Está en la página 1de 7

Alcance: El alcance define los límites y la aplicabilidad del SGC dentro de una organización.

Describe los productos, servicios y procesos que están cubiertos por el SGC.

Referencias normativas: esta sección incluye referencias a otros estándares o documentos que
son aplicables al SGC y brindan orientación o requisitos adicionales.

Términos y definiciones: esta sección define los términos y conceptos clave utilizados en el SGC
para garantizar un entendimiento común en toda la organización.

Contexto de la organización: este elemento requiere que una organización identifique y


comprenda su contexto interno y externo, incluidas las necesidades y expectativas de las partes
interesadas. Se trata de analizar los factores que pueden influir en el SGC de la organización y su
capacidad para lograr los resultados deseados.

Liderazgo: esta sección enfatiza la importancia del compromiso y la participación del liderazgo
en el SGC. Incluye requisitos para que la alta dirección demuestre liderazgo, establezca una
política de calidad y defina roles y responsabilidades organizacionales.

Planificación: el componente de planificación implica establecer objetivos de calidad en los


niveles pertinentes y desarrollar planes para lograr esos objetivos. También requiere un
pensamiento basado en el riesgo para identificar y abordar los riesgos y oportunidades
potenciales que podrían afectar el SGC.

Soporte: este elemento se enfoca en proporcionar los recursos, la infraestructura y el soporte


necesarios para garantizar la implementación y el mantenimiento efectivos del SGC. Incluye
requisitos relacionados con la competencia, la conciencia, la comunicación y la información
documentada.

Operación: El componente de operación cubre los procesos necesarios para entregar productos
y servicios, incluido el diseño y desarrollo, producción, entrega de servicios y control de
proveedores externos. Enfatiza la importancia del control de procesos, la conformidad y el
cumplimiento de los requisitos del cliente.

Evaluación del desempeño: esta sección requiere que las organizaciones monitoreen, midan,
analicen y evalúen el desempeño de su SGC. Incluye requisitos para auditorías internas,
revisiones de gestión y el uso de datos para impulsar la mejora continua.

Mejora: El componente de mejora se enfoca en tomar acciones correctivas y preventivas para


abordar las no conformidades, las quejas de los clientes y las oportunidades de mejora. Enfatiza
la importancia del análisis de causa raíz, la resolución de problemas y la innovación.

Estos elementos componentes principales trabajan juntos para establecer un enfoque


sistemático para la gestión de la calidad, ayudando a las organizaciones a cumplir con las
expectativas de los clientes, mejorar el rendimiento e impulsar la mejora continua.
Estándares Certificables:

ISO 9001: Sistema de gestión de calidad (QMS): esta norma establece los criterios para
implementar un sistema de gestión de calidad para mejorar la satisfacción del cliente, mejorar
los procesos e impulsar la mejora continua.

ISO 14001: Sistema de gestión ambiental (EMS): proporciona un marco para que las
organizaciones gestionen sus responsabilidades ambientales de manera efectiva, reduzcan los
impactos ambientales y cumplan con las reglamentaciones aplicables.

ISO 27001: Sistema de gestión de seguridad de la información (SGSI): este estándar se centra en
establecer un enfoque sistemático para gestionar información confidencial, incluida su
confidencialidad, integridad y disponibilidad, para garantizar la seguridad de la información.

ISO 45001: Sistema de gestión de seguridad y salud ocupacional (OHSMS): describe los requisitos
para gestionar los riesgos de seguridad y salud ocupacional, promover un entorno de trabajo
seguro y prevenir lesiones y enfermedades relacionadas con el trabajo.

ISO 50001: Sistema de gestión de energía (EnMS): este estándar proporciona un marco para que
las organizaciones establezcan sistemas y procesos para mejorar el rendimiento energético,
aumentar la eficiencia energética y reducir los costos de energía.

Estándares Acreditables:

ISO/IEC 17025: Requisitos generales para la competencia de los laboratorios de prueba y


calibración: especifica los requisitos generales para los laboratorios de prueba y calibración para
demostrar su competencia técnica, imparcialidad y confiabilidad de los resultados.

ISO/IEC 17020: Evaluación de conformidad - Requisitos para la operación de varios tipos de


organismos que realizan la inspección - Esta norma describe los requisitos para los organismos
que realizan actividades de inspección, asegurando su independencia, imparcialidad y
competencia para entregar resultados de inspección confiables.

ISO 15189: Laboratorios médicos - Requisitos de calidad y competencia - Proporciona requisitos


específicos para laboratorios médicos para garantizar la calidad y competencia de sus actividades
de prueba y calibración, incluida la atención al paciente y la gestión del laboratorio.

ISO/IEC 20000: Gestión de servicios de tecnología de la información (ITSM): esta norma


especifica los requisitos para establecer, implementar y mejorar un sistema de gestión de
servicios de TI para garantizar la prestación eficaz de los servicios de TI.

ISO 22000: Sistema de gestión de seguridad alimentaria (FSMS): establece los requisitos para
que las organizaciones involucradas en la industria alimentaria establezcan e implementen un
sistema de gestión de seguridad alimentaria, garantizando la seguridad de los productos
alimenticios a lo largo de la cadena de suministro.

Estos estándares certificables y acreditables son ampliamente reconocidos e implementados en


varias industrias para demostrar la conformidad con los requisitos específicos y las mejores
prácticas en calidad, medio ambiente, seguridad de la información, salud y seguridad
ocupacional y otras áreas relevantes.

