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, - vl ; at Fue una clara tarde, triste y sofiolienta Yo voy sofand caminos tarde de verano. La hiedra asomaba de la tarde. (Las colinas 3} muro del parque, negra y polvorienta doradas, los verdes pinos, La fuente sonaba. Jas polvorientas encinas!... Rechiné en la vieja cancela mi lave; gAddnde el camino ird? con agtio ruido abridse la puerta Yo voy cantando, viajero de hierro mohoso y, al cerrarse, grave alo largo del sendero... golpes el silencio de la tarde muerta. “La tarde cayendo est—. En el solitario parque, Ia sonora el coraz6n tenia copla borbollante del agua cantora ta espina de una pasién; me guid a la fuente. La fuente vertia logré arrancérmela un dfa: sobre el blanco mérmol su monotonia. ya no siento el corazén.» La fuente cantaba: {Te recuerda, hermano, 'Y todo el campo un momento un sueio lejano mi canto presente? se queda, mudo y sombrio, Fue una tarde Ienta del lento verano. meditando, Suena el viento Respond a la fuente: en los dlamos del rfor No recuerdo, hermana, La tarde més se oscurece; ‘mas sé que tu copla presente es lejana, Fue esta misma tarde: mi cristal vertia como hoy sobre el marmol su monotonta. @Recuerdas, hermano?... Los mirtos talares, {que ves, sombreaban los claros cantares que escuchas. Del rubio color de la lama, dl fruto maduro pendfa en la rama, Jo mismo que ahora. ZRecuerdas, hermano?. Fue esta misma lenta tarde de verano, —No sé qué me dice tu copla riente de ensuefios lejanos, hermana la fuente. Yo sé que tu claro cristal de alegria ya supo del arbol la fruta bermeja, Yo sé que es lejana la amargura mia ‘que suefa en Ta tarde de verano vieja Yo sé que tus bellos espejos cantores copiaron antiguos delirios de amores: y el camino que serpea y débilmente blanquea, se enturbia y desaparece. Mi cantar vuelve a plavir: «Aguda espina dorada, c quién te pudiera sentir en el corazén clavada». las claras tardes de estfo fen que yo empecé a sofiar! Y en la aborrecida escuela, raudas moscas divertidas, . Petseguidas mas cuéntame, fuente de lengua encantada, XLVI pojanatx: dela que weed cuéntame mi alegre leyenda olvidada. —que todo es volar—, sonoras, —Yo no sé leyendas de antigua alegrfa, LAS Moscas rebotando en los cristales sino historias viejas de melancolfa. en los dias otofiales.. Fue una clara tarde de! lento verano. Vosotras, las familiares, Moscas de todas las horas, ‘Tid ventas solo con tu pena, herman inevitables golosas, de infancia y adolescencia, tus labios besaron mi linfa serena, ‘vosotras, moscas vulgares, de mi juventud dorada; a y en la clara tarde, dijeron tu pena. ‘me evocdis todas las cosas. _de esta segunda inocencia, Dijeron tu pena tus labios que ardian; Oh, viejas moscas voraces que da en no creer en nada, Ja sed que ahora tienen, entonces tenfan. como abejas en abril, de siempre... Moscas vulgares, —Adi6s para siempre la fuente sonora, _viejas moscas pertinaces que de puro familiares del parque dormido eterna cantora. sobre mi calva infantil! no tendréis digno cantor: Adids para siempre; tu monotonfa, iMoscas del primer hastfo yo sé que os habéis posado: fuente, es mds amarga que la pena mia. en el saldn familiar, sobre el juguete encantado, Rechiné en la vieja cancela mi lave; sobre el librote cerrado, ‘con agrio ruido abridse la puerta sobre la carta de amor, de hierro mohoso y, al cerrarse, grave sobre los psirpados yertos soné en el silencio de la tarde muerta, de los muertos. Inevitables golosas, que ni labrais como abejas, ni brilis cual mariposas; = pequefitas, revoltosas; vosotras, amigas viejas, Soledades Galena, 0 Mos \ yeu junch) - SS. CVI ‘A ORILLAS DEL. DUERO Mediaba el mes de julio. Era un hermoso dia. Yo, solo, por las quiebras del pedregal subja, puscando los recodos de sombra, lentamente Atrechos me paraba para enjugar mi frente ydar algiin respiro al pecho jadeante; ecrépitas ciudades, caminos ni mesones, | aténitos palurdos sin danzas ni canciones ‘ve ain van, abandonando el mortecino hogar, Aino tus largos ros, Castilla, hacia la mar! | Castilla miserable, ayer dominadora, ; envuelta en sus andrajos desprecia cuanto ignora | “Espera, duerme o suefta? ¢La sangre derramada ] icbre de Ia espada? fecuerda, cuando tuvo Todo se mueve, fluye, discurre, corre o gira; i dambian la mar y el monte y el ojo que los mia Pas6? Sobre sus campos atin el fantasma yerra bien, ahincando el paso, el cuerpo hacia adelante en pueblo que ponta a Dios sobre la guetra yhacia la mano diestra vencido y apoyado en un bast6n, a guisa de pastoril cayado, trepaba por los cerros que habitan las rapaces aves de altura, hollando las hierbas montaraces ¢defuerte olor —romero, tomillo, salvia, espliego—. Sobre los agrios campos cafa un sol de fuego. |cruzaba solitario el puro azul del cielo. Yo divisaba, lejos, un monte alto y agudo, y una redonda loma cual recamado!