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Javier Urcid * y Thomas W.

Killion**

El legado olmeca: continuidad y cambio cultural


en el sur de Veracr
Veracruz
eracruz
uz***

Gran parte de la investigación arqueológica que se ha llevado a cabo en las tierras bajas del sur
del Golfo de México se ha enfocado en los avances logrados por las sociedades del periodo
Formativo. Salvo algunas excepciones, los desarrollos tempranos tan notables en esta región
no se han articulado con los patrones locales sobre continuidades y cambios socioculturales
durante los periodos subsecuentes del Clásico y el Posclásico. La investigación en el sector de
Hueyapan de Ocampo, al sur del macizo volcánico de Los Tuxtlas y entre los antiguos asen-
tamientos de Tres Zapotes y Laguna de Los Cerros provee nuevos datos para examinar el le-
gado local de los olmeca-tenocelome y ayuda a formular una idea más clara de los problemas
cronológicos del sistema de asentamientos y de la economía política que deberán refinarse en
el futuro. La investigación que se presenta aquí constituye una base para comparar la organi-
zación económica y política de las tierras bajas del sur con otras regiones de Mesoamérica.

E l abandono de los asentamientos de las antiguas sociedades complejas ha


motivado la imaginación del público y ha generado investigaciones científicas
e históricas desde que la arqueología se constituyó como una disciplina (Wau-
chope, 1962; Yoffee y Cowgill, 1988). En el centro de los debates sobre las
causas y las consecuencias de colapsos culturales están los desastres ambienta-
les, la degradación agrícola, los conflictos sociales y el desequilibrio político,
actuando en forma aislada u operando simultáneamente. Sin duda alguna, estos
factores generan crisis y promueven cambios repentinos observables en el
mundo de hoy. Pero nuestra preocupación con el colapso tiende a minimizar
tendencias más profundas de continuidad y un reconocimiento más amplio
de las transformaciones culturales paulatinas que también ocurrieron en el pa-
sado. Las percepciones sobre malogros culturales están limitadas no sólo por
un conocimiento restringido de sus secuencias cronológicas y de sus causas,
sino también por una falta de comprensión del contexto regional de las socie-
dades involucradas y de los procesos históricos particulares que contribuyen
al ocaso. El colapso de sociedades, la desaparición de tradiciones y el abando-

*** Brandeis University Boston. urcid@brandeis.edu


*** Wayne State University Detroit.
*** Agradecemos a la National Science Foundation el apoyo brindado para llevar a cabo la
investigación en Hueyapan (Beca # SBR 9708970), al departamento de Arqueología de
la Universidad de Boston por administrar los fondos, al Instituto Nacional de Antropología e
Historia por concedernos los permisos necesarios, y al municipio de Hueyapan de Ocampo
por permitirnos realizar el trabajo de campo. Varios colegas contribuyeron en el proyecto,
extendemos un agradecimiento especial a Elba Domínguez Covarrubias, Chantal Esquivias,
Juan López Pérez, Ponciano Ortiz Ceballos, Robert Santley, Tammy Szatkowski, y Andrew Workinger.
Gracias también a la gente que trabajó con nosotros en las comunidades y en los ejidos de
Hueyapan de Ocampo, Juan Díaz Covarrubias, Chacalapan, Norma, Cuatotolapan, Zapoapan,
Santa Rosa Loma Larga y Sabaneta.
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ARQUEOLOGÍA 33  mayo-agosto 2004

no de asentamientos, tan comunes en los me- una tradición escultural en piedra. Los antiguos
dios populares, son difíciles de definir (Cowgill, maestros en el arte lapidario produjeron escul-
1988), y más aún identificar y caracterizar arqueo- turas de varios tipos: en bulto, en bajorrelieve,
lógicamente. De hecho, la supuesta desinte- como elementos arquitectónicos, en grandes
gración de una sociedad y de sus instituciones construcciones funerarias y en muchas otras for-
es frecuentemente una creación generada por mas —más de 200 ejemplares masivos docu-
la ignorancia arqueológica y limitaciones meto- mentados hasta ahora en las cuencas ribereñas
dológicas, más que algo basado en una realidad del sur de Veracruz y Tabasco (Lowe, 1989) (fig.
histórico-cultural. 1). Muchas de estas obras se hicieron a partir de
enormes bloques de basalto transportados des-
Es cierto que los asentamientos se abandonan, de el macizo volcánico de Los Tuxtlas (Williams
pero eventualmente las fronteras culturales se y Heizer, 1965). Estos monumentos distinguen
redefinen, las unidades políticas se reorganizan, a los olmecas de otras sociedades complejas
y las economías se renuevan. Los sistemas re- tempranas en Mesoamérica y los sitúan como
gionales de integración cultural pueden dejar uno de los fundadores de subsecuentes civili-
de operar, pero las estructuras sociales y econó- zaciones.
micas subyacentes se reconstituyen de acuer-
do con nuevos principios en lugares diferentes No obstante, el fin de esta tradición escultural
dentro de una misma región. Así, al ampliar el tan distintiva ha contribuido, en forma inheren-
marco geográfico y temporal en un caso dado, te, a una tendencia hacia la idea del colapso.
se desvanece la finalidad del colapso en una lo-
calidad y se enfatiza la continuidad de las tradi- Investigaciones arqueológicas recientes en las
ciones culturales dentro de un marco regional tierras bajas de la costa del Golfo sugieren la po-
mayor. Información más amplia inevitablemen- sibilidad de concebir la desaparición de esa tra-
te diluye las ideas acerca de un apocalipsis, re- dición escultórica espectacular en otra forma y
emplazándolas con cimientos más firmes sobre de plantear su sustitución. Esta nueva perspec-
procesos, historia y lugar. tiva destaca el desarrollo cultural a largo plazo,
caracterizándolo como una tradición distintiva
Las interpretaciones que se han planteado so- de asentamientos agrarios cuyos trasfondos so-
bre la civilización olmeca, una de las primeras cioculturales tuvieron episodios de integración
sociedades complejas en Mesoamérica, nos di- y cuyas agrupaciones sociales persistieron en
cen que esta cultura se desarrolló en las tierras formas diferentes en el sur de Veracruz hasta la
bajas del sur de Veracruz hacia finales del se- llegada catastrófica de los españoles a finales
gundo milenio a.C., persistió durante aproxi- del siglo XV. A continuación presentamos los re-
madamente 800 años y luego desapareció, al sultados de la investigación arqueológica que
parecer, hacia 400 a.C. (Coe y Diehl, 1980a; llevamos a cabo en 1998 en la cuenca media
Grove, 1997). del río San Juan. Estos resultados preliminares
sirven como base para reevaluar el legado olme-
Conocida hace algún tiempo como “la cultura ca en la región de Los Tuxtlas y caracterizar a
madre” por la aparente influencia que tuvo en largo plazo patrones de continuidad cultural y
sociedades posteriores en territorio mesoame- de cambio en esta región tan importante de la
ricano, los portadores de esta cultura son vistos Mesoamérica prehispánica.
ahora como una de varias sociedades comple-
jas tempranas que se desarrollaron simultánea- El Proyecto Arqueológico Hueyapan
mente durante el Formativo temprano, entre
1500 y 900 a.C. (Sharer y Grove, 1989). Sin em- En 1998, iniciamos el Proyecto Arqueológico
bargo, entre sus contemporáneos, los olmecas Hueyapan a lo largo de la cuenca media del río
fueron indiscutiblemente grandes artífices de San Juan y en el sector suroeste de Los Tuxtlas
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EL LEGADO OLMECA: CONTINUIDAD Y CAMBIO CULTURAL EN EL SUR DE VERACRUZ

México

Tlacotalpan O MONTAÑAS DE LOS TUXTLAS


La Mojarra V
Cerro de V El Picayo
las Mesas Trez Zapotes (Tuxtla)
V O Matacapan
V

Chuniapan
V
ÁREA DE ESTUDIO Sta.Rosa Golfo de México
Papayal Loma Larga Cerro Zintepec
V Q Soteapan
V 
Sombrero

V
Q
Iztac
Río Papaloapan Chacalapan VLa Isla Viejo La Venta
Q
Llano del Jícaro Q Huazuntlan V
V
TIERRAS BAJAS DEL OESTE
BAJAS Laguna de
los Cerros
Q

TIERRAS BAJAS DEL ESTE


BAJAS

Río Tonalá
San Lorenzo
V
Río Tesechoacan

Río San Juan

V Sitios arqueológicos Río Coatzacoalcos


 Comunidades actuales
Q Fuentes de basalto explotadas
0 10 20 km

t Fig. 1 Mapa de las tierras bajas del Golfo sur con las regiones y sitios mencionados en el texto.

