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Texto Expositivo-Explicativo
Texto Expositivo-Explicativo
TEXTO EXPOSITIVO-EXPLICATIVO
En este tipo textual, se exponen ideas sobre un tema determinado con la intención
de esclarecerlo. Cabe destacar las diferencias entre “informar” y “explicar”. Mientras
que informar es hacer saber algo a alguien sin que intervenga el presupuesto de que el
destinatario tiene un desconocimiento previo, explicar parte del presupuesto de que el
receptor ignora algo.
1. CARACTERIZACION:
Veamos un ejemplo de texto explicativo:
Se considera que un guión es interesante cuando el producto terminado tiene una buena
repercusión en el público, es decir, cuando la película, el programa de televisión o la
historieta son un éxito.
La explicación parte siempre de una pregunta, que puede ser explícita o implícita
(como en el ejemplo), y que puede estar al inicio, en alguno de los párrafos interiores o
al final de un texto. En este caso, la pregunta inicial implícita es: ¿Cuándo un guión es
interesante?
En este tipo textual, se utilizan explicaciones para facilitar la comprensión de un hecho,
enseñarle a alguien algo que no sabe o esclarecer algo confuso; en el caso del ejemplo,
se realiza la aclaración de cuándo un guión es interesante. En general, por las
características de este tipo textual, la extensión de un texto explicativo suele ser breve
y el lenguaje debe ser simple y fluido, sobre todo cuando se lo aplica a un guión.
Las señales linguísticas de la explicación son bastante heterogéneas; en definitiva, se
podrá considerar que un texto o un segmento es explicativo según el contexto y el
cotexto en que se halle. Sin embargo, es interesante, considerando la situación de la
explicación, realizarse las siguientes preguntas: quién explica, a quién se le explica, qué
se explica, para qué se explica y desde dónde se explica:
¿Quién? Explicador
¿Qué? Explicación
¿A quién? Destinatario
¿Para qué? Finalidad
¿Desde dónde? Lugar
1
ZAMUDIO, Bertha y ATORRESI, Ana. El texto explicativo. Su aplicación y enseñanza, Bs. As., Prociencia-Conicet, 1998, pág. 36.
concretos), sino también el espacio desde donde se produce (una institución, un
periódico, una empresa), que influirá sobre las pautas y las estrategias del texto
explicativo.
No menos importante es el lugar ideológico desde donde se explica.
Veamos el ejemplo de una explicación que parte de la pregunta: ¿Por qué Duhalde
suspendió el acto de lanzamiento de su candidatura?, en una nota que se publicó en el
diario Clarín, el martes 21 de abril de 1998. En este caso, el destinatario y el objeto de
la explicación coinciden. Sin embargo, a lo largo del artículo, aparecen una serie de
explicaciones a esta pregunta que realizan diferentes explicadores, desde diferentes
lugares políticos y doctrinarios y con diferentes finalidades:
Desde el duhaldismo: “a raíz de las graves inundaciones en el Litoral, el clima
social no es el más óptimo para invertir fondos en campañas presidenciales”.
Desde el menemismo: “Fuentes del menemismo dijeron que, en realidad, el estadio
de River [lugar donde iba a realizarse el acto] ‘le iba a quedar muy grande’”
Otras versiones: Las verdaderas razones hay que buscarlas “en la marcha atrás
que habrían dado varios sindicatos, en cuanto al apoyo que le habían prometido a
Duhalde para el acto”.
2. EXPLICACION Y ENUNCIACION:
Nos dedicaremos especialmente a las modalidades en relación con el tipo textual
explicativo. Para ello, consideraremos una adaptación de un capítulo del libro: El texto
explicativo. Su aplicación y su enseñanza 2.
EXPLICACIÓN Y MODALIDADES
La consideración de las modalidades pone en juego la vieja oposición filosófica entre
“dictum” y “modus”, o sea entre lo que se dice (dictum) y cómo se lo dice (modus). Para
el estudio de la explicación se considerarán las modalidades lógicas, por ser las que
más interesan en este tipo textual.
