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Introducción:

Desde la colonia temprana circulan ampliamente el dinero en los Andes centrales, pero la economía rural del
norte de Potosí de hoy no se ha integrado sino parcialmente al mercado. En lo que sigue vamos a esbozar
los procesos de circulación que persisten junto al mercado y articulados con el.
La circulación de los productos de estos diversos climas era administrada de manera tal que descartaba en
gran parte la función de mercados.
La campesinizacion de la población andina hizo que los recursos que antiguamente se encontraban bajo el
control y la explotación directa de cada grupo pasaron a ser objetos de intercambio o venta por intermedio
de gente forastera. Además las obligaciones con el estado, la iglesia y los terratenientes locales produjeron
cambios en la estructura y organización de las etnias.
El ayllu Laymi, es uno de los ayllus de Chayanta, este se conserva como unidad solo en la organización
religiosa de un pueblo que en siglos anteriores fue la capital administrativa de un corregimiento importante.
Aun así, los ayllus siguen controlando buena parte de las tierras que cultivaban en el siglo XVI, y son hasta
hoy importantes en la organización económica.
La organización étnica se basa por una parte en derechos a la tierra trabajada por miembros del grupo, y por
otra en instituciones políticas y rituales estrechamente relacionadas con los derechos a la tierra.
Lo que confiere un interés particular en la economía andina indígena es la persistencia de una circulación de
productos que se efectúa fuera del mercado ( economía étnica). Conviene afirmar que la economía laymi se
reproduce a nivel de ayllu en su totalidad.

2- La tenencia de la tierra y el grupo étnico

Los laymi habitan la puna(Suni) y los valles templados(Likina. En ambos pisos ecológicos, las familias
aseguran su subsistencia en base a una explotación agropecuaria que incluye cultivos y ganados tanto
indígenas como importados del viejo mundo. En el Suni, crían llamas, ovejas y cosechan tubérculos, habas,
trigo y cebada; en el likina cultivan maiz, zapallo, papas, quinua y también crian cabras y ovejas. La
percepción laymi del ambiente ecológico se funda en un dualismo radical; consideran todos los grados
intermedios como un centro por el que deben pasar cuando viajan entre suni y likina.
Hoy la mayoría de la población laymi habita en estancias dispersas por todo el territorio.
Existe una larga asociación de la tasa y la rotación comunal de los en grandes terrenos que esa región se
llaman mantas. Cada estancia posee una serie de mantas que se dividen en parcelas y que son cultivadas
por cada familia. El orden de rotación es convenido por el parlamento de la comunidad. Esta minuciosa
coordinación de los cultivos permita la máxima utilización posible como pastizales de las tierras en
barbechos concentrando la agricultura de los terrenos acordados por la comunidad. De esa manera se
protegen las cosechas de los daños que podrían ocasionarles los ganados y asegura la reproducción de una
base de subsistencia mixta.
Con el tiempo las parcelas de cada manta llegan a pertenecer a individuos particulares. Cada parcela
pertenece a un originario o a un agregado, los últimos son de menor extensión, indicando un status mas
bajo. En nuestros días un solo individuo puede poseer títulos de originario y de agregado. El dueño tiene la
responsabilidad de pagar el impuesto y debe cumplir con las diversas obligaciones hacia la comunidad
derivadas de la posesión de la tierra. Además comparte las parcelas con los miembros de su parentela
agnaticia de manera que la subsistencia de cada familia queda asegurada. La mayoría de las familias logran
un acceso a la tierra por sus lazos de parentesco; existe sin embargo una categoría de familia sin tierra que
se presta parcelas de los que tienen y recurre al compadrazgo.
Esta configuración permite cada año una asignación flexible de parcelas según las necesidades y el tamaño
de la familia, los derechos individuales están limitados por la obligación de prestar parcelas a quienes las
necesiten.
Toda la tierra de pastoreo pertenece a la comunidad; esto contrasta también con otras regiones donde una
proporción de pastizales pertenece a familias individuales.
El contraste entre Suni y Likina se deriva en la ausencia de tierras de barbecho en los valles. En el Likina, la
tierra es más fértil y el cultivo es continuo. Las diferencias en las condiciones de producción en los valles son
tales que en algunas regiones andinas las comunidades de valle se han separado de sus contrapartes
altiplanicas y ambos se han dedicado al cultivo de productos para el mercado, en el Likina, a pesar de la
ausencia de tierras de barbecho, las parcelas se distribuyen entre las familias necesitadas y los derechos a
la tierra se garantizan por el cumplimiento de las obligaciones comunales.
La persistencia de este sistema de tenencia depende de varias condiciones, entre ellas la ausencia de
condiciones que han transformado tantas otras comunidades rurales. La regla de endogamia juega un papel
fundamental, los laymi son lo suficientemente numerosos para que la endogamia sea posible en combinación
con una regla matrimonial que prohíbe la unión con cualquier persona con la que se pueda trazar un lazo de
parentesco.

