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ZARAUZ Lopez, Hector Luis - Prolegomenos A La Nacionalizacion Petrolera Amparo Companias y SCJN
ZARAUZ Lopez, Hector Luis - Prolegomenos A La Nacionalizacion Petrolera Amparo Companias y SCJN
nacionalización petrolera
El amparo de las compañías
petroleras y la Suprema Corte de
Justicia de la Nación
ISBN: 978-607-8793-34-1
Hecho en México
Made in Mexico
ÍNDICE
Agradecimientos7
Introducción9
Epílogo65
Sección documental 73
Demanda de amparo de las compañías petroleras 76
Sentencia de la Suprema Corte de Justicia de la Nación 104
Amparo directo número 2 218
El apoyo popular 225
7
INTRODUCCIÓN
9
10 PROLEGÓMENOS A LA NACIONALIZACIÓN PETROLERA
1
No es la intención de este trabajo, cuyo acento se encuentra en la presentación de fuentes
para el entendimiento de los antecedentes de la expropiación petrolera, hacer una revisión acuciosa
de todo lo publicado en torno a este tema. Sin embargo, vale referir que ha sido profusa la publica-
ción de textos que tienen un carácter testimonial, entre ellos se citan algunos en estas páginas, tales
como los de Vicente Lombardo Toledano, Jaime Gurza, Jesús Silva Herzog. Otras publicaciones
presentan acopio importante de documentos o bien constituyen una fuente de primera mano, entre
ellos los apuntes del propio general Lázaro Cárdenas, el libro de Alfredo B. Cuéllar, Expropiación y
crisis en México (scjn, 1940), o la compilación de Alicia Gojman, La expropiación petrolera vista por la pren-
sa mexicana, norteamericana e inglesa, 1936-1940 (México, Petróleos Mexicanos, 1988). Por otra parte,
debemos considerar las publicaciones académicas que contribuyen con importantes análisis de estos
eventos, algunas de esas obras, como las de Lorenzo Meyer, Arnaldo Córdova, Samuel León y otros
autores, son referidas en este trabajo.
INTRODUCCIÓN 11
13
14 PROLEGÓMENOS A LA NACIONALIZACIÓN PETROLERA
LA RECONVERSIÓN TECNOLÓGICA
Durante todo el siglo xix y en los albores del xx, el carbón fue el principal
energético en el mundo al ser utilizado intensivamente en la industria y en
las máquinas de ferrocarril, principalmente. Sin embargo, los yacimientos
de hulla empezaron a demostrar un cierto agotamiento lo cual, aunado a
que la demanda en los países industrializados aumentaba casi tanto como
los precios y que se habían dado huelgas de trabajadores mineros, genera-
ron una crisis en torno al carbón.
Así, tenemos que, entre 1901 y 1905, el consumo promedio anual de
Estados Unidos había sido de 279 000 000 de toneladas de carbón, pero
para 1911 eran 425 000 000 y 495 000 000 en 1913; en Inglaterra, los reque-
rimientos pasaron de 166 000 000 a 185 000 000 y luego a 214 000 000 de
EL PETRÓLEO EN MÉXICO 15
toneladas, mientras que en Alemania fueron de 99 000 000 a 133 000 000
y luego a 180 000 000 de toneladas de carbón en el mismo periodo.1 Sin
embargo, la producción mundial había iniciado un declive generalizado,
por lo cual era necesario buscar una alternativa energética.
El estancamiento en la producción carbonífera se dio en el momento
en que se operaba una reconversión de orden tecnológico. Así, tenemos que
a lo largo del siglo xix se hizo una serie de experimentos e innovaciones
en la creación de motores que fueran más eficientes en su rendimiento. De
tal forma, luego de varios modelos experimentales, se logró construir el
motor conocido como de combustión interna de diésel; con ello empezó a
realizarse un proceso de sustitución de energéticos, dejándose el carbón en
un segundo plano mientras el uso de petróleo empezaría a ser prioritario.
A esto contribuyó que era más barato de obtener, era más sencilla
su transportación y presentaba un rendimiento mayor en las máquinas. Se
calculaba entonces que una tonelada de diésel ofrecía el rendimiento de seis
de carbón. De tal forma, la invención del motor de combustión interna y su
aplicación al transporte y la industria en general constituiría una verdadera
revolución tecnológica, pues logró cambiar el patrón de consumo energéti-
co en el mundo, lo cual persiste hasta la actualidad.
México estuvo presente en este proceso de actualización tecnológi-
ca desde 1907, cuando se hicieron las primeras pruebas con este tipo de
motores en el Ferrocarril de Tehuantepec, mostrando, con el petróleo, las
ventajas en rendimiento, velocidad, preservación de máquinas y ahorro.2
Este desarrollo tecnológico y las dificultades en la producción carbo-
nífera en todo el mundo propiciaron el cambio en el patrón de consumo
energético. Así, por ejemplo, desde 1908, en Gran Bretaña, lord Fisher,
primer lord del Almirantazgo, influyó para que la marina de su país cam-
biara al consumo petrolero.3 De forma que para 1912 la mayor parte de los
barcos ingleses se movían con petróleo. Algo similar pasó en México con la
red ferrocarrilera, tal como venía sucediendo en Europa y Estados Unidos.
