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Urbano Espinosa ¥ SANTIAGO CASTELLANOS Eps) COMUNIDADES LOCALES ¥ DINAMICAS DE PODER EN EL NORTE DE LA PENINSULA IBERICA, DURANTE LA ANTIGUEDAD TARDIA UNIVERSIDAD DE LA RIOJA SERVICIO DE PUBLICACIONES 2006 EL EJERCITO ROMANO EN EL NORTE PENINSULAR DURANTE EL BAJO IMPERIO A TRAVES DEL REGISTRO ARQUEOLOGICO Iatenses sin emplazamiento fijo (lig. 1. No dcbemos obit oe res de Zoxino y Oro, que naan Ia probe ' tropa privadas para la defensa de Hispania. No vames a detenemos aqui en la amplia produccién historiogratica derive da deta inuerpreiaciGn de dichas fuentes textuales. Vamos a centrar nucstr iater- 207 : A is? at sh % ¥ ¥ ‘ : ) ‘vencion ca los testimontos arqucolGgicos disponibles sobre Ix presencia del ejér- ‘cio romano en Hispania durante el Bajo Imperio. Hasta hace muy poco tiempo los testimonios arqueotégicos disponibles sobre ‘problema, que en buena medida persiste hasta nuestros dias, reside en la diffcul- tad de identificar el hortzonte arqueolégico propio dei elemento militar a partir del siglo IT dC. ca Tispania. La integracion de Jos regimientos militares dentro de la Vida urbana y a carencia de asentamientos militares propizmente dichos, como refleja claramente la Nottita, por un parte; por ots, la escasez ke maie- Hales guia de tipo mltar, entre los que cabe enumerar tan s6lo los miifiaria y algunas emisiones monetales, ban provocado esta situacién, que tan s6lo recien tes extudiog derivacos de excavaciones sealizadas en diferentes yucimientos det norte peninsular han comenzado a esclarecer 218 1a inco ROMANO BY NORTE FENISCAR DURANTE BAO EPR A TRS DL REGISTRO. Hoy por hoy, la principal evidencia arqueolégica de In presencia del ejército romano en Hispania dutante el Bsjo Imperio son tas mutalss de este period y el registro anqueoibgico a elias asociado. Fl problema del anurallamiento bajoimperial ‘catacio que la invasién de los alamanes en cl 270 afectara 2 la Peninsula Toésica (Arce 1982, 94). ‘Rebull ya habia puesto en cuestiin el caricter estricaamemte defensive de Jas murallas tardias, resaltando otras posibles causas, como el deseo de la cindad de manifestar su propio prestisio (1974; 1986). Results dif, por fala de datos objesivos,establecer una relacién historiea de ccaustefecto entre invasion del sigio Il y amurallaniento Jonson (1983), 67). probaciénangucligia desu uso duce dl pesodo tardortomano, Esto argu 219 {Gos muy reduc que proporcionan eseass informacion. Para el cas hispano demos sesalar el problema a ogica a la que ‘Siglo, que comprende desde mediados del siglo It hasta comicazos del V 6.C. as murallas hispanas y su dataciéa Casto las dos tnicas forficaciones bejoimpesiales en la Bética a Civitas Igaedi- tanorum (danhaa-Velha) y Pompacio. Fl caso de Sancander plantea aa mayores ificultades de identificacin (Fernndez, Ochoa & Morillo 2005, 302303) (Bg. 26). ‘Obviamente no vames a entrar aqui en un andliss pormenorizado de tos datos au han rade determin as ronolga cue oy apc cats ao de pl imbricar est problemtica, de la que y2 nos hemos ocupado en otras ocasiones (emindez Ochoa & Mosllo 1992, 2002, 2005; Fernandez Ochoa 1997a, 255-256). ig 2. Mralles tandorromanas en Espanta (egtin C Fernénulee Ochoa y Anget Moro) compen emnosz OCHOA. ANER MORILLO ig 3. Legio. Recanaciim de sector oeste ol cereus anrurallado bajoimpertal (fotografia: V Garcia Marcos) Fig. 4, Astusica Augusta Wists ares del extorior dol sector ortemtal del circuito amurallado Dajotimpertal (otografia: Arcs Exbosicion Astures, Pamdackin Municipal de Cultuea, Gijon Fig. 6, Velcin. Exterior de ta muralle bajotmperial Gbtografa: A Morte). me 223 _Lisincro ROMANO YP NORTH ENINSULAK DURANTE HAO WERE 4 TAS aL BGT a primer rp ei contd por recon nde egos Cardcer wbano de dio nico pane gus dats HI marco temporal durante el que se construy6 esta primera generacién de ‘Sn upufogia. Tos hatagos umisncos presenta el probes insertable de das largas perduraciones. ‘La lnvestigaci6n actual sobre las producciones cerimicas permite easpezar a _mente ea ceniros como Asturica Augusta, que ejempliica muy bien la sitaci, cen el cuadrante noroccidearal de la Peninsula Thérica (%. Morillo et alsé 2005, 49.150 y 157-158). A partir de un momento constantiniano pleno ¢ciraa 320 (yl pasa mate cxpeimecia eicatvstnormacones, que per an dhrante todo el siglo TV y que en los 4mbitos peninsulzres han comenzado a dedinirse con mayor cazidad. los nies comespondenes# segunda mit de io Hy dos pie as a. a5 Hp. 1), tupscs sp. yh sp 12 Hap 2. Se Conmazn ambien aguas forms decodes olde come canes Hsp, 37 (Garcia Marcos et alli 1997, 520), Dichos reciplentes sou importados de tos tall 68 rojanos y de los nuevos centros de fabricacion que empiezan a surgir al este dela Submeseta norte (fg. 7). os repent de fats en compass en fp mises tees or Ce Te 9 ie} Fig. 7. Contento anguealigioo de cavdctr corémico correspondents a a ‘ugioda mitad de siglo ID y comtenzos de} IV dC. en ef yacineento de Astorga (segtin Moro 9 Gorcte Marcas, 2003). 