Mi nombre es Guillaume Capou, soy historiador y vivo en Paray-le Monial.
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Luis XIV se llama a sí mismo el rey má s cristiano. Una de las preguntas controvertidas es si recibió una solicitud de Marguerite-Marie para consagrar el reino al Sagrado Corazó n. Esta solicitud, sabemos que hay huellas en la correspondencia de Marguerite-Marie en el añ o 1689. En junio de 1689, Marguerite-Marie escribe que le gustaría que el reino de Francia se dedique al Sagrado Corazó n, que el rey se vuelve hacia el Sagrado Corazó n, pero en las fuentes histó ricas, no vemos ningú n rastro de la elecció n de Luis XIV para dedicarse al Sagrado Corazó n. Cuando habla de su piedad en su voluntad por su delfín, en su testamento político, no habla de su consagració n al Sagrado Corazó n. No habla del Sagrado Corazó n.
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Sabemos que en octubre de 1689, una carta de Marguerite-Marie a su superior, la madre que dirigía el convento, explica que el Señ or le habría hecho entender que no necesitaba a los poderosos. Para difundir su mensaje, pero él quería pasar por los pobres. En otras palabras, tal vez ella entendió que su petició n, que le repitió a la madre superiora, fue un fracaso. Ella entendió , en meditació n y en oració n, que esto llevaría a un rechazo del rey, pero no sabemos, no tenemos rastro histó rico para decir que el rey ha recibido esta solicitud y que él rechazado Solo sabemos que el rey no se consagró al Sagrado Corazó n y que no consagró a Francia al Sagrado Corazó n.
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Si creemos en el mensaje de Fá tima, podría haber una negativa del rey a consagrarse y consagrar el reino de Francia al Sagrado Corazó n, pero en las fuentes histó ricas, los que rodearon el Rey, que ha hablado de ello, por ejemplo Les Caractères de La Bruyere, o las Memorias del Cardenal de Fleury, que dice que el rey tenía una fe del carbó n, no vemos en Luis XIV una devoció n propia del Sagrado Corazó n. É l habría tenido una fe de su tiempo. No se habría convertido en un misticismo como Marguerite-Marie. Incluso al final de su vida, cuando está cerca de su amante, Madame de Maintenon, a una renovació n espiritual, no se dirige al Sagrado Corazó n, sino que se dirige a una fe má s austera, má s oscuro.
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Cuando Marguerite-Marie nació en el siglo XVII, en 1647, ya vivía en un reino muy cristiano, que tuvo grandes éxitos, por lo que un gran crecimiento espiritual de Francia, un gran resurgimiento de Francia. Francia. El clero se forma siguiendo el Concilio de Trento. Hay dos grandes santos. La devoció n al Sagrado Corazó n que recibirá a través de estas revelaciones, las tres grandes revelaciones entre 1673 y 1675, van de la mano con la devoció n al Sagrado Corazó n que recibió San Juan Eudes, un santo de Normandía que Fundó a los eudistas y fundó muchas congregaciones que llevan el nombre de Sagrado Corazó n. Recibió , como revelació n, que era necesario rezar el corazó n de María. En el momento en que Marguerite-Marie regresó al convento en 1672, Saint John Eudes, por primera vez, escribió una liturgia que celebraría durante una misa junto a Paray-le- Monial, en Autun. 'llama a la liturgia por el corazó n de María. Unos añ os después, descubrirá que en el corazó n de María está el corazó n de Jesú s. Marguerite-Marie es un poco el portavoz de una espiritualidad del Sagrado Corazó n que emerge en Francia en el siglo XVII. La devoció n al Sagrado Corazó n es una devoció n bastante antigua. Encontramos rastros en la antigü edad, en el patrístico, San Agustín, pero en el siglo XVII, con Marguerite-Marie, se necesita una expansió n considerable. Es, a partir de finales de siglo, escuchado por algunos obispos de Francia que celebran la fiesta del Sagrado Corazó n en su propia dió cesis. No fue hasta el primer tercio del siglo XVIII que el papado reconoció la virtud de orar al Sagrado Corazó n de Jesú s. La fiesta del Sagrado Corazó n de Jesú s llegará tarde, es decir, que el reconocimiento de la posibilidad de orar al Sagrado Corazó n a escala mundial no llegará hasta mucho má s tarde.