3-La circulación de los productos


En la organización de las etnias andinas anteriores a 1932, el acceso directo a varias zonas ecológicas
diferentes parece haber sido dirigido y administrado por los señores y kurakas, estos kurakas locales
controlaban recursos de varias ecologías (cierto grado de centralización en la administración y la
producción).La organización de los laymi carece de un eje central de organización o de redistribución. En la
economía laymi, la unidad domestica, maneja los derechos de uso de la tierra, inicia la producción y
comparte el consumo; en los intercambios de mercancías la unidad de transacción frecuentemente es la
unidad domestica; la división del trabajo según sexo y edad se organiza de manera tal que cada grupo
domestico puede realizar las tareas necesarias para su subsistencia.
Muchas formas de intercambio entre los laymis se practica fuera del ayllu y algunas formas de intercambios
vinculan directamente a los laymi con el sistema capitalista mundial. Entre los mismo laymis se observan
formas similares de trueque. Esos tipos de transacción ocurren frecuentemente entre los habitantes de los
dos pisos del territorio laymi y también entre los de Suni. Sin embargo, en todas son diferenciados los
términos de intercambio que se ofrecen a los extraños y los que rigen entre los mismos laymi. Esta diferencia
señala un contraste en el significado y en el universo social del intercambio y es tanto mas notable en que
las ventajas no favorecen siempre a la misma parte del intercambio.
La tasa de intercambios es determinada por una serie de elementos, es posible traducir la transacción a un
precio monetario. Existe sin embargo otra forma de intercambio directo de valores de uso, en estos casos,
las tasas de intercambio no pueden ser traducidas a equivalentes monetarios sin distorsión.
Solo se permite el intercambio con los extraños cuando estos ofrecen bienes que no pueden ser obtenidos
dentro del ayllu. También intercambian con otros ayllus vecinos para obtener productos agrícolas que no
pueden producir en su territorio.
Los laymi aceptan raramente de los forasteros productos que ellos mismos pueden producir.. Entre laymis, la
definición de las necesidades toma en cuenta la obligación social de hacer circular los productos del ayllu.
Con respecto a la circulación del dinero, existe una resistencia, parecería haber una diferencia entre vender
locamente por dinero y vender en los centros mineros. La explicación es doble. Por una parte el dinero que
se obtiene por la venta servirá para obtener bienes de lujo. El propósito es hacer que la venta por dinero sea
lo mas parecida a un trueque y reducir el tiempo en el que el dinero puede ir abstrayéndose del objeto
particular que esta destinado a comprar. En segundo lugar, existe una considerable renuencia a aumentar la
cantidad de dinero que fluye dentro de las fronteras étnicas.
Los residentes de Likina, necesitan algún dinero, pero el dinero que circula dentro del ayllu lo hace de una
forma limitada así que las relaciones comerciales están ausentes.
En la economía laymi de hoy los productos de cada zona ecológica circulan a través de la distancia que las
separa, pero no simplemente por medio del intercambio. Todas las diferentes formas de circulación, además
del doble cultivo, forman un solo sistema fundado en el parentesco y las expresiones culturales comunes a
todo el grupo étnico.
El parentesco común, producido mediante la endogamia, es una condición previa para el mantenimiento de
la economía étnica en su forma actual.
Los lazos de parentesco sirven para distribuir lo mas ampliamente la demanda en vez de determinar un
acceso exclusivo, y la mayoría de la gente tiene diversos vínculos con los del otro piso.