(fig. 2). El área de prospección superficial in- variaciones en los patrones de asentamiento
cluye tierras aluviales que se inundan durante tanto en tierras altas como bajas.
la época de lluvia, un pie de monte con una in-
clinación poco marcada caracterizada geológica- Las elevaciones de Los Tuxtlas en el área de
mente por formaciones de origen sedimentario, estudio tienen afloramientos de basalto y con-
y las elevaciones del macizo volcánico de Los centraciones de cantos rodados de dimensio-
Tuxtlas al suroeste de la laguna de Catemaco.1 nes variables que proveyeron en el pasado de
Este perfil ecológicamente diverso en las tie- material útil para implementos de molienda,
rras bajas tropicales de la Costa del Golfo pro- así como para la escultura monumental. Lo que
vee una oportunidad singular para documentar atrajo nuestra atención inicialmente al estudio
de esta región fue precisamente el hecho de
que representa la poca conocida fuente de ma-
1
La región de Hueyapan corresponde en general al
teria prima para los monumentos olmecas (Fer-
municipio del mismo nombre, cuya cabecera es la
comunidad de Hueyapan de Ocampo. Esta área no incluye nández y Coe, 1980; Williams y Heizer, 1965).
y debe distinguirse del Arroyo Hueyapan cercano a Tres
Zapotes que está al oeste de Los Tuxtlas. El sitio de Tres Siguiendo el trabajo pionero de Medellín Zenil
Zapotes forma parte del municipio de Santiago Tuxtla
situado aproximadamente 50 km al noroeste de Hueyapan (1960b) y Gillespie (1994) en el taller de monu-
de Ocampo y del área de estudio discutida aquí. mentos olmecas en el Llano del Jícaro, uno de
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ARQUEOLOGÍA 33  mayo-agosto 2004

Río
Hueyapan B
D
Río
San Juan
A

C
E

Planicies aluviales Conglomerados Macizo volcánico


susceptibles a sedimentarios
inundaciones temporales más elevados

t Fig. 2 El área de estudio del proyecto Hueyapan indicando las zonas fisiográficas principales y los bloques
recorridos.

los objetivos principales de nuestra investiga- mientos actuales o áreas de ocupación aisladas
ción fue explorar los patrones de asentamiento y en las partes más marginadas y no utilizadas
del periodo Formativo y la búsqueda de eviden- del paisaje.
cia sobre el trabajo en piedra a lo largo del mar-
gen suroeste de Los Tuxtlas. Específicamente Las condiciones del terreno varían considera-
queríamos definir si hay sitios tempranos lo- blemente, pero gran parte del área de estudio
calizados en la proximidad a los depósitos de se usa actualmente para el cuidado de ganado y
basalto con el fin de determinar si dichos asen- para el cultivo de la caña de azúcar. Hay pocas
tamientos representaron focos de apropiación áreas con remanentes de un bosque secundario
por parte de las elites para controlar el acceso a denso. El uso actual del paisaje en el área de
la materia prima para la tecnología doméstica y estudio, que abarca la tala de bosques para am-
para el desarrollo de la tradición escultural mo- pliar áreas de cultivo, permite detectar con bas-
numental. Igualmente queríamos precisar si hay tante facilidad muchos rasgos arqueológicos en
ocupaciones del periodo Formativo que consti- la superficie. Las áreas que no se pudieron reco-
tuyeron el núcleo de una jerarquía de sitios más rrer debido a la vegetación densa se delimitaron
tardíos en la región y averiguar hasta qué grado y documentaron, así que pueden ser exploradas
la continuidad fue un elemento central en el en el futuro si llegase a cambiar su régimen ve-
desarrollo cultural en esta área. getativo. Uno de los elementos más conspicuos
y abundantes del paisaje arqueológico en el área
El trabajo de campo incluyó un reconocimien- del proyecto son montículos de tierra, es decir,
to superficial regional llevado a cabo por un los remanentes de infraestructuras piramidales
equipo de prospección que cubrió el paisaje en y de sus superestructuras ya colapsadas. Me-
forma sistemática donde los observadores fue- diante el recorrido de campo se documentaron
ron colocados cada 10-20 m. El recorrido se hi- los rasgos arqueológicos visibles, así como su
zo de parcela en parcela, se incluyeron también entorno físico a lo largo de varios bloques dis-
extensiones de terreno entre caminos y arro- continuos y en cada una de las tres áreas fisiográ-
yos, dentro y en los alrededores de asenta- ficas generales mencionadas anteriormente.
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EL LEGADO OLMECA: CONTINUIDAD Y CAMBIO CULTURAL EN EL SUR DE VERACRUZ

Los rasgos documentados incluyeron los mon- llos y Santley, 1989) y en otras partes de las tie-
tículos aludidos, cuya altura varía entre unos rras bajas del Golfo (Coe y Diehl, 1980a) como
cuantos centímetros hasta elevaciones de 13 m, un índice preliminar, los materiales recolecta-
alineamientos de piedra y terrazas, aparentes dos sugieren que la mayor densidad de asen-
talleres lapidarios, monumentos de piedra, tamientos durante la época prehispánica se
petroglifos y concentraciones de cerámica y lí- presentó en la región de Hueyapan. Sin embar-
tica. Para localizar estos rasgos en términos de go, sospechamos que los aparentes declives
latitud, longitud y elevación, y poder así ge- durante el Clásico temprano y el Posclásico po-
nerar mapas, se usaron dos equipos portátiles drían ser ficticios ya que la tipología cerámica
de Posicionamiento Global manufacturados por empleada hasta ahora requiere de modificacio-
la compañía Trimble, los cuales tienen un gra- nes y refinamientos cronológicos. A pesar de
do de error de menos de un metro. Usando los estas limitaciones, los datos parecen indicar una
receptores para la señal de los satélites, recolec- tendencia general en el incremento y creci-
tores portátiles de datos y un corrector en tiem- miento de asentamientos a lo largo de toda la
po real, se logró documentar un total de 1,244 secuencia prehispánica (fig. 3).
montículos. También se hicieron 467 recoleccio-
nes controladas de artefactos en 37 por ciento La poca pero continua evidencia de asentamien-
de los montículos documentados. El tamaño de tos durante el periodo Formativo (1500 a.C.–
las áreas donde se llevaron a cabo las recolec- 200 d.C.) podría tener algo que ver con la
ciones superficiales variaron en función de la importancia de la región para la producción
extensión necesaria para recolectar en cada una de monumentos olmecas y subsecuentemente
de ellas una muestra que tuviera un mínimo de como una zona para la expansión de una econo-
30 tepalcates con atributos diagnósticos, sobre mía agrícola.
todo bordes.
Entre 400 y 1000 d.C., la evidencia de comu-
Al final de cada día se trasferían los datos sobre nidades agrícolas y de centros con arquitectura
coordenadas y se generaban mapas de todos los monumental asociados a ellas sugieren que la
elementos localizados usando la utilería Pathfin- región de Hueyapan alcanzó un grado máximo
der (de Trimble) y Surfer (de Golden Software de ocupación prehispánica. Dada nuestra inha-
Inc.). Los mapas incluyen montículos aislados bilidad para identificar la cerámica del Posclá-
o agrupados, las áreas de cada recolección, la lo- sico en la región, no podemos aún determinar
calización de monumentos de piedra y ciertos cuál fue la trayectoria demográfica durante el
rasgos prominentes en el paisaje como terrazas, largo periodo entre el Clásico tardío y la con-
muros y canteras, así como arroyos, caminos y quista española. Curiosamente, diversas fuen-
cercas. Los mapas resultantes se cotejaban cons- tes etnohistóricas sugieren que las planicies
tantemente con las cartas topográficas del INEGI aluviales en la costa del Golfo tuvieron cierto
correspondientes y con fotografías aéreas dis- nivel poblacional poco antes de la llegada de
ponibles para la región de Los Tuxtlas. Así, un los españoles (de Cangas y Quiñones, 1984; Gon-
equipo de ocho arqueólogos divididos en dos zález de Cosio, 1952; Gerhard, 1986; González
grupos recorrió sistemáticamente cerca de 180 Jácome, 1988; del Paso y Troncoso, 1905; Scho-
km2 en el área de estudio en tan sólo 60 días de les y Roys, 1968; Scholes y Warren, 1965; West,
trabajo de campo. Psuty y Thom, 1969).2 Las poblaciones autócto-
nas que habitaban desde el centro de Veracruz
Reconocemos que la evidencia de superficie es hasta Tabasco quedaron drásticamente reduci-
sólo una medida aproximada de niveles demo-
2
gráficos. Usando los porcentajes relativos de los Con ciertas reservas, Scholes y Warren (1965: 779) sugirieron
tentativamente una población entre 150,000 y 200 000
tipos cerámicos definidos en la secuencia de habitantes para la región comprendida entre las cuencas de
Los Tuxtlas (Ortiz Ceballos, 1975, Ortiz Ceba- los ríos Papaloapan y Coatzacoalcos, incluyendo Los Tuxtlas.
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ARQUEOLOGÍA 33  mayo-agosto 2004

HORIZONTE HORIZONTE HORIZONTE


50
OLMECA TEOTIHUACANO
TEOTIHUACANO AZTECA

40
Porcentaje de tiestos

30

20

10

0 Temprano Medio Tardío Temprano Medio Med/Tardío Tardío ?

1500 900 300 200 400 700 1000 1500

FORMATIVO
FORMATIVO CLÁSICO POSCLÁSICO
t Fig. 3 Las frecuencias en las muestras cerámicas de superficie del proyecto Hueyapan 1998.

