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INSTITUCIÓN EDUCATIVA SAN FRANCISCO DE SALES

“amablemente exigentes”

TALLER O GUÍAS
CÓD. GA-R04 VERSIÓN: 1.0 FECHA: 17/01/17 PÁG. 1 DE 7

ESTUDIANTE Juan Camilo Carreño Calderon CURSO 901


ÁREA LENGUA CASTELLANA. FECHA 17 06 21
DOCENTE NOHORA BEATRIZ URBINA R. PERIODO 1semestre
COMPETENCI
Comprende fragmentos cortos de un texto para darle sentido global.
A
APRENDIZAJE Lee y reconoce en un cuento las características del realismo.

EVIDENCIA

TALLER

COMPRENSION LECTORA DE UN CUENTO REALISTA

Lee el siguiente cuento de “Horacio Quiroga”, responda las preguntas e identifique la estructura y
los elementos del texto narrativo.

“El almohadón de plumas”


Su luna de miel fue un largo escalofrío. Rubia,
angelical y tímida, el carácter duro de su marido heló
sus soñadas niñerías de novia. Ella lo quería mucho,
sin embargo, a veces con un ligero estremecimiento
cuando volviendo de noche juntos por la calle, echaba
una furtiva mirada a la alta estatura de Jordán, mudo
desde hacía una hora. Él, por su parte, la amaba
profundamente, sin darlo a conocer.
Durante tres meses -se habían casado en abril-
vivieron una dicha especial.
Sin duda hubiera ella deseado menos severidad en ese rígido cielo de amor, más expansiva e
incauta ternura; pero el impasible semblante de su marido la contenía siempre.
La casa en que vivían influía un poco en sus estremecimientos. La blancura del patio silencioso -
frisos, columnas y estatuas de mármol- producía una otoñal impresión de palacio encantado. Dentro,
el brillo glacial del estuco, sin el más leve rasguño en las altas paredes, afirmaba aquella sensación
de desapacible frío. Al cruzar de una pieza a otra, los pasos hallaban eco en toda la casa, como si
un largo abandono hubiera sensibilizado su resonancia.
En ese extraño nido de amor, Alicia pasó todo el otoño. No obstante, había concluido por echar un
velo sobre sus antiguos sueños, y aún vivía dormida en la casa hostil, sin querer pensar en nada
hasta que llegaba su marido.
No es raro que adelgazara. Tuvo un ligero ataque de influenza que se arrastró insidiosamente días y
días; Alicia no se reponía nunca. Al fin una tarde pudo salir al jardín apoyada en el brazo de él.
Miraba indiferente a uno y otro lado. De pronto Jordán, con honda ternura, le pasó la mano por la
cabeza, y Alicia rompió en seguida en sollozos, echándole los brazos al cuello. Lloró largamente
todo su espanto callado, redoblando el llanto a la menor tentativa de caricia. Luego los sollozos
fueron retardándose, y aún quedó largo rato escondida en su cuello, sin moverse ni decir una
palabra.
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Fue ese el último día que Alicia estuvo levantada. Al día siguiente amaneció desvanecida. El médico
de Jordán la examinó con suma atención, ordenándole calma y descanso absoluto.
-No sé -le dijo a Jordán en la puerta de calle, con la voz todavía baja-. Tiene una gran debilidad que
no me explico, y sin vómitos, nada… Si mañana se despierta como hoy, llámeme enseguida.

