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Revista Mexicana de Psicología

ISSN: 0185-6073
sociedad@psicologia.org.mx
Sociedad Mexicana de Psicología A.C.
México

Hernández-Guzmán, Laura; del Palacio, Adriana; Freyre, Miguel; Alcázar-Olán, Raúl


La perspectiva dimensional de la psicopatología
Revista Mexicana de Psicología, vol. 28, núm. 2, julio-diciembre, 2011, pp. 111-120
Sociedad Mexicana de Psicología A.C.
Distrito Federal, México

Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=243029631001

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Revista Mexicana de Psicología, julio 2011
Volumen 28, Número 2, 111-120

La perspectiva dimensionaL de La psicopatoLogía1


The dimensional perspecTive of psychopaThology

laura hernández-guzmán,* adriana del palacio, miguel freyre


Universidad Nacional Autónoma de México

raúl alcázar-olán
Universidad Iberoamericana Puebla

Resumen: El modelo categórico de la psicopatología ha fra- Abstract: The categorical model of psychopathology has failed
casado en su intento por denir fronteras inequívocas entre to dene unequivocal boundaries among disorders. Practical use-
trastornos. Es escasa la utilidad práctica de constructos como fulness of constructs such as comorbidity, which does not solve
el de comorbilidad que no resuelve el traslapo entre trastornos. overlapping between disorders, is scarce. Most of the problems
Podría evitarse este problema si se adoptara una explicación posed by the categorical model could be solved if a dimensional
dimensional de la psicopatología. En el caso de los síntomas de explanation of psychopathology were adopted. Research data
ansiedad y depresión, los resultados de investigación basados using cfa support a dimensional model, which reveals negative
en el análisis factorial conrmatorio apoyan una explicación affect as a second order construct, underlying the symptoms of
dimensional, al hallar principalmente que se engloban bajo un anxiety and depression. These ndings have implications for di-
constructo supraordenado de afecto negativo. Estos hallazgos agnosis, as well as for treatment and treatment outcome research.
tienen implicaciones para el diagnóstico, así como para el trata- Comparisons between categorial and functional methodology,
miento y la investigación sobre la ecacia de los tratamientos. associated respectively to categorical and dimensional models,
La contrastación de la metodología categorial, propia de la pers- reveal important differences.
pectiva categórica, y la funcional utilizada por la dimensional, Keywords: co-ocurrence, internalizing, human development,
revela diferencias importantes. dsm, icd.
Palabras clave: co-ocurrencia, internalizado, desarrollo humano,
dsm, cie.

El modElo dimEnsional: cretas, ser mutuamente exclusivas y ser exhaustivas. Para


Una altErnativa al modElo catEgórico ser discretas, los elementos asignados a diferentes catego-
rías no deben compartir entre ellos la(s) característica(s)
Son dos los principales sistemas de clasicación de los relevantes a la clasicación. Se espera entonces, en el
llamados “trastornos mentales” en el mundo: el dsm (Diag- caso de las clasicaciones diagnósticas de los trastornos
nostic and Statistical Manual of Mental Disoders; Ameri- mentales, que aquellas personas diagnosticadas con
can Psychiatric Association, 2000) y el icd (International distintos trastornos no compartan los mismos síntomas.
Classication of Diseases; World Health Organization, Para ser mutuamente exclusivas, si un elemento cabe en una
1993). La versión más reciente del primero es la cuarta, la categoría, no puede caber en otra. Por lo tanto, se espera,
del segundo la décima. Ambos obedecen a una concepción en el caso de las clasicaciones de la psicopatología, que si
categórica de la psicopatología que, a imagen y semejanza una persona padece un trastorno determinado, no puede
del modelo médico, clasica las enfermedades como con- padecer otro al mismo tiempo. Finalmente, una categoría
diciones cualitativamente discernibles entre ellas. será exhaustiva si todos los elementos ubicados en una
Las categorías de todo sistema categórico, para serlo, categoría determinada comparten las mismas caracte-
deben cumplir con tres criterios fundamentales: ser dis- rísticas relevantes. Esto signica que todas las personas

1
El presente trabajo se nanció con recursos asignados al proyecto papiit in304610 de la Dirección General del Personal Académico de la Univer-
sidad Nacional Autónoma de México, cuya responsable es la primera autora.
* Dirigir correspondencia a Dra. Laura Hernández-Guzmán, Av. Universidad 3004, Edicio D, Laboratorio I, Col. Copilco-Universidad, C.P. 04510,
Distrito Federal, México. Correo electrónico: lher@unam.mx

