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TEXTO EXPOSITIVO

El texto expositivo es esencialmente informativo o referencial. Su intención es ampliar


la información del destinatario. El acento está puesto en dar una información objetiva
acerca de personajes, hechos, teorías, etc. Sin embargo, no es una recopilación de
datos, sino que su propósito es explicar con claridad y para esto, ejemplifica, describe,
interpreta y extrae conclusiones.
El emisor de este tipo de texto guía su lectura, orienta al lector para su comprensión,
utilizando en el texto escrito claves explícitas: títulos, subtítulos, resúmenes,
introducciones, comentarios, explicaciones, esquemas de contenidos, subrayados,
tipografías (negrita, bastardilla). Y en el texto oral emplea para ese fin la entonación, los
gestos, el énfasis, posturas, gesticulación, miradas, volumen de la voz, etc. Además, el
emisor supone el conocimiento que puede tener el receptor acerca del tema y adecua
la cantidad y el tipo de información, la profundidad de sus explicaciones, el lenguaje
especializado, etc.
Por otra parte, un buen texto expositivo debe contener elementos narrativos. Los autores
de este tipo de texto incluyen pequeñas anécdotas, fábulas o cuentos, que ilustren
determinados temas para que la información se haga más comprensible, interesante y
atractiva.
Resumiendo, un buen texto expositivo es un texto en prosa en el cual el autor presenta
información. También es explicativo en la medida en que el autor incluye las
explicaciones necesarias para permitir que se entienda la información presentada.
Además, es directivo en tanto el emisor se compromete activamente con los receptores
en un diálogo esclarecedor e indica lo que es y lo que no es importante. Por último, un
excelente texto expositivo incorpora narraciones que den vida a la prosa y la hagan más
atractiva.

MUTH, D. 1991. El texto expositivo. Bs. As., Argentina. Aique.

TEXTO EXPOSITIVO-EXPLICATIVO

En este tipo textual, se exponen ideas sobre un tema determinado con la intención
de esclarecerlo. Cabe destacar las diferencias entre “informar” y “explicar”. Mientras
que informar es hacer saber algo a alguien sin que intervenga el presupuesto de que el
destinatario tiene un desconocimiento previo, explicar parte del presupuesto de que el
receptor ignora algo.
1. CARACTERIZACION:
Veamos un ejemplo de texto explicativo:
Se considera que un guión es interesante cuando el producto terminado tiene una buena
repercusión en el público, es decir, cuando la película, el programa de televisión o la
historieta son un éxito.
La explicación parte siempre de una pregunta, que puede ser explícita o implícita
(como en el ejemplo), y que puede estar al inicio, en alguno de los párrafos interiores o
al final de un texto. En este caso, la pregunta inicial implícita es: ¿Cuándo un guión es
interesante?
En este tipo textual, se utilizan explicaciones para facilitar la comprensión de un hecho,
enseñarle a alguien algo que no sabe o esclarecer algo confuso; en el caso del ejemplo,
se realiza la aclaración de cuándo un guión es interesante. En general, por las
características de este tipo textual, la extensión de un texto explicativo suele ser breve
y el lenguaje debe ser simple y fluido, sobre todo cuando se lo aplica a un guión.
Las señales linguísticas de la explicación son bastante heterogéneas; en definitiva, se
podrá considerar que un texto o un segmento es explicativo según el contexto y el
cotexto en que se halle. Sin embargo, es interesante, considerando la situación de la
explicación, realizarse las siguientes preguntas: quién explica, a quién se le explica, qué
se explica, para qué se explica y desde dónde se explica:
¿Quién? Explicador
¿Qué? Explicación
¿A quién? Destinatario
¿Para qué? Finalidad
¿Desde dónde? Lugar

1.1. ¿Quién explica? ¿A quién se explica? :