Al otro día Alicia seguía peor. Hubo consulta. Constatóse una anemia de marcha agudísima,
completamente inexplicable. Alicia no tuvo más desmayos, pero se iba visiblemente a la muerte.
Todo el día el dormitorio estaba con las luces prendidas y en pleno silencio. Pasábanse horas sin oír
el menor ruido. Alicia dormitaba. Jordán vivía casi en la sala< también con toda la luz encendida.
Paseábase sin cesar de un extremo a otro, con incansable obstinación. La alfombra ahogaba sus
pasos. A ratos entraba en el dormitorio y proseguía su mudo vaivén a lo largo de la cama, mirando a
su mujer cada vez que caminaba en su dirección.
Pronto Alicia comenzó a tener alucinaciones, confusas y flotantes al principio, y que descendieron
luego a ras del suelo. La joven, con los ojos desmesuradamente abiertos, no hacía sino mirar la
alfombra a uno y otro lado del respaldo de la cama. Una noche se quedó de repente mirando
fijamente. Al rato abrió la boca para gritar, y sus narices y labios se perlaron de sudor.
- ¡Jordán! ¡Jordán! -clamó, rígida de espanto, sin dejar de mirar la alfombra.
Jordán corrió al dormitorio, y al verlo aparecer Alicia dio un alarido de horror.
- ¡Soy yo, Alicia, soy yo!
Alicia lo miró con extravió, miró la alfombra, volvió a mirarlo, y después de largo rato de estupefacta
confrontación, se serenó. Sonrió y tomó entre las suyas la mano de su marido, acariciándola
temblando.
Entre sus alucinaciones más porfiadas, hubo un antropoide, apoyado en la alfombra sobre los dedos,
que tenía fijos en ella los ojos.
Los médicos volvieron inútilmente. Había allí delante de ellos una vida que se acababa,
desangrándose día a día, hora a hora, sin saber absolutamente cómo. En la última consulta Alicia
yacía en estupor mientras ellos la pulsaban, pasándose de uno a otro la muñeca inerte. La
observaron largo rato en silencio y siguieron al comedor.
- Pst… -se encogió de hombros desalentado su médico-. Es un caso serio… poco hay que hacer… -
¡Sólo eso me faltaba! -resopló Jordán. Y tamborileó bruscamente sobre la mesa.
Alicia fue extinguiéndose en su delirio de anemia, agravado de tarde, pero que remitía siempre en
las primeras horas. Durante el día no avanzaba su enfermedad, pero cada mañana amanecía lívida,
en síncope casi. Parecía que únicamente de noche se le fuera la vida en nuevas alas de sangre.
Tenía siempre al despertar la sensación de estar desplomada en la cama con un millón de kilos
encima. Desde el tercer día este hundimiento no la abandonó más. Apenas podía mover la cabeza.
No quiso que le tocaran la cama, ni aún que le arreglaran el almohadón. Sus terrores crepusculares
avanzaron en forma de monstruos que se arrastraban hasta la cama y trepaban dificultosamente por
la colcha.
Perdió luego el conocimiento. Los dos días finales deliró sin cesar a media voz. Las luces
continuaban fúnebremente encendidas en el dormitorio y la sala. En el silencio agónico de la casa,
no se oía más que el delirio monótono que salía de la cama, y el rumor ahogado de los eternos
pasos de Jordán.
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Alicia murió, por fin. La sirvienta, que entró después a deshacer la cama, sola ya, miró un rato
extrañada el almohadón.

- ¡Señor! -llamó a Jordán en voz baja-. En el almohadón hay manchas que parecen de sangre.
Jordán se acercó rápidamente Y se dobló a su vez. Efectivamente, sobre la funda, a ambos lados
del hueco que había dejado la cabeza de Alicia, se veían manchitas oscuras.
-Parecen picaduras -murmuró la sirvienta después de un rato de inmóvil observación.
-Levántelo a la luz -le dijo Jordán.
La sirvienta lo levantó, pero enseguida lo dejó caer, y se quedó mirando a aquél, lívida y temblando.
Sin saber por qué, Jordán sintió que los cabellos se le erizaban.
- ¿Qué hay? -murmuró con la voz ronca.
-Pesa mucho -articuló la sirvienta, sin dejar de temblar.
Jordán lo levantó; pesaba extraordinariamente. Salieron con él, y sobre la mesa del comedor Jordán
cortó funda y envoltura de un tajo. Las plumas superiores volaron, y la sirvienta dio un grito de horror
con toda la boca abierta, llevándose las manos crispadas a los bandós. Sobre el fondo, entre las
plumas, moviendo lentamente las patas velludas, había un animal monstruoso, una bola viviente y
viscosa. Estaba tan hinchado que apenas se le pronunciaba la boca.
Noche a noche, desde que Alicia había caído en cama, había aplicado sigilosamente su boca -su
trompa, mejor dicho- a las sienes de aquélla, chupándole la sangre. La picadura era casi
imperceptible. La remoción diaria del almohadón había impedido sin duda su desarrollo, pero desde
que la joven no pudo moverse, la succión fue vertiginosa. En cinco días, en cinco noches, había
vaciado a Alicia.
Estos parásitos de las aves, diminutos en el medio habitual, llegan a adquirir en ciertas condiciones
proporciones enormes. La sangre humana parece serles particularmente favorable, y no es raro
hallarlos en los almohadones de pluma.
Responde las preguntas de la 1 a la 10
1. ¿Cómo era Alicia?
A. malhumorada
B. soñadora
C. alegre
D. despistada