das por enfermedades y otras causas durante el mientos ocupados a lo largo de gran parte de la
holocausto precipitado por el contacto europeo secuencia prehispánica también sugiere que el
en el siglo XVI (Siemens, 1998). basalto se explotó continuamente. Este recur-
so, el cual nos atrajo a investigar esta región, es
Falta responder a muchas preguntas básicas acer- tan solo uno de tantos de los que condujeron a
ca de la distribución de recursos, la organización motivar la ocupación antigua del área. Para de-
de la producción y el desarrollo del poder polí- mostrar lo que parece un rico legado cultural
tico y económico en esta región durante la época olmeca, presentamos a continuación los resul-
prehispánica. Sin embargo, los remanentes de tados del recorrido de superficie llevado a cabo
magnos lahares en Los Tuxtlas, es decir, de im- hasta ahora y discutimos cómo estos datos pre-
presionantes acarreos de lodo y piedra asociados liminares nos han permitido reflexionar sobre
a erupciones volcánicas capaces de transportar los cambios socioculturales en esta región de
grandes bloques de basalto (Francis, 1981: 180- Mesoamérica a lo largo de la época prehispánica.
184), sugieren que los especialistas en lapidaria
no tuvieron que extraer de una matriz pétrea El periodo Formativo en Hueyapan:
los grandes cantos para elaborar esculturas sino recursos de basalto y la economía
simplemente transportar materiales adecuados, de prestigio olmeca
ya fuese en bruto o trabajados, hasta su destino
final. La enorme cantidad de cantos rodados La evidencia más temprana de ocupación hu-
grandes en la alta montaña y en las faldas de mana en el área de estudio detectada hasta aho-
Los Tuxtlas, así como su asociación con asenta- ra se remonta al Formativo temprano (1500-900
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EL LEGADO OLMECA: CONTINUIDAD Y CAMBIO CULTURAL EN EL SUR DE VERACRUZ

a.C.) (fig. 4a). Fragmentos de tecomates del- fluencias entre arroyos encontramos tipos cerá-
gados y finamente elaborados con zonas deco- micos con afiliaciones estilísticas olmecas o con
radas se recolectaron a lo largo de las orillas de semejanzas a otros tipos cerámicos generales
los arroyos más grandes en el área. Los teco- del periodo Formativo medio. Dichos tipos ce-
mates son formas cerámicas características de rámicos se asemejan mucho a los materiales en
los periodos Formativo temprano y medio en el complejo cerámico Olmeca definidos por Coe
Mesoamérica. Estos y otros hallazgos guardan y Diehl (1980a: 159-187) en San Lorenzo y son
similitudes con los tipos cerámicos de las fases los tipos más comunes que usamos para fechar
Barra y Locona en la costa de Chiapas y Guate- nuestras muestras. Estos incluyen tecomates
mala, lo mismo que con algunos
tipos decorados con zonas inci-
sas de las fases más tardías Ojo- 0 5 10
km

chi y Bajío (por ejemplo bordes


Rojo Ciruelo y Embarcadero) en
San Lorenzo, las cuales datan ha- O
Montaña
cia el año 1250 a.C. o antes en Pie de Monte
ambas regiones (Clark, 1994: 33;
Aluvión
Coe y Diehl, 1980a: 137-159;
Lee, 1989: 204-205).

Por ahora, sólo podemos especu- V MUESTRAS DEL FORMATIVO TEMPRANO a


lar acerca de la base económica
de los habitantes de esta época,
km
pero parece evidente que se asen- 0 5 10
taron a lo largo de los ríos y cerca
de áreas susceptibles de inunda-
ción durante la época de lluvia. O
Montaña
Es posible, como se ha sugerido Pie de Monte
para San Lorenzo y La Venta
Aluvión
(Cyphers, 1997) que este patrón
de asentamiento temprano se de-
ba en parte a las ventajas de la
comunicación y el transporte flu- V MUESTRAS DEL FORMATIVO MEDIO b
vial, pero fundamentalmente
debe considerársele por la con-
km
centración de recursos silvestres 0 5 10

que complementarían una sub-


sistencia basada en la horticultu-
O
ra (Coe y Diehl, 1980a: 389-390). Montaña
Pie de Monte

Durante la etapa tardía del For- Aluvión


mativo temprano y ya entrado el
Formativo medio (1250-400
a.C.), la región de Hueyapan pre-
senta una mayor cantidad de V MUESTRAS DEL FORMATIVO TARDÍO c
asentamientos (fig. 4b). En va-
t Fig. 4 Distribución de las muestras cerámicas del proyecto Hueyapan
rias localidades más alejadas de 1998 durante a) el Formativo temprano, b) Formativo medio, y c)
los cursos fluviales o de las con- Formativo tardío.
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ARQUEOLOGÍA 33  mayo-agosto 2004

más gruesos y con un acabado rastrillado (simi- para poder fechar estos aparentes talleres. Sólo
lares al tipo Camaño Burdo, Macaya con Mues- así será posible relacionar en forma conclusiva
cas y Rojo Tatagapa), una amplia variedad de el incremento demográfico en el pie de mon-
cajetes con motivos grabados e incisos (simila- te de Los Tuxtlas con la actividad en el trabajo
res al Calzadas Grabado o al Limón Grabado-In- del basalto documentado en el Llano del Jícaro
ciso), vasijas con cocción diferencial (similares o la erección de monumentos olmecas en el cer-
a los tipos Perdida y Blanco/Negro Tular) y ce- cano sitio de Laguna de los Cerros y en su área
rámica negra pulida e incisa (si-
milar al Negro Mojonera).
Bloques de basalto
Extensión de lascas
La presencia de estos tipos en sec- Amontonamientos de
tores más elevados, alejados del lascas más elevados
nivel máximo de inundación tem-
poral, podría indicar un proceso de
colonización. El cambio en los
0 15 m
asentamientos durante el Forma-
TR 1053a
tivo medio en Los Tuxtlas que
TR 1053b
Santley (1992) atribuye a la relo-
calización humana debida a varias
Bloque 1
erupciones volcánicas, podría ser X X’
uno de los factores de las ocupa-
ciones lejanas a las zonas aluviales
en la región de Hueyapan. Otro
factor podría ser el establecimien-
to de asentamientos en el pie de
monte de Los Tuxtlas relaciona- X’
do con la expansión del cultivo de X

maíz lejos de las orillas de los ríos.


Estos nuevos asentamientos tam- a
bién podrían indicar un mayor uso
de los remanentes de lahares para
la obtención de basalto destina-
do para su transporte a los asen-
tamientos en las zonas aluviales
distantes entre 50-90 km al sur y
al este..

Hasta ahora hemos localizado lo


que parecen ser varios talleres pa-
ra la producción de tecnología do-
méstica (manos, metates, y otros
implementos de molienda) y de
esculturas monumentales (figs. 5a
y 5b). Puesto que el trabajo en pie-
dra debió ser una actividad econó-
mica común durante la secuencia b
prehispánica, es necesario hacer t Fig. 5 a) Plano y perfil del taller de basalto en Sombrero Viejo, y b)
investigaciones más detalladas fotografía del bloque 1.
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EL LEGADO OLMECA: CONTINUIDAD Y CAMBIO CULTURAL EN EL SUR DE VERACRUZ

de apoyo (Gillespie, 1994; Grove, 1994; Grove llevaron a cabo en forma intensiva ciertas activi-
et al., 1993; Medellín Zenil, 1960b). dades relacionadas con el uso de formas cerá-
micas específicas.
Los sectores que se recorrieron en el área de es-
tudio muestran un incremento doble en la fre-
cuencia de los materiales de superficie durante Hueyapan durante el periodo
el Formativo tardío (300 a.C.–200 d.C.) en rela- Clásico: un incremento en la
ción con la cantidad de material correspondien- integración económica y política
te al Formativo medio (figs. 3, 4b y 4c). Con
base en la evidencia de las muestras cerámicas La historia de la ocupación y la cronología cerá-
recolectadas en todos los sectores recorridos en mica en la región de Hueyapan durante el Clá-
el área de estudio, parece ser que la población sico temprano es contrastante e inesperada (fig.
local también aumentó en las áreas más eleva- 6a). Al menos desde la perspectiva de los ma-
das durante el Formativo tardío, separándose teriales de superficie da la impresión de que la
así del patrón de asentamientos concentrado región se despobló entre 200 y 400 d.C. La can-
en las zonas ribereñas. Los diagnósticos cerámi- tidad de cerámica diagnóstica disminuye a 1por
cos del Formativo tardío son similares a varios ciento en relación con la frecuencia de mate-
tipos documentados en Matacapan, incluyen- riales atribuibles al Formativo tardío (8 por cien-
do el Negro Pulido, el Naranja Pulido, el Café to). Ninguno de los tipos cerámicos del Clásico
Inciso, el Rojo Bicromo, el Negro Bruñido, y el temprano definidos en las muestras de Tres
Blanco sobre Naranja (Ortiz y Santley, 1989: Zapotes y Cerro de las Mesas, al igual que los
54-81). de otros sitios en el centro de Veracruz (Diehl,
1997; Pool, 2000; Stark, 1989; Stark y Curet,
Durante este periodo también parece haber ha- 1994) se detectaron en la región de Hueyapan.
bido al menos tres sitios grandes en el área de Un patrón de despoblación similar se ha obser-
estudio. En uno de ellos, conocido como El Pa- vado en la cuenca media del río Coatzacoalcos
payal-Chacalapan, encontramos posible eviden- (Symonds et al., 2002) y en la región de Los
cia de producción cerámica a gran escala. El Tuxtlas, en donde el fenómeno se ha atribuido
sitio es un conjunto disperso de montículos con a la actividad volcánica (Santley y Arnold, 1996).
concentraciones densas de cerámica en la ac- No obstante, esta explicación no parece ser
tual comunidad de Chacalapan y en sus alrede- aplicable al área de Hueyapan debido a que la
dores tiene además un área de varias hectáreas actividad volcánica durante el Formativo y el
de extensión con una densidad de tiestos Clásico se manifestó en la porción oriental de
inusual. Dentro de esta área, en un sector que Los Tuxtlas. De hecho, el macizo volcánico oc-
incluye un pequeño montículo y su entorno, cidental, adyacente a Hueyapan, ha estado in-
localizamos otra concentración de materiales activo en los últimos 60 millones de años
que incluyen casi exclusivamente fragmentos (Nelson y Gonzalez-Caver, 1992).
de un par de formas de vasijas del Formativo
tardío. Da la impresión de que el sector de El Hay dos factores que tomar en cuenta con re-
Papayal en el antiguo asentamiento de Chacala- lación a la disminución en la frecuencia de ma-
pan se especializó en la producción de formas teriales en el área de estudio. Uno es que la
cerámicas específicas destinadas a su distribu- cerámica del Clásico temprano es indistinguible
ción regional sin ser consumidas localmente. De de las pastas y formas del Formativo tardío o del
ser así, El Papayal podría ser una de las loca- Clásico medio, creando así una falsa impresión
lidades de producción cerámica más temprana de despoblación. Pool y Britt (2000) han suge-
detectada hasta ahora en las tierras bajas de la rido una mayor continuidad temporal de los ma-
costa del Golfo. En forma alternativa, el sitio teriales diagnósticos del Formativo tardío en
podría representar un contexto en donde se Los Tuxtlas a la propuesta por Santley y Arnold
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ARQUEOLOGÍA 33  mayo-agosto 2004

