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Robo por asalto en transporte terrestre

Caso Fortuito Fuerza Mayor No hay


responsabilidad del transportista

15 de marzo de 2018

Para establecerse que estamos ante un supuesto de responsabilidad civil por


incumplimiento de obligaciones, debe establecerse la presencia de una conducta
antijurídica, un daño causado, una relación de causalidad y el factor de atribución.

Se discute si robo de la mercadería fue por negligencia o si acaeció un caso fortuito.

Se concluye que el robo de la mercadería que se transportaba a los almacenes de la


demandada fue como consecuencia de un caso fortuito.

Se pide el pago de US$ 45,706.02 más comisiones e intereses pactados por servicios de
almacenaje y aduanaje de diversa mercadería. La demandada reconviene que entregó a la
accionante US$.30,000.00 … si la demandante no ha cumplido con el objeto de la
prestación que le correspondía, que era entregar la mercadería en sus almacenes, no tiene
derecho a reclamar pago por un servicio cuya ejecución no completó; asimismo Sierras y
Herramientas del Perú Sociedad Anónima Cerrada formula demanda reconvencional,
solicitando el pago de treinta mil dólares americanos (US$.30,000.00) que deberá
compensarse con el monto demandado de cuarenta y cinco mil setecientos seis dólares
americanos con dos centavos (US$.45,706.02) contenido en la pretensión de la demanda.
Además solicita el pago de una indemnización por daños y perjuicios ascendente a ciento
ochenta mil ochenta y seis dólares americanos con veintiún centavos (US$ 180,086.21) por
concepto de Lucro Cesante, Daño Comercial e intereses pagados a su proveedor, causados
como consecuencia del incumplimiento en la entrega de mercadería que fue desaduanada y
no entregada al ser objeto de robo por negligencia grave en el accionar de la demandante.

“…al no resultar posible acreditar la culpa inexcusable de la demandante por no haberse


aportado los medios probatorios idóneos y suficientes, no resulta razonable imputar
responsabilidad contractual a la accionante por dicha causal; en consecuencia, no
corresponde analizar los demás requisitos para la configuración de la Indemnización por
Daños y Perjuicios pues conforme se dejó anotado, los requisitos de antijuridicidad, daño,
factor de atribución y causalidad deben ser concurrentes. En este caso, al no configurarse el
requisito de factor de atribución en el grado de culpa inexcusable, dicha situación impide el
análisis de los demás requisitos que deben concurrir para la configuración de la
Indemnización por Daños y Perjuicios contractual…”
“…En el caso que nos ocupa, esta Suprema Sala advierte que la ocurrencia del robo de la
mercadería que se transportaba a los almacenes de la demandada fue como consecuencia
de un caso fortuito que no resulta imputable a la demandante al ser el robo de la mercadería
el resultado de un acto que no podía ser previsto por la demandante y que por consiguiente
dicho evento se encontraba fuera del control razonable, además, no había razonablemente
forma de poder evitarlo pues una acción delictual como es el robo resulta ser siempre por
naturaleza un acto inesperado, sorpresivo e imprevisto. En ese contexto, la acción del robo
de la mercadería resulta ser un acto que no podía ser superado ni evitado sin poner en
riesgo la integridad física del transportista que conducía la mercadería; por estas razones,
se concluye que la Sala Superior ha dejado aplicar al caso de autos lo dispuesto en los
artículos 1315 y 1317 del Código Civil que resultan de plena aplicación por las razones
antes señaladas. A ello debemos agregar que si bien el Ad quem ha establecido que el
evento del robo se dio por la negligencia de la demandante al disponer el transporte de la
mercadería sin contar con las condiciones mínimas de seguridad en una zona de alto
riesgo; no obstante, conforme se ha dejado anotado en líneas precedentes, dicha
aseveración no se encuentra respaldada con algún medio probatorio idóneo, por lo que
dicha afirmación se diluye y pierde fuerza y eficacia probatoria al no encontrarse
contrastada con algún otro medio documental. En ese sentido, esta Suprema Sala debe
recodar una vez más que la valoración de la prueba no puede constreñirse a la sola
afirmación de hechos aislados o imprecisos si es que tales hechos no se comprueban
necesariamente con el material probatorio correspondiente pues solo así se llegará a
expedir decisiones racionalmente correctas y por lo tanto justas. …”

“…el Ad quem ha establecido que el evento del robo se dio por la negligencia de la
demandante al disponer el transporte de la mercadería sin contar con las condiciones
mínimas de seguridad en una zona de alto riesgo; no obstante, conforme se ha dejado
anotado en líneas precedentes, dicha aseveración no se encuentra respaldada con algún
medio probatorio idóneo …”

“…La infracción normativa denunciada por la recurrente por aplicación indebida del artículo
1288 del Código Civil, deviene en este caso en estimable pues los treinta mil dólares
americanos (US$.30,000.00) cuya compensación solicita la demandada han sido
entregados por ella conforme se aprecia de la liquidación número 21636, al haber sido
descontado del importe mayor que se indica en la citada liquidación, aspecto que no ha sido
cuestionado u observado por la demandada en el decurso del proceso, tanto más, cuando
inclusive existe un reconocimiento expreso de la emplazada, según se verifica de su escrito
de contestación de demanda. Por consiguiente, la denuncia casatoria en este extremo
deviene en fundada al existir aplicación indebida del artículo 1288 del Código Civil,
debiendo en consecuencia entenderse la compensación en los términos establecidos por el
Juez de la causa. …”

CAS. 902-2016 LIMA


OBLIGACIÓN DE DAR SUMA DE DINERO. Sumilla: Para que surja la responsabilidad por
incumplimiento de obligaciones se requiere que concurran en los hechos una serie de
elementos, dado que no basta el mero incumplimiento; en ese sentido para establecerse
que estamos ante un supuesto de responsabilidad civil por incumplimiento de obligaciones,
debe establecerse la presencia de una conducta antijurídica, daño causado, relación de
causalidad y el factor de atribución. Lima, veinticinco de noviembre de dos mil dieciséis.-
LA SALA CIVIL TRANSITORIA DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA
REPUBLICA; vista la causa número novecientos dos – dos mil dieciséis, en Audiencia
Pública de la fecha, y producida la votación con arreglo a ley, emite la siguiente sentencia;

I. MATERIA DEL RECURSO: Se trata del recurso de casación interpuesto por Savar
Agentes de Aduana Sociedad Anónima (fojas 1088) contra la sentencia de vista contenida
en la Resolución número cinco de fecha diecinueve de octubre de dos mil quince (fojas
1020) expedida por la Primera Sala Civil Subespecializada en Materia Comercial de la Corte
Superior de Justicia de Lima, la cual confirmó la sentencia apelada contenida en la
Resolución número setenta y uno de fecha nueve de diciembre de dos mil catorce, que
declaró fundada en parta la demanda, revocar solo el extremo referido al pago de la suma
de cuarenta y cinco mil setecientos seis dólares americanos con dos centavos
(US$.45,706.02) y reformándola ordena a la demandada Sierras y Herramientas del Perú
Sociedad Anónima Cerrada pagar a favor de la demandante Savar Agente de Aduanas
Sociedad Anónima la suma de veintinueve mil treinta y un dólares americanos con ocho
centavos (US$.29,031.08); revoca en el extremo que declara infundada la Reconvención
formulada por la demandada y reformándola la declara fundada en parte, ordenándose a la
demandante pagar a favor de la demandada la suma de sesenta y dos mil quinientos
cincuenta y tres dólares americanos con once centavos (US$.62,553.11) por concepto de
indemnización (lucro cesante); y fundada en el extremo del pago de treinta mil dólares
americanos (US$.30,000.00) por el anticipo realizado por la obligación que no fue ejecutada
como ocasión del robo de mercadería; declara que opera la compensación respecto de las
obligaciones de pago por la suma de veintinueve mil treinta y un dólares americanos con
ocho centavos (US$.29,031.08) más los intereses legales con aquella correspondiente a los
treinta mil dólares americanos (US$.30,000.00) del anticipo realizado por la obligación que
no fue ejecutada como ocasión del robo de la mercadería.

II. FUNDAMENTOS DEL RECURSO: Esta Sala Suprema mediante resolución de fecha
diez de mayo de dos mil dieciséis (fojas 89 del cuadernillo de casación), ha estimado
procedente el recurso por las causales de: i) infracción de los incisos 3 y 5 del artículo 139
de la Constitución Política del Perú; artículo I del Título Preliminar y artículo 121 del Código
Procesal Civil; la Sala Superior sostiene que habiendo el camión que transportaba la
mercadería de la demandada circulado por una zona “altamente peligrosa” a altas horas de
la noche, ello facilitó el robo de dicha mercadería y, por tanto, la recurrente actuó con
negligencia grave. Lo que sostiene la Sala es una apreciación totalmente antojadiza,
arbitraria y que no se sustenta en ningún medio probatorio actuado en autos. La Sala ha
sustentado las circunstancias de un suceso ocurrido en el año dos mil cinco, basado en la
situación actual de determinada zona, sin haber evaluado que el hecho delictivo (robo de la
mercadería) sucedió hace más de diez años; ii) Aplicación indebida de los artículos 1319 y
1321 del Código Civil; la Sala Superior no ha tomado en cuenta que la unidad de transporte
nunca salió de la zona del Callao. Así el chofer del camión encargado del transporte de
mercadería de propiedad de la demandada, una vez desaduanada ésta a las diecinueve
horas con quince minutos (19:15) aproximadamente en el Distrito de Ventanilla y a fin de
cumplir con el traslado de dicha mercadería de manera inmediata a los almacenes de la
empresa demandada ubicados en el Distrito de Chorrillos, continuó circulando por su ruta
normal en el Callao sin desviarse en ningún momento, cuando recibió una llamada de su
empleador comunicándole que los almacenes de la demandada habían cerrado y no había
personal que recibiera la mercadería y que, por tanto, enrumbara camino a la base ubicada
en el mismo Distrito del Callao. Siendo así, siguiendo por la misma ruta encontrándose aún
en la misma zona del Callao fue interceptado por unos ladrones a la altura de la Avenida
Dominicos y Canta Callao, siendo víctima del robo del camión y de la mercadería. Todo ello
acredita que la recurrente en ningún momento tuvo falta de diligencia en su actuar; iii)
Aplicación indebida del artículo 1288 del Código Civil; nunca existió negligencia de parte de
la recurrente; en consecuencia, en el caso de autos no procede la compensación de
obligaciones de pago; iv) Inaplicación de los artículos 1315 y 1317 del Código Civil: tal como
lo ha acreditado la recurrente, no incurrió en negligencia alguna; siendo así la norma
pertinente y que se debe aplicar al caso de autos es el artículo 1315 del Código Civil, debido
a que nos encontramos ante un evento que configura como caso fortuito o fuerza mayor.

