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Verdolaga

Portulaca Oleracea (Portulacacea)


“Portulaca” proviene del latín “portula”: puertecita (por la forma en que se abre la cápsula). “Oleracea” proviene del latín
“arvum”: campo de sembrado.

Loraca
Descripción. Planta anual, rastrera, con tallos robustos y carnosos de hasta 50 cm que
adquieren normalmente un color rojo vino más o menos acentuado. Hojas casi sin
peciolo, muy juntas unas de otras, de 1 o 2 cm, planas y algo carnosas también, de
bordes paralelos al principio que se separan en el extremo, definiendo una forma
espatulada. Las flores aparecen en el extremo de los tallos y en las bifurcaciones del
tallo. Son pequeñas y amarillas, sin cabillo que las sostenga. Si no se presta atención
pueden pasar desapercibidas. Tienen 2 sépalos y 5 pétalos. Fruto en cápsula lleno de
pequeñísimas semillas negras. Se abre mediante una fina sutura central, lo cual inspira
el nombre del género.
Crece en cultivos, huertos, baldíos y terrenos removidos de toda la Península Ibérica. Le
gustan los terrenos húmedos aunque sobrevive sin mucho vigor en espacios más secos.
Es una especie con 5 subespecies reconocidas. P oler subsp oleracea, P oler subsp
stellata, P oler subsp papillatostellulata, P oler subsp granulatostellulata y P oler
subsp nítida. Las diferenciaciones son muy técnicas, basadas sobre todo en la
microestructura de las semillas y en las características de las células epidérmicas. A los
efectos de este libro se pueden obviar tales diferencias pues la composición es casi
idéntica en todas las variedades. La primera de ellas, P oler subsp oleracea, es la más
frecuente.
Composición. Esta planta incluye más de 180 componentes, muchos de ellos
interesantes desde el punto de vista nutricional y farmacéutico. Entre los primeros y de
manera destacada se encuentran los ácidos grasos. La verdolaga contiene más ácidos
grasos que la mayoría de las verduras, 850 mg/100 g (espinacas 170 mg/100 g; lechuga
70 mg/100 g). Entre estos más de la mitad son ácidos  -3 y  - 6. Contienen mayor
cantidad de ácidos insaturados que cualquier otro vegetal comestible y, en general, las
concentraciones de lípidos son sorprendentemente altas. También diversos
antioxidantes: carotenoides, vitamina C (39 mg/100 g) y cantidades inusualmente altas
de vitamina A (…..). Asimismo contiene potasio, magnesio, calcio y fósforo en
cantidades apreciables. Interesantes a nivel farmacológico son los flavonoides. Hay al
menos 7 identificados y caracterizados que también son antioxidantes útiles en la dieta.
Presentan asimismo propiedades medicinales 3 ácidos fenólicos diferentes. La
composición de la verdolaga invita desde luego a saborearla con gusto y a utilizarla
como remedio. Cocina y botica, no se puede pedir más.
El único componente no deseado digno de mención es el ácido oxálico, como ocurre
con otras plantas silvestres. También contiene mucílagos y saponinas pero en baja
proporción.
Usos alimenticios. La verdolaga es una planta plenamente comestible y muy nutritiva.
Su cultivo ha sido tradicional en casi toda Europa. De hecho la mayoría de las
subespecies se deben a los procesos de naturalización e hibridación desde una variedad,
ya olvidada en la mayoría de los países europeos, que constituía una verdura hortícola
popular. Se trataba de P oler subsp sativa y se caracterizaba por sus tallos erguidos en
vez de postrados, lo que facilitaba la recolección. Son comestibles los tallos y las hojas,
siendo estas últimas más agradables al paladar. Puede ser empleada en guisos, sopas y
potajes, pero su consumo más frecuente es en fresco, incorporada a las ensaladas.
Antiguamente se consumía en abundancia e incluso se elaboraban conservas de la planta
para los meses de invierno. Ha llegado hasta nosotros una antigua receta romana para la
conservación de esta planta: se limpian las hojas y se dejan secar a la sombra durante 4
días; se introducen en una olla con un fondo de sal y se cubren con vinagre diluido;
finalmente se cubren con otra capa de sal. También se pueden comer rehogadas con
aceite o mantequilla.
La harina de sus semillas es panificable y debido a su alto contenido en lípidos se la
considera muy adecuada para la elaboración de bizcochos y galletas
Usos medicinales. Son incontables las propiedades atribuidas a la verdolaga desde hace
milenios. Muchas de estas propiedades han sido confirmadas en las últimas décadas
mediante estudios farmacológicos, en particular sus virtudes como protector renal,
protector hepático, reductor de glucosa en sangre, broncodilatador
Dioscórides la recoge en su Materia Médica y le atribuye propiedades astringentes.
Aplicada como emplasto mezclada con polenta alivia el dolor de cabeza y las
inflamaciones de los ojos, dice. Con su peculiar lenguaje, explica que “resfría el
demasiado apetito de fornicar”, “templa los encendimientos y flujos del estómago”,
“contra las lombrices luengas y redondas”…. y le otorga otras muchas virtudes cada
cual más estrambótica, síntoma sin embargo de ser una planta muy apreciada. Font
Quer, de modo más sensato, afirma que “pudiéndola tomar cruda, fresca y recién
cogida, no es menester introducirla en medicinas más complicadas.”

Otros usos. Algunos pueblos consideran anafrodisiaca las hojas y las semillas de
verdolaga, en consonancia con lo descrito por Dioscórides. Puede tener relación con sus
propiedades vasoconstrictoras. Otras culturas la consideran una planta mágica, con
capacidad de evitar las pesadillas nocturnas y de ahuyentar a los malos espíritus.
Se elaboraba en Madrid un ungüento curativo popular que incluía la verdolaga como
uno de sus principales ingredientes. Se mezcla verdolaga, llantén, violetas, solano y
carne de calabaza; se macera en aceite de oliva y después se calienta suavemente para
eliminar el agua que las plantas hayan soltado; se mezcla con cera y se deja solidificar.
A este remedio tópico contra las inflamaciones y analgésico se le denominaba
“ungüento de calabaza”.

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