4- Dependencia e interdependencia entre Suni y Likina


Los residentes de Likina afirman que los Suni los necesitan mas a ellos que ellos a los Suni, ya que la
dependencia de los grupos domésticos de Likina hacia los productos del Suni es menos evidente.
La gente de Likina da mas de lo que reciben de los Suni, sin embargo en el caso de la lana, la demanda de
los Likina supera su producción y esta lana faltante proviene de Suni, así como las llamas mismas que deben
sacrificarse en ciertos rituales y la mayoría de los de Likina obtienen telas y ropa de los productores Suni.
La representación simbólica de la autoridad máxima del ayllu esta en Suni. La representación simbólica de la
relación entre los pisos ecológicos llevan a lo mismo: la cosmología laymi ve a Likina como la región mas
productiva de donde se obtienen los alimentos que son llevados arriba para procesarse en Suni.
5-Formas de prestación de trabajo

a) La ayuda: trabajo sin retribución directa. Esta prestación incluye el trabajo para los parientes mas
cercanos, como las obligaciones mas institucionales. Designa también el trabajo que realizan para
los propietarios que han recibido parcelas en préstamo; y la mayoría de los trabajos colectivos son
percibidos como “ayuda”. El trabajo se presta sin un calculo preciso de deudas y haberes para saldar
reciprocidades. La única remuneración directa es la comida ofrecida a todos los que ayudan.
Existen otras dos formas mas de circular energía, pero donde no se refiere directamente al concepto
de ayuda. El primero seria los animales de carga y de tiro. La segunda forma es el empleo de trabajo
infantil para el pastoreo. Los niños de unidades domesticas que no poseen rebaños, deberán vigilar
los rebaños de otras familias y si se rehusaran serian calificados de flojos. En estos casos, el
beneficiario retribuye solamente con alimentos.
La fragmentación social, potencialmente mayor en el valle, es así compensada por una practica que
para la gente de Likina da testimonio de un espíritu comunitario superior y de mayor generosidad.
En el trabajo cooperativo basado en la “ayuda”, la mutualidad se extiende mas allá de la unidad
domestica y abarca a otros parientes y compadres, a los vecino y la comunidad y también a
personas que viven en el otro piso ecológico. La contraparte de la “ayuda” es compartir comida y, de
esa manera, la comensalidad se extiende parcialmente mas allá de la unidad domestica.
b) El trabajo con retribución directa(Ayni y mink’a). El mink’a es retribuido con productos, mientras que
el Ayni se retribuye con trabajo, dentro de la misma rama de producción. Uno de los conceptos
comunes del Ayni surge de la necesidad de obtener un trabajo que ha sido calificado socialmente
como propio a solo un sexo. Otra forma de Ayni son los acuerdos recíprocos de pastoreo entre dos
mujeres para sus ovejas o entre dos hombres para sus llamas. El pastoreo de diferentes animales es
una tarea signada a definidos grupos sociales y cuando una unidad domestica no incluye la persona
apropiada para realizar una tarea, buscara fuera de los limites de la familia en vez de emplear a uno
de sus miembros en una tarea que no le corresponda.
En el mink’a, la retribución típica del trabajo toma la forma del producto que se ha obtenido con la
contribución del trabajador, por ejemplo, la agricultura se paga con el producto agrícola. En otras
ocasiones se paga con alimentos no cocidos que se diferencian así de la comensalidad típica de la
“ayuda”. En ambos pisos los beneficios van principalmente para mejorar el consumo o aumentar el
ganado.
El “ayudar” es la conducta que conviene entre parientes cercanos, pero es también una manera de
reclutar grandes cuadrillas de trabajadores sobre la base de la vecindad y dependencia mutua de
aquellos que viven en una misma localidad. Por otra parte en el caso de Ayni y mink’a, las
retribuciones se calculan cuidadosamente. Estas formas de trabajo se encuentran tanto en parientes
cercanos como entre los que no son parientes. En estos casos, la circulación del trabajo es muy
flexible. Se la organiza según una variedad de combinaciones y no depende de un grupo definido y
permanente.
6- El problema de la unidad de producción
Una de las diferencias mas notables entre la distribución del trabajo y la circulación de productos, es que la
