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Universidad Cristiana Evangélica Nuevo Milenio

Resumen de exposición
Panorama general y aspectos de la identidad social

Catedrático:
Hector Vargas

Alumnas:
Herminia Gissela Rojas Zaldívar 118450213
Karla Eunice Zelaya Alvarado 321450013
Nancy Elizabeth Larios Dubon 321450033

Fecha:
1 noviembre 2023

Santa Rosa de Copan


Identidad social: definición de una persona acerca de quien es, el o ella y lo
que incluye atributos personales y atributos compartidos con otros como
genero y raza.
Muy pronto en la vida, cada uno de nosotros tiene una visión acerca de quien
es, lo que incluye el ser etiquetado como chica o chico. Esto es, todos
desarrollamos una identidad social autodefinición que guía de manera precisa
como nos conceptualizamos y nos evaluamos a nosotros mismos. La identidad
social comprende muchas características únicas como el nombre propio o el
autoconcepto, y otras características que compartimos con los demás entre
estas se encuentra el genero nuestras relaciones interpersonales hija, hijo
esposa, padre, etc. Nuestras vocaciones y aficiones estudiante, musico,
psicólogo, surfista, odontólogo, etc. Afiliaciones políticas o ideológicas,
feminista, ecologista, demócrata, republicano, vegetariano, etc. Atributos
específicos homosexual, brillante, discapacitado, bajo, atractivo. Y afiliaciones
políticas y religiosas católico, sureño, hispano, judío, afroamericano, musulmán,
ateo, pueblerino. Cuando interactuamos con extraños y somos totalmente
anónimos como ocurre con internet y a diferencia de la interacción con
extraños a los que podemos ver por ejemplo en video, tendemos en forma
creciente a categorizarnos, en términos de dichos grupos sentir en forma
positiva dicha afiliación y estereotipar a los otros a partir de los grupos a los
que pertenece. De acuerdo con Jackson y Smith, la mejor forma de
conceptualizar la identidad social considera cuatro dimensiones percepción del
contexto intergrupal, atracción, hacia el Endo grupo interdependencia de
creencias y despersonalización.
Cuatro dimensiones de la identidad social:
 Contexto intergrupal (relación entre el propio endogrupo y otros grupos
de comparación).
 Atracción hacia el endogrupo (afecto estimulado por el propio
endogrupo).
 Interdependencia de creencias (normas y valores que regulan el
comportamiento de los miembros del grupo en la medida en que éstos
tienen las mismas metas y comparten un destino común),
 Despersonalización (percibirse a uno mismo como un simple ejemplo
intercambiable de una categoría social antes que como una persona
única.
sugieren que bajo estas cuatro dimensiones se encuentran dos tipos
básicos de identidad social: segura e insegura. Cuando existe un alto grado
de identidad segura, el individuo tiende a evaluar más favorablemente a los
exogrupos, manifestar menos sesgos al comparar endogrupo y exogrupo, y
presentar menor disposición a creer en la homogeneidad del endogrupo.
Por contraposición, un alto grado de identidad insegura se asocia con una
evaluación muy positiva del endogrupo, mayor sesgo al comparar
endogrupos y exogrupos, y la percepción de mayor homogeneidad en el
endogrupo.
A pesar de que resulta evidente la adquisición de muchos aspectos de
nuestra identidad procedentes de otras personas, el quiénes somos está
determinado en parte por la herencia. Características físicas como sexo,
raza y color de pelo son ejemplos obvios. Una aproximación para
determinar dichas influencias consiste en comparar gemelos y mellizos;
cuando aquéllos resultan más parecidos que éstos en una característica
dada, cabe pensar en un factor genético Muchas categorías que conforman
nuestra identidad social están ligadas a nuestro mundo interpersonal.
Indican el grado en que nos agrada y desagrada aquello que nos rodea.
Cuando el contexto social de una persona cambia, se desarrolla una nueva
identidad social que puede ser una fuente importante de estrés, los
individuos hacen frente a dicho estrés de diversas maneras. Por ejemplo,
los estudiantes hispanos en Estados Unidos salen de una subcultura en la
que son mayoría y entran en una subcultura anglosajona (al ir al instituto o
encontrar empleo en una organización), lo que deviene en un estrés que
conduce a dos tipos diferentes de reacción. Una alternativa es sentirse
paulatinamente más identificado con involucrarse en actividades hispánicas,
grupos de castellano hablantes, música y estilos de vestir hispanos, y otras
cosas por el estilo. El resultado es una identificación más fuerte con
