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elz DERECHO UeTERNACONAL ‘No en pei a poco cle i. venti ‘seomaten ala maton Se nouns ema» fete dat ‘Secon rete pr nso er reg cvs mio ne i pene ade Cony DERECHOS RESERVADOS © 95, rage ta meee np Heowruntontrennioncs ena eee HHS ran as eponte ean .714907 Socata nmcovscoorast nS PRES EN ESPARA PRINTED OE SPAIN DERECHO INTERNACIONAL ANTONIO REMIRO BROTONS Catedrético de Derecho Internacional ‘Universidad Autonoma de Madrid y ROSA M. RIQUELME CORTADO JAVIER DIEZ-HOCHLETTNER ProfesoraTiular de Derecho Profesor Titular de Derecho Internacional Pbco Tntenacional Publica Universidad de Mula ‘Universidad Auténoma de Madrid ESPERANZA ORIHUELACALATAYUD LUIS PEREZ-PRAT DURBAN Profesora Titular de Derecho Profesor Titlar de Derecho Tntermaional Publico Tnernacional Publica Universi de Mele ‘Universidad audnoma de Madris [= Maa 1997 McGraw-Hill vaya esd Sec soya viz, 512. pentewo nrennaciowat ios por encima del mercado. La Audienciaestimé que no habla lugar a afirmar la responssbilidad patrimonial del Estado, como pretendia la parte actora, por cuanto, {4 juicio, el dato no se produjo a raz de la separaciGn de Espatia del Protocolo de 1985, sino que se remontaba al momento en que Libia suspendi sus pagos, admitiendo no obstante que la responsabilidad del Estado sf hubiera podido ser exigible de haberse celebrado un Protocolo en condiciones claramente desventa- josas para las empresas espatiolas ‘También podria resultar exgibe la responsabilidad patrimonial del Estado si exlebrara un acuerdo de compensacién global lump sum agreement) con oto Es tado del que se derivaran serios perjuicios para sus nacionales. En 1990 varios par- ticulares presentaron reclamaciones de daaos y perjuicios ante el Ministerio de ‘Asuntos Esteiores por los perjicios derivados, a su juicio, de la celebracién con Marruecos de acuerdo de compensacidn glabal de 8 de noviembre de 1979, rec ‘maciones que, siguiendo la opinién dela Comisidn Permanente del Consejo de Es- tado, no fueron sin embargo estimadas (dictamen de 13 de junio de 1991). 1, 24, La renuncia a la proteccién diplomitiea por el particular : ' ‘Numerosos Gobiernos, en particular en América Latina, han observado durante tiempo la préctica de inclu en los contratos que celebran con sociedades extran- jeras, con Vistas ala explotacion de recursos naturales oa la construction de obras pblicas, una cldusula —la llamada eldusula Calvo, por el nombre del jurista jgentino que la formuld— en virtud de la cual las controversias que pudieran deri- ‘arse de tales comtratos quedan sometidas alos tribunales competentes del Estado ‘contratante al tiempo que dichas sociedades renuncian a la proteccién diplomética el Estado de su nacionalidad. Algunos ordenamientos internos incluso han con- sierado impliita la clausida Calvo en los contratos celebrados por el Estado con ‘extranjeros. Tal es caso de las Constituciones de Ecuador (art. 16) y de Venezuela (an. 127). Por otra parte, existen ordenamientas que exigen la renuncia a la proteccién diplomtica por los extranjeros que quieran contratar con el Estado. Axi, por ejem- plo, e1 Decreto colombiano de 1983 sobre los contratos de la nacida y de los or tanismos descentralizadosestablece que los contratos celebrados con wna persona, extranjera deben contener una cldusula de ceauneia por esta dltima a solicitar la proteccidn diplamaica, salvo en caso de denegacién de justicia, Més aun, en la CConstitucion mexicana de 1917 se lee que los extranjeros no podrin adquirir tie fas o aguas o concesiones mineras o hidrdulicas sino se comprometen ante la Se- cretaria de Relaciones Exteriores a considerarse como mexicans en todo lo que concieme a es0s bienes y derechos y, por lo tanto, a no solictar la proteccion di- plomatica (an. 27). Distnto es el caso de otros ordenamientos que declaran ina- ceptable la proteeciGn diplomiticao que no la admiten més que en cicunstancias cexcepcionales. Asi la Constitucion de Peri de 1993, al igual que la anterior de 1979, dispone que, en lo relativo a la propiedad, los extranjeros serin tratados en pie de igualdad coa los peruanos, no pudiendo invocar wexcepeion ni proteccion diplo- ‘maticay (art. 71), La Constitucidn de Honduras de 1982, por su parte, prevé que LAPROTECCION BHLOMATICA VCONSULAR $13 no podrin recurrr ala via diplomica mas que en caso de dene- ‘ion de jusica ar. 33) Estas sltimas disposiciones, explcables como reaccién ante los abusos que en nombre de la proteecién diplomatica se han cometido. son decididamente inopo- niles en el orden internacional. En cuanto hace ala claustla Calvo cabe sefalar {que su validez ha sido objeto de un amplioy siempre renovado debate docrinal y ‘ue, en todo caso, lo menos que puede