Un proceso puede definirse como una serie de actividades o pasos interrelacionados y


coordinados que transforman las entradas en los resultados deseados. En un contexto
empresarial u organizacional, un proceso es un enfoque sistemático y estructurado para lograr
metas u objetivos específicos.

Las características clave de un proceso incluyen:

Entradas: los procesos requieren entradas, que pueden ser materiales, información, recursos u
otros elementos necesarios para iniciar y llevar a cabo el proceso.

Actividades: Los procesos involucran una serie de actividades o tareas que se realizan en una
secuencia u orden predefinido. Estas actividades están diseñadas para transformar insumos en
productos.

Transformación: El propósito central de un proceso es transformar entradas en salidas deseadas.


Esta transformación puede implicar cambios físicos, de información o de procedimiento.

Salidas: Los procesos producen salidas, que son los resultados deseados o resultados del
proceso. Los productos pueden ser productos tangibles, servicios, información o cualquier otro
resultado medible.

Valor agregado: un proceso bien diseñado debe agregar valor a las entradas y entregar salidas
que cumplan con los requisitos del cliente o de las partes interesadas. Las actividades de valor
agregado son aquellas que contribuyen directamente a lograr los resultados deseados.

Controles: los procesos a menudo tienen controles o puntos de verificación para garantizar que
las actividades se lleven a cabo de manera efectiva y eficiente. Estos controles ayudan a
monitorear y administrar el proceso, identificar desviaciones o problemas y tomar medidas
correctivas si es necesario.

Mejora continua: los procesos se pueden monitorear, evaluar y mejorar continuamente con el
tiempo. Esto implica analizar datos de rendimiento, identificar áreas de mejora e implementar
cambios para optimizar el proceso y lograr mejores resultados.

Los procesos se encuentran en diversas áreas de una organización, como la fabricación, la


prestación de servicios, la gestión de proyectos, la gestión de la calidad y muchas otras. Al
comprender y administrar los procesos de manera efectiva, las organizaciones pueden mejorar
la eficiencia, la calidad, la satisfacción del cliente y el desempeño general.
La preparación de un programa de objetivos de calidad implica varios pasos clave para garantizar
su eficacia. Aquí hay un esquema del proceso:

Comprender las metas y objetivos de la organización:

Revisar la misión, visión y objetivos estratégicos de la organización.

Identifique cómo los objetivos de calidad se alinean con estos objetivos generales.

Involúcrese con las partes interesadas relevantes, como la gerencia y los empleados, para
recopilar información y conocimientos.

Definir objetivos de calidad:

Establecer objetivos de calidad claros y medibles que apoyen la dirección estratégica de la


organización.

Asegúrese de que los objetivos sean específicos, alcanzables, relevantes y limitados en el tiempo
(criterios SMART).

Considere el uso de un enfoque de cuadro de mando integral para cubrir varias dimensiones de
la calidad, como la satisfacción del cliente, la eficiencia del proceso y la excelencia del
producto/servicio.

Priorizar objetivos:

Evaluar la importancia y el impacto de cada objetivo de calidad.

Priorice los objetivos en función de su relevancia, alineación con los objetivos estratégicos y valor
potencial para la organización.

Tenga en cuenta los recursos disponibles y las limitaciones al establecer prioridades.

Establecer métricas y objetivos:

Identificar las métricas apropiadas para medir el desempeño y el progreso de cada objetivo de
calidad.

Determine las medidas de referencia y establezca objetivos realistas y desafiantes para la mejora.

Asegúrese de que las métricas y los objetivos seleccionados sean significativos, cuantificables y
estén alineados con los objetivos.

Desarrollar planes de acción:

Defina planes de acción para cada objetivo de calidad para delinear los pasos necesarios para
lograr los objetivos deseados.

Asigne responsabilidades a personas o equipos responsables de ejecutar los planes de acción.

Desglose los planes de acción en tareas manejables y establezca plazos para su finalización.

Supervisar y medir el progreso:


Implemente un sistema sólido de monitoreo y medición para rastrear el progreso en relación
con los objetivos de calidad definidos.

Recopile y analice regularmente datos y métricas relevantes para evaluar el rendimiento.

Utilice las herramientas y técnicas adecuadas, como el control de procesos estadísticos o los
paneles de rendimiento, para visualizar y comunicar los resultados de manera efectiva.

Revisar y ajustar:

Realizar revisiones periódicas para evaluar la efectividad del programa de objetivos de calidad.

Identificar áreas de mejora o desviaciones de los resultados previstos.

Realice los ajustes necesarios a los objetivos, metas, planes de acción o métricas en función de
los hallazgos de la revisión.

Comunicar y participar:

Comunicar claramente los objetivos, metas y planes de acción de calidad a todas las partes
interesadas relevantes.

Fomentar una cultura de calidad fomentando el conocimiento y la comprensión de los objetivos


del programa.

Fomentar la participación y el compromiso de los empleados en la consecución de los objetivos.

Mejora continua:

Adopte una mentalidad de mejora continua mediante la búsqueda de oportunidades para


mejorar el programa de objetivos de calidad.

Fomente la retroalimentación de las partes interesadas e incorpore sus sugerencias de mejora.

Reevaluar y actualizar periódicamente el programa de objetivos para garantizar su pertinencia y


eficacia a lo largo del tiempo.

Recuerde, los detalles de la preparación de un programa de objetivos de calidad pueden variar


según el tamaño de la organización, la industria y los requisitos específicos. Es esencial adaptar
el proceso para que se adapte a las necesidades únicas y al contexto de su organización.

También podría gustarte