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Onvestigacién El padre Leonardo Castellani: Maria Celia‘Amable. MBénica Analia Dias Leal Cuando se habla de filosofia contemporé- neay de filosoffa en general, estamos acostum- brados a mencionat pensadores de culturas y sociedades foréneas. Es raro encontrar un ensadorcoherente, sistemitico y de fuste que al mismo tiempo esté profundamente enrai zaclo en la cultura nacional argentina. Hemos elegido la figura del padre Leonar- do Castellani para acercarnos humildemente 1su pensamiento, impactados por la claridad y fuerza de su pluma, Porque nos parece que, aunque sus ideas fueron gestadas en un ‘momento conereto de nuestra historia reciente y responden a debates de otras décadas, e Pensamiento de Castellani es atin vigente ¢ ituminador, Abordar el estudio de esta gran persona Tidad, es un desaffo y al mismo tiempo una satisfaccin, Desaffo, porque somos conscientes de que estamos ante un pensamiento polifacético y hondo que supera ctialquier intento de abar- carlo todo, Satisfaccién, porque nos encontra- ‘mos con un hombre que con su lucidez y amor an irradia la vida de nuestzo pais, Nuestra intencién es presentar un pano- rama de su vida y de: su pensamiento fitos6- fico, que hasta ef momento no ha sido objeto de un andlisis sistemético, probablemente por su vastedad y su complejidad. Nuestro propésito ha sido investigar Ia temética que los diferentes tipos de textos de Castellani plantean, Pero. fue imprescindible para ello recurrir a la historia de la vida per- sonal del autor ya que su obra es por un lado laresultante de sus experiencias vividas y, por ‘oto, sus deseos de influir en el pensamiento. Su vida signada por una marcada vocacién de servicio lo Hlev6 a estudiar filosofia y a orde- narse sacerdote, para conocer los problemas del hombre, coma bien Io sefiala en De un pensador olvidado Kirkegord a Tomds de Aquino. Al conaser las obras de Castellani nos encontramos eon el inconveniente, si es que puede Hlamarse asf, de la vastedad de su pro- duccién. Debido a su espfritu Iuchador este hombre de las letras escribié una gran cantidad de textos que en la actualidad no han sido reeditados, y que en realidad —dada la temd- tiea y el estilo de los mismos— no tienen desperdicio. Encontramos diferentes textos —pardbolas, fabulas, poemas, ensayos, articu los periodfsticos— en los que podertios obser- Varel pensamiento de este filésofo, su manera de Ver la vida y el mundo. Influide por una educacién jesuita, se exige as(mismo un constante dar. Retomael mensa- je de Cristo en las parébolas, pero con el fin de hacerlo més entendible, para llegar a los mas simples, Sus reflexiones acerca de la ensefianza nos ‘muestran aun ser profético. Los planteos sobre ¢l método educative estén més cerca de lo implementado por la nueva Ley Federal de Educacién que de lo que se proponia en su. tiempo. Parten de su concepto de hombre de profunda rafz cldsica y cristiana, Al hablar de Jnedueaeién argentina, lohaceen un momento cen que Ia lucha entre la «escuela laica> y la cclibertad de ensefianza» es frontal. Eran ti pos de «apologfas» de defensa de la escucla argentina en la que los valores religiosos querfan ser desterrados, Con respecto a la educacién en la Universidad su reflexién es actual y vigente. La cient y lini yor cantidad de titulos sin con- templar la figura del hombre como ser singular provoeé la pérdida de la espontaneidad. ¥ la vuelta a Jo esponténeo, a lo sim- pple, esa lo que nos invita Caste- Mani: a retornar a lo sencillo de Ia Vida y del hombre. amma Leonardo Castellani: una vida intensa Nacié en San Jerénimo det Rey, luego ciudad de Reconquista, en la provincia de Santa Fe, el 16 de noviembre de 1899, Hijo de Catalina Contemponi y de Luis Castellani, periodista y fundador del diario Et Indepen- diente, asesinado pot fines politicos en luchas lectorales locales en 1906 y en defensa de prineipios éticos. En 1913 pasé a Santa Fe donde eurs6 sus estudios secundarios en el Colegio de la Tnmaculada, perteneciente a x Compaifa de Testis, donde se recibe de Bachiller en 1917 £127 de julio dé 1918, ingresa en elnoviciado de los jesuitas en la ciudad de Cérdoba. A partir del afio 1924 ensefia filosofia en el Colegio del Salvador. Cursé Teologia en el Seminario de Villa Devoto y en el aio 1929 tl Provincial de la Compafia, al advertir su ‘capacidad para el estudio y sv natural inte gencia, lo envia a Roma para que continée sus, estusios en Ia Universidad Gregoriana, donde es ordenado sacerdote el 31 de julio de 1930, ‘en la Iglesia de San Ignacio. Allf obtiene el Doctorade en Teologia (Hlamado en Ia Orden ‘samen ad Gradum») de dicha Universidad en 1932, Luego de realizarlo que laCompaiifa Hama