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Principios

Didácticos
1.1. Principios didácticos

Extracto del Capítulo 6 Metodología de la acción didáctica


Medina Rivilla, A. et al (2009)

En la literatura actualizada se publican varios tipos de procedimientos


didácticos, en este documento se recogen dos de los que poseen mayor tipo
de referencias:

En el texto Didáctica General, coordinado por Antonio Medina Rivilla,


Francisco Salvador Mata y José Luis Gallego Ortega se presentan estos
principios:

1. Adecuación a la finalidad
2. Adecuación al alumno
3. Adecuación al contenido
4. Adecuación al contexto

Fuente. Elaboración propia


1.1.1. Adecuación a la finalidad

Todos las fases y procedimientos de la situación de aprendizaje están


concatenadas con el fin primario de lo educativo: formar integralmente a la
persona; entonces, la selección del método, la estrategia, los recursos, la
táctica, las técnicas e incluso los elementos del entorno escolar no puede
divorciarse de la finalidad sustancial de proceso educativo y de los valores
que sustenta o promueve. Así por ejemplo: si el acto didáctico busca construir
aprendizajes sobre el ahorro del agua y destaca la importancia de evitar su
desperdicio; todo ello en la conciencia de que hay miles y miles de territorios
donde la gente perece a causa de la falta de agua; no pueden en la Escuela
existir fugas de agua en los baños, por ejemplo.

Es necesario enfatizar el carácter educativo de la actividad didáctica, es decir,


es una actividad orientada por los valores y conformada por ellos en su
dinámica. Muchas veces, -y tal vez ahí radica la falta de credibilidad en los
aportes del sistema educativo- las actividades que el profesor diseña
aparecen descolgadas de la realidad, no se interconectan el discurso del
contenido enarbolado por el docente y lo que realmente pasa en el centro
escolar y su entorno.

La creencia de que lo didáctico tiene que ver solo y exclusivamente con lo


meramente técnico-táctico o con lo lúdico y que, por lo tanto, se circunscribe
a la práctica del hacer una sesión de aprendizaje, es sin duda era visión
errónea. Lo cierto es que lo didáctico, desde el principio de finalidad, debe
responder a la intencionalidad de una ruta de aprendizaje desde un enfoque
multidimensional: por un lado, está el contenido, que finalmente se convierte
en un medio para lograr además otros aprendizajes correlacionados.

1.1.2. Adecuación al alumno

Toda acción didáctica debe ser diferenciada, esto es, se adecuará a la


situación real de los estudiantes que son atendidos en un aula, tomará en
cuenta la diversidad de intereses, necesidades, habilidades.

El conocimiento de esta situación del alumno lo proporcionan diversas


ciencias, como la Psicología del Desarrollo y la Psicología del Aprendizaje. Sin
minusvalorar las aportaciones de otros enfoques, actualmente el enfoque
cognitivo sobre el aprendizaje es el que tiene una mayor aceptación en la
enseñanza. De este enfoque derivan los siguientes principios metódicos:
1) Partir del nivel de desarrollo cognitivo del alumno. Este principio
implica que el primer paso en la programación didáctica es conocer la
situación del alumno, en relación con los contenidos que se pretende
desarrollar. A este efecto, el profesor debe conocer los siguientes datos
sobre el alumno:

a) El perfil de desarrollo medio del grupo de edad y vincular los


rasgos psicológicos más característicos a la selección de
diferentes tipos de contenido.

b) Identificar los conocimientos y experiencias previas, que


condicionan la comprensión del contenido, por cuanto los
alumnos no son meros receptores, sino que actúan desde una
estructura.

c) Evaluar los esquemas de conocimiento del alumno, es decir,


el conjunto de modos de actuación, de representación, de
ideas y de disposiciones emocionales que los alumnos van
construyendo a partir de la experiencia.