® escudo, y cdrdenos alcores sobre la parda tierra ~harapos esparcidos de un viejo amés' de gu las serrezuelas calvas por donde tuerce el Duero para formar la corva ballesta de un arquero en torno a Soria. —Soria es una barbacanal®, hacia Aragén, que tiene la torre castellana—. Veia el horizonte cerrado por colinas oscuras, coronadas de robles y de encinas, desnudos pefiascales, algtin humilde prado donde el merino pace y el toro, arrodillado sobre la hierba, rumia; las margenes del rio lucir sus verdes Alamos al claro sol de estio, y, silenciosamente, lejanos pasajeros, itan diminutos! —carros, jinetes y arrieros—, ruzar el largo puente, y bajo las arcadas Ge piedra ensombrecerse las aguas plateadas del Duero. El Duero cruza el coraz6n de roble de Iberia y de Castilla |Oh, tierra triste y noble, la de los altos anos y yermos y roquedas, de campos sin arados, regatos"® ni arboledas; "2 Bordado de realce. \ Conjunto de armas defensivas que se aseguraban en ¢ cuerpo con correasy hebilas, Ona caberas de puente, ® arroyudos de rego, Wadwado hens ebettagonden ik 2pisto lar £ | dnarworse CALA cory 4G haw ‘avanzada y aislada para defender puertas de plazas La madre en otro tiempo fecunda en capitanes, | qudrastra es hoy apenas de humildes ganapanes”. Castilla no es aquella tan generosa un dia, cuando Myo Cid Rodrigo el de Vivar volvia, | syfano de su nueva fortuna y su opulencia, ‘a regalar a Alfonso los huertos de Valencia; Un buitre de anchas alas con majestuoso vuelo) g que, tras a aventura que acredit6 sus brios, pedia la conquista de los inmensos rios Indianos a la corte, Ia madre de soldados, gquerreros y adalides que han de tornar, cargados de plata y oro, a Espafa, en regios galeones, para la presa cuervos, para la lid leones. Filésofos nutridos de sopa de convento contemplan impasibles el amplio firmamento; 'ysiles llega en suefios, como un rumor distante, ‘Gamor de mercaderes de muelles de Levante, no acudirdn siquiera a preguntar: qué pasa? Y ya la guerra ha abierto las puertas de su casa. Castilla miserable, ayer dominadora, ‘envuelta en sus harapos desprecia cuanto ignora, El sol va declinando. De la ciudad lejana me llega un armonioso tafido de campana i ya irén a su rosario las enlutadas viejas—. De entre las peiias salen dos lindas comadrejas'*; me miran y se alejan, huyendo, y aparecen de nuevo, jtan curiosasl... Los campos se oscurecea| Hacia el camino blanco esta el mesdn abierto ‘al campo ensombrecido y el pedregal desierto. ' Hombres que se ganan la vida levando reeados y trans portando bultos de un punto a otro. También se aphia a las personas rudasy toss. ; i 5 i i i . Ean b% azules Yok soy dla Seuila Q\\iuee ARAS B34 ak wea! x lores poi cx CAMPOS DE SORIA ! Es la tierra de Soria drida y frfa. Por las colinas y las sierras calvas, verdes pradillos, cerros cenicientos, Ja primavera pasa dejando entre las hierbas olorosas sus diminutas margaritas blancas, © Trompeta hecha con un euerno de marfi, La tierra no revive, el campo suefia Alempezar abril estd nevada la espalda del Moncayo; el caminante leva en su bufanda envueltos cuello y boca, y los pastores pasan cubiertos con sus iuengas capas. Las tierras labrantfas, como retazos de estameftas® pardas, el huertecillo, el abejar, los trozos de verde oscuro en que el merino pasta, entre plomizos pefascales, siembran el suefio alegre de infantil Arcadia, En los chopos lejanos del camino, parecen humear las yertas ramas como un glauco™ vapor —las nuevas hojas— yen las quiebras de valles y barrancas blanquean los zarzales florecidos, y brotan las violetas perfumadas. 0 Es el campo undulado, y los caminos -ya ocultan los viajeros que cabalgan 3% Tejido de lana, sencillo yordinario, que tiene la urdimbre yla trama de estambre. 