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Modalidades locales de administración de la

infancia “con derechos vulnerados”. Un escenario


en tensión.
LARREA, Natalia Jimena / Grupo de Estudios Socioculturales del Conflicto (GESC) – FACSO - UNICEN -
natalialarrea82@gmail.com

GT 20. Acciones estatales, dispositivos jurídicos y experiencias socio-comunitarias en torno a la


infancia y sus familias.

» Palabras clave: administración de la infancia – interacciones institucionales - tensiones

› Resumen

Este trabajo expone algunos avances de mi investigació n de grado. En ella busco


analizar las modalidades que asume la administració n de la infancia con "derechos
vulnerados" en la localidad de Olavarría, en el contexto de implementació n del denominado
enfoque de derechos. Poniendo el foco en las relaciones e interacciones entre las
instituciones estatales legalmente definidas como corresponsables en la protecció n de la
infancia, busco indagar en la dimensió n conflictiva que atraviesa estas relaciones al interior
del campo de la administració n de la infancia.
En este sentido, se propone que el entramado institucional encargado de la
protecció n de la infancia en la localidad aparece tensionado por diversas disputas
asociadas a la definició n de facultades, alcances de actuació n y legitimidades para decidir e
intervenir sobre la infancia y sus familias. Sobre la base de un trabajo de campo etnográ fico
en curso en el organismo administrativo local de protecció n de la infancia, esta ponencia
pretende analizar las tensiones que organizan y definen las modalidades locales de
administració n de la infancia.

› Introducción

Este trabajo se inscribe en una investigació n concerniente a la realizació n de una


tesis de grado. En ella me propongo abordar las modalidades que adquiere la
administració n institucional de la infancia “con derechos vulnerados” en una localidad del
centro de la provincia de Buenos Aires. Esta ponencia centrará su aná lisis en la dimensió n
de las relaciones e interacciones interinstitucionales que participan en las actuaciones
destinadas a proteger y restituir derechos de niñ os, niñ as y adolescentes, - en adelante
NNyA - en la localidad de Olavarría. Estas relaciones entre las instituciones encargadas de
la protecció n de la infancia buscan efectivizar el postulado de la corresponsabilidad1
promovido por el enfoque de la protecció n integral de derechos instaurado por la
legislació n en materia de infancia 2. Sobre la base de un trabajo de campo etnográ fico en el
organismo administrativo local facultado para llevar adelante las prá cticas y procesos de
“restitució n de derechos”, este trabajo busca reflexionar acerca de las tensiones y disputas
que emergen cuando se intenta efectivizar el ideario del enfoque de derechos mediante
prá cticas que involucran la corresponsabilidad institucional. Se trata de conflictos
interinstitucionales que se expresan en pujas y disputas por definir alcances de actuació n,
dirimir responsabilidades, defender legitimidades y establecer “acuerdos” de actuació n
conjunta.
De esta manera, describiré brevemente el recorrido de campo que guió y del cual se
nutre mi investigació n. Luego, caracterizaré los modos en que el equipo técnico del
organismo administrativo local, encargado de proteger y restituir derechos de NNyA,
desarrollan su labor cotidiana en interacció n con otros organismos del Estado interpelados
por el ideario de la corresponsabilidad. En este punto se esbozará n algunos indicios de las
tensiones que esta interacció n suscita. Finalmente, a partir de la reconstrucció n de una
situació n etnográ fica enmarcada en una instancia de articulació n interinstitucional,
intentaré reflexionar acerca de las conflictividades que aquí se expresan y los modos en que
agentes estatales involucrados buscan “regularlas” .

El campo

Durante el añ o 2015, en el marco de una de las materias metodoló gicas de la carrera


de Antropología Social de la Facultad de Ciencias Sociales (UNICEN), que me encuentro
finalizando, comienzo a realizar trabajo de campo en un hogar convivencial (institució n de
guarda) de la localidad de Olavarría. Esta motivació n se debió en gran parte al vínculo
cotidiano que mantuve con las educadoras3 de la institució n, en momentos en los cuales
trabajaba en una escuela de arte a la cual concurrían niñ os y niñ as que convivían allí.
Durante el tiempo en el cual concurrí al hogar realizando entrevistas y observaciones, logro
identificar ciertos sentidos asumidos por las educadoras del hogar en relació n a los niñ os y

1 Ley Nacional N° 26.068, artículo N° 4 inciso C. Ley de la Provincia de Buenos Aires N° 13.298, reglamentació n del artículo N° 21.

2 Me refiero a las denominadas “leyes de protecció n integral de derechos de niñ os, niñ as y adolescentes”: Ley 26.068 y Ley 13.298.

3El término educadoras refiere a la caracterizació n de las trabajadoras del hogar convivencial (empleadas municipales) como personas que educan a las y los

niñ os que viven en la institució n.


niñ as allí alojados y, fundamentalmente, con respecto a sus familias. Sentidos que referían a
buenos y malos modos de ejercer los roles materno y paterno.
En simultaneidad con esta primera indagació n, comienzo a reconstruir la trama de
relaciones sociales envuelta en lo que hoy puedo identificar como el campo de la
administració n de la infancia (Villalta, 2010) en el contexto local: una red de instituciones
administrativas y del á mbito judicial que se encargan de la protecció n de la infancia con
“derechos vulnerados”. Es así que comienza a “aparecer” recurrentemente en mis
indagaciones un organismo al que las y los actores del campo referían en las entrevistas
realizadas: Servicio Local de Promoció n y Protecció n de Derechos del Niñ o. Ante esta
recurrencia e indagando en fuentes documentales y bibliográ ficas, decido continuar mi
exploració n etnográ fica focalizando en este ó rgano de la administració n pú blica. De este
modo, durante el añ o 2017, en instancias de redefinició n de mi problemá tica de estudio,
comienzo a entrevistar a actores institucionales de Servicio Local y de un organismo
judicial - Defensoría Pú blica Civil - interviniente en situaciones en las que se implementan
las denominadas medidas de abrigo4.
Finalmente, me propongo realizar trabajo de campo “en terreno” en Servicio Local
considerando que es “ahí” donde se implementan las medidas de abrigo, objeto de mi
interés etnográ fico en ese momento. Al comenzar mi estadía en este organismo “descubro”
que las tensiones que había identificado, en principio, como propias de un particular
arreglo institucional entre Servicio local y el ó rgano judicial de defensa, se extendían a todo
el vínculo interinstitucional del campo de la protecció n de la infancia local. Es así que
objetivando mi investigació n en las modalidades locales de administració n de la infancia
“con derechos vulnerados”, propongo como dimensió n de aná lisis las interacciones
institucionales conflictivas que, entiendo, ofrecen una rica vía de indagació n en los vínculos
interinstitucionales construidos al interior del campo de la protecció n de la infancia local.

