Talmud

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LITERATURA HEBREA.

Las manifestaciones más antiguas de esta literatura son los libros sagrados que forman
el Antiguo Testamento y que han sido traducidas, en el conjunto de las Sagradas Escrituras, a
casi todos los idiomas y editadas infinidad de veces. Por ello, se convirtieron en la obra más
difundida del mundo.
Los textos del Antiguo Testamento, redactados entre el siglo XV hasta el II a. de C.;
junto con los del Nuevo Testamento, escritos en griego, forman la Biblia, que en dicho idioma
significa "los libros".
Junto a los libros históricos, como el Génesis, atribuido a Moisés, o los de los Jueces y
los Macabeos, sobre la historia del pueblo judío, se hallan relatos de sucesos particulares,
como el de Ester.
También encontramos los Salmos en formato cantado y el Cantar de los Cantares
atribuido a Salomón y cargado de sensibilidad.
La literatura hebrea después de la Biblia está compuesta de varios textos apócrifios y
por comentarios al Antiguo Testamento. Las obras más importantes, escritas en el siglo II d. de
C. son la Misnah (repetición), ordenación de los preceptos de la ley hebraica, y el Talmud
(enseñanza) examen crítico de las fuentes bíblicas, con narraciones breves intercaladas.
Existen dos ediciones del Talmud: una hecha en Palestina y otra en Babilonia.

Talmud

El Talmud (‫ )התלמוד‬es una obra que recoge las


discusiones rabínicas sobre leyes judías, tradiciones,
costumbres, leyendas e historias. El Talmud se caracteriza por
preservar la multiplicidad de opiniones a través de un estilo de
escritura asociativo, mayormente en forma de preguntas,
producto de un proceso de escritura grupal, a veces
contradictorio.
Más que de un único Talmud se puede hablar de
dos: el Talmud de Jerusalén (Talmud Yerushalmí),
que se redactó en la recién creada provincia
romana llamada Philistea, y el Talmud de
Babilonia (Talmud Bavlí), que fue redactado en la región de Babilonia.
Ambos fueron redactados a lo largo de varios siglos por generaciones de
rabinos de muchas academias rabínicas de la antigüedad.
El judaísmo considera al Talmud la tradición oral, mientras que la Torá (el Pentateuco) es
considerada como tradición escrita. El Talmud extiende, explica y complementa al Tanaj1, pero
no puede, por definición, contradecir a la Torá. El paradigma de la halajá (‘ley judía’ en hebreo)
subordina la autoridad del Talmud a la de la Torá.

Composición
El Talmud está dividido en dos partes, la Mishná y la Guemará. La Mishná a su vez esta
formada por 6 órdenes (sedarim):
 Zeraim. Literalmente: Semillas; es todo lo relacionado a la agricultura en Israel
 Moed. Literalmente: Festividad; relacionado con las Festividades Judias
 Nashim. Literalmente: Mujeres; es lo relacionado con las Mujeres
 Nezikin. Literalmente: Daños; es todo lo relacionado con la ley tanto civil como criminal
 Kodashim. Literalmente: Santidades; es lo relacionado a los cultos del templo de
Jerusalen
 Tahorot. Literalmente: Purezas; es lo relacionado con la pureza ritual.
Existen dos Talmud: El de Jerusalén y el de Babilonia. El sistema de redacción del Talmud
consiste en una serie de leyes basadas en la tradición oral de La Torá que fue redactada en un
libro llamado (Mishná) a cuyos autores se les conoce como "Tanaim". Esta es idéntica tanto en
el Talmud de Jerusalén como en el Talmud de Babilonia. La Guemará son las discusiones de
sabios conocidos como "Amoraim" que explican la Mishná, y sus explicaciones fueron escritas
en arameo. En estas explicaciones está la diferencia entre el Talmud de Jerusalén y el de
Babilonia, mas las dos llegan a la misma conclusión solo que por caminos distintos.
1
El Tanaj (del acrónimo en hebreo ‫ )ַּת ַנ"ְך‬es el conjunto de los 24 libros de la Biblia hebrea. Constituye, junto a otros
libros, el llamado por los cristianos Antiguo Testamento.
En cuestión temática el Talmud se divide en Halajá (textos de carácter legal) y Hagadá
(parábolas e historias). La tradición oral del Pentateuco transmitida a Moisés está en su
mayoría en el Talmud, es por eso que es un libro fundamental de estudio para la religión judía.

