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CHASQUI

EL CORREO DEL PERÚ


Año 11, número 20 Boletín Cultural del Ministerio de Relaciones Exteriores Mayo de 2013

La construcción del Perú (detalle), de Teodoro Núñez Ureta. Mural. 1954. Foto: Daniel Giannoni.

EL PENSAMIENTO FILOSÓFICO PERUANO EN LOS SIGLOS XVII Y XVIII / ANTONIO


CISNEROS: LAS ESCALAS DEL VIAJE / TEODORO NÚÑEZ URETA: UN RETRATO DEL
PERÚ / LA COCINA AIMARA / EL VALS Y LA CANCIÓN CRIOLLA / CAHUACHI,
LA CAPITAL TEOCRÁTICA NASCA
EL PENSAMIENTO FILOSÓFICO PERUANO
EN LOS SIGLOS XVII Y XVIII
José Carlos Ballón*
En el transcurso de casi dos décadas, un amplio grupo de investigadores ha consultado diversos archivos, seleccionado
documentos y autores poco leídos en sus fuentes originales y realizado la traducción directa del latín, para acercarnos a
un material hasta ahora inédito en su forma de un corpus que inicia la tradición de la filosofía en el Perú.

E
ste libro* de 1438 páginas en dos escritos de nuestra filosofía colonial,

Foto: Daniel Malpica.


tomos puede tomarse como una pero la gran mayoría de las fuentes allí
introducción histórica al pensa- registradas se encuentran hasta la ac-
miento filosófico en el Perú, aunque tualidad desperdigadas en bibliotecas
también como una selección de textos, conventuales y privadas del país, de
para una lectura inicial de sus fuentes difícil acceso. Una buena parte está en
coloniales. Pero en sentido estricto, no latín y no ha sido hasta hoy traducida
es ni una «antología» ni una «historia al castellano. De muchas no se conoce
del pensamiento filosófico colonial», su actual ubicación o solo tenemos
sino un compendio de sus principales referencias historiográficas indirectas.
voces en disputa. Su objetivo se acerca Algunas están a punto de perderse por
más a la idea heideggeriana de recu- el deterioro físico y otras quizá ya se
perar «la controversia con el inicio de han perdido de manera irreparable.
nuestra historia acontecida». Pero desde la segunda mitad del
Se trata de recuperar «nuestra siglo pasado se vienen retomando va-
experiencia histórica acumulada como rias pistas importantísimas. En primer
comunidad intelectual en la cons- lugar, la notable traducción y estudio
trucción de categorías conceptuales de los escritos lógico-semánticos de
y sensibilidades éticas o estéticas a lo Juan Espinosa Medrano por Walter
largo de los siglos XVII y XVIII con Redmond O’Toole, de la Universidad
el propósito de formalizar las reglas de de Austin, Texas. También el esfuerzo
nuestra convivencia y socializar diver- historiográfico y de interpretación de
sas representaciones imaginadas de María Luisa Rivara (UNMSM) sobre
nosotros mismos, durante un periodo la obra del padre jesuita José de Acosta.
en el que se consolidó una sociedad Desde fines de la década de 1990
multicultural y se establecieron los Walter Redmond y James G. Colbert
cánones discursivos clásicos de nues- (Fitchburg, Massachusetts), asociados
tras representaciones imaginarias más con la Pontificia Universidad Católica
comunes. del Perú (PUCP) en torno al «Proyecto
Vargas Ugarte», vienen realizando una
El canon peruano recuperación, transcripción y publi-
Nuestra vida republicana en el trans- cación digital del Cursus philosophicus
curso de los siglos siguientes (XIX y dictatus Limae (Sevilla, 1701), del
XX) resulta incomprensible si previa- pensador jesuita del siglo XVII José de
mente no conocemos los códigos de Aguilar.
entendimiento intersubjetivo estable- Paralelamente, Ángel Muñoz
cidos en este periodo constitutivo de García, de la Universidad de Zulia-
nuestra sociedad. La independencia Venezuela, ha traducido por primera
republicana resulta profundamente vez al español la obra cumbre del
enigmática si ignoramos tales antece- jesuita Diego de Avendaño, Thesaurus
dentes. Jorge Basadre planteó mucho Indicus (Amberes, 1667-1686, seis vo-
antes que nosotros el enigma que aquí lúmenes), que publicó la Universidad
tratamos de desentrañar: de Navarra (Pamplona: Eunsa, 2001,
Es difícil ser un sudamericano Retrato de Francisco Ruiz Lozano. Siglo XVII. Óleo sobre lienzo. 164.5 x 123.2 cm. Autor: 2003 y 2007). Hay que resaltar tam-
porque no hay, hasta hoy, código, Anónimo. Colección de Retratos del Museo de Arte de San Marcos. bién los estudios sobre el probabilis-
gramática, decálogo, para orien- mo y la modernidad de los profesores
tarlo como tal [...]. Cualquier co- se han planteado la interrogante de posiblemente el objetivo que animó Luis Bacigalupo y Augusto Castro de
rriente cultural que tenga vigencia si «existe un pensamiento filosófico la larga investigación que condujo al la PUCP, y la reciente tesis sustentada
puede ser sentida por nosotros [...] auténtica y originalmente peruano», de presente libro». en la Universidad de Navarra por el
sabemos absorber con facilidad la misma manera que hablamos de un padre José Antonio Jacinto Fiestas
ideas ajenas, nos inspiramos en las pensamiento inglés, francés, estadou- Antecedentes sobre el mismo tema.
fuentes más variadas, improvisa- nidense, chino o indio. La mayoría de Puede considerarse como obras clá- Desde una óptica historiográfica,
mos admirablemente y a todo eso las respuestas han sido negativas. sicas en esta línea de investigación hay que resaltar las contribuciones
solemos darle un aire de elegancia El presente libro sugiere la hipóte- la legendaria Vida intelectual del del historiador Pablo Macera en sus
y, en cierto sentido, hasta de origi- sis de que, en realidad, asistimos a un virreinato del Perú (Lima, 1909), de ya clásicos ensayos: El probabilismo en
nalidad por la mezcla de elementos fino y complejo tejido multicultural de Felipe Barreda y Laos, seguida del el Perú durante el siglo XVIII y Lenguaje
tan contradictorios1. conceptos y sensibilidades cuya cons- mejor mapa bibliográfico de nuestra y modernismo peruano del siglo XVIII
En efecto, nuestro conglomera- titución en gran parte todavía nos re- filosofía: Fuentes para la historia de (Lima, UNMSM, 1963). Igualmente,
do cultural se presenta a primera sulta enigmática, pero de cuya solidez la filosofía en el Perú (Lima, 1952), de desde una óptica antropológica, los
vista como una maraña ideológica pueden dar testimonio los sucesivos Manuel Mejía Valera. Esta etapa de trabajos de Emilio Mendizábal Lozack:
inconsistente, que popularmente se fracasos en todo intento por cambiar investigación cierra la primera mitad La pasión racionalista andina (Lima,
suele denominar hoy «cultura chicha», las reglas de nuestro entendimiento del siglo XX con la Historia de las ideas UNMSM, 1976) y de Jürgen Golte: La
como sinónimo de incoherencia e intersubjetivo, desde el poder político, en el Perú contemporáneo. El proceso del racionalidad de la organización andina
improvisación. confesional o económico, en algún pensamiento filosófico, de Augusto Sala- (Lima, IEP, 1980).
Aún seguimos sintiendo la misma sentido modernista. zar Bondy (Lima, 1965), que sumada a
irritación crítica del joven Víctor El estudio de este código o gra- los trabajos anteriores, parece ofrecer Tópicos discursivos
Andrés Belaunde cuando afirmaba: mática social que regula nuestras un panorama completo del corpus his- Entre fines del siglo XVI y la segunda
«Es la incoherencia la que nos explica relaciones simbólicas de convivencia toriográfico del pensamiento filosófico mitad del siglo XVIII la investigación
la inferioridad de nuestra vida colec- desde hace cuatro siglos, el estudio de peruano. ha detectado la presencia constante de
tiva»2. Muchos de nuestros grandes sus orígenes, de sus principales conec- Manuel Mejía Valera registró con tres grandes tópicos discursivos alrede-
pensadores e historiadores nacionales tores y de su estructura discursiva, «es minuciosidad numerosos autores y dor de los cuales nuestros pensadores

* La complicada historia del pensamiento filosófico peruano. Siglos XVII-XVIII (selección de textos, notas y estudios), de José Carlos Ballón, Ediciones del Vicerrectorado Académico de la Universidad Nacional Mayor
de San Marcos-Universidad Científica del Sur (Fondo Editorial), 2011. Tomo primero: 671 pp. Tomo segundo: 767 pp. http://vracademico.unmsm.edu.pe /index.php /portada.

