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Resumen
Este trabajo se encarga de mostrar la definición de la microbiota intestinal, su función y cómo el
intestino (donde habita la microbiota) se comunica con el cerebro a través del nervio vago y algunos
neurotransmisores, además de mencionar las alteraciones que se presentan en alguna enfermedad
neuropsiquiátrica como lo es la depresión y la ansiedad. Finalmente, la importancia de seguir
estudiando esto el que en un futuro se pueda realizar un mejor diagnóstico y tratamiento.
Objetivos
• Mostrar el impacto que tiene la microbiota intestinal en trastornos como la depresión
y la ansiedad.
Introducción
Además de las funciones que se mencionaron anteriormente, diversos estudios apuntan que
la microbiota puede modular el desarrollo cerebral e influir sobre el estado de ánimo e
inclusive, se especula que puede contribuir al desarrollo de enfermedades neuropsiquiátricas
como la depresión y la ansiedad. (Virginia Amaro Ramos, 2018). Pero antes, se debe conocer
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que el sistema nervioso central se comunica con el aparato digestivo y a esta comunicación
se le conoce como eje microbiota-intestino-cerebro, que se encarga de mantener
comunicación bidireccional entre el sistema neurológico-endocrino-humoral y el sistema
gastrointestinal, es decir, que la microbiota intestinal se comunica con estos sistemas en el
intestino, y éste a su vez con el cerebro. Estos dos últimos pueden comunicarse gracias al
nervio vago, quien se encarga de enviar señales del cerebro al intestino y viceversa, sin
embargo, éste puede inhibirse en condiciones de estrés causando dificultades en la
comunicación de estos dos órganos; y los neurotransmisores, quienes son producidos con el
fin de regular las emociones y sentimientos del cuerpo, en su mayoría son sintetizados en el
cerebro, sin embargo, la serotonina (uno de los principales neurotransmisores que se encarga
de regular la ansiedad, el miedo y agresividad) y el neurotransmisor ácido gamma-
aminobutírico (GABA, encargado de controlar la ansiedad y miedo) son sintetizados
principalmente en el intestino por lo que si una persona atraviesa por un trauma o estrés puede
causar un desequilibrio químico en el intestino. (Jimenez, s.f.).
Además, hay diversos estudios realizados con roedores en donde se observa que la microbiota
impacta en los trastornos intestinales inflamatorios y en trastornos psiquiátricos; un ejemplo
fue en la investigación de Premysl Bercik quien utilizó crías de ratones para posteriormente,
someterlos a una situación de estrés en donde se observó que aquellos ratones que contaban
con microbiota desarrollaban algún tipo de trastorno mientras que los ratones que carecían
de esta no tenían algún tipo de secuela psicológica, llegando a la conclusión de que la
microbiota intestinal influye en la química y en el comportamiento del cerebro. (Bercik,
2011).
Gracias a estas investigaciones es que se ha seguido indagando un poco más el impacto que
tiene la microbiota en enfermedades psiquiátricas, en particular en la depresión y la ansiedad
donde se ha observado que el conjunto de metabolitos provenientes de una microbiota
eubiótica contiene ácidos grasos de cadena corta (AGCC), neurotransmisores y triptófano
que están directamente relacionados con el funcionamiento del cerebro y a su vez algunos de
ellos, atraviesan la barrera hematoencefálica (se encarga de proporcionar los nutrientes al
cerebro) un ejemplo es el triptófano quien una vez que atraviesa dicha barrera se convierte
en serotonina y los AGCC, encargados de fortalecer la unión de las células de la barrera
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hematoencefálica. Sin embargo, en una microbiota disbiótica esto se ve alterado debido al
aumento de permeabilidad de la barrera intestinal lo que permitirá que algunas bacterias
puedan atravesar la mucosa intestinal hasta los ganglios linfáticos favoreciendo la producción
de citosinas proinflamatorias, quienes pueden ser transportadas hasta la barrera
hematoencefálica provocando que la microglía se inflame y la desregularización del sistema
del eje hipotalámico-hipofisario-adrenal causando un alto riesgo en presentar alguna
enfermedad neuropsiquiátrica, particularmente la depresión. (Luis María Bustos-Fernández,
2022)
Referencias
Bercik, P. (Agosto de 2011). The Intestinal Microbiota Affect Central Levels of Brain-Derived
Neurotropic Factor and Behavior in Mice. Obtenido de ScienceDirect:
https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S001650851100607X
Luis María Bustos-Fernández, I. H.-J. (Junio de 2022). Eje cerebro intestino microbiota. Importancia
en la práctica clínica. Obtenido de scielo:
http://www.scielo.org.pe/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1022-51292022000200106