km km
0 5 10 0 5 10

Pie de Monte Montaña Pie de Monte Montaña

Aluvión Aluvión

a c
V MUESTRAS DEL CLÁSICO TEMPRANO V MUESTRAS DEL CLÁSICO TARDÍO

km km
0 5 10 0 5 10

Pie de Monte Montaña Pie de Monte Montaña

Aluvión Aluvión

b d
V MUESTRAS DEL CLÁSICO MEDIO V MUESTRAS DEL POSCLÁSICO

t Fig. 6 Distribución de las muestras cerámicas del proyecto Hueyapan 1998. a) Clásico temprano, b) Clásico
medio, c) Clásico tardío, y d) Posclásico.

(1996), prolongándose tal vez hasta 300 d.C. Clásico temprano en el Cerro de las Mesas, La
Una situación similar en la región de Hueyapan Mojarra y Tres Zapotes.
daría cuenta del supuesto hiato poblacional. Co-
mo segundo factor podría considerarse que los El recorrido de superficie en el área de estudio
desarrollos subsecuentes durante el Clásico apunta hacia un incremento espectacular en la
temprano, al menos en Los Tuxtlas, pudieron densidad de asentamientos empezando du-
haber incluido tradiciones cerámicas distintas rante el Clásico medio (400–700 d.C.) y conti-
pero coetáneas (locales y externas) relaciona- nuando hasta el Clásico tardío (700 –1000 d.C.)
das con la supuesta inmigración teotihuacana a (figs. 6b, 6c). Los diagnósticos cerámicos del
Matacapan (Pool y Britt, 2000: 142-143). Las Clásico medio dan cuenta de casi el 7 por cien-
implicaciones de este modelo para el área de to de las muestras de superficie, los materiales
Hueyapan, la cual queda a unos 20 km al sur correspondientes al Clásico medio y/o tardío su-
de Matacapan, no son claras. Es posible argu- man en total el 45 por ciento, y aquellos que
mentar que la región quedó abandonada tem- corresponden exclusivamente al Clásico tardío
poralmente por razones que aún desconocemos. representan el 33 por ciento de los materiales
Sin embargo, el crecimiento tan dramático en cerámicos recolectados (fig. 3). Más del 85 por
los asentamientos durante el Clásico medio y ciento de las muestras recolectadas en montícu-
tardío hace improbable un abandono posterior los pertenecen a la cerámica del Clásico medio
al Formativo tardío. Se necesita llevar a cabo y/o tardío. La distribución de todos los montícu-
un programa de excavaciones estratigráficas y los documentados es dispersa, pero si todos ellos
de fechamientos cronométricos de contextos representaran ocupaciones del Clásico medio
apropiados en el área de estudio antes de po- y tardío, generarían una densidad de 7 montícu-
der relacionar un supuesto hiato poblacional en los por km2 (1,244 montículos en un área de
Hueyapan con ocupaciones epi-olmecas y del 180 km2). De ser así, la región de Hueyapan
15
EL LEGADO OLMECA: CONTINUIDAD Y CAMBIO CULTURAL EN EL SUR DE VERACRUZ

exhibiría un patrón similar pero con una densi- ciales para las elites locales. De hecho, estos
dad mucho menor al de la distribución de mon- conjuntos constituyen uno de los rasgos más
tículos por área en el sector de 40 km2 que Stark conspicuos en el paisaje cultural del periodo
(1999) ha recorrido en los “suburbios” (capital Clásico y están distribuidos a lo largo de los sec-
zone) en las inmediaciones del Cerro de las Me- tores recorridos aproximadamente cada 6 km.
sas. La distribución de asentamientos en la re- En total se documentaron 26 núcleos de arqui-
gión de Hueyapan también es similar a la de la tectura monumental, los cuales varían en su
ocupación del Clásico medio y tardío en las in- orientación arquitectónica y en la densidad de
mediaciones de Matacapan y otras localidades montículos habitacionales en sus inmediacio-
en las montañas de Los Tuxtlas, aunque el pa- nes (fig. 7). Dieciocho de ellos tienen una con-
trón de asentamiento en el macizo volcánico figuración muy similar aunque también varían
es más compacto (Santley y Arnold, 1996) que en cuanto a su tamaño y volumen de construc-
el del área de Hueyapan o el de las inmediacio- ción. Su planta arquitectónica consiste en una
nes al Cerro de las Mesas. Ahora que se han re- plaza central alargada y delimitada en dos de
finado partes de la cronología local en la cuenca sus lados por montículos largos, por un mon-
del Coatzacoalcos (Symonds et al., 2002) pare- tículo grande y elevado en un tercer lado y por
ce evidente que el incremento en la ocupación otro de menores dimensiones en el extremo
durante el Clásico medio y tardío en el área de opuesto (fig. 8). En varios de estos “Conjuntos
Hueyapan es aproximadamente paralelo al Plaza” hay estelas lisas de basalto al centro de
de las llanuras aluviales de los ríos Coatzacoalcos la plaza y/o en enfrente de los montículos a lo
y Tonalá durante el Clásico tardío y Epiclásico largo del eje principal.4 En algunos casos, la con-
(Gómez Rueda, 1996; Von Nagy, 1997; Rust y figuración de montículos paralelos y alargados
Sharer, 1988; Sisson, 1983). en la región ha sido interpretada como juegos
de pelota (Medellín Zenil, 1960a; Valenzuela,
Como se mencionó anteriormente, la ocupación 1945), pero la presencia de monumentos y otros
del periodo Clásico en la región de Hueyapan rasgos arquitectónicos no apoyan la propuesta.
es relativamente continua. No obstante, la su- De hecho, varios de estos conjuntos tienen un
puesta densidad de ocupación sugiere un nivel montículo más pequeño paralelo al lado exter-
demográfico considerable e implica un paisaje no de uno de los montículos alargados grandes.
agrario intensamente utilizado. La distribución Estos montículos subsidiarios y su contraparte
y la configuración de varios de los que hemos lla- con uno de los montículos alargados parecen
mado “núcleos”3 en el área de estudio también demarcar una cancha para el juego de pelota
sugieren crecimiento y una mayor integración (Gómez Rueda, 1996: 121-122). En varios casos
de la organización económica y política. también se documentaron grandes plataformas
cuadrangulares cercanas a los Conjuntos Plaza
Cierto grado de aglomeración en el patrón de o adheridas a éstos, como sucede en el cerca-
asentamiento parece evidente en dichos “nú- no sitio de Laguna de los Cerros (Bove, 1978:
cleos” o conjuntos de arquitectura monumen- 49; Stuart, 1993: 88-107). Este asentamiento
tal. Estos grupos probablemente constituyeron queda al sur, pero fuera del área de estudio, y
nodos administrativos en la organización polí- tiene tres Conjuntos Plaza. La gran plataforma
tica regional y fungieron como centros residen- cuadrangular comparte los montículos alarga-
dos de dos Conjuntos Plaza que están dispues-
3
tos en ángulo recto.
El término “núcleo” se refiere al sector de los asentamientos
que tiene arquitectura monumental, el cual incluye a su
4
alrededor vestigios de montículos menos elevados que La erección de estelas lisas en el sur de Veracruz se ha
deben ser restos de unidades domésticas. La fig. 7 muestra documentado desde el periodo Formativo terminal en Tres
la distribución dispersa de unidades domésticas entre Zapotes (Pool, 2000: 145-146 y fig. 9), pero sus contextos
“núcleos”, lo que dificulta el uso del término “sitio” ya que —aunque en plazas—no es como el de los grupos
no es posible definir sus límites. arquitectónicos discutidos aquí.
16
ARQUEOLOGÍA 33  mayo-agosto 2004

km Chamizal
0 5 10
Amapan

B Pedregal
El Zapote
Zapoapan
Garrapatitlan
Tecolote Diagonal
(Chacalapan) La Plaza Chininal
Guayabal
Sigue
Cino Cerros Río H
El Pozo ue Ladrillo D
ya Las
pa Avispas Toma de
San José n Agua Vista Dagamal
Río de Caña (Santa Rosa)
Sa

Sombrero
nJ

Calabozo Viejo
ua
n

Berenjenal Caballo Negro

A
E La Carreta
Acagual
Loma de los Ingleses
C
Bloques de prospección A-E Núcleos con arquitectura monumental:

Montículos Núcleos con Conjuntos Plaza

Áreas con círculos de piedra Núcleos sin Conjuntos Plaza

t Fig. 7 Distribución de los núcleos con arquitectura monumental documentados durante la temporada 1998 del
proyecto Hueyapan.

