inundará la tierra y
17
destruirá a todo ser vivo que está bajo los cielos y que tiene aliento de vida.
Todo lo que está en la tierra morirá. 18 Estoy estableciendo mi pacto contigo.
Tú tienes que entrar en el arca con tus hijos, tu esposa y tus nueras.
19 También debes meter contigo en el arca una pareja de cada tipo de animal
—un macho y una hembra— para mantenerlos con vida. 20 Dos ejemplares
de cada animal volador según su género, dos ejemplares de cada animal
doméstico según su género y dos ejemplares de cada animal que se arrastra
según su género irán adonde estés y entrarán en el arca para que los
mantengas con vida. 21 Y tú, por tu parte, debes juntar todo tipo de alimento
y llevártelo para que tú y los animales puedan comer”.
Así que Noé hizo todo lo que Dios le había mandado. Lo hizo tal como
22
él había dicho.
Noé llevaba mucho tiempo esperando que Jehová hiciera algo, y ahora por fin
sabía lo que haría: ¡vendría un diluvio! Aquella inundación tendría efectos
catastróficos. Dios también le dijo a Noé lo que él y su
familia debían hacer. ¡Qué gran responsabilidad tenían!
Seguro que se sintieron muy nerviosos. ¡Tenían que hacer
un arca enorme! Ahora le surgieron a Noé otras preguntas.
Tenía que cortar un sinnúmero de árboles, hacer distintas
piezas de madera y unirlas. ¿Cómo iba a hacer todo eso?
¿Y cómo iba a juntar tantos animales distintos? ¿Y cómo
iba a conseguir y almacenar alimentos para los animales y para su familia? Y,
cuando los malvados se enteraran de lo que iba a pasar, ¿qué
pensarían? Noé sabía lo que les había pasado a los hombres justos
que vivieron antes que él. A Abel lo mató Caín. Y es probable que
los enemigos de Enoc estuvieran a punto de hacerle un daño
terrible, y por eso Jehová vio mejor acortar la vida de su siervo.
La gente vio a Noé trabajar en el arca, y sin duda se enteró
de lo que iba a suceder. Es probable que ellos y los
nefilim reaccionaran de forma violenta. Pero Noé confió
en Jehová y se puso a trabajar. Hizo todo lo que Jehová le
había mandado. El arca no se construyó en un par de
días: tomó 40 o 50 años terminarla. Seguro que no fue
nada fácil, pero la Biblia no dice que Noé se quejara.
Y nadie los ayudó ni a él ni a su familia. Jesús dijo que los de
aquella época “no hicieron caso hasta que vino el Diluvio y los
barrió a todos”. Claro, a la gente debió de llamarle la atención
el arca. Seguro que le preguntaron a Noé qué era aquella
estructura tan grande y para qué la estaba haciendo. Es lógico
pensar que les diera una explicación. Y, aunque saltaba a la
vista que Jehová estaba bendiciendo a Noé y sus esfuerzos, la
gente no fue capaz de verlo. Se negaron a aceptar que aquello
afectaría su propia vida. Estaban muy ocupados en sus propias
cosas. Comían, bebían, se casaban... en eso se les iba la vida.
Para ellos, Noé y su familia no eran más que unos locos.
Se burlaban de ellos con desprecio y, quizás, hasta los
amenazaban. Finalmente, el arca quedó lista. Podemos
imaginarnos a Noé y su familia contemplándola con sentido
de logro, recordando cómo Jehová los había ayudado. Y es
que Jehová siempre les da a sus siervos la guía que necesitan.
Luego, Jehová vuelve a comunicarse con Noé. Leamos lo que
le dijo en Génesis 7:1-5.
GÉNESIS 7:1-5
No había tiempo que perder. Aún quedaba mucho trabajo. Solo faltaban siete días
para que lloviera, y había que encontrarles lugar en el arca a los animales y
también a las provisiones. Noé escuchó y obedeció. Esta es la segunda vez que
leemos en este relato que “Noé hizo todo lo que Jehová le había mandado”.
Sigamos leyendo. Es Génesis 7:6.
