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Disefip de anterior y cubierta: RAG Tr Ana Varela Matcos uccidn de K De acuerdo a le dispuesto cn el art. 270 del Cédigo Penal, podsin ser castigades con pe: de multa y privacién de libertad quiezves reproduzean sin a preceptiva autorizacidn 0 plagien, en todo o en pate, una obra literaria, artistiea © cientifica tijada en cualquier tipo de soporte. vados tadas los derechos, Titulo original: A Brief Tliucory of nealiberalivin Publicado originalmente en inglés, en 2005, par Oxford University Press Traduecién realizada por acuerdo can Oxford University Press © David Hacvey, 2005 © Ediciones Akal, $ zpora lengua espa Sector Foresta, 1 760 Tres Cantos Madleid - Fspafia Tels 918 O61 996 Fax: 918 O44 028 www.akal.com ISBN: 978-84-460.2517-7 Depésito legals M. 22.594-2007 Impreso en Lavel, 8. A. Humanes (Madrid) Breve historia del Neoliberalismo David Harvey -ekel- Introduccién No seria de extraiiar que los historiadores del futuro vieran los afios compren- didos entre 1978 y 1980 como un punto de inflexién revolucionario en la historia social y econdmica del mundo. En 1978 Deng Xiaoping emprendié los primeros pa- sos decisivos hacia la liberalizacién de una economia comunista en un pais que in- tegra la quinta parte de la poblacién mundial. En el plazo de dos décadas, el cami- no trazado por Deng iba a transformar China, un area cerrada y atrasada del mundo, en un centro de dinamismo capitalista abierto con una tasa de crecimiento sostenido sin precedentes en la historia de la humanidad. En la costa opuesta del Pacifico, y bajo circunstancias bastante distintas, un personaje relativamente oscu- ro (aunque ahora famoso) llamado/Paul Volcker asumié el mande de la Reserva Fe- deral de estados. Unidos en julio ‘de 1979, y en pocos meses ejecuté una drdstica transformacién de la politica monetaria. A paztir de ese momento, la Reserva Fe- deral se puso al frente de la lucha contra la inflacién, sin importar las posibles con- secuencias (particularmente, en lo relativo al desempleo). Al otro lado del Atlénti- co, Margaret Thatcher ya habia sido clegida primera ministra de Gran Bretafia en mayo de 1979, con el compromise de domeiiar el poder de los sindicatos y de aca- bar con el deplorable estancamiento inflacionario en el que habia permanecido su- mido el pais durante la década anterior. Inmediatamente después, en 1980, Ronald Reagan era elegido presidente de Estados Unidos y, armado con su encanto y con su carisma personal, colocé a Estados Unidos en el rambo de la revitalizacién de su eeonomia apoyando le'eccionés de Volcker en la Reserva Federal y afiadicndo su propia receta de politicas para socavar el poder de los trabajadores, desregular la industria, la agricultura y la extraccion de recursos, y suprimir las trabas que pesa- ban sobre los poderes financieros tanto internamente como a escala mundial. A par- WFOLUDPABRLESAOG CF tir de estos mmiltiples epicentros, los impulsos revolucionarios parecieron propagar- se y reverberar para rehacer el mundo que nos rodea bajo wna imagen completa- mente distinta. Las transformaciones de este alcance y profundidad no suceden de manera ac- cidental. Asi pues, resulta oportuno indagar qué caminos y qué medios se utilizacon para lograr arrancar esta nucva configucacién ecunémica —a menudo subsumida en. el étmino «globalizacin»— de las entrafias de la vieja. Volcker, Reagan, Thacher y Deng Xiaoping optaron por utilizar, todos ellos, discursos minovivacios que estaban en circulacién desde hacia largo tiempo y los tornaren mayoritarios (aungue en nin- gan caso sin wna dilatada lucha), Reagan hizo revivir una tradicién minoritatia en el seno del Partido Republicano, surgida a principios de la década de 1960 de la mano de Barry Goldwater. Deng eta testigo del vertiginoso aumento de tiqueza y de in- fluencia experimentado por Japén, Taiwan, Hong Kong, Singapore y Corea del Sur, y para salvaguardar y promover los intereses del Estado chino resolvié movilizar un socialismo de mercado en lugar de 1a planificacién central. A su vez, tanto Volcker como Thatcher rescataron de las sombras de relativa oscuridad en que se encon- traba una singular doctrina a la que lamaban «ncoliberalismo» y Ja transformaron en el principio rector de la gestidn y el pensamiento econémicos.