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coloniales articularon sus discursos y Llano y Zapata culmina casi un siglo lexicográfica fuera reglada por una El «pecado» del probabilismo
debates, como si buscaran encontrar de desarrollo de la naciente ciencia mo- sintaxis universal que permita la co- consistió en trasladar gran parte de
en ellos una suerte de «fundamento» derna en el Perú, iniciado en la segun- municación evangelizadora de univer- los juicios morales y políticos a la
de nuestras representaciones, identi- da mitad del siglo XVII a partir de tres sales intencionales? esfera de la opinión y, por tanto, no
dades y diferencias. factores: la consolidación de la cátedra En este debate hemos reunido sujetarlos a algún imperativo categó-
En primer lugar, el tópico naturalis- de Prima de Matemáticas en San Mar- fragmentos de seis textos cruciales en rico sino a los motivos contextuales:
ta, esto es, la remisión de todos nues- cos, el cargo de cosmógrafo mayor del disputa. En primer lugar, de la edición las circunstancias que originan el acto
tros discursos a un estado u orden na- reino (1618-1873) y la edición regular latina del libro de Jerónimo de Valera: moral. Avendaño adopta lo que Mu-
tural que se supone originario, como de publicaciones científicas a partir de De la naturaleza de los predicables, de sus ñoz García denomina una «moral de
si los elementos naturales (el lugar los años 1654-1665, cuando Francisco propiedades según Porfirio, junto con las situación». «Consecuencia del probabi-
geográfico, el color de la piel, las re- Ruiz Lozano publicó seis repertorios o cuestiones del sutilísimo D. Escoto (Lima, lismo es la casuística, opción opuesta
laciones de consanguinidad, etcétera) lunarios astronómicos y un Tratado de 1610). En segundo lugar, la Summulae, al rigorismo», de ahí la acusación de
fueran signos inapelables de nuestras cometas [Lima, 1665].Recordemos que de Cristóbal de Roa Albarracín, y la «laxismo» con que fue estigmatizado
identidades y diferencias culturales. el debate sobre los cometas fue el pun- doctrina de los términos «no signifi- el probabilismo como «causante de
En segundo lugar, el tópico provi- to que desató el inicio de la revolución cativos». En tercer lugar, del libro de todos los males del Perú» por parte de
dencialista de nuestros relatos históri- copernicana de la ciencia moderna. Ildefonso de Peñafiel: Cursusintegri los fundamentalistas morales.
cos, con el que se pretende dar algún Luego del descubrimiento de América, Philosophici, tomusprimus: Disputa II. Se incluyen dos textos que grafican
«sentido» o «destino inexorable» a mirar al cielo adquirió de pronto gran Sobre la naturaleza y propiedades del uni- la disputa del probabilismo: en primer
nuestras representaciones de los acon- interés económico y político. versal (Lugdini, 1653). En cuarto lugar, lugar, el texto antiprobabilista del
tecimientos como encarnación de al- Como una muestra de la crítica al del libro de Juan Espinosa Medrano: abogado de la Real Audiencia de Lima
guna fuerza o designio sagrado que mecanicismo cartesiano en el Perú, he- Philosophia Thomistica Seu Cursus Phi- Francisco Álvarez5. El otro documento
trasciende a las circunstancias y actores mos incluido un manuscrito anónimo losophicus. Tomus prior (Romae, 1688). es un manuscrito inédito del siglo
individuales en pro de algún destino del siglo XVIII (doc. 28) titulado: Papel En quinto lugar, un amplio fragmento XVIII, de autor desconocido, contra-
teleológico. sobre la Física de Descartes. A ello he- de la obra del cosmógrafo jesuita Juan rio a la condena del probabilismo, que
Un tercer tópico está dado por la mos adjuntado fragmentos de una Ramón Conink: Cubus et sphaera circuló clandestinamente en Lima du-
presencia constante de un aura me- obra clásica de nuestra tradición orga- geometrice duplicata (Lima, 1688). Fi- rante el VI Concilio Limense de 1772,
siánica con la que asociamos nuestros nicista: Hipólito Unanue: Observacio- nalmente, de la obra del jesuita José de titulado: La antorcha luminosa.
discursos al poder sobre los demás. La nes sobre el clima de Lima y sus influen- Aguilar: Cursus philosophicus dictatus
presencia reiterada de este rasgo retó- cias en los seres organizados, en especial el Limae. Tomus Tertius. Tractatus in libros Sobre la naturaleza del poder político
rico en nuestra actividad discursiva hombre (Lima, 1805; Madrid, 1815). methaphisicae (Sevilla, 1701). El cuarto debate se refiere a la esfera
nos sugiere la existencia de un tópico de la filosofía política. Dos tópicos de
evangelizador o civilizador del discurso, Sobre la filosofía del lenguaje Los límites del lenguaje y la mística los anteriores debates conf luyen en los
como componente decisivo para la so- La necesidad de construir una comuni- Este debate condujo a otro problema discursos políticos sobre el poder: 1) la
cialización de un discurso cualquiera. dad de hablantes en un mundo multi- clásico de la filosofía moderna: el de representación organicista de la socie-
Estos debates se iniciaron en el cultural condujo a nuevos problemas. los «límites del lenguaje», que a su vez dad y el Estado como un todo y 2) el ca-
contexto de la estabilización de la so- El segundo gran debate filosófico abrió otro camino: «la mística». Una rácter sagrado del Estado como cabeza
ciedad colonial (con las «nuevas leyes» identificado, es el que se sostuvo sobre suerte de alternativa en la sombra providencial del cuerpo social para la
y la «extirpación de idolatrías») que «los universales lógico-lingüísticos», (asociada al fantasma del solipsismo) articular una comunidad multicultural
originó una novedosa sociedad mul- condición de posibilidad de la comuni- adherida a la metafísica moderna del y unificar sus fines trascendentales.
ticultural donde los códigos de convi- cación y convivencia en una sociedad sujeto, desde Descartes, Leibniz y Se han seleccionado textos de
vencia heredados del mundo andino multilingüe. Berkeley hasta el mismo Tractatus, de Diego de Avendaño: Thesaurus Indi-
y europeo se volvieron insuficientes El fracaso de la primera evangeli- Wittgenstein, a inicios del siglo XX. cus (Amberes, 1668) capítulo I: «Si
para articular reglas consensuadas de zación planteó el problema de buscar La literatura mística, a diferencia se puede dudar del derecho de los
una convivencia intercultural. en otra esfera la posibilidad de un de la escolástica, abandona o mira con Reyes Católicos sobre las Indias» y
cambio en el imaginario indígena que escepticismo la vía conceptualista de del libro de Antonio de León Pinelo:
Sobre la filosofía natural permitiera «desarraigar de sus enten- la filosofía teórica y en cierto modo se El paraíso en el nuevo mundo (Madrid,
Lo primero en ser problematizado fue dimientos que ningún otro Dios hay, aproxima a la filosofía práctica. 1656). Igualmente, fragmentos del
el horizonte cosmológico heredado de ni otra deidad hay, sino una». Según La mística consiste en un tipo de libro de Vitorino Gonzales Montero
la fusión del viejo mundo grecolatino, Acosta, dicho cambio resultaba «difi- experiencia de la conciencia que no se y del Águila: Estado político del Reino
árabe y judeocristiano, que articuló la cultosísimo», pues implicaba desterrar produce por la sensibilidad o la razón del Perú (Lima, 1742) y del opúsculo de
convivencia de las comunidades euro- las idolatrías sobre cosas particulares, natural, sino que es de carácter trascen- Pedro Joseph Bravo de Lagunas: Voto
peas e ibéricas en particular durante la «reprobando sus errores en universal»3. dental. Una conciencia que ilumina consultivo (Lima, 1755). Finalizamos
expansión del mundo medieval. Para Acosta la idolatría no se debía desde fuera de este mundo oscuro, con fragmentos de la legendaria Carta
Pero en América (así como en Chi- a la carencia de «razón natural» de los como muestra la emblemática metáfora dirigida a los españoles americanos (Lon-
na e India), la cosmología clásica con- mexicanos y peruanos, sino a una cier- de la oscuridad mundana de Ignacio de dres, 1801) de Juan Pablo Viscardo y
frontó una nueva y más complicada ex- ta «propiedad de las lenguas índicas», Loyola: «ilumina un mundo oscuro que Guzmán.
periencia de integración intercultural. que consiste en su carencia de univer- no se comprende a sí mismo». La presencia recurrente del paradig-
Los europeos se encontraron con for- sales metafísicos, por ser lenguas res- Como hecho lingüístico, el discur- ma organicista en nuestra tradición po-
mas de vida que no se estructuraban tringidas a una lógica de primer orden: so místico constituye un desafío a los lítica fue detectada y estudiada mucho
alrededor de un único «texto sagrado», «De cosas espirituales y puntos filosó- límites del lenguaje: mostrar aquello antes que nosotros por el historiador
ni compartían un único «panteón re- ficos tienen gran penuria de palabras de lo que no se puede hablar con cla- sanmarquino Miguel Maticorena Es-
ligioso universalista», ni organizaban [...] carecían del conocimiento de estos ridad, como «escrituras que carecen trada6: «El organicismo, la metáfora del
su racionalidad a partir de categorías conceptos». Por ello manifestaba que: del sentido corporal». En esta parte “cuerpo” político-social, o analogía orgá-
conceptuales de una universalidad me- «mucho me ha maravillado que [...] no hemos incluido largos fragmentos del nica, constituyó la base de la teoría del
tafísica, tal como compartían la cultura tuviesen vocablo propio para nombrar libro del místico limeño Antonio Ruiz Estado y la sociedad en todo el periodo
antigua europea, árabe y judía. a Dios [...] si queremos en lengua de de Montoya: Sílex del divino amor y colonial de América Latina. El “cuerpo
De la crítica de la filosofía natural indios hallar vocablo que responda de rapto del ánima en el conocimiento de la místico” de San Pablo dio paso al “cuer-
antigua europea surgirán los grandes Dios, como en latín responde Deus y primera causa (Lima, 1650). po político” o “cuerpo moral-político
debates modernos de los siglos XVII en griego Theos y en hebreo Él y en ará- de Francisco Suárez” y se transformará
y XVIII entre los partidarios de la bigo Alá; no se halla este en la lengua Sobre la filosofía moral en América Latina en “cuerpo de na-
novísima filosofía mecanicista de la na- del Cusco, ni en la lengua de Méjico»4. El tercer gran debate se sitúa en el te- ción”, metáfora naturalista, duramente
turaleza y los seguidores de la filosofía ¿Cómo cuestionar entonces las rreno de la filosofía práctica y tiene por criticada por Hobbes y por toda la tra-
organicista de la naturaleza. Ambos idolatrías andinas sobre entes particu- eje la doctrina moral del probabilismo. dición contractualista moderna, por sus
buscaban un cosmos unificado que lares, sin disponer su lengua de térmi- Una de sus primeras expresiones consecuencias autoritarias».
incluyera los mundos hasta entonces nos universales? El trasfondo de este públicas en el Perú la encontramos en * Profesor principal de la Escuela Académico Pro-
ignorados. enigma giraba alrededor de la solución el jesuita Diego de Avendaño (1594- fesional de Filosofía en la Universidad Nacional
En torno a este debate naturalista, de dos problemas típicamente moder- 1688). El texto seleccionado pertenece Mayor de San Marcos (UNMSM) desde 1978.
Es profesor visitante en la Facultad de Derecho
hemos seleccionado dos textos del nos. Por un lado, el llamado «proble- a su monumental Thesaurus indicus José María de Hostos, de Puerto Rico, desde
padre jesuita José de Acosta: Historia ma de la traducción» (caracterizado a (Amberes, 1667-1686, seis volúmenes). 2005. Editor de la serie Cuadernos de Filosofía de
la Facultad de Letras y Ciencias Humanas de la
natural y moral de las Indias (Sevilla, mediados del siglo XX por Jakobson La polémica desató verdaderos UNMSM (1995-1998).
1590) y De Procuranda Indorum Sa- como «comunicación interlingüística escándalos públicos de orden religioso 1 Basadre, Jorge; Historia de la República… 6ª ed.,
lute (Salamanca, 1589). Igualmente, o intersemiótica») o de la «comuni- (el intento de condenar el probabilis- Lima, Ed. Univ., 1970, t. XVI.
2 Belaunde, Víctor Andrés; Meditaciones peruanas.
fragmentos de la obra de Nicolás de cación» (bautizado por Chomsky mo en el VI Concilio Limense de 1772, Lima, P. L. Villanueva Ed., 1963, p. 18.
3 Acosta, Historia natural y moral..., ob. cit. Lib. V,
Olea: Summa Tripartita Scholasticae como «problema de Descartes»), en bajo la acusación de «laxismo» moral) cap. III, p. 142.
Philosophiae (Lima, 1694) y de Joseph la medida en que plantea el siguiente y también de orden político (la expul- 4 Acosta, De Procuranda Indorum..., ob. cit., Lib. IV,
cap. IX, p. 518.
Eusebio Llano y Zapata: Resolución problema: ¿cómo es posible acceder al sión de los jesuitas por la Pragmática 5 Publicado al inicio del libro Idea sucinta del proba-
Physico-Mathematica sobre la formación conocimiento de otras mentes? Sanción de Carlos III del 7 de setiem- bilismo… (Lima, Imprenta Real: Calle de Palacio,
1772, 206 pp.).
de los cometas y los efectos que causan ¿Cómo construir una «lengua ge- bre de 1767, acusándolos de avalar el 6 Maticorena Estrada, Miguel; El concepto de cuerpo
(Lima, 1743). neral» cuya recopilación y composición «regicidio»). de nación del siglo XVIII. Lima, UNMSM, 1974.

