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Reacción en occidente
Las noticias de la caída de Edesa llegaron a Europa primero a
través de los peregrinos que retornaban en 1145 y luego por
las embajadas enviadas desde Antioquía, Jerusalén y Armenia.
El obispo Hugo de Jabala le transmitió las nuevas al Papa
Eugenio III que no tardó en emitir la bula Quantum
praedecessores el 1 de diciembre del mismo año, por la que
convocaba una segunda cruzada. Hugo también le habló de un
rey oriental cristiano, que se esperaba que llegase en ayuda
de los cruzados: se trata de la primera mención documentada
del Preste Juan. Eugenio, que vivía en Viterbo pues no
controlaba Roma, decidió a pesar de todo que la cruzada debía
de ser más organizada y centralizada que la Primera. Los
predicadores debían contar con la aprobación papal, los
ejércitos, estar dirigidos por los reyes más poderosos de
Europa y la ruta debía decidirse de antemano. En un principio,
se hizo caso omiso de estos puntos, ya que Luis VII de Francia
había estado valorando también la posibilidad de una nueva
cruzada de forma independiente a la del Papa, y además, así
se lo anunció a su corte aquella Navidad. Quizá a Luis no le
había llegado la bula cuando hizo el anuncio, pero en cualquier
caso, ni el abad Suger ni otros nobles se mostraron partidarios
de los planes del rey. Luis consultó entonces a Bernardo de
Claraval, que le remitió al Papa. En este momento, sin duda,
Luis conocía ya la bula papal, y Eugenio apoyó con entusiasmo
la cruzada de Luis. El 1 de marzo de 1146 se volvió a publicar
la bula, y Eugenio autorizó a Bernardo la predicación de la
misma por toda Francia.
Preparativos
El 16 de febrero de 1147, los cruzados franceses se reunieron
en Étampes para discutir su itinerario. Los alemanes habían
decidido ya viajar por tierra, a través de Hungría, puesto que,
como Roger II era enemigo de Conrado, la ruta marítima
resultaba políticamente poco viable. Muchos de los nobles
franceses desconfiaban de la ruta terrestre, que les llevaría a
través del Imperio Bizantino, cuya reputación todavía se
resentía por los relatos de los primeros cruzados. No obstante,
decidieron seguir a Conrado, y se pusiero en camino el 15 de
junio. Roger II se sintió ofendido y rehusó continuar
participando. El abad Suger y el conde Guillermo de Nevers
fueron elegidos como regentes mientras el rey permaneciera
en la cruzada.
Alfonso I de Portugal
El consejo de Acre
La mezquita omeya en el centro de Damasco
Sitio de Damasco
Los cruzados decidieron atacar Damasco desde el oeste,
donde las huertas les facilitaban un constante
aprovisionamento de víveres. Llegaron el 23 de julio, con el
ejército de Jerusalén en vanguardia, seguido por Luis, y a
continuación Conrado, en la retaguardia. Los musulmanes
estaban preparados para el ataque y hostigaron
constantemente al ejército, avanzando por las huertas. Los
cruzados consiguieron abrirse camino y expulsar a los
defensores al otro lado del río Barada y a Damasco; llegados al
pie de las murallas, emprendieron inmediatamente el asedio
de la ciudad. Damasco había pedido ayuda a Saif ad-Din Ghazi
I de Aleppo y Nur ad-Din de Mosul, y el visir Mu'in ad-Din Unur
dirigió un inexitoso ataque contra los cruzados. Había
conflictos en ambos bandos: Unur sospechaba que si Saif ad-
Din y Nur ad-Din ofrecían su ayuda era porque querían
apoderarse de la ciudad; por su parte, los cruzados no podían
ponerse de acuerdo sobre a quién le correspondería la ciudad
en caso de que la conquistaran. El 27 de julio, los cruzados
decidieron trasladarse al lado este de la ciudad, que estaba
menos forfificado pero era menos rico en comida y agua. Por
entonces Nur ad-Din ya había llegado, y les fue imposible
regresar a su posición anterior. Primero Conrado, y luego el
resto de los cruzados, decidieron levantar el sitio y regresar a
Jerusalén.
Consecuencias
Todos los bandos se sintieron traicionados por los otros. Se
trazó un nuevo plan para conquistar Ascalón, y Conrado llevó
allí sus tropas, pero no llegaron más refuerzos, debido a la
desconfianza nacida entre los cruzados durante el fallido
asedio de Damasco. Se abandonó la idea de la expedición a
Ascalón, y Conrado regresó a Constantinopla para renovar su
alianza con Manuel, mientras que Luis permaneció en
Jerusalén hasta 1149. En Europa, Bernardo de Claraval se
sentía humillado, y cuando fracasó su intento de promover
una nueva cruzada, intentó distanciarse del fiasco que había
supuesto la Segunda Cruzada. Murió en 1153.
Referencias
Fuentes primarias
Fuentes secundarias