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clasicadas bajo un mismo diagnóstico compartan los Esta problemática se podría evitar si se adoptase una
mismos síntomas descritos para una categoría diagnóstica explicación dimensional de la psicopatología. En psico-
(Widiger & Samuel, 2005). En última instancia, lo que logía el término dimensión se entiende como el conjunto
persigue el agrupamiento de signos y síntomas en cate- de magnitudes que sirven para denir un fenómeno psi-
gorías perfectamente delimitadas es identicar trastornos cológico. Al modelo categórico subyace el conteo simple
especícos con una etiología conocida, un curso y una de síntomas hasta alcanzar un número arbitrario, más allá
respuesta al tratamiento. del cual la presencia de más o menos síntomas pierde
Tanto la práctica clínica como los datos de investi- signicado. En contraste, para la concepción dimensional
gación revelan que los sistemas actuales de clasicación el número de características diagnósticas es un índice de
diagnóstica de los trastornos mentales no cumplen con los gravedad y toma en cuenta sus efectos en el funciona-
criterios mínimos indispensables para ser categóricos. Se miento cotidiano de las personas. Además, se espera una
observa una fusión entre las categorías diagnósticas unas intercorrelación entre los elementos diagnósticos.
con otras, por lo que sus fronteras se antojan arbitrarias y De la comparación entre ambas concepciones de la
subjetivas. La heterogeneidad de síntomas entre pacientes psicopatología es posible apreciar que el modelo categóri-
con el mismo diagnóstico y la concurrencia de síntomas co ignora las características múltiples del funcionamiento
entre diagnósticos diferentes es también patente. Una de una persona, pues su carácter dicotómico fuerza al
gran mayoría de pacientes presenta características de establecimiento de lineamientos arbitrarios para poder
múltiples trastornos. Personas diagnosticadas con el mis- distinguir entre individuos normales y anormales. Por
mo trastorno presentan síntomas diferentes, a la vez que otra parte, probablemente por su marcada propensión
otras clasicadas bajo trastornos diferentes comparten los a la investigación, la psicología se ha ajustado a lo largo
mismos síntomas. Surgen así serias dudas que cuestionan de su historia al modelo dimensional. De hecho, podría
la validez de constructo de los sistemas de clasicación ca- armarse que el modelo dimensional es un modelo
tegóricos de la psicopatología, al observarse amplias áreas psicológico. La evaluación psicológica lo emplea para
de traslapo entre los trastornos (Widiger, 2005; Widiger abordar el funcionamiento psicológico y la gravedad de
& Samuel, 2005). Al fracasar en su intento por delimitar los problemas que se calcula por el grado en el que se
los trastornos, los sistemas de clasicación categórica se encuentran presentes. Es por ello que el modelo dimensio-
enfrentan también a dicultades serias en la búsqueda de nal reconoce grandes diferencias individuales no sólo en
una etiología clara, la denición de un curso o la prescip- cuanto al número e intensidad de las quejas, sino también
ción de un tratamiento para cada trastorno. en cuanto a las dimensiones psicológicas que componen
Con la nalidad de resolver esta clara superposición de el perl de funcionamiento de las personas, tales como la
síntomas entre un trastorno y otro, se ha creado un cons- personalidad, la autoestima, las emociones, la inteligencia,
tructo llamado comorbilidad. Sin embargo, en su intento las estrategias de afrontamiento, etcétera. Pierde así poca
por resolver este problema, el concepto de comorbilidad información, porque se evalúa a las personas en cuanto
ha fracasado, lo que compromete el diagnóstico. No sólo a esas dimensiones psicológicas que no requieren de dis-
la comorbilidad oscurece el panorama detrás de la con- continuidades entre normalidad y anormalidad.
cepción categórica. Como problema opuesto existe una El modelo dimensional requiere identicar y medir las
cobertura inadecuada. Se trata de conjuntos de síntomas diferencias individuales respecto a los diversos fenómenos
que presentan algunas personas, los cuales no se encuen- psicológicos. Se mide y evalúa a los pacientes en cuanto
tran representados en ningún trastorno tipicado. A guisa a todas las dimensiones relevantes, por lo que se pierde
de solución se ha intentado ampliar la cobertura creando poca información y es posible describir a las personas en
más categorías diagnósticas, o extender los subtipos de las términos cuantitativos. Esto permite apreciar el grado en
categorías existentes. Al no haber prácticamente restriccio- que se maniesta un problema. Algunas personas lo pade-
nes para crear nuevas categorías diágnosticas, el resultado cerán en mayor grado que otras, tanto respecto al número
ha sido un aumento exponencial de las mismas, lo que a su de síntomas como a su intensidad y variedad.
vez exacerba el problema de la superposición de síntomas Entre los problemas asociados con la adherencia al
entre trastornos y subtipos de trastornos. modelo categórico, Brown y Barlow (2005) señalan el