{Esta doctrina -sus . Otigenes. su ascenso y sus implicaciones~, constituye mi principal objeto de interés en las paginas que siguen’ E] neoliberalismo es, ante todo, wna teoria de practicas politico-econdmicas que afirma que la mejor manera de promover el bienesiar del ser humano consiste en no restringir el libre desarrollo de las capacidades y de las libertades empresariales del individuo dentro de un marco institucional earacterizado por derechos de propie- didiprivadh fuertes:anetcadostibtesy ibectad Ueleoniet opal tape Gel Rotadé es ctear y preservar ¢l marco institucional apropiado para el desarrollo de éstas prac- ticas}Por ejemplo, tiene que garantizar la calidad y la integtidad del dineto. Igual: mente, debe disponer las funciones y estructuras militares, defensivas, policiales y legales que son nevesarias para asegurar los decechos de propiedad privada y ga- rantizar, en caso necesario mediante el uso de la fuerza, el correcto funcionamiente de los mercados: Por otro lado, en aquellas areas en ‘las que no existe metcado ©S, George, «4 Shost History of Neoliberalism, Twenty years of Elite Economics and Emerging Opportunities for Structural Change», en W. Bello, N. Bullard, y K. Malhotra (eds.), Global Finance New Thinking on Regulating Capital Markets, Londres, Zed Books, 2000, pp. 27-35; G. Duménil yD. Lévy, Capital Resurgent, Roots of the Neoliberal Revolution, Cambridge (Ma}, Harvasd University Press, 2004: J. Peck, «Geagraphy and Public Policy. Consteuctions of Neoliberalisim», Progress in Her rman Geography, n.© 28/3, 2004, pp. 392-405; J. Peck y A. «Neoliberalizing Space», Aativode XXIV, 3, 2002, pp. 380-404; P. Treanor, «Neoliberalism. Origins, Theory, Definition», hitp:/Aveb.interal.net/ users/Paul.Treanor/ncoliberalism.hunl (como la tierra, el agua, la educacién, la atencién sanitaria, la seguridad social o la contaminacién medioambiental), éste debe ser creado cuando sea necesario me- diante la accién estatal. Pero el Estado no debe aventurarse més alla de lo que pres- criban estas tareas. La intervencién estatal en los mercados (una vez creados) debe set minima porgue, de acuerdo con esta teoria, el Estado no puede en modo algu- no obtener la informacién necesaria para anticiparse a las senales del mercado (los precios) y porque es inevitable que poderosos grupos de interés distorsionen y con- dicionen estas intervenciones estatales [en particular en los sistemas democraticos) atendiendo a su propio benelicio. [Desde la década de 1970, por todas partes hemos asistido a un drastico giro ha- cia el neoliberalismo tanto en las prdcticas como en el pensamiento politica-econd- mico. La desregulacién, Ja privatizacién, y el abandono por el Estado de muchas dreas dela provisidn social han sido generalizadas. Practicamente todos los Estados, desde los recientemente cteados tras el derrumbe de la Unidn Soviética hasta las so- cialdemocracias y los Estados del bienestar tradicionales, como Nueva Zelanda y Suecia, han abrazado en ocasiones de manera voluntaria y en otras obedeciendo a poderosas presiones alguna version de la teoria neoliberal y al menos han ajustado algunas de sus politicas y de sus practicas a tales premisas|Sudaftica se adscribié al neoliberalismo répidamente desjpués del fin del apartheid ¢ incluso la China con- tempordnea, tal y como veremos més adelante, parece que se esté encaminando en esta direccién, Por otro lado, actualmente, los defensores de la via neoliberal ocu- pan puestos de consiclerable influencia en el ambito académico (en universidades y en muchos think-tanks), en los medios de comunicacién, en las entidades financie- ras y juntas directivas de las corporaciones, en las instituciones cardinales del Esta- do (como ministerios de Economia o bancos centrales) y, asimismo, en las institu- ciones internacionales que regulan el mercado y la finanzas a escala global, como el Fondo Monetatio Internacional (FMI), ¢l Banco Mundial (BM) y la Organizacién Mundial del Comercio (OMC). En definitiva, el neolibecalismo se ha tornado he- geménico como forma de cliscurso. Posee penetrantes efectos en los modos de pen- samiento, hasta el punto de que ba llegado a incorporarse a la forma natural en que muchos de nosotros interpretames, vivimos y entendemos ei mundo. {Sin embargo, el proceso de neoliberalizacién ha acarreado un acusado proceso de «destruccién creativa», no sdlo de los marcos y de los poderes institucionales previamente existentes (desafiando incluso las formas tradicionales de