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Experiencia de predicacion

Desicar es una madre que ha criado sola a su hija y vive en


Venezuela. Ella quería hacer más por Jehová, así que, a pesar
de los problemas económicos del país, se propuso ser precursora
regular. Y lo logró. Se sentía muy feliz. Pero entonces... llegó la
pandemia del COVID-19.
Al principio, a nuestra hermana le costó adaptarse a las nuevas
circunstancias. No podía predicar por videoconferencia porque
internet es muy caro en la zona donde vive. Y, por otro lado, le
costaba mucho escribir cartas. Ella cuenta: “Me sentía muy
desanimada. De la noche a la mañana, estaba predicando menos
que antes. Pensé que no estaba cumpliendo como precursora”.
Pero, entonces, la sucursal de los testigos de Jehová de
Venezuela organizó una campaña especial de predicación para
enero de 2021. Se hicieron preparativos para que unas 60
emisoras de radio y 7 canales de televisión emitieran algunas
conferencias bíblicas durante los cinco fines de semana de ese
mes, y se animó a los hermanos a que invitaran a todos los que
pudieran a escucharlas. Además, la sucursal también les dio a los
hermanos una lista con una serie de preguntas y textos
relacionados con cada discurso para que pudieran usarlos en las
cartas y al predicar por teléfono. Y, por otro lado, dio énfasis a
que se usaran los mensajes de texto, un método de predicación
totalmente nuevo para muchos hermanos de Venezuela.
Desicar estaba muy emocionada por la campaña. Nunca había
usado los mensajes de texto para predicar, pero decidió
intentarlo, aunque ella misma reconoce que la tecnología no es lo
suyo. Por eso le pidió a su hija que le enseñara, y poco después
ya estaba lista para participar en la campaña.
Desicar
Desicar les envió mensajes a muchos conocidos invitándolos a
escuchar estas conferencias pregrabadas. Nunca imaginó lo que
iba a pasar. Muchos de sus contactos escucharon los discursos y
le hicieron preguntas, y otros que no pudieron escucharlos le
preguntaron qué se había dicho. Ella comenta: “Preparé un
resumen de mis notas y lo compartí con ellos. Nunca había hecho
más de 5 revisitas en un mes, ¡pero al final de la campaña había
hecho 112!”.a
También invitó a su hermana —que no es Testigo y vive al lado
de ella— a escuchar los discursos por radio. Desicar explica: “Me
sorprendió que dijera que sí. Cada domingo a las ocho de la
mañana yo iba a su casa, y escuchábamos juntas la conferencia.
Me hizo muchas preguntas durante y después del programa”. Su
hermana también asistió a la Conmemoración de la muerte de
Jesús por videoconferencia y la dejó usar su conexión de internet
para predicar.
Desicar termina diciendo: “Le doy muchas gracias a Jehová. Y
también les doy las gracias a los ancianos de mi congregación
por animarme tanto y ayudarme a disfrutar otra vez de la
predicación” (Jeremías 15:16). Hoy ella sigue siendo precursora y
sigue enseñándoles de la Biblia a las personas a las que les
predicó por mensaje de texto.

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