exigrse es que se contenga expresamente ‘en el contrato (Comision de Reclamaciones México-Gran Bretana, aunto Vac: Neil, 1931) El argumento tradcionalmente esgrimido contra su validez es que un purticu- lar no puede renunciar a la proteccion diplomtica puesto que se tata. como vi ‘mos, de un derecho del Estado. Conforme a esta tess la renuncia# In protein iplomaticacontenida en dicha cidusula careceria de toda virtualidad a menos que se encuentre amparada por un tratado en vigor del que sean pares el Estado que incorpord la eausula Calvo a sus contratos y el de la nacionalidad del particular Aue los suscribié. Quienes han defendido su validez han sostenido, en cambio. que no se puede ejercer la proteccién diplomitica conta la voluniad del particular l- sionado 0, también, que el particular no renuncia en realidad al ejercicio dela pro teecion diplomatica, sino a la facultad de solcitar su ejrcicio al Estado de su na- cionalidad: frente a tales argumentos, sin embargo. cabe recordar que el Estado puede ejercer Ia protecion diplomatiea por su propia inicativa. Se explica asi que varias sentencias arbitral de principios de este sis declarasen la inoponibilicad de la cldusula Cafvo frente al Estado de la nacionalidad del particular que Ia sus erbie [No obstante se produce un punto de inflexién en la jursprudencia imernacio- nal a pani de la decision arbitral de 1926 en el asunto North American Dredging Co, of Texas, dictada por la Comision General de Reclamaciones entce Mexico Estados Unidos. La sociedad en cuestiOn habia celebrado un contrato con el Go- bierno mesicano para el dragado del puerto de Salina Cruz, que incluia la cosa Calvo, Tras la ruptura del contrato por el Gobierno mexicano. Estados Unis re- ‘lamé una indemnizacién por ls dads y pesuicios suiidas por la compatia, Pues bien, en su decision de 1926, la Comisién General de Reclamaciones no rechazd Ja valider de la repetida cldusula, sino que establecid, una distincién entre los pectos propiamente contractuales los de DI, estimando que en su virud el p ticular renunciaba Gnicamente a la proteccion del Estado de su nacionalidad en lo ‘que alana ala interpretacion y ejecucidn del coateato, pero no en celacion con la ‘comisidn de otros hechosilcitos por el Estado comtralant, ales como una even twal denegaciéa de justcia al particular. La Comisién Finalmente no accedio a Ia reclamacién estadounidense sobre todo porque la sociedad no habia agotado los ‘recursos internos. La jurisprudencia posterior ha seguido la doctrina establecida en cl asunto North American Dredging Co. of Texas: baste con citar las sentencia ar- bitrales de 1930 en el asumto The Mexican Union Railway Lid. Co. y de 1931 en el asunto Inernational Fisheries Co. En esta dreccion, podriamos considerar como una modalidad de la eléwsuia Calvo ia inclusion en tos contratos celebrados entce Estados y paniculares extrac siz SUE OBRECWO WTERACIONAL jeros de disposiciones por las que las partes deeiden someter las cont lativas a su interpretacidn y ejecucion a un tribunal arbitral intern solverd de conformidad con la ley designada por aquélas,renunciando en ocasiones de forma expresa ala proteccion diplomatica. No cabe duda que el Estado de la nnacionalidad de la victima no puede ejrcer la proteccin diplomatica de sus pat- ‘iculares como consecuencia de un eventual incumplimiento de tales contratos por Ja parte estaal por el contraio,correspondera a ls particulates formula las opor- {unas reciamaciones ante los trbunales arbirales prevstos en los contrates. En este sentido. la Conveneién de Washington de 1965 sobre arreglo de controversias en- tte Estados y nacionales de otros Estados prevé que el Estudo de a nacionalidad de un particular parte en un conteato de Estado que incluya la eldustla /CSID so «jercert Ia proteccion diplomatica en el caso de que el Estado reclamado no acate [a sentencia arbitral [A pesar de todo, algdn sector dela doctrina sigue considerando la cldusula Calvo ‘como inoperante, identficdndola con la rela del agotamiento de los recursos in- ternos. Nadie negard en cualquier caso que la eldusila Calvo ba de fener un peso relevante en el juicio de oportunidad del Estado de la nacionalidad del particular ala hora de acordar © no su protectin diplomética, 2.5. La proteceién funcional por las Organizaciones interestatales ‘Toda Organizacion interestatal cuenta con un conjunto de funcionarios y agentes {ue trabajan a su servicio con plena independencia del Estado de su nacionalidad ¥ que gozan de un estatuto propio. Como estos Funclonaries 0 agentes pueden ser ‘ietimas, en el ejercicio de Sus funciones, de un hecho ilcito imputeble a un Es- (ado. cabe preguntarse sien tal caso eorresponde la proteccién al Estado de su na- sionalidad 