Otro impulso definitivo al uso del petróleo se dio en los medios de
transporte a través del desarrollo de la industria automotriz, que eclosionó
en el mercado mundial y en particular en Estados Unidos. Tan sólo por
1
Díaz Dufoo, La cuestión del petróleo, 1921, p. 27.
2
Véase el informe de Ricardo Jordán, inspector técnico de la scop, en agn, fondo scop, Fe-
rrocarriles, exp. 2/226-1.
3
A lord Fisher se atribuye la premonitoria frase: “El petróleo será el alma para los futuros
conflictos navales.”
16 PROLEGÓMENOS A LA NACIONALIZACIÓN PETROLERA
LA REVOLUCIÓN MEXICANA
1911 12 553 3.7 220 449 65 66 184 19.2 44 988 12.1 344 174
1912 16 558 4.7 222 935 64.8 68 194 19.3 44 935 11.2 352 447
1913 25 696 6.7 248 446 65.8 62 834 16.4 46 571 11.1 383 547
1914 26 235 6.5 265 763 65.8 67 020 16.6 44 728 11.1 403 746
1915 32 911 7.7 281 104 65 68 548 16 45 177 11.3 427 740
1916 40 546 8.8 300 767 66.2 65 817 14.3 54 363 10.7 461 493
1917 55 293 10.9 335 316 69.2 63 072 12.4 60 858 7.5 506 703
1918 63 828 12.4 355 928 67.8 27 168 5.3 40 447 14.5 514 539
1919 87 073 16.6 377 719 67 31 752 5.7 60 956 10.7 557 500
1920 157 068 23.8 443 402 62.3 25 430 3.9 38 100 5.8 660 000
1921 193 397 25.5 472 183 65.7 28 968 3.8 71 355 5 765 903
1922 182 278 21.5 557 531 65.7 35 692 4.2 73 260 8.6 848 761
1923 149 529 14.7 725 702 71.4 38 167 3.8 102 329 10.1 1 015 727
1924 139 497 13.8 713 940 70.4 43 355 4.3 117 818 11.5 1 014 160
Fuente: elaboración propia con base en las siguientes fuentes: Boletín del Petróleo, febrero de 1921, p. 115 para datos de los años de 1912 a 1915;
Archivo Histórico de Pemex, caja 2070, exp. 56014, para México y totales correspondientes a 1912-1920, Estados Unidos 1912-1924 y Rusia de 1913
a 1917; Boletín del Petróleo, enero de 1924, dato para Rusia 1923; Gurza, Apuntes sobre la cuestión, 1923, datos para México y totales de 1916 a 1922, y
Enciclopedia Universal Ilustrada, Espasa-Calpe, datos para Rusia y totales de 1920-1924.
18 PROLEGÓMENOS A LA NACIONALIZACIÓN PETROLERA
Los impuestos
4
Al respecto puede consultarse Cárdenas, En defensa del petróleo, 2009, pp. 12-13; asimismo en
Collado, “El régimen porfirista”, 1987, pp. 53-69.
EL PETRÓLEO EN MÉXICO 19
La legislación
5
Véase Gurza, Apuntes sobre la cuestión, 1923, p. 37.
20 PROLEGÓMENOS A LA NACIONALIZACIÓN PETROLERA
6
Meyer, México y los Estados Unidos, 1981, p. 112.
7
Cárdenas, En defensa del petróleo, 2009, p. 20.
8
Comisión Técnica de Petróleo, Legislación petrolera, 1922, p. 131. En el artículo 13° de este
decreto se consignaba que los impuestos recaudados se distribuían en 60% para la federación, 20%
para la entidad federativa y 20% para el municipio.
EL PETRÓLEO EN MÉXICO 21
9
Al respecto puede consultarse ampliamente Hall, Bancos, política, 2005.
EL PETRÓLEO EN MÉXICO 25
10
Meyer, Petróleo y nación, 1990, p. 65.
26 PROLEGÓMENOS A LA NACIONALIZACIÓN PETROLERA
11
Estos datos y un panorama general en Celis, La industria petrolera, 1988, pp. 228 y ss.
EL MOVIMIENTO PETROLERO,
DE LOS ORÍGENES A LA UNIFICACIÓN
(1913-1935)
CAMBIOS SOCIALES
27
28 PROLEGÓMENOS A LA NACIONALIZACIÓN PETROLERA
EL MOVIMIENTO OBRERO
1
Hermida, Las luchas petroleras, s. a., p. 14.
EL MOVIMIENTO PETROLERO, DE LOS ORÍGENES A LA UNIFICACIÓN 29
de tal forma se dieron diversas protestas en varias partes del país propician-
do que, en el año de 1916, se diera una huelga general. Asimismo, debemos
considerar como un hecho importante la presencia de centrales obreras de
carácter nacional y el itinerar de sus asesores por las plazas petroleras. Un
ejemplo de esto último se dio en Minatitlán, cuando llegaron militantes de
la Casa del Obrero Mundial, como Samuel O. Yudico, Silverio Caballero
y otros, con el fin de reactivar la organización en 1918.2 De igual forma
sucedería en años posteriores con representantes de la crom, la cgt o de la
Confederación de Trabajadores de México (ctm).