el segundo noviciado, fue a estudiar a Francia, donde obtiene en la Sorbona su di- ploma de Estudios Superiores en Filosoffa, ‘Seccién Psicologfa, Ese mismoaio se trasladé 1 Alemania y Austria, para profundizar sus conocimientos sobre 1a lengua y la filosofifa germana. ‘En 1935 regresa a la patria donde escribe y ensefia, Fue profesor en el Colegio del Sal- vvador, en el Seminario de Villa Devoto, en el Colegio Méximo de San Miguel. Tradyjo y anot6 una parte de la Sua Teoldgica ce Santo ‘Tomés de Aquino, escribié en la revista Cri= teria y colabors en el suplemento literario del diario La Nacién enelafo 1941 En ese mismo affo fue nombrado director de la revista Estu- diosy en 1943 fue rédactor del diario Cal Frecuentemente utilizaba los seudénimos de Jer6nimo del Rey y Militis Militorum. Alter- rnaba la doceneia con el periodismo, sin des- cuidar su ministerio sacerdotal: sermones, retitos y direeci6n espiritual, Por desentendimiento con el Provineial de Ja Compafifase le sugiere abandonar la Orden. ‘Intenta revertirestasituaci6n, pero noo logra. En 1949 se Jo expulsa de 1 Compafifa, En 1950 lo acogié en su didcesis el Arzobispo de Salta, Monsefior Roberto Tavella. En 1966, por mediacién del Nuncio Apostélico Mon- sefior Lino Zanini, vio solucionada definitiva- mente su situaci6n con la Iglesia. En un reportaje que le hicieron en 1980 manifestaba con respecto a la fe, la novela y la politic: Dios me mantuve la feen medio de las tor- ‘mentas, que importaban una tremenda ten- tacién contra la fe. Todo ello me hizo po- rerme en las manos de Dios de una manera ss eiega y acudir al «consuelo de las ¢5= crituras, ad Consolationem Scripturarum». Es uno de los autores argentinos que més ampliamente ha abordado la compleja proble- mitica de nuestro pafs, pero con Ia perspectiva ‘que le da su formacién clisica y universal, su profunda penetracién en la interpretacion de los hechos —los mis trascendentes y los mas cotidianos—, su incisiva pluma y su compro- miso con la verdad, que lo ha convertido €n uno de los pensadores mas polémicos de nuestro siglo. El reconocimiento de la obra intelectual de Castellani fue tardfo, La Universidad de Buenos Aires le otorgé el doctorado honoris ‘causa con una intenci6n poco clara y en medio de una general indiferencia. Poco después el gobierno le otorgé ¢1 Premio Consagracién Nacional en 1975. Murié el 15 de marzo de 1981. El padre Castellani no tuvo una especia- Jidad sino varias, 0 quiz sea una misma con ddistintas caras, todas en estrechamente rela~ ccionadas. La temdtica que aborda esté tratada con profundidad, fruto de un serio estudio. No tuvo reparos en decit las grandes verdades que crefaconvenientes para mejorar la Argentina, expresadas siempre en forma diferente © interesante ‘Alguna vez manifest6 su cansancio consid- cerando que su palabra cafa en el vacio. No obstante entendis que decafa con la patria, otra forma de vivir el patriotismo. su isin sacerdotal Como sacerdote fue mediador y puente entre Dios y los hombres. Su conocimiento AMMA de la Palabra de Dios fue profundo y sapien- cial, Su relacién con Dios se dio en la heroica prictica de las virrudes teologales. Con fe sim- ple creyé siempre en Dios a pesarde todo. Su esperanza lo ayudé a superar las eruces. Amé Dios por sobre todo y de all brot6 su entra- fable amor al préjimo. Esa caridad auténtica se reflej6 en el constante esfucrzo por otorgar ‘los demas el bien mayor: Ia posesiGn perfecta de Dios, En la Pardbola Quinta refleja este anhelo que debe empezar a vivenciarse en Ia vida terrena: Por qué la vida me asesté esta herida? ‘Yo no lo sé. Ya terminé mi parte. Algunos hacen arte con Ia vida ‘Y me entrego ala noche escalofriante ‘con paso firme y corazén que Hora no me arrepiento de haber ido avante aunque cafen la noche destructora, Con la vaga esperanza de una aurora. Para poder entregar a Dios a todos los hombres, adquirié un eximio conocimiento de la filosoffa y de las distintas lenguas clésicas ymodernas. ‘Su apostolado dio frutos en una importante produccién de més de cuarenta libros sobre una diversidad de temas, Colabors también ‘en los Cursos de Cultura CatSlica, cuya obra se vio coronada con la Universidad Catélica Argentina Influy6 sobre el nacionalismo catélico, labor muy importante puesto que impidis que el sindicalismo se volviese marxista y que influyera negativamente la Democracia Cristiana argentina con su liberalism, Mareado porel signo de la incomprensién, fue expulsado de la Orden de fa Compaiiia de Jesiis. En 1955 es cesanteado del Institwto Nacional del Profesorado Sectindario de Buc= nos Aires, Petmanece largos afios sin poder ejercer el sacerdocio, hasta que en 1961 es autorizado a celebrar misa. Ensu vida fae