PLASMA FRÍO

Ya estudiamos todos que el ozono es una variante del oxígeno,

que existe en la atmósfera. El ozono se crea a partir del oxígeno
mediante descargas eléctricas, como las producidas durante las
tormentas. Pero ¿qué puede hacer por nosotros y en qué consiste el
tratamiento?
Es entonces cuando se desprende de las altas capas, mezclándose
con el aire que respiramos, eliminando gérmenes y renovando el
aire. El ozono es oxígeno y, por lo tanto, el luchador por excelencia
contra los radicales libres y el envejecimiento. Según los últimos
estudios se ha demostrado que el ozono potencia el desarrollo de
la vitamina D en la piel, lo que se traduce en una piel más joven y
elástica. Pero aún hay muchas razones más que han convertido a
este interesante activo en uno de los compuestos de moda.

Aplicado sobre las capas más profundas de la piel potencia las

defensas de la piel frente a los agentes externos (contaminación,
sol, ondas electromagnéticas provenientes de los teléfonos,
ordenadores…), lo que hace que la piel se vuelva fuerte y
quede protegida e inmune

¿Cómo actúa el ozono?

Al aplicarse sobre la piel se desdobla de inmediato en oxígeno. Así
comienza a drenar y desintoxicar el organismo, regenerando las
células.

¿Cómo se aplica el ozono?

A pesar de que el ozono está presente en algunos productos:
cremas, geles… es más efectivo si se aplica en cabina a través
de aparatología. Disponemos desde pistolas de ozono hasta
bolsas en las que se introduce al cliente cubriéndole desde los pies
hasta el pecho.
Beneficios del ozono sobre la piel
Elimina las células muertas de la piel. Desinfectante: muy útil en el
tratamiento de pieles con dermatitis, infecciones bacterianas y
acné. Anti inflamatorio. Antimanchas. Revitaliza y rejuvenece las
células. Poderoso antioxidante al incrementar las defensas del
organismo. Mejora la circulación sanguínea. Ilumina la piel. Oxigena
los tejidos. Estimula la producción de colágeno y elastina. Mejora la
circulación de los capilares. Piel más joven. Relaja el sistema
nervioso.

El tratamiento
Comienza con la limpieza del rostro utilizando una leche rica en
oxígeno. A continuación se hace un peeling facial para eliminar
impurezas y células muertas y dejar la piel preparada para recibir el
activo. Se hace un masaje estimulante y después se aplica el ozono
en el rostro a través de una pistola. Aplicar una mascarilla
ozonizada. Se deja actuar 20 minutos. Mientras actúa la mascarilla,
se hace un peeling corporal más potente que el del rostro. Se
introduce al cliente en un saco de ozono que cubre desde los pies
hasta el pecho. Esta bolsa se hincha a medida que libera oxígeno:
las piernas se relajan, mejora la circulación, los tejidos se
oxigenan... Se deja actuar 20 minutos.
El protocolo finaliza con la aplicación de una crema preparadora
para los rayos solares en todo el cuerpo.