› La protección de la infancia en el Servicio Local de Promoción y Protección


de Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes de la localidad de Olavarría

En la Argentina, en el añ o 2005, se sanciona la Ley 26.061 De Promoción y Protección


Integral de Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes, proponiendo un cambio de enfoque en
lo referente al tratamiento de la infancia “en riesgo”. El denominado paradigma de la
protección integral promueve una mirada hacia las y los niñ os como sujetos de derechos y

4Medida de protecció n excepcional de derechos, que tiene como objeto brindar al niñ o, niñ a o adolescente un á mbito alternativo al grupo de convivencia

cuando en éste se encuentren amenazados o vulnerados sus derechos, hasta tanto se evalú e la implementació n de otras medidas tendientes a preservarlos o restituirlos”

(Art. 35, Ley 13.298).


ya no como objetos de tutela estatal, poniendo en cuestió n y derogando las prá cticas de
abordaje tutelar (Daroqui y Guemureman, 1999) impulsadas por la Ley 10.903 De
Patronato de Menores. En consonancia con los lineamientos de la legislació n nacional, la
Ley Provincial 13.298 De la Promoción y Protección Integral de Derechos del Niño, dispone
la implementació n a nivel municipal de un sistema encargado de brindar tratamiento a las
demandas por “vulneració n de derechos en niñ os y niñ as”. Así, son creados los Servicios
Locales de Protección de Derechos de Niños, bajo la ó rbita de los gobiernos locales,
“encargados de sustituir a los juzgados de menores como los á mbitos para la demanda de
problemá ticas sociales asociadas a la niñ ez y de articular con otras dependencias, estatales
y no estatales, mecanismos para revertirlas” (Barna 2014:117). De esta manera, se
efectiviza un traspaso de á mbito de tratamiento de las problemá ticas asociadas a la infancia
“con derechos vulnerados” desde lo meramente judicial a la administració n pú blica como
esfera fundamental de intervenció n. Tal como plantea el autor citado, se sostienen como
ejes fundamentales de las actuaciones institucionales, la desjudicializació n de las
situaciones de pobreza, la desinstitucionalizació n de la infancia y el fortalecimiento de los
vínculos familiares como tó picos que configuran un horizonte moral5 que guiará las
actuaciones cotidianas sobre las y los niñ os y sus familias.
En el añ o 2007, comienza a funcionar en Olavarría el Servicio Local de Promoció n y
Protecció n de Derechos del Niñ o. La labor cotidiana que desempeñ an quienes allí se
encargan de la protecció n de la infancia, implica el diseñ o y despliegue de actuaciones y
prá cticas que se traducen en lo que las y los operadores de este organismo denominan el
“trabajo”6 con las familias, orientado específicamente a conducir y transformar sus
conductas y comportamientos considerados riesgosos (Villalta, 2010). En este sentido,
recuperando la propuesta de Dubet (2006), podemos definir estas prá cticas sobre los otros
como una actividad ética en tanto asigna una identidad al otro y siempre pone en juego
orientaciones normativas. El abordaje de las situaciones en las que se detecta amenaza y/o
vulneració n de derechos, en su dimensió n interaccional con las familias, es expresado
mediante un “trabajo” que, entre las prá cticas concretas má s comunes, incluye entrevistas
con las familias, “domicilios” (visitas a los hogares realizando “seguimiento”7 de los casos8) y

5 Al respecto el autor sostiene: “Los derechos trascienden así, el espectro específico de la normatividad -convenciones, leyes, políticas-, para convertirse en un

poderoso lenguaje moral (Lugones, 2012; Schuch, 2009; Vianna, 2002) creador de efectos de sentido, con consecuencias materiales, que inciden no solo en reformas

legislativas y reconfiguraciones de competencias institucionales, sino también en las actuaciones estatales de intervenció n cotidiana sobre niñ os y niñ as.

6 El término nativo trabajo es empleado por los actores del campo para referir específicamente a las prá cticas de intervenció n que realizan sobre las familias

implicadas en las problemá ticas que tramitan. Se trata de actuaciones organizadas en torno a la especificidad de la problemá tica abordada, tendientes a revertirla.

7 Las y los operadores de Servicio Local refieren con esta acepció n a la continuidad en el tiempo del trabajo sobre las familias. Seguir un caso implica continuar

evaluando y guiando los comportamientos y conductas de una familia aunque se considere que los “derechos vulnerados” han sido restituidos.

8 Las y los operadores de Servicio Local denominan casos a los conflictos por “vulneració n de derechos” que tramitan allí. É stos son nombrados, por lo general,
reuniones con agentes estatales corresponsables en el tratamiento de las conflictividades
(principalmente de instituciones educativas, de salud y de seguridad). Es así que este
campo institucional encargado de proteger los derechos de NNyA debe operar en
permanente intercambio entre instituciones y agentes, dirimiendo y disputando
valoraciones y sentidos en torno a las situaciones abordadas y a sus formas de tratamiento.
En este sentido es muy ilustrativa la menció n que una de las técnicas de Servicio Local
realiza de los diversos puntos de vista con relació n a las situaciones “problemá ticas”
abordadas, entre Servicio Local, como organismo “materializador” del enfoque de derechos
y otras instituciones corresponsables:

“Somos muy criticados nosotros, el hospital nos critica porque no entienden cómo este
chico todavía está con los padres, imaginate que ellos ven a los chicos como llegan allá y no pueden
entender como nosotros los volvemos a llevar con esa familia. No entienden el trabajo que tenemos
que hacer. Nos critican porque los chicos vuelven con los padres. Es que se apela al trabajo con la
familia (…) Todo el mundo cuestiona nuestro trabajo. La típica es “el servicio no hace nada” porque
ven que los chicos siguen con sus familias”. Y también pasa al revés, se espantan cuando ven que
tomamos una medida de abrigo (…) Cuesta ponerse de acuerdo con las instituciones, por eso
hacemos tantas reuniones. Nos cuesta ponernos de acuerdo en que, por ejemplo, el espacio
terapéutico considera que ya están las condiciones dadas para que el chico vuelva con su familia y
nosotros consideramos que no”. (Operadora de Servicio Local, Abril 2018)

Esta alusió n a la “crítica al Servicio” como una carga con la cual deben lidiar las y los
técnicos en su cotidianeidad con las demá s instituciones con las cuales articulan, es
recurrente en los diá logos que mantuve durante mi trabajo de campo en el Servicio Local.
Allí, quienes administran los casos, saben que los modos de tratamiento desplegados,
muchas veces, implican valores regidos por el enfoque de derechos, no compatibles con los
esquemas de significació n a partir de los cuales agentes de otras instituciones valoran los
mismos casos. Estos modos de tratamiento implican valores asociados a la negociación, el
acuerdo y la elaboración consensuada de estrategias (Barna, Op. Cit.). Se trata de
interacciones entre agentes y destinatarios construidas a partir de lo que el autor citado
postula como “la ló gica implícita de la interacció n entre administradores y administrados
bajo el enfoque de derechos, a partir de las nociones de consenso y compromiso, esto es, el
consenso operando como un imperativo moral para los agentes estatales y el compromiso
representando el contra-don o la retribució n moral esperada –y exigida - a los niñ os y sus
familias”. (pp.145). De esta manera, ponderando el ideario del enfoque de derechos,
quienes administran las situaciones asociadas a niñ os y niñ as “con derechos vulnerados”,
buscará n, sobre todo, priorizar un abordaje “armonioso” de las mismas enfrentá ndose a

mediante el apellido del niñ o, niñ a o adolescente implicado: “el caso García”; “el caso Benitez”. El tratamiento brindado a cada caso es registrado por escrito y archivado en

legajos.
realidades que muchas veces tensionan estas prá cticas. Por otro lado, estos mismos valores
son los que se pretende ponderar a la hora de articular el abordaje con las instituciones
interpeladas por la corresponsabilidad. Es así que la interinstitucionalidad se construuye
en este campo mediada por acuerdos, negociaciones y demandas de compromiso.
Desde otro lugar, las “críticas” al Servicio Local constituyen, para quienes desarrollan su
labor en este organismo, una variable a partir de la cual se diseñ a y regula el “trabajo” con
las familias, buscando contrarrestarlas. En las reuniones de equipo, realizadas en el
Servicio Local una vez por semana, las y los operadores se ubican alrededor de una gran
mesa en la oficina principal relatando, cada uno, los casos en los cuales se encuentran
interviniendo. En estos relatos surge recurrentemente la menció n a las “otras
instituciones” como entidades evaluadoras y jueces de las actuaciones del Servicio. En una
de estas instancias la coordinadora de este organismo expresa su descontento frente a lo
que considera una falta de responsabilizació n de una de las instituciones con las cuales
articulan:

Operadora del Servicio: “En salud mental (área del hospital muy articulada al servicio) no lo
quieren tener más a Francisco, dicen que no hay criterio médico para tenerlo, básicamente que nos
hagamos cargo nosotros.”
Coordinadora: “Ah, mirá vos, en el hogar tuvo una crisis tremenda pero allá no hay criterio.
Chicos, hay que lograr apoyarse en las instituciones, si no es imposible. Hay que trabajar en red, si no
es difícil hacer el seguimiento… y además para sacar esto del “no se hace nada”, el pedir el
compromiso de las instituciones nos posiciona de otra manera, hay que decirles, mirá: tenemos que
hacer esto y esto, para que no digan que no hacemos nada”.

Es así que las y los operadores del Servicio Local en Olavarría lidian en su cotidianeidad
con una tensió n asociada al imperativo de la corresponsabilidad que, a la vez que demanda
integralidad y un abordaje articulado de los casos, impone generar “ajustes” y acuerdos
para su logro efectivo. Ajustes y acuerdos asociados a modos de gestionar en conjunto los
desacuerdos que pudieran surgir en el abordaje de los casos.
En el apartado que sigue intentaré reflexionar, a partir de la reconstrucció n de una
situació n etnográ fica enmarcada en una reunió n interinstitucional, acerca de los modos en
que las instituciones encargadas de la protecció n de la infancia local se ven compelidas a
generar espacios de consensos y acuerdos buscando lograr un abordaje “integral” de los
casos. Una situació n que, en tanto prá ctica de articulació n interinstitucional abocada a
“restituir derechos” en NNyA, permite arrojar luz sobre las modalidades de administració n
institucional de la infancia “con derechos vulnerados”.

› “La gente siente que hay un circuito”: la gestión de las tensiones


interinstitucionales.
La reflexió n aquí propuesta recupera la noció n de campo de lo estatal (Muzzopappa y
Villalta, 2011) como construcció n analítica que permite considerar al Estado como un
“complejo sistema de relaciones sociales y de poder entre grupos, agentes y
organizaciones” (Op. Cit.:18). Siguiendo a las autoras, se trata de una valiosa herramienta
de indagació n antropoló gica que posibilita ver al Estado como una arena de disputas en
torno al poder de lo estatal. En este sentido, indagar en las relaciones que entablan las
instituciones encargadas de la protecció n de la infancia al interior de este campo, desde
esta perspectiva, implica atender a las tensiones, pujas y disputas que emergen de las
mismas. Es así que este trabajo propone atender a las formas que asumen estas tensiones y
a los esquemas de significaciones a partir de los cuales los distintos agentes involucrados
asumen determinados roles, posiciones y puntos de vistas distintos en el marco de
relaciones interinstitucionales abocadas a administrar a la infancia “con derechos
vulnerados”.
La legislació n estipula a través de la noció n de corresponsabilidad la incumbencia en
los asuntos asociados a la protecció n de la infancia de actores estatales pertenecientes a
instituciones y organismos interpelados por este ideario. Instituciones educativas, de
organismos de salud, de seguridad pú blica y del á mbito judicial, entre las má s comunes,
deben intervenir en las problemá ticas vinculadas a NNyA “con derechos vulnerados”
diseñ ando acciones y estrategias conjuntas con el equipo técnico del Servicio Local. Estas
interacciones institucionales se constituyen como una prá ctica novedosa de las
modalidades de administració n de la infancia considerada “en riesgo” que busca suprimir
la ló gica de la derivació n de casos y a partir de la cual las incumbencias y responsabilidades
de los actores son constantemente disputadas y negociadas (Barna, Op. Cit.). De esta
manera, quienes se encargan de la protecció n de la infancia en el á mbito del Servicio Local
buscan lograr que todas las instituciones abocadas a este fin se responsabilicen y
comprometan en los casos abordados. En una primera entrevista que mantuve con la
coordinadora y el director del Servicio Local, ellos aluden orgullosamente al trabajo “bien
articulado” que en la localidad se desarrolla en materia de infancia: “Acá recibimos de diez
a doce denuncias por día, tenemos un mecanismo de funcionamiento bien aceitado, la gente
siente que hay un circuito”. (Coordinadora del Servicio Local, noviembre de 2017).
Sin embargo, siguiendo el planteamiento de Villalta y Llobet (2015), “(…) La
normativa y la institucionalidad que postula el enfoque de derechos, lejos de ser una suerte
de receta que los agentes aplican mecá nicamente, son constructos atravesados por una
compleja trama de relaciones de poder, relaciones sociales y rutinas institucionales” (pp.
179). De esta manera, la demanda de compromiso y responsabilidad desde el Servicio Local
hacia las demá s instituciones, pero también a la inversa, implica una modalidad de
intercambio interinstitucional que se presenta como conflictiva en la medida en que estos
valores son disputados. Un claro ejemplo de instancia de articulació n en la que se intenta
“resolver” ciertas tensiones interinstitucionales a la vez que fortalecer el “trabajo
articulado”, lo constituyen las “Mesas de Educació n”. Su implementació n se origina a partir
de una demanda del Servicio Local al gobierno municipal por construir modalidades de
articulació n interinstitucional a partir de las cuales logren generarse “acuerdos” con
diferentes actores del á mbito de educació n con relació n a las “problemá ticas” abordadas.
Se trata de reuniones semanales entre el equipo técnico del Servicio Local y agentes de
instituciones educativas de la localidad. Estos encuentros son itinerantes, cada semana se
desarrollan en una institució n educativa distinta y concurren miembros de la institució n
sede del encuentro y de dos o a lo sumo cuatro instituciones má s, considerando la
proximidad geográ fica de las mismas. La modalidad de funcionamiento de las “mesas” se
basa en una diná mica de lectura de informes de casos, posterior enunciació n de las
intervenciones realizadas, o no, por el Servicio Local y acuerdos de estrategias y
actuaciones conjuntas a implementar en cada caso. Esta diná mica desarrollada en las
“mesas”, si bien permite establecer puntos de acuerdo y construir instancias de diá logo que
en principio se presentan armoniosas, crean y recrean nuevas tensiones originadas en lo
que puede considerarse como una disputa por la demanda de compromiso y
responsabilidad.

