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¿Qué es la asertividad?

Técnicas de
entrenamiento en asertividad

La asertividad es un término psicológico que define una forma de


comportamiento social que favorece que nuestras relaciones sean
cordiales, pero sin por ello dejarnos llevar por la pasividad o el “dejarnos
pisar”. Si sabemos mantener una conducta asertiva, podremos mantener
nuestras opiniones y creencias delante de los demás con corrección y
aceptando también las de los otros.

Para muchos la forma de interaccionar con los demás puede convertirse en


una fuente considerable de estrés en la vida. El entrenamiento asertivo
permite reducir ese estrés, enseñando a defender los legítimos derechos de
cada uno sin agredir ni ser agredido. Cuando se es una persona asertiva hay
una mayor relajación en las relaciones interpersonales.
Cómo desarrollar nuestra asertividad

Para conseguir desarrollar nuestra asertividad es necesario potenciar las


siguientes cualidades:

● Saber expresar nuestros sentimientos o deseos, tanto positivos


como negativos, de una forma eficaz sin negar o desconsiderar
los de los demás y sin crear o sentir vergüenza.
● No mostrarse agresivo ni tampoco demasiado pasivo.
● Saber discriminar las situaciones en las que la expresión
personal es importante y adecuada.
● Saber defenderse sin agresión ni pasividad frente a la conducta
poco cooperadora o razonable de los demás.
● Diferenciar la conducta asertiva o socialmente habilidosa, de la
agresiva y pasiva.

La aserción implica tener respeto hacia uno mismo al expresar


necesidades propias y defender los propios derechos y respeto hacia
los derechos y necesidades de las otras personas. Las personas tienen
que reconocer también cuáles son sus responsabilidades en esa situación y
qué consecuencias resultan de la expresión de sus sentimientos. La conducta
asertiva no tiene siempre como resultado la ausencia de conflicto entre las
dos partes; pero su objetivo es la potenciación de las consecuencias
favorables y la minimización de las desfavorables.

A continuación diferenciaremos cuándo una conducta es pasiva y cuándo es


agresiva.
Qué es la conducta pasiva

Una conducta pasiva es aquella en la que sentimos que se han


transgredido de algún modo los propios derechos y no somos capaces
de expresar abiertamente nuestros sentimientos, pensamientos y
opiniones, o al expresarlos lo hacemos de una manera autoderrotista, con
disculpas y con falta de confianza, de tal modo que los demás no nos suelen
hacer caso.

La no aserción por pasividad muestra una falta de respeto hacia las propias
necesidades. En un inicio tomamos este camino para apaciguar a los demás
y el evitar conflictos a toda costa, pero a la larga lo que causa es sensación
de perder identidad, resentimiento hacia uno mismo y hacia los demás, y
decepción. Comportarse de este modo en una situación puede dar como
resultado una serie de consecuencias no deseables tanto para la persona que
está comportándose de manera no asertiva como para la persona con la que
está interactuando. La probabilidad de que la persona no asertiva satisfaga
sus necesidades o de que sean entendidas sus opiniones se encuentra
sustancialmente reducida debido a la falta de comunicación o a la
comunicación indirecta o incompleta.

La persona que actúa así se puede sentir a menudo incomprendida, no


tomada en cuenta y manipulada. Además, puede sentirse molesta respecto al
resultado de la situación o volverse hostil o irritable hacia las otras personas.
Después de varias situaciones en las que un individuo ha sido no asertivo, es
probable que termine por estallar. Hay un límite respecto a la cantidad de
frustración que un individuo puede almacenar dentro de sí mismo. El que
recibe la conducta no asertiva puede experimentar también una variedad de
consecuencias desfavorables; tener que inferir constantemente lo que está
realmente diciendo la otra persona o tener que leer los pensamientos de la
otra persona es una tarea difícil y abrumadora que puede dar lugar a
sentimientos de frustración, molestia o incluso ira hacia la persona que se
está comportando de forma no asertiva.
Qué es la conducta agresiva

Este tipo de conducta es la que nos lleva a defender los derechos personales
y a expresar nuestros pensamientos, sentimientos y opiniones de una manera
inapropiada, generalmente explosiva, y transgrede en la mayoría de casos los
derechos de las otras personas.

La conducta agresiva en una situación puede expresarse de manera


directa o indirecta. La agresión verbal directa incluye ofensas verbales,
insultos, amenazas y comentarios hostiles o humillantes. El componente no
verbal puede incluir gestos hostiles o amenazantes, como esgrimir el puño o
las miradas intensas e incluso los ataques físicos. La agresión verbal indirecta
incluye comentarios sarcásticos y rencorosos y murmuraciones maliciosas.
Las conductas no verbales agresivas incluyen gestos físicos realizados
mientras la atención de la otra persona se dirige hacia otro lugar o actos
físicos dirigidos hacia otras personas u objetos.