Historia

Originalmente la ley oral fue transmitida de una generación a otra de


manera oral, sin que se tuviera ninguna versión escrita dirigida al público,
aunque los sabios tenían apuntes privados. Después de la destrucción de
templo de Jerusalén y el declive económico y político de la comunidad
judía en Israel la continuidad de la transmisión oral estaba en peligro, por
lo que Rabi Yehuda el Príncipe hizo la redacción escrita de la Mishná
alrededor del año 200 de nuestra era. Varias academias rabínicas tanto en
Israel como en Babilonia eran dedicadas al estudio y discusión de la
Mishna. Estas discusiones, al ser recopiladas de forma escrita forman la
Guemará. Dos ediciones de la guemará existen: la de Jerusalén que se terminó de redactar de
forma escrita alrededor del año 400 de nuestra era, y la de Babilonia, cuya recopilación final se
llevó a cabo por Ravina y Rav Ashi, dos sabios del siglo quinto de nuestra era.

Torá

Tora (aceptado por la Real Academia Española como Torá) 1 [‫ ]ּתֹוָר ה‬es una palabra
hebrea que significa enseñanza, instrucción, o más específicamente ley. En su sentido más
amplio se utiliza habitualmente para designar a la totalidad de la revelación y enseñanza divina
al pueblo de Israel. En un sentido más restringido se refiere únicamente al texto de los cinco
primeros libros de la Biblia (que para los cristianos se llama Pentateuco). En la bibliografía
cristiana suele denominársela ley mosaica o ley de Moisés o ley escrita de Moisés. (Los Judíos
lo llaman simplemente la ley.)

Estos libros son:


 Génesis (Bereshit [‫)]ְּבֵר אִׁש ית‬,
 Éxodo (Shemot [‫)]ְׁש מֹות‬,
 Levítico (Vayikrá [‫)]ַוִּיְק ָר א‬,
 Números (Bemidbar [‫ )]ְּבִמ ְד ַּבר‬y
 Deuteronomio (Devarim [‫)]ְּד ָבִר ים‬.

El conjunto de estos cinco libros se conoce como Pentateuco (del griego πεντα, penta,
‘cinco’, y τευχος, teujós, ‘funda para libros’, haciendo referencia a las fundas en las que se
conservaban los rollos de pergamino) o, en hebreo, Jamishá Jumshé Torá [‫]ֲח ִמ ָּׁש ה ֻח ְמ ֵׁש י ּתֹוָר ה‬,
‘las cinco partes de la Torá’ o simplemente Jumashi [‫]ֻח ָּמ ׁש‬, ‘quinto’ como abreviación.
Los judíos también utilizan la palabra Torá, en un sentido más amplio, para referirse a
toda la gama de enseñanzas religiosas judías a lo largo de la historia.

Tradición judía sobre la Torá .