En la región de Hueyapan, estos complejos “nor- crecieron verticalmente, sobreponiendo suce-


mativos” de arquitectura monumental se repi- sivas etapas de construcción, otros crecieron ho-
ten, variando en su escala y complejidad en las rizontalmente.
porciones aluviales, en el pie de monte, y en
las montañas de Los Tuxtlas. Las diferencias El patrón formal de Conjuntos Plaza ha sido am-
en el tamaño y en el volumen de construcción pliamente documentado a nivel macrorregional
sugieren al menos una jerarquía en el patrón en las tierras bajas del sur de Veracruz y partes
de asentamiento local de por lo menos tres nive- de Tabasco (Beverido, s.f.; Blom y LaFarge, 1926;
les (Gómez Rueda, 1996: 119-120; Domínguez Borstein, 2001; Cobean, 1996; Coe y Diehl,
Covarrubias, 2001: 104-122). En esta jerarquía 1980a; Ceja, 1997; Gómez, 1996; Symonds et al.,
hay también variaciones arquitectónicas en los 2002; Valenzuela, 1945; Weyerstall, 1932), en la
Conjuntos Plaza, incluyendo casos de configu- cuenca del río Papaloapan (Medellín, 1960b;
raciones dobles y triples que se distinguen por Stark, 1999), y más al oeste hacia el centro de
su tamaño o por su disposición aislada o lineal Veracruz (Daneels, 1997). Algunos investiga-
dentro de los núcleos monumentales. Con los dores han presentado evidencias mediante ex-
datos actuales disponibles no hay forma de dar cavaciones o han propuesto que los Conjuntos
cuenta de dicha variabilidad, pero una posibili- Plaza se remontan al Formativo medio (Coe y
dad es que las variaciones reflejen diferentes Diehl, 1980a; Heizer, Drucker, y Graham, 1968;
estrategias de construcción a través del tiem- Symonds y Lunagómez, 1997), aunque Stark
po. Mientras algunos de los Conjuntos Plaza (1999), Daneels (1997) y Symonds et al., (2002),
17
EL LEGADO OLMECA: CONTINUIDAD Y CAMBIO CULTURAL EN EL SUR DE VERACRUZ

el horizonte (varias de las


Plataforma montañas de Los Tuxtlas son
residencial visibles al norte y al este del
Estructura
principal área de estudio) o dispuestos
con relación a otros Conjuntos
Estructuras Juego de
alargadas pelota
Plaza en el sistema local de
asentamientos.

Plaza
Como se mencionó anterior-
Estructura mente, es posible que los Con-
secundaria
juntos Plaza representen nodos
2015300 en la red local de grupos cor-
porativos integrados mediante
relaciones hereditarias, cere-
2015250
moniales y políticas. Estas uni-
dades, las cuales compartían
2015200 diversas funciones residencia-
les, administrativas y rituales,
2015150
pudieron estar entrelazadas
por una ideología compartida
de gobierno divino y manifes-
2015100
tada por un patrón redundante
de arquitectura monumental.
2015050
Los Conjuntos Plaza en la re-
gión de Hueyapan también
pudieron formar parte de un
201500
280300 280350 280400 280450 280500 280550 280600 280650
sistema de asentamiento mu-
Guayabal Intervalo de 1 m entre curvas de nivel.  cho más amplio integrado en
Sabaneta, Veracruz 0 25 50 75 100 Se indican las coordenadas UTM. NM
metros una macro-unidad política du-
rante el Clásico medio y tar-
t Fig. 8 Versión idealizada de un Conjunto Plaza (arriba), y plano topográfico
del Conjunto Plaza y montículos aledaños en el Guayabal (el conjunto
dío en el sur de Veracruz. Sin
más al norte en el bloque de prospección D en la fig. 7). embargo, la posibilidad de que
una gran red de Conjuntos Pla-
entre otros, consideran que son manifestaciones za constituyera una organización tipo Estado en
arquitectónicas exclusivas del periodo Clásico. las tierras bajas de la costa sur del Golfo requiere
una evaluación mas detallada.
Con base en el análisis de los materiales de su-
perficie, los Conjuntos Plaza en el área de es- Los modelos de organización política y econó-
tudio parecen ser un fenómeno del periodo mica propuestos para esta región de Mesoamé-
Clásico, aunque futuras excavaciones podrían rica presuponen que la centralización política
arrojar evidencia de su inicio en el Formativo. y económica durante el periodo Clásico fue re-
Debido a su orientación tan variable, parece ser sultado de un estímulo externo (por ejemplo
que los Conjuntos Plaza en la región de Hueya- el enclave teotihuacano en Matacapan [Santley,
pan —a diferencia de los complejos de arqui- 1989, 1994]) o en gran medida por factores loca-
tectura monumental del Formativo en San les (por ejemplo el desarrollo independiente y
Lorenzo y la Venta que tienen consistente- autónomo en el Cerro de las Mesas [Stark y
mente una disposición hacia el norte—, estu- Curet, 1994]). En otras instancias, se ha comen-
vieron alineados hacia puntos prominentes en tado que el grado de integración y el tamaño de
18
ARQUEOLOGÍA 33  mayo-agosto 2004

unidades políticas en las tierras bajas de la cos- tación mediante el cual se podía controlar con
ta del Golfo durante el Clásico es un asunto di- mayor eficiencia la humedad, la textura de la
fícil de determinar (Gómez Rueda, 1989, 1991; tierra, la sombra y otras condiciones para una
Stark, 1997, 1999). producción intensiva. Cultivos especializados
como el algodón, el cacao, o inclusive el tabaco
Algunas propuestas basadas en un determinis- podrían haberse producido en estos círculos. Su
mo ambiental —siguiendo como modelo el caso cercanía a los asentamientos facilitaría el mante-
de las Tierras bajas Mayas—, argumentan la exis- nimiento y el uso de irrigación manual que en
tencia de una geografía política fragmentada campos de cultivo más distantes y vulnerables
constituida por numerosas y pequeñas unida- a la proliferación de yerbas y plagas. Dichos pro-
des políticas compitiendo por tierras de cultivo ductos agrícolas especializados podrían haberse
y otros recursos (Palerm y Wolf, 1957: 21-22; exportado o tributado. A su vez, una producción
Renfrew, 1986; Sanders, 1971: 550). Es necesa- agrícola intensiva en terrenos elevados fáciles
rio llevar a cabo futuras excavaciones estratigrá- de drenar y próximos a las residencias habrían
ficas y fechar una muestra de Conjuntos Plaza provisto del excedente necesario para estimu-
en el área de estudio para determinar su tempo- lar el crecimiento demográfico en la región de
ralidad y su función no se cuenta por ahora con Hueyapan y para invertir en empresas econó-
suficientes datos para evaluar el modelo de pe- micas y políticas externas. La posible especia-
queños cacicazgos o el de un sistema político lización agrícola reflejada en los asentamientos
macrorregional en esta región. y en los círculos de piedra en los sectores de la
montaña y en el pie de monte constituye evi-
La economía local del área de Hueyapan posi- dentemente una línea muy prometedora para
blemente continuó diversificándose durante el futuros estudios en el área de estudio.
periodo Clásico a partir de las tradiciones de
producción en piedra y cerámica establecidas Si los círculos de piedra no fueron parte de una
desde el Formativo. La distribución dispersa pe- infraestructura en la producción agrícola y tuvie-
ro densa del sistema de asentamiento en el área ron otra función (por ejemplo como repositorios
de estudio durante el Clásico medio y tardío funerarios, cimientos de estructuras para alma-
sugiere una orientación hacia una economía cenaje, o elementos para el resquebrajamiento
agrícola. Durante este tiempo apareció un ras- de bloques de piedra), entonces determinar su
go muy distintivo en el paisaje del pie de mon- función proveería de todos modos un índice de-
te y en el sector de las montañas de Los Tuxtlas mográfico o una medida de producción especia-
que investigamos. En los alrededores de núcleos lizada. Las zonas con los círculos de piedra en
con arquitectura monumental o en las cerca- los sectores elevados del área de estudio, únicos
nías de montículos aislados hay grandes ex- en el registro arqueológico de la costa del Golfo,
tensiones de terreno cubiertas con círculos de deben documentarse con más detalle, excavarse
piedra de tamaño variable (fig. 7). Estos ele- y fecharse para poder determinar su importan-
mentos miden entre 1 y 5 m de diámetro y apa- cia en la economía política de la región.
recen— a veces por centenares— entre restos
de muros y en terrazas.5 Hueyapan durante el Posclásico
tardío: ¿incorporación a una
Es posible que estos elementos circulares ha- economía imperial distante?
yan tenido una función agrícola. Por lo que que-
da de ellos parece que originalmente contenían La cronología cerámica Posclásica de la región
grava y tierra, lo que sugiere un sistema de plan- de Hueyapan adolece del mismo problema que
5
caracteriza el lapso correspondiente al Clásico
De Montmollin (1988) ha reportado unos elementos
similares en Chiapas, postulando que se trata de construc-
temprano. Hasta ahora sólo hemos reconocido
ciones antiguas para asar magueyes. dos tipos diagnósticos del Posclásico temprano
19
EL LEGADO OLMECA: CONTINUIDAD Y CAMBIO CULTURAL EN EL SUR DE VERACRUZ