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ANTONIO CISNEROS
LAS ESCALAS DEL VIAJE
Peter Elmore*
La poesía de Antonio Cisneros tiene en todas sus escalas el signo del viaje. Da cuenta de una escritura que se desplaza
en las aguas de la historia colectiva y de la experiencia personal. Traza los avatares y las aventuras de un sujeto a la vez
único y plural.

F
igura central de la llamada ria sagrada, le tocaba el turno a la

Foto: Mayu Mohanna


Generación del 60 en el Perú y intervención polémica en la historia
autor de una de las obras poéti- nacional. La alusión risueña a la
cas más importantes en la literatura obra del Inca Garcilaso de la Vega
contemporánea de lengua castella- exhibe el propósito cuestionador del
na, Antonio Cisneros (Lima, 1942) poeta, que a los 22 años recibió por
dejó de estar entre nosotros el 6 de este volumen el Premio Nacional
octubre de 2012. Su poesía, desde de Poesía. El homenaje más asiduo,
Destierro (1961) hasta Un crucero a sin embargo, ha sido el de la imita-
las islas Galápagos (2005), tiene en ción: las revisiones versificadas del
todas sus escalas el signo del viaje. pasado peruano se multiplicaron a
De la distancia y los encuentros, de partir del ejemplo de Comentarios
los extravíos y los hallazgos, da cuen- reales. El ingenio crítico de Cisneros
ta de una escritura que se desplaza se luce, sobre todo, en los poemas
sin temor y con gracia en las aguas satíricos (como, entre otros, «Ora-
—pocas veces mansas, casi siempre ciones de un señor arrepentido» o
turbulentas— de la historia colectiva «Descripción de plaza, monumento
y de la experiencia personal. Carta y alegorías en bronce»). Es notable
de navegación o cuaderno de bitáco- también su laconismo, la conten-
ra, la poesía de Antonio Cisneros ción de la palabra poética, que fue
traza los avatares y las aventuras de un antídoto necesario contra la
un sujeto a la vez único y plural. retórica frondosa de los epígonos
«El puerto /casi ha llegado / del Neruda de Canto general o del
hasta los barcos», declaraba, con Vallejo de España, aparta de mí este
lacónica serenidad, la voz poética cáliz. En Crónica del Niño Jesús de
en el libro del noviciado, publica- Chilca (1981), Cisneros retoma la
do cuando el poeta tenía 19 años. mirada histórica y la voluntad crítica
Cuarenta y cuatro años más tarde, de Comentarios reales, pero rectifica
un hablante febril y clarividente la escala y los procedimientos del
dice, en el primer poema en prosa proyecto: las voces de los poemas
de Un crucero a las islas Galápagos: —salvo la del último, el excelente
«No es en esos meandros, donde «Entonces en las aguas de Conchán
viven los peces de agua dulce, que (verano de 1978)»— proponen ver-
yo el gran capitán broadcaster desta- siones estilizadas de los testimonios
jero, con cien pesos al mes mientras ofrecidos por informantes de una
navego y ciento treinta cuando estoy comunidad campesina, de antigua
en tierra, he sentido terror por lo memoria y agónico presente, en la
que resta de mi ordinaria vida». costa sur de Lima.
Significativamente, entre los esce- A los 26 años, con Canto
narios emblemáticos de la poesía ceremonial contra un oso hormiguero,
de Cisneros destacan las riberas y Último retrato de Antonio Cisneros. Lima, setiembre de 2012. Cisneros publicó uno de los libros
los litorales: bordes cambiantes que más importantes de la poesía
unen y deslindan, márgenes donde la larga duración histórica como libro de Cisneros, David es un ser latinoamericana del siglo XX.
se deciden los destinos y se realizan la actualidad doméstica. Reacio a complejo y, por eso, resistente a los Diestra interpelación de cierta
los balances. Los puntos de partida dividirse entre el impulso cívico y clichés y las fórmulas: héroe y adúl- idiosincrasia limeña, encarnada en
y los destinos invitan a examinar la meditación intimista, el poeta no tero, monarca y poeta, el personaje el maledicente «oso hormiguero», el
una existencia que se descubre en el cede ante la falsa oposición entre recibe, según sus actos y actitudes, poemario es una toma de posición
tiempo y sus cambios. Es lo que se la realidad social y la experiencia la solidaridad o el cuestionamiento —aguda y ferozmente irónica, pero
advierte ya en los títulos mismos de personal: la primera persona de la de su cronista. también nostálgica y emotiva—
«Entre el embarcadero de San Nico- poesía se convierte en una asamblea La simpatía o el sarcasmo tiñen ante el entorno familiar, la propia
lás y este gran mar» y «Medir y pesar de voces y en un teatro de perspec- la imagen del rey, pero la imagen biografía y la ciudad en la que se crio
las diferencias a este lado del canal», tivas. En Ezra Pound y, sobre todo, más plena y genuina del David de el poeta. «Y tuve una muchacha de
dos poemas espléndidos de Canto en Bertolt Brecht, halló Cisneros Cisneros (o de Cisneros en David) piernas muy delgadas. Y un oficio /
ceremonial contra un oso hormiguero claves y propuestas que habría de se revela cuando toma la palabra, Y esta memoria —f lexible como un
(1968), que ganó el Premio Casa de elaborar creativamente. A través del como en «Canto al Señor»: «Estoy puente de barcas— / que me amarra
las Américas, de Cuba, cuando este monólogo dramático y de un repar- acostumbrado al amor, / sin embar- / a las cosas que hice y a las infinitas
era el galardón más prestigioso para to versátil de presencias, el poeta go conozco tu silencio». La plegaria cosas que no hice, / a mi buena o
la poesía en castellano. amplía la órbita de su expresión. precede en más de una década a una mala leche, a mis olvidos. / Qué se
Cisneros, a quien con error se Ya en David (1962), el rey poeta de las obras principales de Cisne- ganó o perdió entre estas aguas. /
le ha visto como exponente de una es la persona (persona, en el teatro ros, El libro de Dios y de los húngaros Acuérdate, Hermelinda, acuérdate
poesía meramente conversacional y clásico latino, designa la máscara (1975), que acoge la vivencia de la de mí», dicen los versos finales
centrada en la vida llana de todos los del actor) que representa el drama conversión religiosa y donde apare- de «Crónica de Lima». En Canto
días, fue un poeta que se desplazó de su vida y lo somete al juicio aje- ce «Domingo en Santa Cristina de ceremonial contra un oso hormiguero,
con soltura por un amplio espectro no. En Monólogo de la casta Susana Budapest y frutería al lado», acaso el el hablante lírico es protagonista
expresivo y formal: f lexible y abar- y otros poemas (1986) una figura poema más hermoso —por su tersa y testigo: el yo confesional tiene la
cadora, la poesía de Cisneros —vita- bíblica —Susana, perseguida y hos- dicción, por el modo en que sostiene densidad y el perfil de un personaje,
lista y culta, coloquial y arcaizante, tigada por los «viejos repelentes»— y un tono jubilosamente ceremonial y de una presencia activa en el teatro
épica y confesional, cosmopolita y un poeta de renombre universal por la impecable plasticidad de las del mundo. La tragicomedia en la
arraigada en la vida peruana— mol- —un Goethe que, en su anciani- imágenes— que escribió Cisneros. cual actúa —y en la que se decide
dea y funde materiales en apariencia dad, no olvida «el vivo deseo por Comentarios reales (1964) fue el el destino de su palabra— es la
dispares. El ámbito de la escritura Annette»— son los otros en los que libro que siguió a David. Después de de la comunicación. Así, el canto
comprende, holgadamente, tanto se refracta el poeta. En el segundo la incursión heterodoxa en la histo- ceremonial de la poesía combate a

CHASQUI 4
«En medio siglo de trayectoria, la RÉQUIEM

poesía de Antonio Cisneros se re- II


Sea este cordero a la norteña

vela como una exploración de las


alegre y abundante
como los bares el viernes por la noche.

escalas y las transformaciones de Siempre esté con nosotros, es decir,


en nuestro corazón,

una conciencia creadora y crítica pero también en nuestro calmo vientre.