1. Modalidades lógicas:
Según von Wright (1970), hay cinco tipos de modalidades lógicas: aléticas, epistémicas,
deónticas, doxásticas y buléticas.
1.1. Aléticas: se establecen a partir de la verdad y se organizan en escala (de lo
verdadero a lo probable, lo posible y lo imposible, o viceversa). Esta modalidad se utiliza,
por ejemplo, en las explicaciones de la ciencia, en las explicaciones probabilísticas, etc.
1.2. Epistémicas: relacionadas con el conocimiento, expresan lo que se sabe en
oposición a lo que se ignora o no se considera seguro. Predominan en la explicación.
Las Modalidades epistémicas: La explicación es un acto epistémico: un sujeto que
conoce (explicador) somete al destinatario a una actividad interpretativa que consiste en
el pasaje de un estado cognitivo anterior a otro diferente en el cual, gracias a la
explicación, integrará un nuevo conocimiento. Por este motivo, es común en este tipo
textual encontrar en las secuencias explicativas escalas epistémicas que se manifiestan
como la oposición entre un saber y un creer. En una explicación puede, por ejemplo,
establecerse un conflicto entre una creencia generalizada y el saber de un sujeto
explicador. Otra relación que podemos establecer entre la modalidad epistémica y el
tipo textual explicativo es que la explicación siempre presenta una pretensión de
2
ZAMUDIO, Bertha y ATORRESI, Ana . Ob. Cit. Págs.: 43-52.
veracidad; las explicaciones pretenden ser creíbles aunque no sean verdaderas. El
sujeto explicador está investido de una autoridad basada “en un saber más”, que lo
convierte en un interlocutor confiable. Según Greimas (1989), para que la explicación
resulte eficaz, el explicador debe garantizar una adhesión del destinatario mediante un
“hacer persuasivo”, que establece un contrato cognitivo (“el contrato de veredicción”),
por el cual el destinatario adhiere a la propuesta del explicador.
En los textos explicativos, existen marcadores epistémicos, o sea, la indicación de las
fuentes del saber a las que se ha recurrido para transmitir la información. La indicación
de la fuente es una manera de legitimar la explicación. Las fuentes pueden tener
orígenes variados: la observación, la inferencia, la lectura, etc. En español no hay
marcadores muy elaborados para la indicación de las fuentes. Se puede asignar, sin
embargo, esta función a ciertos adverbios: aparentemente, obviamente, ciertamente,
seguramente; a construcciones impersonales: parece, se cree; a ciertos verbos
modales: poder, deber; a verbos perceptivos: ver, oír, sentir; a verbos declarativos: decir,
estimar, considerar; a frases o palabras como: según, de acuerdo con, para, en cuanto
a; al futuro, al condicional: a ciertos signos de puntuación: las comillas, los dos puntos,
los guiones (Ver: Curso-taller de Puntuación).
Modalidades de “re” y de “dicto”: La diferencia entre las modalidades de “re” y de
“dicto” (von Wright: 1970) también se refiere a la fuente de la explicación. Cuando una
explicación se apoya en los hechos y el explicador se responsabiliza de ella, se
denomina de “re”: si una explicación se basa en un punto de vista ajeno, se denomina
de “dicto”.
Una explicación de “re” es transparente y verificable, ya que se refiere a “hechos o
verdades del mundo sin tomar en consideración ninguna manifestación discursiva sobre
ellos”.
Una explicación de “dicto” se presenta como una creencia o una referencia discursiva,
es el resultado de opiniones ajenas y aumenta la distancia entre el explicador y el
destinatario.
Estas explicaciones metalingüísticas (expresadas con verbos como “suponer”, “pensar”,
64 “creer”, etc.) “instauran un universo de creencias distinto del que sostiene el emisor
de la explicación, con lo cual éste queda liberado de cualquier pretensión veredictoria
sobre sus explicaciones. Incluso, es posible, que se establezca un conflicto entre el
punto de vista del explicador y la fuente de la explicación; esto es bastante común en
los textos de divulgación científica.
1.3. Deónticas: expresan el deber y también se organizan en escala: lo permitido, lo
prohibido, lo obligatorio. Son comunes en un tipo particular de explicación: la instrucción
(Ver: Tipo Textual Instruccional).
