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NICARAGUA: DESDE EL

MIRADOR DE NUESTRA
HISTORIA
Una "ventana" hacia el pasado y una "puerta" hacia el futuro. Historias de ayer y de siempre...

lunes, 23 de octubre de 2017 Seguidores

JOSÉ CONSTANTINO GONZÁLEZ


(PERIODISTA). Por: Juan Felipe Toruño.
Publicado en 1964.
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En: La Prensa , Julio de 1...

Del redactor-editor de este Blogspot: ANTECEDENTES HISTÓRICOS DE LA


NORMAL DE SEÑORITAS
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Corresponde al nicaragüense, leonés del barrio San Felipe y, salvadoreño por adopción, ────────── PRIMER LOCAL DE LA
don Juan Felipe Toruño, justipreciar a otro nicaragüense que fue parte del conjunto de NORMAL DE SEÑORITAS DE
viejos intelectuales iniciados y que perduraron en las páginas de prestigiosos periódicos. MANAGUA ──────────Ω Ω Ω Ω
Ω ────────── Del ed...
Ambos fueron de esa vieja generación que, en la profesión ejercida, nada empírica, con
mucha dificultad podríamos encontrar entre universitarios graduados del presente. En MURIÓ DE VERDAD VÍCTOR DE LA TRABA. En: El
estos recuerdos, un grande habla de otro grande, donde el lazo de la amistad y la Nuevo Diario, 17 de Diciembre de 1980.
profesión los fundió para siempre. Por su parte, Juan Felipe Toruño (León, Mayo 1898 - † ───── Ω Ω ───── "VÍKTOR DE LA TRABA" ─────
El Salvador, Agosto 1980) marcó éxitos de mucho prestigio; en 1951 la Universidad Ω Ω ───── Liminar, Por EPV h., director/editor del
Blogspot. Luego ...
Nacional Autónoma de Nicaragua lo distinguió otorgándole el Doctorado Honoris Causa;
en 1960 fue declarado el periodista más distinguido de El Salvador. Juan Modesto Hernández, “El Sabio Indígena de
Subtiaba” (sic). Por el Dr. Modesto Armijo Lozano.
León, Mayo de 1959.*
Al enterarse Toruño de la muerte del colega, escribe estremecido, lo contextualiza y lo
── Ω Ω Ω ── DR. MODESTO ARMIJO LOZANO
distingue de forma laudatoria, pero un párrafo establece con exactitud la calidad ─── Ω Ω Ω ─── He buscado
afanosamente las huellas de la ...
profesional: “En mis 46 años de periodismo activo y en mis viajes a lo largo del
Continente, no he hallado periodista más sagaz, más astuto, más dinámico, más
oportuno, más valiente, más perspicaz, ni más periodista que José Constantino
González.
LAS LLAMAS QUE DESTRUYERON EL CENTRO
DE LA CIUDAD DE BLUEFIELDS, CATÁSTROFE EN
En febrero de 1997, la fundación Periodismo y Cultura “William Ramírez” y la Alcaldía de 1970.
Managua, dedicaron una placa metálica conmemorativa con el nombre de José Bluefields sufre después del devastador incendio
Constantino y de otros periodistas insignes, la instalaron en el sitio denominado FUEGO DESTRUYE 112 CASAS Y DEJA A 2.000 SIN
“Rotonda del Periodista”; del que no está demás decir que es un sitio inconveniente, HOGAR. Por: Filadelfo Alemán. En: La Pren...

porque está en un punto de acceso peligroso para cualquier visitante; alrededor de ella
todos los días circulan miles de vehículos.
Número de visitas
El diario La Prensa en su edición del 19 de febrero de 1997, recordó a González mediante
una síntesis de su participación al lado del General Augusto C. Sandino, a saber:
378,071

“Este año los periodistas homenajeados son: José Constantino González, César Vivas Archivo del blog
Rojas, Francisco Espinoza Rodríguez, Guillermo E. Arce, Manuel Díaz y Sotelo y Octavio
García Quintero. ► 2022 (47)

► 2021 (29)
José Constantino González nació en 1884 y falleció en 1964. Viajó en 1920 a la Unión
► 2020 (54)
Soviética en compañía del peruano Juan Carlos Mariategui, estuvieron en Moscú. Fue
expulsado de Nicaragua durante el gobierno del general Emiliano Chamorro Vargas, se ► 2019 (7)
asiló en El Salvador donde fue amigo de Farabundo Martí. Editó la revista El grito de la ► 2018 (10)
raza, haciendo campaña a favor de la lucha del general Augusto C. Sandino.
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SEIS MUNICIPIOS DE NICARAGUA EN LA
CREACIÓN DEL D...