Las víctimas de las personas agresivas acaban, más tarde o más temprano,
por sentir resentimiento y por evitarlas. El objetivo habitual de la agresión
es la dominación de las otras personas. La victoria se asegura por medio
de la humillación y la degradación. Se trata en último término de que los
demás se hagan más débiles y menos capaces de expresar y defender sus
derechos y necesidades. La conducta agresiva es reflejo a menudo de una
conducta ambiciosa, que intenta conseguir los objetivos a cualquier precio,
incluso si eso supone transgredir las normas éticas y vulnerar los derechos de
los demás. La conducta agresiva puede traer como resultado a corto plazo
consecuencias favorables, como una expresión emocional satisfactoria, un
sentimiento de poder y la consecución de los objetivos deseados. No
obstante, pueden surgir sentimientos de culpa, una enérgica contraagresión
directa en forma de un ataque verbal o físico por parte de los demás o una
contraagresión indirecta bajo la forma de una réplica sarcástica o de una
mirada desafiante. Las consecuencias a largo plazo de este tipo de conductas
son siempre negativas.
Creencias que favorecen el comportamiento agresivo

1. Sólo yo tengo derecho a in­tentar conse­guir mis obje­tivos y a


defen­der mis derechos.
2. Sólo yo merezco ser respetado (en esta circuns­tancia , aquí,
etc.) porque yo soy.. y los demás son.. (o no son..), y, por tanto,
no me­recen mi respeto.
3. Sólo yo tengo derecho a pedirle ayuda y los demás no pueden
negarse. Sólo yo puedo negarme a prestar ayuda.
4. Sólo yo tengo derecho a sentirme… y a decírselo a … cómo se
sientan ellos/ellas es su problema, a mí no me importa en
absoluto.
5. Sólo yo tengo derecho a opinar sobre… los demás no lo tienen
porque…
6. Sólo yo puedo equivocarme, y no me importan las
consecuencias que tengan mis actos u opiniones; para algo soy
el/la…

Creencias que favorecen el comportamiento pasivo

1. Comportarse de for­ma asertiva, inten­tando defender mis


derechos e intereses personales, es nega­tivo. Si me comporto
de esta forma, las otras personas se sentirán molestas y dejarán
de apreciar­me y considerarme su amigo/a.
2. Yo no merezco el respeto de…., porque él (o ella) es…,y yo
soy…
3. Yo no tengo derecho a pedirle ayuda a… No puedo negarle mi
ayuda a…, por mu­cho que me cueste ayudarle.
4. Yo no tengo derecho a sentirme triste, enfadado, asustado, etc.,
y mucho menos decírselo a …
5. Yo no tengo ningún derecho a opinar sobre… Sólo lo tiene/n
porque son …
6. No puedo equivocarme ni en comportamiento ni en opinión.
Tabla de derechos asertivos

Los derechos asertivos han sido elaborados para que todos tomemos
consciencia de que, como personas, nos merecemos una serie de cosas, las
cuales estamos en disposición de defender frente a los demás, para así
mantener nuestra identidad y nuestra autoestima positiva.

Las situaciones que expresan la asertividad de las personas son:

1. Derecho a ser tratado con respeto y dignidad.


2. Derecho a equivocarse y a ser uno responsable de sus propios
errores.
3. Derecho a tener los propios valores y opiniones.
4. Derecho a tener las propias necesidades y que éstas sean tan
importantes como las de los demás.
5. Derecho a ser uno el único juez de sí mismo, a experimentar y a
expresar los propios sentimientos.
6. Derecho a cambiar de opinión, idea o línea de acción.
7. Derecho a protestar cuando se es tratado de una manera injusta.
8. Derecho a cambiar lo que no nos es satisfactorio.
9. Derecho a detenerse y pensar antes de actuar.
10. Derecho a pedir lo que se quiere.
11.Derecho a ser independiente.
12. Derecho a decidir qué hacer con el propio cuerpo y con el
propio tiempo y las propias propiedades.
13. Derecho a hacer menos de lo que humanamente se es capaz
de hacer.
14. Derecho a ignorar los consejos de los demás.
15. Derecho a rechazar peticiones sin sentirse culpable o
egoísta.
16. Derecho a estar solo aún cuando deseen la compañía de
uno.
17. Derecho a no justificarse ante los demás.
18. Derecho a decidir si uno quiere o no responsabilizarse de los
problemas de otros.
19. Derecho a no anticiparse a las necesidades y deseos de los
demás.
20. Derecho a no estar pendiente de la buena voluntad de los
demás.
21. Derecho a elegir entre responder o no hacerlo.
22. Derecho a hacer cualquier cosa mientras no se violen los
derechos de otra persona.
23. Derecho a sentir y expresar el dolor.
24. Derecho a hablar sobre un problema con la persona
implicada y en los casos límites en los que los derechos de cada
uno no están del todo claro, llegar a un compromiso viable.
25. Derecho a escoger no comportarse de una forma asertiva.
Estrategias para hacer más eficaces las respuestas
asertivas

Tener un buen concepto de uno mismo

Mucha gente no es asertiva porque carece de autoestima. Es importante


recordarse a uno mismo que se es tan importante como los demás y tomar en
serio las propias necesidades.