Evidentemente, explicador y destinatario son los dos roles fundamentales de este
esquema. Como ya dijimos, el explicador es la palabra legitimada, el que posee ciertos
conocimientos que el destinatario de la explicación ignora.
Se establece, así, una relación asimétrica motivada por este desequilibrio. Se supone
que, si la explicación es eficaz, este desequilibrio debería superarse.
Entre explicador y destinatario hay una interacción; no hay que imaginarse al segundo
de los participantes como un elemento inactivo, ya que, desde su lugar, según las
circunstancias, puede intervenir, replicar o bien, por sus características, influir en el acto
de la explicación. Hasta es posible que estos roles se intercambien. Consideremos, por
ejemplo, las numerosas explicaciones que, por E-mail, reciben los alumnos de un curso
de educación a distancia de su orientador. Si bien son textos escritos, la fluidez del
intercambio hace que el destinatario sea tan activo como el explicador, replique, pida
ejemplos o ampliaciones y, si es un conocedor parcial del tema y se está capacitando,
explique a su vez. Cuanto más sepa el destinatario más interactivo se volverá este
esquema.

1.2. ¿Qué se explica?:


Esta pregunta responde al contenido de la explicación misma. El objeto de la explicación
así como su destinatario influyen, sin lugar a dudas, en las estrategias explicativas para
comunicar este contenido; " de todos modos, no hay que olvidar que las estrategias
explicativas actúan siempre en primer término sobre el objeto, ya que este constituye el
punto de partida de una explicación"1.

1.3. ¿Para qué se explica?:


Es importante considerar la finalidad de un texto para poder decidir si es explicativo o
no. Aun cuando sus aspectos formales no sean los típicos, si posee una meta global
esclarecedora, puede considerarse un texto explicativo.

1.4. ¿Desde dónde se explica?:


Finalmente, debe tomarse en cuenta el lugar desde donde se realiza la explicación, que
implica no solo las marcas concretas que se establecen en el discurso (tiempo y espacio

1
ZAMUDIO, Bertha y ATORRESI, Ana. El texto explicativo. Su aplicación y enseñanza, Bs. As., Prociencia-Conicet, 1998, pág. 36.
concretos), sino también el espacio desde donde se produce (una institución, un
periódico, una empresa), que influirá sobre las pautas y las estrategias del texto
explicativo.
No menos importante es el lugar ideológico desde donde se explica.
Veamos el ejemplo de una explicación que parte de la pregunta: ¿Por qué Duhalde
suspendió el acto de lanzamiento de su candidatura?, en una nota que se publicó en el
diario Clarín, el martes 21 de abril de 1998. En este caso, el destinatario y el objeto de
la explicación coinciden. Sin embargo, a lo largo del artículo, aparecen una serie de
explicaciones a esta pregunta que realizan diferentes explicadores, desde diferentes
lugares políticos y doctrinarios y con diferentes finalidades:
 Desde el duhaldismo: “a raíz de las graves inundaciones en el Litoral, el clima
social no es el más óptimo para invertir fondos en campañas presidenciales”.
 Desde el menemismo: “Fuentes del menemismo dijeron que, en realidad, el estadio
de River [lugar donde iba a realizarse el acto] ‘le iba a quedar muy grande’”
 Otras versiones: Las verdaderas razones hay que buscarlas “en la marcha atrás
que habrían dado varios sindicatos, en cuanto al apoyo que le habían prometido a
Duhalde para el acto”.

2. EXPLICACION Y ENUNCIACION:
Nos dedicaremos especialmente a las modalidades en relación con el tipo textual
explicativo. Para ello, consideraremos una adaptación de un capítulo del libro: El texto
explicativo. Su aplicación y su enseñanza 2.

EXPLICACIÓN Y MODALIDADES
La consideración de las modalidades pone en juego la vieja oposición filosófica entre
“dictum” y “modus”, o sea entre lo que se dice (dictum) y cómo se lo dice (modus). Para
el estudio de la explicación se considerarán las modalidades lógicas, por ser las que
más interesan en este tipo textual.