25 CARN FRDNANDEZ- OCHOA. ANGEL NORIO nero ROMANO EN HL NORTE FEENSULAR BURA. O ROPER A TRAYES DSL REGO, oibemente imports dea éiceydoccmenadn eines de a seg pen Rodsguc 1985, 246 Pas Peralta 1991, 4750; jan 1997, 330553). [No obsante, ef monopotio de las producctoneshispinicas no evita a eps a de algia secipicate de procedencia afsicapa o gilca. Ene las primeras se fencuentfan algunos ejemplaresaisados de fera sigata africana, entre fos que ‘2 encuentan incernas de los tipos Hayes Tb y Hayes fla (Morillo 1998, 148-152) than tarien en las erage asorcenses Se dee sing fora iil +a focense (Late Roman C). Posiblemente los reciplentes norteafticanos Importados Ueguen @ Astorga a Z través de los puertos de escala enclavados en las costas gallegas o asturianas, desde donde sc difunden hacia la Meseta. La presencia de algunas dnforas acei- ig. 8. Gonseato arqueotigio de carder cerdmico correspondiente ‘eras béticas del tipo Dressel 23, asi como anforss orientales y norteafricanas, al sigio IV a la primera maa del V dC on ol yacimtento confirma la-vigencia de las rutas mavitimas cantibricas. ‘de Astorga (eegin Morilo y Garela Marcas, 2005) 26 227 tic, ataves de a Cul pueden haber aleanzado a capital str (3a ‘Ninguna de las muralias de esta primera generacion que acabamos de reseflar cscalonuda, pero siempre con anteioridad a un momento constantiniano pleno. A pesur de que por el momento estd mucho peor defiido que el anterior, parece que va tomando cuerpo un segundo grupo de murals de época poste- sos, 3 comienzos del siglo V. ‘as murallas del Noroeste peninsular Copintoapare merece dsrbuclin gengfe de ets enon spect Grane el Bajo Empero, que analzaemos mas adel Se constata igualmente una mayor concentraciOn de Jas mulls datadas en este periado ea el Noroeste peninsular. Las principales cindades de esta regia “Leén, Lugo, Astorge, Braga-, ademds de Gijén, se rodean de un poderoso sistema 228 s ‘anquitectos romaaos, Hoy en dia se acepta abiertamente la intervencion directa 29 ieee ena list eam i de Att provi sla militaria que relacionan las reformas de fa vieja murallaaltolmperial det Cam- ‘pamento dea legio VII Gemiina con la presencia de nuevas tropas procedentes ‘de la zoma de Pannonis, posibiemente reasignadas a la fepio VII Gemina, en un momento que pademos sitar a finales del siglo HW. La inserci6n de las amrailas hispanas dentro de Ia geoestrategia bajeimperial ‘De todos son conocides los cambios en Ia esteategia defensiva del Imperio ‘on algunos casos sea complicado determinar cuales fucton tos motives en Tos ‘que se bas6 esta supuesta mayor operatividad. Ts sigificativo que tres de los cuerpos de Himitanet relacionados en la Not sudocekiental de la Galt, que desempefia un importante papel en las comuntcs 1, Dichas evdencias ve enazarcan dentro del actual proyecto e inverigaciGne Campa Imenios romance en a Poninrula Paros: andlst anqusoligio 7 arguitetSnico, concess Go por el MCYT (et BIEA200203305), digido por uno ce noscres (a Marie). 230 sL pfacto ROMANO NOHTE PRUNSULAR DURANTE FLEAS DEFER & TRATES RECRTIO. CGiones éntze ambas didcesis, en el que se encueatea asentada ia cohors Novem tem Gallicarn (Perwiinidex, Ochioa 19974, 262) (ig. D. En los secintos del Noroeste, la construcci6a de la mural parece coincidir en 1 tempo coa profandas remodeiaciones urbunisticas, que afectan en algunos sos a i totalidad de fx superficie de In ciudad. Hl ejemplo mejor constataco es et ‘correr com los gastos en soltarto, los elevados costes hasian quc Ia construccién se —, (1986), “Les fortifications urhaines romaines", La fortification dans (bistot- re du monde grec, Pais, 345.361 =, 99D), "ELaceite bético durante el Bajo Imperio”, Arte, Soctedad, Economia 9 Religtsn durante ef Bajo Imperio 9 la Antigiedad Tantia, Antigiedad y ‘Cristiantsmo Vil, “Centcelles y las uillae de Tarraco durante la antigtedad ss, El momumento tardorromano, lconagrapia y Arguttec- hic Hispania", The visigoibs jrom the Migration Period to the Seventh Cen iury: an Ebmograpbic Perspective, Heather, 64), Woodbridge, 271408. Reuter, Z (1999) “Carolingian and Ottonian Warfare", Medieval Warfare. A His tory QM. Keen, ed), Oxford, 1335, Revilla, V. (2004), Reonomia i poblament roma al curs inferior de UEbre. La tila de Casa Blanca (lortosa), Tarragona, Poblacién y Sociedad en el Valle de! 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Burgundios: 90, 246. 337

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