Para que lo entiendas de una manera sencilla, podemos referirnos
a WiMAX como una alternativa al cable a la hora de llevar
Internet a tu casa mediante conexión inalámbrica basada en los estándares de comunicación IEEE 802.16, y que permite llevarte Internet con un alcance que puede llegar a los 70 kilómetros.
Así pues, en concepto es algo que puede recordar mucho al WiFi,
ya que la conexión te llega por el aire, pero que ofrece un servicio que sustituye a los cableados que llevan la conexión a tu casa. Esto lo convierte en una alternativa muy a tener en cuenta para entornos rurales y aquellas zonas en las que no hay instalaciones de cable con las que llevar Internet a la casa donde vives.
Por lo tanto, la tecnología tiene ventajas como el no tener que
pagar por una instalación y el poder ofrecer una conexión rápida y fluida con bajas latencias. También es escalable, y si con una empresa has contratado determinada velocidad, es muy posible que también tenga tarifas con las que aumentarla sin tener que hacer nada más.
Su otra gran ventaja es que no necesitas tener una instalación
telefónica en casa, por lo que si vives en un lugar apartado al que ni siquiera han llegado las líneas de teléfono fijas, seguirás pudiendo intentar contratar WiMAX. Incluso habrá empresas que con la instalación de esta tecnología te permitirán realizar llamadas por VoIP.
En cambio, su principal desventaja es necesitar un contacto
directo con el repetidor. Esto quiere decir que la antena que instales en tu casa tiene que estar orientada directamente al sitio desde donde se le está enviando la conexión, y a ser posible evitando obstáculos que impidan la visión directa, como árboles o edificios. Esto, en ocasiones puede hacer que sea necesario instalar puntos de conexión intermedios para salvar los obstáculos