1. Modalidades lógicas:
Según von Wright (1970), hay cinco tipos de modalidades lógicas: aléticas, epistémicas,
deónticas, doxásticas y buléticas.
1.1. Aléticas: se establecen a partir de la verdad y se organizan en escala (de lo
verdadero a lo probable, lo posible y lo imposible, o viceversa). Esta modalidad se utiliza,
por ejemplo, en las explicaciones de la ciencia, en las explicaciones probabilísticas, etc.
1.2. Epistémicas: relacionadas con el conocimiento, expresan lo que se sabe en
oposición a lo que se ignora o no se considera seguro. Predominan en la explicación.
Las Modalidades epistémicas: La explicación es un acto epistémico: un sujeto que
conoce (explicador) somete al destinatario a una actividad interpretativa que consiste en
el pasaje de un estado cognitivo anterior a otro diferente en el cual, gracias a la
explicación, integrará un nuevo conocimiento. Por este motivo, es común en este tipo
textual encontrar en las secuencias explicativas escalas epistémicas que se manifiestan
como la oposición entre un saber y un creer. En una explicación puede, por ejemplo,
establecerse un conflicto entre una creencia generalizada y el saber de un sujeto
explicador. Otra relación que podemos establecer entre la modalidad epistémica y el
tipo textual explicativo es que la explicación siempre presenta una pretensión de

2
ZAMUDIO, Bertha y ATORRESI, Ana . Ob. Cit. Págs.: 43-52.
veracidad; las explicaciones pretenden ser creíbles aunque no sean verdaderas. El
sujeto explicador está investido de una autoridad basada “en un saber más”, que lo
convierte en un interlocutor confiable. Según Greimas (1989), para que la explicación
resulte eficaz, el explicador debe garantizar una adhesión del destinatario mediante un
“hacer persuasivo”, que establece un contrato cognitivo (“el contrato de veredicción”),
por el cual el destinatario adhiere a la propuesta del explicador.
En los textos explicativos, existen marcadores epistémicos, o sea, la indicación de las
fuentes del saber a las que se ha recurrido para transmitir la información. La indicación
de la fuente es una manera de legitimar la explicación. Las fuentes pueden tener
orígenes variados: la observación, la inferencia, la lectura, etc. En español no hay
marcadores muy elaborados para la indicación de las fuentes. Se puede asignar, sin
embargo, esta función a ciertos adverbios: aparentemente, obviamente, ciertamente,
seguramente; a construcciones impersonales: parece, se cree; a ciertos verbos
modales: poder, deber; a verbos perceptivos: ver, oír, sentir; a verbos declarativos: decir,
estimar, considerar; a frases o palabras como: según, de acuerdo con, para, en cuanto
a; al futuro, al condicional: a ciertos signos de puntuación: las comillas, los dos puntos,
los guiones (Ver: Curso-taller de Puntuación).
Modalidades de “re” y de “dicto”: La diferencia entre las modalidades de “re” y de
“dicto” (von Wright: 1970) también se refiere a la fuente de la explicación. Cuando una
explicación se apoya en los hechos y el explicador se responsabiliza de ella, se
denomina de “re”: si una explicación se basa en un punto de vista ajeno, se denomina
de “dicto”.
Una explicación de “re” es transparente y verificable, ya que se refiere a “hechos o
verdades del mundo sin tomar en consideración ninguna manifestación discursiva sobre
ellos”.
Una explicación de “dicto” se presenta como una creencia o una referencia discursiva,
es el resultado de opiniones ajenas y aumenta la distancia entre el explicador y el
destinatario.
Estas explicaciones metalingüísticas (expresadas con verbos como “suponer”, “pensar”,
64 “creer”, etc.) “instauran un universo de creencias distinto del que sostiene el emisor
de la explicación, con lo cual éste queda liberado de cualquier pretensión veredictoria
sobre sus explicaciones. Incluso, es posible, que se establezca un conflicto entre el
punto de vista del explicador y la fuente de la explicación; esto es bastante común en
los textos de divulgación científica.
1.3. Deónticas: expresan el deber y también se organizan en escala: lo permitido, lo
prohibido, lo obligatorio. Son comunes en un tipo particular de explicación: la instrucción
(Ver: Tipo Textual Instruccional).

Las dos últimas modalidades: doxásticas (que expresan opinión, y son características
del tipo textual argumentativo) y buléticas (que expresan deseo); no forman parte de
los textos explicativos.