III. CONSIDERANDO: DE LA DEMANDA.


Primero.- Que, conforme fluye de los presentes actuados, Savar Agentes de Aduana
Sociedad Anónima (fojas 44) interpone, en vía de proceso de conocimiento, demanda sobre
Obligación de Dar Suma de Dinero con la finalidad que Sierras y Herramientas del Perú
Sociedad Anónima Cerrada, cumpla con pagar la suma de cuarenta y cinco mil setecientos
seis dólares americanos con dos centavos (US$.45,706.02) más comisiones e intereses
pactados. Como sustento de su demanda manifiesta que con la emplazada han venido
sosteniendo vínculos comerciales desde el año dos mil tres, habiendo convenido con la
demandada en brindarle los servicios de almacenaje y aduanaje de diversa mercadería,
obligándose por su parte la demandada a cancelar los gastos operativos y el precio por los
servicios en la suma reclamada; que no obstante haber cumplido íntegramente la prestación
asumida y pese a los constantes requerimientos, la emplazada ha venido incumpliendo la
contraprestación a su cargo al no haber honrado las facturas que le fueron entregadas por
los servicios prestados, por lo que recurre al órgano jurisdiccional con la finalidad que se
ordene a la emplazada cumpla con el pago correspondiente.

CONTESTACION DE LA DEMANDA
Segundo.- Que, admitida a trámite la demanda mediante la Resolución número uno de
fecha veintitrés de junio de dos mil seis (foja 55); Sierras y Herramientas del Perú Sociedad
Anónima Cerrada, mediante escrito contesta la demanda (fojas 117), sosteniendo que para
desaduanar la mercadería contenida en las facturas números 0007-00007552 y
0007-00007553 de su proveedor Banco Argentina Sociedad Anónima, la demandante les
hizo saber que la liquidación correspondiente era de cuarenta y cuatro mil novecientos
noventa y seis dólares americanos con setenta y tres centavos (US$.44,996.73), dólares
americanos por lo que para proceder a la ejecución de los trámites correspondientes,
entregó a la accionante la suma de treinta mil dólares americanos (US$.30,000.00 dólares
americanos, los que fueron recibidos oportunamente por ella; por esta operación de
desaduanaje, la accionante reconoce cifras diferenciadas, por lo que reclama de aquella
sólo lo contenido en la Factura número 001-0071878 y la liquidación número 001- 0021636,
que totalizan dieciséis mil seiscientos setenta y cuatro dólares americanos con sesenta y
cuatro centavos (US$.16,674.64), sin embargo, dicho monto corresponde a mercadería
ordenada desaduanar que nunca llegó a los depósitos de la demandada ya que dicha
mercadería, cuyo valor asciende a ciento ochenta y siete mil seiscientos cincuenta y nueve
dólares americanos con treinta y cuatro centavos (US$.187,659.34), fue objeto de un
sospechoso robo, cuando la accionante la transportaba a los almacenes de la demandada,
fuera del horario de atención, esto es, entre las 8:30 am y 5:15 pm; de ello entonces se deja
advertir que si la demandante no ha cumplido con el objeto de la prestación que le
correspondía, que era entregar la mercadería en sus almacenes, no tiene derecho a
reclamar pago por un servicio cuya ejecución no completó; asimismo Sierras y
Herramientas del Perú Sociedad Anónima Cerrada formula demanda reconvencional,
solicitando el pago de treinta mil dólares americanos (US$.30,000.00) que deberá
compensarse con el monto demandado de cuarenta y cinco mil setecientos seis dólares
americanos con dos centavos (US$.45,706.02) contenido en la pretensión de la demanda.
Además solicita el pago de una indemnización por daños y perjuicios ascendente a ciento
ochenta mil ochenta y seis dólares americanos con veintiún centavos (US$.180,086.21) por
concepto de Lucro Cesante, Daño Comercial e intereses pagados a su proveedor, causados
como consecuencia del incumplimiento en la entrega de mercadería que fue desaduanada y
no entregada al ser objeto de robo por negligencia grave en el accionar de la demandante.
SENTENCIA DE PRIMERA INSTANCIA

Tercero.- Que, tramitada la litis conforme a su naturaleza, el Tercer Juzgado de Derecho


Comercial de la Corte Superior de Justicia de Lima, mediante Resolución número setenta y
uno, de fecha nueve de diciembre de dos mil catorce declaró fundada en parte la demanda
e infundada la demanda reconvencional, ordenando en consecuencia que la demandada
Sierras y Herramientas del Perú Sociedad Anónima Cerrada cumpla con pagar la suma de
cuarenta y cinco mil setecientos seis dólares americanos con dos centavos
(US$.45,706.02). De los fundamentos de dicha resolución se extrae básicamente que el a
quo ha establecido lo siguiente: a) De la liquidación número 21636 se advierte que los
treinta mil dólares americanos (US$.30,000.00) que la demandada alega haberle entregado
a la demandante, estos han sido aplicados a cuenta del importe mayor indicado en dicho
documento, extremo que no solo no ha sido objetado por la demandada sino que lo
reconoce en forma expresa en su escrito de contestación de demanda; b) Los servicios
prestados y reclamados por la parte demandante no se refieren al transporte de la
mercadería sino a los de almacenaje y desaduanaje de la misma y si bien la mercancía no
llegó a su destino, esto es, a los depósitos de la demandada, también lo es que esto fue
producto de un hecho fortuito ajeno a la responsabilidad de la demandante, por lo que el
reclamo por los servicios prestados no pueden ser desconocidos; por lo demás, el robo de
la mercadería ocurrido el dos de setiembre de dos mil cinco ha sido indemnizado por la
compañía aseguradora, de modo que este aspecto no puede oponerse válidamente contra
los fundamentos de la pretensión demandada; c) En cuanto a la entrega de las facturas y
liquidaciones a la demandada y el hecho de que ésta última manifieste que aun cuando
dichos documentos presenten un sello de recepción puesto en su caseta de vigilancia, no
significa conformidad con los términos que dichos documentos pudieran contener; debe
precisarse sobre el particular que la demandada no niega la recepción de los mismos y si no
se encontraba de acuerdo con el contenido de los mismos, debió devolverlos o hacer las
observaciones en su oportunidad, y no recién al contestar la demanda, asimismo, de
acuerdo con los términos de sus argumentos de defensa y a las conclusiones de la pericia
contable, lo señalado por la demandada queda igualmente descartado; d) Respecto a la
compensación propuesta en la demanda Reconvencional, se advierte que el importe de la
compensación opuesta a la parte demandada ya ha sido descontado del monto mayor
reclamado por la demandante, conforme aparece de la Liquidación número 21636, por lo
que la compensación formulada no puede ser estimada; e) En relación a la indemnización
reclamada, también en vía Reconvencional, tampoco puede prosperar dado que la
ocurrencia del robo de la mercadería que se transportaba a los depósitos de la demandada
se debió a un típico caso fortuito (robo) que no puede ser imputado a la parte demandante,
por lo que no concurren los requisitos consistentes en la relación causal entre el hecho
denunciado (robo) con el efecto denunciado (responsabilidad), así como tampoco el factor
de atribución que se imputa al demandante, tanto más si no se ha demostrado la culpa de
esta última en dicho suceso.