Compasivo y sabroso sepa ser


que se pone imaginativamente en el lecho de muerte,
donde cesan la gula y la memoria.
en escena para, al mismo tiempo, Sea el cordero

interrogar los límites de la identi- símbolo y consuelo. Agnus Dei.

Sea eterno el cordero


dad personal, las demandas de la con sus papas doradas partidas en mitad.

historia y las posibilidades comu- Mas no se tenga


por cosa de comer y digerir.

nicativas de la palabra lírica». Sea solo un farol, una bengala


en medio de los fondos submarinos.

quien, con su mala fe, vicia el diálogo alucinado y lúcido— observa con mi- Algo en la mano para esa travesía
social. Otra urbe —Londres, que es rada de vidente, de modo que no es tan oscura y feroz como un mandril.
donde el poeta escribe su libro— se solo el formato del poema en prosa
presenta también como escenario lo que vincula a este volumen con En Las inmensas preguntas celestes, Lima, Jaime Campodónico, 1992.
del habla y la experiencia, en poemas las Iluminaciones, de Arthur Rim-
como «Karl Marx. Died 1883 aged baud. En todos sus destinos —los
65» o «Kensington, primera crónica». del pasado distante, la actualidad y

Foto: Jorge Deustua


El agotamiento de la primera la ultratumba—, el testigo reconoce
aventura europea del poeta es el la paradójica presencia del más allá:
sustento existencial de Como higuera el horizonte de la nostalgia o el de
en un campo de golf (1974), el más la anticipación apocalíptica orientan
voluminoso de los libros publicados la travesía. La imaginación poética
por Cisneros y, sin duda, el más privilegia los litorales y los vastos
cáustico de todos. Los poemas de espacios acuáticos: el signo de Un
desamor (como «Cuatro boleros crucero a las islas Galápagos no es el
maroqueros» o «Dos sobre mi matri- estancamiento, sino la aventura.
monio uno») y los de balance de la La mirada del viajero sentimen-
vida de expatriado (como «Londres tal y creyente abarca, en Un crucero
vuelto a visitar, arte poética 2» o «A a las islas Galápagos, varios tiempos
dedo hasta Florencia») son impres- y diversos planos: es, por ello,
cindibles en la más sumaria de las múltiple y panóptica. En el libro, la
antologías de Cisneros. A pesar memoria y la fantasía distinguen a
de su excelencia formal, el libro se la persona poética, pero lo que en
halla ante un callejón sin salida: el último análisis la define es el cuer-
desencanto cubre todo, incluida la po. Como Jorge Eduardo Eielson
poesía misma. o César Vallejo, para hablar de dos
Para que la travesía continuara, figuras claves de la modernidad poé-
fue necesario el retorno a la fe: tica en el Perú, Cisneros entiende
el verbo renace —celebratorio y en su poesía que el drama humano
solidario, sereno e íntimo— en El es, en un sentido radical, un drama
libro de Dios y de los húngaros. Poesía somático. El dolor y el placer —el
religiosa de alta ley, como la de los pathos y la pasión amorosa— son
sonetos a la Virgen, de José Lezama pulsiones encontradas, pero de la
Lima, o la de Telescopio en la noche misma naturaleza: los misterios de
oscura, de Ernesto Cardenal, es la la carne son problemas del espíritu.
de El libro de Dios y de los húngaros. Nada ilustra lo anterior de un modo
Lo es también la de Un crucero a más trágico que el instante de la
las islas Galápagos (2005), uno de muerte, una y otra vez conjurado en
los libros de poesía más brillantes, las páginas de Un crucero a las islas
imaginativos y complejos de nues- Galápagos. Con su esposa Nora Luna, 1984.
tros tiempos. Entre El libro de Dios En medio siglo de trayectoria, la
y de los húngaros y Un crucero a las poesía de Antonio Cisneros se reve-
islas Galápagos se halla Las inmen- la como una exploración de las es- Últimas publicaciones y homenaje póstumo
sas preguntas celestes (1992), cuya calas y las transformaciones de una
atmósfera de crisis y desasosiego conciencia creadora y crítica que se Antonio Cisneros alcanzó a supervisar la reedición de sus libros Como hi-
replica, en las circunstancias de la pone imaginativamente en escena guera en un campo de golf (Barcelona, Kriller71, 2012), Propios como ajenos
guerra interna y la crisis económica para, al mismo tiempo, interrogar
(México D. F.: UNAM, 2012) y Canto ceremonial contra un oso hormiguero
que devastaron al Perú en la década los límites de la identidad personal,
(Lima: Peisa, 2012). Vio también la reedición de Antología poética (México
de 1980, el clima sombrío de Como las demandas de la historia y las
posibilidades comunicativas de la D. F., FCE), editado y prologado por Peter Elmore, que fue presentado
higuera en un campo de golf.
En Un crucero a las islas Galápa- palabra lírica. póstumamente por la Embajada de México en la Municipalidad de Mira-
gos, la concentración en cuadros f lores. El Ministerio de Relaciones Exteriores del Perú rindió homenaje y
* Su publicación más reciente es la edición organizó una exposición sobre su obra en el Centro Cultural Inca Garci-
dramáticos o escenas líricas define a y prólogo de Antología poética, de Antonio
los poemas en prosa, cuyo ímpetu Cisneros, en la colección Aula Atlántica del laso, donde fue director desde el 2005 hasta la fecha de su fallecimiento.
lleva a los confines de la memoria y Fondo de Cultura Económica (México D. F., La Biblioteca Nacional del Perú le ha dedicado un número especial de su
2012). Es autor de varios libros de ensayo y revista Libros & Artes.
al trasmundo. El yo poético —que se narrativa. Es catedrático en la Universidad
figura como un navegante a la vez de Colorado, Estados Unidos.

CHASQUI 5
TEODORO NÚ
RETR ATO
El 2012 se celebró el centenario del nacimiento de Teodoro Núñez Ureta, uno de los más importantes artistas figur
Vargas Llosa de Arequipa realizaron ex
1

CHASQUI 6
ÚÑEZ URETA:
O DEL PAÍS
rativos del Perú. La galería Pancho Fierro de la Municipalidad de Lima, el Museo de la Nación y la Biblioteca Mario
xposiciones retrospectivas de su obra.
2

T
eodoro Núñez Ureta (Arequipa, 1912-Lima, 1988) fue uno de los más versá-
tiles artistas plásticos contemporáneos. Con sostenida habilidad dominó gé-
neros pictóricos diversos —la acuarela, el óleo, el pastel, el dibujo, el mural al
fresco—, transmitiendo a través de ellos sus sobresalientes dotes de colorista, dibu-
jante y perspicaz escudriñador del alma de su pueblo, vislumbrada a través de las
multifacéticas formas de la realidad. Su aventura vital en el arte fue un permanente
reencuentro con las raíces sencillas y claras del entorno social de su infancia, adoles-
cencia y juventud: la Arequipa de la primera mitad del siglo XX, que mantenía una
estrecha vinculación entre el universo rural de su hermosa campiña y la todavía
apacible atmósfera cotidiana de aquella urbe que en 1950, año en que se traslada a
Lima, no sumaba más de doscientos mil habitantes. Atmósfera atravesada cada
cierto tiempo por convulsiones ciudadanas, que desde el siglo XIX han tenido deci-
siva gravitación en los acontecimientos políticos y sociales del país. Precisamente, el
temprano compromiso de Núñez Ureta con las corrientes renovadoras de su región
le costó el destierro a Chile, donde permaneció en 1932 y 1933. No cabe duda que
la aguda observación de los campesinos y gente humilde de su tierra, la irónica mi-
rada auscultadora de las laberínticas penumbras de los corredores y antesalas de las
audiencias judiciales, la experiencia de ver con ojos burlones a los politiqueros ven-
dedores de ilusiones, junto con sus lecturas universitarias, sus viajes y su talante
denunciador y rebelde, nutrieron su pincel para pintar, como él mismo lo asevera,
«sin patrioterías, sin declamaciones, sin anteojos de turista: al país con su gente, su
paisaje, su esperanza, su grandeza...».

Extracto del prólogo de Teodoro Núñez Ureta: pintura mural, de Luis Enrique Tord, Lima, Fondo Editorial del
Banco Industrial del Perú, 1989.

LEYENDAS:
1. Pasaje iqueño, 1957. Fotografía de Daniel Giannoni. Cortesía de la Municipalidad de Lima.
2. Autorretrato, 1982. Fotografía de Daniel Giannoni. Cortesía de la Municipalidad de Lima.
3. La ciudad de Arequipa. Mural al fresco. 1950. Ubicado en el antiguo hotel de turistas de Are-
quipa. Cortesía del Fondo Editorial del Congreso de la República.

CHASQUI 7
LA COCINA AIMAR A
La cocina sur andina del Perú tiene entre sus fuentes inspiradoras la antigua tradición milenaria del pueblo aimara. Un
reciente libro del antropólogo Hernán Cornejo busca sus raíces en la edición bilingüe aimara-español, publicada por el
Fondo Editorial de la Universidad San Martín de Porres.

L
a cocina aimara es una las coci-

Foto: Jean-Louis Gonterre


nas étnicas más importantes de
Sudamérica, un patrimonio cul-
tural vivo, con sofisticadas técnicas
de cocción, reglas culinarias, fuerte
simbolismo que puede evidenciar
jerarquías, prestigio social, resaltar
antiguos y nuevos roles sociales,
organizar y homogeneizar a los hom-
bres en grandes comidas ceremonia-
les. Maneja criterios funcionales,
intencionalmente puede movilizar
los sentidos, moldear conductas,
equilibrar comportamientos, activar
el funcionamiento de los órganos del
cuerpo [...].
Es una cocina con historia,
donde aún se pueden reconocer
vestigios y estilos culinarios de los
antiguos pucaras, tiahuanacos, pu-
quinas, uros, lupacas, chiriguanos
y pacajes, profundamente arraiga-
dos al sentir del pueblo. Sus ollas
de barro, batanes de piedra, morte-
ros, moledoras y vasos ceremoniales
testimonian el tiempo. Desde los
primeros hombres que llegaron al
Altiplano hasta nuestros días, los
aimaras han edificado una cocina
con un recetario de sorprendentes
sabores y técnicas de preparación
que muy bien pueden ser utilizados alimentan a todo el pueblo en los res fuertes y consistentes.