Asimismo, se dieron algunos cambios legislativos que fortalecieron
la movilización, o que por lo menos la facilitaron. Así, en el estado de Ve-
racruz, el gobernador Cándido Aguilar habría expedido, en 1918, la Ley
Reglamentaria sobre Accidentes de Trabajo, en donde se establecían indem-
nizaciones por accidentes y fallecimientos en el trabajo.3 No hay duda de
que se había dado un viraje en la política laboral.
Un ejemplo de la impronta revolucionaria se observó de nuevo en
Minatitlán, cuando la Unión de Obreros tomó como guía la Constitución
de 1917 para realizar sus demandas, además (muy importante) abrió su
campo de acción al ámbito de la política local. La nueva idea era que el sin-
dicato o agrupaciones de trabajadores pudieran contender por los puestos
de elección popular como alcaldes o diputados. De tal forma que se había
dado una rápida transición de demandas por condiciones estrictamente la-
borales, a la actividad de orden político con objetivos más amplios. Esta
acción ciertamente generaba un foco de acción nuevo, aunque no se despe-
gaba de la lucha por las mejoras laborales. En este momento la lucha por el
poder local era parte de la defensa gremial, tomando en cuenta que a través
de las autoridades municipales se podía lograr que la compañía transigiera
con los trabajadores.
En ese marco, la lucha por el poder municipal era de suma importan-
cia pues hasta 1918 entró en funciones la Junta Central de Conciliación y
Arbitraje y, por lo tanto, los problemas, litigios y diferencias contractuales
de carácter obrero patronales eran resueltos por los municipios.
Otro ejemplo del impulso que dio la Constitución a las movilizacio-
nes de los petroleros se dio en Árbol Grande (en las cercanías de Tampico),
2
Ibid., p. 15.
3
Legislaciones similares se habían promulgado en Hidalgo, en 1915; Zacatecas, en 1916;
Yucatán, en 1917, y Sonora y Chiapas, en 1918.
EL MOVIMIENTO PETROLERO, DE LOS ORÍGENES A LA UNIFICACIÓN 31
4
Hermida, Las luchas petroleras, s. a., p. 8.
5
Mijangos, La Suprema Corte, 2019, p. 120.
6
Ibid., p. 128.
32 PROLEGÓMENOS A LA NACIONALIZACIÓN PETROLERA
LA ACCIÓN
7
Cástulo Pérez se había levantado en armas hacia el año de 1914. Su movilización significó
una resistencia al establecimiento del constitucionalismo en la región. Pronto estableció nexos con El
Águila, deseosa de sustraerse a la legislación en materia petrolera que le imponía nuevos impuestos.
Con la derrota militar de Carranza hizo una rápida transición al obregonismo, lo que le permitió
convertirse en autoridad militar de la región.
EL MOVIMIENTO PETROLERO, DE LOS ORÍGENES A LA UNIFICACIÓN 33
8
Valdivieso, Historia del movimiento, 1963, p. 36.
9
Celis, La industria petrolera, 1988, pp. 248-252.
10
La crom había surgido en 1918 con varias tendencias en su seno, poco a poco se impondría
la corriente encabezada por Luis N. Morones, quien decidió fundar el Partido Laborista Mexicano
(plm) el 15 de diciembre de 1919, mismo que tendría fines electorales. A manera de filial se fundaría
el Partido Socialista del Trabajo.
11
La cgt se fundó en febrero de 1921, basado en el sindicalismo revolucionario y también
en el anarcosindicalismo. Planteaba la independencia del movimiento obrero del gobierno. Llegó
a tener influencia en varias ramas productivas y de servicios como: ferrocarrileros, tranviarios,
panaderos, etc., al igual que entre los petroleros de El Águila y la Huasteca Petroleum Company. Al
respecto véase Herrera, Colaboración y conflicto, 1998.
12
Un ejemplo de lo que se dice se dio en Minatitlán, véase Archivo General de la Nación
(en adelante agn), foc, exp. 407-M-2, caja 133. Los obreros de esa plaza habrían demandado la
intervención del presidente, quien contestó que este asunto era de la competencia del gobernador
de Veracruz.
34 PROLEGÓMENOS A LA NACIONALIZACIÓN PETROLERA
15
Torre, La huelga de los trabajadores, 1987, p. 154.
16
En Archivo Plutarco Elías Calles (en adelante apec), exp. 17, inv. 1013, leg. 1, fs. 1-47, Gav.
16, exp. Compañía de Petróleo El Águila.
17
Para conocer más detalles, puede consultarse Valdivieso, Historia del movimiento, 1963, pp.
45-55; también en Hermida, Las luchas petroleras, s. a., pp. 15-17.
36 PROLEGÓMENOS A LA NACIONALIZACIÓN PETROLERA
EL CORPORATIVISMO
En agn, Fondo Lázaro Cárdenas, exps. 432.2/2 y 432.2, f. 164; 432.2/29, f. 2117.
19
20
Carta fechada en Ciudad Madero, Tamaulipas, el 2 de abril de 1935, al presidente de la
República, General Lázaro Cárdenas. En agn, Fondo Lázaro Cárdenas, exp. 432.2/29, f. 1968.