(Tres Picos Esgrafiado y Plomizo Falso). De de la Alianza)—, produjo una lista de 48 pue-
acuerdo con estos criterios cerámicos, el área blos tributarios en la provincia de Tochtepec y
de estudio se habría despoblado casi comple- la localización geográfica de 33 de ellos (fig. 9).
tamente hacia el siglo XI d.C. Problemas crono-
lógicos semejantes se han comentado para la Carrasco ha comentado sobre el tipo de rela-
secuencia en la cuenca media del río Coatza- ciones que el imperio tenochca estableció con
coalcos (Symonds et al., 2002). Los datos de la unidades políticas incorporadas y autónomas y
Mixtequilla indican ahí un hiato durante el del amplio rango de estrategias hegemónicas en
Posclásico temprano, pero hay amplia eviden- la periferia NE del imperio. Por ejemplo, la pro-
cia de ajuares cerámicos más tardíos (Curet et vincia de Tochtepec compartía fronteras a unos
al., 1994).6 En el caso de la región de Los Tux- 50 km al sur de su sede con el señorío indepen-
tlas, Pool (1995) así como Santley y Arnold diente de Coatlicamac; también se había esta-
(1996) han argumentado que la falta de diag- blecido aparentemente un arreglo militar entre
nósticos cerámicos en esta otra región podría la Triple Alianza y el cacicazgo zapoteca de Xal-
deberse a una conservación en las pastas y for- tepec inmediatamente al este de Coatlicamac;
mas del Clásico tardío o por la falta de mues- miembros de la nobleza tenochca residían en
tras del Posclásico. Es evidente que en el caso Tochtepec, Tlacotalpan, y Toztlan (escrito Tus-
de Hueyapan se requieren excavaciones estrati- tla en otras fuentes) para recolectar tributo; el
gráficas para anclar una secuencia relativa cerá- imperio había impuesto guarniciones militares
mica a una cronología absoluta basada en fechas primarias y secundarias en Analco y Atzaccan; y
radiométricas para resolver el aparente hiato de- había hecho arreglos diplomáticos con señoríos
mográfico en la secuencia prehispánica tardía. independientes para permitir a los pochtecas
Por el momento, hemos adoptado la estrategia mexica el paso a lo largo de la ruta a Xicalanco
de proceder retroactivamente en el tiempo ba- en la laguna de Términos.
sándonos en documentación etnohistórica como
marco de referencia para poder delinear algo La información contenida en la Relación Geográ-
sobre la ocupación humana en el área de estu- fica de Tlacotalpan (del Paso y Troncoso, 1905: 5),
dio antes de la llegada de los españoles. escrita en 1580, es de gran relevancia para el
área de estudio, ya que menciona que el último
Para el siglo XV d.C., el imperio de la Triple Alian- señor natural de Tustla (hoy Santiago Tuxtla,
za había iniciado un proceso de expansión que situado a unos 15 km al oeste del lago de Ca-
integraba política y económicamente a regio- temaco)7 había extraído tributo de sus sujetos
nes distantes en varias partes de Mesoamérica. antes de quedar incorporado a la economía im-
Una de estas regiones, la provincia centrada en perial y de que se estableciera ahí un recolector
Tochtepec (hoy Tuxtepec)— en el altiplano al de tributo tenochca. La Relación Geográfica tam-
oeste de Hueyapan—, abarcaba la cuenca me- bién menciona que Tuxtla compartía límites con
dia del río Papaloapan. El estudio de Carrasco el territorio de una población llamada Chacala-
(1999) sobre la Triple Alianza —basado en la pan, y que esta última era sujeta de la provin-
información contenida en el Códice Mendoza y cia de Guazaqualco (Coatzacoalcos), una región
en otras fuentes procedentes de Tetzcoco y Tla- controlada en el Posclásico por un señorío in-
copan (las capitales de los otros dos miembros dependiente a la Triple Alianza (Coe y Diehl,
1980b: 11-12). Este dato parece implicar que
6
Estos datos han sido interpretados por Curet et al., (1994:
28-29) como evidencia de un colapso durante el Epiclásico
7
(900-1200 d.C.), seguido hasta el Posclásico medio (1200 a Aproximadamente a 2 km de Santiago Tuxtla están los restos
1350 d.C.) por el establecimiento de un nuevo sistema de de un asentamiento prehispánico (Santley, comunicación
asentamiento de menor escala relacionado en cierta forma personal 2000). Conocido hoy día como El Picayo o Los
con Cotaxtla, en el centro de Veracruz. Este sistema parece Chaneques, este sitio pudo haber sido el centro Posclásico
haber participado en una amplia red de interacción. Dicho de Tustla mencionado en la relación geográfica de
patrón persistió hasta el Posclásico tardío. Tlacotalpan.
20
ARQUEOLOGÍA 33  mayo-agosto 2004

Puctlan
Tlacotlalpan
VERACRUZ
Ixmatlatlan Toztlan GOLFO DE MÉXICO
Tototepec ?
Coçamaloapan TUXTLAS
Michapan
Miccaoztoc
Tzinacanostoc Iztac Santa Rosa
Ichcatlan Otlatitlan Chacalapan
Aticpan Zoyatepec
an COATZACUALCO
Xalapan Oxitlan acc
Ayautlan Tochtepec Atz Chacalapan
Teotlilan Xicaltepec Chiltepec
Mixtlan Michapan
Quetzalapan Tlaquazintepec
Xayaco (tributario de)
Cuauhcuetzpaltepec
Chinantlan
Icpatepec Tototepec ?

Ayocintepec
Yolloxonecuillan COATLICAMAC
XALTEPEC
Tzacualco Xaltepec
Atepec Malinaltepec
Cabecera de provincia tributaria
Analco
Ichtlan Centros secundarios con recolectores de
tributo tenochcas

Mixitlan
OAXACA
OAXACA Pueblos tributarios en la provincia de
Tochtepec
Cabeceras de provincias independientes

Guarniciones militares de la Triple Alianza


Comunidades coloniales y actuales

Configuración hipotética de unidades


políticas en la periferia noreste del imperio
de la Triple Alianza

t Fig. 9 Mapa de la provincia de Tochtepec según Carrasco, 1999 (con sitios adicionales mencionados en el texto).

durante el Posclásico tardío, Chacalapan no es- a la posible incorporación de la economía local


taba sujeta a las demandas tributarias imperia- del área de Hueyapan al sistema tributario de
les. Hoy día hay un pueblo llamado Chacalapan la Triple Alianza.
al este de Los Tuxtlas y cercano a Coatzacoal-
cos8 (INEGI, 1983) (fig. 9). Sin embargo, otras De acuerdo con el Códice Mendoza (Barlow, 1949;
fuentes coloniales más recientes indican que Berdan y Anawalt, 1992), el grueso del tributo
el pueblo de Chacalapan mencionado en la Re- que se concentraba en Tochtepec consistía en
lación Geográfica estaba situado en la cuenca me- mantas de algodón lisas y decoradas.9 El área de
dia del río San Juan, más o menos en el centro estudio, que incluye a Iztac Chacalapan y su
del área de estudio del proyecto Hueyapan. área de apoyo, se caracteriza por zonas ecológi-
Esta otra Chacalapan, identificada en las fuen- cas cuyo régimen pluvial anual, temperatura y
tes como Iztac Chacalapan (Esquivias, 2002a: 69 altitud son ideales para la producción de algo-
y 2002b: 52), es actualmente una comunidad dón (Gómez-Pompa, 1973; Berdan, 1987; Stark,
establecida sobre el asentamiento del periodo 1978; Stark et al., 1998). Una producción espe-
Formativo denominado El Papayal-Chacalapan cializada de algodón en el área de Hueyapan
mencionado con anterioridad. Esta distinción durante el Posclásico podría investigarse exami-
entre dos pueblos llamados Chacalapan y la nando en el registro arqueológico la frecuencia
identificación geográfica de la comunidad men-
cionada en la Relación Geográfica de Tlacotalpan 9
Las cantidades especificadas se tributaban anualmente e
conlleva importantes implicaciones en cuanto incluían 1,600 cargas de ricas mantas (usadas por las elites
gobernantes a través de la jerarquía de asentamiento), 800
cargas de mantas decoradas con líneas rojas y blancas, y
8
Coe y Diehl (1980b: 15, fig. 1) enlistan este asentamiento 400 cargas de indumentaria femenina (enaguas y huipiles)
bajo el nombre de Chacalcacan. (Barlow, 1949: 95).
21
EL LEGADO OLMECA: CONTINUIDAD Y CAMBIO CULTURAL EN EL SUR DE VERACRUZ

