En el Colegio Nacional de Buenos Aires
Los padres de los alumnos protestaron,
pero el rector ratificé las sanciones
Defienden a sus hijos, que quedaron libres por dar la vuelta olimpica pese a estar prohibida
«No soy un represor y lamento profundamente haber tenido que aplicar esta sancién», dijo el rector del
Colegio Nacional de Buenos Aires, Horacio Sanguinetti, al justificar la medida por la cual quedaron
libres 85 alumnos que participaron de una vuelta olimpica el 13 de julio tltimo.
Sanguinetti record6 que lo dispuesto estaba contemplado en la resolucién 664, que prohibe la realiza-
cién de las «vueltas olimpicas» en ese colegio. La norma fue avalada ayer por el Consejo Superior de la
Universidad de Buenos Aires, que la extendié a sus otros dos colegios, el Pellegrini y el ILSE.
Pero una opinién opuesta sustentaban los padres de los chicos castigados, que ayer Se reunieron frente
al establecimiento, apoyada en el criterio general de que la sancidn resulta excesiva y, que antes de
adoptarla, Sanguinetti debié haber tenido una reunién de consulta con ellos.
«La severidad de la sanci6n es un despropésito. El rector esta cargando un problema de cuarenta ahos
sobre las espaldas de nuestros hijos. Nunca hubo una sancién de este tipo», dijo Guillermo, cuya hija
estd entre los alumnos que quedaron libres. Afiadi6 que ante el pedido de una reunién con carécter de
, que 65 padres presentaron por escrito a comienzos de este mes, Sanguinetti contest6 ante-
ayer que ese encuentro tendria lugar solo el préximo martes, «por razones de agenda».
«Vamos a pedirle al rector que reconsidere la sancién. Si no lo hace, tomaremos medidas que antes
deberdn ser consensuadas por todos los padres», amenaz6 Guillermo, que no quiso dar su apellido.
Lamisma opinién, con leves variantes, sostuvieron ayer otros diez padres en distintos medios. Ninguno
‘escuché a Martin, uno de los alumnos que deberan rendir trece materias en diciembre: todos ellos sa-
bian que si daban la vuelta olimpica quedarian libres, ya que Sanguinetti habia dictado una resoluci6n
terminante en ese sentido. Sin embargo, los padres siguieron quejandase por la sancién a sus hijos,
aunque esto significara defender el no cumplimiento de las normas.
Por ejemplo, Emilio Fernandez, padre de un alumno sancionado, se quejé por «la diferencia de rigor con
otras «vueltas olimpicas» que hay en este pais, alegre e impunemente celebradas por quienes lo cordtu-
cen». Sin embargo, hizo notar que «éste es un excelente colegio, al que le he confiado mis tres hijos, y
considero al rector una buena persona»
Al lado, la madre de otra de las alumnas amonestadas, que dijo llamarse Marta, aseguré que estaba
«muy enojada con el rector por el tratamiento que le dio a la difusi6n de la sancién. Debié comunicarse-
la a los alumnos antes que a los medios». Ademés, considers que Sanguinetti se esté comportando en
«forma ildgica y arbitraria. Cerr6 el colegio durante tres das y no dejé que los alumnos lo limpiaran».
«Yo no voy a tolerar que a mi hijo lo traten de fascista y lo sancionen de esta manera. Vamos a presentar
tun recurso de amparo», dijo casi a los gritos Miguel, padre de otro de los estudiantes amonestados.
Ademés, agregé: «Siempre que el rector sacé una resolucisn de este tipo, nos lo notificé mediante un
comunicado que debimos firmar. Pero esta vez no lo hizo, sélo pegs una copia de la resolucién en la
cartelera del colegio». Vale aclarar que por alli pasan todos los alumnos al entrar en el colegio. En su
defensa, Sanguinetti dijo que, en cuanto a la forma de comunicar la sancién, se limité a decir que habia
sido informada a los alumnos para que la transmitieran a sus padres. «{Cual es el problema de que
algunos de ellos se hayan enterado a través de los medios?», pregunt6. «Si los medios lo difunden antes,
es cosa de los medios», sentenci6.
De normas y transgresiones
{Por qué 85 alumnos no pueden festejar a sus anchas su inminente egreso del colegio que supuestamen-
te los vio crecer y madurar a lo largo de cinco intensos aitos? Qué horrible sistema represivo pretende
impedirles que tiren petardos y enchastren con témperas y aerosoles las paredes y los pisos del venera-
ble establecimiento en el que aprendieron teoremas, nombres de batallas, ordenamientos sintécticos,
formulas quimicas y tantas otras cosas de dudosa perdurabilidad en la memoria?
