teatral), de su interés por el arte, necesito saber y por qué de la vida y la obra de Débora Arango, quién medio para ello y que alcance tuvo, y tiene en su vida, o no? No creo que de manera consciente Débora Arango o su obra hayan sido revelación para la construcción de mi obra escrita o de mis montajes-instalaciones escénicas. Débora Arango y su obra han sido más bien, diría yo, una especie de presencia permanente fantasma fantasmática, una aparición que se disuelve o imbrica o encarna en algunas maneras subtextuales como pueden ser el color que se instala como territorio donde ocurren las violencias que narran mis obras o la disposición de los cuerpos que se sitúan en la memoria del 9 de abril o que hacen parte de la montonera de cadáveres que trae el vagón del tren después de la masacre de las bananeras; o la desnudez impúdica de las mujeres y sus poderosos muslos que hacen que yo misma me plante para resistir el cruel patriarcado que desestima el poder creativo de las mujeres. No hay una época especifica ni se a través de quien me llegó Débora Arango y su obra. Apareció y se inmiscuyó silenciosa y tremenda como fuerza en contravía que incita, inconsciente, la escritura.
¿Qué le interesa en su formación, en su intención de
formación en el arte, la estética y los desarrollos de su sensibilidad, el carácter realista e histórico de la obra de Débora Arango y por qué, qué dimensión le concede, y por qué si o no? No tengo un interés específico en la obra de Débora Arango; como lo he dicho es alguien que junto a su obra se disuelve fantasmática entre los cuerpos que habitan mi obra. Es color y amontonamiento de cuerpos, impudicia y resistencia. Posiblemente genera un acento de fortaleza a las narraciones de los cuerpos que hacen transito en mis obras: cuerpos violentados, enardecidos, en huida, desaparecidos, en exclusión, sepultados.