SENTENCIA DE SEGUNDA INSTANCIA


Cuarto.- Que, apelada la sentencia de primera instancia, la Primera Sala Civil Sub
especializada en Materia Comercial de la Corte Superior de Justicia de Lima mediante
Resolución número cinco, de fecha diecinueve de octubre de dos mil quince (fojas 1020),
confirma la sentencia apelada en el extremo que declara fundada en parte la demanda
sobre Obligación de Dar Suma de Dinero, la revoca en el extremo referido al pago de
cuarenta y cinco mil setecientos seis dólares americanos con dos centavos (US$.45,706.02)
y reformándola ordena a la demandada Sierras y Herramientas del Perú Sociedad Anónima
Cerrada pagar a favor de la demandante Savar Agente de Aduanas Sociedad Anónima la
suma de veintinueve mil treinta y un dólares americanos con ocho centavos
(US$.29,031.08); la revoca en el extremo que declara infundada la Reconvención formulada
por la demandada y reformándola la declara fundada en parte, en consecuencia ordena a la
demandante pagar a favor de la demandada la suma de sesenta y dos mil quinientos
cincuenta y tres dólares americanos con once centavos (US$.62,553.11) por concepto de
Indemnización (Lucro Cesante); y fundada en el extremo del pago de treinta mil dólares
americanos (US$.30,000.00) por el anticipo realizado por la obligación que no fue ejecutada
con ocasión del robo de mercadería; declarando además la compensación respecto de las
obligaciones de pago por la suma de veintinueve mil treinta y un dólares americanos con
ocho centavos (US$.29,031.08), más los intereses legales con aquella correspondiente a
los treinta mil dólares americanos (US$.30,000.00) del anticipo exigido por la demandada.
De los fundamentos de dicha resolución se extrae que el ad quem ha establecido
esencialmente lo siguiente: a) La representante de Savar Agentes de Aduanas Sociedad
Anónima ha reconocido que su representada prestaba el servicio de desaduanaje,
almacenaje y transporte de la mercadería que importaba la demandada, aceptando que
para que el servicio de nacionalización de mercadería fuese considerada completo ésta
debía ser entregada en los almacenes de la demandada; b) La demandante afirma que el
transporte realizado de la mercadería se hizo por orden, cuenta y riesgo de la demandada y
que el robo se debió a un hecho ajeno a su voluntad; sin embargo, no ha presentado medio
probatorio alguno que acredite que el transportista actuaba bajo órdenes de Sierras y
Herramientas del Perú Sociedad Anónima Cerrad; c) El A quo no aplica el supuesto de
imprevisibilidad del artículo 1315 del Código Civil, puesto que si bien no es completamente
previsible determinar el momento exacto de ocurrencia de un robo, sí es posible determinar
la preparación y adopción de medidas de prevención para evitar la ocurrencia de dicho
suceso, por lo que resulta exigible la diligencia en el actuar del obligado; d) Existió
negligencia por parte de Savar Agente de Aduanas Sociedad Anónima puesto que disponer
el retiro y transporte de la mercadería inicialmente hacia los almacenes de Sierras y
Herramientas Sociedad Anónima Cerrada fuera del horario de atención y luego ordenar su
retorno a medio camino, durante la noche, sin contar con algún tipo de resguardo, por una
zona conocida por ser altamente peligrosa, no representó solo una exposición al riesgo de
sufrir un robo, sino además, se facilitó la comisión de dicho suceso, al no contar con los
requerimientos mínimos de seguridad exigibles en consideración a la actividad que realiza,
por tanto, no constituye un caso fortuito y fuerza mayor, siendo responsable la demandante
Savar Agente de Aduanas Sociedad Anónima de los daños y perjuicios resultantes de la
inejecución, conforme a los artículos 1319 y 1321 del Código Civil; e) Que al no haber
cumplido la demandante con su obligación de entregar la mercadería adquirida por la
demandada, resulta amparable la Reconvención en el extremo de la Indemnización,
debiendo concederse la Indemnización por Lucro Cesante hasta por el monto de sesenta y
dos mil quinientos cincuenta y tres dólares americanos con once centavos (US$.62,553.11);
f) Respecto a la compensación propuesta por la demandada en su Reconvención se
advierte lo siguiente: 1) El A quo no tomó en cuenta las conclusiones del Informe Pericial
Contable, en el cual se advierte que para agosto de dos mil cinco (antes de la fecha del
robo) la deuda contraída por la demandada ascendía a la suma de veintidós mil novecientos
seis dólares americanos con setenta y un centavos (US$.22,906.71). Asimismo, la deuda
contraída en los meses de octubre y noviembre de dos mil cinco (después del robo) es de
seis mil ciento veinticuatro dólares americanos con sesenta y siete centavos
(US$.6,124,67), que suman un total de veintinueve mil treinta y un dólares americanos con
ocho centavos (US$ 29,031.08); 2) Respecto a la deuda ocasionada por el desaduanaje de
la mercadería que fuera robada, dicho servicio generó una deuda de cuarenta y seis mil
seiscientos setenta y cuatro dólares americanos (US$ 46,674.64), de los cuales se restó el
anticipo otorgado por treinta mil dólares americanos (US$.30,000.00), quedando un saldo
de dieciséis mil seiscientos setenta y cuatro dólares americanos con sesenta y cuatro
centavos (US$.16,674.64). Tales montos componen la suma total de cuarenta y cinco mil
setecientos seis dólares americanos con dos centavos (US$.45,706.02), la cual es
pretendida en la demanda; 3) Sin embargo, teniendo en cuenta que la deuda requerida por
la demandante, en cuyo servicio se produjo el robo de la mercadería, no resulta exigible a la
demandada, en razón de la negligencia incurrida por la misma demandante Savar Agente
de Aduanas Sociedad Anónima, en consecuencia, no resulta exigible el cobro de la
liquidación número 001-0021636, ni la factura número 001-0071878, que sumaban cuarenta
y seis mil seiscientos setenta y cuatro dólares americanos con sesenta y cuatro centavos
(US$ 46,674.64), a la que se imputa el anticipo por el monto de treinta mil dólares
americanos (US$.30,000.00), debiendo esta última suma ser devuelta en razón de la
inejecución de la obligación; 4) La deuda exigible a la demandada es por el monto de
veintinueve mil treinta y un dólares americanos con ocho centavos (US$.29,031.08), más
intereses legales, por las obligaciones contraídas en los meses de agosto, octubre y
noviembre de dos mil cinco; en ese sentido, apreciándose que tanto la obligación de pago
de la demandada por veintinueve mil treinta y un dólares americanos con ocho centavos
(US$.29,031.08) (derivada de los servicios de desaduanaje, almacenamiento y transporte),
más los intereses legales, como la obligación de la demandante de restituir el pago
otorgado como anticipo por la suma de treinta mil dólares americanos (US$.30,000.00), son
recíprocas, líquidas, exigibles, fungibles y homogéneas, procede la compensación de
ambas obligaciones, conforme al artículo 1288 del Código Civil.

LA CAUSAL POR INFRACCIÓN NORMATIVA


PROCESAL
Quinto.- Que, existiendo denuncias por infracción normativa material y procesal,
corresponde verificar primero si se ha configurado o no esta última causal, pues en caso de
ser estimada, se dispondría el reenvío de la causa al estadio procesal correspondiente,
impidiendo que sea factible el análisis de las normas materiales en las que se sustenta la
resolución recurrida.

Sexto.- Que, en cuanto se refiere al recurso de casación por la causal de infracción


normativa procesal, es necesario señalar, en principio, que la impugnante denuncia la
infracción de los incisos 3 y 5 del artículo 139 de la Constitución Política del Perú, referidos
al Debido Proceso y la motivación de las resoluciones judiciales. Al respecto, debe
precisarse que el Debido Proceso está concebido como la correcta observancia de todas las
garantías, Principios y normas de orden público que regulan el proceso como instrumento
adecuado para la emisión de las decisiones jurisdiccionales, Entre las garantías que debe
observarse en relación al Debido Proceso se considera la adecuada motivación de las
resoluciones judiciales, la misma que debe analizarse en el presente caso a fin de
determinar si en efecto la decisión impugnada se encuentra adecuadamente motivada o no.

Sétimo.- Que, examinada la decisión de la Sala Superior impugnada en casación, se


aprecia que la misma expresa las razones de hecho y de derecho mínimas que apoyan la
decisión adoptada y además responde a las alegaciones formuladas por las partes dentro
del proceso. Asimismo se debe precisar que, en el presente caso, los términos en que viene
denunciada la causal procesal declarada procedente, constituyen en rigor aspectos de
fondo que, en todo caso, corresponderán ser analizadas al momento de absolver las
causales materiales denunciadas, debiendo, por tanto, declararse infundado el recurso de
casación por la causal de infracción normativa de orden procesal, sustentada en la violación
de los incisos 3 y 5 del artículo 139 de la Constitución Política del Perú. Siendo esto así,
procede, a continuación, examinar las causales revocatorias propuestas, esto es, la
infracción de las normas de derecho material denunciadas.

Octavo.- Que, en cuanto se refiere al recurso de casación, cabe señalar que la impugnante
denuncia la infracción normativa de los artículos 1315, 1317, 1319 y 1321 del Código Civil,
referidos a caso fortuito o fuerza mayor, daños y perjuicios por inejecución no imputable,
culpa inexcusable e indemnización por dolo, culpa leve e inexcusable.

Noveno.- Que, al respecto, debe anotarse que el Código Civil vigente regula en el Libro VI,
Título IX de la Sección Segunda los artículos relativos a la inejecución de las obligaciones.
La teoría de la inejecución no estudia otra cosa que el incumplimiento (por imposibilidad de
la prestación: caso fortuito, fuerza mayor, o por culpa o dolo imputables al deudor) y las
consecuencias que se generan.

Décimo.- Que, ahora bien, el incumplimiento de la obligación, cuando la causa es la culpa o


el dolo, genera responsabilidad a cargo del deudor y a favor del acreedor, entre ellas, la
obligación de indemnizar a cargo del autor del daño. Por ello, para exigir dicho
resarcimiento, es necesario que se acredite no solo el incumplimiento de la obligación por
causa de dolo o culpa inexcusable o leve, sino también la existencia del daño generado.

Décimo Primero.- Que, asimismo habiéndose determinado en sede de instancia que los
hechos materia de la presente controversia constituyen un supuesto de responsabilidad civil
contractual, corresponderá analizar si se presentan los requisitos de la antijuridicidad, daño
causado, relación de causalidad y factores de atribución. Por consiguiente, son estos cuatro
requisitos los que deberán concurrir para la configuración de la Indemnización por Daños y
Perjuicios por inejecución de obligaciones.
Décimo Segundo.- En cuanto al requisito de antijuridicidad, es doctrina pacíficamente
aceptada que el daño jurídicamente indemnizable es toda lesión a un interés jurídicamente
protegido, bien se trate de un derecho patrimonial o extrapatrimonial. En tal sentido los
daños pueden ser patrimoniales o extrapatrimoniales. Serán daños patrimoniales las
lesiones a los derechos patrimoniales y serán daños extrapatrimoniales las lesiones a los
derechos de dicha naturaleza como en el caso específico de los sentimientos considerados
socialmente dignos o legítimos y por lo tanto merecedores de la tutela legal, cuya lesión
origina un supuesto de daño moral. Asimismo, en virtud de la relación de causalidad, debe
existir una relación de causa-efecto, es decir, de antecedente-consecuente entre la
conducta antijurídica del autor y el daño causado a la víctima, pues de lo contrario no
existiría responsabilidad civil y no nacería la obligación legal de indemnizar. Finalmente, en
lo relativo a los factores de atribución estos pueden ser subjetivos (dolo, culpa inexcusable o
culpa leve del autor) y objetivos, los cuales tienen diversas expresiones ya sea se trate de
un caso de responsabilidad contractual o de la responsabilidad extracontractual. En
consecuencia, en los procesos de indemnización se debe verificar la concurrencia de todos
los elementos constitutivos de la responsabilidad, como es el factor de atribución (el dolo o
la culpa), la antijuridicidad, el daño causado y la relación de causalidad o nexo causal,
siendo que la ausencia de alguno de estos elementos conlleva necesariamente a
desestimar la pretensión demandada. (Resaltado y subrayado nuestro) LAS CAUSALES
POR INFRACCION NORMATIVA DE LOS ARTICULOS 1319 Y 1321 DEL CODIGO CIVIL.

Décimo Tercero.- Analizando, en el presente caso, la concurrencia de los requisitos antes


referidos, se aprecia en primer lugar, en cuanto al factor de atribución, que la Sala Superior
ha establecido que el incumplimiento contractual se debió al evento de un robo en razón de
la negligencia cometida por Savar Agencia de Aduanas Sociedad Anónima al disponer el
transporte de la mercadería sin las mínimas condiciones de seguridad, resultando por tanto
responsable de los daños y perjuicios resultantes de dicha inejecución por la causal de
culpa inexcusable.

Décimo Cuarto.- La figura de la culpa inexcusable se encuentra regulado en el artículo 1319


del Código Civil en los siguientes términos: “Incurre en culpa inexcusable quien por
negligencia grave no ejecuta la obligación”. Por su parte el artículo 1321 de la indicada
norma sustantiva complementa la norma precitada cuando señala que: “Queda sujeto a la
indemnización de daños y perjuicios quien no ejecuta sus obligaciones por dolo, culpa
inexcusable o culpa leve.”