GÉNESIS 7:6-24
Noé tenía 600 años de edad cuando el Diluvio inundó la tierra. 7 Pues
bien, antes de empezar el Diluvio, Noé entró en el arca con sus hijos, su
esposa y sus nueras. 8 Y los animales puros, los animales que no eran puros,
los animales voladores y todo lo que se mueve sobre el suelo 9 fueron adonde
estaba Noé y entraron en el arca de dos en dos, macho y hembra, tal como
Dios le había mandado a Noé. 10 Siete días después cayó el Diluvio sobre la
tierra.
11 Cuando Noé tenía 600 años, el día 17 del segundo mes, ese día
reventaron todos los manantiales de las extensas aguas profundas y se
abrieron las compuertas de los cielos. 12 Y llovió con fuerza en la tierra
durante 40 días y 40 noches. 13 Ese mismo día, Noé entró en el arca con sus
hijos —Sem, Cam y Jafet—, su esposa y sus tres nueras. 14 Ellos entraron con
todos los animales salvajes según sus géneros, todos los animales domésticos
según sus géneros, todos los animales de la tierra que se arrastran según sus
géneros y todos los animales voladores según sus géneros, todas las aves,
todos los animales con alas. 15 Y todo tipo de animales que tenían aliento de
vida siguieron yendo adonde estaba Noé y entrando de dos en dos en el
arca. 16 Así que entraron machos y hembras de todo tipo de animales, tal
como Dios le había mandado a Noé. Después, Jehová cerró la puerta detrás
de él.
17 Y el Diluvio siguió cayendo durante 40 días en la tierra. Las aguas no
dejaron de crecer, empezaron a levantar el arca y la hicieron flotar muy por
encima del suelo. 18 Las aguas siguieron creciendo e inundando la tierra. Pero
el arca flotaba en la superficie. 19 Las aguas crecieron tanto que cubrieron
todas las montañas altas que hay bajo los cielos. 20 Llegaron hasta 15 codos
por encima de las montañas.
21 Así que murió todo ser vivo que había en la tierra: los animales
voladores, los animales domésticos, los animales salvajes, los animales que
enjambran en la tierra y todos los seres humanos. 22 Murió todo lo que había
en el suelo seco y tenía aliento de vida en la nariz. 23 Dios eliminó a todo ser
vivo de la superficie de la tierra, incluidos los seres humanos, los animales, los
animales que se arrastran y los animales voladores de los cielos. Todos fueron
destruidos. Solo sobrevivieron Noé y los que estaban con él en el arca. 24 Y
las aguas siguieron cubriendo la tierra durante 150 días.
Si Noé se había preguntado cómo reuniría a los animales, ahora lo sabía: vendrían
a él. Jehová los traería. Noé no tuvo que ir a buscarlos; llegaron solos, y vinieron
animales de toda clase; algunos de siete en siete, y otros de dos en dos. ¡Lo que
habrá sido ese desfile! Una multitud de animales
trotando, saltando, galopando y hasta serpenteando...
todos juntos marchando hacia el arca. ¿Pueden
imaginarse a Noé y a su familia recibiéndolos y
tratando de acomodarlos en el arca? Seguro que
acariciaron a algunos y que tuvieron que hacerse a
un lado para que otros no los aplastaran. Imagínense
también a las bandadas de aves que llegaban batiendo sus alas para posarse sobre
el arca e ir entrando en ella. ¡Cuántos colores y sonidos! Noé y su familia tal vez
tenían que gritar para poder escucharse entre tanto alboroto. Cuando ya todos
estaban adentro, Jehová cerró la puerta. Allí estaban Noé y
su familia, todos juntos, esforzándose por escuchar lo que
sucedía afuera. Entonces, después de toda aquella espera,
llegó la lluvia. Puede que al principio fueran unas cuantas
gotas, pero pronto llovió a cántaros. El ruido era
ensordecedor. ¡Lo que tanto habían esperado se estaba
haciendo realidad! Estaban cansados, agotadísimos, pero
seguro que aquella noche apenas pudieron dormir. Había
que atender a los animales y, en medio de aquella
tempestad, habrán orado como nunca. ¿Se pondrían a
pensar en los que quedaron fuera del arca? Seguro que sí.
A muchos los conocían... les habían predicado. Algunos eran sus parientes. ¡Qué
situación tan triste! Al igual que Jehová, Noé no se alegró de que los malvados
murieran, para nada. Que muriera toda aquella gente fue muy doloroso, pero Noé
y su familia les habían dado suficientes advertencias. Incluso los que no hubieran
visto el arca con sus propios ojos habrían oído hablar de ella, no era ningún
secreto. Pero ahora era demasiado tarde: Jehová ya había cerrado la puerta.