coherente con lo que predies se mantuvo fie! a la tradicién de la Iglesia, CCasTELtan, LeoaKDD, Los papeles de Benjamin Benavides, p. 221. Una vasta produccién Este pensador escatol6gica, religioso y mistico, ala manera del sabio, supo transmitir su sabidurfa con inteligencia y gracia, hacien- do accesible la verdad a quien quisiera pene- trar en ella. Ha sabido fijar siempre el punto de interés del momento con hicidez, con exae- ‘titd de términos y con verdadero dinamnismo, Conocié cabaimente el pensamiento tradi- ional —aristotélicoy tomista—lo mismo que el pensamiento modemo, de manera que le es posible confrontarlos continuamente-derivan- do en atractivas reflexiones cuando aborda la comprensin de la filosoffa préctica, sobre todo en los temas morales. Cristo ; vuelve o-no vuelve? y Los papeles de Benjamin Benavides son dos libros de exégesis apocaliptica. Nos demuestra através de ellos que el Apocalipsis es algo actual y aun hist6rico. Su ex€gesis convence con la fuerza de la evidencia. El Evangelia de desucristo, escrito en ca tulos cortos:y dgiles, nodeja ningin punto sin cexplicacién ni sin consecuencia prictica: nos revelael carécter verdadero de Cristo, Con et mismo espfritu escribié Las pardbolas de Cri- fo que luego fueron desglosadas en Doce pardholas cimarronas. En estas parébolas hace hablar alos personajes en criollo y segtin To explica el mismo Castellani en la Introduc- cién [os «ethos» de las clases campesinas son imds o:menos parecidos 0 equivalentes en ‘odo el mundo y todos los tiempos, Los pas- tors, pescadoresy los labriegos hebreos de fenfonces se parecen no poco anestos gai- ches (san Pedro era gauchaz0) con menos alkiver y peteonerfa,y mucho més conoci- riento de lareligign. * Se le ha reprochade ¢] humorismo que in- troduce en las pardbolas, Pero el humor es un recurso detrds del cual hay siempre un conte- nido realmente importante dicho eon gracia y sin imreverencia, Este humor acerca a Cristo comme algo familiar. Las obras que alcanzaron mayor popula- ridad han sido las fabulas camperas y sues 2 Casteitass,tsonano0, Doce paribolas cinarronas, BD aan celebrados cuentos, policiales © no: El nuevo gobierno de Sancho, Historias del Norte Bravo, Las muertesdel Padre ‘Merri, El-crimen de Ducade- lia, El enigma del fantasma encoche, novela policial bre- ve, y Las papeles de Benja- min Benavides, novela exegé- tica, ‘Todos dicen algo con Ia neza de manera que quien lo desee los pueda leer con guste e interés, sin dejar de tener uuna enorme hondura psicol6- ica y enseflanzas a cada pa- 0. Esti fielmente retratada en su obra la gente de nuestro pats. Summajestad Duleinea es unade las mejores novelas argentinas, y la mds argentina sin. luda, Es como un inventario de la patria enfer- sma. Muestea que en medio de alabanzas fatuas tiene que haber personas que coloquen al pats cen su lugar, alabando sus virtudes pero denun- ciando sus vieios, asf come la madre castiga los errores de su hijo para que se corrija, como verdadera caridad, Poco se ha comentada de su quehacer poético. El mismo Castellani sostenta de los poetas en su composicién El poeta asesinado —eserita en maye de 1949, cuando estaba castigado y preso en Manresa— que «a algunos les va bien» y «al comiin le va mab». No obstante opinaba: Y sin embargo ex poco inteligente asesinarlo y es prudencia poca porque en él cada herida es una boca que es capaz de acusar durablemente, * tras composiciones poéticas son Re~ quiem, El libro de las oraciones, Sonatas tristes. Durante 1984 publicéen el suplemento dominical de La Prensa, que dirigia César Tiempo, tres poemas memorables y significa- tivos: Janda, Los amantes de Teruel y No me doy por venefo. En este tiltimo termina con tun verso en el que se define: «Mal domador de susiios y escultor de la nieve. Castellani confesé que desde que era un CCAsTELLany,LEoNAnDO, £1 Rudsefior Fusilado,p. 52 [joven estudiante de filosoffe sintié su aficién por el arte, la que nunca abandon6. Sostiene que el arte tiene que ver con lo divino pero que esté alojado en el hombre, que es sujeto corruptible. Por esa razén sé corte él riesgo decaerenla disipacién, ladisolucién e incluso en la idolatria. EI artista tiene como misién crear formas nuevas o entes nuevos, Y es esa semejanza con el Creador lo que lleva a muchos a la idolatria. En Doce pardbolas cimarronas recuerda que es necesario no perder de vista que el objeto del arte es Ia Belleza, y que ésta se relaciona con la Verdad y el Bien ontol6gicos, que son fos nombres de Dios Sostiene que el Artees por y para la Belle- za. Al problema filoséfico que plantea la independencia del arte y su relacién con la ‘moral responde que una obra de arte no puede ser ni moral ni inmoral, ya que ¢s una