En las calles de asfalto ardiente, el odio se cierne,
Gritos de almas rotas, la paz que no gobierna.
Maquiavélico es el juego que juegan sin parar, Manipulando mentes, viendo el mundo desangrar. La violencia es el veneno que se inyecta en las venas, Corazones endurecidos, almas sin cadenas. El juego de poder se vuelve siniestro, cruel, Un ajedrez de dolor, donde el rey no es fiel. Alto a la violencia, gritemos con voz sincera, Cambiemos el rumbo, despierta la primavera. Las armas son palabras, el amor es la bandera, Unamos los corazones, que la esperanza nos espera. Alto a la violencia, gritemos con voz sincera, Cambiemos el rumbo, despierta la primavera. Las armas son palabras, el amor es la bandera, Unamos los corazones, que la esperanza nos espera. En este mundo turbio, donde el dolor impera, Unamos nuestras fuerzas, que la paz sea la esfera. Maquiavélico juego no puede ser el legado, Elevemos nuestra voz, construyamos un mundo renovado. En el asfalto ardiente donde el odio se consume, Las almas se desgarran, en un mundo que se esfuma. La rabia es el veneno, que fluye sin medida, Pero alzaremos la voz, por una vida más florida. Detén las balas de rencor, cambia esta danza, Las heridas sanarán, cuando el amor avanza. En la noche más oscura, una luz se vislumbra, Alto a la violencia, que la esperanza alumbra. Las metáforas de guerra, en las calles resuenan, Los corazones cansados, por las batallas que trenzan. Pero en los versos encriptados, encontramos el camino, Hacia un mañana sin sombras, donde los sueños son divinos. En cada verso vibrante, en cada estrofa sincera, Elevamos el mensaje, que el mundo entero espera. No hay límites en la lucha, por cambiar la historia, Alto a la violencia, hacia un nuevo amanecer de gloria.