La lluvia azotaba el arca. Entonces sucedió algo impresionante; fue un momento
que Noé y su familia jamás olvidarían: el arca se
bamboleó, y poco a poco fueron sintiendo cómo se
iba elevando. ¡El arca flotaba! ¡El corazón se les
quería salir del pecho! ¿Aguantaría el arca? Sigamos
leyendo el relato de Génesis. Veamos, en el capítulo
8, lo que sucedió después.
GÉNESIS 8:1-12
mandó afuera un cuervo, que estuvo yendo y viniendo hasta que el suelo se
secó.
8 Luego Noé también mandó afuera una paloma para ver si había menos
agua en la superficie de la tierra. 9 Pero la paloma no encontró un lugar
donde posarse porque las aguas todavía cubrían la superficie de toda la
tierra, así que regresó al arca. Entonces, Noé estiró la mano para meter la
paloma en el arca. 10 Esperó siete días más y otra vez la mandó fuera del
arca. 11 La paloma regresó al atardecer. ¡Y Noé vio que en el pico llevaba una
hoja fresca de olivo! Así se dio cuenta de que las aguas habían disminuido en
la tierra. 12 Esperó otros siete días y de nuevo envió afuera a la paloma, pero
esta vez ya no regresó.
GÉNESIS 8:13-22
13 En el año 601 de la vida de Noé, en el primer día del primer mes, las
aguas se habían retirado de la tierra. Noé quitó la cubierta del arca y vio que
el suelo se estaba secando. 14 Y, en el día 27 del segundo mes, el suelo quedó
completamente seco.
15 Entonces Dios le dijo a Noé: 16 “Sal del arca con tu esposa, tus hijos y
tus nueras. 17 Saca contigo a todos los seres vivos: a los animales voladores, a
los animales y a los animales que se arrastran. Así podrán multiplicarse en la
tierra y reproducirse y ser muchos”.
18 De modo que Noé salió del arca con sus hijos, su esposa y sus nueras.
19 Y todos los seres vivos, todos los animales que se arrastran y todos los
animales voladores —todo lo que se mueve sobre la tierra— salieron del arca
por familias. 20 Luego Noé le construyó un altar a Jehová y sobre él ofreció
algunos de los animales puros y algunos de los animales voladores puros
como ofrendas quemadas. 21 Y a Jehová le llegó un aroma muy agradable. Así
que Jehová dijo en su corazón: “Nunca más maldeciré el suelo por culpa de
los hombres, porque el corazón de los hombres tiende al mal desde la
juventud. Nunca volveré a destruir de esta manera a todo ser vivo. 22 De
ahora en adelante, en la tierra siempre habrá siembra y cosecha, frío y calor,
verano e invierno, día y noche”.
Cuando vio que la paloma no regresaba, Noé quitó parte de la cubierta del arca.
Entonces pudo ver que gran parte de la tierra se había secado. Es posible que
notara que la vegetación estaba creciendo como él nunca lo había visto.
Recordemos que, antes del Diluvio, Jehová había maldecido el suelo. Aun así, Noé
esperó a que Jehová le diera instrucciones. Y llegó el día. Jehová le dijo: “Sal del
arca”. ¡Por fin! Se habrán puesto a saltar de alegría. Llevaban 370 días en el arca.
Saldrían del arca felices, llenos de ilusión, deseosos de respirar aire fresco y de
comenzar una nueva vida. Claro, los animales
también salieron, y la familia los vio irse por todos
lados. Se habrán encariñado con algunos de ellos,
pero ahora estaban felices de dejarlos libres. Los
demonios, los nefilim y toda la gente mala eran cosa
del pasado. Noé y su familia estaban muy
agradecidos. Enseguida Noé hizo un altar y se puso a ofrecer sacrificios sobre él.
Jehová se sintió muy complacido. Le prometió a la familia que nunca jamás
volvería a destruir a todos los seres vivos. Pero hizo algo más: estableció un pacto
con Noé y sus hijos, y como señal de ese pacto, les dio algo que aún vemos hoy.
Leamos lo que fue en Génesis capítulo 9. Comencemos en el versículo 8.