Décimo Quinto.- En términos generales, la culpa del deudor en el cumplimiento de la


obligación consiste en la omisión de aquellas diligencias que exige la naturaleza de la
obligación, y que corresponden a las circunstancias de las personas, del tiempo y del lugar.
En el plano nacional, Torres Vásquez, citando a Santos Briz, señala que: “la culpa
inexcusable será aquella conducta contraria al deber de prevenir las consecuencias
previsibles del hecho propio, no prestando la diligencia que se debe prestar, ocasionando
con ello obviamente el daño a la víctima, atribuyéndose iguales y consecuencias jurídicas a
quien actúa con dolo” 1.

Décimo Sexto.- A igual parecer se adhiere el tratadista Osterling Parodi al señalar que la
culpa inexcusable será aquella negligencia que linde con el dolo; por la gravedad que ella
reviste; y al ser los límites entre el dolo y la culpa inexcusable con frecuencia borrosos, se
atribuirá iguales consecuencias jurídicas a quien actúe de cualquiera de estas dos
maneras.2

Décimo Sétimo.- Asimismo se debe precisar que la normativa descrita en el artículo 1319
del Código Civil corresponde concordarla con lo previsto en el artículo 1330 de la citada
norma civil en cuanto establece que: “la prueba del dolo o de la culpa inexcusable
corresponde al perjudicado por la inejecución de la obligación, o por su cumplimiento
parcial, tardío o defectuoso”. En efecto, el presupuesto de hecho contenido en este último
numeral establece de manera expresa que será responsabilidad del perjudicado por la
inejecución de la obligación acreditar con los medios probatorios idóneos la inejecución de
la obligación por parte del acreedor a fin de crear convicción en el Juez respecto del daño
sufrido pues de lo contrario su demanda podrá ser desestimada.3.

Décimo Octavo.- Conforme se advierte de los presentes actuados, la demandada Sierras y


Herramientas del Perú Sociedad Anónima Cerrada no ha aportado medio probatorio alguno
tendiente a demostrar que la demandante Savar Agente de Aduanas Sociedad Anónima
actuó sin tener en cuenta los mínimos patrones de diligencia ordinaria que condujo a la
inejecución de la obligación por el evento del robo de la mercadería, tanto más, cuando la
Sala Superior solo se apoya en un único argumento, sin mayor respaldo probatorio, cuando
señala que el incumplimiento contractual se debió a la ocurrencia del robo, dada la
negligencia de la demandante, al disponer el transporte de la mercadería sin contar con las
condiciones mínimas de seguridad y en una zona de alto riesgo.

Décimo Noveno.- En ese contexto, al no resultar posible acreditar la culpa inexcusable de la


demandante por no haberse aportado los medios probatorios idóneos y suficientes, no
resulta razonable imputar responsabilidad contractual a la accionante por dicha causal; en
consecuencia, no corresponde analizar los demás requisitos para la configuración de la
Indemnización por Daños y Perjuicios pues conforme se dejó anotado, los requisitos de
antijuridicidad, daño, factor de atribución y causalidad deben ser concurrentes. En este
caso, al no configurarse el requisito de factor de atribución en el grado de culpa
inexcusable, dicha situación impide el análisis de los demás requisitos que deben concurrir
para la configuración de la Indemnización por Daños y Perjuicios contractual conforme se
tiene dicho en líneas precedentes. Más aún si de la Carta LU/DG-681´05 de fecha veintidós
de noviembre de dos mil cinco 4 y de los cheques por los montos de ochenta mil dólares
americanos (US$.80,000.00)5 y ciento cinco mil seis mil treinta y cinco dólares americanos
con cincuenta y dos centavos (US$.126,035.52) 6, se desprenden que Rímac Internacional
Compañía de Seguros y Reaseguros, indemnizó a la Empresa demandada por las pérdidas
materiales y económicas que se originaron a raíz del robo de la mercadería que ahora es
materia de la pretensión Reconvencional. En consecuencia se verifica que en el presente
caso, la Sala Superior ha aplicado de manera indebida los artículos 1319 y 1321 del Código
Civil por las razones antes señaladas, por consiguiente, el recurso en este extremo debe
ampararse.

LAS CAUSALES POR INFRACCION NORMATIVA DE


LOS ARTICULOS 1315 Y 1317 DEL CODIGO CIVIL
Vigésimo.- Ahora bien, para dilucidar de manera adecuada la presente controversia, resulta
de vital importancia establecer, razonadamente, si la inejecución de la obligación fue
producto de un hecho fortuito ajeno a la responsabilidad de la demandante, dado que este
ha sido la argumentación jurídica con que el Juez de la causa ha venido sosteniendo para
eximir de responsabilidad a la demandante por el robo de la mercadería.

Vigésimo Primero.- En efecto, en el caso sub examine, el A quo ha venido sosteniendo que
para la generación del daño, había concurrido un caso fortuito ajeno a la responsabilidad de
la demandante ello por cuanto si bien la mercadería no llegó a su destino, que en este caso
eran los almacenes de la demandada, también lo es que ello fue producto de un caso
fortuito, por lo que aplicando los artículos 1315 y 1317 del Código Civil, el A quo excluyó de
responsabilidad en la inejecución de la obligación a la demandante tal como subyace de los
considerandos quinto y décimo octavo de la resolución de primera instancia.

Vigésimo Segundo.- Ahora bien, la sentencia de primera instancia ha procedido a calificar


como caso fortuito la inejecución de la obligación como consecuencia del robo de la
mercadería de propiedad de la demandada, por ende, resulta necesario analizar su
definición. El caso fortuito se encuentra tratado en nuestro ordenamiento civil en el artículo
1315 del Código Civil, que dispone: “Caso fortuito o fuerza mayor es la causa no imputable,
consistente en evento extraordinario, imprevisible e irresistible, que impide la ejecución de la
obligación o determina su cumplimiento parcial tardío o defectuoso”. Esta norma material,
resulta forzoso concordarlo con el artículo 1317 del código civil en cuanto señala que: “El
deudor no responde de los daños y perjuicios resultantes de la inejecución de la obligación,
o de su cumplimiento parcial, tardío o defectuoso, por causas no imputables, salvo que lo
contrario esté previsto expresamente por la ley o por el título de la obligación”

Vigésimo Tercero.- En cuanto a la figura del caso fortuito, nuestra legislación da una misma
definición al caso fortuito y a la fuerza mayor, sin embargo la doctrina y la jurisprudencia ya
han establecido que su origen es distinto pero sus hechos constitutivos comunes. El caso
fortuito se aplica a los hechos producidos por la naturaleza y la fuerza mayor a los hechos
del hombre.

Vigésimo Cuarto.- En consecuencia, el caso fortuito debe entenderse como un


acontecimiento extraordinario, imprevisible e irresistible producido por el hombre y para
calificarlo como tal se trata de un hecho que no puede preverse o que previsto no puede
evitarse, no debiendo ser una previsibilidad exacta y precisa sino por el contrario conocida
por el hombre común para cada caso concreto.

Vigésimo Quinto.- En el caso que nos ocupa, esta Suprema Sala advierte que la ocurrencia
del robo de la mercadería que se transportaba a los almacenes de la demandada fue como
consecuencia de un caso fortuito que no resulta imputable a la demandante al ser el robo de
la mercadería el resultado de un acto que no podía ser previsto por la demandante y que
por consiguiente dicho evento se encontraba fuera del control razonable, además, no había
razonablemente forma de poder evitarlo pues una acción delictual como es el robo resulta
ser siempre por naturaleza un acto inesperado, sorpresivo e imprevisto. En ese contexto, la
acción del robo de la mercadería resulta ser un acto que no podía ser superado ni evitado
sin poner en riesgo la integridad física del transportista que conducía la mercadería; por
estas razones, se concluye que la Sala Superior ha dejado aplicar al caso de autos lo
dispuesto en los artículos 1315 y 1317 del Código Civil que resultan de plena aplicación por
las razones antes señaladas. A ello debemos agregar que si bien el Ad quem ha establecido
que el evento del robo se dio por la negligencia de la demandante al disponer el transporte
de la mercadería sin contar con las condiciones mínimas de seguridad en una zona de alto
riesgo; no obstante, conforme se ha dejado anotado en líneas precedentes, dicha
aseveración no se encuentra respaldada con algún medio probatorio idóneo, por lo que
dicha afirmación se diluye y pierde fuerza y eficacia probatoria al no encontrarse
contrastada con algún otro medio documental. En ese sentido, esta Suprema Sala debe
recodar una vez más que la valoración de la prueba no puede constreñirse a la sola
afirmación de hechos aislados o imprecisos si es que tales hechos no se comprueban
necesariamente con el material probatorio correspondiente pues solo así se llegará a
expedir decisiones racionalmente correctas y por lo tanto justas. LA CAUSAL POR
INFRACCION NORMATIVA DEL ARTICULO 1288 DEL CODIGO CIVIL

Vigésimo Sexto.- La infracción normativa denunciada por la recurrente por aplicación


indebida del artículo 1288 del Código Civil, deviene en este caso en estimable pues los
treinta mil dólares americanos (US$.30,000.00) cuya compensación solicita la demandada
han sido entregados por ella conforme se aprecia de la liquidación número 21636, al haber
sido descontado del importe mayor que se indica en la citada liquidación, aspecto que no ha
sido cuestionado u observado por la demandada en el decurso del proceso, tanto más,
cuando inclusive existe un reconocimiento expreso de la emplazada, según se verifica de su
escrito de contestación de demanda. Por consiguiente, la denuncia casatoria en este
extremo deviene en fundada al existir aplicación indebida del artículo 1288 del Código Civil,
debiendo en consecuencia entenderse la compensación en los términos establecidos por el
Juez de la causa.