Planificar los mensajes

Conseguir que todos los hechos y puntos estén aclarados con


antelación, confeccionando notas de referencia si la situación lo permite.
Esto ahorra tiempo, produce confianza y puede disminuir la intimidación por
parte de los demás.

Ser educado

Enfadarse provoca confusión en uno mismo y hace que los demás vean al
individuo débil, histérico y con una baja credibilidad. Hay que recordar que se
deben tomar en consideración los puntos de vista de los demás y
comunicarles que se entiende su punto de vista. Negar o ser testarudo no
suele funcionar a largo plazo. Es mejor guardar la calma y educada, pero
firmemente, exponer la opinión propia.

Guardar las disculpas para cuando sean necesarias

No se debe pedir excusas, a menos que sea necesario hacerlo. Si se


reservan las disculpas para cuando sean apropiadas, no se disminuirá
ni su valor ni el propio, y los demás tomarán al individuo en serio para otros
asuntos.
No arrinconar a los demás

El hecho de hacer esto habitualmente provocará cólera y resentimiento, lo


cual siempre dificulta las relaciones. Si uno se quiere asegurar la cooperación
de los demás, siempre se les debe proporcionar, cuando sea posible, una
salida (con suerte, la salida que uno desea) y se deben esbozar las
consecuencias constructivas de tal alternativa para los demás y para uno
mismo.

Nunca recurrir a las amenazas

Si se responde a cualquier injusticia con fuertes amenazas, la


credibilidad y la cooperación que se pretenden desaparecerán. Una
afirmación tranquila de los pasos que se está dispuesto a seguir es mucho
más eficaz. También si se afirma que se seguirán una serie de pasos, hay
que asegurarse de hacerlo, para que así las respuestas de uno sean tomadas
en serio en el futuro.

Aceptar la derrota cuando sea necesario

La aserción comporta comprensión cuando las acciones subsiguientes no son


constructivas, aceptando la derrota con elegancia, en buenos términos
con el otro. Los malos sentimientos saldrán más tarde. Si te ven aceptar
situaciones cortésmente tras una discusión, la gente te respetará más. A
nadie le gusta ser un mal perdedor.

Técnicas o conductas asertivas

Son un conjunto de técnicas que nos permiten realizar conductas asertivas


cuando tenemos dificultad en que éstas nos salgan de forma instintiva o
natural.
Disco rayado

Consiste en la repetición ecuánime de una frase que exprese claramente lo


que deseamos de la otra persona. Esta conducta asertiva nos permite insistir
en nuestros legítimos deseos sin caer en trampas verbales o artimañas
manipuladoras del interlocutor y sin dejarnos desviar del tema que nos
importa, hasta lograr nuestro objetivo.

Asertividad positiva

Esta forma de conducta asertiva consiste en expresar auténtico afecto y


aprecio por otras personas. La asertividad positiva supone que uno se
mantiene atento a lo bueno y valioso que hay en los demás y, habiéndose
dado cuenta de ello, la persona asertiva está dispuesta a reconocer
generosamente eso bueno y valioso y a comunicarlo de manera verbal o
no-verbal.

La aserción negativa

La aserción negativa tiene que ver con el hecho de que todos cometemos
errores. Con esta técnica hacemos primero una autocrítica real sobre
nosotros, lo cual generará en el otro una reacción menos agresiva cuando
posteriormente hagamos una crítica (observación constructiva) a nuestro
interlocutor, para seguir adelante con las propias reivindicaciones.

Asertividad empática

La asertividad empática se basa en entender, comprender y actuar basándote


en las necesidades de tu interlocutor, de igual manera permite que seamos
entendidos y comprendidos.
Asertividad progresiva

Si el otro no responde satisfactoriamente a la asertividad empática y continúa


violando nuestros derechos, uno insiste con mayor firmeza y sin agresividad.

Asertividad confrontativa

El comportamiento asertivo confrontativo resulta útil cuando percibimos una


aparente contradicción entre las palabras y los hechos de nuestro interlocutor.
Entonces se describe lo que el otro dijo que haría y lo que realmente hizo;
luego se expresa claramente lo que uno desea. Con serenidad en la voz y en
las palabras, sin tono de acusación o de condena, hay que limitarse a
indagar, a preguntar, y luego expresarse directamente un deseo legítimo.

Enunciados en primera persona

Procedimiento: describir la conducta no deseada del otro; expresar el


sentimiento negativo que nos provoca; explicar la conducta deseada;
comentar las consecuencias beneficiosas del cambio deseado y, si éste no se
produjera, las consecuencias negativas de tal posibilidad. Y todo ello con
objetividad y serenidad en palabras, gestos y tono de voz.

Banco de niebla

Otra técnica sugerida por algunos es el Banco de Niebla, que consisten en


encontrar algún punto limitado de verdad en el que puedes estar de acuerdo
con lo que tu antagonista está diciendo. Dicho expresamente, puedes estar
de acuerdo en parte o de acuerdo en principio.

Interrogación negativa

La interrogación negativa consiste en solicitar más desarrollo en una


afirmación o afirmaciones de contenido crítico procedentes de otra persona.
El objetivo es llegar a evidenciar si se trata de una crítica constructiva o
manipulativa.

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