soberania es- tatal) sino también de las divisiones del trabajo, de las relacioncs sociales, de las areas de proteccién social, de las combinaciones tecnolégicas, de las formas de vida y de Pensamiento, de las actividades de-reproduccién, de-los vinculos con la tierra y.de los habitos del coraz6n,fEn tanto que el neoliberalismo valora el intercambie del mercado como «una ética en sf misma, capaz de actuar como un guia para toda la accién humaza y sustituir todas las creencias éticas anteriormente mantenidas», en fatiza el significado de las relaciones contractuales que se establecen en el mercado? Sostiene que el bien social se maximiza al maximizar el alcance y la frecuencia de las transacciones comerciales y busca atraer toda la accién humana al dominio del mercado. Esto exige tecnologias de creacién de informacion y capacidad de alma- cenar, transferir, analizar y utilizar enormes bases de datos para guiar la toma de de- cisiones en el mercado global {De ahi, la basqueda y el intenso interés del neolibe- ralismo en las tecnologias de 1a informacién (lo que ha Ilevado a algunos a proclamar la emergencia de una nueva clase de «sociedad de la informacién»). Es- tas tecnologias han comprimido tanto en el espacio como en el tiempo la creciente densidad de las transacciones comerciales.fHan producido una explosién particu- larmente intensa de lo que en otras ocasiones he denominado «compresidn espa- ciotemporal». Guanto mds amplia sea la eseala peografica (lo que explica el énfasis en la «globalizacién») y mas cortos los plazos de los contratos mercantiles, mejor, Esta ultima preferencia concuerda con la famosa descripcién de Lyotard dela con- dicién posmoderna como aquella en la que el «contrato temporal» sustituye a las «instituciones permanentes en la esfera profesional, emocional, sexual, cultural, in- ternacional y familiar, asi como también en los asuntos politicos», Las consecuen- cias culturales del dominio de esta ética del mercado son innumerables, tal y como desctibi previamente en The Condition of Posmodernity>. Si bien en la actualidad contamos con muchos andlisis generales de las transfor- maciones globales y de sus efectos, carecemos -y este es el hueco que aspira a lle- nar este libro~ de un relato politico-econdmico del origen de la neoliberalizacién y del modo en que ha proliferado de manera tan generalizada a escala mundial. Por otro lado, abordar esta historia desde una perspectiva critica sirve para proponer un marco para identificar y construir acuerdos polfticos y econémicos alternativos. En los dltimos tiempos me he beneficiado de las conversaciones mantenidas con Gerard Duménil, Sam Gindin y Leo Panitch. Asimismo, arrastro deudas que vienen de mds atrés con Masao Miyoshi, Giovanni Arrighi, Patrick Bond, Cindi Katz, Neil Smith, Bertell Ollman, Maria Kaika, y Erik Swyngedouw. Una conferen- cia sobre neoliberalismo patrocinada por la Fundacién Rosa Luxemburg y celebra- da en Berlin, en noviembre de 2001, despertd mi interés sobre el tema de este libro. P. Treanor, «Neolibseratism. Origins, Theory, Definition», cit. > D. Harvey, The Condition of Posmodernity, Oxford, Basil Blackwell, 1989 [ed. cast.: La condieion de ta posmodernidad, Buenos Aires, Aenorrortu, 1998); J.-F Lyotard, The Posrmoslern Condition, Nan chester, Manchester University Press, 1984, pp. 66 (ed. cast.: La condicién pormodera, Madrid, Bdi- ciones Cétedra, 1989]. principalmente, aunque no exclusivamente, al rector del CUNY. , Bill Kelly, y a mis colegas y estudiantes del Programa de Antro- 1 interés y por el apoyo que me han brindade, Y, por supuesto, ab- lo el mundo de cualquier responsabilidad por los resultados La libertad no es mas que una palabra... Para que cualquier forma de pensamiento se convierta en dominante tiene que presentarse un aparato conceptual que sea sugerente pata nuestras intuiciones, nuestros instintos, nuestros valores y nuestros deseos, asi como también para las po- sibilidades inherentes al mundo social que habitamos. Si esto se logra, este aparaio conceptual se injerta de tal mado en el sentido comin que pasa a ser asumido como algo dado y no cuestionable. Los fundadores de] pensamiento neoliberal tomaron el ideal politico de la dignidad y de la libertad individual como pilar fundamental, que consideraron «los valores centrales de la civilizacién». Realizaron una sensata eleccidn, ya que efectivamente se trata de ideales