relativa de malacates a lo largo del tiempo y to- específica, indudablemente proceden de algún
mándola como un índice del volumen de produc- lugar dentro de los confines del actual munici-
ción. Un incremento dramático en la producción pio de esta comunidad popoluca. Una de las
de algodón podría ser un reflejo de las deman- esculturas representa un batracio con el glifo 2
das tributarias consignadas en el Códice Mendoza. Pedernal grabado en su costado (fig. 10A). Si el
glifo representa una fecha anual, ésta sería de
No obstante, podría igualmente ser el resulta- gran importancia desde el punto de vista de la
do de las demandas tributarias locales del seño- historiografía tenochca. Varias fuentes docu-
río autónomo de Coatzacoalcos. De hecho, si mentales del centro de México dan la fecha 2
hubo producción de algodón en el área de Hue- Pedernal como el año de la muerte de Mo-
yapan que supliera demandas locales o externas tecuzoma Ilhuicamina y del acceso al poder
de tributo, ese fenómeno pudo haberse ini- de su hijo Axayacatl (1468) (Boone, 1992). De
ciado desde el Clásico tardío si los círculos de hecho, a estos dos gobernantes tenochca se
piedra mencionados fueron usados para el cul- les acreditan las conquistas en la provincia de
tivo de esta planta. Como sólo se recolectaron Tochtepec (Alvarado Tezozomoc, 1975, para Mo-
35 malacates durante el recorrido de superfi- tecuzoma Ilhuicamina; Códice Mendoza, para
cie, es evidente que se requieren más inves- Axayacatl).10
tigaciones para poder comparar la frecuencia
relativa de estos objetos a lo largo del tiempo La otra escultura en Santa Rosa es una estatua
en muestras más representativas. incompleta de Xipe Totec (fig. 10B). Recien-
temente se ha discutido el tipo de evidencia
Por el momento, el problema de la cronología arqueológica que puede indicar la presencia del
cerámica del Posclásico y la condición erosiona- imperialismo tenochca, incluyendo el uso de
da de los materiales de superficie nos presen- signos plasmados en diversos tipos de cultura
tan muchas limitaciones. Las muestras de tepal- material (Smith, 1992, 1997; Stark, 1990). Las
cates recolectadas no incluyen tipos cerámicos convenciones escultóricas también se han usado
aztecas. Si lo que sabemos sobre el supuesto para evaluar la presencia imperial en provincias
tributo que la Triple Alianza exigía, en lo que lejanas (Umberger, 1996; Umberger y Klein,
es una parte con ambientes diversos y ricos de 1993), pero las representaciones de Xipe Totec
la provincia de Tochtepec es correcto, se espe- no se han tomado en cuenta. El culto a la gue-
raría un nivel demográfico considerable y un ex- rra, el desollamiento de individuos sacrificados
cedente económico importante en esta región y el uso de las pieles desolladas en la costa del
durante el Posclásico tardío. No obstante, como Golfo tienen indudablemente raíces en el perio-
se mencionó anteriormente, los datos arqueo- do Clásico o incluso antes (Coe, 1968: 111-114;
lógicos con los que se cuenta actualmente de Joralemon, 1971: 79-81; Nicholson, 1971: 15,
la región de Hueyapan, de Los Tuxtlas y de la 1972: 214). No obstante, la escultura en Santa
cuenca media del Coatzacoalcos no concuer- Rosa es notablemente diferente de otras repre-
dan con los datos en documentos etnohistóricos. sentaciones de Xipe Totec procedentes de otras
regiones de Veracruz, como Palmas Cuatas en
Aunque la evidencia de interacción con el cen- la Mixtequilla (Aveleyra, 1964), o Aparicio en
tro de México parece ser elusiva en cuanto a Vega de Alatorre (Vizcaíno, 1988: no. 51). De
los materiales cerámicos, otro tipo de cultura hecho, el Xipe Totec en Santa Rosa se asemeja
material provee datos interesantes. En el sec-
tor de la montaña del área de estudio, al sur del 10
En Cotaxtla, una capital provincial bajo el control mexica en
lago de Catemaco, documentamos dos escul- el centro de Veracruz que tenía una guarnición militar
turas de piedra en la colección del museo co- imperial, también se encontró una escultura que tiene un
glifo grabado de gran importancia desde una perspectiva
munitario de Santa Rosa Loma Larga (fig. 9). tenochca (6 Pedernal, el año que Axayacatl aplacó una
Aunque estos objetos carecen de procedencia rebelión local) (Medellín Zenil, 1983: 33).
22
ARQUEOLOGÍA 33  mayo-agosto 2004

costa Pacífica del Istmo de Te-


b
a huantepec (Blake et al., 1992;
Clark, 1994), lo mismo que
Fragmento de escultura de Xipe Totec
entre sociedades aldeanas tem-
(altura: 31 cm) pranas en las mismas tierras
bajas del Golfo (Coe y Diehl,
1980a; Wilkerson, 1981). Entre
1200 y 400 a.C., las planicies
aluviales del sur de Veracruz y
Tabasco se convirtieron en un
importante foco de crecimien-
Dibujo desdoblado to demográfico y del desenvol-
(largo: 83 cm)
vimiento de una complejidad
Reconstrucción hipotética de la escultura de Xipe Totec social que conllevó una mayor
(altura: 79 cm) integración política y el esta-
t Fig. 10 Esculturas de piedra en el museo comunitario de Santa Rosa Loma blecimiento de asentamien-
Larga. a) Batracio con el glifo 2 Pedernal grabado en el costado, y b) estatua tos de tamaño considerable a lo
de Xipe Totec. largo de las cuencas de los ríos
Coatzacoalcos y Tonalá (Coe y
mucho en tamaño y postura al estilo imperial Diehl, 1980a; Cyphers, 1994a, 1994b; González
metropolitano en la cuenca de México y en Cas- Lauck, 1995, 1996; Symonds et al., 2002).
tillo de Teayo, en el norte de Veracruz, en don-
de la presencia tenochca ha sido ampliamente
Estos asentamientos adquirieron pronto carac-
confirmada (Umberger, 1996; Umberger y
terísticas de una planeación urbana con cons-
Klein, 1993; Seler, 1993: 225). Estos datos so-
trucciones monumentales y orientaciones regu-
bre las esculturas en Santa Rosa ofrecen la po-
larizadas. Además de servir como sede de una
sibilidad de considerar que la elite tenochca
nobleza naciente, estas comunidades fungieron
comisionó a escultores locales la producción de
como focos para la celebración de rituales, como
monumentos que fueron después presentados
nodos de comercio y comunicación, y llegaron
como regalo a señores locales. Tal estrategia
a tener poblaciones considerables de varios mi-
podría haber sido un primer paso en la búsque-
les de habitantes. A su vez, el mantenimiento
da por el control de las planicies aluviales del
de estos centros emanaba de extensas áreas de
río San Juan y para ganar acceso, entre otros
apoyo con asentamientos menores (Kruger,
productos, al algodón o mantas tejidas.
1996; Rust y Sharer, 1988; Symonds y Lunagó-
mez, 1997; Symonds et al., 2002). Las construc-
Discusión ciones masivas, los objetos importados hechos
de materiales exóticos (por ejemplo jade y mag-
netita), y las esculturas colosales de basalto cuya
Los resultados obtenidos hasta ahora en la re-
materia prima, aunque local, distaba conside-
gión de Hueyapan, vinculados a los datos dis-
rablemente, proveen evidencia de una economía
ponibles procedentes de áreas adyacentes, nos
política que integró a diversas escalas poblacio-
permiten reflexionar y hacer varios comenta-
nes locales y foráneas (Clark, 1995; Coe, 1989;
rios provisionales sobre el desarrollo y la larga
Flannery, 1968; Flannery y Marcus, 1994: 389;
historia sociocultural en las tierras bajas de la
Pires-Ferreira, 1976).
costa del Golfo. Ahora sabemos sobre impor-
tantes desarrollos sociales que, anteriores a los
olmeca-tenocelome, se manifestaron entre gru- Localmente, este sistema también integró so-
pos relacionados muy de cerca que ocuparon la ciedades de escala y complejidad muy diversas
23
EL LEGADO OLMECA: CONTINUIDAD Y CAMBIO CULTURAL EN EL SUR DE VERACRUZ

asentadas entre las cuencas de los ríos Papaloa- 1983; Symonds et al., 2002; Von Nagy, 1997),
pan y Tonalá. En las montañas de Los Tuxtlas, parece que hubo un leve incremento poblacio-
por ejemplo, las ocupaciones del Formativo nal en la región de Hueyapan. La ocupación y
temprano y medio fueron modestas y con den- crecimiento continuo también parecen eviden-
sidades poblacionales bajas. Los asentamientos tes en las montañas de Los Tuxtlas (Santley
mayores no tuvieron la extensión de los cen- y Arnold, 1996), en Tres Zapotes (Pool, 1997,
tros grandes en las planicies aluviales como San 2000), en la Mixtequilla (Stark, 1999), y toda-
Lorenzo y La Venta (Santley y Arnold, 1996; vía más al oeste en el centro de Veracruz (Da-
Santley et al., 1997). Aunque en Tres Zapotes neels, 1997). Semejante diferencia temporal en
se han identificado ocupaciones del Formati- los patrones de asentamiento, aunque no muy
vo temprano (Drucker, 1943, 1952; Pool, 1997, marcada,11 podría reflejar el ocaso de un desa-
2000), el área con un mayor crecimiento demo- rrollo en las planicies del este y una reintegra-
gráfico y mayor grado de centralización política ción social, política y económica hacia el oeste.
fue al este de Los Tuxtlas.
No obstante, ambas regiones al parecer experi-
Aunque los conjuntos de datos no son estric- mentan un hiato hacia el Clásico temprano, se-
tamente comparables, el estudio de los elemen- guido por un incremento demográfico sustan-
tos disponibles para la cuenca media del río cial en ambas áreas pero aparentemente más
Coatzacoalcos (Symonds et al., 2002) y la re- rápido y un poco anterior, hacia el Clásico me-
gión de Hueyapan sugiere un proceso demo- dio, en la región de Hueyapan. Hasta ahora, co-
gráfico general similar entre ambas áreas (fig. mo ya se comentó, la definición de diagnósticos
11). Durante el Formativo temprano y medio, cerámicos del Posclásico es un problema en
la población y la cantidad de asentamientos fue ambas regiones, dando la impresión de que am-
modesta hacia el oeste, pero en la cuenca me- bas quedaron sustancialmente deshabitadas en-
dia del Coatzacoalcos ocurrió una explosión tre los siglos XI y XVI.
demográfica. Más tarde, cuando se inició una
marcada disminución demográfica durante el Esta comparación macrorregional respecto al
Formativo tardío en las cuencas de los ríos Coat- cambio demográfico y de distribución humana
zacoalcos y Tonalá (Kruger, 1996; Rust y Ley- en el paisaje, permite evaluar la trayectoria dia-
den, 1994; Rust y Sharer, 1988; Sisson, 1976, crónica del patrón de asentamiento en la re-
gión de Hueyapan. La eviden-
50
cia más temprana encontrada
hasta ahora sugiere que inicial-
40 mente la poca ocupación estu-
Porcentaje de tiestos

vo situada a lo largo de cursos


30 fluviales, posiblemente en par-
te para dar apoyo logístico a la
20
explotación de basalto y su-
10
plir así la creciente demanda
en los asentamientos situados
0 en las planicies aluviales al este.
1400 1200
Hueyapan
V