Según la tradición hebrea, los cinco libros del Pentateuco fueron escritos por Moisés,
quien recibió la revelación directamente de Dios en el monte Sinaí. Aunque los autores
rabínicos difieren en los detalles, la doctrina ortodoxa del judaísmo sostiene que la totalidad de
la Torá proviene directamente de la inspiración divina, y que por lo tanto todos los detalles del
texto —desde el léxico hasta la puntuación— son significativos. De acuerdo con esta doctrina,
la escritura de los rollos que se utilizarán a efectos de culto está sujeta a normas sumamente
estrictas; un escriba ritual, familiarizado con las prescripciones pertinentes, está a cargo de la
tarea.
En varias partes de la Biblia se encuentran citas que indican que Moisés escribió la
Torá, verbigracia: 2° de Crónicas 25:4, 1° de Reyes 2:3, Esdras 6:18, Juan 5:46-47, Hechos
15:21. Además de lo escrito en la Biblia, es probable que Moisés haya recibido lo que escribió
en Génesis y parte de Éxodo, mediante la tradición oral de 6 eslabones: 1. Adán: Vivió hasta
los 243 años de Matusalén y hasta los 56 años de Lamec; 2. Matusalén: Vivió hasta los 98
años de Sem; 3. Sem: Vivió hasta los 50 años de Jacob; 4. Jacob: Vivió hasta los 60 años de
Leví y hasta aproximadamente los 18 ó 20 años de Cohat; 5. Leví: Vivió aproximadamente
hasta los 77 años de Amram; 6. Amram: Padre de Moisés.
Toda la doctrina religiosa del judaísmo se deriva, directa o indirectamente, de la Torá.
Las fuentes clásicas, sin embargo, ofrecen varias versiones acerca del texto. La hipótesis
maximalista indica que la totalidad del texto de la Torá es una transcripción directa, letra por
letra, hecha por Moisés de la revelación divina recibida en el Sinaí; esto incluiría aún los
fragmentos posteriores a Deuteronomio 32:50-52, que relata la muerte de Moisés, que le habría
sido anunciada anticipadamente por Dios. Otras fuentes consideran que la revelación tuvo
lugar gradualmente, y que si bien el texto es de origen divino, la redacción es humana.
Finalmente, otros autores consideran que tras la muerte de Moisés, otros profetas divinamente
inspirados completaron el texto.

Textos sagrados del judaísmo


Si bien la Torá constituye el núcleo de la revelación divina, ésta contiene otros libros. Los
judíos consideran de origen divino a los libros de los profetas:
 Sofonías,
 Josué,  Ageo,
 Jueces,  Zacarías y
 Samuel,  Malaquías
 Reyes, Y los libros de los escritos:
 Isaías,  Libro de los Salmos,
 Jeremías,  Job,
 Ezequiel  Proverbios,
Los doce profetas menores:  Ruth,
 Oseas,  Cantar de los Cantares,
 Joel,  Eclesiastés,
 Amós,  Lamentaciones,
 Abdías,  Ester,
 Jonás,  Daniel,
 Miqueas,  Esdras y Nehemías y
 Nahúm,  Crónicas (I Crónicas y II Crónicas).
 Habacuc,

El conjunto de estos veinticuatro libros constituye el Tanaj (un acrónimo de la iniciales en


hebreo de cada una de las secciones), el conjunto de las Sagradas Escrituras.
Además de éstas, el judaísmo ortodoxo sostiene que junto con los escritos el pueblo de
Israel recibió la revelación oral, que se ha transmitido tradicionalmente. Es a partir de las
indicaciones y aclaraciones de la tradición oral que deben interpretarse las ambigüedades y
dificultades del texto bíblico. La ley oral se codificó y registró por primera vez en el siglo III, para
evitar que se perdiese en la diáspora; el rabino Judá haNasí redactó el primer comentario
conocido sobre la interpretación de la ley, conocido como Mishná, a partir de las enseñanzas
de los tannaim, los estudiosos de la tradición oral.
A su vez, el contenido de la Mishná fue objeto de debate, discusión y comentario por parte
de los estudiosos de las comunidades judías en Israel y Babilonia; el resultado de estas
discusiones dio lugar a otros volúmenes de comentarios, llamados Guemará. Junto con la
Mishná, estos volúmenes constituyen el Talmud, la recopilación de la tradición rabínica. Aun los
judíos no ortodoxos siguen, en numerosos puntos importantes, las interpretaciones del texto
bíblico vertidas en el Talmud; la única excepción la constituyen los caraítas, una secta clásica
que se rige únicamente por el contenido literal de la Torá.