aspectos étnicos de la identidad social. Esta identidad colectiva puede
adquirir tintes políticos y en ello luchar por poder e influencia en la cultura
que le rodea, La reacción opuesta consiste en sentirse menos identificado
con temas hispanos, e incluso se puede adoptar la versión anglosajona del
propio nombre, aprender a hablar sin acento, y en general asimilar la cultura
mayoritaria sin ser diferentes a quienes la componen.
El self
Componentes de nuestra identidad única
Pensar en nosotros mismos es una actividad humana que resulta inevitable;
la mayoría de las personas están literalmente autocentradas. Esto es, el self
es el centro del universo social de cada persona. Al tiempo que, y tal como
señalamos, los factores genéticos juegan su papel, la autoidentidad o
autoconcepto está ampliamente basado en lo aprendido de nuestras
interacciones con otras personas, comenzando por los miembros más
próximos de la familia hasta las interacciones con quienes se encuentran
más allá del entorno familiar.
El autoconcepto es una colección organizada de creencias y
autopercepciones sobre sí. En otras palabras, opera como un esquema
básico. El self proporciona un marco que determina cómo procesamos
información acerca de nosotros mismos, lo que incluye nuestros motivos,
estados emocionales, autoevaluaciones, habilidades y mucho más. Y
trabajamos arduamente para proteger nuestra autoimagen de información
amenazante, mantener la autoconsistencia, y encontrar excusas para
justificar cualesquiera inconsistencias.
El primer aspecto que emerge es la autoconciencia subjetiva; ésta implica la
habilidad del organismo para diferenciarse en cierto grado de su ambiente
físico y social. Parece obvio que las plantas no tienen autoconciencia
subjetiva, pero la mayoría de los animales de hecho comparten esta
característica, la cual incrementa sus posibilidades de supervivencia. Pocos
animales (los primates) desarrollan eventualmente la autoconciencia
objetiva, la capacidad del organismo para ser objeto de su propia atención,
estar consciente de su propio estado mental, y «saber que sabe, recordar
que recuerda» Únicamente los seres humanos parecieran haber alcanzado
un tercer nivel de autofuncionamiento autoconciencia simbólica, habilidad
que permite formar una representación cognitiva abstracta del self por
medio del lenguaje. De hecho, esta representación hace posible que
podamos comunicarnos, establecer relaciones, alcanzar metas, evaluar
resultados, desarrollar actitudes autorrelacionadas, y defendernos de
informaciones que puedan amenazar nuestro self. A lo largo de nuestra
vida, las interacciones con los otros en distintos contextos continúan siendo
fuente de influencias y modificaciones de los contenidos específicos de lo
que constituye la autoidentidad de cada persona.
¿QUÉ CONFORMA EL AUTOCONCEPTO Y CÓMO FUNCIONA? ¿Quién
eres tú? ¿Quién eres tú? y ¿Quién soy yo? han sido cuestionadas desde
hace más de cien años por los psicólogos quienes, comenzando por William
James (1890), han hecho esfuerzos para determinar el contenido específico
del autoconcepto individual. Esta técnica fue utilizada por Rentsch y Heffner
cuando inquirieron acerca de doscientos estudiantes para dar diversas
respuestas a la pregunta «¿Quién eres tú? El contenido básico del self, tal
como lo percibían estos estudiantes, consistía en ocho categorías. Varias
de éstas refieren aspectos de la identidad social (nacionalidad, raza, etc.) y
otras refieren atributos personales (relaciones, hobbies, etc.).
Los autoesquemas son probablemente mucho más complejos y detallados
que lo determinado a partir de cuestiones acerca de quién eres. Considera
algunas posibilidades. Más allá de un marco general, un autoesquema
incluiría tus experiencias pasadas, tu conocimiento detallado de cómo eres
ahora a diferencia del pasado, y tus expectativas acerca de los cambios que
experimentarás en el futuro. En otras palabras, un autoesquema es la suma
de cada cosa que la persona recuerda, sabe y puede imaginar de sí misma.
¿CÓMO ESTÁ ESTRUCTURADO EL AUTOCONCEPTO?
Aunque cada uno de nosotros posee un autoconcepto, el contenido de este
esquema se organiza de diversas maneras. Por ejemplo, las
autoconcepciones pueden ser relativamente centrales o periféricas. Las
autoconcepciones centrales son más extremas (en sentido positivo o
negativo) que las periféricas. Podrías pensar en ti mismo como
extremadamente brillante y atractivo (centrales), pero moderadamente
bueno en matemáticas y relativamente fuerte (periféricas).
autoesquema sexual: representaciones cognitivas de los aspectos
sexuales de uno mismo.