Foto: Juanjo Calvo


en el mundo moderno. días de fiesta y feria. También resal- En Moquegua, los aimaras
En el Perú, específicamente en tan los guisos magistrales y venera- vienen de los pueblos de Ca-
los departamentos de Puno, Tacna, dos como el huaicani, matasca, thim- rumas, Cuchumbaya, San
Moquegua y Arequipa, se puede dis- po, picante y el legendario olluquito Cristóbal, Samegua, Sorata,
tinguir estilos culinarios altamente con charqui. A ellos deben agregarse Calacoa e Iscoña. Los pla-
diferenciados por sus sabores, estilos los soberbios platos de fiesta como el tos que más destacan son el
y estética. Este libro permite recupe- lechón al horno, variedad de asados asado de alpaca y kanka de
rar la simbología y recetas de la co- e irreverentes rocotos rellenos con llama. Además, en los po-
cina aimara del Perú y en particular mucha vitalidad y armonía. blados de Carumas son es-
las técnicas de cocción, discreciones y pecialistas en la permanente
excesos en la condimentación, prepa- La cocina aimara de Tacna comercialización de frutas
raciones virtuosas, sofisticadas reglas Es una cocina que ha sabido conser- secas de durazno, melocoto-
gastronómicas y formas encubiertas var mucho de la esencia de la tradi- nes y quesos.
de modernidad, tolerancia y asimila- cional gastronomía aimara, debido a
ciones con cocinas cosmopolitas. la cercanía con los pueblos de Puno. La cocina aimara de Are-
La principal característica de esta quipa, valle del Colca
La cocina aimara de Puno zona aimara es la preponderancia Lentamente se va extin-
Es una cocina que se caracteriza de platos a base de frituras. Las co- guiendo la cocina aimara
por la sencillez y por mantener el cineras aimaras de Tacna no tienen en la ciudad de Arequipa.
sabor natural de los alimentos. No ninguna timidez a la hora de espe- La presencia aimara en esta
se complica con excesivas especies ciar sus preparaciones, pues apelan a ciudad está casi extinta, solo
y frituras. La cocinera aimara de sofisticados sistemas de cocciones y queda una gran cantidad
Puno se esmera en dominar al máxi- frituras. Su habilidad está en lograr de toponimias y calles con
mo los tiempos de cocción para que preparaciones virtuosas llenas de nombres aimaras, inclusive
sus platos no queden excesivamente combinaciones en carnes y chuños. muchos de sus platos, como
cocinados y ni pierdan el sabor ori- el caldo de chuño negro, bién con el turismo. A pesar de ello,
En Tacna los aimaras viven en los últimos aimaras collaguas del va-
ginal de sus ingredientes. Estas gue- los pueblos de Tarata, Ticaco, Sitaja- caldo blanco, chairo, chaquetri-
rreras del sabor se caracterizan por pas, etcétera, han sufrido un lento lle del Colca mantienen sus costum-
ra, Susapaya, Chucatami, Turacachi, bres, celebraciones, algunos ritos de-
preparar majestuosos caldos y guisos Estique-Pampa, Chucatami, Ticaco, mestizaje y han sido asimilados a la
delicados con sabores extremos, y gran culinaria arequipeña. Pero es dicados a los cultivos y fiestas, con
Candarave, Curibaya, Quilahuani, marcados rasgos aimaras, como la
destacan, además, por ser expertas Huanuara, Cairani, Ilabaya, Cami- necesario resaltar que en las últimas
en comidas ceremoniales y de cálcu- décadas miles de migrantes aimaras danza del Q’amili, Wit’iti o Wifala,
laca, Calana, y en los asentamien- Tukutusuy, carnavales, Fiesta de las
lo preciso para alimentar a grandes tos humanos de Alto de la Alianza de nuevo han poblado masivamente
multitudes. asentamientos humanos de Ciudad Cruces, techamientos de casa,
y Nueva Esperanza. Los platos que Jenq’aña y Todos los Santos. Los pla-
En Puno los aimaras viven en los más resaltan y se distinguen por su Principal, Cerro Colorado, Ciudad
pueblos de Tilali, Conima, Moho, Blanca, Israel, Miguel Grau y Hun- tos más destacados de los collaguas
sello aimara son el chicharrón de al- del valle del Colca son los legenda-
Rosaspata, Vilquechico, Huancané, paca, el lechón al horno y los sober- ter.
Juliaca, Puno, Ilave, El Collao, Chu- Por otro lado, un importante gru- rios chupes de maíz y cebada, tam-
bios caldos de carnero. bién los asados y chicharrones de al-
cuito, Yunguyo y Sandia. Los platos po de aimarahablantes vive en el va-
que en su mayoría se preparan en lle del Colca, específicamente en paca y llama, humitas, mazamorras
La cocina aimara de Moquegua de chuño o harina de maíz, tripas re-
estos pueblos son los caldos a base Imaginación y sabor caracterizan a la Caylloma, Tisco, Sibayo, Callalli,
de pescado del lago Titicaca, como Tuti, Canacota, Chivay, Achoma y llenas de sangre, o jolques de hígado.
culinaria aimara de Moquegua. En
el carachi (pescado nativo del lago), ella predominan las carnes, choclos Maca. Estos aimaras conviven con Extractos de La cocina aimara. Aymarana phaya-
y también los suculentos e inolvida- y papas, una trilogía de sabores que un mercado emergente de exporta- ñapa, de Hernán Cornejo, Lima, Fondo Edito-
ción de lanas de auquénidos y tam- rial de la Universidad de San Martín de Porres,
bles caldos de cabeza de carnero que permiten preparar platos de sabo- 2012. Ver www.usmp.edu.pe /fondoeditorial.

CHASQUI 8
RECETAS
CALDO DE PAPALIZA ASADO DE LLAMA

INGREDIENTES | 4 porciones INGREDIENTES | 4 porciones


300 gramos de olluco cortado en larguitos 8 presas de carne de llama
250 gramos de carne de chalona, remojar- ½ taza de ají panca molido
la 15 minutos antes de la preparación 1 cucharadita de comino
4 papas peladas y partidas en dos 1 cucharadita de pimienta
1 zanahoria cortada en largo 1 cucharadita de huacatay
½ taza de habas verdes Sal al gusto
1 cebolla cortada en cuadritos ½ taza de aceite
3 cucharaditas de ajos molidos
GUARNICIÓN
1 rama de perejil
8 papas peladas untadas con ají panca y aceite
2 cucharadas de aceite
8 chuños negros sancochados
Sal y pimienta al gusto
2 litros de agua PREPAR ACIÓN
La noche anterior marinar la carne de llama solo con sal y agua. Al día siguiente
PREPAR ACIÓN
en un pocillo preparar un aderezo con ají panca, ajo, pimienta, comino, sal.
En una olla preparar aderezo con aceite, cebolla, pimienta, comino y chalona.
Seguidamente untar la carne con el aderezo, a la cual a veces es necesario darle
Dejar que sude y agregar agua. Cocinar hasta que la carne esté blandita e incor-
algunos cortes para que el marinado sea parejo. Después poner la carne en una
porar las verduras y el olluco. Dejar cocinar por 10 minutos y agregar las papas,
asadera y untar las papas con ají panca. Hornear durante 20 minutos, voltear la
rectificar la sal. Servir y espolvorear con perejil.
carne y esperar a que tenga la cocción perfecta para servir con chuño sancocha-
do y papas.

TUNTA RELLENA CON QUESO KUSA DE CHUÑO

INGREDIENTES | 5 porciones INGREDIENTES | 42 a 45 vasos apro-


20 chuños blancos o tuntas, remojados la ximadamente
noche anterior 1 kilo de harina de tunta previamente re-
200 gramos de queso preferentemente de mojada, tostada y molida en batán
paria 2 palitos de canela
1 taza de leche evaporada 8 clavos de olor
50 gramos de mantequilla 2 bolas de chancaca
½ cucharadita de anís 10 litros de agua
1 cola verde de cebolla
PREPAR ACIÓN
1 rama de muña
La tunta debe ser remojada el día anterior, y en la mañana siguiente se debe
2 cucharadas de aceite
escurrir toda el agua. Después debe ser triturada en el batán con mucho cuidado
Sal al gusto
y reservarla. En una sartén tostar la tunta ligeramente u reservarla en la intem-
2 litros de agua o hasta cubrir con agua los chuños
perie. Esta operación tiene la finalidad de activar los jugos naturales y segregar
PREPAR ACIÓN el almidón necesario en el momento de la cocción. Después en una olla grande
La noche anterior lavar y remojar los chuños blancos o tuntas en un recipiente cocinar durante una hora aproximadamente la tunta con agua, chancaca, canela
destapado. Una hora antes de la preparación escurrir el agua y reservar en el y clavo de olor. Dejar enfriar y cambiar de recipiente, para ello es necesario sepa-
recipiente. En una olla grande de barro cocinar los chuños, la cola verde y la sal rar la harina de tunta y el líquido con una tela delgada. Al momento de servir,
al gusto. Esperar unos 20 minutos, luego escurrir el agua, agregar varios chorros agregar y corregir el azúcar. Servir en vasos. Al final se puede espolvorear con
de aceite, esperar de 8 a 10 minutos y retirar la olla. Destapar la olla unos minu- canela molida.
tos y reservar en otro recipiente, luego cortar por la mitad los chuños, untarlos
con mantequilla, juntarlos con una tajada de queso y reservar unos minutos. En
una olla grande colocar con mucho cuidado los chuños rellenos y agregar leche,
mantequilla, anís y sal al gusto, cubrir con delgadas tajadas de queso y cocinar a
fuego lento de 10 a 15 minutos, o hasta que el queso logre un punto «ligoso» y
se consuma la leche.