Diseñando estrategias en una “Mesa de Educación”

Una mañ ana de mayo de 2018 llego a la institució n educativa donde se llevaría a
cabo la “mesa de educació n” de esa semana. Es una escuela de nivel primario localizada en
un barrio de una zona periférica de la ciudad. Al momento de mi llegada ya se encontraban
allí varias personas: la coordinadora, un técnico y una técnica del Servicio Local, una
inspectora del á rea de psicología comunitaria y pedagogía social, la directora de la escuela
sede del encuentro y miembros del equipo de orientació n escolar de un jardín de infantes
(orientador social y orientadora educacional). Ingresamos a un aula desocupada e
inmediatamente la inspectora y directora de la escuela ubicaron tres mesas juntas en el
centro del aula y varias sillas alrededor en las cuales nos sentamos. Mientras la inspectora y
la coordinadora del Servicio Local acomodaban carpetas e informes sobre las mesas,
ingresaron al aula miembros de un equipo orientador de una escuela de nivel secundario y
otra de nivel primario.
Luego de unos minutos la directora del jardín da inicio a la reunió n comenzando la
lectura de un informe de caso9, con relació n a un niñ o que concurre a dicho

9 Estos informes, producidos tanto por técnicos del Servicio Local como por miembros de equipos de orientació n escolar, dan cuenta de las intervenciones
establecimiento, en el cual se solicita la intervenció n a Servicio local. La coordinadora del
servicio comienza a buscar datos en el R.E.U.N.A. sobre el caso porque recuerda el apellido
y dice haber intervenido hace un tiempo. Recuerda intervenciones del añ o 2014 por una
situació n habitacional, cuando recién este niñ o había nacido y que en una entrevista consta
una solicitud de tratamiento psicoló gico para la madre, a raíz de lo que pasó con el
nacimiento de una hija10. Finalmente, la coordinadora del Servicio accede al R.E.U.N.A. y
comenta:
- Coordinadora: “Habría que hacer una evaluación de Cristian, porque más allá del
tema de…”.
- La directora interrumpe: “Yo creo que a todos habría que evaluar, a toda la familia,
para salir de esta cuestión de ver si es una discapacidad o alguna cuestión psiquiátrica
la de la mamá”.
- Coordinadora: “Pero pará, a ver, nosotros podemos verlo a Cristian (el niño) y evaluar
la situación…”
- La directora vuelve a interrumpir: “La mamá está abierta a la ayuda y podemos
contar con el jardín para ayudarla, para seguirla. A lo mejor lo que podrían hacer es
que vaya al comedor del C.E.C. 11 únicamente, porque es muy chiquito para que
concurra toda la jornada, es a partir de cinco años ¿no? y de paso ya empezamos a
incorporar algunas pautas, porque ahí ya serían las 11:30 y de ahí ya se iría con la
mamá, que lo pueda retirar y ya vaya al jardín desde ahí… algo aunque sea, para que
vaya más relajado al jardín”.
- Orientadora educacional: “Además no deben tener rutinas para comer… nada”.
- Directora dirigiéndose a la orientadora social del jardín: “Tratá de comunicarte con
Cintia (orientadora social del C.E.C.) para gestionar el ingreso de Cristian y ver
estrategias a seguir desde el espacio de educació n. ¿Y desde el Servicio, ustedes con
quien lo harían?
- Coordinadora: “Con Cata y Mariano (Los dos técnicos que se encontraban allí), ellos
irían a escucharlo”.
- Técnica del Servicio Local: “Hacemos una entrevista con la familia y vemos que otros

efectuadas sobre un caso y evalú an el desenvolvimiento del mismo. Eventualmente pueden sugerir intervenciones y prá cticas concretas de otras instituciones. Constituyen,

al mismo tiempo, una herramienta de articulació n entre instituciones.

10 La reconstrucció n de esta situació n etnográ fica implica un recorte de la misma que resulta pertinente a los fines de la reflexió n propuesta. De esta manera la

presente reconstrucció n no agota la situació n registrada en toda su extensió n.

11 “Los Centros Educativos Complementarios constituyen servicios educativos específicos de la Modalidad Psicología Comunitaria y Pedagogía Social. El ideario

que fundamenta la acció n educativa de los C.E.C. incluye la apertura de espacios pedagó gicos de comunidad en donde los niñ os y jó venes logren expandir los conocimientos,

saberes socialmente productivos, experiencias y vivencias que han logrado construir en los espacios familiares, escolares y comunitarios”. Fuente:

http://servicios.abc.gov.ar/lainstitucion/sistemaeducativo/psicologiaase/centros/documentosdescarga/
familiares hay para citar a la familia en el jardín.”
- Directora: “El jardín está abierto para lo que necesiten, seguimiento de turnos, esas
cuestiones, el jardín les va a dar una mano en lo que necesiten”.
- Técnica: “Bueno, entonces nosotros coordinamos con las chicas del jardín, ¿a qué hora
entran?
- Directora: “¿El equipo? No, están en la E.P. 22 hasta las 15, las pueden ubicar allá.”
- Orientadora Social del jardín: “¿Qué pongo entonces? (refiriéndose a la redacción del
“acta de corresponsabilidad”12, documento donde constan los acuerdos y estrategias
elaboradas entre actores e instituciones involucradas).
- Directora: “Podemos poner que… le voy a decir a Cintia (Orientadora social del C.E.C.)
que se comunique con vos para que se pueda pensar alguna estrategia desde el espacio
de educación y desde el servicio van a entrevistar a la familia en el jardín.”

Resulta interesante considerar có mo desde el lugar ocupado por cada actor como
representante de una institució n, se establecen acciones a implementar sobre el caso
informado, a la vez que se demanda lo mismo hacia la otra institució n. Por otra parte, lo
que la coordinadora del servicio intenta establecer, en este caso, es una cierta reducció n de
las expectativas por parte de la directora de la institució n educativa al referir que lo que “el
servicio” puede hacer, en principio, es “escuchar a Cristian”.
Luego de pautadas las actuaciones que cada institució n, de manera individual y
conjunta realizarían, la directora comienza la lectura del siguiente informe. Se trata de una
niñ a de trece añ os, Sonia, quien concurre a una escuela secundaria ubicada en una zona
alejada de la cual nos encontrá bamos. El equipo orientador de dicha institució n requirió
que el informe sea “tratado” en este encuentro a pesar de no poder asistir al mismo.
Cuando la directora menciona el nombre de la niñ a la coordinadora del servicio recuerda
haber intervenido previamente en su “caso”: “Me acuerdo, es tremenda, porque cuando la
entrevista Pamela (técnica del servicio), el año pasado, esta nena nada, no hubo forma de
nada, no se le pudo entrar por ningún lado”. La directora comienza a leer el informe. En él se
menciona como principal “problemá tica” a abordar una serie de conflictos protagonizados
por Sonia con compañ eras de clase, ocurridos en la escuela a la cual ellas concurren. La

12 Durante las reuniones que las y los técnicos del Servicio Local mantienen con actores de otras instituciones con las cuales articulan, es habitual la redacció n

de “actas de corresponsabilidad”. En el servicio se diseñ ó el siguiente modelo de acta:


ACTA DE CORRESPONSABILIDAD PARA EL SEGUIMIENTO DE CASOS

La legislación vigente respecto al abordaje de situaciones de vulneración de derechos en niños, niñas y adolescentes establece una nueva modalidad de intervención basada en la

corresponsabilidad. En este sentido, en el artículo 22.3, inc. 4 de la Ley 13298 se sostiene que es necesario “sustituir la práctica de la derivación de casos entre instituciones por la construcción de

relaciones de corresponsabilidad e interdependencia entre las mismas, con el objeto de promover, proteger y restituir derechos de forma integral” (Sic.). A partir de esto convocamos a las

instituciones firmantes, a fin de proponer, pensar, definir y discutir estrategias de acompañamiento respecto a …
directora pregunta a la coordinadora y técnicos del servicio si recuerdan estos hechos,
quienes responde que los recuerdan muy bien, debido a que el servicio había intervenido
varias veces en esos momentos. La directora continú a leyendo:
“Estos conflictos motivaron a que se conversara con cada una de las alumnas. Se habla
con la mama por el tema de Gabriel, hermano de Sonia, quien no se encuentra escolarizado al
momento y pasa el número de la abogada del juzgado de menores que se ha acercado a
conversar con la familia. Expresa que su hijo se manda “macanas”. Se conversa
telefónicamente con dicha profesional quien manifiesta la importancia de realizar un
seguimiento y acompañamiento sostenido de Gabriel. Posteriormente se habla con el Servicio
Local y manifiestan que los operadores de calle 13 se ocupan asiduamente del mismo. El veinte
de abril se habla nuevamente con la abogada quien dice que Gabriel concurre al C.P.A. 14 por
su problema de adicción.” La Directora se sorprende y pregunta a la coordinadora si Gabriel
no estaba “internado".
- Coordinadora: “Está en “Casa del Sur” (comunidad terapéutica de la localidad de
Monte Grande), ya debe hacer una semana y media. Esta en una “institución cerrada” 15
porque mirá, ese fin de semana le pego unos puntazos a Diego, el primo, que otra se
mandó?
- Técnica del servicio: “Robó una mezcladora, después anduvo a los tiros…”
- Coordinadora: “Sí, anduvo a los tiros, le pegó un culatazo a una señora, por lo que
había estado interviniendo el fuero penal juvenil, porque la señora está internada en
terapia… le abrió la cabeza con un arma, él y Diego, mientras Cachito, el tío, les hace
de campana, es el que los manda a robar. Más allá del seguimiento que le venían
haciendo Pamela y Cristian (técnicos del servicio), él bárbaro, los tiene como
referentes, charla un montón y todo, pero no dejaba de mandarse cagadas. Y cuando
nos llamaron que estaba a los tiros, dijimos hasta acá llegó, ingresó a Casa del Sur,
chau.”
La directora continú a leyendo el informe:
“El viernes veinte de abril hablamos con Sonia en el establecimiento escolar,
informa que empezó a concurrir al C.E.C. y a fútbol femenino, menciona que su
hermano roba y cuando toma drogas es agresivo con ella y con su madre. Desde la
institución escolar seguiremos hablando con la madre mediante llamadas telefónicas y

13 Personas que realizan seguimiento de los casos, focalizando en las prá cticas que requieren visitas domiciliares.

14 Centro de Prevenció n de Adicciones, organismo dependiente del Ministerio de Salud de la Provincia de Buenos Aires.

15 En el á mbito del Servicio Local se denominan “instituciones o comuniddaes cerradas” a aquellas cuya modalidad terapéutica implica que los destinatarios se alojen allí,

conviviendo por un tiempo determinado. A diferencia de éstas, en las “comunidades abiertas” las y los niñ os y/o adolescents que concurren lo hacen durante la jornada,

regresando a sus hogares luego de culminada la misma.


visitas al hogar”.

- Coordinadora: “Bueno ahora Gabriel desaparece de escena, digo, en cuanto a estas


cuestiones delictivas, consumo, policía, allanamientos…”
- Directora: “¿Vos decís que van a poder estar un poco más tranquilas sin la presencia de
Gabriel? ¿Una institución cerrada en qué consiste?
- Coordinadora: “Es una comunidad terapéutica. Esta es en Monte Grande”.
- Directora: “¿Y de esa no se pueden venir si quieren?
- Coordinadora: “De esa no se pueden venir… o sea, el tratamiento es voluntario, lo que
pasa que los que están ahora, están judicializados… viste que no hay instituciones
cerradas, esta es la más cerrada que hay y lo que tiene es una manera de laburo que
igual los pibes no se vienen, dicen que es muy bueno el equipo que tienen, cómo
laburan. Igual quiero aclarar que Mónica (mamá de Sonia y Gabriel) no lo va a ir a
buscar.”
- Directora: ¿Y acompañarla a ella, a la mamá?, digo, para evitar esto, que un día vaya y
diga “sí, yo me voy a hacer cargo” y después no se puede hacer cargo de nada.”
- Coordinadora: “Pero Cristian y Pamela son casi como de la familia con Mónica, van
todas las semanas, se ponen a tomar mates con ella, ella les hace torta, o sea el
seguimiento ahí sigue estando. Mónica esta convencida, después vamos a ver… viste
que Mónica cuando le hace falta Gabriel va y otra vez… lo saca.”

En este caso el informe de Sonia deriva necesariamente hacia la situació n de su


hermano a partir del reclamo, por parte de la abogada del fuero penal juvenil, de “un
seguimiento sostenido” del adolescente. Esto, entienden en la institució n educativa, debe
efectuarse por parte del Servicio Local, por lo que, en este intercambio, la coordinadora
resume los “fundamentos” que llevaron a que, actualmente, Gabriel se encuentre
institucionalizado. Por otro lado, hace énfasis en el hecho de que dos técnicos del servicio
estuvieron acompañ ando y realizando un asiduo seguimiento no só lo del adolescente sino
también y fundamentalmente de su madre, la cual también es reclamado, esta vez, por la
directora. Luego, la inspectora toma un informe de la mesa y comienza a leerlo. Esta vez se
trata de una adolescente de dieciséis añ os, Julia. En el informe se hace alusió n a una
problemá tica asociada a “patologías de salud mental” en la madre y a una relació n entre
madre e hija “compleja”:
- Inspectora: “Acá en el informe dice que apareció en escena un hermano y tienen hasta
un contacto”.
- Técnica del servicio: “Sí, Patricia (miembro del equipo orientador que realizó el
informe) me había dado esa información telefónicamente. Pero este hermano apareció
un día y ya al otro día se iba, igual telefónicamente acordamos que ella iba a sacar
datos de como comunicarse con él y si podía contactarlo para ver si podía hacerse
cargo de la situación.
- Directora: “Ellas hablaron con él y él estaba dispuesto incluso a pagar un alquiler para
mejorar las condiciones de vida de la mamá y de la hermana”.
- Técnica del servicio: “Bueno, eso es lo que habíamos acordado con Patricia, cuando
hablara con este hermano, que viera si era un pibe que realmente se podía hacer cargo
de su hermana, teniendo en cuenta las condiciones en las que se encontraba su mamá.
Y después de eso no recibí más comunicación de Patricia, supuse que no había
arribado demasiado, pero bueno, genial si pudo avanzar”.
- Inspectora: “Porque ahí la situación habitacional es un tema pero la otra es la
situación vincular.”
- Coordinadora: “La relación simbiótica que hay… los vas a cambiar de lugar y el
problema es la relación.”
- Inspectora: “Y el tema de no poder acceder a la nena, porque ella esta cada vez con
menos posibilidad de que alguien acceda, cuando las chicas quieren hacer alguna
intervención con ella, plantearle algo, generar alguna modificación, ella hace lo que
dice la mamá.”
- Técnica del servicio: “Reproduce el discurso de la mamá, todo el tiempo… y lo mismo le
pasa al padre.”
- Inspectora: “Habría que buscar la forma de lograr que la mamá haga tratamiento en
salud mental16. ¿Ustedes podrían contactar al padre? Digo, para que por ahí él pueda
firmar la orden de autorización del tratamiento de la mamá.”
- Técnico del servicio: “¿Pero él no vive en capital?”
- Inspectora. “Sí, en Temperley, pero él dejo su teléfono, digo, dejó el teléfono,
llamémoslo”.
- Técnica del servicio: “Sí, sí, lo podemos llamar, pasa que si no hay posibilidades de que
él venga a hacerse cargo de la piba…”
- Coordinadora: “Claro! Porque lo que nos dice el juzgado en el primer pedido nuestro de
internación de la mamá fue “che, no, si hay familiares… a ver, está el marido, que la
pida el marido y si se niega, acompañamos un acta con la negativa.” La acompañamos
al acta, porque el marido no quiso pedir la internación y volvimos a pedirla.”
- Técnica del servicio: “ Y acá hay que ver si el padre puede hacerse cargo, si va a poder
sostener el tratamiento de la mamá y de la hija, porque las veces que ha querido