GÉNESIS 9:8-16
8 Después, Dios les dijo a Noé y a sus hijos: 9 “Ahora establezco un pacto
con ustedes, con sus descendientes 10 y con todos los seres vivos que salieron
del arca con ustedes —las aves, los animales y todos los seres vivos de la
tierra que están con ustedes—, es decir, con todos los seres vivos de la tierra.
11 Este es el pacto que establezco con ustedes: nunca más traeré un diluvio
¡Qué espléndida señal de parte de Jehová! Cada vez que aparece en el cielo el
arcoíris, tanto Dios como el hombre recuerdan esa promesa.
Para Noé y su familia debió de haber sido espectacular ver
todos esos colores: violeta, añil, azul, verde, amarillo, naranja
y rojo. ¡Jamás volverá un diluvio a inundar toda la Tierra! Esto
no significa que Jehová vaya a tolerar para siempre la maldad.
Veamos unas palabras que escribió el apóstol Pedro. Están en 2 Pedro 2:5. Allí se
dice sobre Dios:
Hebreos 11:7 — Por la fe, Noé, después de recibir una advertencia divina de
cosas que todavía no se habían visto, demostró temor de Dios y construyó un
arca para salvar a los de su casa. […]
Tengamos Fe y No Dudemos
— Mateo 21:21, 22 —
Esa fue una importante lección sobre la fe, teniendo en cuenta las pruebas por las
que los discípulos estaban a punto de pasar. Pero ¿pueden encontrar otras
lecciones en este ejemplo? Podemos aprender otra lección importante sobre la fe
de lo que ocurrió con la higuera. La nación de Israel, igual que la higuera, no era
lo que aparentaba ser. Aunque la nación había hecho un pacto con Dios, demostró
que no tenía fe y que no producía buen fruto, incluso rechazaron al Hijo de Dios.
Así que, al hacer que la higuera improductiva se marchitara, Jesús demostró lo que
les sucedería a los que no tuvieran fe. Para que nosotros también podamos
beneficiarnos de esta lección, tenemos que tener fe y no dudar. En este discurso
hablaremos de cuatro situaciones que demuestran cómo la oración, el estudio y la
meditación nos ayudan a confiar totalmente en las promesas de Jehová. En cada
situación analizaremos cuál es el desafío, qué ayuda nos ha prometido Jehová y
por qué podemos tener fe en esa promesa.
¿Cuál es la promesa? Primero, Jehová no dejará que seamos tentados más allá de lo
que podamos soportar. Y, segundo, Jehová nos ayudará. Como acabamos de leer en
este texto, él nos dará la salida ante cualquier tentación si confiamos en él.
Tengamos fe y no dudemos. Hasta aquí, hemos hablado del desafío y de la
promesa. Ahora analicemos por qué tenemos fe en esa promesa. La razón por la
que tenemos fe es esta: Jehová nos conoce mejor que nosotros mismos. Y su
Palabra dice que podemos mantenernos fieles. En Deuteronomio 30:11, Jehová les
dijo a los israelitas que lo que les estaba pidiendo no era demasiado difícil ni
estaba fuera de su alcance. Así que, con razón, esperaba que ellos demostraran fe y
obedecieran. Y él no espera menos de sus siervos hoy día. Veamos algunas COSAS
QUE PODEMOS HACER Y QUE NOS AYUDARÁN A VENCER LAS TENTACIONES. Veamos
primero cuáles son, y luego analizaremos más a fondo dos de ellas.
Analicemos más a fondo los pasos tres y cuatro. Tenemos que saber cuáles son
nuestras debilidades y cómo evitar situaciones que puedan ser una tentación para
nosotros.