KISPIÑA ASADO DE ALPACA

INGREDIENTES INGREDIENTES | 4 porciones


1 kilo de harina de quinua (previamente 4 presas de carne
tostada y molida en batán) 5 cucharadas de ají panca molido
250 gramos de catawi (mezcla de cal con 4 cucharadas de ajos
agua) 1 taza de cerveza negra
Sal al gusto Sal, comino y pimienta al gusto
3 tazas de agua fría
GUARNICIÓN
PREPAR ACIÓN 8 chuños negros sancochados
Hacer una masa de harina de quinua con catawi y un poco de agua, mezclar hasta 8 papas peladas sancochadas
lograr una masa casi amarillenta, luego sobarse las manos con un poquito de Llahua (salsa preparada de ají amarillo panca, cebolla, aceite y ajo)
aceite y con la masa formar un hilo grueso que pueda fácilmente ser cortado en Ensalada de lechuga, cebolla, tomate y marinado como limón, comino, pimienta
pequeñas porciones y moldeado con la presión de los cuatro dedos, hasta lograr y sal
una forma de pequeñas galletas y reservar unos minutos. En una olla de barro se
PREPAR ACIÓN
introduce una base que impida el contacto de la masa con el agua, el ingenio de
El día anterior preparar en un recipiente o plato hondo un marinado o jugo con-
la mujer aimara consiste en introducir maderitas o palitos, y una capa de paja o
dimentado con ají, comino, sal, ajo y cerveza. Luego untar la carne, taparla con
uchu andino. Cocinar al vapor los kispiños de 10 a 12 minutos, y luego voltear
una servilleta delgada y dejar reposar durante 12 horas aproximadamente. Al
hasta lograr una cocción apropiada. Retirar de la olla y envolver los kispiños en
día siguiente, calentar el aceite en una sartén y freír la carne. Servir con 2 papas
una manta hasta que se enfríen.
sancochadas, 2 chuños y ensalada de llahua.

CHASQUI 9
EL VALS Y LA CANCIÓN CRIOLLA
Gérard Borras*
El vals criollo peruano sigue asociado a célebres compositores y artistas que le dieron fama internacional a mediados
del siglo XX. El autor de El vals y la canción criolla (1900-1936) propone una nueva lectura de esa época, poniendo en
evidencia las estrechas relaciones entre el vals y los habitantes de Lima.

E
l 18 de octubre de 1944, el la memoria colectiva de Lima y del
presidente de la República, patrimonio nacional. Pero ese es el
Manuel Prado, estableció que problema. Si la música es soporte de
el 31 de octubre de todos los años memoria, elemento de memoria, su
sería en adelante festejado como el vínculo permanente e íntimo con el
Día de la Canción Criolla, fecha mundo que la hace nacer y le confie-
en la que se rendiría un homenaje re sentido, la transforma en un ob-
específico a la música «popular»1, jeto cultural extremadamente fugaz.
esencialmente tocada y consumi- Ahora bien, en Lima existe un sor-
da hasta entonces por los sectores prendente desfase entre lo que «es-
modestos de la capital. Este acto tos grupos han hecho del pasado»,
oficial, y finalmente muy político en retomando la expresión de Pierre
el contexto de la época, consagraba Nora, y el pasado mismo. Por diver-
una expresión cultural que hasta ese sas razones, lo que la memoria colec-
momento no había tenido sino re- tiva peruana ha conservado de esta
laciones bastante lejanas y bastante época «matriz» del vals y de la can-
distendidas con los salones dorados ción criolla es una memoria trunca,
de la República. Este reconocimien- por no decir amputada, y le ha sus-
to le permitía pasar, según la expre- tituido representaciones que poco o
sión de Llorens Amico, «del callejón nada tienen que ver con lo que fue
al palacio» (1983: 62) y probaba si la realidad. Esta parte olvidada es la
era necesario que las canciones eran que hemos querido volver a encon-
un poco menos frívolas y sin impor- trar y analizar, como primera etapa
tancia como lo pretendían algunos. hacia una comprensión global de las
Esta producción musical y cultu- evoluciones socioculturales del vals
ral difundida, tocada y consumida criollo.
en Lima de 1900 a 1936 es el objeto Las dos fechas que enmarcan
de nuestro estudio. En el seno de el periodo estudiado en esta obra
este grupo de música criolla de bas- delimitan un espacio que no es ho-
tantes vagos contornos, se consolidó mogéneo desde el punto de vista
progresivamente un género desde fi- de las producciones y consumos
nes del siglo XIX, como lo hicieron musicales. 1900 es por cierto una
en otros lugares el tango, el son, la fecha «práctica», pero es también el
samba y la maxixa. En un inicio es momento en el que varios indicios
conocido como vals limeño2, antes muestran que el vals limeño emerge
de convertirse paulatinamente en y comienza a construir sus propias
vals criollo, término que lo identifi- características coreográficas y me-
ca con el criollismo, verdadero arte lódicas. Por eso la hemos escogido.
de vivir —según algunos— típicamen- 36 años más tarde muere Felipe Pin-
te limeño. Este es el que privilegia- glo. Su desaparición es la otra fecha
remos en nuestro estudio teniendo, símbolo que hemos escogido a pesar
al mismo tiempo, cuidado de no ais- de los problemas que planteaba. En
larlo totalmente de los otros géneros Carátula de Lima, el vals y la canción criolla (1900-1936). efecto, muchas cosas cambiaron des-
con los cuales compone un modo de la época en que la única manera
sonoro y estético particular. tes que lleguen los andinos, habría memoria amnésica o ideológicamen- de escuchar y de hacer música impli-
La unción oficial del presidente que añadir. Esta producción sólida- te reconstruida y una historia simple- caba la presencia simultánea de los
Prado estuvo acompañada en los mente apoyada por la producción mente más cerca de los hechos es la músicos y de los oyentes. Los años
años que siguieron de una produc- discográfica, la radio y después la que ha guiado en buena parte la re- veinte marcaron una ruptura con la
ción, a la vez, abundante y de cali- televisión, producirá una verdadera dacción de la obra aquí presentada. primera ola de difusión masiva de
dad. «La Generación del 50 [es] la cortina de humo que no permite dis- El epígrafe que cita a Jacques Le Goff discos. 1927 asiste a la llegada del
época cimera de nuestra canción tinguir de la época de los orígenes e indirectamente a Pierre Nora toma cine hablado y musical. De 1930 a
popular costeña», escribe uno de los sino escasas melodías antiguas que aquí todo su sentido. 1936, las radios extienden sus redes
observadores mejor informados del no vienen a chocar con las represen- En esta empresa ambiciosa, la y su inf luencia, el disco y los apara-
momento (Manuel Zanutelli 1999: taciones aceptables. canción podía desempeñar un rol tos de lectura como las «vitrolas» se
99). Pero se asiste entonces a un Este retorno insistente hacia un esencial no perdiendo nunca de vista convierten en objetos comunes. El
desplazamiento por lo menos inte- pasado idealizado dio origen en gran esta relación particular que mantie- vedetariado se ha consolidado en
resante. La canción criolla asume parte a la escritura de Lima, la horri- nen las músicas y las canciones con el mundo de la música popular y se
en ese momento una función social ble, asombroso panf leto incendiario la memoria o las memorias. Pocas puede hablar de una verdadera in-
indudablemente nueva. Las muta- en el cual Sebastián Salazar Bondy expresiones humanas —excepto tal dustria del espectáculo en este cam-
ciones ocasionadas por las migra- (2002 [1964]) desenmascara las fic- vez su vecina, la poesía— tienen esta po. A esto se añade la evolución de
ciones darán un estímulo al antiguo ciones y las representaciones enga- capacidad de asumir las representa- los gustos musicales que tienen inci-
mito de la «Arcadia colonial» y una ñosas del criollismo4. Salazar Bondy, ciones de las emociones y transmi- dencias inmediatas sobre la manera
recuperación de vigor al criollismo tras González Prada y su prosa viru- tirlas a través de los años. Por cierto, de componer música. Habríamos
como valor que puede servir de de- lenta, después del «voto en contra» sabemos muy bien que ya no se trata podido reducir el periodo para dar-
fensa ante la inquietante vitalidad de Mariátegui5, denuncia esta fábula totalmente de la «misma» canción. le más coherencia, pero perdíamos
de los andinos que llegan a la capi- que trata de construir esta imagen Es obvio que «Jan Petit qui danse», mucho. Primero porque la diferen-
tal. El vals, más que sus congéneres idílica de la «Ciudad de los Reyes». aún familiar en los oídos de muchos cia tiene algo bueno: los dos perio-
de la canción criolla, será una de Para Salazar Bondy, el problema habitantes del sur de Francia, no tie- dos producen expresiones distintas
las herramientas de este intento de mayor nace de la relación que los ne completamente el mismo sentido y se capta mejor sus características
reescritura de la realidad. Antaño habitantes de Lima tienen con la que aquel que podía tener siglos an- específicas gracias a su compara-
expresión predilecta de los sectores memoria o más, exactamente, con tes8. Según las épocas, los receptores ción. Luego, porque, teniendo un
más marginalizados, «gente de me- la historia. Parecen satisfacerse más se las apropian y les dan a menudo enfoque más reducido, perdíamos la
dio pelo» de la sociedad urbana, este gustosamente con los contornos bas- nuevos significados, pero el objeto oportunidad de ver los sorprenden-
pasa a ser en las composiciones de tante vagos del mito, «la extraviada está ahí y perdura. El vals criollo tes nexos entre la canción y un con-
Chabuca Granda y otros la expre- nostalgia»5, que con la «realidad-rea- no es una excepción. A más de un texto sociopolítico extremadamente
sión idealizada de un pasado histó- lidad» para retomar la expresión tan siglo de distancia, canciones como rico: el oncenio que toca a su fin, la
rico maravilloso en el que todo era apreciada por José María Arguedas7. «La Palizada», «El guardián», «Tus crisis con Chile por Tacna y Arica,
«lujo, calma y voluptuosidad»3, an- Esta relación desfasada entre una ojitos», etcétera, forman parte de con Colombia por Leticia, el surgi-

CHASQUI 10
SONIDOS DEL PERÚ
Máquina destrucción Naturaleza luminosa
Autobús Los Últimos Incas
(Independiente, 2012) (Independiente, 2012)