16 Á rea del Hospital Municipal destinado a brindar tratamiento a personas con patologías asociados a desó rdenes mentales.
intervenir en la vida familiar de ellas no ha podido.”
- Inspectora: “Bueno, un intento aunque sea…”
- Coordinadora: “Sí, sí lo hacemos, después hay que ver…”
- Técnica del servicio: “Nos cuesta intervenir acá porque llegamos tarde, ella ya es
grande y cuesta más revertir ciertas conductas… llegamos re tarde todas las
instituciones a su vida”.
El diá logo concluye con el compromiso de la coordinadora de averiguar có mo se
resolvió en el juzgado el pedido de internació n. Cada vez que finaliza la lectura de un
informa y “resuelven” las acciones y estrategias a implementar cada institució n se
compromete a realizar alguna actuació n y/o prá ctica concreta. Constituye una regla
fundamental en la diná mica de este intercambio por cuanto “regula” las disputas que
pudieran surgir al no concebir claramente los alcances de actuació n de cada institució n. El
pedir el compromiso y a la vez comprometerse a “hacer algo” ubica a los actores en
igualdad de posiciones en el tratamiento del caso. Má s allá de esto y como se anticipó en el
apartado anterior, si bien este espacio se forja como forma de “regular” ciertas tensiones
interinstitucionales de manera “armoniosa” se crean y recrean otras nuevas. En este
sentido, es ilustrativo el reclamo que, esta vez, efectú a la técnica del servicio a la inspectora
cuando advierte que “no recibió má s comunicació n de Patricia”. Esta vez el servicio
responsabiliza a la institució n educativa de no cumplir con una prá ctica que le correspondía
realizar.
Por ú ltimo, en este caso, como en el anterior, la coordinadora del servicio vuelve a
reducir el margen de expectativa sobre la demanda efectuada por la directora de la escuela.
Si bien expresa que el intento de contactar al padre se va a efectivizar, deja en claro que esa
estrategia no garantiza que el tratamiento pueda efectivizarse. En este sentido, fundamenta
esta posició n en experiencias previas que validan su planteamiento: el servicio es quien
conoce a la familia y por esto mismo se ven legitimados para acceder o no a reclamos como
los referidos en los diá logos.
El siguiente informe corresponde al caso de Magalí, una adolescente de catorce añ os.
En él se menciona una denuncia realizada por padres y madres de otras alumnas de la
institució n educativa a la que concurre la adolescente, por conflictos entre ellas. “La
adolescente es muy conflictiva al igual que su madre” dice el informe. La coordinadora del
Servicio Local pregunta si los niñ os (refiriéndose a Magalí y sus hermanos, mencionados en
el informe) “siguen pidiendo”.
- Orientadora social de la escuela a la que asiste Magalí: “Ahora no estamos haciendo
seguimiento.”
- Inspectora dirigiéndose a la coordinadora y técnicos del Servicio Local: “Si a esta nena,
que esta tan complicada, para sacarla un poco de su entorno familiar digo, ¿se puede
pensar en que Servicio Local pueda hacer que vaya a “Espacio Adolescente 17” o a
alguno de esos lugares?”.
- Técnica del Servicio Local: “Sí… pero va a reproducir lo mismo que en la escuela”.
- Inspectora: “Sí, ¿pero ahí no hay un equipo con psicóloga… por ahí pueden empezar a
hacer algunas intervenciones con ella, que ella pueda empezar a pensar algunas
cuestiones…”
- La coordinadora del servicio interrumpe: “¿Pero vos conocés a esta familia?”
- Inspectora: “Sí, los conozco, pero bueno, algo hay que hacer”.
- Coordinadora: “¡No no, hacer sí hay que hacer! Pero…
- Inspectora: “Yo entiendo que nada va a ser mágico, pero sí me parece darle una mayor
continuidad a esto, que ella pueda, además de la escuela, estar en otro espacio”.
- Silvina: “Hay algún antecedente de consumo de esta nena?”.
- Inspectora: “No, no… lo que irrumpe es esto, permanentemente entra en conflicto, todo
el tiempo, con uno, con otro…”
- Técnica del servicio: “Sí, porque es su manera de adaptarse, su familia es así”.
- Coordinadora: “Bueno a ver, vamos a ver esta alternativa del Espacio Adolescente,
pero lo que sí te digo es que es una realidad que es complicada”.
- Inspectora: “Ya lo sé, incluso yo a la escuela también les dije que… porque hubo
episodios en los que la madre y las hermanas entran a la escuela y hacen justicia
adentro de la escuela, pum, pum y termina en una entrevista y nada mas, viste… y a mi
me parece que ahí hay que empezar a poner otros limites, de lo que es el espacio
escolar y demás.”

En este caso resulta particularmente interesante la expresió n de la inspectora al


referir que “nada va a hacer má gico”, aludiendo a los constantes condicionantes expuestos
por la coordinadora y técnica del servicio. Ellas intentan expresar que má s allá de las
demandas efectuadas, las realidades con las cuales se enfrentan presentan caracterizan que
muchas veces cuestionan los ideales que promueve el enfoque de derechos. Sin embargo,
la inspectora no negocia el sentido de responsabilidad que le compete al servicio al
enunciar que, a pesar de todo, “algo hay que hacer”. En este sentido, interpreto que esta
expresió n puede traducirse como una valoració n moral sobre las actuaciones del servicio,
en tanto la inspectora no concibe el “no hacer nada” como alternativa frente a las
situaciones dilemá ticas presentadas.