EL MOVIMIENTO PETROLERO, DE LOS ORÍGENES A LA UNIFICACIÓN 37
21
A decir de Arnaldo Córdova, la Ley Federal del Trabajo no satisfacía ni a patrones ni a
sindicalistas. En Córdova, La clase obrera, 1984, pp. 90 y ss.
38 PROLEGÓMENOS A LA NACIONALIZACIÓN PETROLERA
22
Ibid., p. 239.
23
Ello como producto de la integración de la cgocm y la csum, principalmente.
24
Acertadamente, Ricardo Pérez Montfort señala: “Si bien las relaciones entre la ctm y el
régimen no fueron siempre tersas, sí quedó claro que dicha confederación sería una de las columnas
de apoyo del gobierno cardenista”. Pérez, Lázaro Cárdenas, 2019, p. 181.
25
Ibid., pp. 209-211.
26
Ibid., pp. 167-168.
40 PROLEGÓMENOS A LA NACIONALIZACIÓN PETROLERA
27
Cárdenas, Obras, 1972, p. 269.
28
Carta fechada en Minatitlán, Veracruz, el 3 de abril de 1934, firmada por el Secretario Ge-
neral, Jerónimo A. Rodríguez y otros más, al General Lázaro Cárdenas, candidato a la presidencia
del pnr. En agn, Fondo Lázaro Cárdenas, exp. 432.2/8.
29
Al respecto véase la nota “Convención petrolera”, El Nacional, 17 de mayo de 1934; La Prensa
del 11 de marzo de 1934 y la nota “Se trata de construir”, El Universal, 24 de junio de 1934.
30
Córdova, La clase obrera, 1984, p. 201.
31
Hermida, Las luchas petroleras, s. a., p. 23.
42 PROLEGÓMENOS A LA NACIONALIZACIÓN PETROLERA
32
Celis, La industria petrolera, 1988, pp. 266-267.
EL MOVIMIENTO PETROLERO, DE LOS ORÍGENES A LA UNIFICACIÓN 43
Lorenzo Meyer señala al respecto: “El stprm nació bajo la tutela del
gobierno cardenista, pero su bagaje histórico era de independencia y com-
batividad. Sin embargo, entre agosto de 1935 y marzo de 1938, predominó
en la nueva organización la política de colaboración estrecha con el gobier-
no federal, pese a que la nueva ofensiva contra las empresas petroleras era
parte de un proyecto más gubernamental que sindical.”34
Debe considerarse que la formación del stprm fue funcional no sólo
para los intereses de los trabajadores, sino también para el Estado mexicano
al otorgarle una fuerza adicional en su ya desarrollado proceso de coopta-
ción sindical. Con este nuevo integrante de las huestes obreras, el gobierno
cardenista aumentaba su capacidad de movilización y su fuerza ante las
presiones provenientes de la política interna (me refiero a los amagos del
callismo y seguidores, de militares dispuestos a insurreccionarse, a líderes
inconformes, etcétera). Así, los trabajadores se convertirían en aliados, casi
incondicionales, del Estado posrevolucionario.
Estas acciones, claramente, ponían de manifiesto la intención del Es-
tado de erigirse como el conductor, no sólo de la política social, sino tam-
bién de las relaciones entre patrones y trabajadores, como promotor de la
economía y de la industrialización del país, como verdadero rector de las
relaciones entre las clases.
33
Esta declaración apareció en El Universal, 1 de mayo de 1937.
34
Meyer, Petróleo y nación, 1990, p. 79.
DEL CONFLICTO A LA EXPROPIACIÓN
PETROLERA, 1936 A 1938
44
DEL CONFLICTO A LA EXPROPIACIÓN PETROLERA 45
1
Algunos pormenores de las peticiones expresadas en este contrato se pueden consultar en
Celis, La industria petrolera, 1988, pp. 327-330.
46 PROLEGÓMENOS A LA NACIONALIZACIÓN PETROLERA
tener una idea de lo complicado que iban resultando las negociaciones, debe
tomarse en cuenta que para el mes de marzo sólo se habían acordado catorce
de los 248 puntos que señalaba la propuesta original de contrato colectivo.2
Las desavenencias venían en varios sentidos, desde la cuestión del
tabulador único, las prestaciones de servicio médico, vacaciones, fondo de
ahorro, etc., prácticamente no había acuerdo en punto alguno. Por otra
parte, la ctm, por representación de su líder, Vicente Lombardo Toledano,
hizo manifestación de apoyo irrestricto a los petroleros. De tal forma se
configuró un nuevo emplazamiento a huelga para el 27 de mayo de 1937.
Como ninguna de las partes cedió, la huelga estalló el día convenido,
durando trece días en total. En principio, los trabajadores tuvieron manifes-
taciones de solidaridad de otros sindicatos y centrales obreras, incluso hubo
una gran movilización de apoyo el día 30 encabezada por la propia ctm,
con Vicente Lombardo Toledano y Eduardo Soto Innes, secretario general
del sindicato petrolero.
A la huelga sobrevino el lógico desabasto de gasolina y en consecuen-
cia las molestias de algunos sectores de la sociedad, lo cual repercutió en el
transporte de automóviles y camiones, y con ello en el aprovisionamiento
de alimentos, pero también en actividades industriales y agrícolas. La ten-
sión fue creciendo notablemente en las siguientes 72 horas cuando, el 30 de
mayo la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje dio cabida a la huelga a
pesar de las protestas de las compañías.
