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DESCUBRIMIENTO DEL OTRO

Léry

¿En qué genero situarlo? Cuestió n banal. Compararse con la Odisea, base de los
relatos de viajes. Poético, navegació n en el mar. Va a fundar la antropología,
contiene prá cticamente todos los elementos que componen la antropología. El gran
creador de esta ciencia es Lévi Strauss. Descubre el trabajo de Lery y se fascina.

Lery deja Francia por sus ideas religiosas, llega a Brasil y descubre a los salvajes, a
los cuales estudia. Descubre una especie de parentesco con estos hombres. Levi
Staruss dice que es un trabajo de observació n enorme. Lery intenta describir de
manera objetiva este mundo que se ve por primera vez, ademá s es un relato de
aventuras y conversió n al sentido doble del texto (visió n occidental contra la visió n
del otro). Conversió n espiritual de Lery.

Lery se propone observar. Thévet por ejemplo incorpora cosas que oye, Lery se
opone a esto. Es importante que Lery observa y es testigo de toso lo que plasma en
su relato. Predomina la 1ª persona durante el relato, esto le aporta má s
credibilidad al autor. Fractura con el paradigma cá sico, todo lo que dice está
apoyado por el yo que ha sido testigo. Esto hace que los testigos que le preceden,
los ancianos, carezcan de credibilidad. Objetividad porque está solo, no se apoya en
los ancianos y transcribe lo que ha visto, aunque la cuestió n es có mo decirlo. No se
trata solo de ver sino de dar a ver, guardando el má ximo posible de fidelidad.
Aunque se presenta el problema de la falta de vocabulario. El lenguaje aparece
como insuficiente por primera vez en el siglo XVI. Hcer ver a aquel que no ha visto.
La descripció n estaba excluida de la retó rica clá sica, pero Lery debe recurrir a la
descripció n, no es ortodoxo ni de buen francés, sin embargo su relato contiene una
parte importante de descripció n.

Desarrollo extraordinario de la comparació n para dar a ver eso que los lectores no
conocen. Siempre recurre a la comparació n de manera que eso que es desconocido
es parecido a algo a lo que agarrarse para tener una idea. La metá fora también es
importante. Hay una parte de inconsciente que introduce de manera inevitable
subjetividad en esta tarea. Este mundo que era lejano, a fuerza de comparació n
llega a ser un mundo pró ximo, dando a ver este mundo a los lectores extranjeros,
les parece cercano al final. Discurso de la translació n, de la comparació n. Discurso
científico, describe todo lo que hay (flora, fauna, població n, modo de vida…) y
desmiente todos los discursos mitoló gicos. Se centra sobre todo en los
Tupinambas, a los cuales describe de la manera má s objetiva posible.

La descripció n física de estos salvajes aparecen como una especie de hombres que
se relacionan con los animales, pero sin embargo son hombres como ellos. Insiste
en el punto de que estos hombres no son peludos, dice que se depilan. Descripció n
fascinada de Lery por la belleza de sus cuerpos. Dentaduras perfectas. No tienen
imperfecciones físicas. Llevan una vida sana, es la conclusió n que obtiene Lery. La
tierra les procura todo de lo que tienen necesidad. Dice que el agua que beben es
clara, y que eso les da salud. Su alimentació n era sana. Llega a la conclusió n de la
inferioridad de los europeos. Las madres se ocupaban de sus hijos y crecían plenos
y sanos. Criarse con la madre es positivo, cosa que descubre aquí.

Hay una cierta simpatía al final de este relato y esta mirada hacia este pueblo. Es
una mirada llena de admiració n. Ellos no conocen la guerra occidental, los visos de
la civilizació n occidental y otras cosas. El final de su relato esta dedicado al viaje de
vuelta, que duró seis meses, dadas las tormentas que acontecieron y el extravío del
barco.

Monataigne

Escribe en francés, su lengua materna es el latín. No es una lengua que aprende en


el colegio. Su padre le dio un preceptor que hablaba solo latín y griego. Escribe sus
Ensayos en francés lo que los hace extraordinarios. Habla del yo. La modernidad
comienza aquí, cuando el individuo se pone de cara a su vida e intenta conocerse.
Era parlamentario, su padre le había legado un patrimonio, con 39 añ os lo deja
todo y consagra su vida a conocerse a sí mismo. El hombre es miserable y cuando
lo descubre obtiene la misericordia de dios. Introspecció n: descubrir a Dios y
conformarse con el ideal de ser imagen de dios. Yo soy el que quiere parecerse a
Dios, es una empresa extravagante. No es un yo ejemplar el que propone. El
termino ensayo lo inventa Montaigne, el quiere probarse, juzgarse… Nos presenta
una vida banal, cotidiana, el describe problemas de salud, con el fisco, ocupaciones
materiales y sobre todo pinta letras. A qué punto el yo no es una cuestió n fija. El yo
no es má s que una construcció n elaborada desde fuera, descubre la inexistencia del
yo.