cosa, que no es sujeto de actos humanos, tnicos objetos de fa moral. Esto no implica que se deba permitir la insensatez, del autor y sustragelo de todo: control moral. Aunque st obrano pueda ser calificada en estos téxmninos, si puede serlo el artista mismo —como hombre— por st intencién, Castellani considera a todo poeta como duefio de una verdad que transmitir. Esta verdad se subjetiviza en el camino de la expe- riencia, Por eso no hay contradiccién cuando Castellani pide al poeta expresar su verdad. Solo exige que haya vivido la experiencia de a verdad y luego la transmita hecha ya parte de su propio ser. Lo expresa en La muerte de Martin Fierro: Mejor que Fuese error mio pero el poeta no miente ‘cuando canta francamente Jo que vio y ereyé mirar ddigamén qué va a cantar sinocanta lo que siente, * En Castellani, la verdad a Ja que alude se identifica con la Persona de Cristo, ya que El mismo dijo; «Yo sey la Verdad». En Critica Titeraria meneiona que: «La ausencia de preo- upaciones religiosas en un poeta suele ser + Casrenias, Leowanoa, La muerte de Marta Fie- re, p. 101, GRAM, ‘sefial de mediocridad intelectual», * Esta presencia de Io religioso en la autén- fica poesfa es sostenida y confirmada con stt propia creacién poética. Su vida es una cons- ante travesfa hacia Jauja, la Isla Afortunada ol Reino de las Cielos, que es 1o mismo. Di- ce en Jauja: «Busco la isla de Jauja, sé lo que busco y quiero». El arte es un medio para ese Fin En Doce pardbolas cimarronas pone de manifiesto: Yo fo que quicro es ensefia, no divertir i conmover; pero resulta que & la gente de aqutno se le puede ensefarsinoes dvitién- dole o conmoviendola primero; 0 sl mismo tiempo —me dijo Don Pio Ducadelia, Ha ‘emunciado Ud. la regla suprema del arte, Don Pfo de mis pecaclos —le dije— del arte cristiano por fo menos. * El pensamiento de Castellani Ya hemos visto que el pensamiento del padre Castellani fue construido sobre dos grandes pilares: la filosoffa y la tealogfa, y fundamentado en una sélida y seria formacin humantstica: las tenguas elésicas, el pensa- miento aristotélico tomista y amplfsimas lec- turas de los pensadores modernos y contem- pordneos que demostraron una sincera bis: queda de la verdad. Todo esto traducido al modo de very vivir del hombre argentino, al que lo considera en su identidad més genuina, ‘como heredero de la mejor tradicién cristiana occidental, Castellani ley, entendid y comenté como pocos en nuestro pafs la obra de Santo Toms de Aquino. Dice enel Anteprologo de la Suma Teolégica que €lcomenz6 a revisar: «La Suma Teoldgica fue una de las més poderosas contri- buciones a la culminacién de la unidad occi- dentaln. La «Summa del de Aquino», dice, esti més honda en nuestra nacionalidad que lo que podemos darnos cuenta Destacaen todo momento la sistematicidad y solide del pensamiento tomista. EI mismo se pregunta: «Mi filosoffa es la de Santo § Castenian, usowaRDO, Critica Literara,p. 7B. © Casteuiast tsowaRoo, Doce pantbolas cinearronas, pI Toms? Sty no. Sdloen cier- tosentido. Yo no puedo repe- tira Santo Tomds. Ojalé. No es posible». 7 Podemos decir que Caste- ani fue un fil6sofo tomista Perocon laconcienciade que ‘Tomés vivié en el Siglo XIII ynoen el XX. Sabfa que ser tomista es tener la mente abierta a los signos de los tiempos, tecabar todos los datos de la realidad cotidiana y el drama de la naturaleza aida del hombre, Eseribe Castellani: ‘Tomds de Aquino no fue un profesor encris- talado, como Kant o Benito Spinoza, mas tun sabio luchador, al tanto de los proble= ‘mas més agudos de su siglo y actuando in- telectualmente en ellos.® Castellani queds impactado por la lectura de Soren Kierkegaard. Cuenta en el prefacio de De Kirkegord a Tomas de Aquino que abord6 la obra del danés siendo profesor en Salta, para cumplir con el programa estable- ‘sido por la Universidad Oficial de Tucuman. {.-Jempecé a leer con asiduidad a Kitkegord y naturalmente habiendo sido educado en ‘Toms de Aquino referfa mentalmente lo que Tefa del danés, a veces cosas estupen- as, al napolitano; los dos se fueron len! ‘mente aproximando hasta que al fin se con: fundieron casi: pues, como dijo un gran eri tico danio-francés (Knud Ferlov) al fin de su vida las posiciones filos6ficas-teoldgicas de Kierkegaard coincidieron con las de To- més de Aquino,” Castellani entendié a través de Kierker- gaard la desesperada busqueda de Dios del hombre contempordneo, pero iluminé con su Casreuias, uosanDo, De Kirkegon! a Santo To- mas de Aquino, p. 22 CCaststtam, xzoNatoo, Conversacin eitca fio _sifca, pp. 58.58. ‘CastmLLast, rsonanoo, De Kirkegon! a Santo Tox ands de Aquino, p. 7 aM formacién escoléstica los eaminos de la fe y In esperanza, Reaccioné en contra del