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fracaso de ambos sistemas de clasicación diagnóstica, social. Que las características propias de la ansiedad y
el dsm y el cie, para detectar las diferencias individuales, la depresión co-ocurran de manera frecuente es un dato
al proporcionar escasa información sobre la gravedad reconocido ampliamente. Se ha informado de la presencia
del trastorno y el grado de ajuste de la persona a sus de síntomas comórbidos de ansiedad y depresión en 99%
contextos vitales. Estos sistemas tampoco identican las de casos en muestras de población general (Van Lang,
características clínicamente relevantes ocultadas por otros Ferdinand, Ormel & Verhulst, 2006). También se ha refe-
trastornos, ni las que se pierden al caer por debajo de un rido la suciencia tanto del tratamiento con medicamentos
umbral denido arbitrariamente. (Simon & Rosenbaum, 2003) como de la terapia cognitivo-
Otro problema asociado con la adopción del modelo conductual para mitigar transversalmente los síntomas de
categórico es la ausencia de datos convincentes que apo- la ansiedad y la depresión (Barlow, Allen & Choate, 2004;
yen la existencia de discontinuidades entre las manifes- Chorpita, Taylor, Francis, Moftt & Austin, 2004; Norton,
taciones psicopatológicas. Sin embargo, esto no ha sido Hayes & Hope, 2004; Wagner, 2009).
obstáculo para que las versiones sucesivas del dsm y el cie La línea de investigación dedicada a someter a prueba
precisen fronteras nítidamente denidas y dicotómicas el modelo dimensional de la psicopatología ha utilizado
para delimitar los trastornos, decretando lineamientos el análisis de cúmulos para arrojar luz sobre la manera en
especícos para diferenciar entre individuos normales y que los síntomas de ansiedad y depresión se agrupan. Se
anormales. cuenta con datos de población adulta que han mostrado
La incongruencia entre lo que se espera de un sistema cómo los trastornos de ansiedad se aglutinan en dimensio-
de clasicación categórico y la forma en que realmente se nes que guardan relaciones estrechas entre ellas (Barlow
comportan los síntomas, actualmente congregados arbitra- et al., 2004), sobre todo en relación con el afecto negativo
riamente en trastornos, ha llevado a investigar la utilidad (Goldberg, 2000).
del modelo categórico como explicación de la psicopato- En el caso de los niños y adolescentes, un primer
logía. Existen datos basados en el análisis de cúmulos que grupo de estudios ha indagado si es posible distinguir
inclinan la balanza en apoyo a la dimensionalidad como los trastornos de ansiedad tipicados por el sistema dsm.
explicación de la psicopatología, tal es el caso por ejemplo Dentro de ese contexto, Spence (1997, 1998) ha hallado
de la investigación acerca de la forma en que se comporta que el conjunto de trastornos de ansiedad en la infancia
la sintomatología asociada a los trastornos de personali- (fobia especíca, fobia social, ansiedad de separación,
dad (Widiger, 2005; Widiger & Trull, 2007). Congruentes ansiedad generalizada y pánico/agorafobia) correlacionan
con esos hallazgos, los resultados derivados del análisis fuertemente entre ellos, pero su hallazgo más importante
de los síntomas internalizados proporcionan evidencia es que subyacen a un factor de segundo orden o supraor-
que sustenta también una explicación dimensional. En el denado de ansiedad general. Este hallazgo sugiere que los
presente artículo se ha elegido el caso de los problemas trastornos de ansiedad más comunes clasicados por el
internalizados con la nalidad de analizar datos de inves- sistema dsm-iv-tr comparten características y se engloban
tigación que arrojen luz respecto a la superioridad de una bajo una dimensión más amplia. Aunque los resultados
explicación dimensional sobre una categórica. de Spence se han corroborado en un estudio realizado en
México (Hernández-Guzmán et al., 2010), otros grupos
han informado sobre estructuras diferentes. Por ejemplo,
El caso dE los problEmas intErnalizados Essau, Sakano, Ishikawa y Sasagawa (2004) encontraron
una estructura de cinco factores que no replica los datos
Achenbach y Rescorla (2001) han llamado “problemas de Spence. Hallazgo que tampoco apoya las categorías
internalizados” a las agrupaciones de síndromes encu- propuestas por el dsm. Es más, reeja amalgamas entre
biertos reejados al interior de la persona, tales como la los distintos trastornos de ansiedad en apoyo a una con-
reactividad emocional, la ansiedad, la depresión, las quejas cepción dimensional.
somáticas sin causa médica y el retraimiento social. Éstos Otras investigaciones han tomado en cuenta no sólo
contrastan con los “problemas externalizados” que se re- los síntomas actualmente aglutinados en los trastornos
eren a problemas maniestos que reejan conicto con de ansiedad, sino que han analizado la gama de síntomas
otras personas y la violación de las reglas de convivencia asociados con los trastornos internalizados que compren-