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La devoció n al Sagrado Corazó n siempre evoluciona un poco, ya que también cumple con las expectativas de los creyentes. En el siglo XIX, se produjo un aumento considerable. Podríamos decir que el siglo XX es el siglo en torno a las encíclicas de los papas, Pío XI y Pío XII, donde hablamos de esta devoció n al Sagrado Corazó n y donde lo formalizamos un poco má s, haciendo la conexió n teoló gica entre el Sagrado Corazó n y Corazó n de Jesú s que ama y teología de la misericordia. Estos dos se unirá n al siglo XX y dará n toda la piedad aú n presente al Sagrado Corazó n de Jesú s, que marca las peregrinaciones a Paray-le-Monial, lo que explica por qué el Papa Juan Pablo II vino en persona, en 1986, a Paray-le- Monial, para orar precisamente en la ciudad del Sagrado Corazó n de Jesú s. Incluso hoy, muchos peregrinos vienen a Paray-le-Monial para orar precisamente por este Sagrado Corazó n.
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La idea es que cuando Marguerite-Marie recibe las revelaciones de Jesú s, estas revelaciones las podemos recibir como un mensaje espiritual para hoy, pero resuena sorprendentemente con las preguntas que surgen Los contemporá neos de Marguerite-Marie. Es en un siglo cuando el reino de Francia es amasado por cuestiones religiosas, peleas religiosas. Por un lado, está la poderosa corriente de los jansenistas, y por otro lado, hay una corriente llamada Quietismo, que proviene de un españ ol llamado Michel Molinos que en un momento dado. En Italia y quien desarrollará esta doctrina. Ambos encuentran su respuesta en las revelaciones del mensaje de Jesucristo a Margaret Mary. El jansenismo bá sicamente dice que solo Dios, por gracia, puede salvar al hombre, y el hombre, por su propia libertad, no puede hacer nada porque el hombre, por naturaleza, es pecaminoso. Todo lo que haga no podrá guiarlo a la salvació n. Só lo la gracia es suficiente.
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Por otro lado, Molynos argumenta que un alma que se prueba en oració n puede alcanzar cierta tranquilidad, de ahí la palabra quietismo, bú squeda, descanso, un descanso en el que el alma no tiene nada que hacer Ella ya no está sujeta a la tentació n. Ella está en una visió n beatificada de Dios. La cuestió n de la salvació n ya no se puede ni hacer. Ella está directamente en el resto de Dios. El mensaje que Marguerite-Marie recibe de este corazó n que ha amado tanto a los hombres y que sufre de tanta falta de amor por el amor de los hombres por el corazó n de Jesú s, responde a estos dos movimientos espirituales que intentaban desarrollarse a las diez. Siglo VII y siglo XVIII. El mensaje de Marguerite-Marie es una respuesta a esta pregunta que atraviesa debates espirituales en el siglo XVII, es: ¿cuá l es la relació n entre libertad y gracia, que no fue resuelta por el Concilio de Trento? . El Concilio de Trento simplemente dijo que la gracia era necesaria, pero no decía có mo cohabitan la gracia y la libertad humana. ¿Qué pasa con la libertad del hombre cuando recibe la gracia de Dios? Marguerite-Marie, a través de este mensaje, responde a la pregunta que hacen muchos jesuitas, pero también a los dominicanos en Españ a, que provoca una gran disputa en Españ a precisamente entre un dominicano y un jesuita. Marguerite-Marie, en Francia, recibe este mensaje que se difundirá gradualmente al decir que la gracia del Señ or, la recibes en tu corazó n y vives en tu libertad por un amor recíproco entre el creyente y el corazó n de Jesú s. .