Las dos últimas modalidades: doxásticas (que expresan opinión, y son características
del tipo textual argumentativo) y buléticas (que expresan deseo); no forman parte de
los textos explicativos.
3. ESTRATEGIAS EXPLICATIVAS:
Todo texto explicativo tiende a utilizar algunas estrategias explicativas, con el fin de
aclarar un concepto. Las más comunes son la definición y la reformulación.
3.1. La definición:
Elvira Narvaja de Arnoux3 menciona cuatro tipos de definición:
3.2. La reformulación:
La reformulación consiste en agregar un enunciado que aclare un segmento anterior del
texto o que aporte más información sobre él, con el fin de asegurar la comprensión del
destinatario. Es muy frecuente en los textos didácticos, ensayos o artículos de
divulgación científica. En ocasiones, la reformulación adapta un texto complejo para que
lo comprendan los que tienen menos conocimientos sobre el tema. “Los actos
reformuladores se distinguen de otros actos del lenguaje porque intervienen en la
composición textual, por medio de operaciones como el completamiento, la paráfrasis o
el resumen.
Así, pueden distinguirse los actos reformuladores que operan por expansión como la
definición explicativa [que tratamos en el ítem anterior] y la ejemplificación; los que
operan por reducción, como la denominación y el resumen; los que lo hacen por
repetición y los que operan por variación.”4 Las expresiones más habituales de una
reformulación son: es decir, vale decir, o sea, a saber, en otras palabras, en
resumen, sintetizando, para que quede más claro, etc. También se utilizan las
comparaciones y los ejemplos, la indicación de causas, consecuencias, etc.
Veamos cómo se puede reformular un enunciado, desde diferentes estrategias:
3
NARVAJA de ARNOUX, Elvira. Talleres de lectura y escritura. Textos y actividades. Semiología, Buenos Aires, Eudeba, 1996.
4
ZAMUDIO, Bertha y ATORRESI, Ana. Ob. cit. Pág. 56.
- Las palabras pueden clasificarse en agudas, graves y esdrújulas, según la
acentuación; en otras palabras, según cuál sea la sílaba acentuada. Por ejemplo, las
palabras agudas son las que se acentúan en última sílaba. (Reformulación por
expansión).
- Las palabras agudas llevan acento ortográfico cuando terminan en n, s o vocal. Por lo
tanto, las palabras agudas no llevan acento ortográfico cuando terminan en cualquier
consonante que no sea n o s. (Reformulación por repetición).
- Las palabras graves llevan acento ortográfico cuando no terminan en n, s o vocal. Las
palabras esdrújulas llevan el acento en la antepenúltima sílaba y se acentúan siempre.
O sea que no interesa la terminación de las palabras esdrújulas para establecer una
regla: pueden terminar en cualquier vocal o en cualquier consonante (Reformulación
por variación).
- En resumen, para alcanzar una acentuación correcta en español es necesario conocer
la clasificación de las palabras en agudas, graves y esdrújulas. (Reformulación por
reducción).
Otras estrategias explicativas, muchas veces no dentro del texto sino en el ámbito del
paratexto, son las ilustraciones -gráficos, dibujos, fotografías, esquemas, mapas, etc.-
las aclaraciones o notas al pie, los cuadros sinópticos, los resúmenes en otros
idiomas, etc.
LA SECUENCIA EXPLICATIVA
La mayoría de los estudios sobre la organización de la secuencia explicativa coincide
en señalar que la explicación se resuelve en tomo a dos ejes: una cuestión problemática
y una solución respuesta a esa cuestión. Ambos ejes, a su vez pueden estar
complementados por una presencia de la situación en la que se inscribe el problema y
por una conclusión acerca de lo planteado.
Como estructura general de una secuencia explicativa canónica se pueden distinguir
cuatro partes:
1- presentación de una situación inicial en la que se instala el problema,
2- planteo del problema por explicar,
3- respuesta o explicación propiamente dicha y
4- enunciado de una evaluación o conclusión.