primera se realiza principalmente dentro de una sola localidad, mientras que la segunda tiene su origen en la
especialización ecológica y descansa en relaciones sociales que se mantienen a través de grandes
distancias.
Una parte de la producción es objeto de trueque directo por otros artículos de consumo y las vías de ingreso
del dinero al ayllu son restringidas. Las formas de trabajo asalariado preferidas por los laymi son un indicio
de tal restricción. A pesar de que hay un inmenso mercado de trabajo de pocas horas de viaje en los centros
mineros urbanos, los laymis no eligen trabajar allí, solo lo hacen si hay una mina cerca de su hogar.
Los laymis prefieren los trabajos agrícolas y evitan la minería y la industria. De esa manera casi no entran al
mercado y gana un salario que reproduce y no distorsiona la economía agropecuaria.
Según la teoría de la economía política, el intercambio de objetos precede al intercambio de trabajo y tiene
lugar en los bordes, entre los intercisitos de la comunidad productora. Por contraste la tierra y el trabajo
circulan dentro de la comunidad. Esta perspectiva ha sido desarrollada por Meillassoux de la comunidad
domestica autosuficiente en la que expone una marcada discontinuidad entre la producción y el intercambio.
Por otra parte, el enfoque sustantivista en la antropología económica, privilegia el “intercambio” en si, sin
preocuparse de si es de trabajo o bienes. Entre ambas direcciones la antropología tiende a clasificar la
actividad en dos categorías polarizadas; una dentro de la unidad preestablecida, donde la circulación se
fundamente en el acopio y en la redistribución y, otra categoría entre unidades. La primera categoría
“comunidad productiva”o “modo de producción” y la segunda “intercambio”. En el análisis de Meillassoux, la
comunidad productiva es identificada por la autoridad de un individuo particular; en las obras posteriores de
Sahlins, la unidad domestica es caracterizada por el acopio.
En la economía laymi hablar de acopio y redistribución no tiene sentido dada la ausencia de una autoridad
central( solo en el caso de preparar y pasar una fiesta-redistribución serial o rotativa)
Si bien la unidad domestica individual es una empresa, su reproducción en tanto que unidad se hace posible
solo mediante los múltiples lazos cooperativos que vinculan no solo a la comunidad local sino, finalmente
toda la etnia.
Las formas de cooperación no son simples transferencias de trabajo en general.
7- Los laymi y Bolivia
La economía étnica no puede calificarse como una economía natural o como una organización precapitalista.
Por otra parte, tampoco se encuentra en un estado de disolución o ruptura inminente. Su racionalidad se
funda en la organización interna del grupo y se adapta a condiciones locales.
Los laymi no comercializan ningún producto que no sirva directamente para su propia subsistencia y para el
consumo local.
También el bajo nivel de comercialización se explica por el hecho de que por todo el norte de Potosí no
existe ninguna plaza de mercado para vendedores campesinos. La ausencia de estas plazas fue el resultado
de una política consciente para mantener bajos los precios de los productos agrícolas locales y así disminuir
el costo de reproducción de la fuerza laboral urbana.
La separación de los pueblos mineros del campo entorno se enfatiza aun mas por el hecho de que la
población rural local no trabaja masivamente en los centros mineros, estos no se vinculan por lazos de
parentesco con el campo vecino y los campesinos pueden decidir si desean vender sus productos, cuando y
a quien.
La economía laymi no se reproduce completamente fuera del circuito comercial, hay una demanda de
algunas mercancías( coca, aguardiente, ropa barata). Que la dependencia hacia bienes comerciales sea
todavía reducida se hace evidente por el bajo nivel de entendimiento con los comerciantes locales.
La economía étnica ha ido tomando forma al ser moldeada por las circunstancias de las ultimas décadas y
por la secular organización de la economía agraria andina.
Si bien un mayor acceso a los mercados a largo plazo pueda conducir a la separación total de los dos
niveles ecológicos, la economía étnica actual se mantiene a partir de la flexibilidad y diversificación que le
permite la complementariedad ecológica.

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