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den tanto a la ansiedad como a la depresión, las quejas estudios indican que los síntomas actualmente agrupados
somáticas y el retraimiento. Los datos apuntan hacia di- en los trastornos de ansiedad generalizada, obsesion-com-
versos arreglos y agrupaciones de síntomas que sugieren pulsion y pánico comparten el afecto negativo. También se
conclusiones que frustran la pretensión de hallar sustento encontró que el afecto positivo se relaciona negativamente
para la explicación categórica. con los síntomas de depresión y que la hiperactivación
La mayoría de los estudios han intentado someter a siológica es propia del pánico.
prueba la teoría tripartita de la emoción propuesta por Los datos de otro grupo de estudios, si bien no apoyan
Clark y Watson (1991) que ha explicado el comporta- al modelo tripartito, sí corroboran el traslapo de síntomas
miento de los síntomas de la ansiedad y la depresión entre la ansiedad y la depresión. Por ejemplo, Ollendick,
mediante tres dimensiones. El primer componente Seligman, Goza, Byrd y Singh (2003) han hallado apoyo
es el afecto negativo o angustia general no especíca, a un modelo de dos factores en el que la ansiedad y la de-
constructo que intenta comprender las características presión correlacionan fuertemente, a la vez que presentan
que comparten la ansiedad y la depresión. Los otros un traslapo importante.
dos componentes son la ausencia de afecto positivo que Por otra parte, al explorar cómo se agrupan los sínto-
teóricamente se identica como más especíco de la mas de pares de trastornos, como es el caso del trastorno
depresión, y los síntomas de hiperactivación siológica, depresivo mayor y la ansiedad generalizada, se ha encon-
propios de la ansiedad. trado un evidente traslapo, lo que ha alertado acerca de
Los resultados de los estudios que han sometido a posibles implicaciones graves para el diagnóstico (Higa-
prueba la teoría tripartita dejan vacíos importantes. Se McMillan, Smith, Chorpita & Hayashi, 2008; Lahey et
cuenta con datos de población adulta que muestran cómo al., 2008). De acuerdo con el dsm, el criterio jerárquico
los síntomas de ansiedad y la depresión se agrupan en que se aplica al trastorno de ansiedad generalizada,
dimensiones relacionadas entre sí (Barlow, et al., 2004). cuando se haya comórbido con la depresión, obliga a no
Al indagar sobre una nueva categoría diagnóstica, la an- diagnosticarlo si sus síntomas se limitan a la duración del
siedad y depresión mixtas (mixed anxiety-depression disorder; episodio depresivo. Existen datos que sugieren que en
madd, por sus siglas en inglés), propuesta para el dsm-iv comparación con los pacientes deprimidos sin ansiedad
por Zinbarg et al. (1994), Barlow y Campbell (2000) en- generalizada, aquellos que la presentan tienen mayor
contraron, indirectamente, implicaciones importantes para ideación suicida, peor funcionamiento psicosocial, mayor
la concepción tripartita de la emoción. Sus datos sugieren frecuencia de trastornos por ansiedad, de alimentación y
que los síntomas de la ansiedad y la depresión se engloban somatomorfos, y su autoinforme reeja más psicopatolo-
bajo el constructo de afecto negativo. gía en el eje I. Se ha sugerido por lo tanto la eliminación
En población infantil y adolescente, Chorpita, Plum- del criterio jerárquico de exclusión (Zimmerman &
mer y Moft (2000) demostraron que los síntomas actual- Chelminski, 2003). Se hace así patente la importancia de
mente agrupados en ansiedad social, depresión, pánico, apoyar las decisiones clínicas en datos de investigación y
ansiedad generalizada, trastorno obsesivo-compulsivo y no en la connación arbitraria de síntomas a categorías
ansiedad de separación comparten los constructos emo- especícas.
cionales propuestos por el modelo tripartito. Al explorar Una de las conclusiones más importantes derivadas
en población infantil los mismos síntomas del estudio de los estudios en donde se analiza la forma en que se
anterior, Chorpita (2002) pudo también corroborar que agrupan los síntomas de los problemas internalizados es
los síntomas de ansiedad y depresión subyacen a un factor la aparición de las dimensiones supraordenadas como
supraordenado de afecto negativo. Como parte de las con- constructo. En la gran mayoría de los casos, se conrma
clusiones de este estudio, se propuso que las dimensiones el afecto negativo como un constructo supraordenado
afectivas no necesariamente son propias de los trastornos que engloba a los síntomas de ansiedad y depresión. A
de ansiedad, tal como los caracteriza el dsm. Este estudio este respecto, en el 2009, Katherin Phillips, quien encabe-
halló también que la hiperactivación siológica se asocia za el grupo de trabajo sobre trastornos de ansiedad hacia
sólo con el pánico, pero como consecuencia de éste y no la preparación del dsm-v, anticipó que probablemente se
como un factor de orden superior. Los datos de ambos introduzca el concepto de dimensiones supraordenadas.

