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De la memoria colectiva a la violencia clandestina.

Las fosas comunes como sistemas sociales.


Pedro Pablo Calvo Navarrete

¿Qué es un sistema social?


El término “sistema social” fue implementado por Niklas Luhmann quien integró la
Teoría General de Sistemas (TGS) al análisis de las sociedades modernas. En términos
generales, la TGS afirma que la estructura de un conjunto de elementos está
determinada no por los elementos considerados al margen del resto sino por la
interrelación y la interacción que guarda cada elemento con el resto del conjunto; en
otras palabras, según la TSG, “las propiedades de un sistema no pueden ser descritas
significativamente en términos de sus elementos separados (...) la comprensión de los
sistemas sólo es posible cuando éstos son estudiados de forma global considerando
todas las interrelaciones e interacciones de sus partes”1. Cabe destacar que un sistema
siempre está orientado hacia el logro de un determinado objetivo; la finalidad o razón
del sistema mismo es lo que integra toda su estructura e interrelaciones. Según esto,
Luhmann2 afirma que un sistema social está compuesto fundamentalmente no por
sujetos o individuos, sino por sus interacciones, específicamente por “eventos
comunicativos”, que condicionan la organización del sistema social y determinan sus
límites, los cuales no son físicos sino mas bien semánticos. Resulta necesario aclarar
que un sistema social se diferencia del entorno3 (“environment”4) de dónde surge; esto
quiere decir que los límites semánticos y los eventos comunicativos de un sistema social
específico permiten distinguirlo del entorno total, de ahí que Luhmann distinga entre
varios tipos de sistemas y subsistemas sociales como el político, religioso, cultural o
artístico, científico, jurídico, etc. De esta manera, cada sistema social está comprendido
dentro de un entorno, el cual representa “la totalidad de lo que existe”, por así decirlo.
Cada sistema social está organizado de acuerdo a una red de interacciones y
comunicaciones específicas que lo organizan y delimitan.
Ahora bien, a través de este breve escrito intentaremos demostrar que las fosas
comunes son sistemas sociales estructurados de acuerdo a dinámicas específicas y que a
lo largo de la historia hasta nuestros días, las interacciones y eventos comunicativos
han modificado la carga semántica y los límites de estos sistemas. En el contexto de la
sociedad mexicana las fosas comunes han adquirido, en las últimas décadas, un carácter
clandestino relacionado con la delincuencia organizada y que se ha alejado de la
finalidad y razón de ser de lo que eran las fosas comunales como espacios destinados a

1
Islas, O., Media Ecology: A Complex and Systemic Metadiscipline, p. 207
2
Luhmann, N., Ecological Communication, p. 103 y sigs.
3
El entorno representa la totalidad de lo que existe, por ello es mucho mas complejo que un sistema
social. Un sistema social surge de la reducción de la complejidad del entorno, de ahí que un sistema social
nunca pueda llegar a abarcar el entorno.
4
Luhmann, N., Op. cit., p. 98
la preservación de la memoria y de los vínculos entre vivos y muertos5 en una
comunidad. Como sistemas sociales, las fosas comunales han pasado de tener un
objetivo relacionado con la protección y el cuidado, a adquirir (a través de diversas
interacciones y eventos comunicativos) un carácter clandestino, violento y
eliminacionista.

Las fosas comunes como sistemas sociales.