laici- ciismo liberal y el atefsmo, pero valor6 todas Tas biisquedas sinceras de la trascendencia divina. Por eso podemos decir que el padre: Leonardo no fue exclusivamente un filésofo: fue un Pastor y un Maestro, Tenia una misiGr ensefiara vivir, y conducir hacia! Lo hizo ‘a través de su ministerio sacerdotal, de sus ‘escritos y de sus cétedras docentes. Relacionado con esto iiltimo, la decencia del padre Castellani, nos queremos referir a ‘su pensamiento sobre la edueacién. Bases filoséficas de la educacién No hay en la obra del padre Castellani una, filosofia de la educacién, si ajustamos Ios conceptos al émabito especifico de este saber. Sin embargo, es obvio que todas sus ricas ‘observaciones sobre educacién estén funda- mentadas en una cosmovisién donde lo filosé- fico es el principal componente, El conceptode educacién que tiene Caste- Ilani es claro, Por empezar establece Ia dife- rencia entre ensefar y educar. Eseribi6 en el N° 3 de Jauja: «quiere decir que esta revi nosedestinaa ensefta, sino a educar, por pre tencioso que esto suene: no a hacer propa- ganda sino a hacer Ivz; © exactamente @ suscitar a luz que Hleva en sitodo hombre que viene a este mundom. La educacién depende del concepto de hombre que la fundamente, En este sentido Castellani abreva de las més tradicionales fuentes ¢ldsicas que conforman el humanismo cristiano, En primerlugar, el hombre escriatura divi- nna, hecho a «imagen y semejanza» de Dios. Es un compuesto constituide por la unién sustancial del alma con el cuerpo, autocons- ciente y libre, Hamado a ta felicidad y a la irascendencia. ‘La verdadera educacién debe tender, por Jo tanto, a larealizacién de este ideal humano, La enseflanza.¢s neuira con respecto a Ta moral, Se puede ensefiar a robar a.cometer cualquier otra clase de delito, La educacién, cencambio, tiene necesariamenteun sentido po- sitivo, beneficiador, que se asume libremente, Castellani sefial6 con acierta el fin de la educacién: en el libro que dedicé a Kierke- ‘gaard afirma que lo més importante que deben Jograr las instituciones de ensefianza es prepa- rar la aparicién de Singulares, es decir, de Personas, de Patriotas, de Hombres Bticos, «de hombres enteros y personalidades concretas». EL fin de la educacién, entonces, tal como lo ha sostenido la gran tradicién clésiea, es ta formacién del hombre virtuoso. La educacién argentina La mayor efervescencia del pensamiento castellaniano se encuentra posiblemente en la década del 40, a sesenta aitos de fa promulga- cién de la ley 1420 de «ensefianza laica». El deaate continuaba vigente: Dios no podfaestar en las escuelas; para la ensefianza religiosa se debfa recurtir a horas extraescolares. Pero sw critica a la educaciGn argentina es adn més amplia y profunda: todo el sistema ya presentaba —para la visién iluminada y profética del P. Castellani— graves signos de decadencia. La figura del profesor, la escuela primaria, las fiestas escolares, los libros de textos, la Universidad, el Estado y la Escuela, Jos titulos, son algunos de los temas. General- mente se trata de publicaciones en forma de articulos periodisticos y ensayos. Pero no debemos olvidar que Castellani fue docente. EI mismo cuenta que, apenas llegado a Bue- ‘Aires con su flamante doctorado, le hicieron tomar treinta y cinco horas semnanales en «un colegio nacional», pero no de filosofia solamente sino también de Literatura, Histo- ria, Apologética, Italiano, Metodologia La ley 1420 hablaba de «educacién co- min» y «obligatoria». Ambos conceptos son ctiticados por Castellani. La «educacién co- iin» 0 «unificacién de Ia ensefianza», porque ignora las diferencias individuales y la natu- ral desigualdad que existe entre los hombres y contra la que hoy ha reaccionado la Narmada ‘xeducaci6n personalizada». Esto Castellani ya lo sefialé en uno de suis libros riés notables, El nuevo gobierno de Sanicho, al describir al maestro que se encarga de hacer los libros para las escuelas primarias para que ésta sea uni- forme en todo el pats, ya que todos los macs- tros deben pensar, decir y ensefiar las mismmas ‘cosas con las mismas palabras «para que un Alto Consejo de Funcionarios situado en la ‘cabeza de nuestra insula pueda de un solo gesto hacerlas danzar a todas las escuclas al GRATITA, son que quiera>. " Con respecto ala «educacién obligatorian, dice que es inexacta la expresiGn puesto que nadie puede educar a la fuerza. De lo-anterfor se desprende también otro tema que motivé la preocupacién de este pensador: el del monopolio de Ja ensefianza or parte del Estado, y el consiguiente menos- precio del derecho de los padres a educar a sus hijos. Al respecto escribi6 que el Estado no est hecho para ser pedagogo, sino para orientar a los