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Otro hallazgo importante es que a la vez que la hiper- sustancialmente del diagnóstico tradicional propio del
activación siológica no se conrma como un constructo modelo categórico.
supraordenado, no hay apoyo para la ausencia de afecto El modelo categórico ha utilizado una metodología ca-
positivo como dimensión. La conclusión general es que si tegorial para establecer el diagnóstico. Esto signica que se
bien no se conrma la teoría tripartita de la emoción, sí se trabaja exclusivamente con las categorías diagnósticas que
encuentra suciente evidencia para sustentar una explica- prescriben los manuales internacionales de clasicación de
ción dimensional de la psicopatología. En sentido opuesto, las enfermedades mentales. Se analiza y contabiliza los sín-
no hay datos que apoyen una explicación categórica. tomas actuales del paciente para determinar si se cumplen
los criterios diagnósticos prescritos por los mencionados
manuales de clasicación diagnóstica. El diagnóstico se
implicacionEs para El diagnóstico basa en los síntomas que presenta la persona en un mo-
y El tratamiEnto mento cortado transversalmente en el tiempo.
Para lograr una comprensión clara de la psicopatología
A la explicación dimensional de la psicopatología subyace de una persona dada, más que un diagnóstico estacionado
el reconocimiento de una inuencia bidireccional cons- en el tiempo y estático, basado solamente en el conteo de
tante entre variables biológicas, y ambientales o contex- los síntomas aquí y ahora, el enfoque dimensional requiere
tuales. La conducta humana se propone como un sistema del entendimiento de los mecanismos y las causas que
dinámico, adaptativo y complejo sobre el que inuye no explican tanto la adquisición como el mantenimiento de
sólo la herencia, sino el contexto con el que la persona la problemática total de un paciente determinado. Esto
interactúa. El desarrollo humano normal o anormal es signica que considera la manera en que se ha desarro-
un ujo constante de cambios a lo largo del ciclo vital, llado la psicopatología de una persona a lo largo de su
dados por la adquisición de competencias que crecen en historia de interacción con su ambiente. Por lo que una
complejidad y organización, y entrañan la emergencia de distinción adicional entre ambas perspectivas se reere a
propiedades y competencias estructurales y funcionales la forma en que ambas denen y conceptúan la disfunción
nuevas (Gottlieb, 1996). La psicopatología no es entonces del paciente.
una entidad independiente y claramente discernible de la Desde la perspectiva dimensional, el diagnóstico mere-
conducta normal, sino que representa simplemente una ce una formulación amplia del caso que implica la consi-
desviación cuantitativa de la normalidad a lo largo de di- deración de las causas, los problemas previos precursores
versas dimensiones en las cuales todas las personas varían. del problema actual y la manera en que se relacionan,
Autores como Bagby, Costa, Widiger, Ryder y Marshall pues utiliza una metodología funcional (Haynes, 2005).
(2005), Widiger (2007), y Widiger y Samuel (2005) han La formulación del caso es una hipótesis de trabajo que
concluido que más que entidades separadas y claramente reconoce los mecanismos que han contribuído no sólo a
discernibles entre ellas, la normalidad y la anormalidad la problemática actual del paciente, sino a las condiciones
forman parte de un mismo fenómeno que corre a lo largo previas precursoras de ésta, para explicar tanto su origen
de un continuo. Para Miller, Lyman, Widiger & Leukefeld como la forma en que se mantiene. Aunque se alimenta de
(2001), la llamada “psicopatología” puede considerarse las quejas e información que aporta el paciente, la hipótesis
como una variante extrema, ubicada en el lado opuesto de trabajo, plasmada en un diagrama o en una narración,
del continuo, de las manifestaciones psicológicas norma- se valida a partir de los resultados de la aplicación de me-
les y de las estrategias de afrontamiento ante los desafíos didas objetivas de las múltiples dimensiones psicológicas
cotidianos y las transiciones de vida. De esta forma, los que describen la problemática del paciente, así como de
datos de investigación cientíca sobre el funcionamiento los datos de la investigación antecedente que apoyan la
psicológico del ser humano son la clave para comprender plausibilidad de las relaciones causa-efecto propuestas. Se
la psicopatología. No es posible explicar cabalmente la construye un hilo conductor, una trama que vincula de
psicopatología sin el entendimiento cientíco básico del manera coherente sucesos de vida, experiencias y dispo-
funcionamiento psicológico y de su desarrollo (Widiger, siciones y vulnerabilidades biológicas con los problemas
2005). El diagnóstico bajo el modelo dimensional se aparta pasados y actuales.