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Sería difícil decir que hoy, la devoció n ha eliminado el mensaje del Sagrado Corazó n de Jesú s. El corazó n de Jesú s permanece profundamente en el alma, en la fe cató lica. De hecho, está presente en el catecismo de la Iglesia cató lica, pero tal vez encontró una resonancia particular en la misericordia, el descubrimiento de la misericordia de Dios con Santa Faustina, por ejemplo, que revela un poco má s, en teología, el vínculo entre el corazó n del sufrimiento de Jesú s y el amor de Dios. Quizá s se pueda ver una continuidad histó rica entre Sainte-Faustine y Marguerite-Marie en la relació n entre esta misericordia y el corazó n amoroso de Jesú s. El corazó n de Jesú s está tanto en el mensaje de Marguerite-Marie, en lo que ella recibe, en sus revelaciones, 1673-1675. Se separó de ese corazó n sufriente que fue encontrado un poco má s fá cilmente en los Padres de la Iglesia. Uno vio esta visió n del corazó n sufriente del cual brota la Iglesia. Es un poco como Saint-Jean Chrysostome. Se podría decir que la actualidad del corazó n de Jesú s y la devoció n al corazó n de Jesú s se encontrarían hoy má s en la devoció n a la misericordia, la importancia de la misericordia. El añ o de la misericordia que se celebró en la Iglesia Cató lica.
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Está en la expresió n donde se habla menos del corazó n de Jesú s. En Paray-le- Monial, ya que es la ciudad del corazó n de Jesú s, será má s fá cil hablar del corazó n de Jesú s. Siempre hablamos del Sagrado Corazó n de Jesú s, pero el movimiento actual también es atar este Corazó n a la misericordia, pero eso no borra el Corazó n, por supuesto. No hay borramiento del corazó n de Jesú s. Es una espiritualidad que se enriquece. I. Creo que un teó logo responderá má s fundamentalmente sobre los vínculos teoló gicos, pero siempre hay una devoció n al Corazó n de Jesú s. 00: 11: 08: 02 La investigació n actual muestra que hay devoció n al Sagrado Corazó n entre los soldados en las trincheras, que tuvieron mucha escala durante la Primera Guerra Mundial. Es cierto. De hecho, el episodio de Voltaire muestra a través de este torpedo desviado en el camino Dardanelos, porque un sacerdote acababa de estar presente, el Sagrado Corazó n habría salvado la nave. Si lo colocamos en el culto del Sagrado Corazó n, en su evolució n, es cierto que durante la Primera Guerra Mundial, encontramos pequeñ os objetos de trinchera hechos alrededor del Sagrado Corazó n, pequeñ as obras talladas por soldados, Escrituras, dibujos. Vemos en la correspondencia de algunos soldados que en varios regimientos, todavía hay muchos soldados que usan este Sagrado Corazó n en ellos y que rezan para que el Sagrado Corazó n sea liberado de las angustias de la guerra.
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Hoy, no puedo comentar demasiado sobre có mo ha evolucionado. Por otro lado, los jesuitas jugaron un gran papel en la difusió n de la devoció n al Sagrado Corazó n, primero porque Claude-la-Colombière fue enviada a Marguerite-Marie para testificar que lo que recibió fue bueno. un mensaje de Jesú s y de Cristo, pero no un mero pensamiento de su propia persona, que acredite por su autoridad teoló gica que Marguerite-Marie no estaba loca, no fue razonada. Los jesuitas ya han participado a través de él en esta devoció n, pero la devoció n tardó mucho tiempo en desarrollarse en Francia porque los jesuitas, en el reino de Luis XIV, son vistos como el partido del extranjero, el partido del papa. . Luis XIV, durante buena parte de su reinado, está en disputa contra el papa por cuestiones eclesiá sticas de la época. Cuando un asiento episcopal vacante, el rey puede tomar el ingreso de la propiedad, el dinero de este obispado, excepto que el Papa no está de acuerdo. Hay una disputa sobre temas temporales.