5.- DECISIÓN: Que, estando a las consideraciones que anteceden y a lo dispuesto en el


acápite 2.3 del inciso 2 del artículo 396 del Código Procesal:
5.1. Declararon FUNDADO el recurso de casación interpuesto por Savar Agentes de
Aduana Sociedad Anónima (fojas 1088) ; en consecuencia NULA contra la sentencia de
vista contenida en la Resolución número cinco de fecha diecinueve de octubre de dos mil
quince (fojas 1020) expedida por la Primera Sala Civil Subespecializada en Materia
Comercial de la Corte Superior de Justicia de Lima; y actuando en sede de instancia,
confirmaron la sentencia apelada la Resolución número setenta y uno de fecha nueve de
diciembre de dos mil catorce, que declaró fundada en parta la demanda, e infundada la
Reconvención formulada por la demandada.
5.2. DISPUSIERON la publicación de la presente resolución en el Diario Oficial El Peruano;
en los seguidos por Savar Agente de Aduanas Sociedad Anónima contra Sierras y
Herramientas del Perú Sociedad Anónima Cerrada, sobre Obligación de Dar Suma de
Dinero; y los devolvieron. Ponente Señor Romero Díaz, Juez Supremo.- SS. MENDOZA
RAMÍREZ, ROMERO DÍAZ, CABELLO MATAMALA, MIRANDA MOLINA, YAYA ZUMAETA
SALA CIVIL PERMANENTE
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA

CASACIÓN Nº 1436-2013, LIMA

Lima, siete de noviembre de dos mil trece:


LA SALA CIVIL PERMANENTE DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA
REPÚBLICA:

Visto el expediente número mil cuatrocientos treinta y seis – dos mil trece, en
Audiencia Pública de la fecha, con informe oral y emitida la votación
correspondiente conforme a la Ley Orgánica del Poder Judicial, expide la
siguiente sentencia:

1. MATERIA DEL RECURSO:

Que, se trata del recurso de casación interpuesto por RÍMAC


INTERNACIONAL COMPAÑÍA DE SEGUROS Y REASEGUROS (fojas 845),
contra la sentencia de vista contenida en la resolución número veintitrés
(fojas 825), del dieciocho de diciembre de dos mil doce, que revocó la
sentencia apelada, comprendida en la resolución número treinta y uno (fojas
602), del ocho de setiembre de dos mil once, que declaró infundada la
demanda interpuesta por Mapfre Perú Compañía de Seguros y Reaseguros; y
reformándola declaró fundada la demanda; en consecuencia, cumplan
Inversiones Marítimas Universales Sociedad Anónima IMUPESA y Rímac
Internacional Compañía de Seguros y Reaseguros con pagar a favor de la
demandante la suma de ciento treinta y seis mil trescientos noventa y tres
dólares americanos con cincuenta centavos (US$ 136,393.50), con costas y
costos.

2. CAUSALES POR LAS QUE SE DECLARÓ PROCEDENTE EL RECURSO DE


CASACIÓN:

Que, esta Sala Suprema, por resolución de fecha catorce de junio de dos mil
trece (fojas 73 del cuaderno de casación), declaró la procedencia ordinaria del
recurso de casación por la causal de: a) infracción normativa de los artículos
188 y 197 del Código Procesal Civil, y, la procedencia excepcional del citado
recurso por: b) infracción normativa del artículo 139, inciso 5, de la
Constitución Política del Perú.

3. ANTECEDENTES:

Que, para efectos de determinar si en el caso concreto se han infringido los


dispositivos procesales antes mencionados, es necesario realizar las
precisiones que a continuación se detallan:

3.1. Que, Mapfre Perú Compañía de Seguros y Reaseguros Sociedad


Anónima, a través de su escrito ingresado el dos de octubre de dos mil ocho
(fojas 58), interpone demanda de indemnización por daños y perjuicios contra
Inversiones Marítimas Universales Sociedad Anónima – IMUPESA y Rímac
Internacional Compañía de Seguros y Reaseguros, a efecto que cumplan con
pagarle en forma solidaria la suma de ciento treinta y seis mil trescientos
noventa y tres dólares americanos con cincuenta centavos (US$ 136,393.50),
o su equivalente en nuevos soles, producto de la indemnización por
responsabilidad contractual originada por el incumplimiento del Contrato de
Transporte (Guía de Remisión número emitida por IMUPESA, Factura número
002-0214281, Factura número 003- 0154635, Factura número 008-0026815,
emitidas por IMUPESA), por la cual Inversiones Marítimas Universales
Sociedad Anónima se comprometió a efectuar el traslado de la mercadería
del puerto Terminal Marítimo del Callao a su almacén y entregarla al
consignatario (Computer Warehouse Sociedad Anónima Cerrada) en las
mismas buenas condiciones que lo recibió. Indica que Computer Warehouse
Sociedad Anónima Cerrada contrató los servicios logísticos y de
almacenamiento de la demandada IMUPESA, a efecto de llevar a cabo el
traslado del contenedor número TTNU 950875-2, Precinto – 537874,
manifiesto 2636, en cuyo interior se encontraban mil cuatrocientos noventa y
siete cajas conteniendo partes de computadoras e impresoras, traslado que
debía efectuarse desde las instalaciones del Terminal Marítimo del Callao,
hasta las instalaciones del Terminal de Almacenamiento de IMUPESA. Refiere
que IMUPESA subcontrató a la empresa de Transportes “M Transport
Servicios Integrados Sociedad Anónima Cerrada”, la que a su vez sub-contrató
a Frank Miguel Morante Espinoza, Transportista número 001-123663, quien fi
gura en la Guía de Remisión emitida por dicha empresa como la persona que
realizó el transporte efectivo de la carga. Agrega que la labor de transporte
terrestre y entrega correcta de la mercadería no fue eficientemente ejecutada
por M Transport Servicios Integrados Sociedad Anónima Cerrada, pues el
vehículo de placa número YI- 2286/ZI-7536, con el contenedor TTNU
950875-2, no llegó al terminal de almacenamiento de IMUPESA. Que, tal
inejecución se debió a que Frank Miguel Morante Espinoza fue reducido con
armas de fuego por delincuentes cuando transportaba la mercadería según la
declaración policial; sin embargo, al investigarse el robo, en el Atestado
número 135-2008-DIRINCRI.PNP/DIVINVRI-CALLAO-DIR se concluyó que
Frank Miguel Morante Espinoza (chofer conductor) resultó ser presunto autor
del delito contra el patrimonio (robo agravado en la modalidad de asociación
delictiva) por el monto puesto a cobro, en agravio de la empresa Computer
Warehouse Sociedad Anónima Cerrada; tal atestado también establece que el
nombrado Morante Espinoza es presunto autor del delito contra la
administración de justicia (denuncia calumniosa). En tal contexto, dado que el
artículo 1325 del Código Civil establece que, el deudor que para ejecutar la
obligación se vale de terceros, responde de los hechos dolosos o culposos de
éstos, resulta ser IMUPESA responsable de la pérdida ocurrida al cargamento,
por cuanto fue contratada directamente por su asegurado Computer
Warehouse Sociedad Anónima Cerrada para que efectuara el transporte local
de la carga y aquella se valió de una tercera empresa para ejecutar su
obligación. Como Mapfre Perú Compañía de Seguros y Reaseguros indemnizó
a Computer Warehouse el monto total de las pérdidas registradas que
ascienden a la suma ciento treinta y seis mil trescientos noventa y tres
dólares americanos con cincuenta centavos (US$ 136,393.50), por lo que al
negarse las demandadas a llegar a un entendimiento para asumir tal pago,
procede a requerirlas judicialmente. Indica que Rímac Internacional Compañía
de Seguros y Reaseguros debe responder de manera solidaria con IMUPESA,
empresa causante del daño, toda vez que aquella es aseguradora de ésta, y se
debe presumir que la pérdida del bien en posesión del deudor es por culpa
suya; en el caso, la mercadería se perdió mientras se hallaba en poder del
transportista, por lo que se presume su culpabilidad; además, la mercadería
no fue transportada con la diligencia ordinaria exigida.

3.2. Que, al contestar la demanda Rímac Internacional Compañía de Seguros y


Reaseguros (fojas 162), mediante escrito de fecha veintidós de diciembre de
dos mil ocho, la niega y contradice, indicando que el atestado policial no es
vinculante a ninguna autoridad, pues luego de someterse éste a la calificación
por parte del Ministerio Público se decidió no formalizar denuncia contra
Frank Miguel Morante Espinoza. Agrega que no se ha acreditado que los
hechos que son sustento de la pretensión ocurrieran por dolo o culpa de los
emplazados o terceros contratados, por lo que no resulta de aplicación lo
dispuesto por el artículo 1325 del Código Civil y por el contrario se acredita la
existencia de hechos que los eximen de responsabilidad como el robo por
asalto, que a su vez es un caso fortuito o de fuerza mayor, tal como lo define
el artículo 1315 del mencionado Código, el mismo que tiene por efecto la
extinción de la obligación, conforme lo establece el artículo 1316 del mismo
cuerpo de leyes y la exención de responsabilidad por su inejecución (artículo
1317 del Código Civil). Indica que no existe responsabilidad que se deba de
asumir, ya que las conclusiones policiales no se elaboraron adecuadamente y
no generan responsabilidad. Que si bien es cierto el artículo 1987 del Código
Civil, establece que la acción indemnizatoria puede ser dirigida contra el
asegurador por el daño, quien responderá solidariamente con el responsable
directo de éste, debe tenerse en cuenta que tal disposición se enmarca en la
Sección Sexta (Responsabilidad Extracontractual) del Libro VII (Fuentes de las
Obligaciones) del Código Civil, y como tal, no son aplicables a la presente
acción, que se trata de una indemnización por responsabilidad contractual. Se
debe tener en cuenta que la responsabilidad solidaria está sujeta a las
siguientes limitaciones, conforme lo ha establecido la abundante
jurisprudencia: a) que el riesgo producido se encuentre cubierto por la Póliza
de Seguro; y, b) que tal solidaridad se encuentre limitada a la cobertura
pactada en el Contrato de Seguro.

3.3. Que, a su turno Inversiones Marítimas Universales Perú Sociedad


Anónima, por escrito ingresado el seis de enero de dos mil nueve (fojas 180),
al contestar la demanda indica que el supuesto incumplimiento contractual
que alega la parte demandante no fue consecuencia de una causa imputable
a la empresa, pues la pérdida se debió al asalto a mano armada que se
perpetró durante el transporte de la mercadería hacia el terminal de IMUPESA
el día uno de diciembre de dos mil siete, hecho que fue reconocido por la
propia demandante conforme se desprende del recibo de indemnización de
fecha treinta y uno de enero de dos mil ocho, no habiendo la parte
demandante acreditado que el señor Frank Miguel Morante Espinoza haya
participado en el robo por asalto aludido.