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Carece de valor una formulación de caso que no so- origen de los problemas. En contraste, el enfoque cognitivo
meta a prueba la hipótesis de trabajo. Echando mano de es mediacional pues atribuye el cambio conductual a la
instrumentos psicométricos y de la observación directa se restructuración de los pensamientos y las emociones. Su
mide y evalúa cuantitativamente al paciente en diversas integración ha sido posible pues ambas posturas reconocen
dimensiones. Las dimensiones psicológicas contempla- que la conducta se dene como una integración de las
das en la hipótesis de trabajo reejan el funcionamiento cogniciones, las emociones y la conducta instrumental. Es
del paciente en sus diversos contextos vitales, como sus decir, la conducta instrumental no es un elemento aislado
cogniciones, emociones, personalidad, inteligencia, au- de la cognición y la emoción. Las estrategias cognitivo-
toestima, estrategias de afrontamiento, calidad de vida, conductuales comienzan con la re-estructuración de los
aprovechamiento escolar o desempeño laboral, entre otras. pensamientos hacia formas más positivas para llevar a la
Se integra de esta manera una descripción cuantitativa de persona a acciones adaptativas y asertivas (Bernstein &
la persona, lo que permite apreciar no sólo la presencia de Kinlan, 1997; Compton et al., 2004).
los problemas sino el grado y la variabilidad en los que se Freydenberg (1997) ha propuesto un modelo que
encuentran presentes. comprende la interacción entre cogniciones, emociones
La formulación del caso da cuenta entonces de la y acciones instrumentales en distintos momentos del
forma en que se ha desarrollado la psicopatología de una proceso de afrontamiento y que resulta útil para explicar
persona determinada. Además de identicar y cuanticar cómo éstas interactúan entre sí. El afrontamiento de las
la problemática actual y sus repercusiones sobre el funcio- circunstancias vitales ocurre a partir del intercambio entre
namiento del paciente en sus contextos vitales, señala las la persona y el ambiente que le rodea. De la percepción
manifestaciones iniciales que ya anunciaban problemas a e interpretación distorsionadas de una situación determi-
futuro en la vida de la persona y propone los factores de nada surgen emociones distorsionadas. Distorsionadas
riesgo que desempeñaron un papel en su problemática. En en el sentido de que no coinciden con las características
ocasiones, se consideran también factores de protección de las situaciones, por lo que conducen a estrategias de
que representan recursos con los que cuenta la persona, afrontamiento disfuncionales.
útiles para el tratamiento. Existe una relación muy cercana El afrontamiento disfuncional podría presentarse
entre la formulación del caso y el tratamiento. en distintos momentos del proceso de afrontamiento y
manifestarse como: a) una distorsión perceptual de las
características relevantes de la experiencia, b) emociones
Hacia Un tratamiEnto Unificado y cogniciones distorsionadas y desproporcionadas que no
coinciden con las demandas de la situación, c) carencia
Los tratamientos más ecaces para abordar los problemas de un repertorio de competencias necesarias para dar una
internalizados son las técnicas cognitivo-conductuales. Las respuesta de afrontamiento adecuada, y d) emociones y
explicaciones cognitivo-conductuales de la psicopatología pensamientos distorsionados, generalmente negativos,
se basan en los principios del aprendizaje y ncan su relativos a la evaluación del desenlace y la autoecacia
énfasis en la inuencia del ambiente sobre la conducta, para afrontar.
pero integran la participación de factores cognitivos, de Desde esta perspectiva, los problemas internalizados
procesamiento de información y emocionales. entrañan interpretaciones distorsionadas a partir de la
De la combinación del enfoque conductual y el cogni- deformación perceptual de las características relevantes de
tivo surge la terapia cognitivo-conductual (tcc). Si bien la una situación determinada asociada con creencias erróneas
terapia conductual evolucionó a partir de los preceptos teó- de la realidad, la que a su vez se traduce en conductas de
ricos del condicionamiento clásico y operante, hoy en día evitación. De acuerdo con Barlow et al. (2004), en cada
se reconoce la relevancia de los eventos encubiertos, para uno de los problemas internalizados se sobreestima la pro-
los que también son válidos los principios del aprendizaje babilidad de que ocurra un evento negativo y se exageran
(Hernández-Guzmán, González & López, 2002). La tera- las consecuencias en caso de que este evento negativo
pia conductual enfatiza la inuencia directa del ambiente ocurriese. En todos los casos se evita. Lo que varía entre
sobre la conducta del individuo mediante los principios de ellos es la valoración cognitiva asociada con un contexto o
aprendizaje clásico, operante y social para comprender el una situación que da lugar a respuestas de evitación. A los