Autoconcepto social: El autoconcepto global de cada persona está


formado por componentes muy distintos que proporcionan esquemas para
aspectos específicos de la vida. Se muestra aquí uno de estos
componentes, la interacción social. En las personas más jóvenes, el
autoconcepto social puede dividirse en categorías tales como interacciones
sociales en la escuela y con la familia. A su vez, una división más específica
la conforman, respectivamente, las interacciones con compañeros de clase,
profesores, padres y hermanos.
La conclusión más general de estos hallazgos en distintas culturas es que la
recomendación general, se simplemente tu mismo. Tiene diferentes
significados en diferentes culturas. Una persona que ha crecido en una
cultura individualista asume que esta recomendación significa comportarse
a partir de un conjunto central de características independientemente de la
situación y así reflejar su carácter único y atributos positivos propios, para
alguien que pertenezca a una cultura colectivista, ser no mismo implica un
self definido por relaciones vinculadas al contexto y una orientación
autocritica que permite adaptarse a una situación dada. Se trata de un
autoconcepto fijo y estable frente a un autoconcepto que cambia y
evoluciona.
Un autoconcepto o varios si bien por regla general, personas de culturas
individualistas asumen que el self permanece constante, es innegable que
podemos cambiar y en efecto lo hacemos a lo largo del tiempo. De hecho,
compararnos con nosotros mismos en el pasado resulta gratificante, ya que
es posible ver mejoras a lo largo del tiempo. En diez años, tú tampoco serás
la misma persona que eres ahora. Al pensar en el futuro, puedes imaginar
no sólo tu autoconcepto actual, sino también otros selves posibles en que
puedes llegar a convertirte. Los modelos de rol pueden inspirar a los
individuos y provocar esperanzas y logros espectaculares en relación con
los selves futuros. (significa; representaciones mentales de lo que
podríamos o deberíamos llegar a ser en el futuro).
Factores externos que afectan al autoconcepto
Aunque con frecuencia las personas realizan esfuerzos para cambiar sus
autoconceptos, la mayoría de los cambios son el resultado de factores
distintos a la automejora. El cambio puede ocurrir a cualquier edad; por
ejemplo, debido a las distintas demandas que se nos hacen en diferentes
etapas de la vida. Por añadidura, el cambio tiende a ocurrir en respuesta a
una retroalimentación inconsistente con nuestro autoesquema actual, o
como consecuencia del traslado a una comunidad diferente.
Autoestima
Autoevaluación realizada por cada individuo, actitud propia hacia si a lo
largo de una dimensión positiva negativa.
Autoestima alta frente a autoestima baja
En la mayoría de los casos, la autoestima alta trae consigo consecuencias
positivas, en tanto que la autoestima baja tiene el efecto contrario. Por
ejemplo, las autoevaluaciones negativas están asociadas con habilidades
sociales inadecuadas, soledad, depresión y con una ejecución pobre tras
una experiencia de fracaso.
Cambios en la autoestima
Los eventos negativos de la vida tienen consecuencias negativas en la
autoestima. Por ejemplo, enfrentarse a problemas en la escuela, el trabajo,
con la familia o entre los amigos trae como consecuencias disminución en la
autoestima, incremento de la ansiedad, y que el individuo atosigado intente
reafirmarse de diversas formas. Sin embargo, nuestro nivel de autoestima
por lo general permanece constante, debido a los múltiples mecanismos
que empleamos con este propósito.
Focalizar la atención en el self o en el mundo exterior
En cualquier momento, nuestra atención puede autodirigirse para pensar en
nosotros mismos o heterodirigirse hacia el mundo exterior la
autofocalización se define como el grado en que dicha atención es dirigida
hacia nosotros. Es bastante fácil desplazar tu foco de atención.
Vigilar tu comportamiento mediante señales internas o externas
El término autovigilancia refiere la tendencia a regular el propio
comportamiento con base en señales externas tales como las reacciones de
los otros (alta autovigilancia), o a partir de señales internas como nuestras
propias creencias o actitudes (baja autovigilancia). Los autovigilantes bajos
tienden a comportarse en forma consistente en distintas situaciones,
mientras que los autovigilantes altos tienden a modificar su comportamiento
según los cambios en la situación. Cuestiones de la escala de autovigilancia
del tipo «Sólo puedo argumentar ideas en las que realmente creo» son
verdaderas para los autovigilantes bajos y falsas para los autovigilantes
altos.
Autoeficacia
La autoeficacia es la evaluación de la propia persona sobre su habilidad o
competencia para ejecutar una tarea, alcanzar una meta o superar un
obstáculo. Esta evaluación puede variar en gran medida en diversas
situaciones. Por ejemplo, no me preocupa la advertencia «puede requerir
cierto ensamblaje». Estoy muy confiado en poder ensamblar una pieza de
material de oficina siguiendo las instrucciones paso a paso incluidas en el
paquete. Estoy igualmente seguro de no poder escalar el Everest ni ahora
ni nunca.

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