3.4. Que, mediante resolución número veintiuno del doce de agosto de dos mil
nueve (fojas 432), el A quo fijó los siguientes puntos controvertidos: a)
Determinar si existe responsabilidad contractual en la demandada Inversiones
Marítimas Universales Sociedad Anónima (Imupesa) frente a la demandante
Mapfre Perú Compañía de Seguros y Reaseguros Sociedad Anónima, por
inejecución de obligaciones por causas imputables consistente en la pérdida
de mercaderías objeto de transporte. b) Determinar si como consecuencia de
la dilucidación del punto controvertido precedente, la demandada Inversiones
Marítimas Universales Sociedad Anónima (Imupesa) tiene la obligación de
pagar a la demandante por concepto de indemnización de daños y perjuicios
la suma de ciento treinta y seis mil trescientos noventa y tres dólares
americanos con cincuenta centavos (US$ 136,393.50). c) Determinar si la
codemandada Rímac Internacional Compañía de Seguros y Reaseguros está
en la obligación de indemnizar de manera solidaria a Mapfre Perú Compañía
de Seguros y Reaseguros por la suma de ciento treinta y seis mil trescientos
noventa y tres dólares americanos con cincuenta centavos (US$ 136,393.50),
por ser la aseguradora de Inversiones Marítimas Universales Sociedad
Anónima (Imupesa).

3.5. Que, el Juez de primer grado, expide una primera sentencia declarando
infundada la demanda (fojas 479), la misma que luego de ser apelada fue
declarada nula por la sentencia de vista de fecha veintinueve de octubre de
dos mil diez (fojas 576), por lo que devuelto los autos, emite la sentencia
contenida en la resolución número treinta y uno, del ocho de setiembre de dos
mil once (fojas 602), que declaró infundada la demanda; al considerar la
inexistencia de la controversia respecto a que la empresa Computer
Warehouse Sociedad Anónima Cerrada, contrató los servicios logísticos y de
almacenamiento de Inversiones Marítimas Universales Sociedad Anónima
(IMUPESA) para transportar un contenedor, siendo un hecho también
admitido que la empresa Computer Warehouse tenía vínculo contractual con
la demandante Mapfre Perú, en virtud de la cual ésta debía pagar a la primera,
la indemnización correspondiente por los siniestros cubiertos por la póliza
respectiva; tampoco existe controversia respecto a cómo se produjo el
siniestro del cual deriva la pretensión indemnizatoria reclamada por la pérdida
de la mercadería de Computer Warehouse, ya que Mapfre Perú, como
aseguradora de Computer Warehouse, cumplió con pagar a ésta el importe de
la pérdida de tal mercadería. Agrega, que en el presente proceso no se
cuestiona el monto indemnizatorio sino la obligación de su pago por parte de
las demandadas; y, sobre la base de lo dispuesto en los artículos 1317 y 1314
del Código Civil, se estima que debe determinarse el supuesto de inejecución
de obligaciones de parte del deudor, por lo que al evaluar si el chofer Frank
Miguel Morante actuó con dolo o culpa en la ocurrencia del siniestro (robo de
la mercadería), el juzgado determinó que si bien la demandante imputa al
señor Morante haber actuado con dolo en el siniestro por los resultados de la
investigación policial, tal aseveración queda desvirtuada cuando el Ministerio
Público desestima el extremo de las conclusiones policiales relativas a la
imputación de responsabilidad penal del señor Morante, al decidir no
formalizar denuncia penal contra esta persona; por lo que no existen
elementos de juicio sólidos que establezcan que éste actuó con dolo en el
siniestro, o culpa, sea ésta inexcusable o leve en el siniestro.

El juzgado determinó que no fluye evidencia de la que pueda inferirse que el


comportamiento específico del chofer haya sido negligente; por cuanto todo
indica que éste se limitó a conducir el vehículo en el momento que ello le fue
ordenado por IMUPESA, sin demostrarse en autos que éste lo haya hecho en
forma distinta a las condiciones habituales de seguridad, horario y ruta usual
o que le haya sido solicitado hacerlo (además de facilitado) en forma expresa
sin que él haya cumplido con ello. Indica respecto a la actuación de
Inversiones Marítimas Universales Perú Sociedad Anónima (IMUPESA), en
cuanto pudo actuar con dolo, culpa inexcusable o culpa leve al subcontratar a
M Transport Servicios Integrados Sociedad Anónima Cerrada, que la
demandante no cuestiona la subcontratación, sino el hecho de que ésta haya
recaído en M Transport Servicios Integrados, quien ya había estado implicada
anteriormente en la ocurrencia de un hecho similar (con Nestlé); por tanto,
considera que la prueba ofrecida no constituye evidencia que acredite de
manera irrefutable que IMUPESA fue negligente al subcontratar a M Transport
Servicios Integrados Sociedad Anónima Cerrada, dado que de la misma no se
infiere que ésta haya sido negligente al contratar al chofer Franck Morante;
más aún, si no obra en autos ni existe prueba aportada por la demandante que
permita concluir de forma incontrovertible que ya antes M Transport Servicios
Integrados hubiera sido negligente y, por ende, que IMUPESA lo habría sido
también al subcontratarla. En cuanto a que si IMUPESA podría haber actuado
con culpa, al no haber dispuesto que la mercadería sea trasladada en horas
del día y con personal de apoyo al chofer, no se demuestra que dichas
condiciones especiales de servicio hayan sido contratadas o solicitadas en
forma expresa por la demandante a IMUPESA para que ésta se encuentre
vinculada a ellas; tampoco se demuestra que las mismas sean propias de los
usos y costumbres de los contratos de transporte; o la negligencia imputada a
IMUPESA por contratar a una empresa que tenía antecedentes de siniestros
similares es suficiente para configurar la culpa de la misma, pues constituye
un argumento subjetivo.

Que, en cuanto a que si M Transport Servicios Integrados -empresa que


contrató al chofer Franck Morante Espinoza-, actuó o no con la diligencia
ordinaria requerida para cumplir con su obligación de transportar la
mercadería de Computer Warehouse, se determina que no existen pruebas
que sustenten tal actuación, pues al no existir razones concretas para dudar
de las competencias y/o calificaciones del chofer para las labores
encomendadas. Concluye que el robo de la mercadería constituyó una
“situación fortuita”, en cuya producción no se probó que haya operado acción
u omisión culposa ni dolosa de parte del chofer, de M Transport Servicios
Integrados Sociedad Anónima Cerrada ni de IMUPESA; por ende, corresponde
a un supuesto de causa no imputable (fuerza mayor) previsto en los artículos
1314 y 1317 del Código Civil, que eximen de toda responsabilidad en el
siniestro a las demandadas, y no nace obligación indemnizatoria.

3.6. Que, contra la mencionada sentencia, la demandante interpone recurso


de apelación (fojas 626); por lo que la Segunda Sala Civil Subespecialidad
Comercial de la Corte Superior de Justicia de Lima, absolviendo el grado
(fojas 825), revocó la sentencia que declaró infundada la demanda y
reformándola la declaró fundada; en consecuencia, ordenó a las demandadas
Inversiones Marítimas Universales Perú Sociedad Anónima (IMUPESA) y
Rímac Internacional Compañía de Seguros y Reaseguros cumplan con pagar a
favor de la demandante la suma de ciento treinta y seis mil trescientos
noventa y tres dólares americanos con cincuenta centavos (US$ 136,393.50),
con costas y costos; tras señalar que si bien es cierto el demandante no
aparejó a su escrito de demanda el contrato cuyo incumplimiento se
demanda, ello se debe a la inexistencia del mismo conforme se expuso en la
Declaración Jurada de IMUPESA, al indicarse que “no es usual que se suscriba
un contrato de transporte con el consignatario de la mercadería”; no obstante,
tal carencia no es óbice para poder determinar la relación obligatoria sobre la
base de las demás pruebas existentes en autos; por ende, existe relación
contractual entre IMUPESA y la empresa Computer Warehouse. Indica que ha
quedado acreditado que IMUPESA subcontrató a M Transport Servicios
Integrados, la que a su vez subcontrató a Frank Morante, quien cuando
conducía el vehículo fue víctima de robo al desplazarse por la intersección de
la avenida Gambeta y avenida Chota en la Provincia Constitucional del Callao,
con lo que se concluye que IMUPESA no cumplió con el servicio de transporte
contratado por Computer Warehouse, pues la mercadería nunca arribó a las
instalaciones de ésta y mucho menos pudo ser entregada a la asegurada.

Sobre si IMUPESA actuó con diligencia ordinaria requerida a efectos de


ejecutar su obligación, se determina que ésta se obligó a trasladar la
mercadería de propiedad de Computer Warehouse para lo cual subcontrató a
M Transport Servicios Integrados y ésta al chofer; del caudal probatorio no se
advierte que las partes hubieran convenido que la demandada sea la que de
forma exclusiva deba ejecutar la prestación; por ende, resultaba totalmente
válido valerse de terceros; sin embargo, se advierte que IMUPESA no actuó
diligentemente al margen de que el servicio haya sido prestado por un tercero;
pues quien contrata determinado servicio lo mínimo que espera es idoneidad
y seguridad; por ello es que Computer Warehouse contrató a IMUPESA; por
tanto, en aplicación del artículo 197 del Código de Comercio, correspondía a
ésta como “compañía de almacenamiento y depósito”, el depósito, la
conservación y custodia de los frutos y mercaderías que se les encomiendan;
en ese contexto, IMUPESA no actuó con cuidado al momento de subcontratar
a otra empresa a efectos que realice su prestación, pues recurrió a una
empresa que antes había sufrido un robo con las mismas características
(Parte Policial número 1527-2007-DIRINCRI-PNP/DIVINROR-D5-E2); por ende,
se concluye que hay violación de la diligencia debida de IMUPESA, ya que no
es responsable contratar a una empresa que poco tiempo atrás fue víctima de
asalto y robo bajo las mismas características. En cuanto a la determinación
de si IMUPESA aportó prueba que le eximiera de culpa, se establece que ésta
no aportó prueba de que haya actuado con la diligencia debida, tanto más si
se sometió a un régimen más estricto de responsabilidad al contratársele
para el transporte y depósito de mercadería de gran valor.