2) Promover aprendizajes significativos. Para que se produzca un


aprendizaje significativo, es necesario que el alumno desarrolle una
actividad cognitiva, cuyo objetivo es establecer conexiones entre los
nuevos contenidos y los conocimientos previos. Estos se agrupan en
esquemas de conocimiento. El desarrollo de esta actividad cognitiva
implica, a su vez, que el alumno adquiera estrategias cognitivas (como
la planificación y la regulación del proceso de aprendizaje). En el
proceso de construcción del conocimiento se pueden distinguir
diversos tipos de aprendizaje:

a) Aprendizaje por inclusión: se incorpora una nueva información


a las ideas existentes en la estructura cognitiva de un individuo.
Por ejemplo, el alumno ya sabe que todos los seres orgánicos
cambian y ahora aprende que este cambio se produce por una
alteración de su estructura anatómica.

b) Aprendizaje supraordenado: se aprende una nueva


proposición, en la cual se incluyen ideas, establecidas ya en la
estructura cognitiva del alumno. Por ejemplo, el alumno que ya
posee las ideas de cambio y de transcurso del tiempo aprende
que los seres cambian a lo largo del tiempo.

c) c) Aprendizaje subordinado: se parte de la idea fundamental


(general) para llegar a sus componentes. Por ejemplo, el
alumno aprende que en una proposición lógica se establece
una relación entre un «sujeto» y un «predicado». Luego,
aprende los conceptos de «sujeto» y de «predicado».

d) Aprendizaje combinatorio: una proposición no se relaciona


con ideas supra o subordinadas concretas de la estructura
cognitiva, pero sí con el fondo general de la misma. En este
aprendizaje se relacionan conceptos en un nivel horizontal. Por
ejemplo, el alumno aprende que la sociedad está constituida
por varios sistemas (económico, político, cultural...), entre los
cuales se establecen relaciones.

1.1.3. Adecuación al contenido

En este principio se fundamenta el enfoque didáctico cuya finalidad es la


globalización o la interdisciplinaridad, a cuyo efecto se presentan los
contenidos agrupados por categorías o por sus relaciones conceptuales. Este
principio didáctico plantea la necesidad de una concordancia entre los
objetivos didácticos y los modos de aprender. Se trata de generar las mejores
formas de intervención para ayudar al estudiante en su proceso de
construcción de nuevos conocimientos.

Para ello es importante que elabore un contenido potencialmente


significativo, esto quiere decir que además de ajustarse a los intereses,
motivaciones y estructura psicológica del estudiante; los contenidos deben
surgir desde una estructura lógicamente organizada.

Este principio busca desde varias propuestas metódicas favorecer el


aprendizaje. En concreto, se proyecta en la construcción de materiales
didácticos significativos:

1. Todos los alumnos pueden aprender a partir de esquemas


conceptuales, si disponen de conceptos relevantes e inclusores en su
estructura cognitiva. Por ejemplo, para establecer un esquema general
sobre «la oración compuesta», el alumno debe tener, entre otros, los
siguientes conceptos: «función y relación sintáctica», «coordinación» y
«subordinación».

2. El contenido debe ordenarse de manera que se presenten en primer


lugar los conceptos más generales e inclusores y mejor conocidos por
el alumno, para avanzar progresivamente hacia los conceptos más
específicos. Por ejemplo, para enseñar la estructura del mundo natural,
habrá que comenzar por los conceptos «orgánico» e «inorgánico», para
seguir estableciendo diferencias dentro de cada categoría.

3. Una vez presentados los elementos más generales del contenido, se


deben mostrar las relaciones de los elementos posteriores con los
anteriores y de aquellos entre sí. Por ejemplo, para explicar «el ciclo del
agua» habrá que relacionar el concepto de calor con el de evaporación
y con el de nutrición de las plantas.

4. La presentación inicial de los conceptos más importantes debe


apoyarse en ejemplos concretos que los refuercen. Por ejemplo, para
ilustrar los conceptos diferenciales «ser orgánico» e «inorgánico», los
ejemplos más elocuentes serán los de un animal y una piedra.

1.1.4. Adecuación al contexto

Los procesos de enseñanza-aprendizaje se desarrollan en un contexto, que


configura la acción misma o, incluso, la condiciona. La incidencia del contexto
en la intervención didáctica ha sido objeto de especial atención en el modelo
ecológico.

El aula y el centro escolar son los espacios más estrictamente didácticos, por
su inmediatez; pero estos contextos se incluyen en otros más amplios, como
el Sistema Educativo y la comunidad social, o se relacionan con ellos, como la
familia. De otra parte, en una sociedad del conocimiento y del aprendizaje
permanente, la enseñanza no debe reducirse exclusivamente al ámbito
escolar, sino que ha de proyectarse en otros contextos.

