Está en la página 1de 3

EL JUICIO DEL GRAN TRONO BLANCO

Dios Juez: ¡Llamo a Pedro Martínez Blanco!

Pedro: ¡No, por favor no!

Dios Juez: ¡Ángeles tráiganlo ante mi presencia!

Pedro: (Siendo arrastrado por 2 ángeles y con los pies por delante gritaba) ¡No quiero ir, he hecho
mucho mal! (Cuando llega delante de Dios dice) Por favor, Dios, ¡dame otra oportunidad!

Dios Juez: ¿Se encuentra Pedro en el Libro de la Vida del Cordero?

Ángel con el libro: No Señor, no está inscrito en el libro de la Vida.

Pedro: No hay otra oportunidad para ti. Tu oportunidad fue cuando tu vecina te dijo de Jesús y la
escuchaste. Y decidiste que tu vida, carrera y tus carros eran más importante que Yo.

Pedro: ¡Si, ella me dijo y me sentí muy triste, pero no sé porque decidí no aceparte como mi Dios!

Dios Juez: Cuando ella te hablo de mí, una luz iluminó tu corazón por el evangelio, pero tu amaste
más las tinieblas que la luz.

Pedro: ¡Perdóname! Ella me dijo que eres amor, ¡Perdóname por favor!

Dios Juez: Es muy tarde Pedro. Yo te amé, yo me acerqué a ti y morí en la cruz para que en este
momento no me conocieras en mi IRA.

Pedro: ¡No Dios, por favor no!

Dios Juez: Te amé Pedro, pero tu no me amaste a mi y no te acercaste a Jesús. Por eso, ¡Láncenlo a
lago que arde con fuego y azufre, esta es la muerte segunda!

Pedro: ¡No, nooooo! ¡Ahh!

Silencio….

Dios Juez: ¡Llamo a Juan Manuel Pérez!

Juan: No necesito que nadie me arrastre, YO puedo solo. (Con la mano al pecho, camina con la
nariz en alto con gran arrogancia)

Dios Juez: ¿Se encuentra Juan Manuel en el Libro de la Vida del Cordero?

Ángel con el libro: No Señor, no está inscrito en el libro de la Vida.

Juan: ¿Cuál dios de todos eres? Porque hay muchas religiones. ¿Por qué nunca supe de ti?

Dios Juez: ¿Qué nunca supiste de mí? ¿No te acuerdas del debate que tuviste con un cristiano
sobre la evolución? ¿Te acuerdas de él de quien te burlaste tanto?
Juan: No puedes esperar que haya tomado en serio lo que ese charlatán decía, o ¿Sí?

Dios Juez: ¡Claro que sí! Ese charlatán del que tú hablas es Francisco Hernández, y el es mi hijo. El
oró por ti antes de ese debate y por años después siguió orando por ti.

Juan: ¿Queeeeé? ¿El oraba por mí? ¿Por qué habría de haber hecho eso?

Dios Juez: Por que él te veía con los ojos con lo que yo te vi, y eso me llevó a morir en la cruz por ti.
Para que tu no tuvieras que conocer mi IRA en este día.

Juan: No puedes esperar que creyera en esa fabula que llaman el evangelio, es ridículo que un solo
hombre muriendo perdonara a toda la humanidad.

Dios Juez: Ese “hombre” es mi hijo amado en quien tengo complacencia, ¡es Jesús! ¡Y fuera de
esa historia “ridícula” que tú dices, no hay salvación para nadie!

Juan: ¡Eso no es justo, tu no eres justo!

Dios Juez: ¡¿Qué eso no es justo?! Lo que no es justo es que tu hayas robado de tu trabajo por
años. Lo que no es justo es que hayas seducido la esposa de tu mejor amigo y le haya destrozado
su matrimonio. Fuiste un gran mentiroso, un fornicario y un gran profano. ¡¡Entre muchas cosas
más!!
¡¡Lo que no es justo es que tu hayas hecho toda esta maldad y hasta hoy no hayas recibido las
consecuencias!!

Juan: ¡No, no, no! Si las cosas son así Tú no eres amor, tu eres malo, tú eres TERRIBLE y un dios
que no merece que lo ame…. ¡Es más te odio, te odio, te odio!

Dios Juez: Te amé Juan, pero tú no me amaste a mí y no te acercaste a Jesús. Por eso, ¡Apártate de
mí maldito! Láncenlo al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles.

Juan: ¡No, no, nooooo! ¡Te odio, ahhhh!

Silencio….

Dios Juez: ¡Llamo a José Armando apellido!

José: Si mi Señor, aquí estoy. Has conmigo como TU quieras. (Dice eso mientras se inca delante del
Dios Juez)

Dios Juez: ¿Se encuentra José Armando en el Libro de la Vida del Cordero?

Ángel con el libro: Si Señor, él está inscrito en el libro de la Vida.

Dios Juez: ¡José eres bendito, pues tu eres mi hijo!

José: ¡Si Señor, Jesús es mi Salvador y mi más grande gozo!


Dios Juez: Si, lo sé muy bien. Pero, José hay algo que necesito decirte. Tu desperdiciaste muchos
años de tu vida cuando tu prosperidad económica te hizo creer que eras muy inteligente, creíste
que tú lo habías logrado solo y que eras capaz sin mi ayuda.

José: Lo se mi Señor, perdóname.

Dios Juez: Eso ya está perdonado amado. Pero si quiero hablar sobre lo que yo hice. Yo alejé a
todos tus clientes, te llevé a la banca rota y perdiste tu negocio por haberte alejado de mí.

José: Si mi Señor, se perfectamente a que te refieres. ¡¡Y fue doloroso y difícil, pero fue MUY
BUENO!! Porque eso me hizo regresar a ti…

Dios Juez: José quiero que sepas que cuando eso te dolió, me dolió a mi también. Pero el dolor de
que hayas alejado de mi fue mayor, por eso hice lo que hice. Me gozo en escuchar que lo ves como
algo muy bueno.
José, amado mío, bendito mío, entra a la heredad que he preparado desde antes de la fundación
del mundo para ti y para todos los que me aman. ¡José, has llegado a casa!

José: Gracias mi Dios.

Dios Juez: ¡Dale gracias a Cristo!

Cristo…

Cristo…

Cristo…

Cristo…

Cristo…

¡Gracias a tu sacrificio!

¡Gracias Cristo!

Cristo…

Cristo…

Cristo…

Cristo…

Cristo…

También podría gustarte