pedagogos, la mismo que a todos los demas oficios particulares. Reflexiona Castellani con su particular estilo: Cuando yo pienso.en lo-que puede producit ‘esta maquinita, invento del Despotismo, me estremezco. Si un Estado Hevaraasu térmi- ‘no el Monopotio de los conccimientos y se produjera una ensefianza téenicamente bue- na (lo cual es posible) poco importarfa que DPusiese entre sus ematerias» la censefianza religiosa» —o sea, del Catecismo. " Insistia Castellani en queno era suficiente agregar en los colegios la ensefianza de la areligiOn» y en las Universidades la cétedra de «Teologia» para que los estudiantes se formasen cristianamente, sino que lo que se imponia era la impregnacién de todas las materias en el espiritu del Evangelio (hoy le dicen «transversalidad»). La escuela primaria Hay que reconocer que, gracias a la Ley 1420, se logré en la Argentina una alto grado de alfabetizacién ¢ instrucciGn basica, Pero Junto con estos beneficios se extendieron tam- bign ideas y practicas que fueron objeto de la més dura critica por parte de Leonardo Caste- Mani y otros pedagogos. Basta pensar en ta difusién de la asf llamada «historia oficial A modo de ejemplo tomaremos algunos articulos del libro Las edncianes de Milits. En primer lugar se refiere alaescuela primaria yel Estado. Como ya hemos dicho, se opone Casrantast, soxaRDo, El nuevo gobiemo de San cho, p. 56, CasTaLtani, tsoxAnno, De Kirkegord a Santo Fo- mcs de Aguino,p. 171 firmemente al monopolioestatal en este senti- do. La solucién de este problema es, en-cierto sentido, més urgente que la misma ensefianza religiosa, porque se trata de una cuestién de Justicia por un lado y de economia por otro. Si el Estado en ver de obstinarse en cons- truir edificios escolares, manejar —o ma- ‘nosear— maestras y preducirlas en canti= dad grandisima y en calidad insuficiente lograratransterir pradentemente esas tareas ‘a iniciativa privada por medio de subsi- dios, inspecciones y sanciones... ;qué trian fo! ‘Uno de los instrumentos con que el Estado ‘pretende manejar la educaci6n primaria es la ‘imposicién de librosde textos impresos masi- ‘vamente y de dudosa calidad, Por otra parte, Castellani se rfe irdnicamente de la prolife- raciGn de fiestas cfvicas que no contribuyen a acrecentar el sentido patristico. Launiversidad Castellani tuvo amplia experiencia en la vida universitaria. Consideré que la alta vida intelectual no es un lujo para una nacién, es ‘unanecesidad, Son mds importantes los sabios. quelas méquinas. AUhablar de sabio lo entien- de en su significado original y etimol6gico: el que gusta el sabor de la verdad. En su articulo «Medioletradosm, que aparece en Las canciones de Milits, distingue centre el «doctor» —el capaz de ensefiar una iencia o bien todas las ciencias armadas en sabidurit— del «medioletrado» o repetidor, quien divulga y expone las ideas del doctor. Y¥ en la Universidad actual el problema es la escasez de los doctores y el menosprecio de que son objeto, y la sobreabundancia de repetidores mediocres que se llevan todas las glorias Y no se trata de una cuesti6n de titalos —estamos asistiendo a una verdadera psicosis, por obtener el titulo de doctor por parte de los profesores universitarios—sino del que abar- ca entera y perfectamente dentro de si a una isciplina: «Ven todo el mundo a través de su ciencia, la hallan en todas partes, se fallan Cosma, eonAnoo, as cance de Mis p38 wae con ella y estén haciendo allfcontinuos descubrimientos, en luna de micl © no- viazgo perpetuo». * La necesidad de vivir juntos confor- mando un elaustro dio origen a la universidad. Nuevas hi ro Castellani, para socializar los més profundos principios filoséfico-teols- gicos y sus implicancias morales, recur rrié al elisico gén-ro de la fabula, En la antigiedad, fue el género de los Maestros, de los Pedagogos: Fsop0, Fe- dro y hasta el mismo Cristo, si conside- ramos que sus Pardbolas, como les Fébulas, son ficciones narrativas con una intenci6n didactico-moralizante. orias en un antiguo géne- Castellani escribi6 Bichos y perso- # nas (camperas) y también Doce pard- bolas cimarronas,queélmismo desglo- 36 de sus Cristo. La fabula Fue tradicionalmente una forma de decir a los simples y pequefios lo que a los sabios y poderosos podfa molestar. Esopo y Fedro eran esclavos, y sus fébulas hablan de la libertad y de la verdadera sabidurfa, Cristo transmniti6 con sus Parébolas 1a gran verdad del Padre, para que la entiendan los humildes y analfabetos. Las fibulas de Castellani no tienen una moraleja explicita y obvia. Son abiertas, para que cada lector reflexione y saque sus conclu- siones. De ahi, su gran vigeneia y valor peda- _g6gico, Son fabulas originales, con personajes ‘que se apartan