Como las partes no cedían, el presidente de la república lanzó un nue-
vo exhorto para que empresas y sindicato encontraran una solución a sus
diferendos. Esta situación angustiosa (pues los efectos se iban multiplican-
do), se prolongó hasta el 6 de junio, cuando sucedió un evento de la mayor
importancia: las empresas solicitarían un amparo en contra de la Junta de
Conciliación para inhabilitar su dictamen.
El día 7 de junio el sindicato hizo lo propio y dirigió a la Junta de
Conciliación una demanda en contra de las compañías por varias cues-
tiones, como limitar el número de plazas de trabajadores de confianza, la
demanda del pago de los salarios de los días de la huelga y que se declarara
el conflicto económico; esto último significaba que se iniciaría una investi-
gación sobre las condiciones económicas de las empresas para valorar si es-
taban en posibilidad de solventar los reclamos del sindicato, que ascendían
a 28 000 000 de pesos en salarios más otras demandas por prestaciones,
2
Ibid., pp. 337-339.
DEL CONFLICTO A LA EXPROPIACIÓN PETROLERA 47
al tiempo que podían regresar a laborar.3 Fue así que el día 9 de junio se
levantó la huelga, conocida como de los trece días del sindicato petrolero.
Ante el nuevo estado de las cosas, la jfca nombró a tres peritos para que se
hiciera una evaluación del estado que guardaban las compañías petroleras;
la comisión la encabezaban Efraín Buenrostro, subsecretario de Hacienda,
y quien presidió la comisión, Jesús Silva Herzog y Mariano Moctezuma.
La investigación debía entregar resultados en un mes y colaborarían en ella
varias personas más que proveerían de información requerida.
La investigación arrojó varios datos que fueron contundentes en con-
tra de las compañías. Por ejemplo, el encubrimiento en el registro de varias
compañías petroleras medianas o pequeñas, que hacían trabajos muy espe-
cíficos y que en la práctica eran filiales de empresas monopólicas; el estudio
señaló, además, que las empresas no habían contribuido al desarrollo de la
industria en el país y que se habían limitado a la extracción de las riquezas
nacionales; asimismo, la evasión e incumplimiento con las reglamentacio-
nes y leyes nacionales en materia petrolera; irregularidades en los libros
contables de las compañías; subfacturación, etcétera.
Además, se demostraba que los salarios reales de los petroleros eran
inferiores a los que se percibían en otros gremios de trabajadores. Por si fue-
ra poco, la Comisión de Peritos concluyó que las utilidades de las empresas
petroleras les permitían claramente cumplir con las demandas formuladas
por el Sindicato de Trabajadores Petroleros.
El mes de agosto de 1937 sería clave para efectos del desarrollo de este con-
flicto. Esto debido a que la Comisión de Peritos envió los resultados de su
investigación a la jfca y a las partes en conflicto. En el dictamen se estable-
3
En Universidad Obrera, El conflicto del petróleo en México, 1937-1938, s. a., pp. 15-18. Celis, La
industria petrolera, 1988, pp. 345-348.
48 PROLEGÓMENOS A LA NACIONALIZACIÓN PETROLERA
nunca han estado vinculadas al país y sus intereses han sido siempre ajenos
y en ocasiones hasta opuestos al interés nacional.”7
Por otra parte, se abordaba de manera pormenorizada la cuestión de
las inversiones de las compañías y el abandono que se había dado en los
últimos años en esta industria, así como la justeza de la cuestión salarial y la
capacidad de las compañías para solventar esta demanda. Ello fue celebra-
do por el sindicato tal y como lo hizo saber Eduardo Soto Innes, secretario
general del stprm.
Las compañías, desde luego, reiteraron su rechazo al laudo, se incon-
formaron vehementemente y arreciaron su campaña en la prensa, ahora en
contra de la Comisión de Peritos y la jfca, reiterando la imposibilidad de
aceptar las condiciones económicas que se les trataba de imponer. De tal
manera, el día 29 de diciembre la Suprema Corte de Justicia de la Nación
recibió una demanda de amparo, por parte de los trusts petroleros en con-
tra del laudo de la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje. En el primer
punto, las compañías señalaban que no era competencia del llamado Grupo
Especial número 7 realizar un dictamen de la situación de las empresas. La
argumentación continuaba en ese tono hasta sumar 16 puntos que fijaban
una posición que parecía intransigente.8
Este amparo, clave para entender el desarrollo de los eventos que pre-
cedieron a la expropiación del petróleo, es uno de los documentos que ahora
se reproducen en estas páginas y mediante el cual la Suprema Corte se vio
plenamente involucrada en el conflicto obrero patronal entre el stprm y las
compañías petroleras.
7
Lombardo, Causas y efectos, 2013, p. 19.
8
El documento completo se encuentra en Universidad Obrera, El conflicto del petróleo en México,
1937-1938, s. a., pp. 35-39.
50 PROLEGÓMENOS A LA NACIONALIZACIÓN PETROLERA
12
Ibid., p. 141.