2. Jordán, durante los primeros meses de su matrimonio, tenía un carácter A.


tierno, pero esquivo
B. cariñoso y sociable
C. distante y frío
D. tierno y malhumorado
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3. ¿Cómo era la relación entre Jordán y Alicia?


A. Alicia lo quería, pero él no estaba realmente enamorado de ella
B. Jordán la amaba profundamente, sin darlo a conocer
C. Ambos se querían entrañablemente todos los días
D. Jordán no la quería, pero Alicia no sabía si estaba enamorada

4. ¿Cuáles fueron los primeros síntomas de la enfermedad de Alicia?


A. adelgazó bastante
B. empezó a tener pesadillas
C. empezó a tener escalofríos
D. sufría frecuentemente desmayos

5. Jordán, durante la enfermedad de Alicia


A. pasaba las noches en vela al pie de la cama de su mujer
B. vivía casi en la sala
C. no mostró ningún signo de preocupación
D. por la enfermedad de su mujer, nunca estaba en la casa

6. El médico que atendía a Alicia


A. Dijo que desconocía la razón de su debilidad
B. afirmó que se recuperaría pronto
C. no era consciente de la gravedad de su enfermedad
D. Jordán y el médico no le pusieron mucha atención a la enfermedad

7. El dormitorio de la enferma estaba todo día


A. a oscuras
B. con la luz encendida
C. con la puerta abierta
D, con la puerta cerrada

8. Por la forma como se expresa la información en el texto, se puede afirmar que en este
se mantiene la atención del lector a través de A. el miedo.
B. la verdad.
C. el suspenso.
D. la lógica.

9. "En ese extraño amor, Alicia pasó todo el otoño, NO OBSTANTE, había concluido por
echar un velo sobre sus antiguos sueños". Reemplaza las palabras en mayúscula por: A.
Aunque
B. A pesar de que
C. Gracias a que
D. Sin embargo

10. El tema central del cuento leído se refiere a


A. mala relación entre Alicia y Jordán.
B. la actitud severa de Jordán con Alicia por su enfermedad en la luna de miel.
C. la descripción de los parásitos que mataron a Alicia.
D. la muerte de Alicia desangrada por un parásito.
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ORDENE LOS ACONTECIMIENTOS EN EL ORDEN EN QUE SUCEDIERON LOS HECHOS.

*ALICIA MUERE
*HACEN UN VIAJE DE LUNA DE MIEL
*ALICIA TIENE ALUCINACIONES
*JORDAN Y LA CRIADA ENCUENTRAN UN PARÁSITO EN EL
ALMOHADON DE ALICIA.
*ALICIA Y JORDAN SE CASAN EN ABRIL.
*EL MEDICO DIAGNOSTICA ANEMIA A ALICIA.
* ALICIA TIENE UN ATAQUE DE INFLUENZA.

1. ALICIA Y JORDAN SE CASAN EN ABRIL


2. HACEN UN VIAJE DE LUNA DE MIEL
3. ALICIA TIENE UN ATAQUE DE INFLUENZA.
4. EL MEDICO DIAGNOSTICA ANEMIA A ALICIA
5. ALICIA TIENE ALUCINACIONES
6. ALICIA MUERE
7. JORDAN Y LA CRIADA ENCUENTRAN UN PARÁSITO EN EL ALMOHADON DE ALICIA.

CAMBIE EL FINAL DEL CUENTO.

alicia se recupera de su enfermedad y despues celebran su luna de miel


juntos y con felicidad
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ELABORADO REVISADO
NOMBRE : NOHORA BEATRIZ URBINA NOMBRE: DANIEL EUSE
CARGO: DOCENTE CARGO: JEFE DE ÁREA
FECHA : 11-06-2021 FECHA :11-06-2021
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