Autobús, una banda con varios El dinamismo y la técnica del rock


años en la escena indie limeña y que progresivo, unidos al virtuosismo
logró gran notoriedad al abrir los del jazz, del ritmo inquieto del funk
conciertos de las internacionales The y de toda la identidad, misticismo y
Killers y Franz Ferdinand, presenta fuerza que imprimen los instrumen-
su segundo larga duración, titulado tos tradicionales peruanos, hacen
Máquina destrucción, disponible de la música de Los Últimos Incas
en su integridad en su página web (LUI) una experiencia en el que lo
ht tp://autobusmusic.bandcamp. destrucción nos refiere directamente ecléctico es el hilo que da unidad al pensamiento andino, y podremos
com. Los puntos más altos del disco al Smashing Pumpkins del Mellon tejido. Un aspecto interesante de este encontrar joyas como «Llanto de la
están en los terrenos de la produc- Collie and the Infinite Sadness, con grupo es el afán por la investigación. Pachamama», llena de poesía y de de-
ción, grabación y ejecución, que algunos sutiles toques dance más Naturaleza luminosa, cuarto trabajo nuncia contra el daño ecológico. Un
plasman el buen hacer de una banda cercanos a los primeros The Killers; de la banda, es un álbum que ostenta marco musical imponente, un trabajo
que conoce su negocio y domina las todo inmerso en una estética con una coherencia y unidad digna de un de voces impecable y un sonido que
convenciones del estilo, pues el indie toques retro y artsy (que se extiende disco conceptual, pero que se debe no tiene nada que envidiar a trabajos
es un género que hace tiempo dejó al arte conceptual del álbum y a los más a los aspectos musicales que a los salidos de grandes disqueras, vuelve
de definirse por su distribución, para videos) muy de moda actualmente temáticos. Fuera de eso, las letras de a Naturaleza luminosa un álbum im-
hacerlo mediante sus propios están- y que más de uno etiquetará como las canciones reivindican aristas del prescindible. (Óscar Soto Guzmán).
dares estético-musicales. Máquina hipster.

miento del APR A, la llegada al po- Al final del volumen, agrupamos la vemos en la práctica desde múlti- te y, cuando califica a la cultura, sugiere un
conjunto vago cuyas capacidades analíticas y
der de Sánchez Cerro..., la aparición una selección de textos sobre la que ples facetas. Estamos lejos de agotar heurísticas son, a lo menos, poco evidentes»
también de otros actores, de otros hemos trabajado. Para el lector allí el objetivo y cierto número de temas (Martin 2000: 169-183). En el campo musi-
testigos como La Lira Limeña, que hay una suma importante de infor- como los deportes, el fútbol en par- cal, la masificación de la difusión ha hecho
comienza a publicar en 1929. maciones extraídas de soportes muy ticular, hubiera podido enriquecer el aún más evidente el lado inoperante de las
fronteras que algunos han querido trazar. La
Al comienzo solo teníamos una difíciles de encontrar, los discos y corpus presentado aquí. música erudita de Shostakóvich difundida re-
idea aproximada de la memoria per- los cancioneros. A partir de este cor- El tercer capítulo en sí no es petidamente en spots publicitarios y tarareada
dida, y estábamos lejos de sospechar pus puede acompañar la lectura y, si muy diferente, en el fondo, del que en la calle ¿no es tan «popular» como el último
hit de moda, escuchado también por las élites
lo que íbamos a encontrar. Para lo- lo desea, proseguir el trabajo empe- lo precede. Muestra cómo la can- políticas o culturales? En nuestro estudio
grar hemos privilegiado un proce- zado en este breve estudio. ción «dice», comenta, habla, de las «música popular» remite a una música tocada
dimiento que en muchos aspectos Este se organiza en torno a tres crisis sociales, de la política, de los y consumida esencialmente en los sectores
modestos de la capital peruana sin prejuzgar
fue una verdadera prueba a medio grandes movimientos, estando cada conf lictos con los vecinos del norte los elementos estéticos que la componen.
camino entre la pesquisa de detec- uno de ellos en deuda con algunos y del sur. También es el ref lejo, la 2
En nuestro estudio conservaremos el término
tive y el recorrido del combatiente. procedimientos. El primer capítulo imagen de estas situaciones. Pero de ‘vals’ tal como es utilizado en Lima. Lo he-
mos preferido a ‘valse’, otro término limeño
No podíamos obviamente satisfacer- debe mucho a la etnomusicología, al consagrar aquí una parte especí- pero que mantenía la confusión con el ‘valse’
nos con las representaciones vehi- disciplina que, en muchos aspectos, fica a las relaciones entre «música y europeo, y a ‘valsecito’, diminutivo ambiguo.
culadas por esta memoria colectiva, fue pionera al proponer prestar una política», nuestra intención era, sin 3
«El desarrollo de la difusión radial y televisiva
a partir de los años 50 va modificando el ca-
voluntariamente o no castradora, mirada (y una oreja) aguzada sobre embargo, la de superar la idea se- rácter de la producción y difusión del vals, am-
sino ir in situ, como el antropólogo las complejas relaciones entre lo mu- gún la cual la música, la canción y la pliando su espectro social. Las clases medias
sobre el terreno, a buscar los rastros sical y lo social. Al darle forma me danza serían simplemente el espejo y altas reconsideran entonces su tradicional
y los indicios que reconstruirían vino a la mente a menudo la célebre de lo que ocurre en una sociedad. desprecio; es más: lo asumen como propio,
identificándolo con una imagen fetichista de
una imagen sonora, visual, sensible, frase de Mantle Hood (1963): «El Esta lectura, esta percepción de los lo limeño que sobrevive hasta nuestros días.
de lo que pudo ser el vals criollo, la estudio de la música por sí misma y objetos sonoros les denigraría el de- De ahí su oficialización, su vinculación con
canción criolla de esta época. Se tra- en el contexto de su sociedad». Esta recho de existir por sí mismos, solo una Lima señorial inexistente y su afirmación
en lo negro como contrapeso a la creciente
taba de encontrar la mayor cantidad frase marca sin duda todo nuestro serían el «ref lejo de», «la imagen de». presencia cultural andina en la ciudad» (Pilar
posible de «rastros» que permitiesen estudio, pero hemos querido en el Finalmente, su función no sería sino Núñez Carvallo 1991: 101. Cfr. Christian
conocer mejor el objetivo en sí, de primer movimiento esbozar un con- la de ser servidores dóciles de los Giudiccelli 2000: 93-104).
4
«Salazar Bondy deviene en Lima, la horrible
privilegiar su «materialidad objetiva» texto social en que aparecerían los mensajes que deben transmitir. En un crítico insobornable de la Arcadia, un
protegiéndonos de un análisis que actores, los creadores, las redes de este sentido, la canción que dice que Perseo que mira cara a cara a la Medusa, una
haría de la lectura del texto de can- difusión, y, al mismo tiempo, otor- es el ref lejo de una situación, sería ave de rapiña que no acepta la leyenda colo-
nialista como heredad ni los fantasmas que
ción la única vía posible de estudio. gar un lugar significativo al primer mucha más «informativa» que «per- la pueblan como antepasados venerables...»
Aun cuando los métodos de análisis término de la ecuación: el vals en sí formativa». Ahora bien, este capítulo (Treviños y otros 2002: 17).
literario han sido en extremo útiles, mismo. Consagrarnos tanto como nos facilita mostrar lo contrario. En 5
Última frase de Lima, la horrible (Salazar Bon-
dy 2002 [1964]: 132).
la reconstitución de la memoria del es posible a los elementos formales el meollo de las crisis y de los conf lic- 6
Título del primer capítulo de la obra de Sa-
vals criollo o de una parte de esta que lo fabricaban, para en retorno tos, la canción se vuelve «un actor de lazar Bondy. La expresión es de Raúl Porras
implicaba un procedimiento que comprender mejor sin duda sus fun- la historia» para retomar la hermosa Barrenechea.
pusiese en la mira una multiplicidad ciones en el seno de la sociedad pe- expresión de Jean Queniart (1999).
7
Cfr. Primer encuentro de narradores peruanos
(Arequipa, 1965). Lima, Casa de la Cultura,
de soportes. Siguiendo en esto el ruana de comienzos de siglo. Estamos lejos entonces de los chis- 1969.
procedimiento sugerido por Roger En el segundo capítulo se privi- pazos románticos o de los amores 8
Se trata de una antigua canción que narra de
Chartier, hemos otorgado un lugar legian las representaciones. ¿Cuán- macabros —por no decir necrófilos— manera indirecta los suplicios que se inf ligía
a los condenados.
esencial a los objetos: discos, par- tas veces no hemos escuchado que que algunos valses se complacen en
tituras, catálogos de editores, can- la música era el «ref lejo», la imagen escenificar.
cioneros, revistas, diarios, etcétera. de la sociedad en la cual es creada?
Introducción de Lima, el vals y la canción criolla
Tantos elementos que como el hilo Alain Darré lo dice con mucho (1900-1936). Gérard Borras. Instituto Francés CHASQUI
de Ariadna posibilitaban encontrar acierto: de Estudios Andinos e Instituto de Etnomusi- Boletín Cultural
el rastro de cantidades de canciones en un efecto de espejo perma- cología de la Pontificia Universidad Católica del
MINISTERIO DE RELACIONES EXTERIORES
Perú, 2012. 503 pp. www.ifeanet.org / www.
y de músicas hoy totalmente olvida- nente lo musical ref leja el espacio pucp.edu.pe /ide
das y que, sin embargo, esclarecían social el mismo que lo reviste a * Es profesor de estudios latinoamericanos en
Dirección General para Asuntos Culturales
de manera extraordinaria la vida, las su vez insuf lándole nuevos senti- la Universidad de Rennes 2, miembro del Jr. Ucayali 337, Lima 1, Perú
prácticas, las representaciones de los dos (1966: 13). Centre de Recherches Historiques de l’Ouest Telefono: (511) 204-2638
músicos y de los oyentes, en el con- Hemos intentado seleccionar en (CERHIO) del Centro Nacional de la Inves-
tigación Científica. Dedica sus investigacio- E-mail: boletinculturalchasqui@rree.gob.pe
texto de su sociedad. Nuestra pri- esta parte cierto número de temáti- nes a las relaciones entre músicas populares Web: www.rree.gob.pe/politicaexterior
mera intención ha sido otorgar un cas representativas de los grandes y sociedades en América Latina y el Perú en
amplio espacio a los «objetos encon- temas que inspiraban a los letristas particular. Es coautor con Fred Rohner del Los artículos son responsabilidad de sus autores.
disco Montes y Manrique. Cien años de música
trados». Aunque recarguen el texto, y a los compositores de la canción peruana 1911-2011. Este boletín es distribuido gratuitamente por
no hemos dudado en mostrarlos, en criolla. Después de haber puesto en 1
No hay término de más compleja definición las misiones del Perú en el exterior.
insertar imágenes, representaciones, evidencia en la primera parte del es- que el de «popular», sobre todo cuando se apli-
porque en su materialidad hay toda tudio la sorprendente capacidad de ca a la cultura. En un encomiable trabajo de Impresión:
clarificación Denis-Constant Martin hace la Editora Diskcopy S. A. C.
una red de significados a la que de- la canción para decir los aconteci- siguiente observación: «La categoría popular
seábamos que el lector sea sensible. mientos, transmitirlos y divulgarlos, no es, en general, ni precisa ni discriminan-

CHASQUI 11
CAHUACHI, LA CAPITAL TEOCRÁTICA
NASCA
Federico Kauffmann Doig*
El Proyecto Nasca ha revelado, con el apoyo de la cooperación científica y arqueológica italiana, novedosos hallazgos de las
milenarias poblaciones que se fueron sucediendo en los valles de Nasca y en Cahuachi, considerada la capital teocrática.