13
Ibid., pp. 142-146.
52 PROLEGÓMENOS A LA NACIONALIZACIÓN PETROLERA
MARZO DE 1938
Todos los mexicanos, no sólo los trabajadores, sabemos que las empresas pe-
troleras ubicadas en México son las representativas del imperialismo extran-
jero y del imperialismo internacional, no sólo por la cuantía de los intereses
materiales que representan ni por su actitud intransigente en sus relaciones
con la clase trabajadora, sino particularmente porque en su desbordado afán
de explotar el petróleo ajeno, el de México, al menor costo posible, han inter-
venido en numerosas ocasiones en la vida política de la nación.17
17
Lombardo, Causas y efectos, 2013, p. 29.
54 PROLEGÓMENOS A LA NACIONALIZACIÓN PETROLERA
LA NACIONALIZACIÓN
18
Rivera, Necesidad Jurídica, 1938, p. 131.
DEL CONFLICTO A LA EXPROPIACIÓN PETROLERA 55
A las compañías no les importó nunca en realidad el pago de las sumas por
el laudo señaladas, lo que a las compañías les importaba era no aceptar que
se estableciera en la América Latina el precedente de intervención en sus fi-
nanzas por medidas legales o de cualquier otra índole; no estaban dispuestas
a admitir que un Gobierno de país débil les fijara normas financieras, puesto
que ello podría ser peligroso precedente en otros países. Y esto es lo que
explica su obstinación.19
19
Silva, Historia de la expropiación, 1973, pp. 103-104.
20
Celis, La industria petrolera, 1988, p. 374.
21
Ibid., p. 376.
56 PROLEGÓMENOS A LA NACIONALIZACIÓN PETROLERA
Por los apuntes del general Cárdenas sobre esos días, sabemos que fue
entonces cuando decidió abordar el tema de la nacionalización con Francisco
J. Múgica, quien en algún momento fuera guía ideológico del presidente y a
quien se consideraba un radical en el espectro de la política gubernamental.
Con él analizó la situación y después de ello le pidió redactara el anuncio de
la decisión de expropiar el petróleo del dominio de las compañías extranjeras.
Es importante recordar que el gobierno mexicano, desde el régimen
maderista iniciado en el año de 1913, venía realizando acciones fiscales, le-
gislativas, de creación de instancias de supervisión de la industria petrolera
y también de empresas estatales petroleras. Todo esto indica que el Estado
mexicano, desde hacía algún tiempo, apuntaba a una preparación para,
eventualmente, poder hacerse cargo de esta industria. En este último senti-
do se habían creado empresas como el Departamento del Petróleo, Petro‑
mex, S. A., y la Administración General del Petróleo Nacional, que habían
dado cierta experiencia al gobierno mexicano en el negocio del petróleo.
Sin embargo, la posibilidad de la expropiación seguía siendo una op-
ción más y no una decisión definitiva, era algo que se especulaba como
tantas otras posibilidades de solución al conflicto.22 La apuesta de las com-
pañías descansaba en que el gobierno no se atrevería por la complejidad
técnica que implicaba el manejo de esta industria.
Sin embargo, el gobierno mexicano contaba con el apoyo de los obre-
ros y de una extensa parte de la sociedad, estos días probablemente repre-
sentaron el mayor acercamiento y coincidencia entre la sociedad mexicana
y sus líderes.
Fue así que ese 9 de marzo, el presidente Cárdenas tomó una inicia-
tiva, en caso de que fuera necesaria. Mientras regresaba de la inauguración
del ingenio Emiliano Zapata en Zacatepec a la ciudad de México, habló lar-
gamente con el general Múgica sobre el conflicto que se enfrentaba con las
compañías petroleras: evaluaron ambos la conveniencia de una nacionali-
zación, consideraron la situación mundial, evaluaron las posibilidades para
el país de superar una crisis; después de lo conversado pidió el presidente
22
Muy sintomáticas de lo que se dice son las disquisiciones de Lombardo al respecto, ello en
un discurso pronunciado el 22 de febrero de 1938: “Después de la sentencia, ¿qué va a ocurrir?
Llegará un momento camaradas, parece inevitable, en que las compañías petroleras tendrán que
ser remplazadas por los representantes del Estado y de los trabajadores mexicanos para mantener la
producción del petróleo. Estamos dispuestos a asumir la responsabilidad técnica, económica, legal,
moral e histórica que compete a un pueblo de hombres libres.” Lombardo, Causas y efectos, 2013, p. 42.
DEL CONFLICTO A LA EXPROPIACIÓN PETROLERA 57
23
Cárdenas, Obras. Apuntes, 1972, p. 389.
24
Meyer, Petróleo y nación, 1990, p. 75.
25
Celis, La industria petrolera, 1988, pp. 378-3379.
58 PROLEGÓMENOS A LA NACIONALIZACIÓN PETROLERA
59
60 PROLEGÓMENOS A LA NACIONALIZACIÓN PETROLERA
1
La Cuarta Sala de la scjn estaba integrada por los siguientes magistrados, además de los
licenciados Xavier Icaza y Salomón González Blanco, Jorge Iñarritu, Octavio M., Trigo y Hermilo
López Sánchez. En torno a este asunto puede consultarse Bulnes, Los asuntos petroleros, 1938.