0 ala propia Organizacion. La cuestidn fue abordada por la CU en el asunto de la reparacién de cierios davis al servicio de Jas Naciones Unidas (1949), En 1948 F. Bernadotte, mediador ‘de las NU en Palestina, y el coronel Serot, miembro de Ia Mision de observacion ‘de NU, fueron asesinados en Jerusalén en un acto terrorsta del que resullaron tambin heridos varios de sus acompanantes. NU asumio el pago de importantes indemaizaciones, a tiempo que se plante sila Organizacion podia relamar por cl incurmplimiento de la obligacién de protegrles en el ejercicio de sus fanciones, Solicitada una opinién consuliva por la AG, la Cl} espondié afirmativamente sefalando que para que el funcionario pueda cumplirsatisfactoriamente con sus debeces y su independencia quede garantizada es preciso que cuente con la protec- cidn de la Organizacién. ‘Ahora bien, del referido dictamen se desprende que no cabe que una Organi- zaciGn reclame por cualquier iliito del que sea victima un funcionario suy0. La proteccign de la Organizacion es de cardeter funcional, estando limitada a los da- fos sulridos por sus agentes en el eerecio dé sus funciones. Por el contraro, si el agente hubiera suftido un dato al margen de su actividad profesional correspon- seria al Estado de su nacionalida ejercer la proteccion diplomatica. ¥ esque, como LAPKOTECCION DimOMiTIES VCONSLLAR 515 dijera la C1 en el dictamen que nos ccupa, winicamente la parte respecto de la {ue existe una obligacion internacional puede presentar una reclamacion por di- cha violacion», No obstamte, ef derecho de una Organizacidn a ejrcer Ia proteccién en favor ‘de sus agentes puede en algunos casos ser concurtente con el derecho de un Estado 8 la proteccion diplomatiea de sus nacionales, sin que quepa reconoctr priridad & ‘inguno de estos derechos. sino tan solo esperar que se produzca una adecuada cooperacién entre ambos. La curstion se ha planteado en el asunto Sori. Carmelo Soria. espaol de of agen contratado como funcionario de NU en Chile, Fue asesinado en 1976, tos el solpe militar encabezado por ef general Pinochet. La familia inici6 entonces un Droceso que fue sobrestido, Restablecida la democraca Se reabrié el proceso ¥ en ‘el marco del mismo las autoridades espanolas prestaron su asistencia consular & los familiares, Sin embargo, Espana no liegd a ejercer la proteccidn diplomdtica ‘Bucs Carmelo Soria habia adquirido la nacionaidad chlena tera residene en Chile Este escllo no se plantea en cambio para NU pues, como admitié la CL en el dictamen referido. a Organizacion puede levar a cabo su profecidn incluso frente al Estado dela nacionalidad de la vitima, dado que «la acein ejercida por la Or- ‘ganizacion se basa en la condiciGn de la vitima como agenie dela Organizacion. ‘on independencia de su nacionalidads, 3. LA PROTECCION CONSULAR La proteccidn consular insttucion distinta de la proteccion diplomatica— cons- tituye, como ya virmos. otra de las formas admitdas pore! DI consuetudinario para “ta protecciéa de los nacionals en el extanjero cuando éstos son victimas de un hecho ilicito cometido por otro Estado. Veamos sus rasgos exencale los requi- sitos para su ejercici: 1) La proteccidn consular puede operar tanto en los casos en que el dato in Nigido al particular deriva de un hecho de otro Estado conirario al Ol, como et los ‘Que tienen su origen en la violaciGn por éste de su propio Derecho interno. 2) La proteccion se manifiesta através de una reclamacign que presenta el Jete de la Oficina consular, en cuya circunseripcin resida o se encuentre ocasional- ‘mente el particular lesionado, ante las autoridades locales 0 terrtarales competen- tes dentro de su circunscripeidno incluso, de acuerdo con el aniculo 38 de la Con vencidn de Viena de 1963 sobre Relaciones Consulares, ante las autoridades centrales del Estado receptor, si las leyes, reglamentos y usos de este lo permite, 0 silos convenios consularesbilaterales nolo excluven, No se trata, sin embargo, de una reclamacidn internacional de Estado a Estado, por lo que su desestimacion,o incluso su rechazo, no da lugar —a diferencia de fo que acontece con la protectin diplomdtica— al nacimiento de una conuroversia internacional vease Cap. XXX), Ahora bien, con Frecuencia la proteccién const lar se presenta.como el portico del ejercicio de la proteciéndiplomdtia, oz 3) E1 DI no reconoce al particular el derecho a la proteccién consular. por 1o aque el Estado goza —como acurre con la proteceién diplomatica— de plena dis- Crecionalidad en su ejercicio; en la pctica la proteccion consvlar se eerce sobre {odo en los casos de violacion de los derechos fundamentales. Ahora bien, nada Jmpide, que et ordenamiento interno del Estado imponga limites a dicha discrecio- nalidad. En Espata el Reglamento consular de 1900 se limita a disponer que co- rresponde a los Cénsules udar proteccidn a ls subditos en et extranjeron. 