JOSÉ CONSTANTINO GONZÁLEZ


(PERIODISTA). Por: Juan ...

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La Legión Latinoamericana. Sentados de I. a D. José de Paredes, Sócrates Sandino, y el
► enero (7)
periodista José C. González. De pie: Andrés García Salgado, Gregorio Urbano Gilbert y
Rubén Ardilla. En el Centro A. C. Sandino, México, 1929
► 2016 (34)

► 2015 (35)
El 5 de junio de 1929, varios marinos de la fuerza de ocupación norteamericana, en
► 2014 (214)
estado de ebriedad, acompañado de prostitutas, profanan el Cementerio San Pedro. José
Constantino González se encuentra en Frankfurt, Alemania, como representante del
general Sandino, en el Segundo Congreso Mundial Antiimperialista, denuncia el hecho y Etiquetas
logra sea condenado. Se desempeñó como secretario del general Sandino y lo acompañó
ALEJANDRO DÁVILA BOLAÑOS ANTES DEL TERREMOTO DE
en su viaje a México. Fue profesor de historia de Nicaragua de Rigoberto López Pérez”.
1972 ARQUEOLOGÍA ARQUITECTURA
COLONIAL ARTES AUGUSTO
PLÁSTICASC.
No sé si en aquella fecha, del homenaje, los agremiados de la comunicación social no SANDINO BENJAMÍN ZELEDÓN BIOGRAFIAS CANAL
pasaron por alto la evocación sustancial e imprescindible hecha por Juan Felipe Toruño; INTEROCEÁNICO CARLOS FONSECA AMADOR
por ese motivo, con otra satisfacción reabrimos las páginas del recuerdo con el texto CARTOGRAFÍA HISTÓRICA CÍRCULO VICIOSO DEL
dedicado por el amigo y colega de González. Nadie se acuerda de sus libros, y pocos del NICARAGÜENSE CIUDADES DE NICARAGUA COMIDAS TÍPICAS

presente saben de la cimentada estatura intelectual de ellos. NICARAGÜENSES COSTUMBRISMO Y PSICOLOGÍA DE MASAS
CRÓNICAS DE LA MANAGUA ANTIGUA
CRÓNICAS DE LA VIEJA GRANADA CUENTOS
Reencontrémonos con sus recuerdos.
CUENTOS Y LEYENDAS NICARAGÜENSES CULTURA
POPULAR DE NICARAGUA CURIOSIDADES DEPORTES EN
───── Ω Ω Ω ───── NICARAGUA DERECHO INTERNACIONAL DINASTÍA
SOMOCISTA Dr. Eduardo Pérez-Valle EDUCADORES Y

JOSÉ CONSTANTINO GONZÁLEZ (PERIODISTA). Por: Juan Felipe COLEGIOS ESCRITORES Y POETAS DE ANTAÑO
ESTADÍSTICA EXPLOTACIÓN MINERA FERROCARRIL DE
Toruño. En: El Centroamericano. León, Nicaragua, 9 de Mayo de NICARAGUA FOLCLORE NICARAGÜENSE GEOGRAFÍA
1964. No. 13.504. Pág. 2. HISTÓRICA DE NICARAGUA GUERRA NACIONAL
ANTIFILIBUSTERA GUERRAS ENTRE CONSERVADORES Y
LIBERALES HISTORIA HISTORIA COLONIAL HISTORIA DE
Las calles de San Salvador y de otros países de América y de LA AVIACIÓN EN NICARAGUA HISTORIA DE LA COSTA
Europa, sintieron los pasos urgidos de un hombre, en afanes CARIBE NICARAGÜENSE HISTORIA DE LA MEDICINA EN
NICARAGUA ÍNDICE ARTÍCULOS INSTITUTO PEDAGÓGICO
periodísticos: el que aún en medio de fiestas y de expansiones
DE MANAGUA INTERVENCIÓN NORTEAMERICANA EN
gozosas, si había un motivo para el diario, y más si era de esos NICARAGUA JOSÉ SANTOS ZELAYA LEÓN VIEJO LUIS
intrincados, dejaba todo y acudía presuroso para obtener el informe, en MENA (1909) MERCADOS DE MANAGUA MINERÍA
el reportazgo o el artículo periodístico ---JOSÉ CONSTANTINO MONUMENTOS OLVIDADOS MUSEOS MÚSICA NICARAGÜENSE
GONZÁLEZ, era antes que todo, periodista. Únicamente eso: periodista. NARRATIVA NICARAGÜENSES CON HISTORIA
Nada de lirismo, ni de románticos entretenimientos literarios. En mis 46 NICAS PERSONAJES POPULARES Y
ILUSTRES
años de periodismo activo y en mis viajes a lo largo del Continente, no CHISPEANTES PETRÓLEO (Exploración en Nicaragua)
he hallado periodista más sagaz, más astuto, más dinámico, más PRESIDENTES DE NICARAGUA RIGOBERTO CABEZAS