EN TORNO A LOS DOCUMENTOS 63
1
Boracrés, El petróleo mexicano, 1939.
2
El clima de ebullición popular ampliamente referido en Pérez, Lázaro Cárdenas, 2019, pp.
193-238.
65
66 PROLEGÓMENOS A LA NACIONALIZACIÓN PETROLERA
plejidad para manejar una industria vital como la petrolera. Hubo carencia
de una flota que transportara el petróleo, de elementos básicos para llevar a
cabo labores de refinación (como el tetraetilo de plomo) y la falta de recur-
sos, que hicieron pensar que el proyecto nacionalizador fracasaría pronto.
De tal manera que urgía organizar el funcionamiento de esta indus-
tria, ahora en manos de la nación. A partir del 19 de marzo, la conducción
de la industria estuvo a cargo de un Consejo Administrativo integrado por
los trabajadores del stprm y de la empresa estatal Administración General
del Petróleo Nacional (agpn), hasta que, por decreto del 7 de junio de 1938,
se fundaron dos empresas más: Petróleos Mexicanos, encargada de admi-
nistrar los bienes expropiados, y la Distribuidora de Petróleos Mexicanos,
responsable de la distribución y venta del petróleo y sus derivados (tanto
los producidos por la agpn como de Pemex). De tal forma que en esos días
existieron tres empresas nacionales encargadas de la industria petrolera.
Por otra parte, la apuesta de las transnacionales, derrotadas en ese
momento, era que “México se ahogara en su petróleo”, sin la posibilidad
de extraerlo, procesarlo o comercializarlo. Por ello, eran particularmente
importantes las actividades y estrategias que seguiría el Consejo de Admi-
nistración del Petróleo.3
3
En torno a todo este pasaje de la expropiación, vicisitudes y demás complicaciones, es útil
leer el testimonio de Jesús Silva Herzog en Silva, Historia de la expropiación, 1973, pp. 127-138.
4
Ibid., p. 135.
EPÍLOGO 67
5
Ibid., p. 136.
6
Recuérdese que el gobierno de México había condenado, por la vía diplomática, las invasio-
nes a Austria y Abisinia que, respectivamente, habían realizado las potencias europeas.
7
Silva, Historia de la expropiación, 1973, Apéndice, cuadros 8 y 9.
68 PROLEGÓMENOS A LA NACIONALIZACIÓN PETROLERA
cada caso fue particular y hubo algunas empresas que fueron renuentes a
recibir las liquidaciones establecidas por las comisiones mexicanas.
En este plano, la compañía El Águila fue particularmente reacia a
negociar la propuesta mexicana; así, desde 1938 solicitó el apoyo de su go-
bierno, que tomó partido por sus connacionales, e interpuso notas de recla-
mación ante el gobierno mexicano. Esta posición fue reiterativa, tal y como
sucedió en febrero de 1944 cuando El Águila interpuso una demanda ante
los tribunales nacionales reclamando sus antiguos derechos de explotación
petrolera. En esta ocasión, la Suprema Corte debió ratificar su resolución,
en el sentido de que este derecho estaba reservado para los mexicanos.8 Las
desavenencias crecieron y llegaron al punto del rompimiento de relaciones
diplomáticas con Gran Bretaña.
En el ámbito interno, se dieron problemas administrativos, duplici-
dad de funciones y conflictos con el stprm, que se fueron solucionando.
Una de las medidas que actuó en ese sentido fue un edicto del 8 de agosto
de 1940, mediante el cual se derogaba la creación de la empresa Distri-
buidora Petróleos Mexicanos, de la Administración General del Petróleo
Nacional, y se modificaba el que había creado la empresa Petróleos Mexi-
canos. Ello significó una reestructuración para dar origen a una empresa
petrolera estatal única, que se hiciera cargo de esta industria y que, en ge-
neral, diera impulso a la industrialización del país al proveer de energéticos
baratos.9
Con el contexto de la segunda guerra mundial y el ascenso al po-
der nacional del general Manuel Ávila Camacho, quien postuló como eje
central de su política un gobierno de unidad nacional, se pudo llegar a un
arreglo con las compañías estadunidenses. En los gobiernos sucesivos, el
problema del petróleo se fue centrando cada vez menos en la solución del
conflicto con las compañías, y cada vez más en el desarrollo de esta indus-
tria y otras actividades en el ámbito económico interno.
8
Meyer, Petróleo y nación, 1990, p. 83.
9
Diario Oficial de la Federación, 9 de agosto de 1940.
EPÍLOGO 69
10
Meyer, Petróleo y nación, 1990, p. 81.
70 PROLEGÓMENOS A LA NACIONALIZACIÓN PETROLERA
BIBLIOGRAFÍA
263
264 PROLEGÓMENOS A LA NACIONALIZACIÓN PETROLERA
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dres, Cassell and Company Ltd., 1930.
Torre Camacho, Enrique de la, La huelga de los trabajadores petroleros de El
Águila, 1925, México, unam, 1987.
Trujillo, Rafael, De la Huerta y los Tratados de Bucareli, México, Porrúa, 1957.
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Universidad Obrera de México, s. a.
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El petróleo en Veracruz, México, Pemex, 1988.