Sobre si IMUPESA se halla en obligación de responder por la inejecutabilidad


de las obligaciones realizadas por M Transport Servicios Integrales Sociedad
Anónima Cerrada, se determina que no se prohibió su intervención; es más, se
estima que nuestra normatividad civil considera legítimo brindar al obligado
original la posibilidad de valerse de terceros para la ejecución de su
obligación, imponiéndole la obligación de responder por los actos dolosos o
culposos realizados por los terceros; se establece que M Transport Servicios
Integrales luego de ser subcontratada por Computer Warehouse, subcontrató
a su vez al chofer Frank Morante Espinoza, quien sufrió directamente el asalto
y quien no tenía vínculo laboral estable con M Transport Servicios Integrales,
lo que evidencia la falta de cuidado de parte de la demandada IMUPESA. Se
evidencia que el traslado de la mercadería fue realizado a altas horas de la
noche, lo que evidencia una falta de diligencia total de M Transport Servicios
Integrados Sociedad Anónima Cerrada, por los antecedentes de éste en un
robo similar; por lo que el tercero debió ser más diligente al efectuar el
traslado de la mercadería con la seguridad respectiva y no transportar de
manera informal la mercadería confiada; por ende, en aplicación del artículo
1325 del Código Civil, IMUPESA debe cumplir la obligación por los perjuicios
causados por M Transport Servicios Integrados, más cuando no existe pacto
en contrario.
Que, la responsabilidad de Rímac Internacional Compañía de Seguros y
Reaseguros, como aseguradora de IMUPESA, se determina de la Póliza de
Responsabilidad Civil número 1201-511868, con vigencia del treinta y uno de
diciembre de dos mil siete al treinta de abril de dos mil ocho, se deprende que
la demandada IMUPESA contrato el seguro por responsabilidad civil hasta por
la suma de un millón de dólares (US$ 1’000,000.00), la misma que extendió
sus alcances a la Responsabilidad Extracontractual, Responsabilidad Civil de
Productos, Responsabilidad Civil Contractual, Responsabilidad Civil Patronal,
Responsabilidad Civil en Exceso de Vehículos y Responsabilidad Civil de
Almaceneros, el que posteriormente se incrementó a un millón cuatrocientos
mil dólares (US$ 1’400,000.00) sólo respecto a Responsabilidad Civil
Extracontractual y Responsabilidad Civil Patronal; se establece que por
Operación número 211741374, se extendió la póliza para “cubrir al cliente en
su calidad de operador logístico frente a clientes y/o terceros”; se establece, a
partir de lo pactado en el Item RCI 010 cláusula de Responsabilidad Civil
Contractual, que especifica las exclusiones de responsabilidad de la
aseguradora, que no se encuentra previsto en el contrato de seguro el
supuesto de hecho que es materia de este proceso; por ende, al encontrarse
en la póliza contratada por IMUPESA la responsabilidad civil contractual en su
calidad de operador logístico frente a sus clientes y/o terceros, es amparable
que la aseguradora demandada pague solidariamente la suma reclamada.

3.7. Que, esta Sala Suprema por resolución de fecha catorce de junio de dos
mil trece (fojas 73 del cuaderno de casación), declaró la procedencia ordinaria
del recurso de casación interpuesto por Rímac Internacional Compañía de
Seguros y Reaseguros, por la causal de: i) Infracción normativa del artículo
197 del Código Procesal Civil, que regula sobre la valoración de la prueba;
pues alega que, en la sentencia de vista, la consideración 6.3 mediante la cual
la Sala Superior afirma que la demandada IMUPESA no actuó diligentemente,
no se respalda con ningún hecho previo o posterior a tal afirmación; por lo
que, al tratarse de un fundamento de consideraciones posteriores, se
convierte en un error fundamental de su esquema de razonamiento, ya que
incluir una aseveración como si se tratara de una consideración constituye
por sí misma un grave error de lógica y raciocinio, más aún si tal supuesta
consideración se utiliza posteriormente como fundamento para otras
consideraciones.

Asimismo, la recurrente sostiene que si bien resultan ciertos los hechos


expuestos en la consideración 6.6 respecto a que IMUPESA no actuó con
diligencia al contratar a un tercero que fue anteriormente víctima de robo con
similares características, la conclusión es deficiente, puesto que la actividad
criminal de la que fue víctima el tercero contratado fue un evento fortuito o de
fuerza mayor; por ende, no debería acarrear responsabilidad. Así también, la
recurrente manifiesta que la consideración 7.2 no es sustentable, ya que no
obra evidencia de que Frank Miguel Morante Espinoza, quien sufrió
directamente el asalto y robo de la mercadería, sea o no personal estable de
M Transport Servicios Integrados Sociedad Anónima Cerrada; incluso, si tal
afirmación fuera cierta, la condición laboral de Frank Morante no tiene
relevancia con la ocurrencia del evento. De otro lado, señala que la
consideración 7.3, respecto al traslado nocturno de la mercadería, pese a los
antecedentes de dicha empresa, denota falta de diligencia, ya que no se tuvo
en cuenta que la actividad de comercio exterior se desarrolla durante las
veinticuatro horas del día durante los siete días de la semana y los trescientos
sesenta y cinco días del año; tampoco se tuvo en cuenta que las actividades
ilícitas en el Callao se llevan a cabo tanto de día como de noche; además, no
se expresa por qué razón se considera que se trató de un transporte de
manera informal; ii) infracción normativa del artículo 188 del Código Procesal
Civil, que establece la finalidad de los medios probatorios; pues sostiene que
la consideración 8.1 de la impugnada es errada, ya que de una lectura de la
póliza se aprecia que la suma asegurada de un millón de dólares de los
Estados Unidos de América (aumentada a un millón cuatrocientos mil dólares
de los Estados Unidos de América para algunos ítems) fue una suma
asegurada de límite único y combinado; lo que significaba que cada riesgo
tenía su propio limite particular, y no como se lee de dicho considerando que
pareciera ser un millón de dólares de los Estados Unidos de América el límite
para responsabilidad civil contractual; además, en el rubro 6 – cláusulas, se
establece que para la cobertura de responsabilidad civil contractual el límite
máximo era de cincuenta mil dólares de los Estados Unidos de América.

De otro lado, refiere que no se analizó la Cláusula RCI 010 (de fojas
setecientos noventa y siete), que establece las exclusiones de
responsabilidad de la aseguradora y en las que no se encuentra previsto el
supuesto de hecho que es materia de este proceso; tal cláusula contiene bajo
el numeral 2 un listado de hechos que se encuentran excluidos de la cobertura
otorgada por la póliza, es decir, de aquellos que en la eventualidad de su
ocurrencia no serán materia de indemnización, y tal como concluye la Sala
ninguno de ellos se ha presentado en el caso materia de autos; sin embargo,
no se tuvo en cuenta que el numeral 1 de dicha cláusula, en su parte final,
establece que serán pagadas las indemnizaciones siempre que se hayan
cumplido con las garantías indicadas en el numeral 3; y, en aplicación del
artículo 392-A del Código Procesal Civil, se declaró la procedencia
excepcional por: c) Infracción normativa del inciso 5 del artículo 139 de la
Constitución Política del Estado, a fi n de determinar si las supuestas
incorrecciones de las consideraciones 6.3, 7.2 y 7.3 (obiter dicta) invalidan la
sentencia de vista que se funda en una “ratio decidendi” distinta y coherente
pero al parecer no debidamente motivada conforme al régimen jurídico del
propio “contrato de seguro” entre la recurrente e Inversiones Marítimas
Universales Sociedad Anónima.

4. CONSIDERANDO:

Primero: Que, el principio de la motivación de los fallos judiciales constituye


una exigencia que está regulada como garantía constitucional, consagrada en
el artículo 139, inciso 5, de la Constitución Política del Estado, el cual se
trasgrede con la expedición de una resolución incongruente. Al respecto el
Tribunal Constitucional precisando el contenido del derecho constitucional a
la debida motivación de las resoluciones judiciales, ha señalado que éste: “(…)
se respeta, prima facie, siempre que exista: a) fundamentación jurídica, que no
implica la sola mención de las normas a aplicar al caso, sino la explicación y
justificación de por qué tal caso se encuentra o no dentro de los supuestos que
contemplan tales normas; b) congruencia entre lo pedido y lo resuelto, que
implica la manifestación de los argumentos que expresarán la conformidad
entre los pronunciamientos del fallo y las pretensiones formuladas por las
partes; y c) que por sí misma exprese una suficiente justificación de la decisión
adoptada, aun si ésta es breve o concisa, o se presenta el supuesto de
motivación por remisión.” [Sentencia del Tribunal Constitucional número
04348-2005-AA/TC, fundamento 2]. En concordancia con lo expuesto, el mismo
Tribunal ha señalado también respecto de la incongruencia omisiva: “Que el
derecho a la tutela judicial efectiva incluye como contenido básico el derecho
de obtener de los órganos judiciales una respuesta razonada, motivada,
fundada en derecho y congruente con las pretensiones oportunamente
deducidas por las partes, de modo que cuando la sentencia o la resolución que
ponga fin al proceso guarde silencio o no se pronuncie sobre alguna de las
pretensiones planteadas por las partes, dejando imprejuzgada o sin respuesta
la cuestión planteada a la consideración del órgano judicial, se produce una
incongruencia omisiva o ex silentio, siempre que el silencio judicial no pueda
razonablemente interpretarse como una desestimación tácita, cuya motivación
pueda inducirse del conjunto de los razonamientos contenidos en la
resolución.” [Sentencia del Tribunal Constitucional número
01333-2002-AA/TC, fundamento 3].

Segundo: Que del mismo modo, en la sentencia del Tribunal Constitucional


contenida en el expediente número 04295-2007-PHC/ TC, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el veinticinco de setiembre de dos mil ocho, se ha
señalado que: “(…) El incumplimiento total de dicha obligación, es decir, el dejar
incontestadas las pretensiones, o el desviar la decisión del marco del debate
judicial, generando indefensión, constituye vulneración del derecho a la tutela
judicial y también del derecho a la motivación de la sentencia (incongruencia
omisiva)”.

Tercero: Que, examinadas las argumentaciones expuestas en casación, se


concluye que la impugnante denuncia que al emitirse la recurrida no se ha
valorado el material probatorio en forma conjunta, ni se ha establecido la
finalidad de los medios probatorios, alegando además que la Sala Superior no
ha motivado los argumentos de hecho en relación a las razones por las cuales
se concluyó que IMUPESA no actuó diligentemente al ejecutar la prestación
para la cual había sido contratada, al margen que el servicio haya sido
prestado por un tercero, y como es que falto al principio de idoneidad y
seguridad en la prestación del indicado servicio, conforme expone en el punto
6.3 y siguientes de los fundamentos de la sentencia de vista, así como lo
referido a la póliza de seguros.