3. ESTRATEGIAS EXPLICATIVAS:
Todo texto explicativo tiende a utilizar algunas estrategias explicativas, con el fin de
aclarar un concepto. Las más comunes son la definición y la reformulación.

3.1. La definición:
Elvira Narvaja de Arnoux3 menciona cuatro tipos de definición:

 Definición de denominación: indica cuál es el término científico que se utiliza para


denominar el concepto explicado. Los verbos típicos de estas definiciones son:
llamar, denominar, etc. Por ejemplo:
- Se denomina espejo de un guión a la hoja de producción que sigue a la
portada.
 Definición de equivalencia: explica un concepto estableciendo una equivalencia.
Por ejemplo:
- "El espejo de un guión es la hoja de producción que sigue a la portada".
El verbo por excelencia es ser, aunque puede ser reemplazado por algunos signos de
puntuación como los dos puntos, la coma, el guión, el paréntesis, el signo igual, etc.
Por ejemplo:
- Espejo de un guión: hoja de producción que sigue a la portada.
- El espejo de un guión, hoja de producción que sigue a la portada,...
- Espejo de un guión (hoja de producción que sigue a la portada)...
 Definición descriptiva: define el concepto por medio de una descripción o
caracterización. Las expresiones utilizadas son: está formado por, está
compuesto por, consta de, consiste en, etc. Por ejemplo:
- Un guión completo está formado por la portada, el espejo, el resumen y el guión
propiamente dicho.
 Definición funcional: define un concepto teniendo en cuenta su función.
Se utilizan verbos o expresiones como funcionar, utilizar para, tener como finalidad,
servir, etc. Por ejemplo:
La "story line" sirve para explicar con un mínimo de palabras el conflicto central de un
guión.

3.2. La reformulación:
La reformulación consiste en agregar un enunciado que aclare un segmento anterior del
texto o que aporte más información sobre él, con el fin de asegurar la comprensión del
destinatario. Es muy frecuente en los textos didácticos, ensayos o artículos de
divulgación científica. En ocasiones, la reformulación adapta un texto complejo para que
lo comprendan los que tienen menos conocimientos sobre el tema. “Los actos
reformuladores se distinguen de otros actos del lenguaje porque intervienen en la
composición textual, por medio de operaciones como el completamiento, la paráfrasis o
el resumen.
Así, pueden distinguirse los actos reformuladores que operan por expansión como la
definición explicativa [que tratamos en el ítem anterior] y la ejemplificación; los que
operan por reducción, como la denominación y el resumen; los que lo hacen por
repetición y los que operan por variación.”4 Las expresiones más habituales de una
reformulación son: es decir, vale decir, o sea, a saber, en otras palabras, en
resumen, sintetizando, para que quede más claro, etc. También se utilizan las
comparaciones y los ejemplos, la indicación de causas, consecuencias, etc.
Veamos cómo se puede reformular un enunciado, desde diferentes estrategias:

3
NARVAJA de ARNOUX, Elvira. Talleres de lectura y escritura. Textos y actividades. Semiología, Buenos Aires, Eudeba, 1996.

4
ZAMUDIO, Bertha y ATORRESI, Ana. Ob. cit. Pág. 56.
- Las palabras pueden clasificarse en agudas, graves y esdrújulas, según la
acentuación; en otras palabras, según cuál sea la sílaba acentuada. Por ejemplo, las
palabras agudas son las que se acentúan en última sílaba. (Reformulación por
expansión).
- Las palabras agudas llevan acento ortográfico cuando terminan en n, s o vocal. Por lo
tanto, las palabras agudas no llevan acento ortográfico cuando terminan en cualquier
consonante que no sea n o s. (Reformulación por repetición).
- Las palabras graves llevan acento ortográfico cuando no terminan en n, s o vocal. Las
palabras esdrújulas llevan el acento en la antepenúltima sílaba y se acentúan siempre.
O sea que no interesa la terminación de las palabras esdrújulas para establecer una
regla: pueden terminar en cualquier vocal o en cualquier consonante (Reformulación
por variación).
- En resumen, para alcanzar una acentuación correcta en español es necesario conocer
la clasificación de las palabras en agudas, graves y esdrújulas. (Reformulación por
reducción).

