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Sistema Solar
Sistema Solar
millones de años con el colapso gravitacional de una pequeña parte de una nube
molecular gigante. La mayor parte de la masa colapsante se reunió en el centro, formando
el Sol, mientras que el resto se aplanó en un disco protoplanetario a partir del cual se
formaron los planetas, satélites, asteroides y otros cuerpos menores del sistema solar.
Este modelo ampliamente aceptado, conocido como la hipótesis nebular, fue desarrollado
por primera vez en el siglo xviii por Emanuel Swedenborg, Immanuel Kant y Pierre-Simon
Laplace. Su desarrollo posterior ha entretejido una variedad de disciplinas científicas
como la astronomía, la física, la geología y las ciencias planetarias. Desde los albores de
la era espacial en 1950 y el descubrimiento de planetas extrasolares en la década de
1990, el modelo ha sido desafiado y refinado para incorporar las nuevas observaciones.
El sistema solar evolucionó mucho desde su formación inicial. Muchas lunas se formaron
a partir de discos de gas y polvo circulares alrededor de los planetas a los que
pertenecen, mientras se cree que otras lunas se formaron de manera independiente y
más tarde fueron capturadas por sus planetas. Todavía otras, como la Luna de la Tierra,
pueden ser el resultado de colisiones gigantes. Estas colisiones entre cuerpos aún se
producen y han sido fundamentales para la evolución del sistema solar. Las posiciones de
los planetas se desplazaron con frecuencia. Ahora se cree que esta migración planetaria
fue responsable de gran parte de la evolución temprana del sistema solar.
Formación inicial[editar]
Nebulosa solar[editar]
La hipótesis actual sobre la formación del sistema solar es la hipótesis nebular, propuesta
por ) Latin: Opera Philosophica et Mineralia (English: Philosophical and Mineralogical
Works), (Principia, Volume 1)</ref> En 1755 Immanuel Kant, quien estaba familiarizado
con el trabajo de Swedenborg, desarrolló la teoría más ampliamente. Una teoría similar
fue formulada independientemente por Pierre-Simon Laplace1 en 1796. La teoría nebular
sostiene que hace 4600 millones de años el sistema solar se formó por un colapso
gravitacional de una nube molecular gigante. Esta nube inicial tenía probablemente varios
años luz de largo y fue la sede del nacimiento de varias estrellas.2 Aunque el proceso era
visto como relativamente tranquilo, estudios recientes de antiguos meteoritos revelan
restos de elementos solamente formados en los núcleos de estrellas muy grandes que
explotan, indicando que el ambiente en el que el Sol se formó estaba dentro del alcance
de algunas supernovas cercanas. La onda de choque de estas supernovas pudo haber
desencadenado la formación del Sol a través de la creación de regiones de
sobredensidad en la nebulosa circundante, causando el colapso de ellas.3
En un artículo aparecido en 2009 se ha sugerido que nuestro Sol nació formando parte de
un cúmulo estelar con una masa de entre 500 y 3000 masas solares y un radio de entre 1
y 3 pársecs, pensándose que aunque las estrellas que formaron dicho cúmulo se han ido
dispersando con los años existe la posibilidad de que entre 10 y 60 de esas estrellas
pudieran estar en un radio de 100 parsecs alrededor del Sol.4
Una de estas regiones de gas colapsante (conocida como nebulosa protosolar)5 pudo
haber formado lo que llegó a ser el Sol. Esta región tenía un diámetro de entre 7000 y
20 000 UA (unidad astronómica)26 y una masa apenas mayor que la del Sol (entre 1,001
y 1,1 masas solares).7 Se creía que su composición sería más o menos la del Sol actual:
aproximadamente 98 % (por masa) de hidrógeno y helio presente desde el Big Bang, y
2 % de elementos más pesados creados por generaciones anteriores de estrellas que
murieron y los expulsaron de vuelta al espacio interestelar (ver nucleosíntesis).