17 Centro de día para mujeres adolescentes. Espacio terapéutico de modalidad abierta, es decir que las adolescente que asisten aquí, retornan a su hogar luego

de la jornada en el espacio.
El siguiente informe refiere a la situació n de un adolescente, Alan, de 16 añ os, quien
presenta “problemá ticas asociadas a consumo de drogas”. En el informe la escuela expresa
su preocupació n por el entorno familiar en el cual se desenvuelve. Específicamente sobre el
hecho de que “la madre pone en duda que su hijo consuma sustancias psicoactivas y no
quiere acompañ ar el tratamiento sugerido.”
- Coordinadora: “El viernes el hermano de Alan entró en “Namasté” (Hogar
convivencial), porque viste que a Nadia (hermana mayor) la quisimos llevar al “Buen
Pastor” (comunidad terapéutica cerrada en Azul) y rompió vidrios, no quiso saber
nada, hizo un quilombo bárbaro”.
- Inspectora: “Ah no te puedo creer, me habías dicho la última vez que ella había
accedido, las chicas estaban re contentas que iba a ir ahí”.
- Coordinadora: “sí, pero no quiso, desaccedió… y como ninguna comunidad ante tanta
negativa te la acepta, como son voluntarios los tratamientos…”
- Inspectora: “Está bueno que esto ahora lo puedan contar chicas, porque después
terminan pensando… esta idas y venidas, estos vaivenes, ahora después se lo vamos a
explicar bien.”
- Coordinadora: “Entonces, hasta que salga la comunidad, se le da el espacio del C.P.A.,
esto por indicación de salud mental, ir trabajando esto a ver si lograban terminar de
convencerla de que ingresara a la comunidad, porque no venía saliendo… se le había
ofrecido el Buen Pastor en Azul, acordate que estuvo en el San José (Hogar de Guarda
para niñas y adolescentes en Olavarría), hizo flor de lío en el San José por una crisis de
abstinencia, Elena (directora del hogar) no la quiso más y le habíamos conseguido
lugar en el Buen Pastor…”.
- La inspectora interrumpe: “Claro, porque vos me habías dicho que estaban intentando
a ver qué pasaba en el San José…”
- Silvina: “Ahí dijeron que no, por una crisis de abstinencia, y en el Buen Pastor, ella
había dicho que sí, pero después empezó a romper vidrios… bueno, se le armó un plan,
entra C.P.A. y Espacio Adolescente hasta que saliera la comunidad, ir trabajando… ahí
en la entrevista de admisión no sabés como estaba, no podía dar cuenta ni donde se
había quedado la noche anterior, ahí fue cuando el hermano entró a Namasté, después
a ella no la podíamos ni ubicar, empezó a boyar de nuevo… se sabía que este trabajo
previo a la espera de la comunidad iba a fracasar…”
- Inspectora: “Sí, porque ella donde vuelve al ámbito familiar…”.
- Coordinadora: “Con Alan vamos a hacer una reunión de nuevo, podemos convocar a
Espacio Adolescente de nuevo para que vaya, a ver cómo se puede hacer la
intervención conjunta, convencer a Analía (madre) de que lo lleve… que lo lleve no, que
los chicos (del espacio) se puedan acercar, al revés, no esperar que ella lo lleve”.
- Inspectora: “Sí, porque Analía minimiza la situación, viste…”
Seguidamente la inspectora lee otro informe, mencionando que “como el servicio ya
tuvo intervenciones con esta nena, Brisa, las chicas de la escuela mandan informe para
ver que se puede hacer”.
- Inspectora: “Ellas han intentado en muchas oportunidades que la mamá se acerque a
la escuela, que empiece un espacio y la mamá no lo esta haciendo, entonces como ellas
saben que hay intervenciones de ustedes…”
- Coordinadora: “Si, desde el 2017 no hay más intervenciones…”
- Inspectora: “Querían que en función de lo que presenta la escuela, ver si se podían
hacer algunas actuaciones desde el servicio, porque ellas entienden que…”
- La coordinadora interrumpe: “¿Ellas lo que requieren es tratamiento?
- Inspectora: “Ellas solicitan distintos espacios terapéuticos, fonoaudióloga primero,
para ver el tema del lenguaje y la comunicación y después ver qué. Pero la mamá no
accede a nada, la llaman y no va… lo que pasa que ustedes piden la intervención en su
momento, por eso las chicas de la Escuela 58 mandan informe. No pueden lograr que
la madre vaya a la escuela. Como ellas saben que hay intervenciones de ustedes
querían ver si se podía hacer, en relación a lo que presenta la escuela, intervención
desde el servicio.”
- Coordinadora: “Sí, desde el 2007 que se interviene con ella… bastante negativo todas
las intervenciones que hay… no va al servicio, vamos a la casa y no encontramos a
nadie…”
- Inspectora: “En la escuela dicen que la llaman y no va, no accede a nada”.
- Coordinadora: “En el servicio pasa lo mismo eh… ahí vamos a hacer una visita en
conjunto, ¿te parece? Con Yanina (técnica del servicio) de nuestro lado y alguien de
ustedes. Que se junten la de ustedes con Yanina y ahí ponen la convocatoria al padre, y
la visita al domicilio”.

En esta instancia la inspectora advierte que la demanda efectuada por parte de la


institució n educativa responde a una solicitud de intervenció n previa desde el servicio a la
escuela. Es decir que, si en un primer momento el servicio solicita intervenció n de la
escuela sobre un caso, esta institució n entiende que existen o existieron actuaciones del
servicio que pueden retroalimentar las suyas. Es así como el diá logo vuelve a culminar con
el establecimiento de un acuerdo entre ambas instituciones definiendo actuaciones
unificadas, dado que la experiencia con este caso es similar para ambas instituciones.
Uno de los ú ltimos informes leídos refiere a un niñ o, Bruno, con quien se adoptó una
medida de abrigo. En el informa se mencionan “avances” y también algunos “retrocesos” en
cuanto a las conductas “desviadas” tanto del niñ o como de su madre y padre, asociados
específicamente al incumplimiento, por parte de sus progenitores de lo pautado en el plan
de restitución de derechos18 diseñ ado por quienes son responsables del caso en el servicio.
Luego de la lectura del informe la orientadora social del equipo técnico que aborda este
caso, presente en la reunió n, se dirige a la coordinadora del servicio:
- O.S.: “Para mí falta más acompañamiento, (dirigiéndose a la coordinadora del
servicio), ¿cuándo ustedes se los sacan? ...”
- La coordinadora la interrumpe: “No se los sacamos, los abrigamos”.
- O.S: “Bueno, los abrigan, pero digo, algo se debe poder hacer desde el Estado que no
sea sacárselos.”
- Coordinadora: “Ustedes también son el Estado chicas, esto es en un marco de
corresponsabilidad, a ver…, veamos que podemos hacer acá, ustedes, nosotros…
nosotros lo que podemos pedir es que el juzgado les dé a los padres otro marco más de
autoridad para ver si los llevan a las terapias, el tema es que si los padres no creen que
llevándolos a las terapias van a salir de esa situación, no lo van a hacer”.
- O.S.: “Sí, yo lo que reclamo es mayor seguimiento de los casos, porque el caso de
Nahiara, que egresó del hogar y fue todo para atrás después, retrocedió un montón en
varias cuestiones… como que ahí falta algo.”
- Coordinadora: “El servicio, luego de un egreso, no hace domicilios, solo entrevistas y
seguimiento a través de informes institucionales, o sea, el seguimiento que podemos
hacer es a través de ustedes.