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Esta disputa causará que Luis XIV y sus asesores, especialmente asesores que han sido un poco moldeados por el jansenismo en el oratorio, entre los oratorianos, lo empujen a ser un poco sospechoso ante Los jesuitas no estará n completamente, pero los jesuitas estará n en disputa con los oratorianos para obtener la aprobació n de Luis XIV. Hoy, parece la aprobació n, es decir, una mirada amable por parte de Luis XIV. Hay profundas peleas que dividen a las congregaciones religiosas en el siglo XVII, lo que hace que el mensaje de Marguerite-Marie, lo que ella significa, el Sagrado Corazó n de Jesú s, sea difícil de emerger, porque incluso Juan Eudes que quiere hablar del Sagrado Corazó n al rey o que quiere acercarse al rey, por un tiempo se le impide hacerlo porque otras congregaciones, a saber, los oratorianos, es decir, el movimiento de los jansenistas que no es una congregació n pero que Es llevado por la congregació n de las hermanas de Port-Royal, evita que este mensaje se propague. El mensaje de Marguerite-Marie tardará má s de un siglo en emerger. Comenzaremos a conocerlo a partir del retiro espiritual que se publica, a título pó stumo, de los escritos de Claude-la-Colombière.
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Pero Marguerite-Marie, cuando le pide al visitante de Paray-le-Monial que ore al Sagrado Corazó n de Jesú s, recibe un rechazo. Es muy difícil. Cuando ella pide que la congregació n pueda orar al Sagrado Corazó n, ella también se niega. Está claro que este mensaje es difícil de difundir, lo cual no se debe a la personalidad de Marguerite-Marie, sino a que Francia está extremadamente dividida en cuestiones religiosas, en cuestiones teoló gicas, en cuestiones espirituales, entre quetistas y jansenistas, jesuitas y oratorianos, entre la tendencia galicana del rey de Francia que quiere controlar la Iglesia y su temporal, y el Papa que, en una visió n de pastor de la Iglesia, considera que tiene la La plenitud de la ley para las cuestiones temporales y espirituales sobre la Iglesia de Francia, que el rey de Francia le niega enormemente. Hay toda una divisió n. No fue hasta la muerte del Papa Clemente que un nuevo Papa, Inocencio, llegó al trono de San Pedro y restauró , desde fines de la década de 1690, una relació n de confianza entre el Rey de Francia y el Papa.
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Por eso también la demora entre la recepció n de este mensaje por parte de Marguerite-Marie y la difusió n del mensaje del Sagrado Corazó n. Es muy importante. En el siglo dieciocho, cuando Francia aú n se mezcla con las disputas religiosas, el jansenismo reapareció . El protestantismo, que se cree que disminuyó , reapareció en los Cevennes con una revuelta muy importante a principios del siglo XVIII. Esta cuestió n del Sagrado Corazó n pasa a un plan secundario. Los reyes de Francia, Luis XIV y Luis XV, no siendo llevados por una piedad muy importante desde este punto de vista del Sagrado Corazó n, no son místicos, no apoyan má s que eso, la devoció n al Sagrado Corazó n. Corazon de jesus Será necesario esperar la aceptació n por parte del Romano Pontífice de esta devoció n al Sagrado Corazó n, la autorizació n en Francia y en Polonia, especialmente la que desempeñ ó un papel importante en la devoció n al Sagrado Corazó n, es la esposa del El rey Luis XV que es polaco. El Papa autorizó a los obispos polacos a orar al Sagrado Corazó n. Pidió al clero de Francia que transmitiera esta fiesta del Sagrado Corazó n, este culto del Sagrado Corazó n en todas las dió cesis de Francia. Es a través de esta figura femenina que el Sagrado Corazó n, dejando Paray-le-Monial, pasa por Roma y, a través de Polonia, regresa a Francia para una diseminació n mucho má s amplia durante el siglo XVIII del culto de lo sagrado. corazó n.