Otras estrategias explicativas, muchas veces no dentro del texto sino en el ámbito del
paratexto, son las ilustraciones -gráficos, dibujos, fotografías, esquemas, mapas, etc.-
las aclaraciones o notas al pie, los cuadros sinópticos, los resúmenes en otros
idiomas, etc.

LA SECUENCIA EXPLICATIVA
La mayoría de los estudios sobre la organización de la secuencia explicativa coincide
en señalar que la explicación se resuelve en tomo a dos ejes: una cuestión problemática
y una solución respuesta a esa cuestión. Ambos ejes, a su vez pueden estar
complementados por una presencia de la situación en la que se inscribe el problema y
por una conclusión acerca de lo planteado.
Como estructura general de una secuencia explicativa canónica se pueden distinguir
cuatro partes:
1- presentación de una situación inicial en la que se instala el problema,
2- planteo del problema por explicar,
3- respuesta o explicación propiamente dicha y
4- enunciado de una evaluación o conclusión.

No necesariamente aparecen estas cuatro partes en todas las secuencias explicativas,


pues alguna de ellas podría hallarse implícita. No suele enunciarse la presentación si el
locutor supone que su interlocutor conoce la situación inicial en la que se enmarca la
"cuestión". Incluso, hasta el planteo del problema puede estar ausente.

Adaptado de: ARNOUX, E. 1995. Talleres de lectura y escritura, textos y actividades.


Bs.As.
EJEMPLO.
TEXTO EXPOSITIVO-EXPLICATIVO, “Célula: Vida en su mínima expresión”

El texto “Célula: Vida en su mínima expresión”, es una unidad mínima de organización