En este momento la inspectora interrumpe para acordar las actuaciones a realizar


en este caso. La coordinadora del servicio vuelve a mencionar que pedirá al juzgado una
ampliació n del “marco de autoridad” para los progenitores del niñ o a cambio de que lo
lleven a las terapias acordadas. El equipo orientador de la institució n educativa se
compromete a realizar visitas domiciliares para conversar con los progenitores acerca de la
importancia de cumplir con el tratamiento y con las pautas establecidas en el plan de
restitució n de derechos.
En este ú ltimo intercambio entre la orientadora social de un equipo de orientació n
escolar y la coordinadora del servicio se hace expresa una disputa específica por definir
competencias y responsabilidades. En primer lugar, cuando la orientadora social refiere a
que “algo se debe poder hacer que no sea sacá rselos” está , por un lado, valorando
negativamente la acció n de implementar una medida de abrigo y, por otro, vinculando esta

18 El Plan Estratégico de Restitució n de Derechos, reglamentado a través del decreto 177 del añ o 2014 en la modificatoria del art. 35 bis, constituye una serie

de objetivos de intervenció n, acciones, estrategias y metas a lograr, durante la adopció n de una medida de abrigo, a los fines de restituir “derechos vulnerados” y revincular

al niñ o o niñ a “en abrigo” con sus progenitores o referentes afectivos responsables.
valoració n negativa al posterior reclamo de “no seguimiento de los casos”. Sin embargo, la
coordinadora contrarresta estos “reclamos al Estado” expresando que quien reclama
también es el Estado, por lo que la ubica en una misma posició n como agente estatal en el
tratamiento de este caso. Por otra parte, también explica cuá les son los alcances de
actuació n del servicio en cuanto a los seguimientos, expresando que luego de un “egreso” el
seguimiento se efectú a a través de informes institucionales. De esta manera le atribuye la
responsabilidad del seguimiento a la misma persona que lo reclama.

› Reflexiones finales

Las modalidades que adquiere la administració n de la infancia en el contexto local


involucran instancias de articulació n interinstitucional que se presentan como conflictivas.
En este sentido, considerar esta trama de relaciones interinstitucionales como un campo de
tensiones (Villalta y Llobet, 2015) permite indagar en las valoraciones y esquemas de
significació n que los diversos agentes estatales ponen en juego a la hora de establecer
acuerdos y estrategias destinadas a “restituir derechos”. Siguiendo lo planteado por Matta,
(2013) acerca del aná lisis del conflicto como instancia que revela la dimensió n moral que
envuelve el entramado de las relaciones sociales, se pueden identificar en estas instancias
interinstitucionales una disputa de valores y sentidos asociados a las nociones de
responsabilidad y compromiso. Los reclamos y demandas efectuadas hacia el Servicio Local,
así como la crítica asociada al “no hacen nada” asumida por quienes allí desarrollan su
labor cotidiana, responde a unas expectativas que no logran ser alcanzadas. En este
sentido, desde el servicio se intenta contrarrestar estas críticas y contestar estos reclamos
demandando y reclamando responsabilizació n y compromiso hacia las instituciones.
Demanda sostenida por el ideario de corresponsabilidad y abordaje integral promovido
por el enfoque de derechos y que, en la situació n etnográ fica reconstruida, se intenta
efectivizar.
Sin embargo, este ideario, si bien es compartido y legitimado por las instituciones a
las cuales interpela, al mismo tiempo es tensionado y redefinido por cuanto en estas
instancias de articulació n interinstitucional se trata de dirimir su aplicació n. En este
sentido se apunta aquí a unas relaciones estatales donde, como plantea Guizardi, (2012)
parafraseando a Gluckman, (2009), el conflicto también puede surgir de personas que
concuerdan sobre la legitimidad de la norma, pero que disputan por definir có mo se debe
dar su adaptació n circunstancial: “las dificultades en una disputa no surgen en torno a cuá l
es la regla moral o legal apropiada, sino en torno a có mo se aplica dicha regla en la
circunstancia en particular”. (pp. 40). Es así que, tanto las agentes del á mbito educativo
como del Servicio Local buscan establecer acuerdos sobre los modos en que se
responsabilizará n y comprometerá n en las situaciones concretas. En este sentido, definen y
dirimen alcances de actuació n y legitimidades para intervenir sobre niñ os, niñ as y sus
familias.
La exigencia de negociació n y consenso en las políticas de protecció n integral de
NNyA (Barna, 2014 b), constituye un ideal que, en la situació n sobre la que se basa esta
reflexió n, se ve reflejado en las recurrentes menciones a prá cticas que, aunque asumidas
como una exigencia moral, no logran alcanzar las expectativas asumidas por algunos
actores del campo. Así, prá cticas como “charlar con las familias”, “lograr convencer”,
“gestionar ingresos voluntarios a las instituciones terapéuticas” constituyen acciones que
regidas por el ideario del enfoque de derechos, se enfrentan a realidades que las tensionan.
Pero también las y los agentes estatales que deben lidiar con estas tensiones manipulan,
contornean y rehacen los efectos de la ló gica normativa encerrada en la legislació n (Sally
Falk Moore, 1978 en Fonseca, 2011) al tiempo que negocian significados de leyes, normas,
valores y derechos (Sinhoretto, 2010). De esta manera las actuaciones y prá cticas
destinadas a “restituir derechos” acordadas en el marco de instancias de articulació n
interinstitucional, resultará n de pujas y disputas, pero también de acuerdos y
negociaciones por definir y moldear las modalidades locales de administració n de la
infancia “con derechos vulnerados”.

› Referencias bibliográficas

BARNA, Agustín, 2014 a. “Clasificaciones y estimaciones en la gestión de la infancia “con


derechos vulnerados. Prácticas cotidianas de intervención en un dispositivo estatal del
conurbano bonaerense.” Revista Antropolítica, Nro.36: 113-148.
BARNA, Agustín. 2014 b. “Relaciones entre dispositivos administrativos y arreglos familiares en
la gestión de la infancia “con derechos vulnerados”. Una aproximación etnográfica.”
Revista de Estudios Sociales, Nro. 50: 57-70.
DAROQUI Alcira y Sandra GUEMUREMAN. 1999. “Los menores de hoy, ayer y de siempre. Un
recorrido histórico desde una perspectiva crítica.” Delito y Sociedad, Nro. 13.
DUBET, Françoise (2006). El declive de la institución. Profesiones, sujetos e individuos ante la
reforma del Estado. Barcelona: Editorial Gedisa.
FONSECA, Claudia, 2011. “As novas tecnologias legais na produção da vida familiar:
Antropologia, direito e subjetividades.” Civitas - Revista de Ciências Sociais, Nro. 1: 8-23.
GLUCKMAN, Max. 2009. Costumbre y Conflicto en África. Lima: Asociación Civil Universidad de
Humanidades, Fondo Editorial.
GUIZARDI, Menara Lube, 2012. “Conflicto, equilibrio y cambio social en la obra de Max
Gluckman. Papeles del CEIC”. Vol 2012/2, Nro. 88.
MATTA, Juan Pablo. 2013. “Intercambios, moralidades y conflictos. Intersecciones en
Antropología, Nro. 14: 171-182
MUZZOPAPPA, Eva y VILLALTA, Carla. 2011. “Los documentos como campo. Reflexiones teórico-
metodológicas sobre un enfoque etnográfico de archivos y documentos estatales.”
Revista Colombiana de Antropología, Nro. 47:13-42.
MOORE, Sally Falk. 1978, Law a s process: an anthropological approach. London: Routledge.
VILLALTA, Carla. 2010. Infancia Justicia y Derechos Humanos. Buenos Aires: Universidad
Nacional de Quilmes.
VILLALTA, Carla y LLOBET, Valeria. 2015. “Resignificando la protección. Nuevas normativas y
circuitos en el campo de las políticas y los dispositivos jurídico-burocráticos destinados a
la infancia en Argentina.” Revista Latinoamericana de Ciencias Sociales, Niñez y Juventud,
Nro. 13: 167-180.

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