Montaigne escribe estos Ensayos por la muerte de La Boetie, su amigo, y está en el


origen de estos escritos. En el ensayo sobre la amistad hace un retrato de su amigo
La Boetie. El autoconocimiento solitario es imposible, siempre hay el otro, sin la
mirada de otro no hay autoconocimiento, la mirada del otro nos completa, somos
los que el otro ve de nosotros. Estoy condenado a no conocerme.
Elabora esta idea a partir de la amistad. El otro sabía má s de mi mismo de lo que yo
pudiera jamá s conocer. La cuestió n de la sinceridad es muy importante, parecida a
la de la lengua. Lengua que le permita verse de una manera sincera. No nos cuenta
su conversió n, los términos que tienen que ver con una especie de autobiografía
son excluidos de Montaigne.

Todo es materia de reflexió n para realizar los Essais. Siguen un orden y todo está
tratado. A lo largo de todos estos temas está lejos de presentarse como profesor o
ejemplo ni de enseñ arnos nada. El quiere recitar las cosas y mostrarlas. No tiene
una idea preconcebida de la vida, no es un texto didá ctico. Nada que ver con el
estoicismo, no se propone como una figura ideal, pero se interesa en quien es
concretamente.

No existía hasta él una idea genérica del hombre. El concepto de Hombre es


sustituido por diversidad, variedad y la disimilitud. No existe la idea de señ alar
hasta que punto somos limitados y estamos llenos de errores, y no llega a hacer
ningú n tipo de confesió n, se separa de cualquier tipo de religió n en sus Essais, está
lejos de él la idea de perfecció n ni obtenerla. El precepto que nos proporciona es
un retrato de si mismo. Solo sigue la regla de la sinceridad, hay que evitar la
falsificació n, sinceridad consigo mismo, para ver su debilidad, defectos…

La idea de falsificació n está presente. Cuando suponemos a cada acto que hacemos,
una especie de causa o motivo, de alguna manera falsificamos ese mismo acto, y en
segundo término, la idea de que las cosas, nuestros actos, pueden explicarse a
partir de tó picos. Lo bueno y lo malo, no tienen un estatus de categoría en
Montaigne, para él son relativos.

La primera resolució n de sus Essais, poner su vida al servicio de la empresa de


liberació n de todo lo que no soy yo, de lo que lo que se me ha inculcado y la
segunda, la idea de ser como él cree que es, sin arrepentirse, sin pensar en una
transformació n (de ahí la importancia de conocerse. Ademá s esta idea le repugna)

Desprecia su propia escritura, ademá s esta idea de la vejez, de hombre mayor que
escribe es una especie de aura. Dice que la fuerza le empieza a faltar, se haya en un
estado de decrepitud corporal y espiritual. Algo extraordinario es que como le
queda poco, dedica ese tiempo a encontrarse y a ser lo que es. Esta idea de que el
hombre solo es hombre si acepta lo que le toca vivir, y esta notació n sobre la que
insiste, nos sirve para señ alar que cada momento de la vida es ú nico e
irremplazable. Dice que lo que escribe son ensoñ aciones, excrementos, quimeras…

A Montaigne le interesa lo banal, lo aparentemente má s insignificante. Cuando


habla de la Antigü edad, nos habla de lo cotidiano. Tener un gesto heroico no te
convierte en héroe, y los hombres tienden a obviar esto. Señ ala el poder de la
razó n y del juicio. Rompe con la tradició n, discurso de acumulaciones, no de
articulaciones, no hay una ló gica. No cree que pueda reducir la riqueza que es un
individuo y expresarla en una idea. Dice que es un nudo de contradicciones.
Entiende que el yo, es un nudo absoluto de contradicciones, de fuerzas opuestas.
Todos los actos tienen una doble o triple lectura. El autoconocimiento es imposible.

La obra de Montaigne es una especie de laboratorio en el que podemos ver


aparecer la modernidad, que es el descubrimiento de la individualidad. Algo sin
precedente, antes de él se conocía al Hombre, a imagen de Dios, un animal dotado
de razó n, ha pecado y debe restaurar el pecado original; por primera vez vemos
aparecer la palabra hombre, particular, desde un individuo, Montaigne, y dice que
el es singular y que no se parece a otro, la dignidad del hombre consiste en ser él
mismo. Montaigne inventa la individualidad, la Modernidad. Lo que tiene de ú nico
e irremplazable, lo hace querer conocerse.

No hay má s conocimiento que de lo general hasta el momento, segú n Aristó teles,


pero Montaigne rompe con ello. Un corte en la historia, inventa el género del
ensayo, que nace tras su obra.

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