oportuno, más valiente, más perspicaz, ni más periodista que José RIGOBERTO LÓPEZ PÉREZ RUBÉN DARÍO
Constantino González. RUBÉN DARÍO - MARIANO BARRETO SÍMBOLOS PATRIOS DE
LA REPÚBLICA DE NICARAGUA TERREMOTOS Y
En un artículo que publiqué en mayo de 1955, expuse cómo, un VOLCANES TRADICIONES NICARAGÜENSES VIEJA
seis de diciembre de 1926, cuando MANAGUA

conducían al Coronel Juan Aberle para la


Penintenciaría Central, donde fue fusilado,
Translate
en la ambulancia, en que iba el reo, ahí
junto al motorista, iba también un soldado Seleccionar idioma
era José Constantino González, con
Con la tecnología de Traductor de Google
uniforme, rifle y cartuchera. Fue quien
reportó a DIARIO LATINO detalles del
suceso y una entrevista efectuada con
quien estaba en capilla. De esto sabe bien
don Saturnino Rodríguez Canizalesa, que
era Director de la Penitenciaría y que vive
aún para relatar anécdotas y sucesos de
otras épocas, sugestivas y vividas. Dije
también cómo, en tanto otros forcejeaban
en Venezuela para entrevistar al
JUAN FELIPE TORUÑO Presidente Isaías Angarita, él, el primero,
Revista "Darío", Mayo de 1922
efectuó el reportazgo enviándolo por hilo
directo a El Universal, de México. Y cómo
en Léon, mientras otros directores de diarios, con intérpretes al lado,
eran rechazados en las puertas del pullman, en que viajaba un Chas G.
Long, Constantino hizo lo contrario, sobre el taburete que llevó de una
refresquera se metió como un bólido por la ventanilla y cayó cerca del
Delegado estadounidense. Y cuando los soldados de la marina
quisieron atraparlo, él protestó enseñando carnet –que no lo era porque
él no cargaba con tales papeles—y el mismo Longo lo defendió
permitiendo la única entrevista que se publicó en El Eco Nacional... Y
narré igualmente otras aventuras más, como para ser descritas por un
Conan Doyle. Pues bien: ese hombre dinámico, ese periodista
extraordinario, ha fallecido en su ciudad natal, León, Nicaragua, víctima
del corazón, después de fatigarlo tanto a lo largo de setenta y dos años.
Caminaba yo sin rumbo por la tarde, sobre la Avenida
Independencia, con una flor de aburrimiento que dispersaba sus pétalos
en mi ánimo, cuando oí pronunciar a gritos, mi nombre, por dos veces.
Como suele ocurrir aquí, que por ser una persona conocida se le habla
aunque no haya motivo para ello, no atendí; pero a un tercer grito y
viendo que un hombre corría hacía mí, me detuve. Era José León
Montes, quien al plantárseme enfrente, me dijo:
--- Murió hace pocos días José Constantino González, en León....
--- ¿Y eso? --interrogué sorprendido, aunque ya sabía que de
uno a otro día me llegaría la noticia, pero como ninguno de los cercanos
amigos de allá me habían informado, dudé; más él insistió y se fue.
Entonces...