El contexto social y cultural determina el contenido de aprendizaje, pero,


además, plantea determinadas exigencias a la configuración del espacio
didáctico y, en última instancia, al diseño de un método de enseñanza-
aprendizaje. Estas exigencias derivan de las características que definen una
determinada sociedad o una cultura: lenguaje, símbolos, ritos, jerarquía de
valores, hábitos. En este sentido, se ha proclamado la necesidad de utilizar
técnicas didácticas culturales. Por ejemplo, un método de enseñanza-
aprendizaje que promueva la competitividad y el individualismo no es
congruente con una sociedad democrática.

De otra parte, el entorno familiar, es un potente mediador en el desarrollo del


alumno, por varias razones: 1) ofrece modelos variados de conducta, en un
medio caracterizado por la afectividad; 2) condiciona la integración en el
mundo y el inicio de la comprensión y de la participación en las relaciones
humanas; 3) repercute en el desarrollo de unas conductas, obviando otras.

Es claro que los elementos del proceso didáctico se relacionan


bidireccionalmente y y son influenciados por el contexto; pero, además, el
contexto influye y en ocasiones determina el proceso didáctico. Por ejemplo,
el acto educativo será diseñado para adecuarse a los intereses, capacidades y
niveles de desarrollo, estas características se considerarán variables
contextuales; pero, además, el diseño del acto educativo también deberá
tomar en cuenta los perfiles de salida del nivel previstos en el Sistema
educativo para los niveles Inicial, EGB, Bachillerato, Superior, Adultos.

A este efecto, es necesario conocer el entorno natural, sociocultural y familiar


del alumno, porque estos contextos inciden en la construcción de la
inteligencia de los alumnos y en el aprendizaje de contenidos. En efecto, el
aprendizaje se concibe como una interacción entre el sujeto y su medio vital
(en el que se incluye el mundo objeti- vo de las cosas, el mundo subjetivo de
las personas y el mundo de los símbolos).

Este principio puede analizarse en dos dimensiones, cada una de las cuales
tiene unas implicaciones didácticas. En primer lugar, en los programas se
deben incluir contenidos sociales: conceptos, experiencias, teorías, actitudes
y valores que configuran una sociedad determinada. De otra parte, se debe
fomentar el aprendizaje socializado, es decir, en colaboración con otros, sean
o no alumnos del mismo centro.

Otra variante de principios didácticos que orientan la organización de los


recursos didácticos a favor del proceso de aprendizaje es esta:

Fuente. Elaboración propia


1. Principio de proximidad: Apela a la necesidad de integrar la enseñanza
a la vida cotidiana

2. Principio de dirección: Supone que todo acto didáctico debe partir de


una clara conciencia de a dónde se dirigen los esfuerzos.

3. Principio de marchas propia y continua: Según este, el proceso de


enseñanza debe respetar las diferencias individuales, de manera que el
aprendizaje sea continuo y respetando los ritmos de cada estudiante.

4. Principio de ordenamiento: Todos los actos educativos deben


establecerse en orden para facilitar las tareas de aprendizaje.

5. Principio de adecuación: Es necesario que las tareas y los objetivos de


enseñanza se adecuen a las necesidades de los grupos que participan
en el proceso.

6. Principio de eficiencia: Se trata de disponer de un mínimo esfuerzo y


sin embargo alcanzar máxima eficiencia en el aprendizaje.

7. Principio de realidad Psicológica: Los actos didácticos no pueden


eludir la edad evolutiva de los estudiantes y sus diferencias individuales.

8. Principio de dificultad y esfuerzo: Se recomienda colocar al estudiante


en situaciones problemáticas cuya solución requiera esfuerzo.

9. Principio de participación: El estudiante debe ser activo y dinámico en


el proceso de enseñanza.

10. Principio de espontaneidad: Las situaciones de aprendizaje deben


propiciar la creatividad en todo momento.

11. Principio de transferencia: El conocimiento construido debe poder


aplicarse en otras situaciones de la vida diaria.

12. Principio de evaluación: Los actos didácticos deben incluir procesos


continuos de evaluación que permitan identificar a tiempo las fortalezas
y las debilidades que operan en los estudiantes en el momento de
aprender.

13. Principio de reflexión: Las situaciones de aprendizaje, además de


permitir construir nuevos conocimientos, deben generar espacios para
el desarrollo y práctica del pensamiento reflexivo.

14. Principio de responsabilidad: Se requiere encaminar todo el proceso de


enseñanza de manera tal que el estudiante incorpore habilidades de
comportamiento responsable.

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