800 200 300 Cuenca media


V

500 600
FORMATIVO
FORMATIVO 800 1000 del Coatzacoalcos 11
La propuesta de un énfasis diferencial
1200
CLÁSICO en la producción de algodón desde
POSCLÁSICO
TEMPRANO
el Formativo hasta el Clásico entre el
centro y el sur de Veracruz (Stark
t Fig. 11 Comparación aproximada de porcentajes de tiestos et al., 1998) podría estar relacionada,
temporalmente asignables procedentes de la cuenca media del río entre otros factores, con este
Coatzacoalcos y de la región de Hueyapan. cambio en el patrón de asentamiento.
24
ARQUEOLOGÍA 33  mayo-agosto 2004

Durante el periodo Clásico, la región de Hue- por los intereses expansionistas de la Triple
yapan dio lugar a un crecimiento demográfico Alianza. Los productos de tributo enlistados en
considerable seguramente apoyado por una ba- el Códice Mendoza y otros documentos históri-
se agraria que dio lugar a un patrón de asenta- cos del centro de México indican que los te-
miento disperso pero denso. La colonización de nochcas tuvieron interés en una gran variedad
las tierras bajas al oeste y de las montañas de recursos y productos locales. Sin embargo,
de Los Tuxtlas debió influenciar el desarrollo de la mayoría del tributo consistió en productos
sistemas políticos y económicos diferentes. de algodón. Dadas las condiciones ambientales
propicias para la producción de este cultígeno
en la región de Hueyapan, es posible que ese
El legado olmeca durante el periodo Clásico en
potencial haya atraído en gran medida los inte-
la porción oeste de la costa sur del Golfo y en el
reses de expansión mexica. La evidencia de que
sector suroeste del macizo volcánico de Los
Michapan —inmediatamente al sur del área de
Tuxtlas, aparentemente dio lugar a una amplia
estudio— estuvo bajo el control imperial (Ca-
red de grupos corporativos cuyas elites estable-
rrasco, 1999: 333), y de que Iztac Chacalapan
cieron asentamientos en complejos arquitec-
—al centro del área de estudio— estaba suje-
tónicos que aquí hemos llamado “Conjuntos
ta al señorío independiente de Coatzacoalcos,
Plaza”. Futuras investigaciones de estos núcleos
sugiere que las tierras y asentamientos en la
en el área de estudio o áreas adyacentes per-
cuenca media del río San Juan eran parte de un
mitirá entender mejor la escala y configuración
enclave que al momento de la conquista espa-
del sistema de asentamiento en la región, y se-
ñola aún no estaba incorporado a la economía
rá de gran importancia para dilucidar las for-
tributaria de la Triple Alianza. La existencia de
mas de organización política y económica en la
esculturas de piedra de estilo mexica en Santa
costa sur del Golfo. Parece evidente que la espe-
Rosa Loma Larga podría reflejar los pasos ini-
cialización local en el trabajo de piedra y cerá-
ciales en las estrategias que los Tenochca se-
mica, establecida desde el Formativo, aumen-
guían en el proceso eventual de incorporación.
tó. Al mismo tiempo hubo una intensificación
No obstante, la cronología cerámica del Posclá-
agrícola. Todos estos desarrollos económicos pu-
sico en la región de Hueyapan debe estudiarse
dieron haber formado parte de un sistema de
más antes de abordar preguntas respecto al im-
intercambio y tributo local y/o hacia la exporta-
perialismo mexica y sobre los procesos tempra-
ción a regiones adyacentes. Las extensas áreas
nos de la colonización española.
con círculos de piedra en el pie de monte y en
la montaña que detectadas durante el estudio
Conclusiones
podrían ser parte de un sistema de producción
agrícola intensiva equiparable al amplio mosai-
El establecimiento de cronologías locales y la
co de técnicas agrícolas (hortalizas, bordos y te-
documentación de patrones de asentamiento
rrazas) empleadas por los agricultores en todas
—actualmente una de las preocupaciones prin-
las tierras bajas urbanizadas de Mesoamérica
cipales de las investigaciones en Mesoaméri-
(Fedick, 1996; Killion, 1992).
ca—, se han implementado lentamente en las
tierras bajas del Golfo sur. Con algunas excep-
La especialización e intensificación agrícola po- ciones (Santley, 1989; Santley, 1994; Santley y
dría ser un hilo de continuidad en el desarrollo Arnold, 1996; Symonds et al., 2002), la dismi-
sociocultural de épocas subsecuentes en esta nución en integración política y la eventual
región. Poco antes de la conquista española, la desaparición de la tradición escultórica del For-
ocupación humana en las tierras bajas de la costa mativo no se han relacionado con las diversas y
sur del Golfo parece haber crecido como resul- poco conocidas trayectorias históricas que con-
tado de su participación en una red de interac- tinuaron localmente en periodos subsecuentes.
ción panmesoamericana caracterizada en parte En muchas interpretaciones arqueológicas, los
25
EL LEGADO OLMECA: CONTINUIDAD Y CAMBIO CULTURAL EN EL SUR DE VERACRUZ

olmeca-tenocelome, indudables maestros lapi- en el mejor de los casos, una narrativa fragmen-
darios, constructores de poblaciones grandes y tada del pasado. Conforme ampliemos en el es-
comerciantes de objetos elaborados con mate- pacio y el tiempo la información arqueológica,
riales exóticos en diversas partes de Mesoamé- será posible incorporar patrones más comprehen-
rica, aparecen desarticulados de subsecuentes sivos que a su vez quedarán sujetos a revisio-
desarrollos socioculturales en la región. Esta nes. La arqueología de la porción sur del Golfo
perspectiva parece deberse principalmente al está tomando un interés renovado en el que los
énfasis conferido a los logros tempranos de los modelos interpretativos se pondrán a prueba.
habitantes en las inmediaciones de San Loren- Los recientes estudios regionales que involucran
zo y la Venta durante el Formativo temprano y reconocimientos superficiales y excavaciones
medio. Hacia 500 a.C., los asentamientos en están generando los cimientos amplios necesa-
las cuencas de los ríos Coatzacoalcos y Tonalá rios para mejorar nuestro conocimiento de la
casi se abandonaron y las grandes esculturas de historia local desde el inicio de la complejidad
basalto dejaron de hacerse. Con excepción de social hasta el momento de la conquista es-
la tradición “epi-olmeca” en Tres Zapotes (Pool, pañola.
2000), no es hasta el advenimiento de la interac-
ción entre Los Tuxtlas centrales y Teotihuacan La visión histórica preliminar de la región de
(Santley, 1983; 1989) —unos mil años después Hueyapan delineada aquí se caracteriza por
de la desintegración política de la Venta—, que corrientes de continuidad y discontinuidad.
algunos estudiosos retoman ciertos hilos para Una de esas corrientes de continuidad es sin
generar una narrativa histórica. Aun así, el Pos- duda la del lenguaje popoluca que, como de-
clásico continúa siendo un periodo práctica- rivado de la lengua atribuida a los olmeca-teno-
mente desconocido en nuestra comprensión del celome, continúa siendo hablada por numerosas
pasado en esta región (véase también Symonds comunidades en la región de Hueyapan. Así,
et al., 2002). Aunque estos grandes horizontes la continuidad tal vez constituya un factor más
nos han permitido elaborar un marco general importante en la historia de la región de lo que
para interpretar las trayectorias históricas me- nos hemos imaginado hasta ahora.
soamericanas, los diversos desarrollos sociocul-
turales locales siguen opacados bajo estas gran- Bibliografía
des sombras. En un intento de suplir el supuesto
vacío dejado por los olmeca-tenocelome pare- • Alvarado Tezozomoc, Fernando
ce que se han ignorado elementos críticos de la 1975. Crónica Mexicana, Comentario por Manuel
organización regional durante el Clásico y el Pos- Orozco y Berra, México, Porrúa (escrita
originalmente hacia 1600).
clásico. Afortunadamente, con las renovadas
investigaciones en esta parte de Mesoamérica, • Aveleyra Arroyo de Anda, Luis
será posible eventualmente aclarar muchas in- 1964. Obras Selectas del Arte Prehispánico (Adquisiciones
terrogantes. Recientes) Consejo para la Planeación e Instalación
del Museo Nacional de Antropología, Secretaría de
El colapso y la continuidad cultural pueden ver- Educación Pública.
se como dos extremos de un continuo. Cada
condición debe tomarse como un modelo heu- • Barlow, R., H.
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