4) Es preciso que el particular lesionado ostente la nacionalidad del Estado que cjerce la protecci6n siendo en principio apicabes las repas sobre nacionalidad que Figen en materia de proteccidn diplomatica y, en particular a regla de la condi ded de la nacionalidad. Por otra parte, al igual que en el caso dela proteccign di- plomdtica, un Estado puede extender la proteccin consular a los nacionales de otros Estados si media el consentimiento de estos dltimos, asf como del Estado re- ceptor. 5) No se exige el agotamiento previo por el particular de les recursos interns del Estado receptor. Por el contrat, la protecciGn consular se desarrolla normal mente de forma concomitante a las acciones que el particular emprende en el or- den interno de dicho Estado, resultando asi complementaria de ésas, Para terminar, conviene salar que a proteccin consular se prestaen la pric ‘ica de forma coetanea ala asistencia consular e incluso, en ocasiones, ala aslsten- cia diplomdtica. El asunto del Capitin Rosales es ilusrativo. En 1990 Jesus Rosa. les, primer oficial det petrolero eMinav-4» de la Compavia de Petraleo Nacional de Iran, fue detenido por las autoridades iranies cuando se presentS voluataria- ‘mente & declarar por una explosion acurrida en el bugue, a resultas de la cual mu- fieron quince personas, Tras su detencidn, las autoridades espafolas, persuadidas de su inocencia. desplegaron todos os medios diplomdticos y consuiares posibles para su liberacién, Asi, no slo se ejrcié la proeccidn consular y se le presto asis- fencia consular durante su estancia en la creel yen juicio, sino que se realizaron igualmente diversas gestiones diplomditeas, legando a intervenir el Minisiro de ‘Asuntos Exterores espanol. Jesis Rosales, que ya habia sido procesado y conde- nado por los tribunalesiranies, fue berado. 4, LA PROTECCION DE LOS CIUDADANOS DE LA UNION EUROPEA ‘Como es sabido, el TUE introduj en el Tratado tonisttutivo de la CE ua conjunto de disposicionesrelaivas ala Cindadanta de la Unign (arts. 82 8E). De ene ellas ‘nos interesa descatar aqut las coatenidas en el aticulo 8 C, donde se dive que wlodo ciudadano de la Union podrd acogerse, en el territorio de un tercer pais en el que no esté representado el Estado miembro del que sea nacional, a la proteccién de las autoridades diplomstieas y consulares de cualquier Estado miembro, en las rismas condiciones que los nacionales de dicho Estado», ahadiéndose que wantes ‘del 3 de diciembre de 1993, los Estados miembros establecerén entre s las nor= ‘mas necesarias y entablardn jas negociaciones internacionales requeridas para ga- ROTECCION DMLOMATICA YCONSLLAK S17 rantizar dicha proteccién», El aniculo J 6 del TUE. por su parte. dispone que tas Misiones diplomaticas y Ins Oficinas consulares de los Estados miembros intens:= Ficardn su cooperacign para contibuir ala ejecucion de las disposiciones contem- pladas en el aticulo 8 C det TCE. El contenido del aniculo & C det TCE merece las siguientes precisiones: 1) Se refiece ala proecen de las auoridades diplomnicas + consulares, eso 5. de las Misiones diplomiticus y de las Oficinas consulares. y no de los érganos ‘centales de otto Estado miembro. De ahi puede deducirse que el precepto no cu: bre en principio las cuatro modalidades posibles de proteccién. en particular Is protecciéa diplomatica, cuya decision corresponde a los 6rganos centrales del Es- {ado y en cuyo ejerceio no tiene por qué intervenirsiquera la Mision diploma, 2) No consagra —ni podria pretenderlo— el derecho subjetivo de todo ciuca- ‘dano de la Unidn, eso ¢5, de todo nacional de un Estado miembro, a obtener la proteccidn efectiva de las autoridades diplomdticas y consulares de cualquier otr> Estado miembro fren a terceras Estados en los que el de su nacionalidad no esti representado, Conforme a su tenor literal. el derecho ala protection por las auto ridades de otro Estado miembro sélo tendr el alcance que en dicho Estado se .c- ‘conozca en favor de ls propios nacional. Por otro lado, ¢l derecho a la prott> ign queda condicionado a la buena voluutad de los terceros Estados, cvvo consentimiento, si bien puede manifestarse de diversos modos, es en todo caso 1= querido. Como ha sehsiado C. Jimenez PreRNAs, el derecho de proveccién del anica- lo 8 C no se configura ex now por el TUE. sino que se asienta en una cierta prac- tica anterior. Cabe citar en este sentido algunas medidas de provecidn humanitara 4e las Misiones diplomaticas y Oficinas consular de los Estados miembros en ‘ax vor de nacionales de otros Estados miembros. como es el caso. por ejemplo, de las ‘medidas adoptadas. previa concertacién en cl Ambito de la Cooperavion Politic Europea (véase Cap. XXVID, con ocasién de la invasién de Kuwait por faq 23 1990. Por otra pane. el 19 de diciembre de 1995 los representantes de los Gobieros de los Estados miembros reunidos en el seno del Consejo adoptaron —fina'- ‘mente— una Decision en eumplimiento del articulo 8 C. Las previsiones de eva Decisin se alinean con la préetica ameriormente reerida,limitando la proteccién de los ciudadanos de la Unidn a supuestos que bien podrian ser calificados de mera provecidn humanitaria o, alo sumo, de asistencia consular 0 diplomedtieati'- ‘ada. En efecto, en ella s# precisa que la proveccién consisticd en la asistencia en casos de fallecimiento, de accidente enfermedad grave. de aresto 0 detenciOn y de actos de violai6n, ast como en el socorro y repetriacidn de ciudadanos en di ficultad (an 5), excluyendose todo anticipo, ayuda econémica o gasto si no media I autorizacion del Estado miembrode su nacionalidad, que queds ental caso obli- sgado al reembolso. A la poste, el aniculo 8 C del TCE resulta mas llamativo que efectivo. Osra cosa sera conceder un papel ala propia CE. En este sentido. interesa sefalar que son relativamente frecuentes los acuerdos de pesca celebrados por Ia CE con t= az SIN DERECHO INTERNACIONAL ceros Estados en los que se regula el procedimiento a seguir en caso de apresa- miento de buques cumunitarias en las aguas bajo jurisdiccion de aquellos, previen- dose la intervencién, al menos en un primer momento, de las Delegaciones de la ‘Comision (véase Cap. XVII). Una mencién especial merece a este respecto el acuerdo con Marruecos de 1995. Dichos acuerdos configuran una suerte de asis- tencia dliplomdtica de a CE en favor de los pescadores comunitarios (véase en este sentido s. TPL en el asunto Odigiuria, 1995), que no excluye, sin embargo, la tencia diplomética o consular de los propios Estados miembros. Tampoco excluye elejercicio por éstos de la proteccién diplomatica en favor de sus nacionales si fue- ran victimas de un hecho internacionalmente ilicito imputable al tercer Estado, distinto de la violacion de las disposiciones del acuerdo celebrado con la CE (el ccaso del apresamiento del buque Esai por las autoridades canadienses resulta ilus- trativo a este respecto: véase Cap. XXY), Si el ilicito consistiera, ¢n cambio, en la violacién del acuerdo, corresponderia entonces a fa CE —y no a los Estados miem- bros— exigir la responsabilidad internacional de la otra parte (véase Cap. XV), ez ORIOL CASANOVAS Y LA ROSA Cee fei Unerided be barton CASOS Y TEXTOS DE DERECHO INTERNACIONAL PUBLICO PROLOGO DE MANUEL DIEZ'DE VELASCO VALLEJO atdrico de Derecho Inerncionsl Pa sete Unnorad Comps de este Membre de insta de Dros neon! ‘CUARTA EDICION aS remprain rersade tedios oez 340 CASOS Y TEXTOS DE DERECHO INTERNACIONAL PUBLICO Ex ciesto que en el asunto de las concesiones Mavrommatis, Ia con wowetsia primero se planted entre un particular y ua Estadu, es decir, entee Mavrommatis y Gran Bretafa; después, el Gobierno heleno tomé el asuato ‘en sus manos; entonces la diferencia entrS en una nueva fase: se planted en al plano internacional, enfrentando a dos Estado ‘Un principio elemental de Derecho internacional faculta al Estado paca proteger a sus nacionales lesionados por actos coatrarios al Derecho. inter. nacional que haya podido cometer otro Estado y respecto a los cuales no haya podido obtener satisfaccidn a través do las vias ordinarias, Al asumir la reclamacién de uno de los suyos, al iniciar, en su favor, Ia accion diplo- ritica 0 ta accién judicial, dicho Estado, en realidad, eeccta.su: propio de- recho, el derecho que tiene a. que sea respetado en la persona de sus sib- dios, et Derecho internacional Desde este punto de vist, por lo tanto, no hay que planicarse si en la raiz del Thigio se encuentra una lesién a un interés privado, lo eval sucede fen muchas diferencias entre Estados. Desde que un Estado asume la defensa e uno de sus nacionales ante una jurisdiecién internacional, ésta reconoce ‘como tinico litigaate al Estado, (Concessions Mayrommatis en Palestine, arrét 1.92, 1924, CPJ. série A 1.* 2, pig. 12.) 8) La protecciém diplomdtica es-una insttucién en virtud de la cust Se defienden los derechos de los particulares? b) Los panticulares tienen derecho a exigir que el Estado del que Son nacionales ejerze la proteccién diplomética? ©) ¢A waves de qué modaidades los Estados pueden ejeréer lu vro- teccién diplomatica? 