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Modelo dimensional 117

trastornos emocionales subyacen componentes comunes que identique esos pensamientos automáticos negativos
que superan a los que no comparten. asociados con las emociones disfuncionales.
Inspirados en la teoría tripartita de la emoción (Clark La reestructuración cognitiva, por su parte, se propo-
& Watson, 1991), autores como Barlow et al. (2004) han ne modicar las percepciones, cogniciones y emociones
propuesto unicar el tratamiento de los trastornos emo- distorsionadas. Consiste en sustituir las percepciones
cionales desde una perspectiva cognitivo-conductual. negativas que la persona tiene de las situaciones, de sí
Proponen una explicación de los problemas internalizados misma, del mundo y del futuro, por apreciaciones más
basada en tres vulnerabilidades: la vulnerabilidad biológi- realistas basadas en hechos. Concretamente, busca reducir
ca generalizada, la vulnerabilidad psicológica generalizada la sobreestimación de la probabilidad de ocurrencia de
(o diátesis) y la vulnerabilidad psicológica especíca. acontecimientos negativos y la exageración o catastro-
A la vulnerabilidad biológica generalizada contribuyen zación de las consecuencias de dichos sucesos, en el caso
factores genéticos no especícos, como el temperamento de que efectivamente ocurran.
o la inhibición conductual, asociados con el afecto nega- Más que un procedimiento propiamente, el tercer
tivo. Son disposiciones que trae la persona a su relación componente básico, la prevención de la evitación emo-
con el ambiente. Por su parte, la vulnerabilidad psicológica cional, representa una llamada de alerta acerca de lo que
generalizada o diátesis es el producto de la interacción con no se debe hacer. Existen técnicas como la relajación
el ambiente mediante experiencias tempranas relacio- muscular y la respiración diafragmática que pueden
nadas con los estados afectivos negativos que producen tener efectos contrarios a los objetivos del tratamiento y
un sentido de incontrolabilidad sobre el ambiente. Los que actualmente forman parte del repertorio de técnicas
síntomas de ansiedad y depresión serían el producto de la cognitivo-conductuales. Cuando se recurre a ellas, el te-
coincidencia de estas dos vulnerabilidades generalizadas. rapeuta debe asegurase de que el paciente no las use para
La tercera y última vulnerabilidad, la psicológica especí- evitar emociones negativas y malestar subjetivo. Es posible
ca, al coincidir con las dos primeras, explica síntomas emplearlas sólo como medidas para ayudar a afrontar, y
dirigidos a situaciones y circunstancias especícas, tales no para evitar las sensaciones o emociones concomitantes
como los propios de las fobias o las compulsiones y ob- a los síntomas internalizados.
sesiones. De esta manera, una percepción de amenaza o El último aspecto central del tratamiento común que se
peligro permea esas circunstancias vitales, de modo que propone es la generación de acciones incompatibles con
las experiencias determinan si el individuo interpreta la emoción distorsionada, como puede ser la activación
como un peligro sensaciones somáticas, pensamientos neuro-muscular como medio de regulación emocional.
intrusivos, o la evaluación social, por mencionar algunos Cuando se asocia a claves situacionales, internas y somá-
ejemplos. ticas, la activación se asocia con la expresión de ciertas
Se abre así la posibilidad de delinear un esquema emociones. Una técnica común, pero no exclusiva, me-
general de tratamiento unificado para los trastornos diante la cual es posible generar reacciones emocionales
emocionales. Esquema que no representa propiamente el es la exposición. La exposición, basada en el principio
tratamiento. En vez de ello, determina los componentes de desensibilización sistemática de la terapia conductual,
centrales que todo tratamiento unicado debe contem- se aplica usualmente mediante la imaginación guiada, en
plar (Barlow et al., 2004). Son cuatro los componentes forma virtual o en vivo. La exposición asocia una situación
que comprenden este esquema unicado: la psicoeduca- de seguridad con el o los estímulo(s) que provoca(n) las
ción relativa a los síntomas que presenta; la persona, la emociones desagradables. Permite saber que el sufrimiento
restructuración cognitiva; la prevención de la evitación no permanecerá para siempre, sino que disminuirá sin ne-
emocional; y la activación neuro-muscular. cesidad de suprimir o evitar las situaciones o los estímulos
La psicoeducación de los síntomas que presenta la que la provocan, y enseña al paciente que experimentar
persona persigue diversos objetivos: que el paciente los síntomas no signica la pérdida del control. Se ha
entienda lo que es la sintomatología internalizada, que demostrado que la exposición es una de las técnicas más
reconozca que ciertos pensamientos son los que provocan efectivas y se recomienda como el tratamiento por exce-
las emociones que tanto le desagradan y trata de evitar, y lencia para atacar la evitación de situaciones, estímulos,

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118 Hernández-Guzman et al.

preocupaciones, pensamientos intrusivos, emociones o considera la variabilidad de la respuesta al tratamiento


recuerdos traumáticos, entre otros. de cada paciente en comparación con otros pacientes y
La realización de actividades confronta al terapeuta permite apreciar la proporción de pacientes que mejoró
con el hecho de que en muchas ocasiones los pacientes como resultado del tratamiento. También determina si
no poseen las habilidades para aplicar debidamente el tamaño del cambio es lo sucientemente grande. Se
la exposición, sobre todo cuando se trata de ejecutar calcula el índice de cambio conable para cada una de
habilidades sociales. Cuando un paciente carece de las las dimensiones relevantes para la psicopatología de una
habilidades para exponerse a cierta situación, habrá que persona en particular.
dotarle de éstas. Aunque no forme parte de la fórmula
básica del tratamiento unicado propuesto por Barlow y
sus colaboradores, se recomienda aquí el entrenamiento de conclUsión
habilidades sociales, en el que se emplean técnicas como el
modelamiento y la representación de papeles o roles (role- El modelo categórico no detecta diferencias individuales
playing, mal llamado “juego de roles”). El modelamiento y presenta una gran dicultad para reejar la gravedad
implica actuar frente al paciente el comportamiento de un trastorno, no informa sobre el grado de ajuste a los
deseado, para que éste observe lo que se espera de él en contextos vitales y tampoco identica a las características
determinadas situaciones. clínicamente relevantes. Ante las críticas y la contundencia
Cabe también mencionar la inoculación ante el fracaso de los resultados de investigación, se ha observado resis-
como una fórmula encaminada a prevenir las recaídas. tencia al cambio durante la preparación de las versiones
Consiste en anticipar la posibilidad de circunstancias en las sucesivas del dsm (Widiger & Clark, 2000; Widiger &
que el paciente experimente nuevamente las sensaciones Simonsen, 2005). No obstante, se anticipa para el año
desagradables o el sufrimiento ya vencidos, aprender a 2013 la publicación del dsm-v. Se ha anunciado que esta
identicar las señales que podrían anunciar nuevamente el nueva versión se alejará de un modelo categórico de la
sufrimiento, y aplicar las técnicas y estrategias aprendidas psicopatología, para acercarse más a uno dimensional, con
durante el tratamiento. un sustento importante en la investigación en psicología
Finalmente, existe una serie de implicaciones importan- (Krueger, Watson & Barlow, 2005; Widiger & Trull, 2007).
tes del empleo de un modelo dimensional para la investiga- Un proceso similar se observa en la preparación de la ver-
ción que se realiza acerca de la ecacia de los tratamientos. sión 11 del cie (Widiger, 2007). Sin embargo, se espera un
No basta con la mera disminución de los síntomas, es fun- cambio gradual, por lo que no se sabe en qué medida el
damental tener una idea del funcionamiento del paciente dsm-v tomará en cuenta el funcionamiento psicológico y