En un principio, las fosas comunes habían representado los cimientos y la memoria de
los asentamientos humanos, habían representado la conservación de los vínculos
afectivos entre vivos y muertos; sin embargo, la normalización y la legitimación de las
prácticas violentas han hecho que las fosas comunes adquieran un carácter de
clandestinidad y violencia relativa al crimen organizado. Como sistemas sociales, las
fosas eran manifestación de las prácticas comunitarias orientadas a mantener “una
continuidad de la memoria de la comunidad de los vivos (...) nutriendo una relación
afectiva-espacial entre el vivir y el morir, entre el poblar y el conmemorar”6. Los actos
violentos de la delincuencia organizada (que también son eventos comunicativos, que
involucran un lenguaje específico) han modificado la carga semántica de las fosas
comunes, en otras palabras: “abierto a la intervención participada por las relaciones y
referencialidades que implica, entonces, el espacio de cara a las violencias se ve alterado
en su eje de la referencialidad”7
Como acontecimiento antropoespacial, las fosas clandestinas “son estructuras creadas
artificialmente que modifican y alteran los vínculos y las relaciones espaciales.”8 Los
procedimientos de denigración, exclusión, coerción, vulneración, exterminio y
desconfiguración humana en dimensiones masivas de indefensión son eventos
comunicativos, interacciones particulares que modifican la organización y la carga
semántica, el significado, de las fosas comunes como espacios destinados a la
continuación y preservación de la memoria de nuestros antepasados.
“Las fosas clandestinas son, por ello, un acto de fuerza-daño agenciado por una acción
colectiva y organizada en su ejecución, que busca alterar la calidad espacial de la
vivencia.”9 Como sistemas sociales las fosas clandestinas están constituidas por eventos
comunicativos e interacciones particulares que mantienen su organización y sus
dinámicas, estos eventos comunicativos son dinámicas e interacciones específicas
desplegadas en el ámbito de la delincuencia organizada. Los actos comunicativos son
los componentes fundamentales de los sistemas sociales y requieren de una respuesta,
de una interacción reiterativa entre diversos agentes. Los eventos comunicativos que
mantienen la organización de las fosas clandestinas en tanto que sistemas sociales no
5
Aguirre, A., Violencia Colectiva: Espacio y Fosas Clandestinas en el México Contemporáneo, p. 167 y
sigs.
6
Aguirre, A., op. Cit., p. 160 y sigs.
7
Ibídem.
8
Ibídem.
9
Ibídem.
son sino “un proceso reiterativo de violencia que activan tanto grupos criminales,
grupos subestatales, así como agentes gubernamentales.”10
De esta manera, la violencia reiterada y la producción de muerte son eventos
comunicativos que se despliegan a través de dinámicas y prácticas orientadas a ejercer
un daño de manera deliberada. Estos eventos comunicativos han pasado de ser casos
excepcionales a estar continuamente presentes en la producción del espacio social. La
extensión de la violencia en el territorio mexicano puede explicarse al considerar las
interrelaciones entre los diversos sistemas y subsistemas que integran a la sociedad
mexicana como un entorno total. Esto quiere decir, que las prácticas violentas que dan
origen a las fosas clandestinas no son eventos aislados, sino que son eventos que
guardan relación con todos los sistemas y subsistemas que incorpora la sociedad
mexicana. La modificación de una parte del sistema repercute en la estructura global
del sistema completo. Los actos violentos no se desarrollan de manera aislada sino que
tienen efectos en la totalidad del entorno. Ello explica que “el problema en la
comprensión de la violencia perpetrada en las fosas clandestinas no sólo atenta a un
marco de legalidad jurídica, sino que se extiende a otras esferas como el ámbito
cultural, antropológico, social y político”11.

Conclusión.
El carácter clandestino que han adquirido las fosas es producto de un proceso de
inmunización de la violencia promovido por las instancias de seguridad pública del país
y aplicado a través de los medios de comunicación. Estos eventos e interacciones
comunicativas han dotado a las fosas comunes, comprendidas como sistemas sociales,
de un objetivo, de una finalidad y razón de ser distinta a la que en otros tiempos
incorporaban, a saber: la de proteger y preservar la memoria de los muertos y el
vínculo afectivo de los vivos con sus antepasados. Esto demuestra que la carga
semántica de las fosas comunes, en tanto que sistemas sociales, ha sido alterada por
una serie de interacciones y eventos comunicativos que legitiman y normalizan el
crimen organizado y que tiene repercusiones en los otros sistemas y subsistemas que
integran el entorno de la sociedad mexicana contemporánea.

10
Aguirre, A., Violencia Colectiva: Espacio y Fosas Clandestinas en el México Contemporáneo, p. 167 y
sigs.
11
Ibídem.
Bibliografía.
Aguirre, Arturo. Violencia Colectiva: Espacio y Fosas Clandestinas en el México
Contemporáneo. Cuadernos del Instituto Nacional de Antropología y Pensamiento
Latinoamericano - Series Especiales Vol. 9 N° 2, Año 2021 pp. 163-171

Islas, Octavio. Media Ecology: A Complex and Systemic Metadiscipline. Philosophies


2016, 1, 190–198

Luhmann, Niklas. Ecological Communication. The University of Chicago Press, Polity


Press, Cambridge, 1989

—----------------- La Realidad de los Medios. Universidad Iberoamericana, España,


1996.

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