Aquella flor de aburrimiento, se transparentó en evocaciones. Se


me echó encima un alud de recuerdos: ya en León, en El Eco Nacional
y del que fue su fundador, y donde yo comencé a laborar en el
periodismo un 18 de abril de 1918 ---mismo día en que estoy
escribiendo estas líneas a la memoria de quien fue compañero de
correrías, en aventuras de diferentes carices, en actividades
periodísticas y en otras que convergían hacer un tanto placentera la
vida. Y me siento con él, ya en ese León incrustado en mi vida; activo
siempre, remando con el brazo izquierdo para alcanzar distancias o
noticias; ya en San Salvador, dentro de la charla grata y la bohemia de
lapsos gloriosos; ya en Guatemala, o en México, laborando él para El
Universal. Ya a la orilla de su lecho, aquí, en el hospital Rosales,
después de que, con un balazo que le atravesara un pulmón, se
abalanzó contra Antonio Zelaya, costarricense, le quitó el arma y le
disparó la única bala, quebrándole el antebrazo, que éste, Zelaya,
colocó frente a su cabeza. De lo contrario lo hubiera matado. Todo
porque González desplazó a aquel que “levantaba” una edición
extraordinaria de “Revista de Revistas” de México, y González se le
adelantó llenando la edición del “Universal Ilustrado” del mismo México.
Lo veo en las discusiones con exilados aquí, en 1926, don Julio
Portocarrero, doctor Manuel Cordero Reyes, Doctor Antoquio Sacasa al
que sacaba de sus reductos Constantino con aquella risita afilada, que
la mantuvo siempre hasta en los momentos más difíciles de su
existencia; ya colocando a Leonardo Montalbán en apuros, cuando le
quitó el timón del vehículo a Emilio Sauri, en un viaje nocturno que
hacíamos a La Libertad, yendo a estrellarse el vehículo en un poste de
telégrafo, pero continuando el viaje... Ya en mi cuarto de trabajo y de
holgorios, en disputas con Rodolfo Duque, hijo, díscolo siempre,
azuzado por Jorge Pinto y riéndose ante las amenazas de Rodolfo y las
ocurrencias de la Piocha Meléndez, los dos fallecidos trágicamente. En
fin...la última vez estuve en la casa donde habitaba, en León siendo su
huésped por un día. “Estaba sentenciado –como dice J. Clemente
Zenea en Al pasar su Cadáver--, ya tenía puesto el pie en el primer
escalón de la eternidad”.
Bueno. Dije en mi artículo del sábado próximo pasado al referirme
al doctor Juan de Dios Vanegas, que de nuestra generación están
quedando muy pocos. Todos van con el mismo rumbo hacia el misterio.
Todos se dirigen al punto final de una existencia. ¡A ver cuándo me
corresponde a mi capturar lo que está en lo infinito de los enigmas!

La vida, en esa generación precursora, que se adelanta a los


movimientos de vanguardia en 1927, nos unió para marcar un hito en la
historia de las letras nicaragüenses, de la vida social leonesa, de la
bohemia inigualada, en ese lapso único de singularidad en hechos de
los que alguna vez relataré pasajes de viva voz, si es que el corazón no
me hace un guiño culminante. Hablaría entonces de las equivocaciones
existentes al hablar de Alfonso Cortés, como de Lino Argüello, quien
vivió en mi cuarto cerca de dos años y a quien conocí en sus detalles
más íntimos, hasta en lo de su novia –novia ideal que tuvo y que se
casó con un profesional médico—a la que le dijo en unas rimas:
“Cuando duermes, Gisela
cuando duermes,
¿no oyes que te llama
el ángel de mi guarda?..
Y aquí estoy, ausente más presente, como dijo D’Annunzio en las
funerarias ceremonias para Victorio Emmanuel. Aquí estoy, firme y leal
en la amistad. Mirando, cual lo expongo en un poema de mi libro
HUÉSPED DE LA NOCHE, cómo se alejan, y me quedo. Otros llegan y
los recibo (me refiero a los que entran a las letras) viendo llegar y
viendo partir en este inmenso muelle de la noche (el mundo).
Hermano en las inmensas y difíciles luchas del periodismo,
compañero en las luengas jornadas del existir en los esfuerzos
continuados. Gozosos en la placentera diligencia del trabajo. Tú que
fuiste casi único en América, en esto del periodismo, que
desentrañabas lo que pareciera menos desentrañable, te digo mi
jaculatoria de recuerdos y noto que, en esta soledad, más solo, hay que
colocar el optimismo y la comprensión sobre todas las circunstancias,
que la vida como la muerte lo son. Ve si le puedes hacer una entrevista
a San Pedro y me la envías con el que tenga que venir a la tierra para
seguir la trayectoria humana.
Tal vez --cuando llegue por ahí—nos encontraremos en uno de
los recovecos de la eternidad y reanudaremos lo que tal vez dejamos
sin terminar.

San Salvador, 18 de Abril de 1964. J.F.T.

───── Ω Ω Ω ─────

Dos artículos de José Constantino González; en París, 1923.