99. AsuNTo NoTTEsoHM (Liechtenstein ¢. Guatemala) Nota: Friedrich Nottebohm nacié el 26 de septiembre de 1881 en Hane burgo, y posela le nacionalidad alemana de origen. Afios mds tarde, en 1905, se domicilé en Guatemala sin dejar de mantener relaciones comerciales y Jauniliares con Alemania y también con Liechtenstein, donde residia desde 1931 uno de sus hermanos. En ocwubre de 1939, un mes despugs de la vasidn de Polonia por Alemania, solité la nacionalided de Liechtenstein, que le fue concedida el 20 det mismo mes y ato. A pesar de ta natural {acién, Notebohm continud residiendo en Guatemala, y en 1943,.como si fuera un cludadano enemiga, fue detenido e inernado. Al acabar la guerra tue expuliado de! pois y te le confiscaron sus bienes, Posteriormente el Go- LA PROTECCION DIPLOMATICA ut bierno de Liechtenstein acudié ante el T.1.J. ejerctando la provecién inter- rnacional desu sibdito Liechtenstein solicié a condena de Guatemala por haber obredo en violacién de sus obligeciones inernacionoles relaivas al trato a los extran- jeros de un Extado neutral y, en consecuencia, pedia la correspondiente re- pporacidn por los blenes confiscades. E! Gobierno demandame también liité del Tribunal que se pronunciara en el sentido de que la concesién de nacionaled por parte de Liechtenstein no ere contraria al Derecho intern clonal y que su reclamacién fuera admit, EL Tribwoal resolvis al respect: EI Tribunal debe averiguar si tal concesién de nacionalidad por parte de Liechienstein produce para Guatemala una obligacién de reconocer si wonstcuencia, a saber, el tila de Liechtenstein paca el ejercicio de la pro- teccin. En otras palabras, se trata de averiguar si este acio, al emanar slo ido Liechtenstein, es oponible a Guatemala en lo que concieene al ejercicio Ue ta proteccién. El Tribunal watard de esta cuestin sin examinar Ia de la validez de la naturalizacién de Nottebohm segin la ley de Liechtenstein, Corresponde a Liechtenstein, como a todo Estado soberano, el regular, 2 (ravés de su propia legisacidn, la adqulsicién de su nacionalidad, asi como el conferila mediante Ia naturalizacién concedida por sus propios érganos de acuerdo con esta legislcién. No procede determinac si el Derecho inter- nacional establece cirlaslimitaciones a su libertad de decisién en este campo. Por otra pare, la nacionalidad produce sus efectos més inmediatos, mis plios y para la mayoria de las personas, Gnicamente dentro del orden juridico del Estado que la ha conferido. La nacionalidad sirve ante todo para deter= ‘minar que aquel a quien le ha sido confecida goza de los derechos y exif Sujelo a tas obligaciones que la lepislaci6n de este Estado otores 0 impone 1 sus nacionales, Eso queda contenido de forma implicita en aquella idea ‘nds ampli, segin Ia cual la nacionalided queda ineluida dentco de la com- petencia nacional del Estado, Pero la cuestién que debe resolver el Tribunal no se plantea en el orde- ‘amiento jurdico de Liechtenstein, No depende ni de la ley ni de las de- cisiones de Liechtenstein el determinar si este Estado tiene et derecho de ejercer su protectin en el caso sometido a consideracién, Ejetcer le pro- teeci6n, acudic al Tribunal, es colocarse en el plano del Derecho internacional EL Derecho internacional es ef que determina si un Estado esté legitimado pia ejeccer la proteccién y acudir al Tribunal ‘La naturalizacién de Nottebohm es ua acto ejecutado por Liechtenstein fe el ejercicio de su competencia nacional. Se trata de determinar si este acto produce el efecio internacional que aqut se considera, + Segin la préctica de los Estados, las decisiones arbirales y judiciales y las opiniones doctrinales, la nacionalidad es un vincvlo juridico basado en lun hecho social de conexién, en una efeciva solidaridad de existencia, de Lez 342 CASOS ¥ TENTOS DE DERECHO INTERNACIONAL PUBLICO Puede decirse que constituye 1a expresin juridica del hecho de que 21 i dividuo al cual se confiere, sea directameate por la ley, sea por un acto de autoridad, estd, de hecho, més estrechamente vinculado a la poblacién del Estado que so Ia ha conterido que a la de cualquier otro. Conferida por vn Estado, no le otorga un titulo para ejercer Ia proteccién frente @ otto Estado més que si esla concesién representa la traduceién, en términos jurdiees, de Ja vinculacién entre el individuo eonsiderado y of Estado que le ha hecho su. nacional La proteccion diplomatica y la proteccién por la via judicial internacional constituyen un medio para la defensa de los derechos dei Estado. Como ha dicho y repetide el Tribunal Permanente de Justicia {aternacional, val adop- tar la causa de uno de sus subdito, al ejerceren su favor la accién diplomiética ‘ola accién judicial internacional, dicho Estado hace valer en realidad su pro- pio derecho, el derecho que posce de que sea cespetado en la pefsona de sus siibditos el Derecho internacional» (C.P.J.L, serie A, nulm. 12, y serie A/B, ‘ims, 20-21, pag. 17). Siendo éste el carécter que debe presentat