Traducciones y versiones cristianas de la Torá

Alrededor del siglo III a. C., el texto de Tanaj se tradujo al griego para el uso de las
comunidades judías que residían en las colonias griegas del Mediterráneo. La versión
resultante, conocida como la Septuaginta, contiene importantes variaciones y adiciones con
respecto al texto canónico de la versión hebrea. De acuerdo a la tradición crítica, esto se debe
a que la Septuaginta proviene de un canon textual distinto al que compilaron los masoretas
para producir la versión hebrea. Según la tradición rabínica, sin embargo, éstos son añadidos
posteriores. A pesar de ser la versión de uso común en la iglesia de su día, y endosada por
padres antiguos incluyendo Agustín, San Jerónimo no utilizó la Septuaginta para redactar la
Vulgata latina, el texto canónico de la religión católica, optando más bien utilizar el texto hebreo
Masorético.
En las comunidades judías de Israel y Babilonia, el texto del Tanaj se tradujo al
arameo, el idioma cotidiano de los israelitas, para propósitos de estudio y comentario. Las
versiones arameas de la Torá se conocen como targumim; el más conocido es el targum de
Ónkelos el prosélito, escrito en la comunidad de Babilonia, aún utilizado para el estudio y la
solución de cuestiones de etimología. Existe también un targum jerosolimitano (targum
Ierushalmi), compilado en Israel. Los targumim contienen numerosos comentarios y glosas
además de la traducción del texto bíblico.

Análisis científico de la Torá

La estimación científica del origen histórico de la Torá es aún muy discutida. Sin
embargo, resulta difícil sostener la versión bíblica de la redacción mosaica (que debería
corresponder al siglo XIV a. C.), dadas las características del idioma utilizado, de los temas
tratados y de las situaciones históricas que se ven reflejadas en el escrito. Según los cálculos
contemporáneos, los fragmentos escritos más antiguos del texto se remontarían al siglo
VII a. C.
La teoría que ha gozado de más popularidad sobre el origen de la Torá es la llamada
hipótesis documentaria. Sostiene que el texto actual es el resultado de una compilación,
realizada en Israel alrededor de la época de Esdrás el escriba, de no menos de cuatro fuentes
distintas, cada una de las cuales relataba la historia completa de Israel.
Dos de las fuentes (el texto yavista y el eloísta) provendrían de la época de la división
del legado salomónico en los reinos de Judá e Israel; otra, el texto sacerdotal, correspondería a
una primera compilación realizada por los escribas del rey Ezequías.
Finalmente, el Deuteronomio y otros fragmentos habrían sido redactados por los
escribas del rey Josías y por la escuela que siguió sus puntos de vista teológicos durante el
exilio y después de éste. Tras el regreso de Babilonia, las diferentes tradiciones habrían sido
homogeneizadas y recopiladas por los sacerdotes.
La hipótesis documentaria se apoya en los rasgos idiomáticos distintivos de los
diversos fragmentos (en particular el nombre utilizado para mencionar al Dios Yahveh en el
libro del Génesis, distinción que desaparece a partir del libro del Éxodo), en las repeticiones y
contradicciones del texto, en otras variaciones conceptuales y en las relaciones con los mitos
de otras religiones contemporáneas para establecer esta división.
En una u otra forma, esta teoría goza de una aceptación casi universal entre los
estudiosos laicos y muchos cristianos. Aunque siempre ha generado discusión, al punto de ser
rechazada por algunos estudiosos, que proponen otras hipótesis para explicar la formación
tardía del Pentateuco. Dentro del judaísmo ortodoxo, la hipótesis documentaria es considerada
errónea y herética.

Uso ritual de la Torá

Las lecturas de la Torá son una parte importante de la mayoría de las ceremonias
religiosas del judaísmo. En la sinagoga, los rollos en los que están escritos estos libros son
custodiados respetuosamente en el interior de un compartimiento especial, orientado hacia
Jerusalén, llamado Arón haKodesh (literalmente ‘Cofre Sagrado’, aunque no sea sagrado en sí,
sino por lo que contiene). En presencia de un rollo de la Torá, los judíos varones deben llevar la
cabeza cubierta.
Los rollos de la Torá son sacados para su lectura. La lectura pública de la Torá sigue
una entonación y dicción, prescritas ritualmente, sumamente complejas; por ello, es
normalmente un cantor o jazán profesional quien la lleva a cabo, si bien todos los varones
judíos mayores de edad tienen derecho a hacerlo. Una vez leído, el rollo vuelve a guardarse
reverentemente. La lectura semanal de la Torá se denomina parashá hashavua –sección de la
semana– o sidra, y la misma abarca a todo el Pentateuco subdividido en tantas semanas como
tiene el año judío. Todos los integrantes del Pueblo de Israel estudian en la misma semana la
misma sección, lo cual debe generar un clima de unión y afecto entre los que siguen la religión
judía.

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