Valdivieso Castillo, Julio, Historia del movimiento sindical petrolero en Minatitlán,
Veracruz, México, s. e., 1963.
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count Cowdray, Londres, Inglaterra, Cassell and Co. Ltd., 1966.
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tróleo durante el gobierno de Álvaro Obregón” en Norma Mereles de
Ogarrio (coord.), Los Archivos Plutarco Elías Calles y Fernando Torreblanca,
un ejemplo de la importancia de los archivos privados en la historiografía de Mé-
xico, México, Senado de la República/Fideicomiso Archivos Plutarco
Elías Calles y Fernando Torreblanca/Miguel Ángel Porrúa, 2009.
HEMEROGRAFÍA
ARCHIVOS
B
E
Baja California: 63.
Estados Unidos: 14-17, 19, 22-24, 50, 57.
Europa: 15, 61.
C
267
268 PROLEGÓMENOS A LA NACIONALIZACIÓN PETROLERA
G N
P
H
Poza Rica: 26, 27, 40.
Hidalgo: 30. Puerto México: 41.
Holanda: 67.
Huasteca: 32, 35, 36.
Q
I Querétaro: 20.
Rusia: 17.
J
Japón: 67. S
Saltillo: 55.
L San Luis Potosí: 55, 62.
Sonora: 28, 30, 55.
Las Choapas: 41.
T
M
Tamaulipas: 28, 36, 41.
Mérida: 62. Tampico: 28-30, 34, 40, 41, 44, 66.
México: 9, 13-18, 22-26, 28, 45, 48, 53, Tapachula: 63.
57, 63, 66, 67, 69. Tehuantepec: 15.
Minatitlán: 27, 28, 30, 32-35, 40, 41. Torreón: 50.
Monterrey: 43, 63.
ÍNDICE GEOGRÁFICO 269
V Z
A D
B E
Buenrostro, Efraín: 47, 60. Elías Calles, Plutarco: 14, 34, 37, 50.
C F
271
272 PROLEGÓMENOS A LA NACIONALIZACIÓN PETROLERA
H O
Huerta, Adolfo de la: 25. Obregón, Álvaro: 19, 21, 24, 28, 32-34,
Huerta, Victoriano: 28. 37, 50.
Ortiz Rubio, Pascual: 37.
I
P
Ibarra, Luis F.:35.
Icaza, Xavier: 11, 61, 62. Padilla, Francisco: 28.
Pearson, Weetman: 28.
Peláez, Manuel: 32.
K Pérez, Cástulo: 32.
Platas, Juan: 28.
Kauffman Álvarez, Armando: 42. Portes Gil, Emilio: 51.
Puebla, Humberto: 35.
L
R
Lombardo Toledano, Vicente: 10, 38,
46, 49, 53, 54, 56, 61. Rodríguez, Abelardo: 36, 38, 41.
López Cortes, José: 34. Rouaix Méndez, Pastor: 21.
M T
V Z
275
Prolegómenos a la nacionalización petrolera.
El amparo de las compañías petroleras y la Suprema Corte de Justicia de la Nación
se terminó el 20 de diciembre de 2021.
Edición realizada a cargo de la Subdirección de Publicaciones
del Instituto Mora. En ella participaron:
corrección de estilo, Javier Ledesma;
corrección de pruebas, Anastasia Rodríguez y Javier Ledesma;
diseño de portada y formación de páginas, Marco Ocampo;
cuidado de la edición, Javier Ledesma y Yazmín Cortés.
El presente libro representa una compilación y selección de documen-
tos extraídos del expediente del amparo directo, número 2/1938, que
se encuentra alojado en el Archivo Histórico de la Suprema Corte
de Justicia de la Nación (ahscjn), que en principio documentan la
actitud de resistencia y rebeldía de las compañías petroleras ante las
determinaciones del Estado mexicano, en favor del cumplimiento de
ciertas demandas laborales del Sindicato de Trabajadores Petroleros
de la República Mexicana (stprm).
Este expediente, relativamente poco conocido, reúne, por una
parte, el recurso de amparo interpuesto por las compañías petroleras,
en el cual se presentan los alegatos exhibidos en contra de las deter-
minaciones de la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje (jfca),
ante las demandas laborales presentadas por el stprm. Asimismo, se
incluye el fallo de la propia Suprema Corte en el cual se ratifican las
determinaciones de la jfca. Más aún, en esta publicación se incluyen
cartas y telegramas de apoyo a estas determinaciones, provenientes de
varias organizaciones populares y sindicatos.
Esta compilación pretende aportar los documentos de primera
mano que muestran el escenario laboral y político en el año de 1936,
momento en el que se dan los prolegómenos a la expropiación petro-
lera. Así, nos podremos asomar a las posiciones de los diversos actores
de este momento histórico, en este caso: los trabajadores petroleros,
las compañías extranjeras, el gobierno mexicano y las organizaciones
populares.
De esta manera, se pretende contribuir en la documentación
histórica, al debate sobre un tema, el del petróleo, y el papel de la sobe-
ranía nacional en el usufructo de los energéticos, lo cual tiene conno-
taciones históricas, pero que a la vez mantiene gran vigencia en nuestra
sociedad contemporánea.