en sus contextos vitales antes y después del tratamiento el desarrollo del comportamiento a lo largo del ciclo vital
para concluir que éste ha tenido éxito. Al efecto del trata- para conceptuar los trastornos (Tackett, Balsis, Oltmanns
miento sobre el funcionamiento de las personas dentro de & Krueger, 2009).
sus contextos vitales se le ha llamado “relevancia clínica”. No se antoja sencillo el cambio hacia el modelo
Al evaluar la relevancia clínica se verica si el tratamiento dimensional. Después de todo los humanos tendemos
logró un cambio en el paciente, y si ese cambio es clínica- a clasicar los objetos y fenómenos que nos rodean. De
mente importante en su vida. El cálculo de la relevancia hecho, la de clasicar es una habilidad cognitiva que no
clínica implica la utilización de puntos de corte dentro de sólo nos permite formar conceptos para el desarrollo del
cada dimensión evaluada. Jaconson y Truax (1998) han lenguaje, sino tambien permite sistematizar y estructurar
planteado la posibilidad de establecer puntos de corte a la gran cantidad de información que el ambiente nos pre-
partir de datos normativos de poblaciones disfuncionales senta a lo largo de la vida. Clasicamos desde temprana
y de poblaciones funcionales, lo que permite ubicar a un edad, por colores, sabores, formas, texturas, tamaños,
paciente respecto a la norma y así contar con una dato etcétera. Existen clasicaciones del reino animal, de las
cuantitativo de la gravedad del paciente. nubes, las plantas, las estrellas, las enfermedades, entre
Otro dato importante dentro del campo de la inves- otros tantos fenómenos y objetos. La psicopatología no
tigación sobre la ecacia de los tratamientos es el índice ha escapado de esta preferencia nuestra por agrupar en
del cambio conable. El índice de cambio conable categorías.

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Modelo dimensional 119

Se espera que la transición anunciada enfrente re- Barlow, D. H. & Campbell, L. A. (2000). Mixed anxiety-depres-
sistencias, pues los constructos categóricos se han gene- sion and its implications for models of mood and anxiety
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ralizado en el mundo. Es ciertamente innegable que la
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nomenclatura actual permite a los clínicos provenientes rameters for the assessment and treatment of children and
de diversas posturas teóricas compartir un lenguaje común adolescents with anxiety disorders. Journal of the American
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facilita la comunicación no sólo entre profesionales e gorical classication of mental disorders in the fth edition
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trastornos psiquiátricos en categorías discernibles ha Chorpita, B. F. (2002). The tripartite model and dimensions
permitido la toma de decisiones sobre qué tratamiento of anxiety and depression: An examination of structure in
brindar. La disyuntiva de ofrecer o no un tratamiento se a large school sample. Journal of Abnormal Child Psychology,
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ha resuelto con relativa facilidad, por lo que se reconoce
Chorpita, B. F., Plummer, C. M. & Moftt, C. E. (2000). Relations
su utilidad clínica. of tripartite dimensions of emotion to childhood anxiety and
El manejo dimensional en los escenarios clínicos mood disorders. Journal of Abnormal Child Psychology, 28(3),
impondrá limitantes importantes. Habrá que aplicar en 299-310.
cada caso varias medidas válidas y conables para la Chorpita, B. F., Taylor, A. A., Francis, S. E., Moftt, C. & Aus-
población a la que pertenezca cada paciente, además de tin, A. A. (2004). Efcacy of modular cognitive behavior
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que no será tarea fácil determinar la naturaleza y el nú-
35, 263-287.
mero de dimensiones requeridas para proporcionar una Clark, L. A., & Watson, D. (1991). Tripartite model of anxiety and
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personas. Llegado el momento de tomar una decisión tions. Journal of Abnormal Psychology, 100, 316–336.
acerca de la admisión de un paciente a un hospital, o de Compton, S. N., March, J. S., Brent, D., Albano, A. M., Weersing,
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administrarle o no medicamentos, habrá que contar con
rapy for anxiety and depressive disorders in children and
puntos de corte a lo largo del continuo. La asignación de adolescents: An evidence-based medicine review. Journal of
puntajes, así como el cálculo de puntos de corte repre- the American Academy of Child & Adolescent Psychiatry, 43(8),
sentan posibles obstáculos que habrá que zanjar. Aún así, 930-959.
al poseer la capacidad para contemplar integralmente Essau, C. A., Sakano, Y., Ishikawa, S. & Sasagawa, S. (2004).
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