E
n 1982 el arqueólogo y arquitec-
to italiano Giuseppe Orefici se
aprestaba a investigar los diversos
testimonios del remoto pasado presen-
tes en la cuenca del río Grande de Nasca
y en particular el de Cahuachi, soberbio
conjunto arquitectónico pertenecien-
te a la cultura Nasca, que se ubica en
la cuenca del río Nasca. Por entonces,
en el mencionado sitio solo asomaban,
en medio de un paisaje desértico, algu-
nas colinas y restos de vetustos muros.
Estos remanentes evidenciaban que
aquellos promontorios, aparentemente
naturales, ocultaban antiguas construc-
ciones. En algunos casos de carácter ci-
clópeo, por lo que el historiador Josué
Lancho Rojas señala a Cahuachi como
el centro ceremonial de barro más anti-
guo del mundo.
El hecho de que no eran meras co-
linas solo lo certificaban algunas foto-
grafías aéreas que circulaban en medios
profesionales. Las mismas revelaban
Consolidación del Templo del Escalonado con la visión de la Gran Pirámide de Cahuachi.
que Cahuachi era un antiquísimo asen-
tamiento formado por enormes edifi-
caciones piramidales, que quedaron dicarlo en definitiva como un centro en testimonios plasmados en el manojo yacía ataviado con suntuosos tejidos, co-
sepultadas por gruesas capas aluviales. ceremonial paradigmático. Si bien esto iconográfico asociado a Cahuachi, Ore- llares de cuentas, pulseras de oro y plata
Ahora, gracias a una permanente se presumía desde las investigaciones fici ahonda en el tema del pensamiento y un ornamento facial elaborado me-
labor, conducida científicamente, Giu- de Alfred Kroeber en 1926, William religioso. Recalca la íntima vinculación diante una lámina de oro martillada, re-
seppe Orefici, al frente de su Proyecto Duncan Strong en 1957 y Helaine Sil- que se atribuía a las divinidades frente a pujada y recortada. Hacia ambos costa-
Nasca, ha devuelto a Cahuachi su an- verman en 1984-1985, ahora tenemos la naturaleza. Débase mencionar como dos de este simbólico adorno facial, que
tiguo esplendor. No solo ha retirado la certeza de que Cahuachi no fue la el más valioso documento iconográfico, era sujetado en la nariz dejando libre la
cuidadosamente las capas aluviales que capital de la cultura Nasca; sin que por puesto al descubierto por Orefici, una fi- boca, el orfebre representó claramente
por más de un milenio ocultaban las ello deba descartarse su doble función, gura de grandes proporciones estampa- mostachos de felino; como en la parte
gigantescas estructuras piramidales del tal como la cumplida en su gran mayo- da en una de las paredes del Templo del inferior del mismo, también se observa
conjunto arquitectónico, ha ejecutado ría por los monumentos arquitectónicos Escalonado y trazada cuando la capa de una hilera de cabezas cercenadas que al
obras de consolidación y restauración portentosos erigidos en el antiguo Perú, barro que la revestía se encontraba to- parecer aludían al alimento reclamado
de diversas edificaciones que integran de fungir de sedes de culto y ceremo- davía húmeda. La figura está compuesta por la divinidad imaginada.
este sitio. Aquello ha permitido la pues- nias y a la vez de centros desde donde por dos motivos escalonados similares, Orefici sometió a exploración tam-
ta en valor de las construcciones cono- las élites gobernantes —respaldadas en divididos por una línea vertical que los bién otros sitios ubicados en la cuenca
cidas como Gran Pirámide, Templo del el culto y los rituales— ejercían el poder separa y presenta, hacia ambos costados. del río Grande de Nasca, con el fin de
Escalonado y Pirámide Naranja. Por lo que les permitía administrar la sociedad Esta figura emblemática resulta ser idén- indagar acerca de su posible relación
mismo, Cahuachi puede ser admirado impartiendo órdenes que debían ser tica a una representación de trazos mo- con Cahuachi. Intervino los conjuntos
ahora en su antigua magnificencia. obedecidas. numentales, plasmada sobre una pared arquitectónicos de Pueblo Viejo y La Es-
Los trabajos cumplidos en Cahua- Al penetrar en el mundo de la re- de la Ciudadela Tschudi de Chanchán, taquería, los geoglifos de Nasca-Palpa,
chi han permitido detectar las fases ligiosidad que acompañó a Cahuachi, a más de 1.000 kilómetros de Cahua- así como las muestras de arte rupestre
constructivas por las que atravesó su ar- Orefici nos ofrece valiosas observacio- chi; la hemos interpretado como un de Chichictara cercanas a Palpa.
quitectura y puntualizar su cronología nes acerca del rol que en el contexto de emblema por el cual son evocados tanto Sus investigaciones cubren asimis-
en años, mediante la técnica del radio- la religiosidad debieron cumplir las sun- los suelos de cultivo que aquí toman la mo sitios arqueológicos que rebasan la
carbono o Carbono 14. Paralelamente tuosas prendas textiles y, en general, forma de andenes (motivo escalonado), cuenca del río Grande de Nasca. De
al Proyecto Nasca, se ha sometido a la indumentaria. Al respecto, la pieza como también un canal de riego que ello dan testimonio sus exploraciones
rigurosos y detenidos estudios el valio- textil 13, constituida por un manto par- en el presente caso va representado en Madre de Dios y Cajamarca. Las
so material mueble desenterrado por ticularmente valioso, por estar decorada mediante un surco: esto es, el gráfico más recientes, de 2011, las condujo en
Orefici: tejidos, piezas y fragmentaría con figuras relevantes de la religiosidad, simbólico reúne los dos elementos im- el departamento de San Martín, donde
de cerámica, objetos de metal, así como fue extraída de uno de los bultos o far- prescindibles, tierra y agua, que concu- intervino un grupo de petroglifos en el
un mate primorosamente decorado. dos funerarios que yacía asociado a un rren en la producción de los alimentos área de Yurimaguas.
En aquel material aparecen registra- grupo de los mismos descubierto y des- indispensables a la existencia. Desde 1982 Giuseppe Orefici ejerce
dos diversos motivos iconográficos. En enterrado por Orefici. En este tejido, Otros aspectos conexos a la fun- la dirección del Proyecto Nasca, del Cen-
cuanto al mate, su decoración permite policromado, se aprecia una figura, que ción ceremonial y de culto que cupo a tro Italiano Studi Ricerche Archaeologi-
vislumbrar el trance del estilo Paracas al parecer evocaba al arco iris; expuesta Cahuachi son abordados igualmente en che Precolombiane (CISR AP) de Bres-
hasta su conversión en el de Nasca. con variantes de segundo orden, se ad- la obra que nos introduce en los patro- cia, Italia, y del Museo Arqueológico
Muestra la figura de un ser sobrenatu- vierte en esta que, mientras uno de sus nes funerarios que regían por entonces, Antonini de Nasca, fundado por él y en
ral que, además de portar un adorno en cabos remata en la cabeza de un qhoa y en la función del sacrificio humano el que es conservado y exhibido en for-
la frente en forma de un penacho, luce —el mítico felino cordillerano asociado del que dan fe la práctica de cercenar ma didáctica el valioso y numeroso lega-
alrededor del cuello un adorno pluma- a la lluvia—, el otro extremo presenta la testas humanas (cabezas-ofrenda y ca- do arqueológico que ha recolectado en
rio que forma el cuerpo de un ave prác- figura de una hilera de testas humanas bezas-trofeo, de acuerdo con Orefici). Cahuachi.
ticamente reducido a alas y cola. como indicando que cabezas decapita- Ahonda por igual en los ceremoniales
Extracto del prólogo. Cahuachi, capital teocrá-
Orefici no se ha limitado a la des- das conformaban el iranta o alimento de la muerte, en la música y danza du- tica Nasca, de Giuseppe Orefici, Lima, Fondo
cripción de los testimonios que iba predilecto demandado por los poderes rante los eventos rituales la predicción Editorial de la Universidad de San Martín de
Porres, 2012, volumen I y volumen II. www.
rescatando. Ha recalcado por ejemplo sobrenaturales, a fin de que mostraran del tiempo y en otros temas. usmp.edu.pe /fondoeditorial.
que el culto y las impresionantes cere- benevolencia para con el hombre y per- Un capítulo de especial importan- * Antropólogo, arqueólogo e historiador pe-
monias, que se realizaban en Cahuachi mitiera así que los campos de cultivo no cia es el concerniente al hallazgo de la ruano. Ejerció la dirección del Museo Nacio-
fueran afectados por azotes climáticos. tumba de la Niña Sacerdotisa excavada nal de Arqueología, Antropología e Historia
y sobre las que hay evidencias concre- del Perú. En la actualidad es catedrático en la
tas, son claros indicadores para sin- En el capítulo XI de su obra, basado en 1999. El cuerpo de la joven difunta Universidad Nacional Mayor de San Marcos.

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