Pensemos en el ejemplo de una cadena. ¿Verdad que una cadena es tan fuerte
como lo es su eslabón más débil? Por ahí es por donde se romperá primero. Como
una cadena, tenemos debilidades que otros quizás no vean, pero nosotros sí
debemos saber cuáles son. Asegúrese de (3) conocerse a sí mismo y de saber cuáles
son sus puntos débiles. Así sabrá de qué cosas protegerse. En otras palabras, sabrá
cuál es su eslabón más débil. Si nos conocemos bien, podremos estar firmes en la
fe. Una hermana dijo que, cuando se le presenta una tentación la rechaza de
inmediato, que lo que puede meterte en problemas es quedarte pensando en que
quizá no sea tan malo. Así que conozcamos nuestras debilidades y protejámonos
de ellas. El otro paso importante es (4) evitar situaciones en las que surjan
tentaciones. Aléjese de las personas que hacen que hablar y comportase mal
parezca bueno. Evite las situaciones en las que sabe que se enfrentará a
tentaciones. Rodéese de amigos que lo animen a hacer lo que está bien. Proverbios
22:3 dice que “el prudente ve el peligro y se esconde, pero los inexpertos siguen
adelante y sufren las consecuencias”. Somos prudentes cuando confiamos en este
consejo inspirado y evitamos las tentaciones.
Veamos TRES COSAS QUE PODEMOS HACER QUE NOS AYUDARÁN A ENFRENTARNOS A
LA OPOSICIÓN Y LA PERSECUCIÓN:
(3) La tercera cosa, relacionada con lo anterior, que nos ayudará a afrontar la
oposición es reflexionar en cómo Jehová nos ayudó a afrontar pruebas en el
pasado. Y eso es exactamente lo que hizo David. En el Salmo 18:6, dijo:
¿Se acordó David de que Jehová lo había ayudado? Por supuesto. “Oyó mi
voz”, dijo David, y “mis gritos de auxilio llegaron a sus oídos”. David
no solo recordaba lo que había pasado, tenía fe en que Jehová lo había
escuchado. Seguía beneficiándose de las bendiciones pasadas porque
nunca olvidó lo que Jehová había hecho por él. Si en alguna ocasión
percibe que Jehová lo ayuda y está seguro de ello, nunca lo olvide. Así
demostrará su agradecimiento. Experiencias como esas nos fortalecerán
para cuando vengan pruebas en el futuro.
Hasta ahora hemos visto que necesitamos fe para enfrentarnos a las tentaciones y a
la oposición. Sigamos el mismo patrón que dijimos antes con la tercera situación:
CUANDO SUFRIMOS ENFERMEDADES. ¿Cuál es el desafío? El desafío que
afrontamos cuando estamos muy enfermos es no dudar de que Jehová nos cuidará.
Tenemos que seguir recordándonos que Jehová nos ama y que nunca nos
abandonará. Recuerde la promesa: Jehová sostendrá a sus siervos fieles que están
enfermos. Esa promesa no es una ilusión que usted se hace por lo que ha leído en
la Biblia. No, se trata de una afirmación muy clara que encontramos en Salmo
41:3. Busquemos Salmo 41:3. ¿Promete Jehová curarnos? Veamos lo que dice…
Isaías 57:15 — […]“Yo vivo en el lugar alto y santo, pero también con los
aplastados y los de espíritu humilde, para revivir el espíritu de los humildes y
para revivir el corazón de los aplastados”.
“Yo vivo en el lugar [...] santo”, dice Dios, “pero también con los aplastados y los
de espíritu humilde”. Jehová se preocupa mucho por nosotros, ¿no es cierto? Como
es compasivo, está cerca de sus siervos que están enfermos. Aunque debemos tener
fe en que Jehová nos sostendrá, especialmente cuando estamos pasando por una
enfermedad grave, ¿qué tenemos que hacer nosotros para aguantar? Podemos hacer
TRES COSAS PARA BENEFICIARNOS DEL APOYO AMOROSO DE JEHOVÁ.
(1) Pídale a menudo a Jehová que le dé sabiduría práctica para lidiar con su
enfermedad. Santiago 1:6 dice: “Siga pidiendo con fe, sin dudar nada”.
Y Jesús también dijo que tuviéramos fe y no dudáramos. Cuando a una
hermana le diagnosticaron una enfermedad grave, se dio cuenta de que
tenía que hacer algo. Ella dijo: “Cuando me diagnosticaron cáncer de
pulmón y de colon, fue como si me hubieran sentenciado a muerte. Pero, al
llegar a casa, pensé: ‘Bueno, no es lo que esperaba, pero tengo que
encontrar la manera de hacerle frente’ ”. ¿Qué hizo entonces? Orar, pero
no de cualquier manera. Ella dice: “No le pido a Dios que me cure. Le pido
que me ayude a ser fuerte y a sobrellevar mi enfermedad”. ¡Qué buen
ejemplo! Esta hermana entiende lo que dice el Salmo 41:3, ¿verdad?