de los arquetipos clésicos, Dice Castellani en el Proemio de Camperas: bros Las pardbolas de Es quecsioes una fall La primers mi amigo; que 9s ensehaque hoy datas muses se vist come quieren, 0 como pueden, que para escribir in libro bueno hay que clvidarse deiodas los tos libros, después Ge haberos fede tdos. Efectivamente, encontramos en estas ame- 1 Cases, csonnnoo, as canciones de Mili, 9 38. “4 CastmuLasy, EONAR, Bichos y personas (campe 1}, p10. nas nareaciones toda la inspiraci6n y originali- dad, al mismo tiempo que el compromiso con tuna verdad que se quiere mostrar. En Camperas, las fabulas estén dispuestas siguiendo un orden que se relaciona con el contexto del espacio, por ende los seres que participan en elas responden al tipo de cada zona. Por ejemplo, en el grupo de «Las cinco Fabulas que aprendf en Ia laguna Pipo», Los personajes son ranas, viboras, agartos, surubf, boga, sabato. Enunade ellas, «Estar contenton, eterna que plantea es que la felicidad del hombre en esta tierra consiste en estar contento, que sig~ nifica saber vivircon realismo y alegria dentro de los limites en que Dios nos puso. El perso- naje eentral es un Surub{—pez de rfo some~ tidoa vivir en una laguna—, que encuentra la tranquilidad cuando acepta ta realidad que le toca, Tanto la Mojarra como la Iguana y ef Pato se quejan de lo que no pueden hacer porque la naturaleza no tos doté de ciertas condiciones; cada uno desea lo que el otro tiene. El Surub{ representa toda Ia sabiduria «que el eristianismo tomé del estoicismo anti- guo: la resignaci6n, en ¢l sentido de re~ significacién, es decir, eambiat de signo. Lo ‘que a primera vista aparece como una lirita- ein es en realidad condicién de realizacién de la propia existencia, Esto es lo que lleva a cada uno a la Felicidad. El tomismo lo llamar plenitud en el propio estado. Por eso el Surubé recomienda: Para esa contento hay que estar conteni- do, En latin contento significa contenido. Hay que contenerse con gran fuerza dentro de los limites del chareo en que Dios nos peso. La mitad de mis paisanos pasan una vida perrapor andar buscando el mar cuan- do Dios los puso en la laguna. Hay que st ber eaber en si molde y apretarse adentro 4e ta propia horma, y hacer el gusto a lo poco, mis jos. Queremos terminar este trabajo sobre el padre Leonardo Castellani con una referencia asus Doce pardbolas cimarronas, El autor reerea con genialidad diez de los pintorescos 1S Casini, i2owANDO, Bichox y personas (campe- ras), p08. TRA, relatos evangélicos, avecinéndolos cimarro- hamente al medio argentino. Ha afiadido ellas como marco dos extensas pardbolas Propias sobre tema escrituristico exegético. La Real Academia Espaiiola oftece diver- sos significados del término «cimarrén». Se dice del animal doméstico que huye al campo y se hace montaraz, o simplemente det ani- mal salvaje, También se aplica a la planta silvestre de cuyo nombre o especie hay otra cultivada, Coma vernos, el término encierra luna gran riqueza sémica y sin duda el autor alude a todas elas, Ateniéndonos a la titima de las acepciones mencionadas, podemos Pensar que ésta es una versién eimarrona del original del Divino Maestro. Lo de cimarrén ‘no tiene en ningsin momento un significado Peyorative sino que valora Ia sencillez del hombre de campo argentino, Nos detendremos en una de ellas: «La Pardbola del Sembrador», en la que Castellani hace una interpretacién novedosa y muy per- sonal del relato original. En esta versién del texto, el Sembrador sabe que no todo el grano caerd en terreno féntl; pero no por eso deja desembrar generosamente. Aun la semilla que cae sobre la piedra, el camino o los abrojos, cumple su mision. Ante quienes se burlan desde su inoperancia del trabajo del Sembra- dor, éste ve con optimismo que la Palabra tiene su sentido aunque sea para cubrir de verde por tres dias ef pedregal, o para que coman los pajaros en el camino, 0 para atenuar el Influjo negativo de los abrojos. Solo una Peque‘ia parte (61 ya lo sabe) exe en terreno, Preparado. Esto le puede valer, come al «Maestro de la barca», Ia expulsién de la Sinagoga y hasta la vida misma, Pero sigue sembrando y no se moverd hasta la siega: «Esta es la parte que me dejé mi padre y la amo. Toda la amo hasta las piedrase, Creemos ver en esta Pardbola Ia propia vida de Castellani: Sembrador generoso en todos los terrenos, aun en aquellos que él mismo sabia que no le iban a dar la satis- faccién det fruto inmediato; El Sembrador se debe al Maestro que lo ha iamado para la isin de expandir af voleo la Palabra. Es obvia también la alusi6n ala expulsi6n Casrexto unosaso0, Doce paridalas cimarronas, pa, de la Sinagoga: ya hemos seiialado anterior- mente que ef padre Castellani fue