EN LA TUMBA DE ALFONSINA PLESSIS*

*******************************

*********************************

(Del Libro Inédito De “Mis Peregrinaciones por Europa”

A mi adorada Gina, que supo inspirarme esta página que yo le consagro con todo el
afecto de mi corazón.
EL CIELO de París se había tornado más melancólico y el
ambiente más impresionante aquella tarde inolvidable, cuando
penetramos conmovidos al Cementerio de Montmartre, a buscar entre
las cruces y los funerarios monumentos la tumba de la infortunada
Margarita. Caía una llovizna menuda también, y una claridad indecisa,
una luz pálida se filtraba a través del follaje de los árboles que dan su
sombra piadosa a los sepulcros.

¿Lo recuerdas? Tú, como la infortunada y adorable heroína de


Dumas, reías y llorabas; algo pasaba en el fondo de tu ser; un soplo
misterioso quizás de aquel espíritu abnegado y sublime de mujer, te
agitaba. Yo no pude mirarte más. En tus pupilas humedecidas por las
lágrimas, en tus miradas penetrantes y extrañas, en tus prolongados
sollozos, y hasta en tus trémulas palabras, adivinaba que sufrías.
Respeté tu dolor y lo hice mío, mientras caminábamos confiando al
acaso el ponernos frente a la tumba que buscábamos…

Tus ojos lánguidos y tristes, se fijaban con avidez en todas las


inscripciones de los sepulcros; leías nerviosamente sus leyendas, como
se lee un mensaje inesperado de dolor, y después exclamabas con
intensa pesadumbre:

-- ᾽!No; no es la de ella…!᾽, y seguías caminando en aquellas


callecitas estrechas y húmedas, por donde solo transitan el Dolor y la
Muerte, como una sonámbula.

¡Qué adorable me parecías entonces, transfigurada por un


sentimiento de suprema piedad! ¡Qué romántica, qué espiritual y
sensitiva!

-- ᾽Si no la encontrásemos… Pero no; no puede ser! Yo sé


que aquí está ella, como está en mi corazón; yo sé que aquí vive, como
vive en mi recuerdo. Armando –proseguías— levantó un pequeño
monumento a su adorada Margarita, y no me iré sin verla…᾽

Estas últimas palabras se confundieron con el piar de las avecillas


en la arboleda, despidiendo al crepúsculo, y a cada instante que
pasaba, yo me ponía más y más conmovido, y la luz más vaga y el cielo
más gris. Habíamos ambulado mucho, pero estábamos insaciables. ¡Oh
piedad humana que ennobleces las almas y fortificas y alientas los
corazones! Tú estabas obrando tu milagro en el fondo triste de nuestro
ser!

De pronto, se iluminó tu rostro con la claridad de una alegría


magnífica, y te agitaste como una mariposa, radiante de felicidad.

-- ᾽Aquí está!, es ella, me dijiste con conmovido acento de una


infinita y acariciante ternura; es ella; ven!᾽.

Se había realizado nuestro sueño, mantenido a través del tiempo


y la distancia, por el entusiasmo y el amor de nuestros corazones. La
promesa suprema, que era como un invisible lazo que ataba nuestro
deseo, se cumplía en un crepúsculo doliente, así como lo habían
presentido nuestras almas: todo lleno de sentimentalidad y de
romanticismo.

Estábamos solos en aquel sitio en penumbra, y nadie podía


impedirnos rendir el culto de nuestra veneración a la memoria de la
infortunada Margarita, junto a su sepulcro mismo. Quizás la presencia
de un ser extraño hubiera hechos menos íntimo nuestro supremo goce
de recordar y nuestra suprema embriaguez de sentir.
El sencillo túmulo que se levanta junto al muro agrietado y negro
del Cementerio de Montmartre, a la sombra impasible de un castaño
evocador, en cuyo ramaje el viento entona a Alfonsina una dulce
canción, estaba cubierto de flores simbólicas: camelias y margaritas.
También había sobre él, algunas rosas rojas, emblemas de pasión.

Otras almas, gemelas de las nuestras, habían venido con su


ofrenda para la heroína del sublime poema de amor. ¿En qué país de
soñadores, en qué tierras lejanas concibieron ellos como nosotros el
ensueño realizado de esta sentimental peregrinación? Quién sabe, y es
mejor que lo ignoremos. ¡Oh, si todo se pudiese mantener en el
misterio! ¡Si los secretos del alma no pudiesen profanar! ¡Si todo lo
ignorásemos!

El túmulo es humilde y sencillo como fue el origen del ser


divinizado por el amor cuyos despojos guarda. Ostenta un monograma
con las iniciales de ella, y en una blanca placa de mármol, esta
conmovedora y breve leyenda: “Alfonsina Plesis. ~ De profundis”.