y comunicación de un mensaje lingüístico, cuyo tema central es la célula. Este último
está relacionado con los demás subtemas del texto estableciendo de este modo
coherencia y cohesión textual, es decir que las partes del texto están conectadas
formando un todo significativo, a la vez que internamente las oraciones se relacionan
con la idea central. Asimismo, el texto es pragmático ya que plantea una relación con el
contexto, que en este caso es cómo se conoció la unidad mínima de vida y que función
cumple.
Además, según Muth (1991) la “Célula: Vida en su mínima expresión” forma parte de la
secuencia expositivo-explicativa porque su intención es brindar información objetiva
sobre la célula al lector. Para lograr este propósito explicativo utiliza ejemplos,
imágenes, definiciones, interpretaciones que permiten llegar a conclusiones
significativas para el destinatario, o sea su secuencia se basa en presentar el tema
central, establecer el problema que llevará a la explicación del mismo que permitirá al
final una formulación de una conclusión. En este aspecto, el texto citado se organiza de
la siguiente manera: en el primer párrafo se realiza la presentación del tema, por medio
de la observación de una imagen de una célula a través de un microscopio electrónico.
Luego en el segundo párrafo, se plantea el problema a explicar, el cual es: “¿Cómo llegó
a definirse la célula como “la unidad de estructura y función”? ¿Qué adelantos
tecnológicos hicieron posible los incesantes descubrimientos de los citologos?”
En el tercer párrafo, se da la definición epistemológica de la célula y quién fue el primer
investigador que la identificó, y también como fue adoptado ese término para denominar
actualmente a la célula. Mientras que, en el cuarto párrafo, se nombra los avances
tecnológicos ocurridos en el área de la teoría celular entre el siglo XIX y siglo XX,
respondiendo de esta manera al problema presentado en el segundo párrafo. Por lo
tanto, en el quinto párrafo se brinda una definición científica obtenida de la Biología
Molecular, como un modo de conclusión al problema inicial.
Por otra parte, en el sexto párrafo continua con el tema célula, pero plantea otro
problema, que es el siguiente: “Pero si la célula es una unidad de estructura y función,
es decir, que todas las células poseen los mismos elementos estructurales y cumplen
las mismas funciones ¿por qué algunas son tan diferentes de otras?”. Para resolver
dicho problema, plantea una actividad de observación y lectura de un gráfico al lector,
la cual se resuelve en el párrafo siete y ocho estableciendo que la respuesta es el “grado
de especialización” que alcanza cada célula por medio de diferentes ejemplos; lo que
permite llegar después a una conclusión general en el último párrafo. En otras palabras,
el texto citado sigue una secuencia lógica de las cuatro partes de los textos expositivos-
explicativos que son: presentación del tema, elaboración del problema, explicación e
interpretación del problema y la conclusión.
De este modo, el texto analizado se caracteriza por responder a las preguntas que se
hacen para interpretar un texto explicativo, las cuales son: quién explica, a quién se le
explica, qué se explica, para qué se explica y desde dónde se explica. En este caso la
explicación proviene del material de lectura secundaria otorgado por el Ministerio de
Educación de la Nación, donde un especialista en biología explica a potenciales
alumnos de secundaria, qué es la célula, su historia, función y estructura, para que
puedan comprender la vida en su expresión más pequeña.
Otras de las características que identifican a los textos expositivos-explicativos son sus
modalidades lógicas y estrategias explicativas. En la “Célula: Vida en su mínima
expresión”, las modalidades lógicas aplicadas, según la clasificación de von Wright
(1970) son las siguientes:
EPISTÉMICA: relacionadas con el conocimiento, expresan lo que se sabe en oposición
a lo que se ignora o no se considera seguro. Por ejemplo:
 “Desde el punto de vista de la Biología molecular, una célula puede definirse
como la mínima organización supra molecular, que cumple con todas las
características de los seres vivos…”
 “El trabajo de los hombres del siglo XIX permitió, poco después, definir los
alcances de la teoría celular.”
RE: quien explica se responsabiliza por la explicación apoyándose en los hechos.
Ejemplo:
 “Por ejemplo, las neuronas son las células especializadas en la transmisión de
impulsos nerviosos.”
 “Si bien las células observadas por Hooke estaban vacías porque eran de tejido
muerto, el término fue adoptado para…”
Mientras que las estrategias explicativas utilizadas fueron las siguientes:
DEFINICIÓN, según Elvira Narvaja de Arnoux (1996), son:
 DENOMINACIÓN:
“Célula (…) el término fue adoptado para designar la menor porción de materia que
cumple con las funciones vitales, es decir, la unidad de estructura y función.”
 EQUIVALENCIA:
“Célula (del latín cellula, dimunitivo de cella, hueco, compartimiento)…”
“…célula es una unidad de estructura y función…”
“…las neuronas son las células especializadas en la transmisión de impulsos
nerviosos.”
 FUNCIONAL:
“…las neuronas son las células especializadas en la transmisión de impulsos
nerviosos.”
REFORMULACIÓN: radica en añadir un enunciado que dilucide un segmento anterior
del texto o que contribuya con más información sobre él, con el objetivo de aseverar la
comprensión del destinatario.
 VARIACIÓN: “… el término fue adoptado para designar la menor porción de
materia que cumple con las funciones vitales, es decir, la unidad de estructura y
función.”
 EXPANSIÓN: “la célula (…) cumple con todas las características de los seres
vivos (estas son, entre otras, la capacidad de vivir aisladas, la autoregulación, la
autoperpetuación y la evolución.)”
 EJEMPLIFICACIÓN: “Por ejemplo, las neuronas son las células especializadas
en la transmisión de impulsos nerviosos.”
 REPETICIÓN: “Por otra parte, la estructura de las organelas celulares y la
presencia o ausencia de determinadas organelas, así como las variaciones en
la composición química celular, también dependen de la especialización
estructural y funcional.”
 REDUCCIÓN: “A pesar de las múltiples diferencias y de la existencia de
organismos unicelulares y pluricelulares, todos los seres vivos están formados
por células.”
 ILUSTRACIÓN: el gráfico y la fotografía, que son paratextos icónicos.
En síntesis, el texto “Célula: Vida en su mínima expresión” cumple con todos los
requisitos para pertenecer a la secuencia textual expositivo-explicativo de orden
académico.

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