la nacionalidad cuando es jnvocada para proporcionar al Estado que la ha conferido un titulo para tl ejercicio de Ja proteccién y para iniciar Ja accign judicial internacional, el Tribunal debe examinr si 1a nacionalidad conferida a Nottebohm me: iante Ia naturalizacién presenta este catécter 0, en otcas palabras, si la vinculacién efectiva existemte entre Nottebohm y Liechtenstein en la época precedente, al mismo tempo y sigulendo a su naturalizacén, aparece como Sulicientemente estrecha, como ten preponderante en relaciSn con la vincu~ lacién que puicra existic entre él y cualquier otro Estado, que pecmita con- siderar como efectiva la nacionalidad que le ha sido conferida, como la cexpeesign juridica exacta de un fenémeno social de vinculacién, presxistente ‘© consttuyéndose intediatamente despus. La naturalizacién no es algo que pueda tomarse a Ia ligera; solictarla obtenerla, no es una cosa corriente en la vida de un hombre. Supone para La ruptura de un vineulo de carécter piblico y el establecimiento de uno nuevo, Tiene consecuencias de largo aleenee y produce un cambio protundo cen cl destino de quien la obtiene. Le concierne personalmente, y seria desconocer su sentido protunde no cconsiderar mis que el reflejo que produce en la suerte de sus.bienes, Para apreciar su efecto internacional no se puede sec indiferente a las ciccuns- fancias en las que se ha conferido, a sp eardcter sero, a la preferencia elec- tiva, y no simplemente verbal, de’ quien la solicita para con el pais que se ta otorga, ~Aparece Nottebohm en ef momento de su naturalizacién como més inculade a Liechtenstein que a cualquier otro Estado por su tradicién, su establecimiento, sus intereses, su actividad, sus la2os farniliares, sus inten- cones futuras?” +-Més que solicitada para conseguir el reconocimiento legal de la per tenencia de hecho de Nottebohm a la poblacién de Liechtenstein, esta natu- LA PROTECCION DIPLOMATICA 33 ralizacién fue perseguida por él para permidsle sustituir a su condicién de subdito de un Estado beligerante la condicién de sibdito de un Estado neu teal con la Sinica finalidad de situatse asf bajo la protecsién de Liechtenstein ¥y 20 con la de adoplar sus tadiciones, sus intereses, su géoero de vida, asu- ‘mic las obligaciones —aparte de las fscales— y ejercer los derechos inhe- rents a la condicién asf adguiida. Guatemala ao queda obligada a reconocer una nacionaidad concedida en estas circunstancias, En consecuencia, Liechtenstein earece de titulo para ex- tender su proteccién a Nottebohe frente s Guatemala y su demanda debe ser declarada, por este motivo, inadmisible... (Notiebohm, deuxiéme phase, Cut J. Recueil 1955, pig. 4y sigs.) 8) (Qué condiciones exige ef Derecho internacional para que un Ex {ado pueda ejercer ta proteccién diplomdtica de sus nacionales? b) idm de eeparaci, lot datos causador a a vctma o asus herederos. Asi ues, el Tribunal {debe comenzar por decidir sls disposiciones de la Carta referentes alas funciones de a Or- fanizacin yal lugar que ocupan los agentes de éstaen el elerciclo de sus funciones, imple bara la Organizacia fa capacidad de poder asegurar asus agentes la proveccion limita que Eonsiste en presenta una demanda en su benefiig, con el fin de obtene la reparacign de fos datos suridos en tals citcunstancias. Segun el derecho internacional, la Orguneacion debe Ser considerada om poscedors de ios poderes que dune no exten expresamente en ‘Sos en la Carta extan necrariarnente con(eridot a fa Organieacion como erelales para i ‘leciio de sus funeiones. Este principio de derecho ha sido apicado ala Organizacoa Lter- fhaconal del Trabajo por el Tribunal Permanente de Justicia Interoacioal en su Diiamen ‘consultivo n.2 13, de 24 de julio de 1926 (Sere B, 9." 13, p. 18), y debe sere tambien aplicable hs Naciones Unidas. ‘artiendo de ls ines y (uncionesindicados antriorment, la Organizacion puede dar prue- bas dela necesidad —de hecho ya lo hizo— de conflar asus agentes risiones importantes ‘que deben levarse a cabo en resionesinestables del mundo. Tales misiones, por su naturale 2a, exponen frecuentemente alos agentes peligrosexcepcionales aloe que no extn expos {as ordinariamente las personas. Por esta misma razén, los dance sufridos por los agentes ‘estas condiciones pueden products a veces deal manera que su Estado nacional no esta fa fundade para presntat uns peticgn de reparacda sobre a base de a proteccion diploma {ica 0, al menos, to starts dlpuesio a hacerlo. Con el fin tanto de aseputar el ejecicloefeaz LA APLICACION DE LAS NORMAS INTERNACIONALES 219 independiene de sus funsiones, como para procuar a esos agentes un apoyo efectvo, Ia Greantaacion debe prestariey una protection apropiag "Vase ha eapresado esta necsidad de