Cuarto: Que, en ese sentido, es menester traer a colación que si bien es cierto
no corresponde a esta Sala Suprema analizar las conclusiones a las que llegó
la instancia de mérito sobre las cuestiones de hecho, ni las relativas a la
valoración de la prueba examinada en instancia; sin embargo, es factible el
control casatorio tratándose de infracción de las reglas que regulan la
actividad probatoria, entre ellas, las que establecen que el Juez tiene la
obligación procesal de valorar todos los medios probatorios en forma
conjunta, utilizando su apreciación razonada. En esa línea de pensamiento, el
artículo 188 del Código Procesal Civil establece como finalidad de los medios
probatorios acreditar los hechos expuestos por las partes, producir certeza en
el Juez respecto de los puntos controvertidos y fundamentar sus decisiones,
norma procesal cuya aplicación resulta ser de carácter imperativo por
disposición expresa del artículo IX del Título Preliminar del Código Procesal
Civil. En el caso de autos, la Sala Civil Superior para revocar la sentencia de
primera instancia precisa en el fundamento 6.3: “Sin embargo se advierte que
IMUPESA no ha actuado diligentemente al margen de que el servicio haya
sido prestado por un tercero. Por cuanto si yo contrato determinado servicio
lo mínimo que espero es idoneidad y seguridad”; por otro lado, en el
fundamento 6.6. manifiesta: “IMUPESA no actuó con cuidado al momento de
subcontratar a otra empresa a efectos realice su prestación, pues recurrió a una
empresa que siete meses antes había sufrido un robo con las mismas
características al que sufrió el contenedor de Computer Warehouse, tal como
se evidencia de la copia certificada del Parte Policial Nº
1527-2007-DIRINCRI-PNP/DIVINROR-D5.E2 obrante a folios 396)”. Situación
que a todas luces evidencia violación a la diligencia debida por parte de la
empresa codemandada, ya que no es responsable de contratar a una empresa
que poco tiempo atrás había sido víctima de un asalto y robo con las mismas
modalidades, es decir, para la Sala Superior, basta con que una empresa
hubiere sido víctima de robo para que no se pueda contratar con ella, pues de
lo contrario incurriría en violación a la diligencia debida, no evidenciándose
que hubiere efectuado algún análisis respecto a la conducta del chofer Frank
Miguel Morante Espinoza, quien es el que transportaba la mercancía que sirve
de sustento para el inicio del presente proceso, conforme así también se
indicó en el cuarto considerando de la sentencia de vista con que se anuló la
primera sentencia expedida en el presente proceso. De otro lado, tampoco se
ha efectuado un análisis respecto al horario del transporte, el que también ha
servido de sustento en la sentencia materia del presente recurso
impugnatorio, pues no se ha indicado si de haberse efectuado el transporte de
la mercadería en horas de la mañana se hubiera evitado el robo.

Quinto: Que, al respecto cabe señalar que, de la lectura integral de la


sentencia de vista, se puede concluir que efectivamente al tratar la Sala
Superior el tema relacionado con la diligencia ordinaria determinó que
IMUPESA no actuó con cuidado al momento de sub contratar a la
codemandada, quien siete meses antes había sido víctima de robo de
mercadería con las mismas características que sufrió el contenedor de
Computer Warehouse, es decir, que para la Sala Superior bastó con que la
empresa hubiera sido víctima de los mismos hechos unos meses antes, y que
debió cuidarse que el traslado de la mercancía no se efectuara en la noche,
sin precisar o efectuar el análisis correspondiente, que si hubiere contratado a
otra empresa para dicho traslado estos hechos no se hubieran suscitado, así
como que si el traslado se efectuaba en horas de la mañana, se hubiera
evitado tales circunstancias.

Sexto: Que, respecto a la póliza de seguros, no se advierte que la Sala


Superior al revocar la sentencia de primera instancia hubiere precisado hasta
donde alcanza la responsabilidad solidaria asumida por la aseguradora,
teniendo en cuenta lo dispuesto por el artículo 1361 del Código Civil, y el
inciso 4 del artículo 325 del la Ley número 26702; pues si bien se lee de la
Póliza de Responsabilidad Civil número 1201-511868, con vigencia del treinta
y uno de diciembre de dos mil siete al treinta de abril de dos mil ocho, que la
demandada IMUPESA contrató los servicios de seguros por Responsabilidad
Civil hasta por la suma de un millón de dólares, extendiendo sus alcances a
Responsabilidad Extracontractual, Responsabilidad Civil de Productos,
Responsabilidad Civil Contractual, Responsabilidad Civil Patronal,
Responsabilidad Civil en Exceso de Vehículos y Responsabilidad Civil de
Almaceneros, el que posteriormente se incrementó a la suma de un millón
cuatrocientos mil dólares americanos, por operación número 211741374, no
es menos cierto que existen en algunos de los alcances de la responsabilidad
civil un tope de cobertura conforme se aprecia a folios setecientos cuarenta y
siete, tema que no ha sido analizado por la Sala Superior a fin de indicar si la
aseguradora debe pagar o no la suma ordenada por la Sala Superior,
verificándose que se ha desviado la decisión del marco del debate judicial, lo
que genera indefensión, constituyendo ello una vulneración del derecho a la
tutela judicial y también del derecho a la motivación de las resoluciones
judiciales.

Sétimo: Que, en este esquema, una de las garantías que asiste a las partes del
proceso es la que se expidan resoluciones debidamente motivadas,
advirtiéndose que la Sala Superior ha incurrido en infracción a la debida
motivación de las resoluciones judiciales, y específicamente en cuanto a la
valoración de los medios probatorios, que posibiliten crear la convicción en el
juzgador que sus argumentos son los correctos. Por ello, el vínculo entre
prueba y tutela procesal efectiva es ineludible: la primera constituye un
derecho – regla de la segunda y una verdadera garantía de su ejercicio.
Ninguna prueba, deberá ser tomada en forma aislada, tampoco en forma
exclusiva sino en su conjunto, por cuanto solo teniendo la visión integral de
los medios probatorios se puede sacar conclusiones en busca de la verdad
que es el fin del proceso, incurriendo en nulidad al dictarse la sentencia de
vista.

Octavo: Que, en tal contexto, al configurarse el motivo de la infracción


normativa denunciada, el recurso de casación debe ser amparado; por lo que
corresponde el reenvío del proceso a la Sala Superior, a efecto de que emita
nueva sentencia.

5. DECISIÓN:

Por tales consideraciones y en aplicación de lo dispuesto por el artículo 396,


inciso 1, del Código Procesal Civil.
5.1. Declararon FUNDADO el recurso de casación interpuesto por Rímac
Internacional Compañía de Seguros y Reaseguros (fojas 845); CASARON la
sentencia impugnada; en consecuencia NULA la sentencia de vista contenida
en la resolución número veintitrés (fojas 825), del dieciocho de diciembre de
dos mil doce;

5.2. ORDENARON el reenvío del proceso a la Segunda Sala Civil Sub


Especialidad Comercial de la Corte Superior de Justicia de Lima, a fin que
emita nueva resolución conforme a derecho y a los actuados; y,

5.3. DISPUSIERON la publicación de la presente resolución en el Diario Oficial


El Peruano, conforme a Ley; en los seguidos por Mapfre Perú Compañía de
Seguros y Reaseguros Sociedad Anónima con Inversiones Marítimas
Universales Sociedad Anónima y Rímac Internacional Compañía de Seguros
y Reaseguros, sobre indemnización por daños y perjuicios; y los devolvieron.
Interviene como ponente la Jueza Suprema señora Huamaní Llama.-

ARGENTINA
El 16 de diciembre de 2020, la Sala C de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Comercial
confirmó la decisión del Juzgado Nacional N.º 18 del fuero que condenó a una compañía de
transporte a indemnizar a una empresa textil por el robo de la mercadería transportada, tras
comprobar que no había contratado el seguro sobre la carga obligatorio que ordena el artículo
10 de la Ley de Transporte Automotor de Cargas (Ley N.º 24653).
La actora inició su reclamo contra la empresa de transporte terrestre y el conductor del vehículo
sustraído por los daños y perjuicios sufridos a raíz del robo de la mercadería de su propiedad
transportada por dicha compañía. La damnificada ya había reclamado al transportista el valor
total de los objetos encomendados, pero no había tenido suerte.

Tal como se desprende de la lectura de las sentencias de ambas instancias, en autos no se


discutió la relación contractual existente entre las partes, como tampoco la obligación de
resultado que pesa sobre el transportista de entregar las cosas en el lugar y la forma pactada.
Por el contrario, el transportista fundó su defensa en lo prescripto en el artículo 172 del
derogado Código de Comercio, aplicable por encontrarse vigente al momento de los hechos, en
tanto pone en cabeza del cargador los daños que se produzcan por vicio propio de las cosas,
fuerza mayor o caso fortuito. A su vez, la demandada alegó que fue la propia actora quien
decidió no tomar el seguro obligatorio establecido en el artículo 10 de la de la Ley de Transporte
Automotor de Cargas, incluso luego de haberle advertido que debía hacerlo.

La Jueza de primera instancia, para hacer lugar a la demanda, consideró que, de conformidad
con el artículo 176 del Código de Comercio, el porteador está obligado a indemnizar al cargador,
incluso frente a averías o pérdidas que provengan de un caso fortuito, cuando se pruebe que la
pérdida proviene de su negligencia o culpa, por haber dejado de emplear los medios o
precauciones practicadas en circunstancias idénticas por personas diligentes.

Así, la Jueza de grado consideró demostrado que el transportista “no adoptó las medidas
necesarias para evitar el daño a la cargadora; esto es, la concertación de un seguro
–obligatorio– sobre la carga”, y concluyó que, teniendo en cuenta la obligación de indemnizar
prevista en el artículo 176 Código de Comercio, la porteadora no puede ser eximida de
responsabilidad, aunque se considere que el robo fuera un supuesto de fuerza mayor.

La Ley de Transporte Automotor de Cargas incluye en su artículo 10 los seguros obligatorios


para todo aquel que realice operaciones de transporte tanto para circular como para prestar
servicios. El inciso b) establece la obligatoriedad del seguro sobre la carga cuando medie
contrato de transporte, debiendo indicar en la póliza los riesgos cubiertos, y prevé la posibilidad
de que sea contratado por el remitente o consignatario, haciendo entrega al transportista del
certificado de cobertura o bien por quien realice la operación de transporte. Así, los gastos que
la contratación ocasione quedan a cargo del dador de la carga.

Al respecto, la Sala C afirmó que es obligación principal del transportista contratar un seguro
sobre la carga y que no basta la simple invocación de la advertencia a la actora de que podía
tomar un seguro. En efecto, la Cámara consideró que al realizar el transporte sin la cobertura
exigida el transportista comprometió su responsabilidad.

Finalmente, la Sala concluyó que, frente a la negativa de un remitente o consignatario de tomar


el seguro obligatorio sobre su carga, el transportista deberá rechazar el trabajo encomendado o
contar con su propio seguro, el que debe ser idóneo para cumplir con la obligación legal exigida.

Autos: “Daulerio, Diana c/ Transportadores Unidos S.R.L. y otros s/ Ordinario”, (expediente


N°15106/2015).

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