Alfonsina y Margarita son dos nombres distintos y un solo ser


verdadero que vivirá para la eternidad en la “Dama de las Camelias”,
mientras haya un corazón que ame y que sufra; mientras sea el amor,
intenso y sublime, que llega hasta la locura y hasta el sacrificio, lo más
sagrado y hermoso que hay en el miserable y frágil barro humano.

¡Oh, cómo es posible olvidarlo!

Tus manos y las mías deshojaron las flores de la ofrenda sobre


aquel sepulcro; tus lágrimas y las mías humedecieron aquella fría piedra
tumularia; tu alma y la mía se comprendieron mejor junto a la tumba de
la dulce camelia que estrujo la muerte, la desventurada Alfonsina
Plessis, cuya historia evocamos conmovidos en el Cementerio de
Montmartre, en “una tarde triste de los más tristes días…” ¿Por qué?
Porque el sufrimiento es eterno y el placer efímero; porque Margarita
estaba en el fondo de tu ser y Armando en el del mío; y en ese
momento inolvidable, la historia de ella era nuestra propia historia,
soñada primero y vivida después…

Anochecía… El Cementerio de Montmartre se llenaba de sombras


y nuestras almas de lejanos recuerdos, cuando lo abandonamos con
los ojos humedecidos por el llanto.

¡Afuera, París se entregaba a su bulliciosa loca y alegría!

París, Junio de 1923.

*******************************
*****************************

ORACIÓN PAGANA A LA GIOCONDA

(Contemplando el maravilloso lienzo de Leonardo de Vinci en el museo


del Louvre)

AQUÍ estoy frente a ti, suprema deidad que has ejercido poderosa
influencia sobre mi mente soñadora y me has atraído con fuerza
irresistible y misteriosa!

He venido de muy lejos, como el peregrino que llega al santuario


donde impera la imagen de sus adoraciones, para ofrendarte lo mejor y
más puro de mi espíritu. ¡Traigo para ti el incienso de mi amor y la mirra
de mi adoración!

¡Tengo cerrados los ojos para todo y abiertos únicamente para


mirarte!

¿Me sonríes? Tu sonrisa es enigmática y turbadora. Tu sonrisa es


impenetrable como el misterio e impasible como la muerte. ¡No es una
sonrisa la tuya! ¡Es un perfume de gracia diluyéndose en tus labios
como en los intangibles pétalos de una flor celestial! Es también una
claridad que ilumina tenuemente tu rostro y lo circunda de mágico
encanto! Las diosas no tenían tu sonrisa en la serenidad magnífica del
Olimpo. ¡Tu sonrisa es única e incomparable!

¿Me miras? Tu mirada trastorna y enloquece. ¡No es una mirada


la tuya! Es un alma arcangélica y divina que asoma a tus pupilas y
envuelve a los seres en un nimbo de luz. Bajo el poder milagroso de tus
ojos, se adormecen y se magnifican las almas.

¡Te cantan los poetas, te arrullan las melodías de las más


tiernas músicas, te roban los fanáticos adoradores de tu gracia, te
buscan los pálidos peregrinos del Ensueño, que vienen de lejos a
ofrendarte lo mejor y más puro de su espíritu, pero nadie se atreve a
descifrar el Enigma de tu sonrisa ni a penetrar en el Misterio de tu
mirada…! ¡Colocada en lo más alto del pensamiento y del sentimiento
humanos, allí quedas intangible, como estrella de divino fulgor que
derramarás sobre ellos imponderable y apacible luz!

¡Gioconda! ¡Monna Lisa! ¡Suprema deidad de mis celestes


adoraciones! Eres tú misma la que está ahí eternizada por el genio de
Leonardo, inspirado por los dioses, y no me atrevo a mirarte, porque
me posee un sagrado temor de creyente!
¡Es mi corazón el que salta sobre ti! ¡Es mi pensamiento el que te
circunda! ¡Es mi adoración la que te exalta! Es la oración pagana la que
florece en mis labios, en tanto que me miras con mirada misteriosa y me
sonríes con sonrisa indefinible!

JOSÉ CONSTANTINO GONZÁLEZ


París, mayo de 1923

*******************************
*Publicado en: Nicaragua Informativa. Semanario de la Vida Nacional. Año IX. Managua,
Nicaragua, C.A. Febrero de 1925. Números 157, 155, 159, 160. Director y Propietario: Lisi
Lacayo S.

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