protecion de los agentes de la Organizasion como condisign dela que depende el ejercicio de sus funciones ello resulta del predmbulo de In Resolucion de} de diciembre de 194, que representabs la opinion undnime dela Asamblea General “Atal efecto, los Miembros dela OrganizaciOn han patado ceros compromises, recog dor unos en la Carta y ots en acverdos complementarios. No es necesario escribir aqui leontenigo de estos acuerdos, pero el Tribunal insist en la importanela de a necesidad de ‘Sonceder ala Organiacion wplena asistencia aceptada por sus Mlembros en el silo 2." pare Sde la Carta, Es necerario recordar que el efiaz funcionamiena dela Organicacion, Er evmplimiento de sus deberes, la independenciay [a eficacia de Ia actvided de sus agentes nig el eset fespeto 8 tos compromisos.. (Cild. Recueil, 18,9. 17) 3, PRESUPUESTOS PARA EL EJERCICIO DE LA PROTECCION DIPLOMATICA. LA NACIONALIDAD DE LA RECLAMACION 7.12, CONVENIO CONCERNIENTE A CIERTAS CUESTIONES RELATIVAS 4 LOS CONFLICTOS DE LEYES SOBRE NACIONALIDAD, HECHO EN LA HAYTAEL 12 DE ABRIL DE 1930 Anicul 4.—Un Extado no puede cefcer protecién dplomitica especio de uno de sus rnacionalesfrenie a un Estado dl que esta persona sea también nacional 7.13, COMISION DE CONCILIACION ITALO-AMERICANA. DECISION DE 10 DE JU- NO DE 955, ASUNTO FLORENCIA STRUSKY-MERGE Hechos.—El 26 de octubre de 1948, la Embajada de los Estados Unidos de Amica {oten al Canada su see, su contbiida y el rego de sus aesiones. Allis han celeaado durante muchos aos reucioner del Consejo de Asminiracio. La sociedad Tiguta en lose Pedienes del isco canadien. Au se cies un incu eterhoy permanente gue se ha ef. ado mas aun con el ranscurso de mas de medio siglo. Dicho vinculo nose ha debiltado en Absolute pore hecho de qu a sociedad eerie desde sus comienzos actividades mesa fee era del Canada, pues al ra su objeto desarado. Las relaiones ene la Barcelona Trac: tdonay el Canada Son, pues, multiples. 150,” Es por ello que, enel estado actual del Derecho, la proecién de los acionisasevige ue st recrratesipulacones convencionales 0 aeverdos erpecilesconeluidos dretamen teentre el inversor privado yet Estado en que ve efectd I inversion. Los Estados aseguran ‘cada ver mis frecuentement esa le de protecion en sus rlaconesblaterales 0 ullate- fale, ya sea por medio de insrumentos especiales, ya sea dentro del marco de acuerdos co Domicos de aance mas general. Toda una evoluclon ha fenige lugar desde la segunda gusta ‘mundial en materia de proveccion de las inversionesen el excanjero que se ha traducio en Ta conelusidn de tatadostaterales o multilatralesenge Estado ode acusrdos ene sta dos socedades, Dichorinstrursentos contienen dsposciones sobre la competencayelpro- ‘edimiento en caso de controversies relavat al ato dels sociedadeslaversoras por Pa ‘los Extados en que se realzan as inves ‘ho directo a defender sus intereses co Sos, En ia presente insanca nose hala vigente ene las Paves ningun Insrumento de esta slate, 'D,_En cambio, el Tribunal etima que, en el dmbico del protein diplomatica como en todos los dems bits, el Dezeeho inet a razonable Stgerido que, st nose puede aplicar en de {derecho de proveccidndiplomndtica de una socledad corresponde a Estado naicnal, po- Gris naire, por rzones de eguidad, que la proteccion de fos acconistas en cuesin fuse ‘tegurada pr su propio Estado tacioal. La hipstesis considerada no coresponde alas cite unstanelas del presente asunto ‘4, Habide cuenta, empero, dela naturaleca dea protec diplomsic, Is consiera- cones de equidad no pueden engi ms Que la poabldad de vr intervie a un Estado ao ‘ecto, yase tte, en vrtud de lx norma general arriba expuesia, del Estado nacional ce a ‘ociedad, 0, a vio subsllarl, dl Estado nacional de lor acioistas que relaman prctee- ‘lon. Convene tambien tener en cuenta hese respect as eonsecuencaspricias a que fo Sri Megase se deduera de consideractones de equldad un derecho mis amplio de potee- {on para el Enado de los acionitas, Procede ante todo, hacer consar que en materia de ‘auidad seria diffelesablece diinclonesconformeacriteros cuaniatvos, parece que c2- (BP uno dels accionstasdeba ene a misma posbildad de beeficarse de a protec l- Slomdties, tanto si poree un 1 por 100 somo st posee un 90 por 100 del capial social. Desde Tuego el Exado protetor puede no mosirarse dispueso a adopt la causa del peauen acco, rsta asad, pero parece fell nari un derecho a hacerlo en nombre de consideracicnes auidad, in este plano, Ia protecion por el Estado nacional de los aceonistas no puede ‘iengs sr dosieadasepn la imporsancia absolut rela del nieco de aesones en jucgo. 5, Esco qucel Gobierno beiga ha alegado gualmente que las accion dela wBaree

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