Está en la página 1de 3

ANTECEDENTES HISTORICOS DEL TELAR JACQUARD

Aunque no se sabe a ciencia cierta


donde y cuando se inventó el telar,
existen vestigios que lo colocan en
tiempos prehistóricos. Se cree que el
primer telar debió ser tan simple como
una rama de árbol moviéndose de
manera más o menos paralela al suelo
formando tejidos toscos. Se cree que
los egipcios fueron los primeros en
utilizar una lanzadera para sostener y
manipular la trama en telas.
En la evolución tecnológica fue el
denominado telar de cintura, cuyo uso
en la actualidad continua en nuestro
país por algunos pueblos indígenas. Posteriormente, con la especialización del
trabajo y la necesidad imperante de aumentar la producción, el mecanismo de
barras de madera fue transformado en mallas y lizos, que se fijaron a pedales de
madera en el cual el tejedor podía separar la urdimbre con los pies. Este tipo de
cambios, que requirieron una estructura con mayor estabilidad dieron lugar a los
telares de piso.
Durante mucho tiempo el tejido fue realizado bajo un sistema de producción
autosuficiente utilizando telares de cintura operados por dos personas. Sin
embargo, el aumento poblacional demandaba mayor producción. A principios del
siglo XVIII, comienzan a dase los primeros intentos de mejora tecnológica; la
necesidad de dichos cambios se vio impulsada alrededor de 1700 cuando los
tejidos de la India empiezan a sustituir a los europeos en los mercados, esto
debido su alta calidad y bajo costo. Los objetivos de los productores ingleses
fueron entonces incrementar la producción y reducir los costos a través de la
sustitución de procesos manuales por operaciones mecánicas más precisas. Este
ciclo de mejoramiento marcó el inicio de la Revolución Industrial; la evolución
tecnológica permitió la posterior motorización, aumentando la eficacia productiva.
Una de las innovaciones más importantes en el desarrollo del telar fue introducida
en Francia en 1801 por un tejedor y comerciante francés llamado Joseph Marie
Jacquard. Jacquard comenzó a trabajar a los ocho años con su padre, quien era
tejedor en una hilandería de seda. Trabajó en telares de seda, y posteriormente
automatizó estas máquinas con el uso de tarjetas perforadas. Conforme fue
creciendo fue ideando distintos modos de resolver uno de los principales
problemas que tenían los telares de esa época: empalmar los hilos rotos. Motivado
a ir inventando máquinas cada vez más sofisticadas su fama como inventor fue en
aumentando cada vez más, hasta que en 1799 Napoleón I le dio trabajo en el
Conservatorio de Artes y Oficios como “Maestro inventor”.
Su telar empleaba un sistema de tarjetas para
conseguir tejer patrones en la tela, permitiendo que
hasta los usuarios más inexpertos pudieran elaborar
complejos diseños. La invención se basaba en los
instrumentos que anteriormente diseñaron Basile
Bouchon (1725), Jean-Baptiste Falcon (1728) y
Jacques Vaucanson (1740), todos ellos de
nacionalidad francesa. El funcionamiento se basaba
en una serie de tarjetas perforadas, una por cada
pasada de trama perforada y acomodada de acuerdo
con el patrón (ligamento) de diseño. Esta técnica fue
tan exitosa que, para 1812 el dispositivo fue
incorporado a más de 18,000 telares en Francia.
El telar en sí es la máquina inferior que entrelaza los
hilos para producir la tela, mientras que lo que verdaderamente inventó Jacquard
es la máquina que produce el movimiento independiente de los hilos de urdimbre
para conseguir el dibujo solicitado a través de las armaduras o ligamentos
insertados en las diferentes zonas del tejido.
Se cree que el telar Jacquard desciende de un telar oriental, el telar de tirantes, el
cual era usado para tejer telas con diseños de ligamentos complejos. Su operación
requería dos operarios: el tejedor que lanzaba la lanzadera y operaba el batán y el
tirador que subía y bajaba una serie de cordones o tirantes que controlaban el
diseño, debiendo trabajar arriba del telar mientras el tejedor se sentaba abajo.
Debido a que el tirador podía cometer errores en la selección de los tirantes se
hicieron modificaciones en la estructura del telar.
Las primeras máquinas desarrolladas a partir de su invento, denominadas
Vincenzi, utilizaban el propio cartón perforado para el movimiento directo de las
agujas que hacían subir y bajar los hilos, lo cual implicaba una movilidad limitada
en el tiempo. Más tarde apareció el tipo Verdol, en el que el cartón pasaba a ser
papel continuo con un mecanismo transversal que duplicaba la velocidad de la
máquina.
A pesar del impacto comercial del telar de Jacquard, que permitió que un sólo
hombre realizara el trabajo de varios, el hecho ocasionó el temor de la pérdida de
empleos de los obreros textiles, incluso quemaron públicamente uno de sus
telares. Posteriormente Jacquard recibió la medalla de la legión de honor y un
pago de 50 francos por cada telar que se comercializara.
La reproducción de patrones de tejido con tarjetas Jacquard es una tarea muy
especializada. Actualmente el papel perforado ha sido sustituido por señales
electrónicas que hacer reaccionar unos electroimanes que activan o desactivan el
movimiento de las arcadas de la montura que mueve los hilos triplicando la
velocidad de las maquinas.

También podría gustarte