Si tenemos una enfermedad incurable, tengamos fe en que nos curaremos
en el nuevo mundo. Mientras tanto, también tengamos fe en la promesa de
Jehová de sostenernos durante las pruebas y las enfermedades. Cambiará
nuestra cama, como dice el salmo. O sea, Jehová se asegurará de que
no perdamos la esperanza, aunque estemos enfermos. Más bien, nos
ayudará a aguantar con fe y confianza. Muchos han comprobado que lo que
más les consuela es la oración y leer textos animadores de la Palabra de
Dios. Cuando hacemos esto, Jehová nos da fuerzas y nos ayuda a tener paz
mental. Esto nos lleva a la segunda cosa que podemos hacer para
beneficiarnos de la promesa de Jehová y de su apoyo.
(2) Estudiar y meditar en las promesas de Jehová para fortalecer nuestra
convicción de que en el nuevo mundo habrá salud perfecta. Esto sucederá.
Pasará lo que dice Isaías 33:24: “Ningún habitante dirá: ‘Estoy enfermo’ ”.
Pero, para meditar en estas maravillosas promesas, tenemos que sacar
tiempo para leerlas. Así que saque tiempo para leer algo de la Biblia todos
los días. Dedique tiempo a estudiar los Salmos y todo lo que Jesús hizo
cuando estuvo en la Tierra. En esos pasajes, encontrará ejemplos reales
no solo de aguante, sino de cómo mostró Dios compasión a los enfermos.
Hoy día, también podemos encontrar ejemplos de compasión entre
nosotros.
(3) La tercera cosa que pueden hacer los que están enfermos es beneficiarse de
la compañía de sus queridos hermanos tanto como les sea posible. Después
de estar viviendo durante una pandemia, entendemos mejor lo importante
que es esto, ¿verdad? Una hermana que ha tenido que luchar con una
enfermedad grave dice: “No se aísle. Permita que sus amigos lo ayuden.
A veces se sentirá solo, pero no se aísle”. Son consejos sabios, y están
basados en la Biblia. Recuerde siempre que el amor que vemos en el pueblo
de Jehová es solo un reflejo del amor que él nos tiene a nosotros. Después
de todo, él nos dio la capacidad de amar a otros, y cuando lo hacemos
estamos demostrando el amor de Dios.
Así que tenga fe en que Jehová puede sostenerlo. Tenga fe en que las Escrituras le
consolarán y en que sus familiares y amigos lo apoyarán. Tenga fe en las promesas
de Jehová. Y tenga siempre presente que la vida vale la pena aunque esté pasando
por una enfermedad grave. En todas las situaciones que hemos analizado hasta
ahora, hemos visto que la fe es una cualidad imprescindible. Cuando somos
tentados, cuando nos enfrentamos a oposición y cuando tenemos una enfermedad
grave, necesitamos fe. También la necesitamos cuando tenemos problemas
económicos. Está claro que necesitamos ciertas cosas para sobrevivir y para
continuar en nuestro servicio a Jehová.
En otras palabras, tengan fe y no duden. Eso les dijo. Ahora, sería muy raro que
alguna vez en su vida usted tuviera que pedirle a un árbol que se arranque de raíz
y se plante en el mar. ¿Qué quería enseñar Jesús? Lo siguiente: somos poderosos
gracias a la fe. Hasta los desafíos que parecen insuperables se pueden vencer
gracias a la fe en el poder de Dios. La fe nos ayuda a rechazar cualquier tentación
que se nos presente; la fe nos ayuda a vencer cualquier oposición que surja contra
nosotros; la fe nos ayuda a aguantar cualquier enfermedad que podamos pasar, y la
fe nos ayudará a confiar en que Jehová nos apoyará cuando tengamos problemas
económicos, o sea, a arrancar el árbol de raíz y plantarlo en el mar. En cada una de
estas cuatro situaciones, vimos que la oración, el estudio y la meditación nos
ayudarán a seguir cerca de Jehová, quien nos dará más fe. Pídasela cada día. Imite
los ejemplos de fe que encontramos en la Palabra de Dios, así como los de siervos
de Jehová de hoy día. Siga confiando en Jehová. Él cumple todas sus promesas y
bendecirá sus esfuerzos por tener fe y no dudar.