3 Verde claro 40 en pardos borriquillos, ya al fondo de la tarde arrebolada elevan las plebeyas figurillas, que el lienzo de oro del ocaso manchan. Mas si trepdis a un cerro y veis el campo desde los picos donde habita el Aguila, son tornasoles de carmin y acero, Uanos plomizos, lomas plateadas, circuidos por montes de violeta, con las cumbres de nieve sonrosada. wv iLas figuras del campo sobre el cielo! Dos lentos bueyes aran en un alcor, cuando el otofio empieza, ¥ entre las negras testas doblegadas bajo el pesado yugo, pende un cesto de juncos y retama, que es la cuna de un nifio; y tras la yunta marcha un hombre que se inclina hacia la tierra, yuna mujer que en las abiertas zanjas arroja la semilla Bajo una nube de carmin y lama, en el oro fluido y verdinoso del poniente, las sombras se agigantan, 4 Ye Capos de Cctible (9t2) cxv + AUN OLMO SECO Al olmo viejo, hendido por el rayo y en su mitad podrido, con las lluvias de abril y el sol de mayo, algunas hojas verdes le han salido. {El olmo centenario en la colina que lame el Duero! Un musgo amarillento Te mancha la corteza blanquecina al tronco carcomido y polvoriento. No serd, cual los dlamos cantores que guardan el camino y la ribera, habitado de pardos ruisefiores. Ejército de hormigas en hilera vva trepando por él, y en sus entrafias urden sus telas grises las araflas ‘Antes que te derribe, olmo del Duero, con su hacha el lefiador, y el carpintero te convierta en melena de campana”, 7 Pieza de madera que, unida a la campana, sive para vo tearla CXXXV EL MANANA EFIMERO a La Espafia de charanga y pandereta, cerrado y sacristi, devota de Frascuelo™ y de Maria. de espfritu burldn y de alma quicta, ha de tener su mérmol y su dia, su infalible mafiana y su poeta. El vano ayer engendrara un mafiana vvacio ¥ ipor ventura! pasajer. Sera un joven lechuzo® y tarambauna", un say6n*! con hechuras de bolero", ‘ala moda de Francia realista", tun poco al uso de Paris pagano, yal estilo de Espafia especialista en el vicio al aleance de la mano. Esa Espafia inferior que ora ¥ bosteza, Sobrenombre del torero Salvador SAacher, Pe (1842-1808), Destacd en las faenas de muletay estou Noctdmbulo, © Persona alocada, de poco julio 4 Cofrade que va en las procesiones de Semana Santa v con una tna lang. ‘© Chaquetila costa ‘© Partidario del rey. wedano lanza de carro o yugo de carreta; antes que rojo en el hogar, mafiana, ardas de alguna misera caseta, al horde de un camino; antes que te descuaje un torbellino Y tronche el soplo de las sierras blancas; Antes que el rio hasta la mar te empuje por valles y barrancas, ‘Olmo, quiero anotar en mi cartera Ta gracia de tu rama verdecida. Mi coraz6n espera también, hacia Ia luz y hacia la vida, otro milagro de la primavera. Soria, 1912 XIX fa me arrancaste lo que yo mas querta ‘mfo, mi corazén clamar. efior, contra la mia. razon y el mar. Seftor, ¥ Oye otra vez, Dios Tu voluntad se hizo, Se Sefior, ya estamos solos mi cot SSS ae vieja y tahir, zaragatera y triste; esa Espaiia inferior que ora y embiste, teuando se digna usar de la cabeza, atin tendré luengo parto de varones amantes de sagradas tradiciones de sagradas formas y manera; florecern las barbas apostolicas, y otras calvas en otras calaveras prillardn, venerables y catdlicas. El vano ayer engendrard un mafiana vacio y ipor ventura! pasajero, Ja sombra de un lechuzo tarambana, de un saydn con hechuras de bolero; fl vacuo ayer dard un mafiana huero. ‘Como la ndusea de un borracho ahito de vino malo, un rojo sol corona de heces turbias las cumbres de granito; hay un mafiana estomagante escrito en la tarde pragmitica* y dulzona. ‘Mas otra Espafia nace, Ja Espafia del cincel y de la maza, con esa eterna juventud que se hace del pasado macizo de la raza. Una Espafia implacable y redentora, Espana que alborea con un hacha en la mano vengadora; Espaiia de la rabia y de la idea. “ Practica, Aqui en el sentido de vulgar, carente de aspras ‘ones y de ideas (azer] wove) Fey q “ugzeioo [a ayrepay ap BY seuedsq sop sey ap euy) “soiq epsens 2} ‘opunur [e souata anb oyjouedsy “ezaqsoq anb vuedsy eno £ auanwi anb euedsg eun arua “ezarduro JIALA & A JIALA aremb anb jouedsa un Aey eA mr “resid & Jas[OA ap bY 2s | vounu anb epuas [aA as SpHE eyStA ET Jaajoa pe A ‘ourureo aoey as Jepue [y

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