expulsado de la Orden de los Jesnitas y suspendido de SU Ministerio sacerdotal, precisamente porque su siembra no fue siempre bien interpretada, Tanto las Fébulas como las Pardbolas nos ‘muestran al Castellani total: hombre de Dios, maestro, profundamente ligado al hombre seneillo de nuestra patria pero con rica vertien- teclisica. Hemos descubiertoun hombre gen- ial, excepcional escritor, un apasionado de la verdad, El padre Castellani fue y sigue siendo un. hombre polémico: no se puede permanecer indiferente ante su palabra. Pero también fue tun hombre sincero, honesto hasta la ingen dad, con intuici6n, agudeza y rapidez de juicio, Podemos aseverar con Luis Vizcay: ‘La carga de decir Ia verdad es una carga pesada y nada amable que no todos aceptan de buen grado en nuestra patria —ni en n atin lado— y menos cuanto més grande es la verdad y cuanto mds ineémoda resulta a los hombres. Este sacerdote argentino car {86 todo esto sobre sus hombros, y sonrien- do por afiadidura."™ Hemos observado distintas opiniones acer- 4 de su personalidad, a favor y en sontra. Nos adherimos a la reflexién acertada, afectuosa ¥ equilibrada del Cardenal Antonio Quarra- cino, quien le declara su respeto en una sem- blanza lefda durante el homenaje que el 6 de julio de 1990 se te realiz6 en la Universidad del Salvador. ‘A mfnome cabe la menor dudade que siem- Pre fue ortodoxo, cen por cien,y si me apt an un poco dirfa que fue tan ortedoxo que los Gltimos tiempos padeefa de un conser- vadurismo disemtible, de tan ortedoxo que ra." Sostiene ademds el cardenal Quarracino ue porque amaba profundamente a la Igiesia Je dolfan tas fatlas de sus micrnbros y que por- que amaba la Compaiifa de Jestis no toleraba 1 Vizewy, Lins, Leonando Castellani p. 16 "" Quassacwno, Awtosi, «Semblanza del padre Leoe nado Castellani, p. 155, Ram deficiencias en muchos de sus superiores Podemos agregar que ponque amaba ala patria sufifa por 1os que Ia traicionaban. Porque amaba a Jesucristo no tolerabaa los que herfan y golpeaban la fe cristiana, Sembr6 con su palabra y con su vida ejercitada en la tole- ranciay la paciencia. Poreso fue un sembrador generdso. Rescatar al P Castellani del olvido es un acto de justicia y honestidad. ‘Su aporte al pensamiento filos6fico, a las letras, a la educacién, a la teologia, al perio- dismo argentino, a la revisin de nuestra historia, al crecimiento de la fe, es tan indis~ ceutible que deberia ser reivindicado, inclu- yéndolo en los programas deestudios de todos tos niveles de la educacién argentina. Valiosa fue su misién de revitalizar las ideas y el espititu de Santo Tomds, dife- rencidindose de quienes veian en ef Aquinate tun paradigm eristalizado e inamovible. Fue un intelectual apasionado porla verdad y sien ocasiones fue duro en sus juicios esto se debid al desborde de si caridad La figura del padre Castellani provoes en sus contempordneos tuna serie de sensaciones diversas. Amado y odiaco por los hombres de. 1 época, no escatim6 esfuerzos por demostrar cen sus obras sus preocupaciones. En toda su produccién literaria tiene la impronta del «maestro de aula», en sentido pedagégico, el amor del educador. De ah que sean sumamente interesantes por su valor didfctico y educativo sus fabulas, novelas y cuentas, sus tratados filosGficos, su obra exegética, Bibliogratia Ballesteros, Juan Carlos, La filosofia del Pa- dre Castellani, Buenos Aires, Gladius, 1990. + Bonomi, Enrique, «Biograffa del Padre Leo- nardo Castellani, en Revisia del Instituto de Investigaciones Histéricas Juan Manuel de Rosas n° 36, Buenos Aires, julio-setiembre de 1994, pp. 142-145. Buela, Carlos M., «El Sacerdote», en Revista del Instituto de Investigaciones Histéricas Juan Manuel de Rosas n° 36, Buenas Aires, julio setiembre de 1994, pp. 10-20. = Castellani, Leonardo, Bichos y Personas (Cam: eras), Buenos Aires, Plantin, 1951 = —De Kirkegord a Tomas de Aquino, Buenos ‘Aires, Guadalupe, 1973. - Doce pardbolas cimarronas, Buenos Aires, Itinerarium, 1959. ~ = Las canciones dle Militis, Buenos Aire Dictio, 197. = —Elnuevo gobierno de Sancho, Buenos Aires, Penca, 1944, — «Anteprslogo» a Suma Teotdgica de Santo ‘Tomés de Aquino, Buenos Aires, Club de Lectores, 1988. + Chavez, Fermin, «El poeta, Mal domador de suefiose, en Revista del Instituto de Investiga clones Histdricas Juan Manuel de Rosas, n° 136, Buenos Aires, julio-setiembte de 1994, pp. 67-70. + Quarracino, Antonio, «Semblanza del Padre Castellani en Revista del Instituto de Investi- gaciones Histévicas Juan Manuel de Rosas, 1° 36, Buenos Aires, ulio-setiembre de 1994, pp. 148-197. Vizcay, Luis, Leonardo Castellani, Buenos ‘Aires, Ediciones Culturales Argentinas, 1962,

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