convincentes y sugestivos. En su opinién, estos valores se veian amenazados no sélo por el fascismo, las dictaduras y el comunismo, sino por todas las formas de intervencién estatal que sustituian con valoraciones colectivas la libertad de eleccién de los individuos. La idea de dignidad y de libertad individual son conceptos poderosos y atra- yentes por si mismos. Estos ideales reafirmaron a los movimicntos disidentes en Eu- ropa dei Este y en la Unidn Soviética antes del final de la Guerra Fria asi como « los estudiantes de la Plaza de Tiananmen. Los movimientos estudiantiles que sacudie- ron el mundo en 1968 ~desde Paris y Chicago hasta Bangkok y Ciudad de México~ estaban ea parte animados por la busqueda de una mayor libertad de expresién y de eleccién individuales. En términos mas generales, estos ideales atraen a cualquier persona que aprecie la facultad de tomar decisiones por sf misma. La idea de libertad, inserta en la tradicién estadounidense desde bace largo tiem- po, ha desempenado un notable papel en Estados Unidos en los ultimos afios. El «9 de septiembre» fue interpretado de manera inmediata por muches analistas como un ataque contea ella. «Un mundo pacifico en el que crece Ja libertad», escribid c! i presidente Bush en el primer aniversario de aquél fatidico dia, «al servicio de los in- tereses a largo plazo de Estados Unidos, que refleja la permanencia de los ideales estadounidenses y que une a los aliados de este pais». «La humanidad», condluia, «sostiene en sus manos la oportunidad de ofrecer el triunfo de la libertad sabre to- dos sus enemigos seculares» y «Estados Unidos recibe con alegria sus responsabili- dades al mando de esta gran misién»., Este lenguaje fue incorporado al documento titulado Estrategia de Defensa Nacional Estadounidense que fue emitido poco des- pués. «La libertad es el regalo del Todopoderoso a todos los hombres y mujeres del mundo» dijo posteriormente afiadiendo que «en tanto que Ja mayor potencia sobre Ja tierra, nosotros tenemos la obligacién de ayudar a la expansién de la libertad»'. Cuando todas las restantes razones para emprender una guerra preventiva con- tra Iraq se revelaron deficientes, el presidente apelé a la idea de que la libertad otar- gada a Traq era en si misma y por si misma una justificacién adecuada de Ja guerra Los iraquies etan libres y eso eta todo Jo que realmente importaba. Pero qué tipo de libertad se vislumbra aqui si, tal y como el critico cultural Matthew Arnold re- flexioné hace mucho tiempo, «la libertad es un caballo muy bueno para cabalgar sobre él, pero para ir a algiin sitio». 2A qué destino, por consigrriente, se espera que encamine el pueblo iraqui el caballo de la libertad que se Je ha donado por la fuer- za de las armas? La respuesta de la Administracién de Bush a esta cuestidn queds clara el 19 de septiembre de 2003, cuando Paul Bremer, director de la Autoridad Provisional de lis @éalielsnipfointilgé cuatro decretos:en los que'se preveia da plena privatioa de de las empresas ptiblicas, plenos derechos de propiedad pata que las campaiifas ex: wanjeras hayan adquirido y adquieran empresas iraquies, la plena repatriacién de los beneficios extranjeros {,..] la apercura de los bancos iraquies al control extran- jero, la dispensacién de un tratamiento nacional a las compafifas extranjeras y [... la eliminacién de practicamente todas las barreras comerciales»’. Estos decretos iban a ser aplicadas en todas las esferas econdmicas, incluyendo los servicios publi- cos, los medios de comunicaci6n, la industria, los servicios, los transportes, las fi- nanzas y la construccién. Unicamente el petréleo quedaria exento (presumible- mente debido a su especial estatus como generador de rentas para pagar la guerra y*eiblbeda ial geopolitics), Hl mercado de HabalS} a’ suivedsiDarw eltar aetrietitl menge regulado, Las huelgas estarfan efectivamente prohibidas en los sectores cla- 1G. W. Bush, «President Addresses the Nation in Prime Time Press Conferences, 13 de abril de 2004; http://www.whitchouse.gov/news/releases/2004/04200040413~20.huml. ? Las citas de Matthew Arnold proceden de R. Williams, Culture ead Society, 1780-1850, Londzes, Charro & Windus, 1958, p. 118, >A. Jubasz, «Ambitions of Empire. The Bush Administration Economic Plan for Lraq (and Be- yond)», Left Tur Magaziste 12 (febrero-marzo 2004), pp. 27-32. 12

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