104Que monstruoso rector les cierra el camino a la legitima expansi6n de su espiritu juvenil, insuflado de
esa sana agresividad que toda persona necesita desparramar a manos llenas, salvo que se trate de un ser
apocado, represivo y enfermo? ¢Qué mentes autoritarias intentan evitar que un pufiado de jévenes
vuelque su natural sed de violencia sobre algo tan iniitil como un edificio? ;Acaso hubieran preferido
que agredieran a seres humanos?
Cémo festejar algo sin una cuota razonable de violencia? {Cémo acceder a la madurez sin dejar en el
camino algin rastro de barbarie? Qué idea tienen los rectores y los educadores de la vida? ,No saben
que toda cultura tiene sus tradiciones y sus ritos? ZNo han visto alguna vez por televisién lo que un
equipo de rugby neozelandés es capaz de hacer cuando se trata de hurgar en sus rafces atdvicas?
Antes de que llegue la semana proxima, el rector Horacio Sanguinetti deberé encontrar una respuesta a
todos estos interrogantes. De lo contrario, los padres de los 85 jévenes del Colegio Nacional de Buenos
Aires en trance de perder su condicién de alumnos regulares se lo llevaran por delante.
El rector dispone de una sola carta de triunfo: consiste en exhibirles la resolucién 664, que prohibi6
expresamente, con la debida antelacién, la realizaciGn de vueltas olfmpicas en el colegio. No parece una
carta demasiado fuerte. Las normas ~ya se sabe- fueron hechas para ser violadas. {0 no?
Los graduados apoyan la medida
El episodio de la sancién a los alumnos que dieron la agitada vuelta olimpica suscité la reaccién de
diversas personalidades, figuras del mundo de la politica, el periodismo y el espectéculo, todos ellos ex
alumnos dei Nacional Buenos Aires.
«La sanci6n me sorprende, porque esos chicos han pasado cinco o seis afios en el Nacional Buenos Aires.
Si en ese tiempo el colegio no fue capaz de ensefiar ideas normativas, las que deberian ser sancionadas
son las autoridades, porque son ellas las que han fracaso, y no los estudiantes», dijo a La Nacién Martin
Caper, escritor y periodista de la revista Veintidés.
A pesat de criticara las autoridades, Caparrds no justifics la vuelta olfmpica ni, menos atin, sus arreba:
tos. «Yo cursé durante la dictadura militar y me recibi en el '73. Cuando di la vuelta olimpica era una
forma de revancha contra la represién y la sumisién de seis afios de colegio. No sé si tiene o no sentido
darla ahora», agreg6.
Por su parte, el actor Diego Peretti, uno de los protagonistas del programa televisivo «Campeones»,
justifica la sancién si los protagonistas tenfan conciencia de sus consecuencias. «No sé si los alumnos
conocian las sanciones a las que se enfrentaban si hacian ta vuelta olimpica, Si Sanguinetti se fos advir-
tid, entonces calavera no chilla. La vuelta olimpica no es mala en si misma, siempre y cuando no se
hagan dafios», dijo Peretti.
Capricho de nifios bien
Para el periodista Horacio Verbitsky, de Pagina /12, los estudiantes tienen su sancién bien merecida, sin
atenuantes. «Estoy totalmente de acuerdo con la decisién del rector de sancionar a los estudiantes. La
vuelta olimpica es un capricho de los nifios bien, que desaprensivamente rompen, dafian y pintan bie-
nes piiblicos. Me parece imperdonable que en un momento de penurias del pafs, chicos que tienen el
privilegio de estudiar se entreguen a este tipo de actitud.»
Por el lado de la politica, el ministro del Interior, Carlos Corach, respaldé sin reservas la medida de
Sanguinetti. «Estoy de acuerdo con las sanciones, No hay derecho a daiiar el lugar donde uno cursé sus
estudios. En mis aiios de estudiante también habia festejos, pero no se rompia, se dafiaba ni se ensuciaba
el colegio.
‘También manifest6 su apoyo total al rector del Buenos Aires el periodista Mario Mactas, para quien los
estudiantes ya deberian estar en sus casas. «La sancién ha sido justa, incluso benigna, porque los alum-
nos debieron ser expulsados. El Nacional Buenos Aires es uno de los mejores colegios del mundo hispa-
dejase pasar esto, perderfa mucho prestigiow, dijo el conductor de! programa «A la vuelta», de
Radio Continental.
«Cuando dan la vuelta olimpica se sienten hombres que se llevan todo por delante. Pero cuando se los
castiga justamente, se refugian con la complicidad de los padres en la dictadura de la adolescencia. ¥ los
padres no tienen el menor espiritu de critica, porque defienden a sus hijos como si fueran victimas
inocentes.
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